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Su visión fue más allá, se agudizó tanto que encontró que su labor tipificaba
al Verbo encarnado, las ovejas habían aprendido a escuchar su voz,
entendían que su pastor era todo lo que necesitaban, nada les faltaría; su
pastor David les proveería siempre de delicados pastos para descansar,
aguas frescas para saciar la sed, un fuego para pasar la noche y sombra para
descansar del día. Pero no solo eso, David se convirtió en el protector de las
ovejas, estaba dispuesto a enfrentarse a un feroz enemigo y dar su vida por
sus ovejas. Tal cual lo hace Cristo por nosotros, alejando al enemigo de
nuestras almas de nosotros y llevarnos a un lugar seguro.
Este hombre y futuro rey, había recibido una escuela un poco común, la del
silencio y anonimato, pero pronto sería enaltecido, había sido fiel en lo poco
y sobre lo mucho sería puesto, alguien así siempre tendrá en su corazón el
agradecimiento y devoción más allá del poder y la posición que pueda
alcanzar. Entiende que es de Dios todo, David lo entendía perfectamente
bien todo hasta aquí. Estaba listo para librar su batalla más dura, que media
3 metros y amenazaba a su pueblo. Sabia que saldría victorioso; ya conocía
estos escenarios, había sido preparado para este momento en las montañas,
que bueno es Dios con nosotros.
Aquí está la tercera característica de David; su corazón había sido tallado por
el Señor mismo y por eso su semejanza. Estaba listo para llegar a lugares
más altos, pero antes de que la promesa se cumpliera… era necesario que
David fuera roto. Esta parte me conmovió mucho “David entendió que Dios
ansiaba tener hombres que fueran una vasija rota”; entonces estaba
dispuesto a serlo.
En la vida nos vamos a encontrar con personas que nos van a ayudar a
crecer en conocimiento pero también en carácter, mansedumbre, templanza,
etc.. gente que nos va a ayudar a mostrar el fruto del espíritu en nosotros. La
soberanía de Dios es indiscutible, no todos alcanzamos a entender cómo
trabaja en nosotros y recogemos las lanzas para regresarlas y así mostrar
agallas y tenacidad, defendemos lo nuestro y mostramos que también en
nosotros hay llamado, hay poder, hay autoridad. Esto es sencillo de hacer,
cualquiera lo haría, hasta un perro se defiende si lo agredes.