Cuadernos de Pedagogía , Nº 521 , 01 junio 2021 , Editorial Wolters Kluwer

A fondo

Control cognitivo:
¿cómo dirigir nuestra conducta,
mantener correctamente la
información y tomar buenas
decisiones?
Cognitive control: how to direct our behavior,
keep information correctly and make good decisions?

Resumen: El control cognitivo es una capacidad
que nos permite utilizar nuestras percepciones,
conocimiento e información acerca de nuestras metas
y motivaciones para configurar la selección de una
acción dirigida a un objetivo o pensamiento. Subyace
al mantenimiento temporal de la información recién
percibida o recuperada de la memoria a largo plazo
cuando ya no está disponible y resulta de cardinal
importancia en la toma de decisiones, la capacidad de
las personas para inferir y predecir la conducta de los
otros, entre otras funciones.
Abstract: Cognitive control is a capacity that allows
us to use our perceptions, knowledge and information
about our goals and motivations to shape the selection
of a goal-directed action or thought. It underlies the
temporary maintenance of newly perceived information
or information retrieved from long-term memory when
it is no longer available and is of cardinal importance
in decision making, people’s ability to infer and predict
the behavior of others, among other functions.

Palabras clave: Control cognitivo. Corteza prefrontal. Toma de decisiones. Memoria de trabajo

Keywords: Cognitive control. Prefrontal cortex. Decision making. Working memory

Diego Redolar Ripoll
Cognitive NeuroLab
Facultad de Psicología y
Ciencias de la Educación
Universitat Oberta de
Catalunya (UOC) y Brain 360
Barcelona
Sales del trabajo después de una larga
jornada laboral. Visualízate corriendo
para coger tu autobús habitual de vuelta
a casa. No lo puedes perder dado que
es el último autobús de esa línea. De
repente, alguien se interpone en tu ca-
mino. Puedes dejar de correr o cambiar
de dirección para evitar chocar con esa
persona. En función de diversas variables
(por ejemplo, tu velocidad, la distancia a
la que se encuentra la persona, la moti-
vación para coger el autobús), es posible
que tengas que seleccionar una de varias
acciones posibles. Durante la actualiza-
ción rápida de las acciones, como en
este ejemplo, a veces resulta necesario
abortar una acción o poner en marcha
conductas alternativas. Varios procesos
son importantes en esta situación, a
saber: la inhibición reactiva y proactiva,
el cambio de acción y la memoria de
trabajo. En el ejemplo anterior, uno podría
detenerse por completo cuando la per-
sona se interpone en su camino, como
reacción al cambio rápido e inesperado
del contexto (inhibición reactiva). Sin em-

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bargo, también se podría actuar de forma
preventiva para no correr demasiado rápi-
do de camino a la parada del autobús, ya
que la probabilidad de encontrarse con
un peatón que se cruza en la calle suele
ser alta, por lo que este enfoque casi
garantiza un resultado exitoso (inhibición
proactiva y memoria de trabajo). También
existe la opción de cambiar a nuevas
acciones, como la decisión de correr en
otra dirección y evitar el choque.
En resumen, estos tres procesos (la
inhibición reactiva y proactiva, el cambio
de acción y la memoria de trabajo) son
funciones clave necesarias para resolver
un conflicto repentino y se utilizan en pa-
ralelo para evitar acciones no deseadas
y lograr un comportamiento dirigido a un
objetivo concreto (Nachev et al., 2007).
Forman parte de un dominio más general
que denominamos control cognitivo
(Gazzaniga et al., 2019). No obstante,
el control cognitivo va más allá de la
inhibición o modificación de la conducta
en curso. Se trata de una capacidad que
nos permite utilizar nuestras percepcio-
nes, conocimiento e información acerca
de nuestras metas y motivaciones para
configurar la selección de una acción diri-
gida a un objetivo o pensamiento de entre
una multitud de posibilidades (Obeso et
al., 2013). El control cognitivo subyace
al mantenimiento temporal de la informa-
ción recién percibida o recuperada de la
memoria a largo plazo cuando ya no está
disponible, es decir, en la denominada
memoria de trabajo (Palaus et al., 2020;
Portero-Tresserra, 2020). Asimismo,
los procesos de control cognitivo son
de cardinal importancia en la toma de
decisiones (Waskom et al., 2017) y en la
capacidad de las personas para inferir y
predecir la conducta de los otros (Wade
et al., 2018), entre otras funciones. Estas
funciones cognitivas se han vinculado
estrechamente al papel modulador de
la dopamina (Ott & Nieder, 2019) y al
funcionamiento de la corteza prefrontal
(Viejo-Sobera et al., 2017). En la figura
1, se muestran las diferentes áreas de la
corteza prefrontal, algunas de las cuales
A fondo
son de crítica importancia en el control
cognitivo (véase figura 1).
Vamos a estudiar el control cognitivo en
varios ámbitos, a saber: inhibición de la
respuesta y cambio de conducta, memo-
ria de trabajo y toma de decisiones.
Inhibición de la respuesta y
cambio de conducta
El ejemplo anterior sirve para retratar las
funciones clave necesarias para resolver
un conflicto repentino, evitando acciones
no deseadas y cambiando el curso de
la acción, con el objetivo de dirigir una
conducta de la forma más adecuada
a un objetivo concreto que, en el caso
del ejemplo, era lograr coger el auto-
bús a tiempo. Diferentes estudios han
mostrado que las regiones críticas para
estas funciones son el área motora pre-
suplementaria, la circunvolución frontal
inferior y algunas regiones de los núcleos
basales (Aron, 2007, 2011; Aron et al.,
2003, 2004, 2007, 2014, 2016; Aron &
Poldrack, 2006; Cai et al., 2012; Green-
house et al., 2011; Muralidharan et al.,
2019; Swann et al., 2012; Verbruggen
et al., 2019; Wessel & Aron, 2017). De
forma añadida, en situaciones de mayor
demanda cognitiva también desempeña
un papel importante la corteza prefrontal
dorsolateral (Freeman et al., 2016).
De forma específica, la circunvolución «Los procesos de
frontal inferior podría considerarse un control cognitivo
centro multifuncional responsable de dife-
rentes procesos asociados a la inhibición son de cardinal
de la respuesta, mientras que el área importancia
motora pre-suplementaria se podría con-
siderar importante tanto para la inhibición en la toma de
de la respuesta como para el cambio de decisiones y en
conducta (Aron, 2007, 2011; Aron et al.,
2003, 2004, 2007, 2014, 2016; Aron & la capacidad de
Poldrack, 2006; Cai et al., 2012; Green- las personas para
house et al., 2011; Muralidharan et al.,
2019; Swann et al., 2012; Verbruggen et
inferir y predecir
al., 2019; Wessel & Aron, 2017). la conducta de los
En 2013 llevamos a cabo un experimen- otros»
to en nuestro laboratorio (Obeso et al.,
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Bases neurales del control cognitivo. Dentro de la corteza prefontal, las regiones vertebrales en el control cognitivo se organizan en
dos sistemas. El primer sistema incluiría a las regiones laterales (áreas 8, 9, 44, 45 y 46), el polo frontal (área 10), la corteza orbitofrontal
y ventromedial (áreas 11, 12, 47/12, 13 y 14). Se trata de un sistema crítico para el comportamiento dirigido a unos objetivos concretos.
Este sistema trabaja en concierto con regiones más posteriores del córtex para constituir un sistema de memoria de trabajo que recluta
y selecciona información relevante para las tareas en curso. Asimismo, este sistema está implicado en la planificación, la simulación
de consecuencias y la iniciación, inhibición y cambio de conducta. El segundo sistema incluiría regiones frontales de la cara medial
(fundamentalmente, áreas 24, 25 y 32). Este sistema desempeña un papel esencial en la orientación y el control de la conducta. Trabaja en
colaboración con el resto de la corteza prefrontal, monitoreando la actividad en curso para modular el grado de control cognitivo necesario
para mantener el comportamiento en línea con los objetivos actuales. Modificado de (Diego Redolar-Ripoll, 2019).

2013) para intentar disociar el papel fun-
cional de estas dos regiones corticales
e investigar su conectividad en relación
con la inhibición de respuesta y el cambio
de conducta. Para ello, inactivamos la cir-
cunvolución frontal inferior del hemisferio
derecho mediante estimulación magné-
tica transcraneal (EMT), antes que los
participantes del estudio realizaran una
tarea de inhibición de respuesta y cambio
de conducta, mientras recibían pulsos
de estimulación sobre el área motora
pre-suplementaria del mismo hemisferio
(véase figura 2). Los resultados del expe-
rimento pusieron de manifiesto que tanto
la circunvolución frontal inferior como el
área motora pre-suplementaria son de
crítica importancia durante estas opera-
ciones de control cognitivo. Este estudio
aportó evidencias que sugieren que el

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Inhibición y cambio de conducta. (A). En cada ensayo, se presentaba un punto de fijación seguido de una flecha hacia la derecha o hacia
la izquierda (ensayo GO). Se pidió a los participantes que pulsaran lo más rápidamente posible la tecla «J» o la tecla «K», respectivamente (en
función de si la flecha apuntaba a la izquierda o la derecha). Ocasionalmente, podía aparecer una cruz blanca (ensayo STOP). Los participantes
tenían que inhibir cualquier conducta. En algunos ensayos, la flecha cambiaba a azul (ensayo Switch) y los participantes tenían que generar
una nueva respuesta pulsando la barra espaciadora en lugar de las teclas anteriores. Se aplicó EMT de un solo pulso sobre el área motora pre-
suplementaria (pre-SMA) del hemisferio derecho, 100 milisegundos después de cada tipo de ensayo en la mitad de los ensayos. (B) Se utilizó
una ráfaga continua de estimulación (cTBS) para inhibir la circunvolución frontal inferior (IFG) del hemisferio derecho. Asimismo, se aplicó el
mismo protocolo en otros participantes, pero con estimulación control que no tenía efectos sobre el tejido cerebral (Sham cTBS). (C) Después
de la EMT, los participantes realizaron la tarea mientras recibían pulsos de EMT individuales sobre el área motora pre-suplementaria (pre-SMA)
del hemisferio derecho o sobre el vértice (condición de control). Modificado de (Obeso et al., 2013).

área motora pre-suplementaria derecha recordarse mejor en la memoria episódi-

ejerce una función inhibidora cuando es
necesario cambiar de acción. Asimismo,
se pudo comprobar que durante la inhi-
bición resulta necesaria la conectividad
entre la circunvolución frontal inferior y el
área motora pre-suplementaria.
Memoria de trabajo: interferencia emocio-
nal sobre el control cognitivo
A menudo se ha comparado a la emoción
como un «arma de doble filo», dado que
puede tanto mejorar como deteriorar
diversas características de la conducta
y la cognición. De esta forma, la infor-
mación de naturaleza emocional tiende a
ca a largo plazo (Barsegyan et al., 2019).
Por otro lado, la información emocional
tiende a deteriorar el mantenimiento de
la memoria de trabajo (Iordan et al.,
2018), uno de los ámbitos que podemos «Para que la toma
circunscribir al control cognitivo. de decisiones nos
La memoria de trabajo es la capacidad resulte favorable,
que nos permite mantener temporal-
mente la información recién percibida o hay que buscar
recuperada de la memoria a largo plazo un equilibrio entre
cuando ya no existe en nuestro entorno
(Boer et al., 2021). Es indispensable en
razón, refuerzo y
nuestra vida diaria, ya que es la base de emoción»
nuestra cognición en muchos aspectos:

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Paradigma de respuesta demorada de memoria de trabajo. Para ello, probamos el impacto de dos protocolos diferentes de
estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) aplicados sobre la corteza prefrontal ventrolateral, que se sabe que aumentan o
disminuyen la excitabilidad cortical, utilizando una versión adaptada de un paradigma conductual de memoria de trabajo. Durante la fase de
codificación se presentaron simultáneamente tres rostros humanos durante 3000 ms. Los participantes fueron instruidos para codificar y
mantener la información sobre estos rostros. Tras un período de retraso de 11,50 s, se presentó una cara de prueba durante 1000 ms y
se pidió a los participantes que indicaran pulsando una tecla del teclado del ordenador (ya sea «J» o «K») si la cara de prueba estaba entre
las mostradas durante la fase de codificación (coincidente) o no (no coincidente). Durante el ensayo se presentaron secuencialmente dos
distractores pertenecientes a la misma tipología (ya sea emocional, neutro o una combinación digital de ambos tipos de distractores), cada
uno de ellos durante 2750 ms. Se instruyó a los participantes para que mantuvieran la atención en la tarea de la memoria de trabajo mientras
miraban los distractores. Modificado de (Viejo-Sobera et al., 2021).

razonamiento, comprensión del lenguaje, distractores particularmente potentes,

planificación y procesamiento espacial
entre otros. Mediante la utilización de
técnicas de estimulación cerebral no inva-
siva se ha puesto de manifiesto el papel
cardinal de la corteza prefrontal dorso-
lateral en esta función cognitiva (Elena
M. Marron et al., 2019; E.M. Marron,
Redolar-Ripoll, et al., 2017; E.M. Marron,
Viejo-Sobera, et al., 2017; Palaus et al.,
2020; D. Redolar-Ripoll et al., 2017;
Viejo-Sobera et al., 2017).
Para que podamos dirigir una conduc-
ta en la consecución de un objetivo
determinado es necesario mantener la
información relevante evitando la interfe-
rencia que pudieran tener los estímulos
distractores. Dentro de este tipo de estí-
mulos, los de naturaleza emocional son
dado que pueden captar nuestra atención
fácilmente, redirigiendo los recursos en el
procesamiento de la información emo-
cional y deteriorando, de esta forma, la
ejecución cognitiva en marcha.
El efecto deletéreo de la emoción sobre
la memoria de trabajo se ha relacionado
con diferentes patrones de actividad en
regiones cerebrales asociadas con un
sistema neural dorsal de control cog-
nitivo (que incluiría a la corteza prefrontal
dorsolateral y a la corteza parietal lateral,
entre otros componentes) y un sistema
neural ventral de procesamiento
emocional (que incluiría a la amígdala,
entre otros componentes) (Dolcos et al.,
2013). En este contexto, en nuestro labo-
ratorio nos propusimos aclarar el papel

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Ubicación de la amígdala en el encéfalo humano en imágenes de resonancia magnética estructural (mostrada por las flechas
blancas). A) corte axial; B) corte coronal y C) corte sagital. Modificado de (Diego Redolar-Ripoll, 2019).
de la corteza prefrontal ventrolateral en
la mediación de las interacciones entre
el sistema neural dorsal de control
cognitivo y el sistema neural ventral
de procesamiento emocional, durante
la interferencia emocional en el procesa-
miento cognitivo utilizando un enfoque de
estimulación cerebral no invasiva (véase
figura 3). Nuestros datos mostraron que,
en presencia de distractores emocio-
nales, los aumentos de la excitabilidad
de esta región cortical perjudicaron el
rendimiento de la memoria de trabajo,
mientras que las disminuciones dieron
lugar a un mejor rendimiento. Los resul-
tados apoyan un papel mediador de la
corteza prefrontal ventrolateral entre los
sistemas de procesamiento emocional y
cognitivo (sistema neural ventral de
procesamiento emocional y sistema
neural dorsal de control cognitivo)
que, basándose en modelos estructurales
A fondo
de conectividad prefrontal, operaría a
través de proyecciones de retroalimen-
tación desde las regiones límbicas a las
prefrontales laterales.
Toma de decisiones
Nuestro cerebro (1) empieza a tomar de-
cisiones desde el preciso instante en que
nos levantamos de la cama. A pesar de
que los seres humanos tendemos a cen- «El cerebro se ha
trar nuestra atención en las decisiones ido esculpiendo
complejas, como a quién vamos a votar
en las próximas elecciones o qué carrera a lo largo de la
vamos a estudiar, todos los animales evolución para
necesitan tomar decisiones continua-
mente. De hecho, se trata de un proceso
fomentar la
básico ampliamente conservado desde supervivencia y la
un punto de vista filogenético. El cerebro
se ha ido esculpiendo a lo largo de la
reproducción de
evolución para fomentar la supervivencia nuestra especie»
y la reproducción de nuestra especie. Y
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aún conserva retazos de mecanismos
que eran esenciales para la supervivencia
en nuestros antepasados homínidos, pero
que hoy en día no encajan con las necesi-
dades de la sociedad en la que vivimos.
Sin embargo, como están ahí, influyen en
las decisiones que tomamos. El resultado
es que, muy a menudo, muchas decisio-
nes se toman siguiendo ciertas reglas
simples y eficientes orquestadas por la
evolución. Aunque nos pase desapercibi-
do. Dicho de otro modo, los resultados
de dichas decisiones pueden no parecer
racionales en el contexto del mundo en
que vivimos. Pero tienen su lógica si los
examinamos desde la perspectiva de
cómo ha evolucionado nuestro sistema
nervioso.
Las reglas que operan detrás de la toma
de decisiones se pueden circunscribir a
tres ámbitos claramente diferenciados: el
razonamiento, el refuerzo y la emoción.
Vamos a revisar cada uno de estos ámbi-
tos, comenzando por el de razonamien-
to. Antes de tomar una decisión, primero
se analiza el valor de cada una de las
opciones, realizando una comparación
«racional» entre los diferentes valores,
para generar una regla de decisión. Cier-
tas áreas de la corteza prefrontal, como
la región dorsolateral (veánse áreas 9
y 46 de la figura 1), son críticas para
estas tareas y nos permiten, entre otras
acciones, tener en cuenta en nuestras
«A menudo se ha decisiones el valor a largo plazo de cada
opción. En este contexto, por ejemplo,
comparado a la ¿qué sucede en nuestro cerebro cuando
emoción como nos piden que elijamos para desayunar
entre un pastel de chocolate o un yogurt
un “arma de con fruta? Sabemos que el yogurt es una
doble filo”, dado alternativa más saludable, no obstante,
puede ser que el pastel nos atraiga más,
que puede tanto dado que el sabor de éste para noso-
mejorar como tros puede ser más gratificante. En un
estudio de Hare y colaboradores (Hare et
deteriorar diversas al., 2009) se comprobó que la actividad
características de de la corteza prefrontal ventromedial
correlacionaba con la preferencia por el
la conducta y la gusto del alimento, independientemente
cognición» de si se trataba de un alimento salu-
dable o no. Por otro lado, la actividad
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de la corteza prefrontal dorsolateral
fue mayor en aquellos ensayos que un
alimento preferido por el sujeto, pero no
saludable, se descartaba en la elección.
Podría ser que la región ventromedial
de la corteza prefrontal originalmente
evolucionara para analizar el valor de las
opciones a corto plazo, mientras que
regiones como la parte dorsolateral de
la corteza prefrontal nos proporcionaran
la capacidad para incorporar en nuestras
decisiones consideraciones del valor
a largo plazo de las opciones. Ahora
pongamos otro ejemplo, imaginemos
que a una persona que no sabe nada de
cricket le pidieran que apostara por uno
de los equipos que se enfrentarán en una
competición. Esta situación (en la que
desconocemos las probabilidades de
los posibles resultados) puede generar
ambigüedad. La ambigüedad en la toma
de decisiones implica la activación de la
corteza oribitofrontal (quizás porque esta
situación es vivida como algo aversivo
para la persona) y regiones laterales de
la corteza prefrontal lateral (que reflejaría
la necesidad de pensar sobre las posi-
bles probabilidades para construir una
regla de decisión) (Huettel et al., 2006).
Por otro lado, en un trabajo reciente
llevado a cabo en nuestro laboratorio
hemos demostrado que la disociación
funcional en toma de decisiones de
riesgo de diferentes regiones laterales
de la corteza prefrontal (dorsolateral y
ventrolateral) depende de las caracterís-
ticas de personalidad (Martin de la Torre
et al., 2021).
Por lo que se refiere al refuerzo, imagi-
nemos la siguiente situación: nos vamos
de pesca a un lago y resulta que la orilla
que nos encontramos está atestada de
pescadores. Sabemos por otras veces
que hemos ido a pescar que a una hora
de camino hay un recoveco en el lago
que tiene una poza en la que siempre
hemos encontrado peces en abundancia.
Decidimos caminar esa hora para llegar
a la poza. A pesar de que la opción de
quedarnos en el lago es menos costosa
para nosotros (dado que no hemos de
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caminar), nos decidimos por ir a la poza.
Ahora supongamos que vamos a la poza
y no pescamos nada. La situación ha
cambiado y nosotros automáticamente
cambiamos la memoria que tenemos de
esta poza: actualizamos la información
en nuestro cerebro. La actualización es
algo esencial en la toma de decisiones
dado que nuestras preferencias van
cambiando constantemente a lo largo
del tiempo fruto de las experiencias
que vamos teniendo. Esta actualización
depende en gran medida de las neuronas
dopaminérgicas del sistema mesolímbico,
que de forma añadida desempeñan un
papel importante en señalizar el refuerzo
y los estímulos que son gratificantes
para la persona (Rommerskirchen et al.,
2021; Thiele et al., 2021). En esta línea,
en un trabajo realizado con neuroimagen
funcional, los participantes del estudio
tenían que jugar a un juego muy simple
que consistía en parar las manecillas de
un reloj en movimiento en un número con-
creto de la esfera. Los participantes del
estudio encontraron la tarea reforzante
en sí misma e intentaron hacerla bien. El
grupo control no recibió dinero por hacer
bien la tarea. Sin embargo, el grupo ex-
perimental recibió dinero si hacían bien la
tarea durante la primera sesión, mientras
que en la segunda sesión no se les pagó
nada. En este caso, los participantes lle-
varon a cabo la tarea, pero no mostraron
una motivación intrínseca para hacerla
bien y el núcleo accumbens (región crítica
del sistema mesolímbico dopaminérgico)
mostró una reducción muy marcada en
su actividad (Murayama et al., 2010).
En relación con el procesamiento de la
información emocional, el sistema
nervioso registra estímulos de importan-
cia biológica, como serpientes o arañas,
porque para nuestros antepasados
homínidos estos animales constituían una
amenaza. La amígdala, una estructura
con forma de almendra localizada en
el interior del encéfalo (véase figura 4),
supervisa constantemente la información
que recibimos del entorno en busca de
señales de peligro. Algunos de esos pe-
A fondo
ligros hoy siguen vigentes (la oscuridad,
etc.), mientras que otros ya no lo son
Este trabajo ha recibido
tanto. Este mecanismo está detrás de las
el apoyo del proyecto
decisiones que tomamos. Por eso, intuiti-
PSI2016 80056-P del
vamente, solemos evitar un atajo a través
de un oscuro callejón y optar por una ruta Ministerio de Economía y
más larga pero más iluminada para llegar Competitividad (MINECO)
a nuestro destino. Que las emociones de España cofinanciado
se inmiscuyan en el proceso de toma de por European Regional
decisión puede resultar favorable o perju- Development Plan: A way
dicial, dependiendo de las circunstancias, to make Europe
del contexto y de las experiencias previas
de la persona que decide (Gläscher et al.,
2012). Cuando prescindimos por comple-
to de las emociones, como sucede en al-
gunos estados neurológicos, y aplicamos
solo la razón, solemos tomar decisiones
fallidas. Por el contrario, hay ocasiones
en que las emociones resultan desventa-
josas para decidir, por ejemplo, cuando
se toman desde el pánico. Sobre todo,
si el pánico es infundado, porque no hay
evidencias contrastadas. Esto nos hace
ver serpientes y arañas por todos sitios.
Por suerte contamos con las regiones
orbitales de la corteza prefrontal, que nos
ayudan a adecuar la respuesta emocional
al contexto social, de valores y ético en
el que nos encontramos (Young et al.,
2010). De esta forma, por ejemplo, si
un coche nos destroza la parte trasera
de nuestro vehículo por una colisión de
la que no hemos tenido culpa alguna,
podemos controlar nuestra ira e intentar
solventar la situación con serenidad, utili-
zando las herramientas «civilizadas» que
la sociedad pone a nuestra disposición (a
saber, el parte de las compañías asegura-
doras de los vehículos implicados). Notas
En definitiva, para que la toma de decisio-
(1) En anatomía, el uso del término
nes nos resulte favorable, hay que buscar «cerebro» se utiliza para designar
un equilibrio entre razón, refuerzo y al telencéfalo. No obstante,
emoción (Langridge et al., 2016). Para debido a que en la literatura
ello, necesitamos información correcta y anglosajona está ampliamente
aceptada la utilización del término
poco ambigua que permita analizar y com- «Brain» para referirse al encéfalo
parar el valor de cada una de las opciones y debido a que la traducción de
posibles, anticipar las posibles consecuen- dicho término a nuestro idioma
cias de la decisión que vamos a tomar y sería la de cerebro, a lo largo
evitar tomar las decisiones guiándonos de de este artículo se utilizarán los
términos de encéfalo y cerebro
forma exclusiva desde emociones intensas como sinónimos.
como la ira o el pánico.
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Entrevista

ENTREVISTA

Héctor Ruiz Martín

DIRECTOR DE INTERNATIONAL SCIENCE TEACHING FOUNDATION

Resumen: Neurobiólogo, ex-profesor de instituto y de
universidad, e investigador en psicología cognitiva de
la memoria y el aprendizaje en contextos educativos.
Además, es autor de «¿Cómo aprendemos? Una
aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza”,
«Conoce tu cerebro para aprender a aprender”
y «Aprendiendo a aprender”. En esta entrevista
habla, entre otras cosas, sobre el papel que tiene la
ciencia en la docencia, cómo aplicar el conocimiento
científico en el aula para mejorar los aprendizajes
de los estudiantes o cómo trabajar la memoria para
optimizar lo que aprendemos.
Abstract: Neurobiologist, high school and university
professor, his studies have focused on the cognitive
psychology of memory and learning at school. In
addition, he is the author of «How do we learn? A
scientific approach to learning and teaching», «Know
your brain to learn to learn» and «Learning to learn».
In this interview he talks, among other things, about
the role of science in teaching, how to apply scientific
knowledge in the classroom to improve student
learning or how to work memory to optimize what we
learn.

Palabras clave: Aprendizaje. Memoria. Talentos. Competencias. Evaluación. Calificación. Investigación

científica. Docencia

Keywords: Learning. Memory. Talents Competencies. Evaluation. Qualification. Scientific investigation. Teaching

Carmen Pellicer
Directora de Cuadernos de Pedagogía

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