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Teoría y practica
La importancia de la teoría en la practica
El qué y cómo hacer para ayudar a solucionar de manera efectiva problemas humanos están
irremediablemente ligado a una doctrina / teoría terapéutica creada con el propósito de que
dichos procesos se entiendan.
Las diferentes concepciones del problema afectarán de manera diferente las maneras de tratarlo.
Tanto en los datos en los cuales se centrará su atención, la clase de personas que tratará, lo que se
dirá (o no), del pronóstico que dé y cómo evaluará los resultados de sus acciones.
1: La teoría puede tomarse con demasiada seriedad hasta el punto de tornarla inflexible. De esta
manera impide la apreciación real de la conducta.
“La teoría es simplemente un conjunto de ideas u opiniones relativamente generales que resultan
útiles para integrar elementos particulares de observación y de acción en una forma sistémica y
comprensible”.
La teoría es simplemente un mapa que ayuda a llegar al destino deseado (desde que el terapeuta
se encuentra con el problema del paciente hasta que le ayuda a solucionarlo).
La teoría no es un reflejo exacto de la realidad, sino una herramienta que resulta útil en su
comprensión.
No se puede dejar de teorizar, todos tenemos ideas generales que forman el contexto de nuestro
pensamiento y conductas particulares.
Se tiene que tratar que nuestras premisas y suposiciones y la relación que estas llevan con
nuestras practicas sean lo más claras y explícitas posibles.
Se tienen que tener claros las premisas y supuestos de una teoría para poder darle un tratamiento
congruente al fenómeno o problemática que se quiera abordar. Es vital tener una visión de los
supuestos y principios de una teoría si se quiere llegar a logar una visión congruente y lógica de la
realidad.
Tienen como objetivo el lograr atender la problemática del paciente en el mínimo tiempo posible.
Hacer uso de todas las técnicas activas de estímulo que sean útiles (pudiendo ser prestadas de
otros).
Se identifica una pauta de conductas características (tanto del paciente como de las personas con
las que este convive), esto es el contexto interactivo de la conducta.
Se les otorga poca atención a otros factores, entre ellos los genéticos, a menos de que estos
prueben estar directamente relacionados con la problemática a tratar. En estos casos se concede
atención a las maneras en las que se le hace frente a estas carencias.
El origen de un problema es una dificultad, una fuente de estrés en la vida de una persona. Para
que una dificultad se transforme en un problema necesita que se haga frente de manera
inadecuada a la dificultad y que se utilice la misma “solución” una y otra vez.
Siguen ilógicamente, sendas que proceden de premisas incorrectas o inaplicables, aunque estas
premisas no funcionen en la práctica. Utilizan mapas ineficientes que pueden parecer muy lógicos
desde la perspectiva del paciente, ya sea porque estos están validados culturalmente o porque, en
su desesperación, el cliente piensa que es la única salida que tienen a la mano.