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México D.F. a 27 de febrero del 2014

Universidad Autónoma de San Luis Potosí


Facultad del Hábitat
Maestro Benjamín Alva Fuentes
Reina Hassel Guerrero Torres

Presente:

Estimados Maestros, por medio de la presente les informo que en lo relativo a su


ponencia “DISEÑO Y GESTION DEL CONOCIMIENTO” su participación ha sido
programada en la Mesa de Discusión 2 “La formación de profesores investigadores en el
campo del diseño” que se presentará el día jueves 13 de marzo de las 12:15 a las 14:15
en las instalaciones de la Facultad del Hábitat en la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí, en breve les definiremos la sala en la que esta Mesa sesionará, les comento que
el personal encargado de los procesos de inscripción tiene sus nombres para que sus
inscripciones sean de ponente.

Por último les pido de favor que si tienen algún requerimiento técnico para su
presentación me lo hagan saber para que todo esté listo al momento de su presentación.
Sin más por el momento me despido agradeciendo su atención así como el apoyo que
sus autoridades les brinden para que puedan acompañarnos. Quedo a su disposición
para cualquier duda que tengan al respecto.

Lic. Raúl Parada Hidalgo

Director Ejecutivo de COMAPROD

Consejo Mexicano para la Acreditación de Programas de Diseño A.C.  


  Calle 21 116 Planta Baja, Col San Pedro de los Pinos,México D.F.  
C-P. 03800, Tel: 56 73 42 64 y 55 98 87 82 asambleacomaprod@gmail.com  
DISEÑO Y GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO.
Benjamín Alva Fuentes1
Reina Hassel Guerrero Torres
Mesa 2.- “La  formación  de  profesores  investigadores  en  el  campo  del  diseño”.  
 
Las sociedades capaces de asegurar procesos de producción y gestión de
conocimiento, a la par de una amplia socialización y aplicación práctica (en la
actividad de sus empresas, en la gestión pública, o en formas de organización
social y espacial) estarán en mejor condición para enfrentar los retos y las
dinámicas que impone la modernidad, la globalización y la integración (Méndez
Gutiérrez del Valle, Sánchez Moral, Abad Aragón, & García Balestena, 2009).

Sin embargo es importante preguntarse, ¿qué están haciendo las Universidades o


centros de investigación, -reconocidos como productores principales de
conocimiento- en la formación de investigadores? Bajo la premisa que son ellos
los que determinan las capacidades científico-tecnológicas y constituyen uno de
los capitales más importantes en la economía del conocimiento. Adicionalmente, el
diseño es la principal actividad que agrega valor a los productos o servicios por
tanto la pregunta más específica es ¿Cómo se forman investigadores en el campo
del diseño?

Este documento tienen el propósito de reflexionar sobre el proceso de gestiòn del


conocimiento y su aplicación en el método del diseño, que permita estandarizar
procesos –no métodos- que apoyen en las instituciones de educaciòn superior y
centros de investigación al fortalecimiento de sus capacidades científico-
tecnológicas y con ello determinar criterios diferenciales que permitan competir o
generar nuevas áreas de desarrollo académico y de investigación.

Este documento parte de reconocer que como consecuencia del excesivo deseo
por hacer algo de la mejor manera posible, puede considerarse que el diseño es
una actividad cotidiana, y que todas las personas entonces son diseñadoras, en

1
 Benjamín  Alva  Fuentes,  Profesor  de  Tiempo  completo  Facultad  del  Hábitat  de  la  UASLP  
balvaf@gmail.com  

1
este sentido, el hombre siempre ha diseñado y lo que hace a los largo de la
historia es modificar su proceso (Vilchis, 2002, p. 33).

El proceso de diseño como referente de análisis

El concepto de diseño, como punto de partida


El diseño tiene muchas acepciones, desde el proceso creativo hasta el proceso
que permite la creación. En términos estrictos y según la Real Academia de la
Lengua Española es la concepción original de un objeto u obra destinados a la
producción en serie, lo cual ubica al concepto al inicio del proceso de producción
desde el punto de vista de la administración, y para la innovación implica la etapa
de este proceso en la cual es posible agregar valor al producto. Debido a las
múltiples connotaciones, definiciones o aplicaciones principalmente, así como a
sus fundamentos racionales, es necesario para inicio del análisis partir de los
pricipios ontologicos que lo determinan como objeto de estudio (Vilchis, 2002, pág.
9).

En su acepción más general, el diseño implica generar o identificar un


determinado significado tanto de manera individual como colectiva o social, por lo
cual implica en sí mismo una actividad generadora de conocimiento, de esta
manera el diseño se entiende como una herramienta de trabajo, una actividad
integradora, una ciencia de encuentro, un humanismo, un medio operativo (Vilchis,
2002, pág. 38).

En la actualidad el diseño se plantea como un neologismo derivado de su relación


con la ciencia, la tecnología y el arte, que integrados de forma unitaria, orgánica y
sinérgica pueden definirlo como un acto poético; sin embargo, se debe reconocer
que hacer del diseño una actividad tecnológica o únicamente artística no tienen
sentido, de esta manera el diseño se plantea como un acto integrado, científico-
tecnológico-estético (Gutiérrez, Dussel, Pardinas, Sánchez de Antuñano, & Toca).

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El diseño y los grandes cambios sociales
La primer década del siglo XXI ha definido una dinámica caracterizada por el inicio
de una nueva revolución, la del conocimiento, con ello se han intensificado el uso
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la movilidad de las
personas y las mercancías, paralelamente a la generación de nuevas formas de
organización socio-espacial que incluye lo digital y virtual. Las economía global y
la competitividad también son características del presente siglo, estrechamente
relacionadas con la innovación, así como con las economías de escala y la
especialización, estas últimas formas espaciales ya tradicionales (Garrocho,
2013).

a) La revolución industrial y los procesos fordistas y toyotistas


La disciplina del diseño que actualmente se identifica de manera directa o como
sinónimo –sea correcto o no- con la creatividad, surge a consecuencia de la
revolución industrial, que a inicio del siglo pasado modificó radicalmente los
procesos de producción desde los sistemas rígidos conocidos como procesos
fordistas, hasta los flexibles y basados en la calidad identificados como los
denominados toyotistas; sin embargo, es importante establece la diferencia entre
el proceso creativo y el proceso de producción (Vilchis, 2002, p. 35).

b) La globalización
Desde finales del siglo pasado inicio un movimiento que modificó radicalmente la
dinámica de mercado, convivencia, relación y sobre todo las pautas de desarrollo.
La globalización o internacionalización es uno de los movimientos más
importantes de la historia humana, ya que “acercó” a las personas, disminuyendo
la importancia de la distancia y las fronteras. Muchas disciplinas se han redefinido
a partir de la dinámica globalizadora, ya que entre otras cosas, hace difícil el
reconocimiento de una identidad, de las tradiciones y a las costumbres de los
grupos sociales, en este orden de ideas, el diseño también presenta dilemas como
por ejemplo, proyectar para un “mundo” abstracto o reforzar la identidad de los
espacios, lo cual además se relaciona con la posibilidad de satisfacer un tipo de

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necesidades más estrictas y difíciles de identificar (Rodríguez Morales, 2004, pág.
49)

c) La revolución del conocimiento, de la manu factura a la mente factura


En una sociedad basada en el conocimiento, los docentes y en general los
trabajadores del conocimiento (técnicos, médicos, tecnólogos, administradores o
analistas de todo tipo) ponen énfasis en los valores y las normas de la sociedad, lo
cual afecta lo que se entiende por “conocimiento” y el proceso de enseñanza-
aprendizaje (Drucker, 1990). En este sentido, la escuela y el alumno se convierten
en el centro de la política pública de educación, son el sitio donde se realiza el
proceso de enseñanza aprendizaje de forma institucional.

d) El uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)


Con el desarrollo masivo de estas tecnologías, la forma de interacción espacial de
las personas ha cambiado radicalmente, se han definido nuevos agentes,
modalidades y dimensiones a partir de lo presencial y lo virtual. En la práctica del
diseño se encuentra definida una función productiva tecnológica y una función
estética (Gutiérrez, Dussel, Pardinas, Sánchez de Antuñano, & Toca). Las TIC
tienen diversos impactos directos en el diseño; primero, la necesidad de
actualización constante; segundo, la gestión de la información como parte del
valor agregado; y, finalmente, estructurar una síntesis coherente (Rodríguez
Morales, 2004, pág. 50).

Algunos enfoques del diseño


Con los cambios referidos anteriormente el diseño se posiciona como el principal
activo para la generación de valor en los procesos, al constituirse como una
actividad sintetizadora del conocimiento, del uso de las TIC, y de competencia
mundial (globalización). Los enfoques a considerar en esta posición se refieren a
aplicar el diseño experimental no sólo como un fin, sino como un medio basado en
la generación de hechos registrados a través de la experiencia, que permite
generar nuevas formas de expresión. De esta manera, se establecen procesos y
métodos, que tienen como propósito además de mantener el control del proceso

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(Poveda Sánchez, 2014, pág. 32), generar registros de eventos que puedan servir
de base para el establecimiento de nuevas y mejores formas, procesos, servicios
o productos.

Por otro lado, es importante también reconocer que cuando se plantea el diseño
como una acción no sólo intencional, termina por crear algo nuevo, en otras
palabras es una acción con un fin creativo (Scott, 1998).

El diseño también es la generación de estrategias para una mejor interacción


sociedad-naturaleza, a propósito de la preocupación global por las cuestiones
ambientales, por ello, ahora tiene un enfoque más transdisciplinar; en este sentido,
el diseñador se convierte en un gestor de conocimiento, que hace que el
aprendizaje se sintetice y convierta en realidad en consecuencia, la formación
profesional del diseñador se orienta más en el “pensar” y no solo en el “hacer”
(Rodríguez Morales, 2004, pág. 84).

Proceso de diseño

En este punto es importante diferenciar tácitamente el proceso de diseño y el


método, con el único propósito de homologar las categorías de análisis con el
proceso de gestión de conocimiento.

Para la Real Academia de la Lengua española, el proceso es el conjunto de las


fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial; mientras que
el método se refiere al modo de hacer con orden, es un procedimiento científico
para hallar la verdad y enseñarla. En este sentido, el proceso de diseño en una
determinada institución puede contener diversos métodos en igual número de
actividades específicas. Sin embargo el proceso determina alcances y
características diferenciales que permite homologar la calidad de las personas que
son formadas como parte de él. Por su parte, se puede considerar de forma
general que el método del diseño es una estructura lógica que ha dado pruebas de
su aptitud y de sus facultades creativas (Vilchis, 2002, pág. 42).

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Para fines de referencia, es posible identificar al menos cuatro fases del proceso
de diseño (Vilchis, 2002, pág. 43):

a) Información e investigación
Es el acopio y ordenamiento del material relativo al caso o problema particular.

b) Análisis
Descomposición del sistema contextual en demandas, requerimientos o
condicionantes.

c) Síntesis
Consistente en la propuesta de criterios validos para la mayor parte de demandas
y que el conjunto se manifieste en un todo estructurado y coherente llamado
respuesta formal del problema.

d) Evaluación
Concerniente en la sustentación de la respuesta formal a la contrastación con la
realidad.

Otra forma de organizar el proceso de diseño puede verse en la figura 1, la cual


muestra un enfoque que privilegia tres fases, en la primera el uso de la
información para el análisis. La cantidad de conocimientos que se generan durante
el proceso de diseño varía según los métodos y tipos de diseño, pero también
determina el vínculo con el proceso de gestión del conocimiento.

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Figura 1: Proceso de diseño

Fuente: Rodríguez Morales, 2004

El proceso de gestión del conocimiento y el diseño


El conocimiento es la capacidad de entender las cualidades y relaciones de las
cosas que componen un determinado entorno, es más amplio que la información,
ya que trata a ésta como instrumento para definir una determinada acción(toma de
decisiones), la información analizada es considerada conocimiento, siempre y
cuando adquiera relevancia y utilidad (Paniagua Arís, y otros, 2007); es decir,
información que pasa por un proceso que le agrega valor y que es empleada por
los tomadores de decisiones, genera conocimiento.

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El conocimiento desde una perspectiva evolucionista, se entiende como proceso
de creación y apropiación, pero también como producto a partir de su relación con
el desarrollo de ventajas competitivas. Esta línea de estudio se basa los trabajos
pioneros de Schumpeter (1912 y 1942) sobre el rol de la innovación en el
desenvolvimiento económico, así como en los trabajos de Arrow y Nelson (1962)
sobre las características del conocimiento como bien económico

El conocimiento se origina en las instituciones de educación superior y en los


centros de investigación, así como en las empresas modernas. Las instituciones
productoras de conocimiento varían de acuerdo con las tradiciones culturales,
sociales y las regiones lo cual representa una “variedad institucional” que en el
ámbito del fomento productivo está articulada a partir de diversos modelos de
aprendizaje (Casalet, 2004).

El conocimiento también se clasifica en conocimiento explícito que se asocia a la


transmisión de información, competencias y aprendizaje individual, que se
generan en las instituciones educativas, es también el conocimiento tangible,
manifestado en documentos formales, bases de datos y otros repositorios; y por
otro lado el conocimiento tácito o intangible es parte de los procesos de trabajo en
las organizaciones o empresas; para el primero es fundamental la infraestructura
educativa en la ciudad (Méndez Gutiérrez del Valle, Sánchez Moral, Abad Aragón,
& García Balestena, 2009, pp. 121-122). El conocimiento habilita a sus
poseedores de una capacidad intelectual, por tanto, es fundamentalmente una
cuestión cognitiva (Medina & Alva , 2009).

Desde finales de los años setenta del siglo pasado, se reconoce la importancia del
conocimiento como acelerador del crecimiento sectorial en diversas escalas
espaciales (nacional, regional, y urbana) (Garrocho, 2013). El uso y
aprovechamiento del conocimiento en la generación de riqueza se identifica como
economía del conocimiento.

El concepto de economía del conocimiento, tiene sus fundamentos en la teoría del


crecimiento endógeno que surge de la preocupación reciente por reconocer la

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importancia de los procesos de generación, difusión y aplicación del conocimiento
en la economía moderna y más recientemente por los estudios que analizan la
transición hacia la economía del conocimiento (Yigitcanlar & Lönnqvist, 2013).

En la economía del conocimiento se invierte en la formación de capital humano


para incrementar el ingreso, mientras que en la sociedad del conocimiento existen
trabajadores del conocimiento (técnicos, médicos, tecnólogos, administradores o
analistas de todo tipo) cuyo énfasis de su actividad está en los valores y las
normas de la sociedad (Drucker, 1990).

Una sociedad basada en el conocimiento, es aquella que promueve la generación


de nuevo conocimiento para crear bienestar y resolver dificultades en la sociedad
(Medina & Alva , 2009). La sociedad del conocimiento se conforma por redes,
cuyas ventajas radican en la flexibilidad y adaptabilidad de nodos interconectados
con la función de coordinar y gestionar la compleja realidad (Castells, 2001).

De esta manera, la sociedad actual está conformada por redes que generan
nuevas lógicas organizativas. Las redes permiten el intercambio institucional de
conocimiento tácito así como la especialización; en esta lógica, el aislamiento de
instituciones que no se encuentran interconectadas comienza a ser cuestionado,
ya que por tanto afecta los procesos de aprendizaje (Casalet, 2004).

En síntesis, la sociedad del conocimiento es aquella que en un determinado


territorio, la producción, difusión y aplicación del conocimiento contribuye a la
mejora de la competitividad, pero sobre todo de la calidad de vida de sus
habitantes (Méndez Gutiérrez del Valle, Sánchez Moral, Abad Aragón, & García
Balestena, 2009, p. 118).

El conocimiento tácito es aquel que una persona, comunidad, organización o


país, tiene incorporado o almacenado en su mente, en su cultura y que es difícil de
explicar. Este conocimiento puede estar compuesto por ideas, experiencias,
destrezas, habilidades, costumbres, valores, creencias, historia, principalmente
(Peluffo A. & Catalán Contreras, 2002, pág. 22).

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Cuando el conocimiento permite actuar se llama competencias, sin embargo, este
tipo de conocimiento tiene la desventaja de que es personal y difícil de transferir a
otros, el conocimiento explícito por su parte, se ha definido es objetivo y
racional, es el que se enseña en las instituciones de educación, es sistematizado
y se puede transmitir más fácilmente que el anterior (Peluffo A. & Catalán
Contreras, 2002, pág. 22).

La gestión del conocimiento puede definirse como el conjunto de procesos que


busca cambiar la organización actual del modelo de procesamiento de
conocimientos para mejorar tanto ella misma y sus resultados (Medina Rivera &
Alva Fuentes, 2009).

Para Davenport y Prusak (1998) es el proceso sistémico de buscar, organizar,


filtrar y presentar la información con el objetivo de mejorar la comprensión de las
personas en un área específica de interés.

Según Malhotra (2001es el proceso organizacional que busca la combinación


sinérgica del tratamiento de los datos y la información mediante las capacidades
de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y las
capacidades de creatividad e innovación de las personas.

Y según Sveiby (2000): el arte de crear valor con los activos intangibles de una
organización.

En síntesis, la gestión del conocimiento se refiere más a la capacidad de aprender


y generar conocimiento nuevo o mejorar el que existe, es un sistema facilitador de
la búsqueda, codificación, sistematización y difusión de las experiencias
individuales y colectivas del talento humano de la organización, para convertirlas
en conocimiento globalizado, el cual permita generar ventajas sustentables y
competitivas en un entorno dinámico (Farfán Buitrago & Garzón Castrillón, 2006,
pág. 10).

La Gestión del Conocimiento se aplica a la dimensión tácita individual y


organizacional, y se evidencia para situaciones donde el conocimiento codificado o

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explícito es insuficiente (Peluffo A. & Catalán Contreras, 2002, p. 22), además
apoya la forma de articular y aprovechar el saber existente, la organización
inteligente requiere un ambiente creativo, es decir, no es continuidad del activo
existente (no es solamente resultado de una gestión), sino que la organización
también requiere formas de criticar y superar lo existente (Farfán Buitrago &
Garzón Castrillón, 2006, pág. 12).

En resumen, un sistema de gestión del conocimiento permite la reutilización de la


información almacenada en la organización y su incorporación en los procesos
funcionales y operacionales integrando los sistemas de información existentes y
permitiendo la durabilidad de la información y el conocimiento (Farfán Buitrago &
Garzón Castrillón, 2006, pág. 18).

Relación entre diseño y gestión del conocimiento

En la nueva dinámica económica, ambiental, tecnológica y social caracterizada por


los acelerados y complejos cambios, el diseño ha adquirido un valor fundamental
en los procesos de generación de valor y aplicación del conocimiento. El contexto
universitario concede al diseño un espacio privilegiado para contar con sistemas
de gestión del conocimiento que estandaricen los procesos, generen ventajas
competitivas y diferenciales, así como mantengan en crecimiento los activos
intangibles de las instituciones (la historia, el conocimiento mismo, y la
experiencia, principalmente). La creación de especialidades, maestrías, y ahora
doctorados en diseño, debe en relación a su contribución al entendimiento del
diseño como una práctica compleja (Ariza, 2012).

Si bien la generación de productos cada vez es más difícil y su incorporación al


mercado cada vez más competida, los mecanismos que generen valor para los
productos existentes, desarrollen la práctica sistemática de la innovación y definan
nuevas formas de interacción en el espacio, serán los principales activos de las

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instituciones educativas. Aramburu (1996) señala que el conocimiento ha
desplazado a los recursos relevantes de la era industrial, como el capital y la
tierra, y la creación de riqueza depende ahora del intercambio de datos, de
información y conocimiento.

Gestionar el conocimiento demanda modelos integradores que vayan más allá de


proporcionar información a las personas (Muñoz M.ª Dolores, 2003). Con la
gestión del conocimiento se genera un proceso de descubrimiento, aprendizaje e
investigación y en especial, sobre el enfoque y aplicación que tiene el diseño en
un contexto determinado (Ariza, 2012).

El diseño se entiende entonces como el principal medio (y no como un fin) para la


generación de valor agregado. Los sistemas de gestión del conocimiento en el
diseño, podrían ser uno de los principales instrumentos que permitan insertar con
ventaja a las instituciones de educación superior, tener un proyecto institucional y
sobre todo generar activos en medio de una economía y sociedad basados en el
conocimiento.

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