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ANTE LA SEÑORA JUEZ INSTRUCTORA Y CAUTELAR DE TUPIZA

PLANTEA INCIDENTE DE NULIDAD DE


IMPUTACION POR DEFECTO ABSOLUTO Y PIDE SE
EJERZA EL CONTROL JURISDICCIONAL QUE
IMPONE LA LEY

SOLICITA SE DEJE SIN EFECTO SEÑALAMIENTO


DE AUDIENCIA POR LESIÓN A LA GARANTÍA DE
DEBIDO PROCESO Y SEGURIDAD JURÍDICA

JUAN PEREZ DOMINGUEZ, de generales de ley conocidas dentro del proceso seguido en
mi contra por la imaginaria comisión de los delitos de RESOLUCIONES CONTRARIAS A
LA CONSTITUCION Y A LAS LEYES e INCUMPLIMIENTO DE DEBERES, previstos y
sancionados por los Arts. 153 y 154 del Código Penal; ejerciendo el irrestricto derecho
fundamental de Defensa en Juicio, fundamenta y pide:

ANTECEDENTES DE LA IMPUTACIÓN FORMAL EMITIDA

En 26 de marzo de 2014 la Sra. Representante del Ministerio Público emite requerimiento de


IMPUTACIÓN FORMAL en contra mía como supuesto responsable penal de los ilícitos de
incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la constitución y a las leyes
previstos y sancionados por los Arts. 153 y 154 del Código Penal, manifestando a manera de
fundamento algunos datos que, por su importancia negativa transcribo literal:

“Por la Notitia Criminis presentada por el HAM Abog. ENRIQUE FLORES OLIMPO
en representación del GAM de la Loc. De Puna, que teniendo conocimiento de que en la
gestión 2009 ostensiblemente menciona que los Sres. JUAN PEREZ Y PERICO DE LOS
PALOTES primero en su condición de Alcalde Municipal de Puna y el segundo en su
condición de Administrador del Gobierno Municipal de Puna, de la cuenta fiscal No 501-
0317402-3-16 del G.A.M. de Puna. Ordenan o transfieren la suma de dinero 500.857,60 Bs.
Que correspondían al SUMI del Banco de Crédito a otra entidad, al Fondo Financiera
Privado PRODEM. Lo aberrante a una cuenta particular No 710-2-106426-7 a nombre de
PERICO DE LOS PALOTES por lo que dichos montos no fueron respetados estos pudiendo
ser manejados en una cuenta fiscal, como no fueron informados de su transferencia, tampoco
determinar su uso en los gastos determinados por ley, de esta manera causando un gran
perjuicio y daño económico al Estado……..”
Aduce luego la representante del Ministerio público que habría cumplido labor investigativa y
plasma los supuestos resultados de ésa labor en ocho puntos que se resumen a.
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PRIMERO: Referir un informe sobre la existencia de un depósito y que dichos fondos fueran
transferidos a una cuenta particular en PRODEM y que elos fuera dispuesto sin respaldo y
concluye afirmando que dicha cuenta perteneciera a PERICO DE LOS PALOTES según
libreta bancaria.
SEGUNDO: Menciona un informe de la ASFI en sentido de que la mencionada cuenta de
PERICO DE LOS PALOTES cuenta para el año 2014 con un saldo de 15 y fracción
bolivianos.
TERCERO: Hace referencia a las fechas de notificación de los imputados.
CUARTO: Informe del asignado sobre desconocimiento del domicilio de PERICO DE LOS
PALOTES.
QUINTO: Informe sobre movimientos bancarios de la mencionada cuenta bancaria.
SEXTO: Informe del asignado sobre declaraciones testificales sin mencionar su contenido.
SEPTIMO: Informe sobre supuestas reuniones de autoridades dando cuenta de que no se habla
de transferencias de dineros y descripción clara de que NO SE SABE QUIEN AUTORIZO
LA TRANSFERENCIA.
OCTAVO: Informe del encargado de archivos sobre la cuenta de referencia, dando a conocer
que NO EXISTEN ARCHIVOS sobre la misma.

Incluyendo luego en éste acápite una simple mención de ciertas declaraciones testificales que
no refieren ni incriminan conducta precisa ni directa en mi contra como hechos concretos en
que haya incurrido.

Finalmente y en lo que sea intitulado FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA – ADECUACIÓN


TÍPICA la Sra. Fiscal RESUME y por ende LIMITA la endilgación de la presunta conducta
delictiva que se me atribuye a manifestar textual que la investigación habría arrojado indicios
para sostener que tanto mi persona como el co imputado seríamos probables autores de dos
delitos, bajo el exclusivo y único razonamiento de:

“…Toda vez que JUAN PEREZ DOMINGUEZ y PERICO DE LOS PALOTES se hallan
plenamente individualizados que desde la gestión 2009 ordenan transfieren, transgreden la
suma de 500.857,60 Bs. Que correspondían al SUMI del Banco de Crédito a otra entidad. Al
Fondo Financiero PRODEM, lo aberrante a una cuenta particular Nº 710-2-1.106426-7 a
nombre de los mencionados imputados ad-peden litterae”.

El Requerimiento fiscal analizado concluye con una petición de imponerse medidas cautelares
personales que en su presunta tramitación conlleva petición de sustanciarse en audiencia
pública.

INTERPONE INCIDENTE DE NULIDAD DE LA IMPUTACIÓN FORMAL

FUNDAMENTACIÓN DE LOS DEFECTOS ABSOLUTOS DE QUE ADOLECE LA


IMPUTACION PRONUNCIADA
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La Constitución Política del Estado Plurinacional reconoce la serie de tratados internacionales


sobre Derechos Humanos, y señala precisando sobre.

PRIMACÍA Y REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN


Artículo 410. I. Todas las personas, naturales y jurídicas, así como los órganos públicos,
funciones públicas e instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución. II. La
Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía
frente a cualquier otra disposición normativa. El bloque de constitucionalidad está integrado
por los Tratados y Convenios internacionales en materia de Derechos Humanos y las normas
de Derecho Comunitario, ratificados por el país. La aplicación de las normas jurídicas se
regirá por la siguiente jerarquía, de acuerdo a las competencias de las entidades territoriales:
1.- Constitución Política del Estado.
2.- Los tratados internacionales
3.- Las leyes nacionales, los estatutos autonómicos, las cartas orgánicas y el resto de
legislación departamental, municipal e indígena
4.- Los decretos, reglamentos y demás resoluciones emanadas de los órganos ejecutivos
correspondientes.

Es decir reconociendo que en las condiciones de su vigencia, los tratados y convenios


internacionales tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la Constitución y
deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. En cuanto
al fundamento del otorgamiento de rango constitucional a estos tratados, coincide con la
expresión de JUAN P. CAFIERO en que "otorgar jerarquía constitucional a estos instrumentos
es situar al ser humano -por su sola condición de tal- en el centro de la tutela del orden
jurídico. Los derechos humanos son la expresión directa de la dignidad de la persona humana,
conforman una obligación para todos, erga omnes y todo Estado debe estar jurídicamente
interesado en la protección del derecho del hombre".

En cuanto al alcance de la expresión "jerarquía constitucional", de que gozan los tratados


sobre derechos humanos, el convencional BARRA definió este concepto, afirmando que "esto
significa que se encuentran en pie de igualdad con la Constitución Nacional; no es que la
integren estrictamente, sino que la complementan en igualdad de rango".

En esa línea interpretativa, menester invocar y poner de manifiesto que al conformar el


llamado bloque de Constitucionalidad los Derechos Humanos y los Tratados y Convenios
Internacionales relativos a éstos, tiene prevalencia aún con supremacía en relación a las leyes,
sean éstas Sustantivas o ADJETIVAS procedimentales, situándose las primeras en un rango
infraconstitucional, ad empero supra legal.

Estribado tal parámetro de interpretación sobre la jerarquía normativa y la preponderancia de


los valores que proclaman éstas disposiciones legales, no sólo instituidas en el espacio estatal
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jurisdiccional sino universal y dentro de los límites territoriales que comprendan los países
signatarios de legislaciones internacionales vinculantes (Tratados y Convenios Ratificados)
deviene en imprescindible referir que el Sistema Acusatorio oral vigente en nuestro Estado, se
encuentra investido de formalidades que hacen al Debido Proceso, comprendido en su triple
dimensión, esto es como derecho Fundamental, como Garantía y como Principio Procesal,
surgiendo ésta delimitación de la aplicación objetiva de la ley como voluntad del legislador
ordinario, en coherencia práctica con los valores y derechos que prevén las disposiciones de
observancia inexcusable por los operadores de justicia en los países y estados parte de las
mentadas Convenciones.

Así, resulta innegable que al tratarse el presente proceso de una causa penal regida por un
Ritual preestablecido y compatibilizado con la Constitución Política del Estado, no puede
encontrarse marginada del acatamiento y observancia estricta de las garantías procesales
previstas no sólo por las prescripciones de éstas disposiciones de categoría internacional, sino
las propias adoptadas por el Constituyente en el ordenamiento jurídico interno, de cuya
ponderación con el caso presente resultará que se han infringido garantías elementales de
Categoría de Derechos Fundamentales y que en el llamado test de proporcionalidad sobre
derechos y garantías comunes y personales, denotarán la restricción del sagrado e irrestricto
derecho inviolable de defensa en Juicio dentro de la causa que injusta e ilegalmente se sigue
en mi contra y que eventualmente se encuentra en sustanciación y consideración de un
requerimiento fiscal de IMPUTACION FORMAL.

En ese contexto, desglosemos parte de la Doctrina del jurisconsulto EDWAR CARLOS


ENRIQUE que en su obra GARANTIAS CONSTITUCIONALES EN MATERIA PENAL
Pág. 105 reflexiona:

INFORMACIÓN DEL HECHO IMPUTADO


Esta garantía mínima se refiere al conocimiento efectivo que debe tener el imputado
del hecho que se le atribuye.
El Pacto de San José de Costa Rica dispone en su art. 8º, ap. 2, b, la "comunicación
previa y detallada al inculpado de la acusación formulada".
A su vez, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece en su art. 14,
ap. 3, a, la garantía "a ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma
detallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella".
En cuanto al alcance de la comunicación o información del hecho endilgado,
no solamente debe comprender la calificación jurídica de éste, es decir, su encuadre en un
tipo penal, sino, y fundamentalmente, una relación histórica del hecho, con indicación de
las circunstancias de tiempo, lugar y modo de comisión; ello concierne al derecho de
defensa, ya que si no se conoce efectivamente el hecho atribuido, no puede ejercerse
adecuadamente este derecho.
Además, el conocimiento o información del hecho debe comprender las pruebas
existentes contra el imputado, pues éste tiene derecho a conocer los elementos de convicción
para poder ejercer la defensa de sus intereses.
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Los tratados mencionados también fijan los caracteres de esta comunicación o


información: a) debe ser previa o sin demora, y b) en forma detallada.
a) La primera característica es de orden temporal: la comunicación o información del
hecho debe efectuarse antes de la realización de cualquier acto procesal en el que intervenga
el imputado (p. ej., prestar su declaración indagatoria).
b) El segundo carácter se refiere al contenido de esta comunicación o información;
debe comprender tanto el relato histórico del hecho atribuido como las pruebas existentes
contra el imputado.
Si bien ambos pactos internacionales señalan que el objeto de esta comunicación o
información es una "acusación", no lo hacen en el sentido técnico de este término, es decir el
que, procesalmente, corresponde recién cuando el fiscal formula la requisitoria de elevación
a juicio, al promediar el proceso penal. En el texto de los pactos, acusación debe entenderse
como sinónimo del hecho que se atribuye al encartado.

Con la didáctica de tal cita bibliográfica podemos abordar con certeza que las garantías básicas
y preponderantes para ser efectivo el derecho fundamental de Defensa en Juicio, respecto a la
imputación que se ha pronunciado en mi contra, no han sido cumplidas y menos se ha
preservado ésta garantía, conculcándose el debido proceso y formalmente sustanciándose un
DEFECTO ABSOLUTO del procedimiento que genera nulidad de los actos que conlleven
vulneración a derechos y garantías Constitucionales; veamos en ese orden que la descripción
casi contextualizada de la IMPUTACION FORMAL presentada en fecha 26 de marzo de 2014
en mi contra denota que se ha incluido en ésta forma de resolución fiscal, una descripción
cuasi reproductiva de algunos fundamentos parciales expresados en la denuncia del actual
alcalde, con mera enunciación de ciertas actividades supuestamente ilícitas o que consideran
como delictivos sin individualizarse con actos y hechos concretos cuál la conducta criminosa
que se me pretende atribuir con mención calara de lugares, personas, documentos y otros que
se traducen según el tipo de delito PROPIO DE LA FUNCION PÚBLICA QUE SE ME
TRATA DE ENDILGAR en incuestionables ACTOS ADMINISTRATIVOS que no pueden
quedar librados a suposiciones o vacíos fácticos en una imputación o la propia investigación,
esto es que se ha emitido una imputación formal sin incluirse en el trabajo intelectivo de
pronunciarse una resolución fiscal que contenga un RELACIÓN PRECISA Y
CIRCUNSTANCIADA DEL HECHO punible que supuestamente se me atribuye,
evidenciándose así una imputación formal carente del debido sustento y que en definitiva me
restringe del sagrado Derecho de defensa por no permitir conocer a cabalidad los HECHOS
que se me sindica y peor aún con respaldo documentado o indiciario probatorio que conduzca
a éstas afirmaciones, es más, la imputación examinada carece de la debida sustentación en
cuanto a los ACTOS ADMINISTRATIVOS que habrían conllevado a las disposiciones
patrimoniales de recursos estatales que se cuestionan, limitándose el llamado “fundamento” a
expresiones genéricas que no ingresan en una necesaria individualización de las conductas
desplegadas u omitidas por funcionarios dependientes de la supuesta entidad víctima, sin
especificarse siquiera los cargos que mi persona habría desempeñado durante el tiempo en que
acontecieron los hechos u actos que se sindican como ilícitos; por ende privan absolutamente a
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mi defensa material y técnica de ejercer las prerrogativas que pudiera encarar para esclarecer
los antecedentes fácticos que eventualmente se me atribuyen, ya que sencilla y repetitivamente
se habla de alguna transferencia de fondos a una cuenta privada que, tal y como realza la
propia fiscal aún con cierta contradicción con su propia prueba indiciaria, se tiene acreditado
que dicha cuenta personal NO ME PERTENECÍA NI CORRESPONDE, por consiguiente, el
sólo fundamento de mencionar que se haya efectuado dicha transferencia de ninguna manera
brinda certeza sobre el actuar lícito o ilícito de mi persona, desconociendo a cabalidad en qué
acto u omisión habría mi persona participado, ya que no se menciona que haya sido yo
personalmente quien efectuara dicha transferencia de una cuenta fiscal o institucional,
tampoco se menciona si incurrí en omisión dolosa respecto de algún acto administrativo
propio de mis funciones, al extremo que imputándome el delito de INCUMPLIMIENTO DE
DEBERES ni siquiera se menciona en qué acto propio de mis funciones he incurrido en
omisión, retardo o haberme rehusado en momento y lugar concretos respecto de determinado
trámite o incidencia; lo propio ocurre cuando se me pretende atribuir el ilícito de resoluciones
contrarias a la constitución y se intenta atribuir la conducta de supuestamente haber ordenado
un acto contrario a la Constitución sin mencionarse qué norma específica y en qué manera la
hubiere contradicho, o peor aún norma administrativa que haya inobservado u ordenado su
inaplicabilidad, empero nuevamente se me causa severa indefensión cuando no se refiere en
qué forma y respecto de quien habría mi persona emitido orden o de qué tipo y en qué medio o
elemento de prueba constaría dicha actitud, deviniendo en que nuevamente se omite hacerme
conocer los HECHOS CONCRETOS sobre los cuales se intenta fundar mi responsabilidad
penal, para así, con pleno conocimiento poder enervar los mismos con prueba pertinente a
cada acto u omisión en tiempo, lugar y personas concretas.

De consiguiente, se tiene que se ha restringido mi derecho a la defensa y se ha incurrido en


flagrante violación al Principio de Certeza y Seguridad Jurídica, dignos de reclamar y
preservarse en el presente proceso bajo la forma procesal de DEFECTOS Absolutos que se
han sustanciado en la emisión de la IMPUTACION FORMAL en mi contra por cuanto la
misma adolece de carencia de los requisitos mínimos prescritos por el Art. 8 Par. II del Pacto
de San José de Costa Rica ya invocado y que en el resalto necesario que hemos incluido,
especialmente, dispone:

Artículo 8. Garantías Judiciales


1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra
ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter.

2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no
se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
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a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no


comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;

b. comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;

c. concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su


defensa;

d. derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su


elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e. derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni
nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f. derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos;
g. derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h. derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.

Ahora, aún de no ser tan evidente la lesión denunciada, se constata también una severa
inobservancia de la disposición legal adjetiva contenida en el Art. 302 de la Ley 1970 del
Código de Procedimiento Penal, que en el orden estrictamente procesal determina cuáles los
requisitos mínimos de una imputación formal y que forman parte de una observancia
sistemática de garantías que surgen de su probable emisión, las cuales se ven conculcadas en
autos conforme he detallado y precisaré líneas siguientes.

Pues en una revisión somera de la imputación que nos ocupa, no se advierte de su contenido el
cumplimiento del:

Artículo 302º.(Imputación formal).

Si el fiscal estima que existen suficientes indicios sobre la existencia del hecho y la
participación del imputado, formalizará la imputación mediante resolución fundamentada,
que deberá contener:

1. Los datos de identificación del imputado y de la víctima o su individualización más precisa-


2. El nombre y domicilio procesal del defensor.
3. La descripción del hecho o los hechos que se le imputan y su calificación provisional y,

4. La solicitud de medidas cautelares si procede.


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Extrayéndose en consecuencia que la previsión del Inc. 3 del precepto citado, no ha sido
cumplido por el Sr. Fiscal de Materia en la emisión del requerimiento de imputación formal,
ya que no se ha observado una DESCRIPCIÓN del hecho que se me imputado sino simple y
llanamente una calificación provisional que no permite apreciar cuáles los motivos concretos y
actos u omisiones en base a los cuales se me atribuye presunta responsabilidad penal. Pues
resulta necesario en éste punto hacer hincapié en el hecho de que ciertamente la imputación
formal pretende identificar como conductas supuestamente delictivas probables disposiciones
patrimoniales de recursos estatales, lo que habría generado una consecuencia en el mundo
exterior, sin embargo en momento alguno de ésta incriminación delictiva se identifica y
precisa con la meridianeidad que corresponde en derecho, cuál el grado de participación de mi
persona en ÉSTE RESULTADO ya que, circunstancia completamente distinta a las normas
denunciadas como violadas, equivale a sostener que los hechos que se me atribuya consistan
en el resultado de conductas individuales no especificadas en la resolución fiscal, ya que
ciertamente de hablarse de las llamadas disposiciones patrimoniales de Recursos del SUMI
que se hubieren generado con inobservancia de normas y que probablemente esto sea típico,
no conduce conforme a las garantías que me asisten, a comprender cuál la conducta que se me
incrimina de forma directa o indirecta en ésta secuencia de simples resultados, pues no se
fundamenta de manera clara y contundente las acciones en aquellos actos propios de la
función pública en los que se haya identificado antijuridicidad atribuible a mi persona con
individualización de documentos, personas, lugares y otros.

Es más en franca contravención a lo establecido por el Art. 124 del CPP se ha emitido una
resolución sin la debida fundamentación, pretendiendo reemplazarse el trabajo intelectivo que
obliga el Art. 73 de la Ley 1970 a los Fiscales, con la simple mención de elementos –dice-
probatorios, sin incluirse respecto de cada uno de estos elementos de convicción cuál el grado
de eficacia probatorio o vinculatoriedad que se le atribuye respecto de mi persona y que
permita cuando menos de forma referencial estimar algún supuesto grado de participación
criminal, al extremo que ni siquiera se ha precisado si habría yo desempeñado alguna función
pública en las gestiones en que presuntamente se han suscitado éstos hechos, ello
considerando que se pretende atribuir responsabilidad por tipos penales investidos ambos de
una condición especializante en el agente. Aspecto que denota mayor contradicción cuando
como descripción probatoria se incluye varias Resoluciones y actos de otras autoridades que
dada su naturaleza administrativa, son emitidas pues por una instancia y repartición distinta y
fundamentalmente Colegiada, pudiendo colegirse que la resolución de imputación adolece no
sólo de los vicios y defectos absolutos de procedimiento que han restringido mis derechos
constitucionales y Fundamentales, sino además de evidente incongruencia y carencia de
concordancia práctica en cuanto a los probables legitimados pasivos en la causa.

FUNDAMENTA LA SUSTANCIACIÓN DE DEFECTO ABSOLUTO NO


SUSCEPTIBLES DE CONVALIDACIÓN EN LA IMPUTACION FORMAL
PRONUNCIADA Y PIDE NULIDAD DEL ACTO
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Abordando con sistemática la denuncia sobre vulneración de Derechos y Garantías


Fundamentales que formulo, me compete recurrir a la jurisprudencia emitida por el máximo
intérprete de Constitucionalidad en nuestro Estado, que con referencia a la competencia
vuestra como contralor de garantías en el proceso, ha establecido:

SSCC 0522/2005 R

III.2.En ese orden, el art. 169.3 del CPP al referirse a los defectos absolutos de la actividad
procesal, señala que no serán susceptibles de convalidación los defectos concernientes a los
que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías previstos en la Constitución
Política del Estado, las Convenciones o Tratados internacionales vigentes y el citado Código.
Para el efecto, de conformidad con lo establecido por los arts. 314 y 315 de igual normativa,
las excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o
importancia, deban ser debatidas o requieran la producción de prueba, se tramitarán por la
vía incidental, sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito fundamentado
en la etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la
documentación correspondiente.

A su vez el art. 407 del CPP referido a la apelación restringida señala que: “Cuando el
precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya un
defecto de procedimiento, el recurso sólo será admisible si el interesado ha reclamado
oportunamente su saneamiento o ha efectuado reserva de recurrir, salvo en los casos de
nulidad absoluta o cuando se trate de los vicios de la sentencia de conformidad a lo previsto
por los arts. 169 y 370 de este Código”.

En ese sentido, siempre que sea posible, el Juez o Tribunal, de oficio o a petición de parte,
advertido del defecto, deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el
error o cumpliendo el acto omitido, conforme se encuentra señalado en el art. 168 del CPP.

Consecuentemente, la corrección de la actividad procesal defectuosa dentro de los procesos


penales puede hacérsela por la vía incidental ante el juez cautelar en la etapa preparatoria o
ante el Juez o Tribunal de Sentencia en el juicio oral, y, en su caso, a través del recurso de
apelación restringida, recursos que deberán ser interpuestos con carácter previo, puesto que
sólo ante el agotamiento de los mismos la jurisdicción constitucional, a través del amparo,
quedará abierta para el análisis y consideración de los actos u omisiones que impliquen
lesión de los derechos y garantías constitucionales.

Este entendimiento ha sido expresado en las SSCC 509/2003-R, 1069/2003-R, 1187/2003-R


969/2003-R, así en esta última se señaló que “(…) en el marco del art. 169-3) CPP, -el
recurrente- tiene la potestad de formular un incidente de nulidad por defecto absoluto al
estimar que se han vulnerado sus derechos y garantías, pues una vez realizada la acusación,
el proceso será radicado ante un Tribunal de Sentencia, instancia ante la que el actor puede
ocurrir promoviendo el aludido incidente, acarreando la improcedencia del amparo, que tiene
entre sus principales caracteres la subsidiariedad, que determina que este recurso proceda
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única y exclusivamente cuando la ley no reconoce ninguna vía para que la persona pueda
demandar se respete o repare el derecho o garantía conculcado, o cuando ha agotado todos
los medios legales existentes, o, finalmente, cuando los recursos o vías previstas para que
realice sus reclamos no le aseguran la protección inmediata y eficaz que busca ante la
inminencia e irreversibilidad de un daño (…)”

Por consiguiente, como se encuentra acreditada la fase en que se pretende situar el proceso
penal, existiendo una imputación que precisamente se cuestiona como defectuosa, su autoridad
es plenamente competente para sustanciar y resolver el presente incidente de actividad
procesal defectuosa por nulidad de imputación que incurre en violación de derechos
fundamentales, esto es, por concurrencia de las previsiones legales contenidas en el Art. 169
caso 3 de la Ley 1970, al haberse emitido una RESOLUCION FISCAL DE IMPUTACION
que CARECE de la debida fundamentación por ende lesiona el Debido Proceso, la Seguridad
Jurídica y colateralmente el Principio de Congruencia, que se constituyen en Derechos
Fundamentales y Garantías de Rango Constitucional que son de observancia obligatoria en
proceso penal de orden público, todo como paso a detallar invocando de su autoridad la
procedibilidad del presente incidente de nulidad en los cánones del Art. 314, 315 y siguientes
del ritual de la Materia y ejerciendo las atribuciones conferidas por el Art. 54,1 del propio
Cuerpo Adjetivo Penal.

A tal fin, quedó claro y evidenciado de los antecedentes alegados en el inicio del presente
incidente, así como de la transcripción y eventual verificación de la imputación formal emitida
en mi contra, que la misma se restringe a simplemente mencionar que se me atribuye un
supuesto delito sin establecerse con claridad los hechos en base a los cuales se me sindica
semejante incriminación de responsabilidad penal, siendo el único fundamento relativo a mi
endilgación penal un párrafo que se limita a referir:

“…al amparo de las previsiones contenidas en el art. 302 numeral 3) del Código de
Procedimiento Penal califica provisionalmente la conducta exteriorizada por parte del
imputado como Malversación y Conducta Antieconómica ilícitos previstos y sancionados por
los Arts. 144 y 224 del Código Penal, y, en base a los siguientes fundamentos y actuados
colectados como prueba”

Habiéndose omitido de manera flagrante y palpable la llamada ADECUACIÓN TÍPICA DE


LOS HECHOS QUE SE ME INCRIMINA, precisamente porque la relación precisa y
circunstanciada de los mismos es absolutamente ausente en la resolución fiscal impugnada, ya
que sin mayor análisis se puede inferir que no se ha consignado las circunstancias necesarias
que hagan prevalecer mis garantías procesales y asumir una adecuada defensa, conociendo a
cabalidad los SUPUESTOS HECHOS que se me sindica ya formalmente y que tiene el efecto
jurídico de modificar mi condición de imputado (persona a quien se le atribuye un delito) a
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calidad de procesado (formalmente sometido a proceso investigativo), razonamiento al cual se


arriba del siguiente análisis.

La imputación formal se constituye una atribución delictiva que normativamente ha sido


encomendada bajo principios de Objetividad y Legalidad a los representantes del Ministerio
Público en la categoría de Fiscales de Materia conforme a las atribuciones especiales, así ha
sido abundado e ilustrado de forma vinculante el Tribunal Constitucional cuando estima que:

SSCC 0760/2003-R IMPUTACION CONCEPTO Y SUSTENTACIÓN

III.2.1 Imputar es: «atribuir a otro una culpa, acción o delito» (Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española), expresión que guarda similitud con el contenido
normativo establecido por el art. 5 del Código procesal de la materia, cuando expresa que "Se
considera imputado a toda persona a quien se atribuya la comisión de un delito ante los
órganos encargados de la persecución penal". Conforme a esto, desde que se comunica la
admisión de una querella, denuncia o información fehaciente de la comisión de un delito (art.
289 CPP), la persona a quien se atribuye tal conducta adquiere el status de imputado (queda
claro que no se puede considerar imputado al destinatario de una burda atribución de un
delito, que de lógico no va ameritar el inicio de investigación alguna). Ante esta imputación
genérica, el Fiscal, conforme al art. 304 CPP, tiene la facultad de rechazar la denuncia,
querella o de las actuaciones policiales. Esto supone que el Fiscal tiene el deber jurídico de
hacer una ponderación provisional sobre la atribución del hecho punible a una persona
determinada, y si la encuentra sustentable, debe instruir su investigación bajo su dirección
funcional, haciendo conocer tal determinación tanto al juez cautelar como al imputado, salvo
los casos de reserva previstos por ley; desde este momento, el imputado adquiere la condición
de parte, y consiguientemente, ejercita el derecho a la defensa, en los términos establecidos
por el art. 16 CPE, arts. 8 y 9 CPP.

III.2.2 Imputación formal.- La imputación formal ya no es la simple atribución de un hecho


punible a una persona, sino que la misma debe sustentarse en la existencia de indicios
suficientes sobre la existencia del hecho y la participación del imputado en el mismo, en
alguno de los grados de participación criminal establecidos por la ley penal sustantiva; o lo
que es lo mismo, deben apreciarse indicios racionales sobre su participación en el hecho que
se le imputa.

De ahí que la garantía de la certeza que debe conllevar una imputación formal, no queda
soslayada a la discrecionalidad en el actuar del representante de la sociedad, sino regida por
cánones dentro de los cuales se prepondere el equilibrio entre el Ius Punniendi Estatal y el
Fundamental derecho de Defensa y el acceso al Debido Proceso. Consecuentemente, es el
mismo contralor e intérprete de Constitucionalidad en nuestro estado que ha delimitado las
EXIGENCIAS MÍNIMAS DE FUNDAMENTACIÓN EN UNA IMPUTACION FORMAL,
prescribiendo los lineamientos básicos de éste tipo de decisión fiscal.
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En ese merito, si analizamos las definiciones del debido proceso, que comprende varias
vertientes y principios como garantías fundamentales, veremos con sindéresis que la
sustentabilidad del presente incidente surge por luz propia, veamos así:

SSCC0582/2005

III.1. Antes de ingresar a analizar la problemática planteada por el recurrente, es necesario


señalar que este Tribunal, respecto a la garantía del debido proceso, consagrado por el art.
16.IV de la CPE, que persigue evitar la imposición de una sanción sin el cumplimiento de un
proceso previo, en el que se observen los derechos y garantías consagrados por la
Constitución y las leyes, ha señalado que la motivación de los autos y sentencias en una de las
exigencias básicas del debido proceso, sentando jurisprudencia, sobre los requisitos mínimos
de validez que debe guardar una resolución, y por lo mismo, la obligación de todo juez o
tribunal de exponer las razones que le permiten adoptar determinada decisión. Así las SSCC
752/2002-R, 1369/2001-R, entre otras, han establecido que: “(...) el derecho al debido
proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda Resolución sea debidamente
fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una Resolución debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas
que sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la
motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino
también en los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera
flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las razones para que
se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al
Juez a tomar la decisión”.

En el mismo sentido, complementando la doctrina constitucional que precede, respecto al


derecho a una resolución judicial motivada, se estableció la subregla de que ésta garantía
básica del debido proceso, es más relevante y de mayor exigibilidad en autos y resoluciones
definitivas, así la SC 577/2004, de 15 de abril, señala que la: “ (…) exigencia de fundamentar
las decisiones, se torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en
apelación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las autoridades de primera
instancia; máxime, cuando se trata de resolver recursos sobre excepciones, tienen carácter
definitivo y por lo mismo, es imprescindible que dichas Resoluciones sean suficientemente
motivadas y expongan con claridad las razones y fundamentos legales que las sustentan y que
permitan concluir, que la determinación sobre la existencia o inexistencia del agravio sufrido
fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo modo que se
exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto, en la
medida en que las resoluciones contengan ,los fundamentos de hecho y de derecho, el
demandado tendrá la certeza de que la decisión adoptada es justa; por lo que no le esta
permito a un Juez o Tribunal, reemplazar la fundamentación por la relación de antecedentes,
la mención de los requerimientos de las partes o hacer alusión de que el Juez de instancia
obró conforme a derecho, tal como acontece en este caso; con mayor razón, si se tiene en
13

cuenta que el contar con una Resolución debidamente fundamentada y motivada es un


derecho fundamental de la persona y forma parte del debido proceso (…)”.

En ese contexto, la SC 0119/2003-R, de 28 de enero, -entre otras-, ha señalado que “(...) se


entiende que el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las
autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que
ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la
fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales”.

Deduciéndose de inicio que el Debido Proceso contiene entre su esfera de protección la


exigibilidad de deber emitirse por las autoridades jurisdiccionales o administrativas
resoluciones que se encuentren debidamente fundamentadas, adquiriendo mayor relevancia
éste presupuesto en materia penal por su vinculatoriedad estricta con el derecho primigenio a
la Libertad Individual, empero no sólo desde este ámbito de protección de garantías
constitucionales compete referirse al debido Proceso, sino especial y fundamental para nuestro
petitorio su interpretación jurisprudencial en cuanto a las garantías que conlleva el Derecho
Fundamental multicitado, mismo que en su triple dimensión debe ser comprendida a cabalidad
precisamente como derecho fundamental como garantía procesal y como Principio rector de
actuaciones de los operadores de justicia, por ello en cuanto a dichas garantías recurramos a la:

SSCC 1274 2001 –R Que, como fundamento principal del Recurso se denuncia la vulneración
de la garantía constitucional del debido proceso, señalando que las autoridades, al dictar los
fallos impugnados, hicieron una incorrecta e inadecuada valoración de la prueba,
concretamente señala que "ambos fallos, no han valorado imparcialmente las pruebas de
descargo aportadas en el proceso injusto e ilegal que siguió el ministerio público en contra de
su mandante"(sic). Al respecto corresponde señalar que, conforme ha definido este Tribunal
en su Sentencia Constitucional Nº 369/99-R, la garantía del debido proceso, "exige que los
litigantes tengan el beneficio de un juicio imparcial ante los tribunales y que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos
que se hallen en una situación similar, es decir, implica el derecho de toda persona a un
proceso justo y equitativo"; por lo que el debido proceso en materia penal, además de la
presunción de inocencia, comprende las siguientes garantías mínimas para el procesado: a)
el derecho de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete; b) derecho de
comunicación previa y detallada de la acusación formulada; c) concesión del tiempo y los
medios adecuados para la preparación de su defensa; d) derecho a la defensa técnica y
material; e) derecho a ser asistido por un defensor oficial proporcionado por el estado si, el
procesado, no tiene recurso para designar su defensor; f) derecho de interrogar a los testigos
presentes; g) derecho a no declarar contra sí mismo ni a declarase culpable; y h) derecho de
recurrir del fallo ante un Juez o Tribunal superior; así está prescrito por el art. 8.2 del Pacto
de San José de Costa Rica incorporado a la legislación interna a través de la Ley Nº 1430 de
11 de febrero de 1993.

Infiriéndose del texto citado que entre las garantías que comprende el Debido Proceso es de
relevancia la mención al derecho del imputado de conocer con certeza los hechos que se le
14

incrimina, al constituir éstos los parámetros para encaminar su defensa no sólo técnica sino
especialmente material, para cuyo ejercicio precisa conocer con congruencia los antecedentes
y supuestos fácticos que se le incrimina, respecto de los cuales, sólo frente a una cabal
comprensión podrá ejercer la llamada defensa material en cuanto él conoce con eficiencia la
verdadera secuencia de antecedentes que hagan a su defensa y sobre las cuales no podrá
ejercitar adecuada contienda jurídica si no se encuentran plasmadas con claridad, ello al
margen del trabajo técnico jurídico que le asiste a su defensa letrada, quien de igual manera se
encuentra restringida de proponer o enervar elementos de convicción útiles para contrastar
eventos que no hayan sido individualizados con certeza en la imputación formal que marca el
inicio de una fase fundamental en el juicio oral como lo es la investigación; aspectos que han
sido ya explanados en el presente caso como concurrentes y que van adquiriendo mayor
sustentabilidad conforme las definiciones y acepciones aportadas para resolución de la
incidencia. Por ello, que al haber enfocado la restricción al derecho fundamental de defensa
como garantía conculcada en la decisión de la imputación formal, compete sugerir la
vinculación de ésta atería al caso propuesto, citando el lineamiento jurisprudencial que en
cuanto a la relevancia del Derecho de Defensa como parte del Debido Proceso sostiene:

0207/2004

Este entendimiento guarda coherencia con la jurisprudencia sentada por este Tribunal en la
SC 119/2003-R que señala que “el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata,
vincula a todas las autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de
legalidad procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad
jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales; en materia penal
comprende un conjunto de garantías mínimas que han sido consagrados como los derechos
del procesado en los arts. 8.2 del Pacto de San José de Costa Rica y 14.3 del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)”. Así mismo, la SC 361/2003-R
expresa que “Entre las garantías mínimas […] se tiene el derecho de toda persona acusada
de un delito "a ser informado sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada,
de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella" (art. 14.3.a) PIDCP). Este
derecho está vinculado estrechamente con el derecho a la defensa, puesto que si el inculpado
o procesado no es informado de la acusación y demás actuaciones judiciales no podrá asumir
defensa alguna para desvirtuar los extremos contenidos en la acusación o, en su caso, las
pruebas de cargo presentadas en su contra […]

Ahora bien, ciertamente para la aplicación vinculante de razonamientos del TC deben


cumplirse reglas y sub reglas de analogía, inherentes a situaciones similares y supuestos
fácticos o JURIDICOS en los que se haya rebatido cuestiones análogas, por ello que
invocando en el presente incidente el ejercicio del control de garantías constitucionales por
parte de su autoridad como contralor jurisdiccional encargada del control de ésta
investigación, consideramos concurrentes éstos presupuestos en compulsa a las aludidas
Subreglas referidas a ERROR, DEFECTO O INFRACCION PROCEDIMENTAL, cuando
manifiesta en la:
15

SSCC 1286/2005-R En consecuencia, la omisión denunciada carece de relevancia


constitucional en relación a la primera y segunda sub-reglas establecidas por la SC
1262/2004-R, que señalan que:“(..) a) cuando el error o defecto procedimental en el que
incurra el juez o tribunal, provoque una lesión evidente del derecho al debido proceso en
cualquiera de sus elementos constitutivos; b) los errores o defectos procedimentales
ocasionen una indefensión material en una de las partes que intervienen en el proceso
judicial, impidiéndole toda posibilidad de que pueda hacer valer sus pretensiones, alegando,
contrastando o probando; y c) esas lesiones tengan relevancia constitucional, es decir, que
esa infracción procedimental dé lugar a que la decisión impugnada tenga diferente resultado
al que se hubiera dado de no haberse incurrido en los errores o defectos denunciados” (las
negrillas son nuestras).

En este orden de ideas, la importancia de la protección del debido proceso, por esta acción
tutelar, está estrechamente vinculada a la búsqueda del orden justo, vale decir, no es
solamente poner en movimiento mecánico las reglas de procedimiento, para lo cual es
necesario, tener evidencia de que efectiva y materialmente no se respetaron los derechos
inherentes a la garantía del debido proceso, para que las mismas adquieran relevancia
constitucional para ser objeto de este recurso; lo que no ocurre en este caso; advirtiéndose
por el contrario, un afán dilatorio en el actor, que no observó, pese a su conocimiento, los
requisitos mínimos exigibles para la presentación del recurso indirecto o incidental de
inconstitucionalidad y la oportunidad en la que debe promovérselo, previstos en la Ley del
Tribunal Constitucional.

Todo en cuanto se impetra de su autoridad ejercer el control jurisdiccional de investigación y


concretamente de la emisión de un requerimiento de imputación que se encuentra viciado de
nulidad por defectos absolutos al encuadrarse a las omisiones, errores e infracciones estimadas
en el punto anterior, justamente por no haberse incluido la debida fundamentación que permita
el ejercicio pleno de mi defensa al no haberse enmarcado dicho requerimiento fiscal a las
condiciones que impone el Art 73 del CPP referente a la debida fundamentación, sino
especialmente por contravenir los lineamientos que en cuanto a la emisión de éstas decisiones
por los fiscales estipulan:

SSCC 0760/2003 En el caso de autos, la Fiscal recurrida imputó a la representada del


recurrente de complicidad en el delito de tráfico (art. 76 con relación al art.48 L1008); sin
embargo, en la parte motiva del escrito de imputación formal, que lleva el rótulo de
"FUNDAMENTACIÓN DE HECHO Y DERECHO", no especifica cuales son los hechos que
determinan que se le atribuya su participación en el delito en grado de cooperación
(complicidad); tampoco especifica en cuál de las 14 modalidades típicas previstas en el art.
33.m L1008 se subsume el hecho principal en el que la imputada prestó su cooperación; la
inobservancia de estas exigencias básicas y esenciales del debido proceso de ley, importan
una violación a los derechos y garantías del imputado, al estar ausente la garantía de certeza
en la imputación, establecida en el art. 302.3 CPP, que es la que circunscribe en forma
provisional el objeto del proceso, situación que restringe gravemente el derecho a la defensa,
16

ya que el procesado en tales circunstancias no puede conocer con certidumbre los hechos que
configuran el ilícito que se le imputa y, consiguientemente, no puede preparar su defensa en
forma adecuada (amplia e irrestricta), como proclama el orden constitucional (art. 16.II).
Debe tenerse presente que lo que se le imputa a un procesado no son figuras abstractas, sino
hecho concretos que acaecen en el mundo exterior, que se subsumen en una o más de las
figuras abstractas descritas como punibles por el legislador. Es cierto que la ley le otorga al
Fiscal un amplio margen de discrecionalidad; sin embargo, tal discrecionalidad encuentra su
límite en la exigencia de fundamentación, dado que discrecionalidad no supone arbitrariedad,
menos ausencia de control. Sobre el particular, corresponde recordar que la SC 1036/2002,
estableció que la etapa preparatoria se inicia con la imputación formal, la cual persigue una
doble finalidad: preparar la acusación y preparar la defensa del imputado, en igualdad de
condiciones

De esta exposición se deduce no solamente la necesidad de incluirse en las decisiones una


precisión de los hechos en base a los cuales se apertura formalmente una investigación, sino
trascendentalmente se incrimina a una persona la probable responsabilidad penal, se encuentra
estrictamente ligado al PRINCIPIO DE CERTEZA definido en los términos:

SSCC 0297/2012–R “…las autoridades demandadas vulneraron los derechos, a la libertad,


libre locomoción, debido proceso y defensa de su representada, toda vez que: 1) El Fiscal de
materia en la imputación formal, sólo realizó una simple nominación de documentos, sin
establecer el nexo causal y/ó convicción de los mismos en cuanto a los hechos que deberían
fundar dicha imputación, careciendo de esta forma de fundamentación y certeza jurídica; 2)
El Juez cautelar, apartándose del control jurisdiccional, sin verificar la falta de
fundamentación de la imputación formal, dispuso la detención domiciliaria y a pesar de
haberse planteado de forma oral la apelación en la audiencia de medidas cautelares, éste, no
remitió en los plazos legales ante el Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,
poniéndose a la representada en un estado de indefensión por dicho incumplimiento; y, 3) La
Secretaria del Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Penal, no remitió al Juzgado superior en
grado, los actuados y obrados del caso para atender el recurso de apelación.

Circunstancias y procesalmente Garantías que han sido conculcadas con la emisión del
requerimiento de imputación en mi contra, por cuanto cierta y efectivamente (en sentido
negativo) el fiscal de materia solo realizo una simple nominación de documentos sin
establecer el nexo causal y/o convicción de los mismos en cuanto a los hechos que deberían
fundar una imputación en mi contra como supuesto autor de probables delitos.

Adquiriendo tal fundamentación especial relevancia en cuanto forma parte de los antecedentes
que consagran el Principio de Congruencia, entendido como:

SSCC 1773/2003-R Respecto a la naturaleza jurídica y alcances de este principio procesal en


materia penal no existe una uniformidad de criterios, por ello la doctrina refleja la existencia
de diferentes posiciones o tendencias en torno a la potestad de modificación que pueda tener
17

el órgano jurisdiccional con relación al contenido de los hechos denunciados, la calificación


de los mismos y la pena que ha sido solicitada por la acusación. Así la primera posición
doctrinal considera que el hecho o los hechos denunciados son los que constituyen el
verdadero fundamento objetivo de la imputación, en consecuencia la congruencia debe darse
en lo que constituyen los aspectos objetivos del debate, que no son otros que los hechos que
han sido la base de la acusación, no así sobre los aspectos relacionados con la calificación
legal; en esta posición impera el principio del iura novit curia que hace que el Tribunal no
deba hacer depender su criterio necesariamente del delito calificado por el acusador, sino
que debe estar sujeto al apego a la norma, según su propio criterio de calificación. En
cambio, la otra posición es partidaria de la existencia de una absoluta congruencia entre el
contenido de la pretensión punitiva y la sentencia; considerando como objeto no sólo a los
hechos sino al universo de cuestiones que resultan inmutables y que abarca a la calificación
legal y la pena.

El elemento diferenciador de las posiciones doctrinales se centra en el criterio que se tenga


respecto al objeto del proceso; en ese orden, si se parte del supuesto de que el objeto del
proceso lo constituyen sólo los hechos imputados, lo único que no puede ser modificado o
alterado por el Juez o Tribunal de Sentencia son esos hechos imputados, de manera que puede
variar la calificación legal y la sanción; en cambio si se parte del criterio de que el objeto del
proceso es el conjunto de elementos que integran la pretensión punitiva del acusador,
caracterizados por los hechos, calificación legal y penal, entonces el Juez o Tribunal está
sujeto estrictamente a los términos de la acusación, lo que significa que no tiene la libertad de
calificación legal de los hechos y de la pena.

Ante esa realidad doctrinal la solución normativa del problema referido a la naturaleza
jurídica y alcances del principio de la congruencia no ha sido ni es fácil, pues las
legislaciones han asumido una u otra posición, aunque en algunos casos, como el de
Colombia han adoptado un sistema mixto, es decir, un sistema en el que tanto la
determinación del hecho fáctico, como la calificación legal que éste reciba adquieren
relevancia jurídica, de manera tal que el objeto del proceso son los hechos fácticos acusados
que son inmutables o inmodificables durante el juzgamiento, pero de otro lado, la calificación
jurídica del hecho tiene su importancia, aunque dicha calificación realizada en la acusación
es provisional, de manera que en la etapa del juzgamiento es posible hacer una variación.

En éste precepto, ciertamente la incriminación que conlleva una imputación formal puede
tratarse de una calificación jurídica eventual o provisional, sin embargo el aludido Principio de
Congruencia denota en sí mismo la importancia que reviste la precisión de los hechos por
juzgarse ad empero en busca de un equilibrio con el derecho de defensa amplio e irrestricto
que asiste al imputado, constituyendo pilar fundamental en ésta prerrogativa inmanente al ser
humano, de tener el conocimiento exacto de los hechos que eventualmente se le atribuye y
respecto de los cuales puede ejercer defensa en procura de enervarlos ante el acusador, que en
18

este caso se materializa objetivamente en el representante de la sociedad que pronuncio la


resolución de imputación formal.

INCIDENTE DE NULIDAD DE LA IMPUTACION POR DEFECTO ABSOLUTO

Con los fundamentos y jurisprudencia vinculante al defecto absoluto que se ha sustanciado al


emitir imputación formal en mi contra sin precisarse los hechos en base a los cuales se me
pretende incriminar en un supuesto hecho delictivo que no se ha plasmado con certeza
respecto de mi probable participación delictiva, impetro a su autoridad sustanciar el presente
INCIDENTE DE NULIDAD DE IMPUTACIÓN POR DEFECTO ABSOLUTO DEL
PROCEDIMIENTO basado en la alegación precedente y aplicando en justicia la disposición
legal contenida en el Art. 169 caso 3) de la Ley 1970 al haberse conculcado derechos y
garantías fundamentales como tengo expuesto, pidiendo en definitiva se declare con lugar la
misma y ejerciendo el rol de contralor de garantías se DECLARE NULA LA
IMPUTACIÓN FORMAL en tanto sean corregidos los errores insubsanables denunciados
todo en procura del imperio de los Principios que proclama la CPE cuando refiere como rector
de la jurisdicción ordinaria al PRINCIPIO DE VERDAD MATERIAL imposible de arribar en
el estado de las cosas por restricción absoluta del conocimiento de los hechos que seme
endilga.

IMPETRA SUSPENSIÓN DE AUDIENCIA CAUTELAR Y PIDE PREVALENCIA


DEL DEBIDO PROCESO Y SEGURIDAD JURÍDICA.

Opuestos como se encuentran dos incidentes estrictamente vinculados a mi derecho de


defensa, empero especialmente originados en la emisión de una decisión fiscal de
IMPUTACION FORMAL que al presente se encuentra cuestionada legalmente en su validez,
concurre la circunstancia jurídica de que de manera por demás contraria a las normas del
procedimiento, su autoridad habría señalado AUDIENCIA para considerar las MEDIDAS
CAUTELARES DE CARÁCTER PERSONAL invocadas en la propia imputación de
manera coetánea por la fiscal que la pronunció, ahora se tiene como efecto de lo expuesto que,
el Art. 314 del CPP establece que las cuestiones incidentales serán consideradas SIN
INTERRUMPIR LA INVESTIGACIÓN, circunstancia de orden interpretativo gramatical que
nos conduce a que al estar a cargo del fiscal el desarrollo de los actos investigativos, la
prosecución de éstas diligencias no tiene efecto extensivo a los actos de su probidad, que por
imperativo del Art. 179 de la Ley 1970 se traducen en MERAMENTE JURISDICCIONALES
y NO INVESTIGATIVOS, por consiguiente, al verse cuestionada vía incidente la legalidad de
mi DECLARACION y la IMPUTACION FORMAL que conlleva además petición de medidas
cautelares reales sometidas a trámite especial posterior a su validez propia, y paralelamente
haberse denunciado violación de derechos y garantías en la recepción de la declaración
informativa del imputado que se constituye en presupuesto de procedibilidad para la
imputación formal.

Se entiende que la legalidad de ésta decisión fiscal se encuentra gravemente lesionada y


pretender cursar una audiencia en tales condiciones, equivaldría a generar incertidumbre
19

jurídica que merece reservarse a la resolución de las cuestiones incidentales previas opuestas,
ya que como fue antedicho si bien la norma establece que no interrumpen la investigación, sí
cuando menos GENERAN SUSPENSO EN LAS DECISIONES JUDICIALES A CARGO
DE SU PROBIDAD, debiendo preservase las garantías del Debido proceso y optarse por
dejar sin efecto el señalamiento de la audiencia en tanto se diluciden las cuestiones previas
expuestas y trascendentalmente por la importancia de los defectos y efectos que se han
denunciado.

Justicia &

OTROSÍ.-En calidad de prueba que hace procedente petitorio, adjunto copia de la


imputación forma pronunciada en mi contra, impetrando además conforme lo prescribe la
nueva normativa constitucional, se consideren los razonamientos jurisprudenciales vinculantes
del Tribunal Constitucional que he tenido a bien incluir como fundamento de mi petición.

MAS OTROSI.- Ratifico mi domicilio real a fines de notificación y dejo establecido que el
suscrito abogado interviene en copatrocinio de mi defensa técnica conforme admite el Art. 102
del CPP

Tupiza, 20 de agosto de 2018

JUAN PEREZ DOMINGUEZ

IMPETRANTE

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