Está en la página 1de 3

Era un jueves nublado en la ciudad de Buenos

Aires y el gordo Barassi se encontraba en el canal


13, en el medio de el receso alguien le ofrece una
empanada y se la manda sin darle ni un mordisco.
Inmediatamente se pone a toser y se asfixia, luego
de eso pierde la conciencia.
Al despertar alza la vista, pero no ve ni las luces
del camerino ni a Luli borracha, se da vuelta y ve
una puerta de unos 10 metros de altura con cartel
de piedra que decía “Por mí se va, justicia de
Dios, no hay esperanza”, así es como supo que se
encontraba en la puerta del infierno. Las puertas
se abren y Barassi puede reconocer a una figura
en un caballo blanco, - “¿San Martín, sos vos?”- -
“si gordo, me enviaron para guiarte al lugar
donde terminaras si continuas por el sendero por
el que caminas”-. Darío con ojos confundidos
mira a San Martín y el ultimo le hace una seña
para que se suba al caballo, él se sube pero el
caballo se desploma al no aguantar tanto peso.
Ahora a pie, se adentran en el averno, el lugar era
grande, pero frio y oscuro, como una cueva
gigante, se pueden observar llamaradas por todas
partes y lava cayendo por las paredes. Luego de
caminar unos 10 minutos, Barassi a lo lejos llega
a observar a unos hombres muy obesos comiendo
algo con cara de asco, a lo que le pregunta a San
Martín, -¿Qué están haciendo?”- -“están
cumpliendo su condena, se ven obligados a comer
a comer sin parar mientras la luz del sol alumbre
la tierra, y mientras la tierra sea iluminada solo
por la luna y las estrella estarán obligados a
defecar lo que comieron durante el día”- -“¿pero
que es eso que comen?”- a lo que el libertador
responde –“eso que comen es lo que defecaron el
día anterior, luego lo defecan y luego lo comen,
así por el resto de la eternidad”-. Barassi estaba
impactado, y puede reconocer una cara familiar
por lo que decide acercarse. –“¿Chávez, que
haces acá?”-, el ex presidente de Venezuela
intenta responder, pero no puede al tener la boca
llena. Entre los glotones Darío puede ver a
Adolfo Federico de Suecia, a Manuel Uribe, y a
María Antonieta. San Martín le dice a Darío que
tienen que continuar su camino, pero Barassi le
explica que quiere conversar con un uno de los
castigados, al lo que San Martín accede.
Posteriormente Darío se dirige a María Antonieta
y ella traga su comida y le dice a Barassi –“no
sigas el mismo camino que nos..”- cuando una
lluvia de excremento cae sobre ella, Darío mira
hacia arriba y logra ver a un pterodáctilo volando
por arriba de sus cabezas, y ahora sí, San Martin
lo hace continuar con el camino.

También podría gustarte