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EL ESTADO Y LA NUEVA GEOGRAFÍA DEL PODER

Sassen argumenta que el poder se ha vuelto cada vez más global y transnacional, y que las
ciudades se han convertido en importantes nodos en la nueva geografía del poder. También señala
que el Estado está perdiendo su capacidad exclusiva para regular la economía y la sociedad, y que
el poder se está desplazando hacia redes transnacionales de actores económicos, políticos y
militares. En resumen, Sassen sostiene que el poder se ha vuelto más complejo y múltiple, y que las
ciudades y las redes transnacionales son ahora una parte fundamental de este cambio en la
geografía del poder.
Tres componentes en la nueva geografía del poder según Sassen:
1. El primero de estos tres componentes se refiere a los territorios reales en los que, gran
parte de la globalización, se materializa en procesos e instituciones específicas.
2. El segundo componente se refiere al auge de un nuevo régimen jurídico para regular las
transacciones económicas transfronterizas.
3. El tercer componente que quisiera abordar es el creciente número de actividades
económicas que tiene lugar en el ciberespacio. El ciberespacio desborda toda la jurisdicción
territorial existente. Además, esta creciente virtualización de la actividad económica, sobre
todo en las industrias de la información punteras, tales como las de servicios financieros y
las de servicios corporativos especializados, pueden estar contribuyendo a una crisis en el
control que trasciende la capacidad tanto del estado como del aparato institucional de la
economía.

Estos tres componentes de la nueva geografía del poder revelan aspectos de la relación entre la
economía global y el estado nacional que el predominante concepto de una dualidad
global/nacional no contempla adecuada o útilmente. Esta dualidad se concibe como una serie de
ámbitos, mutuamente excluyentes, en los que la economía nacional o el estado pierden lo que gana
la economía global.
LA TERRITORIALIDAD EN LA ECONOMÍA GLOBAL
Sassen argumenta que la globalización ha llevado a una nueva configuración de la territorialidad,
en la que las ciudades y los estados nacionales juegan un papel importante en la economía global.
Sassen sostiene que estos territorios se han convertido en lugares clave para la producción y el
consumo de bienes y servicios, y que se han convertido en espacios de poder y resistencia política.
Además, ella argumenta que estos territorios también son lugares donde se están produciendo
cambios significativos en las relaciones sociales y económicas, incluyendo la aparición de nuevas
formas de exclusión y desigualdad. En el contexto de la economía global la cuestión de la
territorialidad y de la soberanía tiene dos implicaciones importantes:
En primer lugar, cuando existe dispersión geográfica de factorías, oficinas y delegaciones de
servicio en un sistema de empresas integrado, sobre todo si se ejerce un control centralizado al
más alto nivel, se produce también un crecimiento de las funciones centrales. Dicho más
llanamente, cuanto más globalizadas se hacen las empresas, más crecen sus funciones centrales, en
importancia, complejidad y número de transacciones.

La segunda implicación en términos de territorialidad y soberanía, respecto a la economía global,


radica en que estas funciones centrales se hallan desproporcionadamente concentradas en los
territorios nacionales de los países muy desarrollados. Esto significa que afirmar que el impacto de
la globalización crea una economía de espacios, que se extienden más allá de la capacidad
reguladora de un solo estado. Esto ha conducido a la creación de lo que se ha dado en llamar
complejo de servicios para sociedades; es decir, la red de empresas financieras, jurídicas, contables,
publicitarias y de otros servicios que afrontan las dificultades de operar con más de un sistema
jurídico nacional, contable, cultura publicitaria, etc., y de hacerlo al paso que tienen lugar rápidas
innovaciones en todos estos campos.

NUEVOS ORDENAMIENTOS JURIDICOS


Saskia Sassen argumenta que la globalización está creando nuevos ordenamientos jurídicos que
amenazan la soberanía de los Estados nacionales. Sassen sostiene que estos nuevos ordenamientos
incluyen una creciente influencia de las instituciones transnacionales, como las organizaciones
internacionales, los tribunales internacionales y las empresas multinacionales, en la regulación de
la economía y la política global. Además, Sassen argumenta que estos nuevos ordenamientos están
dando lugar a nuevas formas de poder y autoridad, y que están transformando la noción
tradicional de soberanía.
Sassen señala que estos nuevos ordenamientos jurídicos no son necesariamente malos, pero que
representan un desafío para los Estados nacionales al tratar de ejercer su soberanía y regulación en
un entorno globalizado. Sassen argumenta que estos nuevos ordenamientos jurídicos están
generando tensiones y conflictos entre las normas y prácticas de los Estados nacionales y las de las
instituciones transnacionales y las empresas multinacionales, lo que está socavando la capacidad de
los Estados nacionales para ejercer su soberanía.
Sassen también hace hincapié en que estos nuevos ordenamientos jurídicos están generando
desigualdades y desproporciones en la distribución del poder y la autoridad en la economía y la
política global. Sassen argumenta que estos nuevos ordenamientos jurídicos están favoreciendo a
ciertos actores transnacionales y socavando la capacidad
AMERICANIZACIÓN
La globalización está liderada por los Estados Unidos, y que esta liderazgo se manifiesta en la
forma en que las instituciones y políticas de Estados Unidos están siendo exportadas a otros países
a través de mecanismos como la libre comercio y la inversión extranjera directa. Sassen se refiere a
esta tendencia como "americanización", y argumenta que esta está contribuyendo a la creación de
un orden global dominado por los Estados Unidos y sus intereses económicos y políticos. Además,
Sassen señala que esta americanización está teniendo un impacto en la capacidad de los Estados
nacionales de ejercer su soberanía y controlar sus economías y políticas internas.
LA VIRTUALIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
La globalización está llevando a la "virtualización" de la economía, en la cual las actividades
económicas se están desplazando cada vez más hacia espacios virtuales, como las redes de
comunicación y los mercados financieros globales. Sassen sostiene que esta virtualización está
transformando la geografía económica global, y que está creando nuevas formas de poder y
autoridad en la economía global. Además, Sassen argumenta que esta virtualización está teniendo
un impacto en la capacidad de los Estados nacionales de ejercer su soberanía y controlar sus
economías internas, ya que las actividades económicas están cada vez más fuera de su alcance y
regulación.
LA RECONFIGURACIÓN DEL ESTADO
La globalización está llevando a una "reconfiguración" del Estado y su rol en la economía y la
política global. Sassen sostiene que el Estado nacional se está viendo obligado a adaptarse a las
nuevas formas de poder y autoridad que surgen de la globalización, como las instituciones
transnacionales y las empresas multinacionales. Además, Sassen argumenta que el Estado nacional
se está viendo obligado a redefinir su relación con la economía global y a buscar nuevas formas de
ejercer su soberanía en este contexto cambiante. En general, se sostiene que la globalización está
llevando a una profunda transformación en la naturaleza y el papel del Estado en la economía y la
política global.
Saskia Sassen identifica tres dimensiones principales en la reconfiguración del Estado:

 La primera dimensión se refiere a cómo el Estado se está volviendo cada vez más
dependiente de las instituciones transnacionales y las empresas multinacionales para
regular la economía y la política global.
 La segunda dimensión se refiere a cómo el Estado se está viendo obligado a adoptar
nuevas formas de regulación económica y política, ya que las instituciones transnacionales
y las empresas multinacionales están ejerciendo una creciente influencia en la regulación
de la economía y la política global.
 La tercera dimensión se refiere a cómo el Estado se está viendo obligado a redefinir su
relación con la economía global y a buscar nuevas formas de ejercer su soberanía en este
contexto cambiante.
Sassen destaca que estas dimensiones están interconectadas y contribuyen a una reconfiguración
más amplia del Estado en la era de la globalización.

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