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Arte precolombino

El arte precolombino es el desarrollado en el continente americano con anterioridad a la


llegada de Colón a las Indias, en concreto en la zona de Mesoamérica, cuna de la cultura
maya y azteca, y en la de los Andes Centrales, es decir, Perú y ciertas zonas de Bolivia.

En ambas regiones existen ya civilizaciones importantes hacia el 1250 a. C.; culturas que se
suceden y perduran hasta la llegada de los conquistadores españoles a finales del siglo XV,
principios del XVI. El arte precolombino, estrechamente ligado tanto a la religión y la
naturaleza como al poder secular, ve en la muerte relación con la fertilidad y la
regeneración, ya que creen en el carácter cíclico de la vida.

Su arquitectura ceremonial consiste en edificios de piedra o de ladrillo situados en


plataformas o pirámides y generalmente sobre estructuras anteriores y localizados en una
plaza. Solamente los mayas (300 – 900 d. C.) tienen escritura por lo que resulta complicado
comprender estas civilizaciones y sus manifestaciones artísticas: edificios, esculturas y
piezas de cerámica que muestran como influyen entre sí las culturas de las diferentes zonas,
si bien es cierto que su lenguaje simbólico es fuente codificada de información.

Arte Colonial

El arte colonial es el que se desarrolla en América durante el periodo de ocupación


española, es decir, desde que Cristóbal Colón descubre el continente hasta que alcanza su
independencia. América era un territorio plural, de gran diversidad geográfica, donde
existía una población local con múltiples culturas y religiones. El objetivo, más allá de
asentarse en el territorio, será el de reducir la pluralidad peninsular y dar unidad al territorio
americano. Comienza así la labor evangelizadora de conversión al cristianismo y de instalar
el castellano como única lengua. La influencia española dominará y se impondrá a la
autóctona. Desde España llegarán al Nuevo Mundo numerosos artistas que formarán
talleres y enseñarán a los nativos los modelos y estilos de la península, como son el gótico,
renacimiento, manierismo, barroco y neoclasicismo. Hay que señalar la importancia de la
pintura en el proceso de evangelización, ya que sus temas religiosos y didácticos tratan
diferentes episodios de la vida de Jesús, de la Virgen y de los santos más populares. Una
vez que se ha descubierto el continente, tiene lugar su ocupación. La primera etapa de la
conquista se produce en El Caribe.

Será en Santo Domingo donde mejor se transfiere la cultura española debido a la


inexistencia de una cultura aborigen fuerte. Canteros y albañiles sevillanos fueron en la
primera década del siglo XVI a atender las obras públicas de mayor importancia.

La Catedral de Santo Domingo es una obra esenacial ya que se comprueba que el español
adapta a las características del lugar la experiencia que trae, adecuándolo a las necesidades
de la población.
Arte Postcolonial

Arte producido en respuesta a las secuelas del régimen colonial, con frecuencia cuestiones
de identidad nacional y cultural, raza y etnicidad. Frantz Fanon proporcionó un marco
teórico para la interpretación de la opresión del individuo bajo imperialismo un elemento
significativo de mucho arte poscolonial e inició la investigación de la diversidad y jerarquía
en las culturas poscoloniales realizada por escritores como Edward Said, Stuart Hall y
Homi Bhabha.

Arte latinoamericano del siglo 20

Un recorrido por el arte latinoamericano del siglo XX a través de una selección de las obras
emblemáticas de la colección de MALBA. Se incluyen 140 piezas, entre pinturas, dibujos,
esculturas, objetos e instalaciones de destacados artistas latinoamericanos, como Tarsila do
Amaral, Diego Rivera, Frida Kahlo, Wifredo Lam, Emilio Pettoruti, Xul Solar, Antonio
Berni y Jorge de la Vega, entre otros grandes nombres. La exposición se divide en cuatro
núcleos centrales: las variantes de las modernidades y las vanguardias latinoamericanas de
los años 20; un conjunto de pinturas de los años 30 y 40 que refleja la diversidad de los
surrealismos y la afirmación del debate arte/política como eje de producción y reflexión; las
tendencias abstractas, concretas, ópticas y cinéticas que se desarrollaron en la Argentina,
Brasil y Venezuela; y el arte contemporáneo desde la nueva figuración, el pop, el
conceptualismo y el minimalismo hasta las escena de los 80, con el retorno a la pintura.

El recorrido permite observar con claridad los contrapuntos entre los diferentes núcleos de
acción de países como la Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, México, Cuba, Colombia
y Chile, poniendo en circulación nuevas lecturas y re-escrituras del arte latinoamericano.

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