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Venciendo nuestros gigantes

¡Qué hermoso es tener a Dios de nuestro lado! Y cuán importante es recordar que el mismo Dios poderoso que actuó a
través de grandes milagros y maravillas en el pasado, es el mismo que hoy está a nuestro lado tomándonos de la mano y
ayudándonos a atravesar estos tiempos diferentes. Hoy hablaremos acerca de la historia de David y del momento en el
que venció a Goliat, el gigante. Veremos cuáles fueron sus verdaderas armas y la efectividad de haber dejado que sea
Dios quien lo entrene. Es por eso que no debemos desconectarnos del pasado, de ejemplos como el de este joven, sino
recordar esas victorias y también los momentos donde en nuestra propia vida Dios ha sido fiel y nos ha mostrado su
amor y cercanía.

En la clase de hoy hablaremos acerca del primer libro del profeta Samuel y todo el capítulo 17. Y aunque son 58
versículos, curiosamente solo 4 de ellos hablan de la batalla propiamente dicha. Esto es muy relevante puesto que aquí
vemos como la preparación de David fue el arma más eficaz a la hora de enfrentar al gigante.

Tu vida es una continua preparación para momentos que debas enfrentar en el futuro

Si leemos los capítulos anteriores, vemos como David había pasado por la soledad, por el menosprecio por parte de su
familia, por el peligro de tener que enfrentarse solo ante osos y leones para cuidar del rebaño. Sin embargo, lejos de
encontrarnos con un joven lleno de odio o amargura, vemos la actitud de David con un corazón sano y colmado de
valentía. Que había pasado su tiempo escribiendo para Dios y adorándole en cada oportunidad que encontraba.

Es por eso que antes de una batalla, viene un tiempo valioso de preparación. Es allí, donde tenemos que buscar la guía
de Dios y permitir que su Espíritu Santo sane y equipe nuestra vida para estar listos en el momento oportuno.

Esto tiene que ver con nuestras actitudes internas, que son aquellas áreas de nuestra vida que Dios trata para
moldearnos. Tal vez hay sentimientos o pensamientos que no podemos vencer y para nosotros, son gigantes. Hoy es el
momento para avanzar y animarnos a vencer cada imposible ¡con el poder del Dios Todopoderoso!

*** ¿Cuáles pueden ser las actitudes que salen a la luz cuando hay rechazo? ¿O cuando sentimos miedo? ¿Qué consejo
nos hubiera dado David frente a nuestros gigantes? ***

La vida de un hijo de Dios está en continua preparación para manifestar el entrenamiento en momentos claves. Es más,
esta cuarentena sirve para lo que se viene. La Palabra de Dios nos da las herramientas eficaces para vencer a cada
gigante. A continuación, veremos cuáles son las estrategias del cielo para lograrlo:

1) Que la situación no te paralice. Al oír a Goliat, el ejército de Israel se había quedado paralizado. No retrocedían,
puesto que se quedaban en el monte observando la situación, pero tampoco se animaban a atacar. Hoy puede
que también haya creyentes que se encuentran estancados. No se han apartado ni han renunciado a su fe, pero
no se conectan con Dios como antes. Tal vez no se reúnen en los grupos virtuales o las reuniones con el resto de
los hermanos de la fe. En una situación semejante a lo que le sucedió al pueblo de Israel los israelitas se
quedaron paralizados. Hoy es tiempo de levantarse y enfrentar a los gigantes que se alzan para amedrentarnos.
Todo lo que has vivido hasta aquí puedes usarlo como arma espiritual y permitir que Dios sane heridas y te
prepare para vencer cualquier batalla. ¡Dios pelea por ti!

2) Aunque el problema sea mayor que tu capacidad, Dios está siempre presente (1 Samuel 17:23-24). Goliat era
un guerrero experimentado de casi 3 metros de altura, con un armamento de lo más avanzado para la época.
Imposible de vencer (para el hombre). ¿Goliat era más poderoso que David? Sí. Sin embargo, ese día terminó su
historia. Dios peleaba esa batalla y ciertamente no hay nada que le pueda hacer frente. Tus problemas pueden
superar tu capacidad de resolución. Puede que realmente sea imposible resolverlo. Pero hay algo que nunca
debemos olvidar y es que el Dios Todopoderoso es quien está por encima de cualquier situación y capacidad. Los
israelitas se habían desmoronado porque ponían su vista en lo natural y se olvidaron de Dios. ¡Cuántos milagros
habían experimentado en el pasado! Ese día, el Señor lo hizo una vez más.
3) Mantén la confianza en el Señor. El rey Saúl había sido el ungido de Dios y había visto gloriosas victorias, pero
un día se envaneció su corazón y se apartó del Señor. Su confianza ahora no estaba en el poder y la ayuda de
Dios, sino en su armadura y su experiencia. En momentos de alegría, permanece junto a Dios y en momentos de
angustia, también. No permitas que la comunión con el Espíritu Santo se enfríe. Cada día necesitamos
alimentarnos de Dios, fortalecernos en el Señor, escuchar alabanzas, adorarle. Saúl había perdido la conexión
con el Señor y ahora solo veía a un gigante que no podría vencer. Pero allí también estaba David, con el corazón
intacto y listo para poner en práctica tantos años de entrega y preparación. No analices tu vida con la mirada
humana solamente, sino permite también que la fe y la confianza en tu Dios te ayuden a avanzar en cada área
de tu vida.

4) Aleja la negatividad. David no le dio lugar a la negatividad de otros. Ni bien llegó al campamento del ejército, su
hermano se burló y menospreció la valentía con la que David se animaba a enfrentar a Goliat. Y no solo él, sino
que también su rey lo menospreció. Es muy importante cuidar el corazón de aquellas palabras que nos
menosprecien o nos ridiculicen. No te dejes influenciar con la negatividad de la gente que no cree. Dejemos
atrás las derrotas y el temor. David antes de vencer al gigante, ciertamente ya había ganado la batalla en su
corazón. Había tenido, sin saberlo, años de preparación para llegar a ese momento. Y venció a ese imposible.
Dios le dio la estrategia y ganaron juntos ese encuentro memorable. De igual manera, nosotros no podemos
solos. Es necesario enfrentar cada gigante de la mano de Dios y prestar atención a la preparación por la que
estamos atravesando (leer el Salmo 124).

El enemigo es real, pero recuerda que Dios está de nuestro lado para ayudarnos y darnos la mejor estrategia para
vencer. Es tiempo de lavar nuestro corazón de todo rechazo, temor, menosprecio, fracaso y permitir que sea el Espíritu
Santo quien sane cada herida. Debemos llegar a tener un buen estado emocional para que, cuando llegue el momento,
podamos enfrentar a cualquier gigante.

Jesús, está en tu barca cuando te enfrentas a tu gigante

En cierta oportunidad Jesús se subió a una barca que naufragaba en medio de una gran tormenta. Sus discípulos estaban
totalmente atemorizados y no sabían qué hacer, cuando en realidad venían de experimentar la multiplicación milagrosa
de los panes y los peces (Marcos 6:51-52). Jesús, luego de caminar sobre las aguas, se subió a la barca y con su voz,
calmó la tormenta. ¡Tremendo! ¡No nos desconectemos de las maravillas que conocemos del pasado! Es tiempo de vivir
sabiendo que Jesús está con nosotros y tiene todo el poder para calmar las tormentas y vencer a los gigantes.

Conclusión

Dios es soberano y sigue estando en el sitio de poder. Él está por encima de todo y merece toda la gloria aun cuando hay
cuestiones que no entendemos. Debemos guardar nuestro corazón, y disfrutar de tener salud interior. El secreto para
vencer a Goliat no estuvo en la técnica de David, sino en toda la preparación, en esos años adorando a Dios aún frente al
desprecio de su familia y no responder de mala manera, sino avanzar siempre hacia el plan que se había diseñado para
él. Por tanto, no te paralices, recuerda que aunque el problema sea mayor a tu capacidad, Dios está a tu lado para
ayudarte. Desoye las palabras negativas de tu entorno y mantén la confianza en el Señor. Sin duda este es tu tiempo
para enfrentar a los gigantes con valentía y poner en práctica toda la preparación que has tenido hasta este punto. Así
como David, gana la batalla primero en tu corazón y sin duda, luego ¡verás una gloriosa victoria!

“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6)

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