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PARA RESOLVER O ESTUDIAR UN CASO

Reflexiones acerca de la aplicación de “Cómo leer


una sentencia” al caso “2x1.”

Analice similitudes y diferencias

Existen diversos métodos y filosofías para resolver un caso


o para estudiar un caso ya resuelto.

Si como abogado o como juez tengo un caso por resolver,


primero debo analizar cuidadosamente los hechos, una y
otra vez, hasta estar completamente seguro de ellos.
Mientras esto ocurre, es inevitable que vaya pensando cuál
o cuáles principios o valores resultarán en principio
pertinentes para resolver el caso a satisfacción de mi
conciencia y mi deber profesional.

Los valores o principios son muchos y no necesariamente


dan soluciones o enfoques coincidentes: puede ser, en
primer lugar, el valor justicia. Su posible exacerbación con
el adagio latino “hacer justicia aunque perezca el mundo”
muestra que a veces el valor justicia se transforma en
“tanta justicia como sea materialmente posible.”

De inmediato el punto nos lleva a la solución justa que no


es materialmente ejecutable, por imposibilidad de hecho.
Una solución imposible e irrealizable, ¿es acaso justa?
Pareciera que no. La justicia en la resolución de un caso no
puede ser una justicia irreal, no cierta, sino que debe ser
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justicia posible, cumplible, ejecutable, trasladable a los


hechos materiales de la vida de las partes en conflicto.

Pasamos entonces al campo de las soluciones posibles,


ejecutables, que pueden no ser justas pero resultar en
cambio necesarias o inevitables. De allí al valor
conveniencia para la sociedad no hay sino un paso. Lo que
a su vez conlleva analizar las consecuencias del decisorio
para la sociedad. Podrá no estar en los argumentos del
fallo, pero ciertamente debe estar en la mente del abogado
o del juez, como así también del que estudia un fallo.

Pueden también parecernos aplicables principios o valores


como la buena o mala fe, el dolo, la desviación o abuso de
poder, la equidad, etc.

En el análisis de los hechos discurrimos intelectualmente,


(con o sin un borrador escrito en elaboración, pero
i n e v i t a b l e m e n t e c o n u n p ro c e s o i n t e l e c t u a l e n
elucubración) cuáles son los valores que consideramos
provisionalmente en juego.

Recién cuando tenemos a conciencia terminada esa


primera etapa, podemos pasamos a considerar las distintas
fuentes del derecho que puedan ser atinentes: leyes,
reglamentaciones, sentencias.

La doctrina nos ayuda a veces para encontrar y luego


bucear en las fuentes normativas y jurisprudenciales, pero
no debemos olvidarnos que desde los antiguos
recopiladores del derecho romano, la doctrina misma no
debe ser confundida con las fuentes del derecho a que se
refieren o que tratan de explicar.

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Puede brindarnos argumentos que nos sean útiles para el


enfoque tentativo que tenemos, pero no tienen el valor de
la norma o de un fallo.

Los fallos hoy en día no suelen citar doctrina de autores en


vida, para evitar esa posible confusión. Los escritos de los
abogados noveles, en cambio, hacen uso y abuso de la
doctrina como si fuera una fuente del derecho.

Si se trata de analizar un fallo, hay que leer con sumo


cuidado su descripción de los hechos del caso, y ver la
solución final, salteando momentáneamente la lectura o la
focalización en los argumentos de los votos del fallo.

Es necesario, primero, teniendo en mente los posibles


valores en juego y el contexto y consecuencias del caso,
qué puede haber llevado a sus autores, desde el supuesto
fáctico, contexto y valores en juego, a la solución que
dieron al caso.

Un periódico reciente incluye una supuesta “propaganda”


“elogiando,” con obvio espíritu crítico, la solución del fallo.
Su utilización de la frase “2x1” es a mi juicio, en este caso,
más poderosa que la cita del apellido de la parte sobre la
que recayó el fallo.

Ante el fortísimo juicio de disvalor que emitió la sociedad y


recogió en pleno el Congreso de la Nación y refleja la
“propaganda del 2x1,” cabe preguntarse en primer lugar si
los firmantes están tan fuera del contexto social, axiológico
y político como para no haberse siquiera dado cuenta. No
parece probable, pero muestra que hay que considerar
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todas las hipótesis imaginables; esta es una de ellas, la


falibilidad humana.

Si lo hubieran advertido a tiempo, en esa hipótesis podrían


igual haber tomado la misma decisión, pero entonces
debieran haber investigado más las fuentes del derecho
para mejor fundar su disidencia con el previsible juicio
axiológico frontalmente adverso de la sociedad.

Así hubieran encontrado un fallo unánime de la SCJN, en


otra composición, que en el caso Priebke, en que Italia
solicitaba la extradición del ex oficial de 92 años, para ser
juzgado en Italia por crímenes de lesa humanidad allí
cometidos durante la segunda guerra mundial. La Corte
dijo, en ese caso, que la apreciación de la aplicabilidad del
derecho de gentes correspondía al país requirente y no al
país requerido.

La edad del imputado, ni las normas a su favor contenidas


en el Código Penal local, fueron argumentos que entraran
en el razonamiento de la Corte in re Priebke Para dar
vuelta, mutatis mutandis, el precedente Priebke, la CSJN en
el 2x1 jamás podría haberse limitado exclusivamente a la
legislación local, olvidado por entero todo el corpus iuris
del derecho de gentes.

El mismo error cometieron distinguidos académicos que


defendieron y apoyaron el fallo del “2x1.”

¿Qué razonamientos fácticos, contextuales, axiológicos o


de percepción de la realidad y sus valores, pudieron haber
llevado a una solución contraria a Priebke?

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Es ciertamente posible, por ejemplo, que no conocieran el


caso Priebke ni el derecho de gentes, pero su falta de
mayor investigación y análisis de tales otros elementos de
juicio, demuestra que se satisficieron con el análisis
normativo según el derecho local, sin percibir desfasaje
alguno, que requiriera mayor estudio y reflexión.

Ese es un error metodológico producto de no haber


analizado lo suficiente los hechos y el contexto del caso y
no advertir entonces, a tiempo, que la solución adoptada
entraría inmediatamente en profunda crisis social y política.

Para imaginar, podemos recordar un dicho español según


el cual “El que a uno castiga, a ciento avisa.” Después de
casi una decena de golpes militares en el siglo XX y a futuro
con la condena por traición a la patria de sus autores y
colaboradores según el art. 36 de la Constitución de 1994,
¿no se advirtió que la indulgencia que otra Corte no mostró
con Priebke, mucha más razón había para no tenerla en el
siglo XXI en el 2x1?

Estas son las consecuencias sociales, tal vez no queridas y


ciertamente no advertidas ni analizadas por el fallo, de
estimular futuros golpes militares bajo la promesa de
indulgencia e in dubio pro reo, aún en delitos de lesa
humanidad o ahora traición a la patria.

Los razonamientos de esta índole y muchos otros que se


pueden postular y de hecho se postulan, son los que el
estudioso de un caso de derecho, en elaboración o bajo
análisis, deben agotar antes de adentrarse
irremediablemente en el puro análisis normativo parcial, por
no haber siquiera imaginado un contexto distinto.

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No se adentre pues, nunca, en el análisis normativo de los


argumentos de un fallo sin antes haber reflexionado
suficientemente sobre los hechos y contexto del caso y
posibles valores y principios jurídicos en juego.

Qué puede imaginablemente haber llevado al tribunal de


“A” a “C”, es pues nuestra tarea de aprendizaje, antes de
contrastar nuestras conclusiones previas con los
argumentos normativos y axiológicos efectivamente
utilizados o callados, o ignorados, por el tribunal en “B.”

Para cerrar el punto, conviene no enfatizar en ningún caso


el planteo o los razonamientos de derecho: hay que
saberlos, desde luego, pero lo que determina la
aplicabilidad de cada una de las muchas opciones es
siempre el exhaustivo conocimiento de los hechos y su
contexto y, al mismo tiempo, el peso relativo de los muy
diversos valores y principios jurídicos o normativos en
juego.

Los abogados que litigan no deben cometer el error de


argumentar menos los hechos y valores en juego que el
resto del derecho (leyes, sentencias). Distinto es el caso de
los jueces, que para evitar que sus sentencias sean
tildadas de arbitrarias, suelen en nuestro país ser
exhaustivas en las razones formales del derecho. No ocurre
así en todos los tribunales de países desarrollados u
organizaciones internacionales.

Ello no significa que los jueces presten menos atención a


los hechos, su contexto y los valores en juego. Es tan sólo
una cuestión de embalaje y presentación del producto final.

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