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Normas de convivencia que deben seguirse en el proceso de comunicación

La buena convivencia se basa en enseñar a los niños a respetar los derechos de


los demás y a aceptar que hay unas obligaciones que cumplir, porque sin ellas,
cada uno haría lo que le pareciera más oportuno y caeríamos en la falta de
armonía y respeto por los demás.

Las normas de convivencia permiten que los miembros de un grupo, ya sea los
niños en una clase, amigos en el parque o hermanos en casa interaccionen y
comporten de forma ordenada, tolerante y respetuosa.

Las normas de convivencia son pautas de protocolo, respeto y organización que


rigen el espacio, el tiempo, los bienes y el tránsito entre las personas que
comparten un lugar y un momento determinados.

Son reglas básicas de conducta que determinan cuál es el comportamiento


adecuado en un lugar específico, para cohabitarlo pacíficamente con los demás.
En ese sentido, las normas de convivencia comprenden una serie de deberes y
normas de obligado cumplimiento, fundamentadas en el respeto mutuo,
la tolerancia y el desempeño compartido de los deberes.

Para que funcionen, por demás, deben ser conocidos y comprendidos por


todos los que deseen compartir el espacio físico en cuestión, o formar parte
del grupo social que lo hace, y por esa razón a menudo son contenidas
en textos escritos: carteles, folletos, anuncios, etc.

Las normas de convivencia difieren enormemente entre sí, dependiendo del lugar


que rijan y de la cultura que las haya formulado. Por esa razón, por ejemplo, es
lícito desnudarse en los vestuarios de un gimnasio, y no en el hall de un edificio de
oficinas.
O, también, es lícito sentarse al lado de un desconocido en la barra de un bar,
pero no ocupar un espacio disponible en su mesa sin consultarle.

Cuando este tipo de normativas, que tienen orígenes culturales


diversos (pragmáticos, sociales, religiosos, morales, etc.), se incumplen o son
violentadas de manera recurrente, se da pie al conflicto y a diversas formas de
resolución del mismo: la violencia, la coerción verbal a cumplir la norma, la
expulsión del individuo desobediente del lugar, etc.

Características de las normas de convivencia


Las normas de convivencia de un lugar determinado deben tener las siguientes
características:
 Deben ser aprendibles, comunicables, comprensibles.
 Deben ser ciertas, válidas y con la menor posibilidad de ambigüedad
posible.
 Deben ser obligatorias y coercitivas: de no cumplirse, deben acarrear
sanciones de algún tipo.
 Deben estar establecidas de manera escrita, oral o consuetudinaria (por el
uso de la costumbre).
 Deben ser concretas, específicas, puntuales.
 Deben estar pensadas tomando en cuenta la armonía y el respeto entre las
personas.

Normas de convivencia en el aula


En un aula cuando el profesor habla, los alumnos deben prestar atención.

En un aula de clases tradicional, las normas de convivencia suelen girar en torno


a:
 Mantener el espacio de aprendizaje limpio y ordenado, de manera de hacer
agradable el tiempo que se pasa en él.
 Respetar a los compañeros y a los profesores, empleando las normas del
buen oyente y buen hablante, entre otras, para garantizar la
correcta comunicación.
 Cuidar y utilizar responsablemente el material del aula, permitiendo que los
demás los utilicen también y que todos tengamos oportunidad de cumplir
con nuestras tareas.
 Cada alumno debe asistir a clases con su cuaderno o libreta de apuntes, su
lápiz para escribir y su bolso o mochila. En los institutos en los que hay
código de uniforme, deben también prestarle el debido respeto para asistir
al aula.
 Cuando el profesor tome la palabra, los alumnos deben prestar atención
estando en sus lugares y deteniendo cualquier conversación que tengan en
ese momento.
 Las interrupciones de la clase deben darse de manera respetuosa y
motivadas por razones impostergables o prioritarias.
 En el aula no está permitida la violencia, ni las actividades ajenas
al aprendizaje escolar.

Normas de convivencia en el hogar


La limpieza de los cuartos es responsabilidad del miembro a quien pertenezca.
Las normas de cada hogar están determinadas generalmente por los padres que
lo sostienen económica y socialmente, y pueden variar mucho entre sí. Pero por lo
general apuntan a:

 Las tareas de mantenimiento del hogar deben ser mancomunadas, y cada


miembro de la familia debe responsabilizarse de algunas de ellas durante la
semana. Dicha asignación puede ser voluntaria o por negociación.
 El hogar es un lugar de armonía y convivencia, al que no deberán llevarse
extraños sin solicitud de permiso, ni deberán darse actividades impropias
del respeto a los demás miembros de la familia.
 Los baños deberán ser empleados con conciencia de las necesidades del
resto de la familia en materia de tiempo de ocupación, limpieza y respeto
por los implementos de higiene personal del otro.
 Los cuartos de cada miembro familiar estarán a su cargo en asuntos de
limpieza y ordenamiento, y a cambio deberá ser respetada su intimidad,
siempre y cuando esto no contradiga las otras normas de convivencia.
 El uso de los ambientes comunes (sala) o de los aparatos de televisión,
radio, computadores, etc. deberá hacerse en un volumen y por tiempo
adecuados a los deseos de los demás.

Normas de convivencia en la comunidad


El volumen de la música, entre otros, debe ser moderado.
Al igual que los casos previos, cada comunidad puede determinar sus normas de
convivencia de acuerdo a sus necesidades, pero generalmente apuntan a lo
siguiente:

 El respeto a los demás es fundamental para la convivencia. Los dilemas se


resolverán de manera madura y frontal, en conjunto con la comunidad de
ser necesario.
 El volumen de la música, de la voz y otras actividades íntimas deben
moderarse para no interrumpir la paz ajena.
 Cada miembro de la comunidad será responsable de sus acciones y de las
de sus hijos, y dará la cara en caso de que se haga necesario reparar,
reponer o limpiar alguna propiedad comunitaria.
 Cada miembro contribuirá con los gastos comunes de manera responsable,
como si fueran gastos propios individuales.
Aprendizaje colaborativo y cooperativo

En la década de los 60, los hermanos David y Roger Johnson, dos docentes de la
Universidad de Minnesota (Estados Unidos), comenzaron a investigar y a
reflexionar sobre si el aprendizaje individualista propio de la época era beneficioso
para los estudiantes y fueron los encargados de definir el aprendizaje cooperativo:
“Se trata de un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e
induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”.

Así, esta metodología trabaja cinco elementos esenciales: la interdependencia


positiva, la responsabilidad individual, la interacción motora, las habilidades
sociales y el procedimiento del grupo (a la hora de reflexionar sobre las metas
conseguidas). El maestro y pedagogo Marcos Ordiales lo ‘traduce’ así: “El trabajo
cooperativo promueve el establecimiento de un vínculo entre los miembros del
grupo, que fomenta la ayuda, la participación equitativa, la responsabilidad
individual de cada uno de los participantes, el procesamiento del resultado por
parte del grupo y el desarrollo de unas habilidades interpersonales relacionadas
con animar, pedir ayuda, ofrecer explicaciones, buscar la comprensión, debatir,
resolver problemas o ‘criticar’ las ideas sin criticar a los individuos”.

Para Olga Manso, maestra de Infantil y coautora del manual ‘Cooperar para
crecer. El Aprendizaje Cooperativo en Infantil’ (SM), en este tipo de aprendizaje
“los estudiantes trabajan juntos (quieran o no) porque se necesitan los unos a los
otros para finalizar la tarea y llegar a una meta común”. Es decir, y tal y como
señala Ordiales, “el objetivo no es sólo el producto final sino el proceso para lograr
que todos aprendan mejor”.

Por otro lado, el aprendizaje colaborativo, tal y como subraya la docente Vanessa
Onetti, se basa en la organización, por parte de los alumnos, de pequeños grupos
de trabajo que desean desempeñar una labor en conjunto. “Los estudiantes
colaborarán si son prosociales, si quieren involucrarse con el equipo, pero si no
quieren, no lo harán”, destaca Manso. No obstante, en la metodología colaborativa
también intervienen una serie de elementos beneficiosos para el alumnado: la
autonomía del propio grupo de trabajo (al tener que organizarse por sí mismos las
tareas), la empatía que surge entre los propios miembros y el trabajo en equipo
para conseguir esa meta común.

El papel del docente


En ambas metodologías, el rol del docente es diferente. En el aprendizaje
cooperativo, el profesorado realiza una función proactiva. “Distribuye a los
alumnos en grupos, propone las normas y reparte los roles que desempeñarán los
estudiantes. También se encarga del diseño de la situación cooperativa teniendo
en cuenta los elementos que conforman este tipo de aprendizaje”, indica Manso. 

Por el contrario, en el aprendizaje colaborativo, el docente se convierte en una


guía para el alumnado. “El profesor les expone la tarea a realizar y son los
alumnos los que gestionan el proceso de una manera libre. Tan solo les ayuda
cuando tienen una dificultad pero no toma decisiones previas al proceso”, señala
Ordiales. 

Actividades para ponerlos en marcha


Tanto el aprendizaje cooperativo como el colaborativo se pueden poner en
práctica desde los primeros niveles educativos y en todas las materias. Manso
destaca la posibilidad de aplicar una u otra metodología para una misma tarea.
Por ejemplo: una actividad de investigación sobre los animales que viven en los
diferentes ecosistemas. “En una situación cooperativa el docente establecerá la
estructura cooperativa del grupo-clase, así como la ruta de trabajo e interacciones
que seguirán los estudiantes. Sin embargo, en la colaborativa, serán los propios
alumnos los que se organicen a la hora de trabajar y los que desarrollen el plan a
seguir”. 
Por su parte, Ordiales propone una actividad relacionada con la escritura: escribir
una carta entre varios estudiantes. Para llevarlo a cabo a través del aprendizaje
cooperativo propone los siguientes pasos (todos ellos interconectados con los
elementos propios de esta metodología).
 Preparar ideas por separado. Cada uno de los miembros prepara sus
ideas a exponer en la carta, fomentando la responsabilidad individual.
 Poner en común las ideas decidiendo cuáles son imprescindibles. De
este modo, comparten material y pueden tener una recompensa conjunta si
lo hacen bien promoviendo, así, la interdependencia positiva.
 El papel del docente. El profesor (por medio de roles o sin ellos) establece
las conductas esperadas dentro del grupo: participación de todos los
miembros, no ausentarse del grupo, parafrasear las ideas interesantes… lo
que impulsa las habilidades sociales.
 Apoyarse entre compañeros. Los participantes se apoyan, se animan y
comparten impresiones. Escriben la carta turnándose en el desempeño.
Aquí se hace uso de las interacciones promotoras.
 Evaluación final. Finalmente, comprueban si han cumplido los objetivos y
se evalúan para ver en qué pueden mejorar, es decir, el procesamiento del
grupo.

En el caso de aplicar el aprendizaje colaborativo en esta misma actividad, el


maestro y pedagogo señala que “los alumnos suelen hacerlo sin instrucciones
previas (detalladas). Ellos gestionan el trabajo lo que puede provocar que unos
asuman la responsabilidad, por ejemplo, y trabajen más que otros”. Para Ordiales
el objetivo es que “dentro del proceso de colaboración se incluyan también los
aspectos fundamentales de la cooperación”.

Cuando se trata del aprendizaje grupal, los términos aprendizaje cooperativo y


colaborativo suelen utilizarse indistintamente. Esto no es de extrañar, dado que
ambos son métodos que se utilizan habitualmente en actividades grupales
destinadas a alcanzar un objetivo común. No obstante, existen diferencias
fundamentales que debes conocer para sacarles el máximo provecho.

Mientras que en el aprendizaje colaborativo los alumnos organizan sus esfuerzos


entre ellos, en el cooperativo se dividen en grupos y el profesor asigna funciones
específicas a cada estudiante. Para ilustrar esto mejor, aquí te mencionaremos
seis diferencias entre ambos métodos de aprendizaje.

Evaluación del aprendizaje 


En el aprendizaje colaborativo, los estudiantes son independientes y responsables
de su propio aprendizaje. Son ellos los que evalúan los resultados y su propio
rendimiento individual y grupal. 

Habilidades sociales
Si bien tanto el aprendizaje cooperativo como el colaborativo son actividades
sociales, ambos tienen un fin diferente. En el cooperativo, los alumnos reciben
capacitación en habilidades sociales en grupos pequeños. Mientras que en el
colaborativo se cree que los alumnos ya tienen las habilidades sociales
necesarias, y que se basarán en ellas para alcanzar sus objetivos.

Perspectiva de aprendizaje
En la modalidad cooperativa, el objetivo de aprendizaje suele ser conocido por el
profesor de antemano y los alumnos trabajan en equipo para «descubrir» las
respuestas.

Grupo vs. Individuo


Aun cuando en el aprendizaje cooperativo y colaborativo se trabaja en grupos, la
forma en que funcionan es diferente. En el colaborativo se aceptan y fomentan los
logros y puntos fuertes de cada uno de los miembros del grupo. En el cooperativo
se hace hincapié en el grupo, no en los individuos que lo componen, y los
miembros son vistos como iguales en todos los aspectos.
Diagnostico participativo

Es un proceso de participación de la comunidad en conjunto con los actores o


instituciones de un territorio, por ejemplo, el equipo de salud, dideco, etc. Permite
obtener información útil, para visualizar las áreas de mayor interés de la población
y observar las responsabilidades en la situación diagnosticada.

El Diagnostico Participativo es una instancia para que los equipos de salud


puedan contactarse con la comunidad, y abrir espacios para el encuentro y el
dialogo, en materias de interes comun con sus usuarios.

Es el primer eslabon en un proceso de planificacion, razon que lo situa como una


actividad esencial para generar planes de salud, tanto en los establecimientos de
atencion primaria como a nivel comunal, haciendo parte del modelo de salud
familiar y comunitaria con el cual sustenta el trabajo el Sistema Publico de Salud.
Para los establecimientos hospitalarios, es un mecanismo menos conocido, no
obstante se reconoce necesario en el manejo de su oferta a objeto de responder,
tambien, a la vision y expectativas de los usuarios.

Como mecanismo de participacion, es una potente herramienta que entrega al


establecimiento insumos relevantes capaces de orientar y reorientar su trabajo,
avanzar en mayor asertividad en el desarrollo de las acciones definidas, mayor
eficiencia y adherencia a los tratamientos y controles de salud de su poblacion a
cargo.

De alii que el presente documento pretende colaborar con los equipos de salud del
Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente entregando orientacion y tecnicas que
faciliten su trabajo. Su elaboracion se ha sustentado en diferentes documentos
publicados tanto en el pais como a nivel internacional. No pretende ser un
documento acabado sobre el tema, sino una guia facilitadora, entendiendo que
existe mucha literatura sobre el tema factible de consultar.
Diagnosticar se asocia a la primera fase del proceso de planificacidn. Es la
actividad a traves de la cual se identifica una realidad determinada con la finalidad
de intervenirla para producir un cambio.

El diagndstico participative en salud permite identificar, explicar y comprender en


tiempo real y dentro de la jurisdiccion de un establecimiento de salud, los
problemas que afectan la salud de una poblacidn en un contexto social definido.
Es un proceso de participacion de la comunidad en conjunto con los equipos de
salud, que permite obtener informacidn util para visualizar las areas de mayor
interes de la poblacidn, las carencias, fortalezas y recursos.

Enfatizar que el exito de un diagnostico participative radica en el proceso, no en el


cumplimiento de la actividad. Seguir los pasos de un diagndstico participative
como una "receta", sin considerar contexto y circunstancias no asegura que los
resultados repercutan en una mejor planificacidn del centro de salud.

Basado en el punto de vista de los miembros de la comunidad


Las personas poseen conocimiento de su entorno producto de su praxis, del
hecho de vivir, estudiar y/ o trabajar en un cierto territorio en un tiempo
determinado. Manejan las relaciones sociales que en este se producen, sus
dinamicas culturales, politicas y econdmicas, reconociendose parte de una
comunidad. En base a estos conocimientos de las personas se inicia el proceso de
reflexion, no obstante, que este puede ser parcial, limitado, representando una
vision de la realidad. Sin embargo, la vision de varias personas de la comunidad,
de distintos puntos del territorio que representen distintos grupos de edades,
cultura diversa, otorgara mayor precision en la informacidn recolectada, como
tambien nutrira a los propios integrantes de dicha comunidad territorial.

En el transcurso de identification de la realidad, los participantes se sumergiran en


un proceso que subyace, que es el "educative", tzste implica recoger desde el
propio conocimiento el de otros y con ello obtener un nuevo conocimiento, que
enriquece el initial e individual; desde alii surge el conocimiento comunitario de la
realidad- que no es la sumatoria de los relatos- sino su sintesis como proceso
reflexivo y concluyente.

Pero, tambien la metodologia que proponga la institution contribuira a nuevos


aprendizajes, como por ejemplo; utilizar tecnicas para recoger informacidn, para
analizar, para priorizar situaciones y problemas. Todas ellas si bien no son
conocimientos previos necesarios de las personas y comunidad, seran adquiridas
como producto del proceso. En este sentido hay ganancias importantes que
quedan en los participantes y en el colectivo.

El diagnostic© participative de la situacion de salud, es el proceso que permite


identificar y explicar que elementos de una realidad social generan problemas e
inequidades en salud a una poblacidn determinada, sea esta un territorio o
localidad acotada dentro de la jurisdiccion del establecimiento de salud o la
comuna en general. Es un proceso de participacion de la comunidad en conjunto
con los actores o instituciones de un territorio, por ejemplo, el equipo de salud,
dideco, etc. Permite obtener informacidn util, para visualizar las areas de mayor
interes de la poblacidn y observar las responsabilidades en la situacion
diagnosticada.

El diagnostico participative permite Hegar a “las causas de las causas” de las


condiciones de salud de la poblacidn, por lo tanto ademas de ser una metodologia,
es un instrumento politico que permite que la poblacidn asuma concientemente
sus problemas, se empodere para enfrentar su realidad, en su relacion con el
Estado y para el desarrollo de un trabajo comunitario en su territorio o localidad.

De esta forma, un ejercicio participative en la planificacion, ejecucion y evaluacion


del Plan Comunal de Salud, el Pladeco o el Padem, por ejemplo, permitira integrar
y consolidar la mirada epidemiologica social y la mirada de los pobladores que
colectivamente reconocen en su realidad los efectos en su salud y la forma de
abordarlos, generando un proceso sinergico de soluciones reales y sustentables.
Este documento pretende entregar una pauta de trabajo sobre Diagnostico
Participative a los equipos locales tanto de salud como de otros sectores, recoge
las tecnicas mas accesibles y que aplicadas en el contexto comunitario posibilitan
que efectivamente se produzcan espacios de participacion, de reflexion y de
construccion colectiva, entre equipos locales y la comunidad, acerca de la
situacion de salud y calidad de vida de una comunidad.
Beneficios diagnostico participativo

El diagnóstico participativo puede tener beneficios tanto para la comunidad


implicada como para los foráneos. Para estos últimos, algunos de los beneficios
son:

– Pueden aprender cuáles son las necesidades de las comunidades y cómo


solucionar de la mejor manera estas necesidades.

– Pueden comprender las limitaciones a las que se enfrentan las comunidades


para satisfacer sus necesidades.

– Pueden utilizar el diagnóstico participativo como punto de entrada a un proyecto


en conjunto con la comunidad.

– Si las comunidades quieren compartir información, pueden aprender estas


informaciones importantes.

– Pueden descubrir preguntas de investigación relevantes inspiradas en las


preguntas de las comunidades.

– Pueden ver si los objetivos del proyecto responden a las necesidades y


prioridades reales de las comunidades.

Para la comunidad, algunos de los beneficios del diagnóstico participativo son:


– Pueden tener la oportunidad de aprender diferentes tipos de habilidades
analíticas durante los procesos de identificación, análisis de problemas y
recolección de información.

– Pueden obtener nuevas perspectivas sobre viejos problemas.


– Pueden aprender nuevas maneras de juzgar si sus esfuerzos son lo
suficientemente valiosos como para continuar.

– Pueden aprender nuevas maneras de expresar sus necesidades.

Tanto la comunidad como los foráneos se benefician del diagnóstico participativo,


ya que se alientan los objetivos de sostenibilidad y autoayuda y, como resultado,
aumenta la posibilidad de un impacto positivo a largo plazo.

Además, es más probable que los proyectos tengan éxito porque se dispone de
información relevante y útil para facilitar la toma de decisiones y mediar entre
objetivos y prioridades en conflicto.

Las habilidades participativas pueden desarrollarse a través de la capacitación de


los trabajadores en sensibilización y autoconciencia, enfatizando la capacidad de
liderar, la flexibilidad, la apertura mental, un enfoque sin prejuicios, la honestidad,
la conciencia y la resolución de problemas.

Para obtener beneficios, el diagnóstico participativo se puede realizar en cualquier


etapa del proyecto –incluso si solo es la evaluación final, ya que pasar por el
proceso de una evaluación participativa puede influir fuertemente en proyectos
futuros en la comunidad.

Estos beneficios variarán según una serie de factores: necesidades específicas de


la comunidad, condiciones culturales, políticas y sociales de la comunidad,
disponibilidad de recursos locales o acceso local a otros recursos, entre otras.

El diagnóstico participativo es un método diseñado para obtener opiniones,


propuestas y soluciones desde el interior de una comunidad determinada, con la
participación de grupos de usuarios, hogares residenciales y otros actores locales
de esa comunidad.
El objetivo es la recolección y análisis de información sobre problemáticas
específicas, innovaciones tecnológicas, intervenciones de desarrollo, propuestas
de recursos o políticas de uso de la tierra que afectan a una comunidad o región.
Es un proceso que da a los participantes la oportunidad de decir lo que los hace
sentirse inseguros, y promover la participación equilibrada de género, y al mismo
tiempo, que los mismos participantes generen sus propias soluciones, adecuadas
a sus entornos y necesidades.

¿Cuándo se realiza y a quién está dirigido?


El diagnóstico participativo se lleva a cabo antes del inicio de un proyecto de
planificación propiamente dicho. Sus resultados alimentan la planificación del
proyecto y contribuyen a la eficiencia de las políticas públicas. Es a menudo la
primera vez que una aldea o comunidad experimenta la igualdad en el proceso de
toma de decisiones.

Está dirigido –principalmente– a proyectos comunitarios, donde la toma de


decisiones y los beneficios de la actividad del proyecto recaigan sobre la
comunidad (ya sea individual o comunitariamente). La comunidad puede estar en
cualquier país, y abarcar cualquier grupo social, económico o cultural.

Estas comunidades deben desear y necesitar insumos, recursos o una nueva


perspectiva para cambiar, mejorar, administrar, rehabilitar o procesar de manera
más útil y equitativa los recursos que los rodean.

Proceso para el diagnóstico participativo


Los participantes se agrupan de acuerdo a las oportunidades y limitaciones
similares que comparten entre sí. Las sesiones comienzan con una revisión de las
características de los temas y de las preocupaciones, buscando priorizar los
problemas más importantes para la comunidad.
Posteriormente, se discuten soluciones potenciales y se identifican las posibles
alternativas. El proceso termina con una selección de la mejor solución aceptable
para todas las partes, y donde todos se sientan representados e involucrados. La
solución deberá decidirse entre todos.

El diagnóstico participativo ayuda a las comunidades y personas a:


– Identificar motivos para un tipo particular de comportamiento y revelar áreas de
dificultad;
– Identificar sentimientos y percepción de (in)seguridad y riesgos;
– Obtener información e ideas para manejar un tema en particular en el proceso
de planificación de espacios urbanos.

El diagnóstico participativo se centra en la identificación de problemas y su


priorización. También puede abarcar temas relacionados con la evaluación de las
necesidades y oportunidades de las partes interesadas, puede hacerse un análisis
de género y una evaluación de los sistemas de subsistencia y de la
documentación.

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