Está en la página 1de 26

1.

Un espacio con características


propias

El espacio debe ser pensado a partir de una cuestión


primordial, en la estricta acepción de la expresión: la de
la separación de las realidades sociales, su imposible
confuSión en un mismo punto. De esta simple
comprobación resultan «tecnologías sociales»
específicas, que los hombres han elaborado y
perfeccionado sin pausa, utilizándolas, si no para
reabsorber, al menos para atenuar los efectos del
principio separatista, pero también, en muchas
ocasiones, para gozar de ellos, como lo demuestran los
casos de distanciamientos intencionales. I Estos juegos
con la distancia construyen el espacio humano, que por
eso mismo no tiene nada de espontáneo: no es biofísico
sino social, se trata de un artificio cuyas características
y atributos (que presentaremos al final de este capítulo)
proceden directamente de la necesidad que los actores
sociales tienen de regular la distancia.

Los fundamentos del espacio y de la


espacialidad: la separación, la distancia
Sin duda, cabe admitir, de manera muy abstracta, que
la extensión física existe independientemente del hom-
I Llamo «distanciamiento» a aquello que alude a la voluntaria puesta a
distancia de un individuo o un grupo respecto de otros individuos, grupos,
objetos, cosas. Aunque se pueda hallar en esta definición algunos ecos de
la Verfremdung teorizada por Brecht, o del concepto trabajado por Norbert
Elias (1993), que la define como la capacidad de los individuos para
dominar y objetivar una situación mediante el autocontrol de los afectos,
la geografía emplea esta palabra en una perspectiva muy específica. Se
trata de un término que denota uno de los modos de uso más corrientes y
eficaces de la distancia.

45
bre. Aun sin poblaciones humanas, la superficie terrestre tensión del sistema solar en un dispositivo espacial en el tiene una
extensión, como cualquier planeta, y de hecho la cual se imponen el hecho de la distancia y el imperativo de tenía antes de que
aparecieran los homínidos. No obstan- su gestión. te, hay que reconocer que la distancia surge como fenómeno específico,
observable, controlable (en mayor o menor medida) con la antropización y luego la humanización de Un juego modelo la Tierra.
Señalemos, por otra parte, que las cuestiones de distancia, en el marco de una «exogeografía» implementa- El espacio geográfico
y la espacialidad humana surgen, da en ciertas universidades de Estados Unidos, comien-pues, de una dificultad fundamental que
se les presenta a zan a plantearse con seriedad en relación con Marte, comolas sociedades, y que cada una de ellas tiende a
regular antes se lo hizo en relación con la Luna, desde el momentocon sus medios propios, variables según la época y el
estaen que se concreta una actividad humana (a través de losdo de las estructuras sociales: la distancia. El espacio y la
programas Explorer) y se proyecta una ocupación, aunqueespacialidad sólo constituyen respuestas a un problema
sea ínfima, de ese planeta. La superficie de Marte se con- mayor. Para demostrar la validez de esta afirmación convierte
así, poco a poco, si no en un espacio de «pleno ejerci-tamos con una solución muy simple, pues basta con jugar, cio», por lo
menos en un preespacio o un protoespacio, del en una computadora, al juego más geográfico que existe: que hay que
preocuparse, en términos de distancia, de lael SimCity.
elección de emplazamientos, etc.Recordemos brevemente el objetivo del juego, que es Desde este punto de vista, a todos
aquellos que tenganun éxito mundial: se trata de crear una «ciudad» y aseguplaneado viajar a Washington les recomendaría
una visi-rar su funcionamiento espacial, económico, social y polítita al Museo del Aire y del Espacio. Más allá de la alegoría
co. Para hacerlo, el jugador —urbanista demiurgo— dis patriótica norteamericana, que se advertirá con facilidad, pone
de numerosas herramientas que le permiten gestio la museografía ofrece el seguimiento de una epopeya hu- nar
convenientemente el espacio urbano, tratar de dotarmana: la conquista de la nueva frontera del cielo, y luegola de una
población solvente —puesto que es necesario del espacio galáctico, escenificada de manera notable. So- contar
con recursos para asegurar el ordenamiento— bre todo, se descubre que poco a poco el espacio de los as-regular
los conflictos sociales, prevenir la delincuencia y trónomos y de los astronautas se humaniza, va convir- las
rebeliones, así como toda clase de catástrofes, y desa-
tiéndose, muy discretamente aún, en espacio geográfico, yrrollar sistemas productivos. Este juego, provisto de un de una clase muy
particular: microburbujas de espacioimpresionante sistema de inteligencia artificial, que hace humano distantes, de ocupación más
o menos permanen- evolucionar la ciudad creada en función de las opciones te 2
—donde el robot reemplaza a menudo al
hombredel jugador, constituye a su manera un formidable laboravinculadas por flujos de información indispensables para t01*io
espacial, que expresa, por supuesto, determinada la supervivencia del conjunto y por algunas «rutas» que concepción de lo urbano,
ya que todo lleva a constituir una aseguran el encauzamiento de los humanos y los materia- metrópoli mundial de tipo
norteamericano. Sin embargo, les hacia los nodos de esa red. Se puede advertir en esto no quisiera recurrir aquí a la vía de la crítica
social y políuna perfecta ilustración del despliegue de un primer nivel tica sobre el contenido del programa lúdico, pues lo que de
esa espuma espacial, muy simple todavía, que Peter Slo- me interesa es lo que SimCity revela acerca de la distanterdijk Sión de
ponía la transformación de manifiesto. de También pequeñas se fracciones ve aquí la de expre-la ex-cia ¿Cómo y sus efectos.se
presenta la primera etapa de cada partida?

El jugador se halla frente a una extensión de terreno libre


2
Las cápsulas espaciales, las estaciones orbitales, los satélites, los de asentamientos humanos. Si lo desea, puede trabajar el

establecimientos previstos en la Luna o en Marte.relieve de esa superficie, agregarle montañas, ríos, bos46 47 ques; en suma,

puede modelar el substratum que recibirá allá de una simple gestión de la extensión, lo cual, dicho su establecimiento urbano. Ahora

bien, todo eso no es más sea de paso, desaparece rápidamente de las preocupaque una amable distracción en comparación con lo que

le ciones, excepto que reaparezcan las imposiciones «naturaespera: organizar el espacio. Para ello tendrá que trazar les». Así, se

convierte en productor del espacio geográfico, el primer perímetro de urbanización, cuyo tamaño deter- virtual por cierto, aunque

muy cercano a la realidad, meminará de acuerdo con los créditos de que disponga, pues diante las lógicas que rigen su concepción.

Para lograrlo la creación de espacio siempre tiene un costo, y para ase- del mejor modo posible debe movilizar técnicas, compegurar

su financiamiento se cuenta con una suma global tencias, saberes, ideologías, imaginarios sociales que guiaque se otorga al comienzo

de cada partida, antes de poder rán las modalidades de estructuración física del espacio recaudar ingresos fiscales, si es que la ciudad

funciona que va a elegir.

bien. El carácter de la «zona» —esa es la palabra que se Por ejemplo, deberá realizar elecciones en materia de emplea— debe
especificarse: puede tratarse de una zona hábitat: ¿Privilegiará el hábitat individual, poco denso, o residencial, comercial o
industrial. el hábitat colectivo? ¿Aceptará o no la diversidad social y, Obviemos los detalles a este respecto para concentrar- sobre
todo, la cercanía entre grupos sociales diferentes? nos en lo esencial. Ubicar las zonas se presenta como una También deberá
reflexionar acerca de las estructuras de actividad engañosamente sencilla, y el programa pronto producción y comerciales y su
emplazamiento, sobre las vence al jugador no empapado en la cuestión. En efecto, el modalidades de transporte que privilegiará
(individual o juego se apoya en reglas elementales de una eficacia in- colectivo), las clases de fuentes de energía que convendrá
quietante: 1) Ninguna zona, ningún objeto (puesto que es desarrollar más, la densidad y la ubicación de las infraesposible implantar
estructuras dentro de un determinado tructuras culturales y de formación a las que desea llegar. perímetro), puede ocupar el mismo
espacio que otro. No Reunirá materiales formalizados y ordenados, e ideas que hay superposición posible. SimCity se basa en una
con- participen de esa formalización y ordenación. En suma, cepciÓn geográfica radical de la imposible confusión, en construirá y
dará existencia virtual a un espacio geográfiun mismo punto o una misma área, de dos realidades dife- co, donde el lugar de cada
elemento sólo se entenderá en rentes. 2) A partir de ese principio fundador, resulta cru- relación con todos los demás, y a espacios
sociales, muncial delimitar rigurosamente cada zona (y así definir su dos posibles de experiencias individuales y colectivas. tamaño)
y ubicarla de la manera más racional en las cer- Si bien resulta innegable el carácter lúdico de SimCity, canías de las demás, habida
cuenta, por supuesto, de las la seriedad de los conceptos que están en juego en él no características iniciales de la superficie
disponible. 3) Es- reviste ese carácter: desde hace mucho tiempo se sabe que ta proximidad puede ser lindante (las zonas son
entonces el juego es una actividad muy reveladora de las diversas colocadas unas junto a otras) o estar en conexión (las zo- facetas
de las sociedades humanas. Me atengo, entonces, a nas se relacionan mediante las infraestructuras de trans- SimCity como modelo
en el sentido estricto de la palabra: porte, que se deben ubicar también con gran cuidado). un esquema simplificado y simbólico que
permite dar Si el jugador consigue, a partir del imperativo de la cuenta de una realidad —en este caso, la realidad espadistancia,
delimitar bien, ubicar en forma correcta y ma- cial—. En él obtengo la evidencia de los principios elenejar adecuadamente las
proximidades, entonces, organi- mentales del espacio humano y, en particular, una clara zará una coexistencia espacial virtuosa,
que se verá re- ilustración de la relevancia de la distancia, así como de la compensada con un rápido crecimiento geográfico (hori-
importancia de la delimitación. zontal y vertical, dado que las construcciones cobran altura), demográfico y económico de su ciudad
a través del programa. Esto es más difícil de lo que parece (iincluso para un geógrafo!), y el jugador se ve llevado mucho más

48 49 La sociedad en la distancia material: de este modo se la reduce al espaciamiento, a lo que separa físicamente dos puntos
distintos. Ahora bien, La distancia expresa un hecho difícil de refutar, casi si se admite que toda la sociedad está contenida, en lo
sustrivial, que podemos experimentar todos los días: dos rea- tancial, en la dimensión espacial, se debe reconocer que la lidades
sociales materiales, dos objetos físicos, dos cuer- distancia es una noción intrínsecamente multidimensiopos, no pueden ocupar, sin
alguna clase de artificio, sin ar- nal, tanto como la cosa a la que designa: el conjunto de dides, un mismo punto de la extensión. Están
separados manifestaciones de la separación de las realidades sociay, por lo tanto, distantes. Esa comprobación elemental les y sus
efectos. Por esto mismo, el espaciamiento sólo funda una actividad social, específica, que reúne la totali- constituye una de las
manifestaciones de la distancia en dad de los medios humanos inventados y utilizados para acción en el campo social, la más visible
por cierto, la más conjurar la distancia, la cual separa las realidades y al inmediatamente perceptible —sin duda, más poderosa mismo
tiempo permite, si se la domina, acercarl.as hasta que otras para imponer acciones específicas, más <<rugoponerlas en contacto unas
con otras, aspecto que el juego sas»— y, por lo tanto, necesitada de respuestas impeSimCity muestra bien. La historia de Rosa Parks
me riosas de los individuos y los grupos; mas está lejos de ser parece igualmente explícita al respecto, en la medida en la única. Los
juegos específicos del espaciamiento existen, que todo se origina en la imposibilidad de que dos perso- pero sólo en la interrelación
con los de todos los demás renas ocupen un mismo asiento, salvo excepciones: la de los gistros —social, político, ideológico, etc.—
de la distancia; niños pequeños, que se sientan en el regazo de alguno de resultan necesarios para la aprehensión de esta, pero no sus
padres —pues aún no han concluido ese trabajo de se- son suficientes.
paración que los llevará a la autonomía—, y la de los ena- En especial, los hechos referidos a la distancia les immorados, que así
se niegan a distanciarse. Por otra parte, ponen a los operadores sociales —como se señaló en el cala situación de superposición
de cuerpos humanos sólo se so del jugador de SimCity— estrategias espaciales y, sobre produce en condiciones particulares: la
intimidad amoro- todo, estrategias de ubicación, de limitación, de establecisa, por ejemplo, pero también la violencia, en episodios
miento de regímenes de proximidad. Los actores no se paroxísticos que quiebran durante un momento el orden conforman con
colocar objetos en determinados puntos de geográfico común. En otro registro, no puedo dejar de pen- la superficie —hemos
visto que esa clase de actitud condesar que la mayoría de las grandes místicas buscan e idea- naba al jugador de SimCity a una
rápida derrota—. Conslizan la fusión de todos y de todo en un mismo punto úni- truyen en un contexto particular disposiciones
espaciales co. Las místicas son ideologías «a-geográficas»: rechazan de las realidades coexistentes (llamadas a evolucionar con
la distancia y la separación, aspiran a la constitución de el tiempo, pues el espacio se halla marcado por su historiuna re-unión sin
fisuras. cidad, no es una sustancia inmutable), que expresan sus Los seres humanos han tenido que elaborar tecnolo- «artes y
técnicas» de la distancia. La geografía se debe gías de la distancia (Cf. infra) que proceden de la incues- ocupar de pensar esas
estrategias, y no sólo de comprobar tionable comprobación de esa separación fundamental. la existencia de separaciones o de
espaciamientos mateEsas tecnologías permiten los actos espaciales de los indi- riales, abroquelándose en un enfoque
limitado a medir poviduos, quienes pueden recurrir entonces tanto al acerca- siciones en el marco de una topografía cartesiana de
los miento y la conjunción como al distanciamiento y la dis- objetos sociales. Así pues, el concepto de espacio comprenyunción
de cosas y hombres. de el conjunto de relaciones, en todos sus aspectos mateLa geografía no ha descubierto la distancia reciente-
riales e ideales, establecidas por una sociedad, en un tiem-

mente: son innumerables las obras que tratan esta cues- po dado, entre todas las diferentes realidades sociales. tión. Sin embargo,
en general se considera a la distancia En el origen, lo que prevalecía era la separación física, de manera <<cartesiana», como un
atributo de la superficie es decir, la doble comprobación de la imposible confusión

50 51
—el reagrupamiento en un solo y mismo punto— y de la lo cual constituye un buen ejemplo de estrategia de la disimposible
ubicuidad de una misma realidad material o tancia. Cuando el gran conglomerado dejó de resultar corporal (cosa, ser humano).
En el centro de la experiencia atractivo en un contexto de crisis de la vivienda, el espacio individual y social se halla el carácter
radical del princi- periférico vino a satisfacer el deseo de alojarse de los resi pio de separación. La distancia nace de esta
comprobación dentes de mayor solvencia económica. Todo ello, encua«(materialista» y de la voluntad de acomodarse a ella.
Con- drado en una política de Estado que primero preconizÓ y tinúa, por supuesto, al evaluarse y experimentarse fácil- alentó
masivamente la reunión en las zonas de hábitat comente mediante la separación —o el espaciamiento— lectivo —o sea, legitimó
cierta clase de cercanía—, y lueque se considera la expresión física de la distancia. No go, pocos años después, incitó a las
familias solventes a esobstante, la total socialización del espaciamiento y su capar de esa clase de residencias para ir a poblar
las peritransformación en distancia se imponen a partir del mo- ferias, promovidas como nuevo ideal espacial francés ofimento
en que para los humanos se torna necesario deno- cial. Es conocida la evolución de esa historia urbana: la minar y calificar las
separaciones y sus efectos, y domi- degradaciÓn de los grandes conjuntos determinó que no se narlos. El espaciamiento pone en
evidencia la distancia, dejara de hablar de ella.
la visibiliza. Sin embargo, el mero examen de la amplitudExpongo este ejemplo para que se entienda bien que la
de ese espaciamiento y de sus características físicas noreflexión debe presidir siempre el estudio de los registros
permite comprender cómo este se convierte socialmente,espaciales de la distancia (es decir, todo lo que
remite a al mismo tiempo, en un índice, en un instrumento y en unlos dispositivos materiales, a sus tecnologías, a las
corresfactor de separación entre las realidades, separación que pondientes ideologías), así como el de los registros sociano se
verá necesariamente ocultada por la desaparición les o políticos. Así pues, no hay una distancia social y una de la distancia.
distancia espacial que sean diferentes, sino regímenes De este modo, la política de «heterogeneidad social», particulares de
manifestación de la separación que se deque predica la cercanía física entre individuos pertene- ben estudiar de consuno. cientes
a grupos sociales muy diferentes, fracasará sin duda en el intento de crear la dinámica social y cultural bus- cada, pues la
proximidad espacial instaurada contribuirá, La política surge de lo que separa por cierto, a modificar los modos de expresión de
la dis- tancia social, pero no la suprimirá. Puede incluso fortale- A su manera, esto es lo que proponía Hannah Arendt, cerla,
como hace mucho tiempo ya lo demostraron Jean- quien intentaba aprehender la política y deseaba darle Claude Chamborédon
y Madeleine Lemaire (1970) en su una definición no metafísica ni naturalista, 3 cuando escrianálisis de las poblaciones de grandes
conjuntos urbanos. bía que «el hombre es a-político. La política nace en el esAmbos sociólogos señalaron de modo magistral
que la pacio-que-hay-entre los hombres, o sea, en algo fundamencoexistencia en un mismo nicho habitacional de familias
talmente exterior-al hombre. No existe, pues, una sustanpertenecientes a grupos sociales muy diferentes, al punto cia
verdaderamente política. La política nace en el espacio de no compartir nada —en particular, la misma visión del intermedio y
se constituye como relación» (Arendt, 1995, hábitat y las trayectorias sociales y residenciales a las las bastardillas son mías).
que cada uno puede aspirar—, acentuaba el deseo de dife- pág. 33, de una visión esencialista y, Arendt deseaba apartarse
renciación y distanciamiento espacial de los habitantes al mismo tiempo, volver a hacer de lo político un verdamás dotados en
cuanto a capital social. Mas esto, por otra
parte, tuvo sus efectos: las clases medias huyeron de los 3 En otras palabras, rechazar el zoon politikon de Aristóteles, que ingrandes conglomerados en la década del setenta,
para ac- cita a creer que en la naturaleza del hombre hay una suerte de esencia

ceder a la propiedad residencial tipo chalet en la periferia, de la política.

52 53
dero objeto de pensamiento. De allí la afirmación sobre misma aleación, pretende reabsorber toda distancia
el carácter apolítico del individuo, quien no tendría por social y cultural, e incluso tiende —en especial, durante
naturaleza ningún fluido mágico de la política. 1 Esta las múltiples grandes ceremonias que lo exaltan
nace de la propia organización de todo grupo humano (piénsese en las misas y en los desfiles del fascismo, del
como reunión de entidades distantes, los hombres, que nazismo y del estalinismo)— a reducir el espaciamiento
ponen en marcha procedimientos relacionales — tanto como sea posible, a amalgamar a las personas en
palabra que no se debe entender sólo en su acepción una muchedumbre compacta, sin hiatos entre quienes la
virtuosa— orientados a tratar ese problema del espacio- componen.
que-hay-entre ellos; en Todo esto nos sitúa en una concepción muy social de
suma, de la distancia tal como la hemos definido. Contra la política, que es concebida como una relación al
riamente a lo que llevaría a suponer una lectura apresu utilizar un enfoque que le da a la distancia una función
rada, Hannah Arendt no reduce lo que ella denomina preeminente. Hannah Arendt le procura al análisis de la
«espacio» al espaciamiento físico —como tampoco distancia una atinada profundidad y coadyuva con la
ignora este último—, sino que con ese término designa proposición que estructura mi trabajo. Esa definición de
todo lo que se- la distancia permite comprender mejor, en todo caso,
para a los hombres y les impone juegos y escenas relacio que los hombres y los grupos no sólo están preocupados
nales. Ese principio de separación es exterior al ser hu por reabsorber el espaciamiento que los aleja entre sí y
mano, en el sentido de que no constituye una esencia, de sus lugares, sino que asumen, muy a menudo y de
sino un medio ambiente movilizador. muy buena gana, la opción aparentemente aberrante del
A juicio de Hannah Arendt, cuando esta distancia en- distanciamiento, del apartarse —de sí mismos o de los
tre los individuos desaparece, irrumpe el terror demás—. La organiza ción segregativa, en todas las
totalitario, cuya singularidad y radicalidad son producto, escalas, de muchos espacios
precisamente, de esa abolición: «Al aplastar a los muestra la amplitud de las estrategias de
hombres unos contra otros, el terror total destruye el «atrincheramiento» y le confiere su sentido a la
espacio que media entre ellos. Reemplaza un vínculo de expresión kantiana sobre la «insociable sociabilidad».
hierro que los mantiene tan estrechamente juntos que su Del lado de la socialidad, el acercamiento, la atracción
pluralidad parece desvanecerse en un Hombre único de por el grupo. Del lado de lo insociable, el rechazo de la
dimensiones gigantescas» (Arendt, 1972, pág. 216). El alteridad, de la mezcla inherente a toda sociedad; el
terror totalitario funde a todos los individuos en una deseo de encontrar una homogénea socialidad de la

1
En lo que a mí respecta, estoy embarcado en una empresa de la 54
misma índole, puesto que también intento apartarme de una visión
esencialista y reduccionista del espacio, para hacer de él un verdadero
objeto de análisis,
identidad; el repliegue en el territorio de pertenencia. La objetos espacializados con la finalidad de hacer
toma de distancia, el distan ciamiento espacial y la posibles sus relaciones. En situación de copresencia
separación constituyen instrumentos privilegiados para perfecta, la distancia entre dos objetos es nula:
cumplir con ese deseo.
La organización espacial de la copresencia está,
como se verá en el capítulo 7, en relación directa con la
cuestión de la urbanización y la urbanidad. En efecto,
Conjurar la distancia: técnicas y tecnologías las lógicas inherentes a la copresencia producen de
del juego facto una acentuación de la densidad y, en general, una
Los seres humanos siempre han debido conciliar con mayor diversidad de los objetos copresentes. Ahora
la ineluctable distancia, conjurarla, para lograr bien, el acoplamiento de la densidad y la diversidad se
(sobre)vivir y desarrollarse en ella, para ponerse en halla en el fundamento de las dinámicas de las ciudades
contacto con las diferentes realidades sociales y de lo urbano.
necesarias para sus proyectos y actividades. ¿Cuáles son El desarrollo de la copresencia produce expansión
las tecnologías 2 que han po dido poner en juego? Es en el área del espacio habitado, como bien lo
posible distinguir dos principales (e incluso iniciales): demuestra, una vez más, el juego SimCity o, de manera
la copresencia y la movilidad. La segunda se abre en dos más «científica», toda la historia de los
subtecnologías: el desplazamiento (movimiento de emplazamientos humanos de hábitat agrupado. La
realidades físicas y materiales) y la telecomunicación constitución de agregados cada vez más extensos
(movimiento de realidades inmateriales), que implica, por el propio hecho del de la copresencia,
constituyen dos registros, en permanente articulación, utilizar de manera más adecuada el desplazamiento y la
de la movilidad. telecomunicación, o sea, la movilidad. Esto lle va a
La copresencia, o la búsqueda del contacto recordar que en las sociedades que las ponen en mar-
topográfico cha, las tecnologías de la distancia se conjugan y
combinan, antes que oponerse.
La copresencia puede parecer el juego más simple Los imperativos de regulación de la copresencia por
con la distancia, aunque en verdad su elección no tenga los grupos humanos se sitúan, muy tempranamente
nada de evidente, por más que implique organizaciones (desde las primeras ciudades), en el origen de las
y tecnologías espaciales, como en el caso de la reglamentaciones y prescripciones en materia de
arquitectura y el urbanismo. Se trata de reunir en un organización y prácticas del espacio, que van desde la
mismo espacio, en contigüidad física, entidades y

2
Se entiende por «tecnología» un conjunto de técnicas, prescripciones 55
e ideologías.
definición de las cercanías aceptables, los buenos usos migración, etc.), que muy a menudo se confunden con
de la vecindad y las formas de civilidad hasta las él. Tanto para los individuos como para los grupos, el
normas y las leyes de «ordenamiento». En cuanto tal, dominio de la distancia mediante la movilidad no se
la gestión colectiva y política de la copresencia es un limita al desplazamiento físico efectivo ni a sus
poderoso vector de estructuración de las sociedades. Si técnicas (que llamaremos «transporte»), sino que
bien parece apriori favorable al desarrollo absoluto de comprende además las ideologías y las tecnologías del
las interacciones entre realidades y, en par- movimiento que reinan en una sociedad. La movilidad
implica, pues, al mismo tiempo, lo siguiente:
1. Un conjunto de valores sociales más o menos
56
explícito para los actores, que estos pueden objetivar:
ticular, de las interacciones sociales, 3 la copresencia
¿Está permitido o no, es valorizado o no, el hecho de
no basta por sí sola para crearlas, ya que estas dependen
tener movilidad dentro de un grupo humano? Desde
en especial de las voluntades de los operadores
este punto de vista, la movilidad es histórica y
humanos. Ella crea un potencial relacional (humanos-
geográficamente variada. Estos valores pueden
humanos, hu manos-no-humanos) que únicamente se
cristalizarse en ideologías espaciales predominantes y
realiza según la opción de los operadores.
condensarse en leyes y reglamentos.
En nuestros días, la movilidad constituye, mucho más
La movilidad, o el dominio de la lejanía que una necesidad funcional, la reivindicación de una
gran mayoría de individuos que la concibe como
Junto con la copresencia y sus efectos de
condición para la realización de la existencia y la
reagrupamiento contiguo, también se puede conjurar la
consolidación de la libertad. Algunos querrían incluso
distancia acercando las realidades mediante el
que se introdujera el derecho a la movilidad entre los
movimiento. Se ingresa así en el dominio de la
derechos universales del hombre. En ese sentido,
movilidad. La movilidad es un concepto globalizador,
François Ascher ha señalado que «en una sociedad
a cuyo respecto es importante determinar todas las
fuertemente desarrollada, donde la divi-
nociones a que da lugar (desplazamiento, transporte,
Sión del trabajo no deja de profundizarse, las movilidadestencial, una virtualidad no actualizada, que es
justamencobran una importancia y un significado nuevos, y lete lo que permite el movimiento realizado, es decir, el
desotorgan al derecho al movimiento un lugar creciente, pues plazamiento. 9 La movilidad es posible porque hay una se convierte
de alguna manera en un derecho genérico del oferta de ella: la accesibilidad, que no es reductible a la soque proceden muchos
otros derechos» (Ascher, en Alle- la dimensión técnica, sino que integra todas las condiciomand, Ascher, Lévy (dirs.), 2005, pág.

3
Concibo aquí la interacción social como una relación de influencia 57
recíproca entre actores sociales en situación de copresencia física.
23). Sin duda, no es nes de posibilidad de los desplazamientos contextuales casual que la historia de Rosa Parks se haya
desarrollado del actor. Este no es un agente neutro del movimiento, un en un lugar caracterizado por la movilidad, ni que se haya
simple componente de un stock amorfo; en cuanto protabasado en la reivindicación de una movilidad en buenas gonista activo,
domina una competencia y posee un capicondiciones. Son numerosas las luchas por los lugares que tal de movilidad que se
inscribe en el seno de lo que más
reivindican el desplazamiento, y muchos los regímenes li- adelante denominaré su capital espacial global.
berticidas que obstaculizan las movilidades. Si bien la movilidad y sus exigencias se remontan al 2. Una serie de condiciones

geográficas (no todos los es- origen mismo de la organización de los grupos humanos, pacios, en función de su organización,
conforman el mis- el mundo contemporáneo se caracteriza por una acentuamo marco de movilidad, y en cada espacio la superficie
no ción del peso y de los roles de las movilidades. La cantidad es isótropa), económicas (la movilidad tiene un costo co- de
realidades materiales e inmateriales en movimiento lectivo e individual, como se puso bien de manifiesto en el crece de manera
exponencial desde 1850, es decir, desde período de encarecimiento del precio del petrÓleo), socia- que los avances técnicos
permitieron encarar un doble les y políticas (la posibilidad de moverse difiere según los proceso fundamental: la disminución del
costo del transgrupos sociales y las variables de edad y sexo). 7 El caso de porte y la aceleración de los desplazamientos de hombres
Rosa Parks demuestra que las condiciones de segregación y mercaderías. Los primeros grandes steamers constituye influían
enormemente en las modalidades de movilidad ron un indicador inicial de esta transformación, al mismo de los negros. tiempo que
daban testimonio de las nuevas capacidades 3. Un dispositivo tecnológico y su arsenal de técnicas.8 para desplazar a bajo costo
tonelajes importantes. Desde 4. Un sistema de actores: los grandes operadores de re-entonces, la búsqueda de velocidad no ha
cesado; constitudes, como es el caso de la Société Nationale des Chemins ye uno de los rasgos distintivos de nuestras sociedades
de Fer Français (SNCF), o la Régie Autonome des Trans- mundializadas.
ports Parisiens (RATP), o la alianza de compañías aéreas La promoción de la instantaneidad del desplazamiento Sky Team, o
incluso Dussolier-Calberson, son actores pre- para las realidades inmateriales digitales es, en ese sentieminentes. Pero también un
simple ciclista, un «caminan- do, el término lógico de una historia plurisecular. La transte», un usuario del subterráneo, son actores
de la movili- ferencia en «tiempo reab, mediante Internet, de datos cadad, en vista de que todos ellos dominan técnicas y utili- da
vez más cuantiosos y variados constituye el punto culzan material. minante de semejante búsqueda —hasta que se realice la Para
cada actor, la movilidad es a la vez un proceso ve- vieja fantasía del transporte inmediato de las realidades rificado, que se traduce
en movimientos efectivos, y un po- inmateriales de un punto a otro, deseo que algunos conti núan creyendo posible—. Esta
instantaneidad estuvo en 7 Recordemos, por ejemplo, que en Arabia Saudita las mujeres sufren germen en los balbuceos de las
técnicas telegráficas y, por limitaciones en cuanto a su movilidad, pues no se les permite conducir supuesto, se concretó con el
advenimiento del teléfono, automóviles. pues el movimiento de la voz es el de una realidad social.
8 Al respecto, digamos que ciertos objetos técnicos pueden constituir

verdaderos «actantes» en medio de un sistema de desplazamiento, como 9 A los efectos de eliminar esta ambigüedad, Vincent Kaufman (2000) lo demuestran el estudio de las
cadenas logísticas y el papel que en ellas propone emplear la palabra para circunscribir el potencial y desempeñan los grandes sistemas expertos y los autómatas. reservar
«movilidad» para lo que corresponde al desplazamiento.
58
59
Insistimos en que el desplazamiento de bienes inmateria- distancia que puede recorrer cada día. ll Hasta la más les (capitales,
informaciones, imágenes, lenguajes) debe pequeña ganancia en materia de rapidez en el transporte ser considerado una
auténtica movilidad, un poderoso or-se compensa siempre con una extensión del espacio que ganizador de disposiciones
espaciales en todas las esca- debe recorrer cada individuo. Todos los estudios llegan a las, desde el escritorio donde uno se
conecta con Internet la misma comprobación.
hasta el Mundo. El aumento en la velocidad de los desplazamientos oriLa búsqueda de velocidad en los desplazamientos, evi-
gina, pues, una mayor complejidad en la espacialización dentemente, no ha concluido, Las exigencias de rapidez de los individuos
y los grupos. En cada caso, a medida que imponen logísticas cada vez más pesadas y costosas, así es posible desplazarse con
mayor rapidez, cobra mayor como sofisticadas competencias de los actores (incluido el importancia el espacio relativo del
desplazamiento y se simple homo turisticus). Los costos económicos generales torna más sutil el juego cotidiano con las
distancias. Por de la movilidad tienen tendencia a incrementarse, así co- añadidura, los medios rápidos de movilidad, que se han
insmo los costos temporales y sociales, por el simple hecho de cripto ya en nuestras vidas como instrumentos indispenque
aumenta la movilidad tanto de los individuos como de sables de un estilo de vida, necesitan espacios específicos:

las cosas. En contraposición a una idea aceptada y a algu- autopistas, estaciones, aeropuertos, que se convierten, nos tópicos en
boga, 10 la carrera por la rapidez y la promo- con todo lo asociado a ellos (hoteles, comercios, servicios), ción de la instantaneidad,
a la vez como hecho, como obje- en hitos fundamentales de la existencia de gran cantidad tivo último y como valor social e
incluso cultural, no pare- de personas. Muy lejos de ser no-lugares, como afirmaba cen alienar la dimensión espacial. Muy por el
contrario, Marc Augé (1993), 12 quizás un tanto apresuradamente, de ello resultan inéditas organizaciones del espacio y de las
constituyen emblemas de espacios contemporáneos, factoespacialidades. res de atracción para nuestras espacialidades de
moviliEn verdad, cuanto más se convierte la velocidad en una zación. Se trata, de alguna manera, de «híper-lugares» apuesta,
más se consolida la relevancia del espacio, pero —aquello que en el capítulo 7 denominaré <<conmutador de un espacio cada
vez más variado, que no es el de los dro- espacial»—, creaciones donde la estandarización de las mólogos, quienes lo reducen,
en una concepción rudimen- formas no impide la familiaridad, la alegría de encontrartaria, a una extensión a recorrer. Podríamos
multiplicar se en terreno conocido; no suprime la apropiación, el plalos ejemplos que dan cuenta de que el aumento de la velo-
cer de «habitar» allí con plenitud, aun fugazmente, ni elicidad refuerza la importancia de la cuestión espacial. Así, mina la
interacción o la intersubjetividad. es bien sabido que el continuo aumento, en las últimas décadas, de la velocidad promedio de
desplazamiento coti- ll Esta evolución resulta extraordinaria en el caso del TGV [tren de diano —gracias, en particular, al
acondicionamiento de alta velocidad). El despliegue de la red para trenes de alta velocidad las rutas, que favorece la
automovilidad, y también de las dilató metrópolis el espacio vinculadas de los por desplazamientos una línea rápida. laborales
Un coloquio entre las organizado principalesen grandes redes ferroviarias en las principales organizacio- noviembre de 2006, en
ocasión de celebrarse los veinticinco años del nes urbanas europeas— ha generado un extraordinario TGV, demostró que
mediante ese tren emblemático y sus ramificaciocrecimiento de las superficies urbanizadas. En efecto, nes (Eurostar, Thalys,
etc.) se había constituido una nueva geografía de
cuando chos casos se incrementa el habitante la no velocidad reduce la del duración trayecto, del en tiempomu-lugar
movilización 12 En no el es próximo sino cotidiana.un capítulo espacio diferente (infra, págs. del lugar: 134-5) un demostraré
área, una que red. el Parano-

que emplea en el desplazamiento, sino que aumenta laun geógrafo, la expresión empleada por Marc Augé resulta problemáti-
10 En especial, entre los partidarios de una concepción trágica de lalo fuera una
ca, pues connota negativamente el espacio, que es designado como si só
«nada». Pues bien, ningún espacio es nada o es sólo la pura dromología, ciencia de la velocidad, desarrollada por Paul Virilio (1984,negación de algo. Marc Augé fuerza las
cosas a partir de un análisis jus1993), quien plantea una crítica a la velocidad como principio corruptorto de la estandarización formal. Veo allí, sobre todo, un efecto retórico,
de lo real. pues en otros aspectos el libro a menudo resulta pertinente.

60 61
La instantaneidad de la comunicación, por su parte, nociales y de las prácticas correspondientes, muestra desde
anula el espacio ni la espacialidad: les da una función y hace años una creciente profusión de ofertas basadas en nuevos registros.
Así, la telecomunicación les confiere al la lentitud, orientadas especialmente a una clientela más espacio de emisión y al de
recepción —la habitación, la ofi- bien dotada de capital social, con caminatas que garanticina, el lugar donde el teléfono móvil
está activado, etc.— zan, según se considera, una auténtica relación de descuun papel preeminente de polarización de la
vivencia. La brimiento a quien se entrega a ellas. Pienso, en particutelecomunicación maneja simultáneamente un conjunto lar,
en las prácticas pedestres, que consisten en tomar los ilimitado de espacios —itantos como telecomunicantes en antiguos
caminos de peregrinación o los senderos rurales, un momento determinado!— y alimenta espacialidades o también el
resurgimiento de las caminatas urbanas cobanales, pero de una extraordinaria variedad. Todo ello, mo modo de conocer la
ciudad. Muy a menudo se trata de en escalas que no se suelen considerar con la suficiente prácticas de movilidad basadas en la
búsqueda de una atención. Quienes estiman que la telecomunicación ani- particular experiencia del espacio y de una diferente
expequila el espacio no son capaces de ver, sobre todo, la com- riencia de sí mismo. plejidad de las situaciones espaciales que
permite.
El espacio de las sociedades contemporáneas hipermó- viles es relativo, relacional, y está marcado por la coespa- Las dos
proximidades cialidad, es decir, la capacidad de gozar al mismo tiempo de varios espacios de diferente tamaño (Cf. infra). Las
mi- He mostrado antes que el SimCity llevaba al jugador, croescalas resultan particularmente fundamentales, por- cuando
menos, a discriminar intuitivamente entre una que es en ellas, en el seno de esa esfera personal cuya im- proximidad de contacto
directo, cuando ubica dos zonas portancia ya he señalado, en el espacio doméstico, en cada que se juntan físicamente, y una
proximidad basada en la automóvil —que constituye al mismo tiempo una exten- accesibilidad, que se resuelve recurriendo a
medios de Sión del espacio personal y una concentración del espacio transporte que unen dos perímetros o dos
infraestructudoméstico—, donde se despliegan las prácticas telecomu- ras separadas en la extensión. El juego presenta, de
manicacionales. nera evidente, una distinción de importancia para quien Por otra parte, hoy en día no es tanto la velocidad pura
quiere comprender el espacio de las sociedades.
(que en mayor o menor medida resulta accesible a la gran La lógica de la copresencia promueve la contigüidad de mayoría),
sino la capacidad de dominio de las diferentes contacto físico entre las realidades unidas y desarrolla métricas de la movilidad,
incluida la de la lentitud, la que más bien las interfases y los encajonamientos, en tanto desempeña el papel de elemento
distintivo entre los indi- que la lógica topológica, vinculada con la movilidad, insviduos y entre los grupos sociales. Al respecto,
el sedenta- taura una conexión que conserva la separación material rismo absoluto y el elogio de la lentitud aplicada a todas
entre los dos objetos unidos. La diferencia no es menor, y las prácticas sociales constituyen actualmente una pos- todas las
investigaciones empíricas demuestran que la tura de distinción radical. Uno y otra hicieron su ingreso «ubicuidad mediática»
no es comparable para los indivitriunfal en la esfera social gracias a su promoción, por duos, en términos de vivencia como de
representaciones, ejemplo, en Italia (donde la moda del «slow food» se ha di- con la copresencia material y física. Ello se debe
a que las fundido tempranamente y la apología del desplazamiento modalidades de proximidad establecidas por una no son
urbano lento gana terreno), y ahora también en Francia, idénticas a las establecidas por la otra.
en medios tan diferentes como los de la gran burguesía y Consideramos útil, entonces, distinguir la proximidad una cierta
izquierda «altermundialista», que asimilan topográfica de la proximidad topológica. La primera cavelocidad con capitalismo.
Cabe destacar que el turismo, racteriza los espacios marcados por la continuidad y la gran campo social de cristalización de las
ideologías espa- contigüidad: es una proximidad de contacto inmediato

62 63 (entre las realidades espaciales contiguas) que define uncindad estructura entornos topográficos y fracciones espa
entorno. El entorno es el conjunto de espacios contiguos en ciales conexas, pero de ninguna manera esto constituye
contacto físico recíproco. La segunda es la que permiten un ordenamiento liso y llano, sin hiatos ni rupturas, pues las redes de
transporte, de comunicación, a las que se pue- el individuo discrimina bien lo que en términos de proxide denominar de
conexidad: aquí, lo cercano no es necesa- midad es contiguo y lo que es conexo. Por eso mismo orgariamente contiguo, sino
conexo, en el sentido de la teoría niza su práctica jugando a la vez con la copresencia y la de los grafos, es decir,
lo situado en un nodo de la red que coespacialidad. es accesible a través de una línea, de una «arista» del grafo. Lo que cuenta
es el acceso a otro nodo, minimizando la cantidad de líneas del grafo que se deben recorrer, y no el El instrumento separador
ingreso al entorno topográfico. Esta proximidad es, pues,
mediata. Además de las tecnologías de dominio de la distancia La proximidad topográfica valoriza lo lindante, mien- que
les permiten a los operadores disponer a su antojo las tras que con la conexidad lo esencial es estar rápidamente realidades
sociales, hay otra familia de instrumentos: la vinculado con (una cantidad máxima de otros puntos de la del recorte espacial. En
efecto, jugar con la distancia, red a través de un mínimo de aristas), y no junto con. Con organizar la coexistencia de las realidades
espaciales, exila telecomunicación uno incluso se emancipa, por lo me- ge saber y poder, a la vez, reagrupar realidades en
conjunnos en apariencia, de las aristas de la red física. Se accede tos que compartan una misma modalidad significativa de
directamente al prójimo comunicacional, o, más bien, el espacialización, y distinguir ese conjunto de otros. Para medio que
permite el acceso parece transparente. Sólo se esta distinción se cuenta con dos herramientas complenos impone el «operador»
comercial y administrador de la mentarias: 1) la designación y la calificación, con las que red técnica, ya casi naturalizada,
incorporada a nuestras reconozco un espacio al darle nombre y otorgarle cualicostumbres, como una prótesis cuyo carácter de
artefacto dades que lo caracterizan; 2) la delimitación, con la que olvidamos. De ahí el desasosiego que
experimentamosreconozco el espacio en cuanto a extensión, por definición frente a una falla o una avería del objeto técnico
comuni- de límites espaciales que separan una entidad geográfica cacional: es casi una parte de nosotros la que deja de fun- de
otra.

cionar. Esta especificidad de la telecomunicación permiteVuelve a aparecer aquí la separación, mencionada al distinguir entre
una proximidad topológica reticular, po- comienzo de este capítulo, mas esta vez en cuanto principio sibilitada por el
desplazamiento, donde la red de trans- de organización del espacio geográfico, resultante de las porte es claramente aprehendida
en cuanto mediación porelecciones y acciones de los actores para hacer frente a lo el usuario, y una proximidad topológica
comunicacional. que atañe a la distancia. Así, la separación sería, a la vez, El transporte, la comunicación, crean en todo caso
pro- la fuente de la construcción del espacio por los seres huximidad al «eufemizar» la separación, es decir, la manifes-
manos y una herramienta eficaz de organización espacial tación física de la distancia, mediante la eficacia del «ac- de las
realidades sociales. Se circunscribe mejor este paceso a», cuyo crecimiento se procura sin pausa. «Eufeml- pel instrumental al
interesarnos en los operadores y las zar», mas no «suprimir», para destacar que las proximida- operaciones «separatistas» y,
muy en particular, en aquedes topográficas y topológicas no son semejantes desde el llos que remiten a la delimitación, puesto
que delimitar punto de vista del espacio ni desde el de la espacialidad, constituye un acto espacial separatista tan
común como Este enfoque permite, cuando menos, definir la noción de poderoso, que contribuye en gran medida a
configurar los vecindad, que es el conjunto de espacios considerados cer- espacios humanos. He insistido en que el
SimCity obliga canos por un actor, sean cuales fueren los regímenes de al jugador a delimitar estrictamente los perímetros que
proximidad utilizados para ponerlos en contacto. La ve-pretende establecer. La desatención en este ejercicio lo

64
65
condena a una rápida derrota, debido a que el programalógicas segregacionistas en medio de las organizaciones del juego se
caracteriza por la relevancia de la zona y de laurbanas contemporáneas (Cf. infra).

división en zonas. A lo largo del libro proporcionaré mu- 3. Límites abiertos continuos; por ejemplo, una frontechos otros ejemplos con
respecto a la importancia de la de- ra en un espacio de libre circulación, como el llamado «eslimitación. pacio de Schengen».

Si bien la propensión a delimitar parece constante y 4. Límites abiertos desdibujados (el espacio de transiuniversal, son
numerosos y muy variados, por supuesto, ción, no materializado pero a menudo interiorizado por los tipos de límites, tamaños
y alcances: los actores, que separa dos áreas o, más generalmente, dos 1. Límites cerrados, materiales, que definen un encla-
entidades espaciales diferentes).
ve, que lo separan claramente del resto: una muralla; unaToda geografía se debe interesar en los límites y en su
barrera; un muro fronterizo impenetrable; un cercado con franqueamiento, unos y otros creadores de
configuracioalambre de púas, uno de los más eficaces instrumentosnes espaciales y de espacialidades que tienen
considerageográficos de la época industrial, cuya «polivalencia» esble gravitación en la diferenciación de los
espacios humaflagrante, ya que supo contribuir, al mismo tiempo, a la nos. Se entiende, pues, la necesidad de identificar
a los instalación de vallados en las grandes praderas nortea- operadores, las operaciones y los marcadores (materiales
mericanas y, más generalmente, a la consolidación de loso no) de los recortes y las limitaciones, operaciones que inlímites
de las tierras, la protección de las trincheras en ducen siempre a juegos con la distancia. Entre los opera1914-1918,
la delimitación de los campos de concentra-dores en cuestión, algunos son, por supuesto, institucioción (Razac, 2000); pero
también el umbral de las vivien-nalmente relevantes: los actores económicos, los propios das, un límite fundamental que puede
adoptar, por otra geógrafos y sus herramientas de conocimiento, como los parte, características muy diversas y resultar más o
me- mapas, cuyo poder de desarticulación analítica de los nos infranqueable. componentes del espacio y de delimitación es
evidente.
2. Límites cerrados inmateriales, como los impuestos Pero también están, sobre todo, los individuos, que día hoy en día por
los sistemas de televigilancia y teleseguri- tras día establecen los hitos y los límites que jalonan y cirdad, muy eficaces
operadores de delimitación y discrimi- cunscriben sus espacios vitales. nación, o los instaurados por las reglamentaciones,
como el que estaba presente, por ejemplo, en el espíritu de los habitantes en 1955 los de ómnibus Montgomery, se caracterizaran
y que explica por el la hecho segregaciónde que Un espacio híbrido y sus atributos
espacial. Una campaña oficial de lucha contra la discriminación y el racismo, expuesta en el mobiliario urbano pa- Lo ideal y
lo material risino en 2003, jugaba inteligentemente con la existencia de esa clase de limitación inmaterial. La imagen mostra-
Para completar esta clave de lectura de la organizaba un espacio público visto desde arriba, en forma oblicua. ción de la
dimensión espacial de la sociedad restaría preUna línea amarilla lo cortaba en dos, y a ambos lados de sentar las características
fundamentales de todo espacio ella había grupos de individuos que se ignoraban «visible- humano. La primera de ellas, la
hibridez ideal/material, mente». El eslogan planteaba el interrogante acerca de si se desprende de un postulado simple: lo real
es mayor que las discriminaciones no existían sólo en las cabezas, o sea, la materia.
si el límite espacial no demostraba ser, ante todo, un lími- Se debe en particular a Maurice Godelier la ruptura te mental,
psicológico, cultural y social. Sin ninguna du- con el clásico antagonismo contraproductivo que oponía la da, esa clase de
separaciones es frecuente e incluso tiende idea a la materia y, a la vez, haber sacado a lo ideal de su a incrementarse, lo que
explicaría el reforzamiento de las reducto filosófico y hacer de él una noción de primer orden

66 67
para las ciencias sociales. En un libro esencial, Godelier desde las que más se basan en lugares <<temas» de imágedemuestra
que la fuerza propia del hombre consiste en go-nes mentales y representaciones hasta las más abstraczar de la capacidad de
transformar la naturaleza. Al ana-tas, desconectadas de un referente espacial preciso. lizar los mecanismos de producción
de la sociedad que uti- El ejemplo del SimCity ya me permitió destacar que el lizan los hombres, explica que la realidad social
nace de la jugador que pretende colocar y delimitar en forma correcdialógica permanente entre lo material y lo ideal. Al insis-
ta «zonas», manejar convenientemente sus relaciones, tir en la relevancia de la materialidad, Godelier pone de tiene que apoyarse
en una ideología espacial, es decir, en manifiesto una laguna en las ciencias sociales, que consis- un conjunto de ideas y
principios abstractos que le permite en la prolongada ocultación de la importancia de la es- tan definir la correcta organización
del espacio urbano y fera ideal, aun cuando está siempre activa, en las múlti- de las prácticas convenientes, y que le sirvan para
enmarples manifestaciones y formas de existencia, puesto quecar su intervención y sus acciones espaciales. Ese sistema
constituye «el pensamiento en todas sus funciones, pre-ideal (al que es preciso conectarle todos los demás, ya sente y actuante
en todas las actividades del hombre» (Go-sean individuales o colectivos), no siempre objetivable nedelier, 1992, pág.
199).cesariamente por el individuo, abierto a los valores sociaA partir de este hecho, no es posible estudiar ninguna les y
culturales en curso, forma parte plenamente de la disociedad, por minúscula que sea, sin comprender la rela- mensión espacial
de una sociedad.
ción permanente entre la materialidad y la idealidad y suEn una disciplina caracterizada por el materialismo e carácter
creador del orden social. La idealidad no es laincluso, durante mucho tiempo, por una especie de obseinstancia de las ideas
abstractas, sino el pensamiento, en Sión por lo concreto, los geógrafos se apoderaron de esta todas sus formas (incluidas aquellas
que lo fijan en enun- teorización para dar un lugar a las idealidades en la consciados materiales, como los mapas, las pinturas,
los obje- trucción social y en el despliegue del espacio y de la espatos, o en dispositivos formales, como los edificios, los pai-
cialidad. Esto permitió plantear el postulado de la naturasajes, etc.), puesto en acción en la construcciÓn y estabili- leza híbrida
del espacio que combina siempre lo ideal y lo zación de los ordenamientos sociales y en las prácticas de material. De esta manera
se reconoció la dimensión ideal los seres humanos. de la espacialidad humana y se produjo la «semantización A los fines del
análisis espacial resulta necesario reco- de los objetos» de la geografía (Gumuchian, 1991, pág. 69). nocer esta tensiÓn dinámica
entre la idealidad y la mate- Conviene comprender el alcance de esta «semantizarialidad. Esto permite refutar la reducción
materialista y ción». Ello significa, en particular, que el espacio y la esel conocimiento truncado del espacio que ella sostiene y,
a pacialidad están presentes en los lenguajes que expresan, la vez, la deriva del puro idealismo, tan perjudicial en el denotan y
connotan, en el seno de la esfera de comunicaplano científico. Asumir el carácter híbrido —ideal/mate- ción e interlocución,
visiones del espacio, concepciones de rial— de la dimensión espacial enfrenta al geógrafo, sin la espacialidad, modalidades de
relación de los individuos duda, con objetos complejos. Por ejemplo, el espacio viven- y las sociedades con la distancia, los
hechos de localizaciado por cada individuo demuestra ser, en efecto, un com- ción, delimitación, recorte. . . «Caminaré hasta
esa cumpuesto complejo: es una mezcla indisociable de formas y bre para mirar el espléndido paisaje que tendré a mis pies»
estructuras materiales, de variadas escalas —desde pie-es un enunciado banal explícitamente espacial que contiezas y objetos
propios de la esfera íntima del hábitat hasta ne una parte de la dimensión espacial de la sociedad en la los espacios
más grandes, que por otra parte resultan que participa quien lo enuncia. Otros enunciados no son enormemente
abstractos debido a las construcciones, los tan claramente espaciales, aunque, por poco que se refleespacios
públicos urbanos— y de idealidades muy diver- Xione al respecto, la mayoría de los juegos de lenguaje de sas,
l
desde las menos reflexivas hasta las más objetiva- os individuos suelen referirse, directa o metafóricamente,
bles, desde las más singulares hasta las más generales, al espacio y a la espacialidad. Tendré ocasión de volver
so68 69 bre este punto en los capítulos 3, 4 y 5, pero aquí (metáfo- las ciencias sociales y cuya aplicación excede
el ámbito de ra de posición, como se habrá advertido) quisiera detener- lo visual. Una definición de la representación
se puede enme un momento en las clases de enunciados importantes contrar en el trabajo de Louis Marin, para quien esta es
para quien se interese en el espacio social: los que forman «la enunciación poderosa de una ausencia» (Marin, 1993, el campo
de la imaginería espacial, esas visualizaciones pág. 10): presenta de nuevo algo que no está allí, y en los que ponen en imagen
al espacio. orígenes mitigaba la ausencia de lo que la muerte, la corrupción del tiempo, había hecho desaparecer, para llegar a
manifestar por extensión la presencia de todo lo que se La imagen más allá de la representaciónescabullía al aquí y ahora, fueran
cuales fuesen los motivos. Al mismo tiempo —esta mención resulta fundamenSegún el sentido etimológico original, la imagen
es latal , exhibía su propio estatus de enunciado representareproducción invertida que una superficie pulida devuel-tivo, lo cual
le permitía al espectador y/o al lector constive de un objeto que se refleja en ella. La imagen es, pues,tuirse en sujeto que miraba
y/o leía.
una copia, el doble analógico de un objeto. De esa maneraEste enfoque representativo puede ser hoy criticado y se considera a
la imagen en la acepción estrecha del enun-enriquecido. Muchos geógrafos lo han empleado de maneciado icónico. El ícono
es, para Charles Sanders Pierce, unra mecánica al postular que la re-presentación (el mapa, signo en relación de similitud con
su objeto referente, jun- por ejemplo) mostraba, deformándolo, un espacio real «ob-
to con el símbolo, que está en relación arbitraria, y el índi-jetivo», existente en sí mismo. Sin embargo, esta idea sólo ce, que se
halla en relación física con el objeto. Por ejemplo, se sostiene si se cree que lo real geográfico es un y, el World Trade Center
de Nueva York era un índice del por añadidura, reducido a su materia, cuando las realidapaisaje de la sleyline del centro de la
metrópoli, un ícono des espaciales construidas son siempre híbridos de matede Manhattan y de Nueva York, y un símbolo de
la «po- rias, prácticas e ideas. De hecho, la imagen no representa tencia imperialista» y de la mundialización. Su desapari- tanto
aquello que serla su antecedente (lo «real espacial ción, que por otra parte puso de manifiesto la fuerza vi- independiente»), sino
que presenta lo que inventa, lo que sual de esa arquitectura y su potencial para fijar los signi- hace advenir. No muestra un orden
preexistente estable: ficados, modificó las representaciones y los discursos en expone lo que no existe sin ella. Hace existir el
mundo eslos tres «niveles». pacial en un ordenamiento que constituye uno de sus orEn todo caso, hoy en día, la palabra «ícono»
se utiliza denamientos posibles, socialmente aceptables. Ese espacorrientemente en las ciencias sociales (y no sólo en las cio
«figurado» por la iconografía no es, pues, «sólo» una ciencias del arte) para designar, mucho más allá del ícono imagen espacial,
un doble mimético, una réplica reducida: stricto sensu (la imagen religiosa bizantina), cualquier es también, sobre todo, espacio-
propiamente-dicho, confienunciado visual fijo en relación directa con un objeto re- gurado por la imagen, soporte de discursos
y prácticas espresentado. Por extensión del sentido literal inicial, es paciales de los operadores (políticos, urbanistas,
habitanimagen cualquier representación visual, ya sea material o tes, etc.). mental, que se refiera a una realidad objetual
<<concreta» o a una idealidad abstracta. Vuelve a aparecer también aquí la acepción inicial de la palabra «figura», a saber, re-
Lo visual y el espacio presentación de un objeto.
Esta primera aprehensión de la imagen hace de ella Es importante, pues, superar el enfoque clásico de la una modalidad de
expresión de la representación que se imaginería y de la iconografía fija o móvil, para abordar puede tener de algo. Nos hallamos
dentro de un paradig- todos los dispositivos visuales, que incluyen, por ejemplo, ma representativo clásico, cuya importancia se
conoce en el paisaje, la escenografía, las diversas instalaciones; en

70 71
suma, todo lo estructurado que sea visible (Sõderstrõm, tivo local desde la altísima ubicación del satélite) está en 1998). El
examen de la dimensión visual del espacio geo- vías de imponerse como un estándar visual universal. Ya
gráfico es desde ahora fértil. Nos referiremos a dos cam- muchos noticiosos televisivos utilizan el zoonz de Google pos
de investigación que consideramos particularmente para localizar el lugar del reportaje anunciado. Sin ninguinteresantes. na
duda, nuestra relación con la imagen de la superficie Un primer problema es el de la producción de la imagi-terrestre
está cambiando con esta clase de herramientas. nería y de los dispositivos visuales: comprender cómo es- Todos estos
servicios les brindan a los internautas la tos se pueden materializar y difundir en determinadosposibilidad de elegir un
destino, ubicar un proveedor, un contextos sociales, sondear sus condiciones de posibilidad café, un restaurante, indicar
a los visitantes la ruta que (ideológicas, cognitivas, tecnológicas, técnicas), constitu- tienen que seguir para
encontrarse, preparar un desplayen investigaciones de la mayor importancia y de un inne-zamiento. Muy a menudo se
busca también localizar la regable interés, como lo demuestra el notable trabajo de De- sidencia propia, el lugar de
vacaciones, o simplemente dinis Cosgrove sobre las nuevas representaciones de la Tie- vertirse o cultivarse gozando con el
espectáculo propuesto rra vista desde el espacio (Cosgrove, 1994). Sin duda, lay con la capacidad de ubicar con una
impresionante precipresencia de los geógrafos continúa siendo escasa en esta Sión, en el caso de Google Earth, objetos
espaciales incluso materia, en un período en el cual las nuevas imágenes es- del tamaño de un automóvil.
paciales proliferan, en especial a través de los sistemas de Otros sitios web, cada vez más numerosos y cuya auinformación
geográfica (SIG) y de los nuevos serviciosdiencia es asimismo considerable, proponen vistas panoofrecidos en la Web. Es de
temer que falte hoy en día una rámicas de 360 grados y/o visitas virtuales. La panorámivigorosa captación crítica de esta
imaginería ya omnipre- ca de 360 grados, por ejemplo, resulta sin duda fascinante sente, aun cuando se han publicado trabajos
importantes y su éxito en todo el mundo es extraordinario. Sus prestapero todavía muy aislados (Pickles, 1994). Sería de desear
ciones se multiplican y la cantidad de adeptos crece expo-

que, al salir poco a poco de su fascinación por el mapa, los nencialmente, a medida que las técnicas de realización y geógrafos
no caigan en otro deslumbramiento: el de la de puesta en línea de las imágenes se vuelven, desde el imaginería digital de los
SIG. punto de vista financiero, accesibles y manejables por la A este respecto, la aparición en 2005 de «Google Earth»,
mayoría de las personas (Cf. http://www.panoramas.dk o

herramienta con la cual se pueden interpolar en un mis- http://www.geopanorama.com). Cada uno puede ahora mo
«documento», mediante imágenes satelitales, datos proponer a la mirada de los demás las panorámicas que cartográficos que
permiten obtener una visualización en toma desde cualquier elevación del terreno en un medio 3D y generar <<mapas
digitales», constituye un ejemplo ambiente más o menos paisajístico, en el sentido de que no particularmente significativo del
potencial de la imagine-siempre un paisaje en torno a un punto de vista panoráría espacial de última generación. Por supuesto,
Microsoft mico de 360 grados es el mejor. En efecto, dado que el pasiguió de cerca a Google y en el verano de 2005 lanzó su
norama puede ser captado casi desde todas partes, no propio servicio, «Virtual Earth». MSN y Yahoo, así como todos los
espacios resultan paisajes atractivos como para también el Instituto Geográfico Nacional en Francia, con captarlos en imágenes.
su «Géoportaib, ofrecen desde hace poco servicios compa-El panorama desde la cima del Everest constituye un rables y muy
apreciados. No se puede menos que recono- ícono muy valorado (es uno de los más mirados), que remicer, empero, el éxito
incomparable de Google Earth, cuyo te a modelos canónicos de la visión paisajística. Cabe citar modo de presentación de la
superficie terrestre (en parti- como ejemplo, entre otros, el registrado por el espectador cular, por la asombrosa rapidez y
precisión del zoom sobre de un acontecimiento «deportivo» —en este caso, una comla zona geográfica que se desea mirar, lo
cual da, en ver- petencia de snow board estival (i!) en una pista artificial dad, la fascinante impresión de precipitarse sobre el
obje-de Taipei, el 23 de julio de 2005—, que se podía ver como

72 73
da de 1990, los trabajos sobre lo visual en ordenamiento
«imagen de la semana» a mediados del mes siguiente en el y arquitectura (Pousin, 1995; Pousin sitio www.panoramas.dk, remite
más bien a un género espacial, (ed.), 2001) urbanismo hayan sido los más propicios para la reflexión

que es el del telerreportaje de demás aficionados, en torno en al el caráctercual seacerca se manifiestan de los poderes con más de
la claridad imagen, los dado vínculos que es allí entre dondelas
procura la complacencia de los
insólito de una situación.
imágenes, las realidades construidas y los actos.
Se crea así una familia de imágenes espaciales de una
gran variedad, pero homogeneizadas por la técnica de
captación y de consulta: siempre se vuelve a encontrar
el
Los poderes de la imaginería principio que consiste en
simular, mediante un clic prolongado en el mouse, el giro total sobre sí mismo del obser- de esas investigaSi nos basamos en las
conclusiones vador, en un sentido u otro, a veces con la posibilidad del movimiento ascendente o descendente de la «mirada»,
ciones, que se pueden extender al conjunto del campo de la imagen espacial, el éxito y la eficacia de los documentos también
controlado por medio del mouse. La panorámica visuales, su valor pragmático, parecen obedecer a dos «pode 360 grados es
resultado de retomar un tipo clásico de deres» esenciales: mirada espacial, muy valorizado en la imaginería social
1. Constituyen instrumentos de dominio del espacio
occidental, en particular en la actividad turística y/o de por su aptitud para reducir radicalmente la complejidad descubrimiento,
en el contexto de la difusión de una nue- función de la
de este. La amplitud de la cognitiva y social va cultura
técnica: la de la imaginería digital y de Inter- figura es fruto, ante todo, de la aparente confiabilidad que net, que ofrece a una
cantidad cada vez mayor de indivi aporta en la captación del espacio. En un texto dedicado a duos la posibilidad de producir,
manipular y difundir do- las técnicas científicas, Bruno Latour expresa con claricumentos visuales.
dad este poder de médium figurativo: «No hay nada que
el Esto no debe llevar a temer o denunciar una supuesta hombre sea en verdad capaz de dominar: todo es de pronto
desrealización del mundo mediante la creación de un uni- demasiado grande o demasiado pequeño para él, demasiaverso virtual
—a mi juicio, esta actitud revela cierta pere- por capas que hurtan
do mezclado o compuesto sucesivas za intelectual—.
Toda esta imaginería forma parte de la a la mirada lo que quisiera observar. iSí! Sin embargo, una dimensión espacial de la
sociedad mundializada e incluso
Mundo existe en cuan-sola y única cosa se puede dominar con la mirada: una
constituye la signatura de esta. El hoja de papel dispuesta sobre la mesa o colgada de la pato nuevo objeto geográfico reconocido
(lo cual no quiere red. La historia de las ciencias y de las técnicas es, en gran decir apreciado) por todos —y no sólo como mayor
referen- parte, la de los trucos que permitieron que el mundo fuera te en escala—, en parte, gracias a esa iconografía. Es
prellevado a esa superficie de papel. Entonces sí la mente lo ciso, pues, analizar más bien, con rigor y espíritu crítico, tanto las
modalidades de constitución y funcionamiento domina y lo ve. Nada puede ocultarse, oscurecerse, disi de esos universos
figurativos como los efectos de su uso en mularse» (Latour, 1985, pág. 21).
Este enfoque se puede transponer fácilmente a los
doel proceso de construcción de espacios y espacialidades cumentos visuales espaciales, en particular a los que se inéditos.
utilizan en urbanismo y en ordenamiento territorial, por
Este último punto nos ofrece una transición para refe- ejemplo. En ese campo, la cartografía (y no sólo la cartorirnos al segundo
campo problemático: el de la eficacia grafía urbanística, sino también la producción de los geópragmática de la imagen. ¿En
qué sentido instaura ella grafos o cualquier otra cartografía) está destinada, más —en cuanto enunciado producido, activado por
actores y allá de la generación de datos informativos, a «eufemizar»
que circula entre estos como instrumento de sus actos— la a ves-
la abundancia de los fenómenos del espacio «real»,
visión de un mundo espacial en el cual puedan actuar? No tirlos, depurarlos, purgarlos, en hechos incuestionables, es casual que
en esta materia, desde comienzos de la déca-

75
74
unívocos, como si procedieran del orden de la naturaleza imagen impedía ver. Ahora, vale como prueba» (Debray, de las cosas.
Gracias a esta práctica «catártica», el «caos» 1992, pág. 391).
del agregado urbano termina organizado, razonado —re- Las representaciones gráficas son consideradas conconocido—, por la
captación del urbanista. El uso carto- fiables; la mayoría de los actores les reconocen ese estagráfico es producto, por lo tanto,
del deseo de imponerle tus, tienen confianza en ellas, aunque a menudo sean so«al desorden del mundo el orden de una lectura
posible» metidas a la crítica. Aun cuando puedan ser cuestionadas, (Lussault, 1996), ordenamiento que se
considera indis-si pese a ello suele presentárselas como pruebas, exhibírpensable, pues sin él probablemente no
se podría encararselas como medios que expresan la verdad, ello se debe a acción urbana alguna. Sin embargo, las
imágenes pro-que la crítica se aplica al contenido representado, y no al puestas por Google Earth, o las de
los sitios especializadosestatus epistemológico ni a la función política y social de en panorámicas, o incluso las de los
grandes reportajes dela «representación», objeto en principio siempre legítimo. cadenas como National Geographic,
son partícipes de esaTodo lo que es puesto en imagen resulta visible, se lo puemisma función. Exponen un espacio en
orden, captable,de mirar con seriedad, es decir, se lo puede considerar en comprensible, que conforma un
espectáculo que se puedetoda su realidad, incluida la de la propuesta caprichosa, mirar con placer, justamente porque allí el
espacio haceirrealizable, puesto que el irrealismo y la fantasía siemun buen papel. pre atañen a la cosa figurada y nunca a la
figura ni a la fi2. Segundo punto fundamental: hay un efecto de ver- guración. El cuestionamiento sólo concierne, por considad
consustancial al ícono. Sin duda, la imaginería cons-guiente, a lo contingente visualizado, al referente —una tituye, para los
actores que se valen de ella, el arma del de las variantes posibles del espacio proyectado que se «hacer que parezca verdadero»,
y para aquellos que la reci- ofrecen a la mirada—, de ninguna manera al principio de ben —antes de emplearla en otras
ocasiones—, un enun- verdad del ícono.
ciado difícilmente refutable, que no confunde las cosas y La iconografía espacial se impone así, incuestionabledespliega el
espacio, actual o futuro, en la evidencia de su mente, como un instrumento esencial en el ordenamiento ordenamiento. Mientras
que, como lo destaca Algirdas espacial o en la comunicación territorial, por no hablar de Julien Greimas, lenguaje [en Europa y
en Francia] es su importancia comunicacional global: los protagonistas comúnmente considerado una pantalla engañosa, desti-
se apoyan en ella para persuadir a los destinatarios del nada a ocultar una realidad y una verdad que subyacen mensaje enunciado,
para convencerlos de la legitimidad en él» (Greimas, 1983, pág. 108), la iconografía, por su de lo que se propone. Y ello, por
una razón simple: la imaparte, sería el medio de develamiento de la verdad desnu- ginería no resultaría en absoluto sediciosa,
como el len-

da de las cosas, cristalizadas en sus esencias, que el len- guaje, porque no ocultaría nada, porque expondría la inguaje articulado
callaría o encubriría. Al lenguaje, «pre- tegridad del objeto representado, sin los encubrimientos texto de múltiples
connotaciones» (ibid.), sedicioso, siem- de la frase, del estilo, de los sobrentendidos, ni de los múlpre abierto a la polémica, a la
disputa, a avivar los enco- tiples sentidos de las palabras. En cuanto pura forma denos y profundizar las fracturas, se le opondría
la seguri- notativa, proscribiría, por esencia, las perturbaciones de dad de lo que puede ser visto. la connotación. He ahí,
brevemente expresada, una podeHe aquí, pues, los elementos de la «Ecuación de la era rosa doxa. Mientras que el discurso queda
marcado por el visual: lo Visible = lo Real = lo Verdadero», que puso en sello de la subjetividad de quien lo enuncia, y por esta
raevidencia Régis Debray, quien consideraba que «somos la zón sólo constituye una opinión más o menos autorizada, primera
civilización que puede sentirse autorizada ( por cierto, pero siempre experimentada como contingente creer en lo que ven
sus ojos, la primera en plantear un ne- de la persona y de sus intereses, el ícono, cuyo enunciador xo de igualdad entre visibilidad,
realidad y verdad. Todas es anónimo —e incluso transparente, al punto de parecer las demás, y la nuestra hasta ayer, consideraban
que la ausente— expondría la verdad del punto de vista supe76 77 rior (el del «Dios observador», analizado por Michel de
para demostrar una vez más que la imagen no representa
Certeau, 1980) que trasciende todas las opiniones. nada, sino que cristaliza una ficción, un mundo de acción La reflexión aplicada
a las figuras del espacio permiteespacial verosímil. captar los desafíos de toda clase —epistemológicos, cognitivos,
sociales, políticos— que proceden del uso de los enunciados gráficos. Muy lejos de la «objetividad» apaci- Escala, métrica,
sustancia, configuración: ble y segura que se le atribuyó durante mucho tiempo, la los atributos de todo espacio imaginería
espacial demuestra ser, a la vez, uno de los más eficaces instrumentos de reducción de la complejidadPara terminar con el
«retrato» del espacio de las sociedel mund0 13 y un extraordinario vehículo de las mito- dades, con la presentación de sus
características, faltaría logías programadas y de las ideologías espaciales. agregar los atributos propios de cualquier realidad
espaNo existe, pues, espacio sin lo visual, visual que consti- cial, por ínfima que sea: la escala, la métrica, la sustancia tuye una
de las modalidades de existencia del espacio, y la configuración.
uno de los regímenes de expresión de la dimensión espa- 1. ¿Grande o pequeño? Todos nos planteamos esta precial de las
sociedades, de la experiencia espacial de los in- gunta en innumerables ocasiones, ante la necesidad de dividuos, experiencia
productora de disposiciones espa- aprehender las características de un objeto o de una realiciales. Mucho más que
representación, los dispositivos vi- dad más estructurada. ¿Ha de ser grande o pequeña esa suales constituyen espacio-en-sí e
incluso espacio en más. ropa que me aportará la segunda piel espacial indispensaEn efecto, ante cada nuevo enunciado visual
producido y ble, y que a veces elegiré teniendo en cuenta que si es pedifundido (que los operadores pueden, por lo tanto, mirar
queña dejará al descubierto, y si es grande envolverá y diy discutir), aumenta la cantidad de espacio en una socie- simulará?
¿Será grande o pequeño ese mueble que debo dad y se abre la posibilidad de que se consoliden nuevas subir por la escalera, ese
departamento o esa casa, ese teprácticas espaciales de los actores, o sea, nuevas espa- rreno, ese centro de vacaciones
donde acabo de alquilar

cialidades. ¿Acaso no es un buen ejemplo el de los frescos y un bungalow, esa ciudad a la que debo dirigirme, este país cuadros
del Renacimiento? Mediante la perspectiva, estos que habito, la Tierra con relación a lo que la rodea? Así, en ofrecieron por
primera vez (y siguen ofreciendo) a las la vida de todos los días se plantea la cuestión de evaluar miradas, a los pensamientos,
nuevos espacios que se pue- las relaciones de tamaño entre diferentes fenómenos, pues den recorrer con continuidad, soportes de
discursos, en re- se admitirá que el tamaño de una cosa sólo se puede estilación con los cuales debe ubicarse el individuo-observa-
mar si se lo refiere al tamaño de otra cosa. Entonces, la dor, aunque más no sea para ver bien, comprometiendo pregunta que se
plantea es, más bien: ¿más grande o más así su cuerpo en una verdadera espacialidad vinculada pequeño? La escala es, justamente,
lo que permite responcon la necesidad de aprehender ese excedente de espacio. derla: es el instrumento de definición de las
relaciones de ¿Y qué decir de los actuales programas informáticos de tamaño entre diferentes entidades espaciales. Si uno se
simulación, los de arquitectos y urbanistas, por supuesto, dedica a captar esas relaciones, lo hace en razón del prinpero también
los de los juegos, que nos dan la posibilidad cipio de que el tamaño de un objeto constituye una de sus de simular casi físicamente
14
una trayectoria en medio de características fundamentales.
un «ambiente» espacial? Estos dos casos simples bastan En materia de espacio y espacialidad, esta característica no tiene nada de
accesoria. Las realidades espaciales
13Por ocultamiento, en especial, de casi todo lo que remite a las vi- cobran especificidad en su tamaño y en sus efectos. Así, vencias y a las prácticas constructivas de
espacialidades siempre cam- las organizaciones urbanas se diferencian según su tama-
ño, si los principios generales
14
biantes que preparan Y pronto y proteiformes.los físicamente, programadores.gracias a las nuevas interfases sensoriales urbanidad incluso en se todas
reconocen las situaciones urbanas, sea cual de fue-la

78 79
re su magnitud. iLa gran «ciudad» es diferente de la pe- No obstante, se advierte de inmediato que el tamaño queña, ante todo,
porque es grande! Esta especificidad de lo local es variable según las situaciones consideradas. surge del hecho de que el
observador cambia su observa- En Francia, habida cuenta de las formas de administración según que estudie objetos pequeños o
grandes (geo- ción territorial, el espacio de lo local cuadra bastante a gráficos, sociológicos, históricos), y, más aún, del hecho de
menudo con la aglomeración o el área urbana, aun cuando que la propia configuración de una realidad espacial, el esto no es así
en todos los casos, pues algunos pequeños ensamblaje de sus componentes, está intrínsecamenteconglomerados siguen siendo
infralocales —por no hablar vinculado con su tamaño. de las comunas rurales—. Desde esta perspectiva, un «baEn geografía,
esta cuestión es a menudo fuente de am- rrio» urbano —como sería el caso de un espacio identificabigüedad, en la medida en
que los geógrafos confundendo como tal— encuadra casi siempre en un nivel infralovoluntariamente escala geográfica
con escala cartográfi-cal, en razón de que no cuenta con todos los atributos neca, y utilizan de hecho la segunda para hablar
de la pri-cesarios para constituir una sociedad; lo mismo se puede mera, cuando esta no puede ser confundida con
aquella.decir de ciertos espacios que exceden el marco comunal En efecto, mientras que la escala geográfica permite
dis-pero que están poco poblados, por ejemplo, y tienen escasa tinguir los espacios según su tamaño, la escala cartográfi-
diversidad social.
ca sólo remite a una relación de proporción entre un espa- Lo local marca un eje, un gradiente de tamaños de escio y su
«representación» (mapa, maqueta), entre un refe- pacios, que avanza hasta lo global y que los operadores rente y un referido. Esta
concepción «representacionab de sociales utilizan en sus actos, en los cuales la evaluación la escala se expresa en la forma de una
relación matemá- de lo grande y lo pequeño, siempre importante, está vintica (1/n) y parece universal: lleva a invertir
el significadoculada con los contextos de acción. De esta manera, lo lode grande y pequeño con relación a la escala
15
geográfica.cal, y por lo tanto lo infralocal, así como los niveles suAsí, lo pequeño, en términos geográficos, remite a la
granpralocales, son realidades cuyo tamaño es relativo con escala cartográfica.respecto a los objetos espaciales precisos
que se consideLos geógrafos clásicos no se privaron de este uso de la ran. En el otro extremo de ese eje se halla, pues, el
nivel noción cartográfica para diferenciarse de una concepción global, cuya forma más acabada es el Mundo. Empero, más
<<intuitiva» y cercana de la vivencia, a la que sin duda hay que admitir que lo global no siempre se ha confundido
consideraban trivial. Ahora bien, de esa manera se priva- con lo mundial, y que la mundialización en curso (que ban de
comprender el verdadero interés de la escala geo- tiende a sistematizar la confusión de la escala global con gráfica, que responde
a que las modalidades de determi- la escala mundial para numerosos fenómenos) no signifinación del gradiente de tamaño de los
objetos espaciales ca la desaparición de situaciones espaciales en que los no son, justamente, universales. En efecto, tanto la defi-
operadores no refieren la globalidad al Mundo. Se puede nicióp de los diferentes órdenes de magnitud como la deadvertir,
entonces, toda la riqueza y la complejidad de la los umbrales que los separan dependen de la opción delescala, la cual no constituye
sólo una herramienta de meactor o de los actores que los operan en situaciones de ac-dición a disposición del geógrafo, sino
también un instrución. Por consiguiente, sólo se pueden fijar apriori refe-mento al servicio de los actores espaciales y, al mismo
rencias muy generales: propongo, así, considerar lo localtiempo, un atributo de todo ordenamiento espacial. como la más pequeña
escala de existencia de una sociedad Tal como lo sugerimos en la introducción al presentar multidimensional completa, donde
los espacios infraloca- el ejemplo del tsunami, cabe recordar que la relación enles carecen de ciertas características de las
sociedades; tre los espacios característicos de las sociedades contempor ejemplo, en lo que atañe a las instituciones políticas o 15
Plantear lo local como referencia básica no significa que las escalas la variedad de las pertenencias sociales de los miembros
inferiores carezcan de interés. Muy por el contrario, adquieren sus esdel grupo. pecificidades en esta posición, sin llegar a lo local
y lo que ello supone.

80 81 poráneas no pone en duda la importancia de las escalas. puede ver obligado a modificar su régimen métrico habiNo
todos los espacios se fusionan en un metaespacio mun- tual. El día del tsunami, en medio del estado de pánico dial. Los
actores siempre trabajan para distinguir órde- imperante, los marcos de referencia de las distancias que nes de magnitud de
los diferentes espacios geográficos, a acostumbraban utilizar tanto los turistas como los lugarelos que discriminan y, al
mismo tiempo, asocian. Así, el ños desaparecieron para dar lugar a una métrica de crisis. individuo es capaz de separar sus
espacios de vida según En todos los casos, las evaluaciones de la distancia suelen el tamaño: la esfera del cuerpo, la del
domicilio y del ve- asociar el espacio y el tiempo.16 cindario, el conjunto del área urbana donde desarrolla sus Más allá
de esta variedad, creo —siguiendo en esto a actividades profesionales, comerciales y de tiempo libre, Jacques Lévy
(1994)— que se pueden definir dos familias el país de referencia nacional, las áreas internacionales principales de métricas:
la métrica topográfica y la métrimás identificables, los lugares lejanos adonde se viaja, el ca topológica, que ya hemos
mencionado al presentar las vasto mundo. Todo esto forma un conjunto espacial, una dos proximidades.
espuma que asocia esferas de tamaño variable y que se La primera reúne todas las tecnologías de evaluación despliega desde la
persona hasta el Mundo, donde la esca- de la distancia de los espacios regidos por los principios de la demuestra ser un principio
de organización y reconoci- continuidad y contigüidad. La segunda alude a las tecnomiento de los diversos componentes
elementales. logías de evaluación de la distancia de los espacios regu2. Si con la escala un actor define el orden de magnitud
lados por los principios de discontinuidad y conexidad. Ya en el que se inscribe un espacio con relación a otros, por me he
referido a esta distinción en la presentación de las medio de la métrica regula su relación con lo cercano y lo proximidades, y en
el próximo capítulo veremos que ella lejano. En efecto, este término designa, a mi juicio, todas permite discriminar dos grandes
familias espaciales: las las operaciones e instrumentos que les permiten a los áreas y las redes.
operadores, a partir de un cotejo socialmente aceptado, Esta concepciÓn de la topografía, que atañe a una madefinir y medir la
distancia que separa realidades en un nera de medir la distancia, le hace perder a la palabra (y mismo espacio o entre dos espacios.
Cuando decido des- al adjetivo «topográfico») su acepción elemental. En efecplazarme hacia algo o alguien, debo captar, aunque
sea to, la topografía se relaciona, por lo común, con la disposisucinta e intuitivamente, la distancia que me separa deción formal
de un espacio, ante todo con la de su geografía mi objetivo, percibir si estoy muy lejos o no. Esto ocurre física, así como con el
modo de representación de las fortanto al preparar un viaje turístico como al ir a buscar unmas de un terreno en el plano. El
significado que proponobjeto que se halla en la habitación contigua. En cada go denota esencialmente un régimen de apreciación
de la caso, la métrica estará adaptada a la situación. distancia que contribuye a organizar el espacio. La topoLa medición
euclidiana de la distancia, considerada grafía se convierte en configuración de un espacio caracteuniversal, es necesaria en las
actividades en que resulta rizado por una métrica de lo continuo y lo contiguo. Sugieindispensable el perfecto dominio de la
separaciÓn: el ro emplear entonces la palabra fisiografía para designar transporte, la logística, la estrategia militar. . . Otras for-
la organización material de un espacio, sea cual fuere su mas referenciales de medición, menos «universales» y escala, tal como
puede ser descripta por un observador y/o cuantificadas, e igualmente normativas, se vinculan con un analista.
las prácticas y los códigos compartidos por un grupo. Pién- Al igual que en el caso de la escala, también hay una sese, por
ejemplo, en las de la vida cotidiana y doméstica, relación intrínseca entre los actores en situación y las médonde el sistema de
referencia no es el del metro, o en las tricas. Los actores definen las métricas que utilizan según
de las tribus nómadas del desierto de Mauritania, que ma- 16 La instantaneidad comunicacional establece una métrica en la que
nejan perfectamente las distancias sin recurrir a los indi- el tiempo necesario para asegurar el contacto ya no constituye un dato
cadores estandarizados. Por otra parte, cada individuo se pertinente.

82 83 los contextos de acción en los que viven, ya sea apelando a tos. He insistido en que el tsunami, un hecho espacial
tosistemas de métricas convencionales, normas socialmente tal, se manifestó mecliante una subversión de la configuaceptadas,
ya sea definiendo otros, específicos, ad hoc, La ración. El maremoto trastrocó el orden de las cosas y de medida de la distancia
se inscribe en el acto espacial, que las personas, y estableció un nuevo estado de las relaciosiempre induce juegos con ella. Actuar
es jugar con las nes entre las realidades sociales.
métricas. Hasta las prácticas más sencillas exigen domi- La configuración clcnola no tanto la disposición de las nar el recurso
espacial, o sea, poner en acción diferentes diferentes entidades en su relación recíproca, sino el cammedidas y tecnologías de la
distancia. Todas las activi- po de relaciones posibles entre esas entidades, en relaciodades —desde las más elementales, incluida
la lectura, el nes activadas o no, Esta noción representa, pues, una con-
soliloquio, la discusión, el dormir, el uso de Internet o delcepción del espacio que, más allá de su carácter formal
teléfono, hasta las más excepcionales, como escapar de la(que lo tiene, aunque no lo parezca, pues la mayoría de los
ola del maremoto del 26 de diciembre de 2004— imponenespacios se manifiestan en una forma material que
ofrece lograr la mejor disposición posible del espacio, elegir el lu-respuesta a los actores), tiende a circunscribir el
sistema gar adecuado para uno mismo, para los demás y para lasrelacional que permite una forma. La configuración
es, al cosas, el modo apropiado de relación con las diferentesmismo tiempo, formalización y relación, una y otra
indisorealidades, o sea, medir y regular las distancias.ciablemente unidas, como se verá en el análisis de
la ur3. La sustancia alude a lo que en determinada situa-banidad, en la tercera parte del libro.
ción espacial denota la presencia activa de la sociedad conA fin de cuentas, la escala define el tamaño del espacio; el espacio (y
no en él). Es una característica que no remite la métrica, la manera de medir la distancia en medio del a una relación de continente
a contenido, pues eso impli- espacio considerado; la sustancia, la dimensión no espacaría una concepción rudimentaria del
espacio como sim- cial de los objetos espaciales, es decir, la representación ple amplitud de inscripción de un fenómeno. La
colocación de todas las demás dimensiones en el espacio, y la confien el espacio (ideal y material) de las cosas sociales (un
guración, la expresión formal de la economía relacional gusto, una actitud cultural, un hecho económico, un acto entre los objetos
espacializados. Ni la escala ni la métrica político, etc.) es mucho más que su distribución sobre una ni, por supuesto, la sustancia
o la configuración son invasuperficie: es una traducción y una expresión en la dimen- riables, es decir, esencias inmutables del
espacio. En verSión espacial de los hechos sociales, que se pueden estu- dad, las cuatro nociones expresan atributos relativamen
diar, pues, de manera pertinente por el desvío del espacio. te simples, que se pueden verificar en todas partes, o sea

Los dos ejemplos de la introducción, y en particular el de que denotan un orden genérico. Empero, la concreción de Rosa Parks,
permiten ilustrar esto. La geografía de los esas reglas en principios verificados de organización y asientos en el ómnibus de
Montgomery era la expresión funcionamiento de una disposición espacial precisa es espacial de una sustancia política y social:
la discrimina- cada vez específica y contextual, sea cual fuere el espacio ción racial. considerado. Allí, los actores y los
operadores salen a la 4. Ultima característica de cualquier espacio: la confi- palestra, puesto que construyen y utilizan
contextualguración. Se entiende por configuración la modalidad de mente las escalas, las métricas, las sustancias y las confi
disposición espacial de las sustancias, de las realidades guraciones propias de cada situación. sociales. Lo que caracteriza a un
espacio no es, pues, sólo aquello que este despliega, no son únicamente los recortes de escala que se le pueden aplicar o las
métricas que se pueden verificar en él, sino también las modalidades de organización de todo eso en una disposición formal,
que implica una economía relacional entre los objetos dispues-

84 85

También podría gustarte