EVIDENTIA

REVISTA DE ENFERMERÍA BASADA EN LA EVIDENCIA

CIBERINDEX CANTARIDA
Evidentia, 2021; v18: e13248
http://ciberindex.com/p/ev/e13248
Indexación: CUIDEN, HEMEROTECA CANTARIDA, CUIDEN CITACION
ORIGINAL
ISSN 1697-638X
Recibido: 25.01.2021
© Fundación Index, 2021
Aceptado: 06.05.2021

Estado nutricional del paciente crítico en una UCI Polivalente

Verónica Ruiz Cuenca,1 Anda Voicu,1 Paula Sacristán López,1 Ana Carmen Lucha López2
1Salud Aragón, Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza, España). 2Facultad de Ciencias de la Salud (Zarago-
za, España)

Correspondencia: veroruiz78@gmail.com (Verónica Ruiz Cuenca)

Resumen
La desnutrición hospitalaria es un problema de alta prevalencia a nivel mundial, particularmente en las UCIs, debido a que el paciente crítico
precisa un aumento en sus requerimientos energéticos. Objetivo: Valorar el estado nutricional del paciente crítico en la UCI Polivalente del
Hospital Universitario Miguel Servet en las 24-48h posteriores al ingreso y describir sus riesgos asociados. Metodología: Estudio analítico ob-
servacional prospectivo. Se incluyeron 85 pacientes, a los que se les realizó una valoración de su estado nutricional al ingreso, mediante NRS
2002 y VSG. Resultados: Según la NRS 2002, el 69,41% ingresaron con riesgo de malnutrición. La VSG clasificó al paciente en: buen estado
nutricional (61,18%), malnutrición moderada (20%) y malnutrición grave (18,82%). Se encontraron diferencias significativas con respecto a
varias variables clínicas. Conclusión: Existe un elevado porcentaje de pacientes que ingresan con riesgo de malnutrición en una UCIs.
Palabras clave: Enfermería. Desnutrición. Paciente crítico.

Nutritional status of the patient in a multi-purpose ICU

Abstract
Hospital malnutrition is a high prevalence problem worldwide, particularly in Intensive Care Units because the critical patient needs an increase
in energy requirements. Objective: To assess the nutritional status of the critical patient in the ICU of the Miguel Servet University Hospital in the
24-48h after admission and the risks associated with poor nutritional status. Methods: A prospective analytical observational study was con-
ducted. 85 patients were included, and their nutritional status was assessed upon admission, using NRS 2002 and VSG. Results: According to
the 2002 NRS scale, 69.41% were admitted with a risk of malnutrition. The VSG classified the patient as: good nutritional status (61,18%),
moderate malnutrition (20%) and severe malnutrition (18,82%). Significant differences were found with respect to several clinical variables.
Conclusions: A high percentage of patients are admitted to the Intensive Care Unit at risk of malnutrition.
Key-words: Nursing. Malnutrition. Critical Patient.

Introducción (150mg/dl) están relacionados con peores resultados clínicos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la nu-
trición es la ingesta de alimentos en relación con las necesida-
des dietéticas del organismo. Una buena nutrición es un ele-
mento fundamental para una buena salud.1
El paciente crítico es aquel que presenta alteraciones fisio-
patológicas graves que representan una amenaza real o poten-
cial para su vida y que son susceptibles de recuperación.2 Pre-
senta modificaciones importantes en sus requerimientos ener-
géticos debido a su situación clínica, el tratamiento aplicado y
el momento evolutivo.3
El aporte lipídico es una parte fundamental del soporte nu-
tricional, es importante para mantener la estructura de las
membranas y para modular las señales intracelulares.4
Los hidratos de carbono representan un 50% del total de los
requerimientos energéticos. La glucosa es el principal sustrato
calórico en el paciente crítico. Valores superiores a esta cifra
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principalmente en complicaciones infecciosas.3
Con respecto a los requerimientos proteicos, el último con-
senso de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y
Unidades Coronarias (SEMICYUC) y la Sociedad Española de
Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE) recomienda aportes
elevados para compensar la deuda nitrogenada.3
El soporte nutricional es una parte esencial del tratamiento
del paciente crítico que no puede ingerir alimentos por vía oral.
Puede administrarse por vía enteral (nutrición enteral) y/o por
vía intravenosa (nutrición parenteral).5
Las guías de práctica clínica de la Sociedad Americana de
Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN), y de la Sociedad
Europea de Nutrición Parenteral y Enteral (ESPEN), reco-
miendan el inicio de la nutrición enteral dentro de las primeras
24-48 horas tras el ingreso en la UCI.6,7
La instauración de la nutrición de una forma precoz se ha
relacionado una con mejor tolerancia a la dieta, una mejor
función de la barrera intestinal, así como una disminución de
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las infecciones, de días de ventilación mecánica y una dismi-
nución de los días de estancia en la unidad.8
La vía enteral es la preferida frente a la parenteral, salvo en
casos donde esté contraindicada. Según las recomendaciones
de la SEMICYUC-SENPE, se debería intentar cubrir el objeti-
vo energético planteado a las 48-72 h del inicio de la nutrición
enteral. Si al cuarto día del ingreso no se ha conseguido el 60%
de los requerimientos nutricionales se debería iniciar la nutri-
ción parenteral.5
La desnutrición es una situación clínica derivada de, entre
otras cosas, un déficit de nutrientes, una ingesta inadecuada, un
aumento de las pérdidas o un aumento de los requerimientos
energéticos. Puede complicar la situación clínica en caso de
enfermedades agudas y crónicas que afectan a múltiples órga-
nos, en niños, adultos y mayores y puede condicionar también
la aparición de efectos secundarios en los tratamientos estable-
cidos, incluyendo la cirugía, quimioterapia y radioterapia. Es lo
que se conoce con el nombre de Desnutrición Relacionada con
la Enfermedad (DRE). Afecta al 30%-50% de los pacientes de
todas las edades, tanto por causas quirúrgicas como médicas;
aumentando a medida que se prolonga la estancia.9,10
Para evitar las situaciones de desnutrición hospitalaria es
necesario aplicar técnicas de cribado nutricional que permitan
identificar a los individuos desnutridos o con riesgo de desnu-
trición. Los métodos de cribado nutricional deben ser válidos,
fiables, reproducibles, prácticos y asociados a protocolos espe-
cíficos de actuación. Según las recomendaciones de la SENPE
(2011), el cribado nutricional se deberá realizar en las primeras
24-48 horas del ingreso hospitalario.3
El paciente crítico se caracteriza por la alteración en un ór-
gano vital y diversos trastornos metabólicos que conllevan
incrementos en los requerimientos de energía.11
Los cambios metabólicos que se producen como respuesta
a la agresión aumentan el catabolismo proteico, produciendo
una importante pérdida de masa magra corporal que conduce a
una mayor incidencia de complicaciones.12
El estudio PREDYCES (Prevalencia y costes de la malnu-
trición en pacientes hospitalizados), publicado en el año 2012 y
representativo de la población española hospitalizada, estable-
ce una prevalencia de desnutrición (según Nutrition Risk
Screening (NRS 2002)) del 23,7% que aumenta hasta el 37%
cuando se refiere a las personas mayores de 70 años, afectando
fundamentalmente a pacientes con enfermedades neoplásicas
(35%), del sistema cardiocirculatorio (29%) y respiratorias
(28%). En dicho estudio se pudo observar que el coste sanitario
se multiplicaba por dos en los pacientes desnutridos. 13
El objetivo del estudio fue valorar el estado nutricional del
paciente crítico en la UCI polivalente del Hospital Universita-
rio Miguel Servet en las 24-48h posteriores al ingreso y descri-
bir los riesgos asociados a un mal estado nutricional.
Metodología
Estudio analítico observacional transversal del estado nutri-
cional y los factores relacionados con la desnutrición en 85
pacientes ingresados en la UCI polivalente del Hospital Uni-
versitario Miguel Servet (HUMS) de Zaragoza.
A priori se consideró como población de estudio a todos los
pacientes que ingresaron en la UCI polivalente del HUMS
durante el periodo de tiempo determinado para la recogida de
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datos, estableciendo los siguientes criterios de inclu-
sión/exclusión:
Criterios de inclusión
· Todos los pacientes que ingresan en la UCI polivalente
del HUMS.
Criterios de exclusión
· Estancia inferior a 24 horas.
· Pacientes cuya situación clínica de extrema gravedad no
indique realizar la valoración del estado nutricional.
La recogida de datos se llevó a cabo entre marzo y mayo de
2019. Los cuestionarios utilizados han sido el SGA; en su
versión española llamado VSG y el NRS 2002; validado por el
grupo ESPEN.7
El cuestionario VSG; ha sido validado en la mayor parte de
la población. Es un buen indicador de malnutrición y puede
predecir la evolución del paciente en UCI. Clasifica a los pa-
cientes según el grado de desnutrición: desnutrición grave,
desnutrición moderada o buen estado nutricional.14
El cuestionario NRS 2002 analiza el riego de desnutrición,
mediante cuatro variables: el IMC, la reducción de la ingesta
en la última semana, la pérdida de peso y la gravedad de la
enfermedad. Ante una respuesta afirmativa, se debe realizar el
cribado completo, que valora el porcentaje de pérdida de peso
en un tiempo determinado, la ingesta de comida y puntúa en
función de las enfermedades y la edad. Ante un NRS final
mayor o igual a 3, se clasifica al paciente en situación de riesgo
nutricional.15
A través de un cuestionario de valoración de elaboración
propia, que se realizaba en las primeras 24-48 horas del ingre-
so, se estudiaron otras variables. Como variables sociodemo-
gráficas se han incluido: sexo, edad, estado civil, unidad fami-
liar y nivel de estudios. Dentro de las variables clínicas, se han
incluido: modo de ingreso, procedencia del paciente, tipo de
patología, patología motivo del ingreso, estancia en el hospital
antes de UCI, estancia UCI, reingreso UCI, días de ventilación
mecánica, IMC, tipo de nutrición administrada, infección,
úlceras por presión (UPP) y grado de dependencia al alta a
través del Índice de Barthel.
Para el análisis estadístico descriptivo de las variables
cuantitativas se ha utilizado la media y la desviación típica y
para las variables cualitativas tablas de frecuencia y porcenta-
jes. La normalidad ha sido comprobada mediante el test de
Shapiro Wilk.
Los cálculos estadísticos fueron considerados significativos
con un nivel crítico observado inferior al 5% (p<0,05). Todo
ello se ha realizado con el programa R Commander (bajo li-
cencia libre de distribución).
El estudio obtuvo el dictamen favorable del Comité de Éti-
ca de la Investigación de la Comunidad de Aragón (CEICA).
(CP-C.I. PI18/394). Cumpliendo con las leyes y Directivas de
protección de datos personales.
Resultados
Datos sociodemográficos
En cuanto al sexo, el resultado arrojó un total de 43 hom-
bres que representan un 50,59%, frente a 42 mujeres (49,41%).
La edad media de los pacientes fue de 64,08 años, con una
edad mínima de 33 y una máxima de 88 años.
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De los datos sociodemográficos analizados podemos ex-
traer que el mayor porcentaje de pacientes que ingresaron en
nuestra unidad estaban casados y vivían acompañados y po-
seían estudios básicos el 76,47%.
Datos clínicos
Respecto al modo de ingreso, el 32,94% fueron ingresos
programados tras una intervención quirúrgica, mientras que el
67,06% ingresaron de manera no programada. Sólo un 10,71%
del total de ingresos en la UCI fueron reingresos.
En cuanto a la procedencia de los pacientes, el 11,76% pro-
venían del servicio de urgencias, el 35,29% del servicio de
hospitalización (con una estancia media previa en dicha unidad
de 9,53 días), el 35,29% de quirófano y el 17,65% trasladados
de otros hospitales.
Resultados relativos al estado nutricional:
El IMC de la muestra siguiendo la clasificación de la OMS
es la siguiente:
- Insuficiencia ponderal (IMC menor de 18,5 kg/m2):
9,41%
- Normopeso (IMC entre 18,5 y 24,9): 37,65%
- Preobesidad (IMC entre 25 y 29,9): 28,24%
- Obesidad tipo I (IMC entre 30 y 34,9): 17,65%
- Obesidad tipo II (IMC entre 35 y 39,9): 2,35%
- Obesidad tipo III (IMC mayor o igual a 40): 4,71%
Con respecto a la valoración del estado nutricional realiza-
da en las 24-48 h posteriores al ingreso, los resultados obteni-
dos con la escala NRS 2002, mostraron que un 69,41% ingre-
saron con riesgo de malnutrición.
Mediante la escala VSG, se clasificaron a los pacientes en
tres categorías: buen estado nutricional, un 61,18% de la po-
blación estudiada; malnutrición moderada o riesgo de malnu-
trición un 20% y malnutrición grave, un 18,82%.
Con respecto al tipo de nutrición administrada por orden
médica al paciente durante su estancia en la UCI, prevalece la
nutrición oral exclusiva con un 49,41% de los casos, al 36,47%
se le administró nutrición parenteral, el 10,59% nutrición mixta
y el 3,53% nutrición enteral.
Estudio inferencial
Acorde a la escala NRS 2002, solo se encontraron diferen-
cias significativas a la hora de desarrollar una infección o no
(p=0,001). Durante su estancia en UCI, aquellos pacientes que
desarrollaron algún tipo de infección poseían una media de
3,87 a diferencia de los que no con un 2,52.
Con respecto al cuestionario VSG, se encontró diferencias
significativas según la patología que motivó el ingreso del
paciente en la UCI (p= 0,014). El 77,80% de los pacientes con
complicaciones post quirúrgicas presentaban malnutrición
moderada o riesgo de malnutrición. El 33,30% de los pacientes
con patología neurológica y el 35,70% de pacientes con sepsis
al ingreso presentaron malnutrición grave. El resto de las pato-
logías presentaron un buen estado nutricional.
También se encontraron diferencias significativas con res-
pecto al desarrollo o no de infecciones durante la estancia del
paciente en la UCI (p=0,002). El 20,80% presentaron malnutri-
ción moderada y el 41,70% malnutrición grave.
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En el caso de la aparición de UPP se observó que de los 7
pacientes que las desarrollaron, el 57,10% presentaba malnu-
trición grave. Existió diferencia significativa (p=0,024).
Por último, se encontraron diferencias significativas entre
el estado nutricional y el grado de dependencia (p=0,002). De
los 38 pacientes que al alta presentaban una dependencia mo-
derada, el 76,30% poseía buen estado nutricional en el momen-
to del ingreso en la UCI, de los 30 pacientes con dependencia
severa, el 56,70% también presentaban buen estado nutricional
mientras que de los 9 pacientes con dependencia total el por-
centaje mayor, el 55,60%, presentaban malnutrición grave.
Discusión
En el presente estudio, se ha llevado a cabo la valoración
del estado nutricional de los pacientes en una UCI polivalente,
y las consecuencias de la desnutrición en la situación clínica de
los pacientes.
Buena parte de la literatura consultada tras la revisión bi-
bliográfica realizada para este trabajo, determina la importan-
cia de efectuar una valoración nutricional en los pacientes
ingresados debido a la alta prevalencia de desnutrición hospita-
laria.9,10,13,16
Tras la investigación se pudo determinar que no hubo pre-
dominio en cuanto al sexo, siendo ligeramente superior el
porcentaje de varones (50,59%) a diferencia de otros estudios
en el que el predominio masculino era superior: 63,83%17 y
53,3 %.17,18 Esto puede ser debido a las diferentes patologías
que encontramos en la UCI polivalente.
La edad media de los pacientes ingresados en el periodo de
estudio fue de 64,08 años, similar a otros estudios como el de
Mogensen et al., en el que la edad media fue de 63,8 y el reali-
zado por Serón et al., también en una UCI polivalente, de
64,02 años. 19, 20
La estancia media de los pacientes en la UCI fue de 8,54
días, algo inferior a otros estudios realizados como el de Neva-
do et al.,17 y Hernández et al., en los que se reflejaban estan-
cias de 11,34 días y 14,1 días respectivamente. Al tratarse de
un periodo de recogida de datos de 3 meses, este resultado
podría haber cambiado en caso de contemplar un periodo de
estudio más largo.21
Cabe destacar que en la UCI polivalente del HUMS el
56,47% de los pacientes padecían patologías de tipo quirúrgi-
co, de las que el 32,94% eran patologías tumorales mayorita-
riamente de origen abdominal. Este hecho es debido a la divi-
sión de la medicina intensiva del HUMS en cuatro unidades,
por lo que en la UCI polivalente no suelen ingresar pacientes
de cirugía cardíaca, patología coronaria, neurocirugía ni trau-
matología. La procedencia de los pacientes y las patologías
difieren de otros estudios realizados debido a las distintas ca-
racterísticas de las muestras.
Con respecto a las infecciones, en este estudio se puso de
manifiesto que el 28,23% de los pacientes desarrollaron algún
tipo de infección. Las más frecuentes con un 22,35% fueron las
nosocomiales (IAAS). Dentro de éstas destacaron con un
11,76% la neumonía, seguida con un 5,88% bacteriemia por
catéter, un 3,53% infecciones del tracto urinario (ITU) y, por
último, un 1,18% infecciones de herida quirúrgica. Un estudio
publicado en el año 2017 por Páez Candelaria et al., concluyó
que el 29,8% de la muestra desarrolló algún tipo de infección
nosocomial.18 Las infecciones son muy frecuentes en pacientes
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ingresados en UCI, bien porque son la causa de ingreso o bien
porque se adquieren durante el mismo, conllevando un aumen-
to de la morbimortalidad. Las infecciones más frecuentes en las
UCIs son las asociadas a dispositivos: catéteres, VM, sondaje
uretral. Por lo que en el presente estudio se confirman los mis-
mos datos que en la literatura existente relativa a la cuestión. 22
En cuanto al desarrollo de UPP, este trabajo concluye que
el 8,24% de los pacientes las desarrollaron durante su estancia
en la UCI. En un estudio anterior se reflejan cifras similares,
con una incidencia de aparición de úlceras de un 11,02%. Los
pacientes ingresados en UCI son más vulnerables a la aparición
de UPP debido a las condiciones físicas, psíquicas, estado
nutricional, así como a los múltiples procedimientos a los que
son sometidos: sedación, ventilación mecánica, fármacos,
técnicas de depuración renal entre otras. 23 Según datos del 4º
Estudio Nacional de Prevalencia de Úlceras Por Presión en
España en 2014, en las UCIs se alcanzan cifras de prevalencia
del 22%. 24
En relación al Índice de Barthel, no se ha encontrado nin-
gún artículo en el que se haya utilizado como en este estudio,
para valorar el grado de dependencia al alta. Los resultados
muestran que en el momento del alta no había ningún paciente
independiente: el 49,35% de los pacientes presentaron depen-
dencia moderada, el 38,96% dependencia severa y el 11,69%
dependencia total. Tanto la patología grave como la propia
estancia en UCI, son factores que disminuyen la autonomía de
los pacientes. Desde el punto de vista de los cuidados enferme-
ros este es un aspecto a tener en cuenta para intentar fomentar
el mayor grado de autonomía del paciente.
En el estudio realizado se pone de manifiesto, en lo que
respecta al tipo de nutrición, que hubo una prevalencia de la
nutrición oral (49,41%), pero a diferencia de las recomenda-
ciones la nutrición parenteral fue más utilizada que la enteral
en dicha muestra. En la última publicación de la Guía ESPEN
sobre la nutrición clínica en la UCI, sugieren la dieta oral en
pacientes críticos que son capaces de comer, si la ingesta por
vía oral no es posible, iniciar la nutrición enteral en las prime-
ras 48h y en caso de contraindicación tanto para la ingesta por
vía oral como la enteral debe implementarse la nutrición paren-
teral de manera progresiva en un plazo de tres a siete días. 7
En cuanto al cribado nutricional realizado, aplicando la es-
cala NRS 2002 se obtuvo un 69,41% de pacientes que presen-
taban riesgo de malnutrición a su ingreso en UCI frente al
30,59% sin riesgo, valores que son algo menores que los obte-
nidos en un estudio realizado en 2017 por Nevado et al., en el
que mostró que el 75,60% presentaban riesgo de malnutrición
frente al 24,40% sin riesgo. Con respecto a la otra escala utili-
zada, VSG, cabe destacar que se alcanzó un mayor porcentaje
de malnutrición grave 18,82% en comparación con otros estu-
dios realizados, con un 8,51% y un 4% de malnutrición grave
respectivamente.17, 25
En cuanto a la escala NRS 2002, se obtuvieron diferencias
significativas con respecto a las infecciones (p=<0,001), al
igual que en la escala VSG (p=0,002), los pacientes que ingre-
saron con riesgo de malnutrición/malnutrición grave presenta-
ron algún tipo de infección a lo largo de su estancia en UCI.
Esta correlación se ve apoyada por estudios como el de Páez
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Candelaria et al., en el que concluye que el desarrollo de infec-
ciones está influido por el estado nutricional del enfermo. 18
Con respecto a la escala VSG, los pacientes con malnutri-
ción grave al ingreso en UCI, al alta presentaron una depen-
dencia total (p=0,002). Hay que tener en cuenta que, si un
paciente ingresa en UCI con una patología grave y a esta situa-
ción se le une otro factor coadyuvante como la desnutrición, el
nivel de autonomía del paciente se ve claramente debilitado.
También se encontró una asociación estadísticamente signi-
ficativa (p=0,024), en cuanto al desarrollo de UPP, siendo los
pacientes con buen estado nutricional los que menos lesiones
presentaron.
Además, se comprobó la asociación entre la patología del
paciente y su estado nutricional (p=0,014): el 77,08% presenta-
ron riesgo de malnutrición/malnutrición, es decir ya se había
visto afectado su estado nutricional como consecuencia de la
cirugía y las complicaciones posteriores. El 33,30% presenta-
ron malnutrición grave.
En cuanto a los reingresos en la UCI polivalente, los pa-
cientes que no reingresaron fueron los que mejor estado nutri-
cional presentaron (p=0,003). Es decir, el hecho de que un
paciente tenga que reingresar en la UCI conlleva un deterioro
de su situación nutricional.
Como hemos podido observar, comparando las dos escalas
utilizadas, hemos obtenido más valores significativos con la
escala VSG que con el NRS 2002, y esto puede ser debido a la
diferente forma de categorizar a los pacientes, y a que la escala
VSG valora otros datos clínicos importantes como la presencia
de UPP, fiebre, pérdida adiposa, pérdida muscular, ede-
mas/ascitis y la cifra de albúmina.
Para finalizar se exponen las limitaciones del presente estu-
dio. Hay que mencionar que el tamaño y las características de
la muestra (85 participantes) no permite la generalización de
los resultados obtenidos a otras unidades de cuidados intensi-
vos. Así mismo la duración determinada del periodo de recogi-
da de datos (3 meses), puede ofrecer un sesgo en cuanto al
perfil del paciente incluido en la investigación. Otra posible
limitación es no haber hallado otros estudios con exactamente
las mismas pruebas estadísticas para poder contrastar los resul-
tados extraídos.
Conclusiones
La existencia de desnutrición, según la escala NRS 2002,
no está relacionada con el tipo de patología médica o quirúrgi-
ca. Si existe correlación entre la patología que motivó el ingre-
so en la unidad y la desnutrición. De entre las diversas patolo-
gías atendidas en la Unidad de Cuidados Intensivos polivalen-
te, algunas de ellas se asocian a un mayor riesgo de desnutri-
ción (complicaciones postquirúrgicas) y otras incluso a malnu-
trición grave (enfermedad neurológica y sepsis) según la escala
VSG.
Los pacientes desnutridos, según la escala VSG, presentan
más morbilidad asociada en parámetros como nivel de depen-
dencia, presencia de infecciones, desarrollo de UPP y reingreso
en la unidad.
 Verónica Ruiz Cuenca y cols. Estado nutricional del paciente crítico en una UCI Polivalente
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