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               RESEÑA HISTÓRICA del P'OU KIA TO

 
 El nacimiento del P'OU KIA TO  (antiguo nombre chino del Bo Zen Do) y su rápida difusión
corresponde a un contexto particular de la historia de China. Podría decirse - como única
respuesta según el pensamiento Taoísta y Moísta - que nació para salvar la dinámica de una
coyuntura condenada al fracaso. Lo que le otorga toda su originalidad y permite explicar
quizás su perennidad en el tiempo.
   En algún lugar de China, durante la dinastía de los Tcheú (1000 - 221 antes de Cristo), en la
época llamada de los “reinos combatientes”, vivía un sabio reconocido más tarde por la
Historia: Mo Tsé. Las fuentes históricas le conceden la anterioridad al primer método
codificado de autodefensa por medio de un palo. 
   Un breve regreso en el tiempo nos permite descubrir el pasado político y social de China en
ese entonces. La época feudal se encuentra en plena disgregación y los Tchéu presentían ya el
crepúsculo de su potencia. En la cima de este edificio político se encuentra la casa real de los
Tchéu. Debajo de ella se extendían centenares de Estados, cada uno de ellos gobernado y
administrado por un señor, casi siempre pariente del príncipe, maestro del lugar y del pueblo
que allí vivía. Un sistema multisecular asentado pero en vía de desintegración (será abolido
por la dinastía Tsin hacia 221 antes de Cristo) arruinado por las luchas internas y la decadencia
de las costumbres. 
   El debilitamiento del poder político de los aristócratas (Siao-Jen), el reino de las intrigas
“Chu Min” (la masa) facilitados por este periodo turbio acabaron con las casas principescas,
así como la real de los mismos Tchéu. La corrupción de la estructura política fue tal que
alcanzó todas las capas sociales disgregando la unidad anteriormente instaurada. Los
representantes de los diferentes principados y de las diferentes ramas del saber se esparcieron
entonces en la población dejando reinar un clima de inseguridad en el sistema social vigente.
Los especialistas militares, que conformaban la piedra angular del régimen, perdían poco a
poco situaciones y títulos. Se dispersaron a través de todo el país. Estos hombres, estos
caballeros andantes fueron conocidos como los caballeros “Hie” (Ronin en japonés). Afin de
satisfacer sus necesidades, estaban obligados a ofrecer sus servicios a quienes los podía usar.
Entre ellos se distinguía una minoría que decidió comunicar ideas y la esencia del saber
guerrero elevándose así al rango de Maestros profesionales. Mo Tsé fue uno de ellos.
   Oriundo del principado de Song en el Ho Nam occidental, de apellido “Mo”, y de nombre
“Ti”, vivió entre los años 479 y 381 antes de Cristo. Conocido inicialmente como “Mo Ti”, más
tarde se hará llamar “Mo Tsé” (el sabio Mo) rápidamente conocido por su legendaria
sabiduría, apreciable a lo largo de la lectura del Mo Tsé, libro de 53 capítulos.
   Su método de enseñanza se basaba en la Dhyana (meditación) y la calidad de éste se
verificaba mediante el “test del juicio” afín de determinar la exactitud o no de los principios
enunciados. Según este sabio cada principio debía ser sometido a tres pruebas: la veracidad de
su base o esencia, su posibilidad de ser aplicado y su fuerza en el tiempo, mediante lo cual se
aseguraba su perennidad.
 
Mo Tse Mo Kia

 La Mo Kia
   Gracias al “Mo Tse” y otras fuentes de la época, sabemos que los Moístas tenían una
organización disciplinada a semejanza de la doctrina militar. Este hecho no sorprende en lo
más mínimo si se tiene en cuenta que la escuela Moísta o “Mo Kia” provenía de la caballería, la
escuela Ju provenía de los letrados y la de los Taoístas de los ermitaños. La Mo Kia reunía a los
caballeros “Hie” especialistas en Artes Marciales y sus principios o Bushido. 
   Entre ellos se encontraban antiguos maestros de armas de clanes feudales que poseían
técnicas secretas desde los combates de cuerpo a cuerpo hasta combates con espadas, picas,
palos, manos desarmadas, así como en el manejo de carros de guerra… Mo Tse les propuso
entonces reunir estos diferentes conocimientos y mediante sus test de juicio, codificar los
métodos (hecho sin precedente en la historia china de las artes marciales). Fue ésa, a criterio de
expertos, una de las grandes originalidades ofrecida por la Mo Kia que, con el impulso de su
Kiu Tse (gran maestro) pudo sacar provecho de todos estos conocimientos hasta entones
esparcidos. Conjuntamente estableció un código muy estricto del caballero - Hie To - conocido
posteriormente en el Yamato (Japón) como Bushido. Su método de enseñanza hacía hincapié
tanto en el progreso de la virtud moral (Jenn en japonés) como en el de la agilidad y destreza
física. 
   Mo Tse y sus discípulos (180 al final de su vida), al igual que los taoístas de su tiempo,
centraban su filosofía social en el concepto del “no ser” que es el Tao o Do en japonés y su
concentración en la persona como virtud natural del hombre: Jenn. A diferencia de los taoístas
puros de la escuela “Tao To” en la que el principio Tao es impersonal, sin definición, esencia
de todos los principios, estando a su vez fuera de todo principio, Mo Tse hacía admitir la
existencia del espíritu como entidad, siendo el conjunto de los espíritus entidades dominados
por un súper-espíritu. Fue esa diferencia fundamental la que hizo que se distinguieran a lo
largo de la historia las “calidades humanas” de sus discípulos, llevándolos a alejarse del
fatalismo que estaba de moda en ese entonces. 
   La construcción de la escuela se realizó con ayuda de los primeros alumnos con materiales
naturales bajo directiva de Mo Tse que exigía a sus alumnos tener conocimiento y respeto de
las “líneas de fuerza” de los materiales de construcción. Fue en este templo, simple cabaña de
espigas de madera y techo de paja, a imagen de su enseñanza que hacía hincapié en la
frugalidad, que honraban a los tres ancestros y a los cinco hombres experimentados,
confirmando así su voluntad en seguir el principio de la continuidad de transmisión ancestral
del saber.
La idea del Yang y del Yin

   A fin de entender bien las ideas de Mo Tse e impregnarse así del espíritu del P'OU KIA TO,
es necesario conocer la primera de las seis escuelas que desarrolló: la escuela Yin Yang o
escuela de los dos principios. El principio del Yin-Yang es cosmológico en la forma de pensar
de los chinos del siglo cinco antes de nuestra era. Mo Tse especificaba que el conocimiento que
el hombre posee del principio universal depende del estado de su espíritu. El espíritu
generalmente libre de pasiones conoce su misteriosa esencia. En contraposición, el espíritu
generalmente apasionado sólo conocerá sus efectos. El capítulo I de los escritos de Lao Tse
hace una introducción a esta imperceptible noción del Tao y su corolario: “Antes del tiempo y
en todo tiempo estaba un ser existente por sí solo, eterno, infinito, completo, omnipresente. Es
imposible hablar de él pues las palabras humanas sólo se aplican a los seres sensibles, sin
embargo el ser primordial fue primitivamente y es aún no sensible. Esta esencia poseía dos
propiedades inmanentes el Yin (concentración) y el Yang (expansión) las cuales fueron
exteriorizadas un día en las formas sensibles de cielo (Yang) y tierra (Yin). Ese día fue el
comienzo del tiempo. Desde ese día, el principio es nombrado por el doble término Yin-Yang,
tierra-cielo. El binomio Tien-Ti (cielo-tierra) produjo todos los seres sensibles existentes. El
estado Yin de concentración y de descanso, de imperceptibilidad, que fue el del principio antes
del tiempo es su estado propio. El estado Yang, de expansión y de acción, de manifestaciones
en los seres sensibles es su estado en el tiempo, impropio de alguna manera. A estos dos
estados de principio les responden, en la facultad de conocer al hombre, el descanso y la
actividad, o sea el vacío y el lleno. Si la mente humana llena de imágenes, está produciendo
ideas, es movida por pasiones, entonces sólo es capaz de conocer los efectos del principio, los
seres sensibles definidos. Si la mente humana en total descanso está completamente vacía y
tranquila es entonces un espejo puro y nítido capaz de mirar la esencia inefable y sin nombre
del mismo principio.”
   El reconocimiento del principio del Yin-Yang permite acceder a la maestría de las artes
marciales.
   Visualicemos una imagen mencionada por Mo Tse: el movimiento del péndulo -la energía
potencial Yin o Aiki en japonés y vuelta a la energía cinética Yang- toda la enseñanza del P'OU
KIA TO se impregna de estos principios así como hoy en día las Aikido modernas, enseñadas
inicialmente en la escuela del venerable maestro Morihei Ueshiba, y posteriormente sus
discípulos, la aplican.
   De su combinación o interacción resultan todos los fenómenos abstractos, morales, físicos o
cósmicos. Así descanso y movimiento se convierten alternativamente en la fuente del uno y del
otro. Mo Tse hacía hincapié en el valor de la lección enseñada por esta primera escuela.
Afirmaba que todo en la naturaleza podía resumirse a la observación de este principio y que
su uso sólo dependía del estado de elevación espiritual del hombre, aumentando de igual
modo sus posibilidades en la práctica marcial.
 
La capacitación del discípulo

   Mo Tse deseaba que la capacitación de sus discípulos fuera la más armoniosa y completa
posible. En el capítulo XVI del Li Ki sobre las escuelas Hio Ki leemos: “un pedazo de jade no se
vuelve un objeto útil si no es trabajado, de igual manera un hombre no conoce el camino del
deber si no recibe instrucciones”. Mo Tse exigía a sus futuros discípulos una buena y sólida
instrucción antes de recibirlos en su escuela de artes marciales. El Aio Ki dice al respecto: “las
reglas seguidas en las grandes escuelas eran las de impedir el mal (error) antes que se
produjera lo que se llamaba prevenir el mal (error); enseñar cada cosa a su debido tiempo, lo
que se llamaba conformarse al tiempo; subir gradualmente y no a saltos, lo que se llamaba
seguir el orden establecido; hacer que sirva al progreso de los alumnos el dar ejemplos de cada
uno de ellos, lo que se llamaba el roce mutuo.” La eficacia de esta enseñanza se debía a la
observación de estas cuatro reglas.
   En su ética del P'OU KIA TO, Mo Tse exigía que cada uno fuera clasificado según su rango
Luin o Dan en japonés y su progresión en grados Teng o Kiu en japonés. 
   Quien estudia reconoce lo que le hace falta y quien enseña reconoce en qué su ciencia es
defectuosa. Quien reconoció lo que le falta puede examinarse a sí mismo y quien reconoció en
que falla su enseñanza puede estimularse a sí mismo. Así se dice que aprendizaje y enseñanza
se prestan mutua ayuda. La ciencia se adquiere mitad con el estudio mitad con la enseñanza.
Así es como Mo Tse pedía a sus discípulos que se perfeccionen enseñando a su vez y es así
como su disciplina tuvo una extraordinaria expansión.
 

Cualidades morales del discípulo

   Mo Tse insistía mucho en la equidad, la armonía en el camino mediante un justo equilibrio


del comportamiento “Jenn”. Gran número de sus discípulos ocupaban puestos de
responsabilidad en el Imperio. En aquellos tiempos de desorden y disturbios, Mo Tse decía
que los desórdenes y desgracias del pueblo son fruto de la corrupción de las personas en el
poder (desde el príncipe hasta los ministros y mandarinos desleales y codiciosos). Volver al
“Tchung Iung” o medio invariable, seguir por sí solo esta misma ley que el Cielo grabó en el
corazón del hombre “Jenn”, ponerla en movimiento en conformidad con la dirección dada por
el camino natural Tao era a lo que tendía la enseñanza de Mo Tse. Es también por eso que
príncipes y señores solicitaban la ayuda de la Mo Kia afín de restaurar la prosperidad material
y moral de sus tierras, participando así a la difusión de su enseñanza. 
   Mo Tse decía: “mi discípulo es aquel que aprecia tres cualidades y se atiene a ellas: la
caridad, la simpleza y la humildad.
   Al ser caritativo será valiente en su justa medida, sin crueldad. Al ser sencillo será liberal en
su justa medida, sin derroche. Al ser humilde llevará a los hombres sin tiranía.
 
El método del Bo Zen Do

   Con ayuda de su discípulo predilecto, primer graduado “K’in Ku Li”, Mo Tse realizó el
método “Tung I” o Kei Ko en japonés. Está compuesto por nueve principios:

   El primer principio, I-I, en japonés Iti Kyo, dice relación con las posibles maneras de mover el
bo, en molinetes, puntas, cambios de mano, y todas las formas de disuasión que invitan a los
eventuales adversarios a mantenerse a distancia.
   El segundo principio, Eu-I, Ni Kyo en japonés, dice relación con ataques, defensas, etc…
asimilando al mismo tiempo el ataque, la protección y el contrataque. El Eu-I (Ni Kyo) está
compuesto por diez series “Chen Tchuan”. Estos Tchuan son opuestos a ellos mismos “Seu
Seu” (cuatro por cuatro) y forman simétricamente ochenta golpes que pueden combinarse
infinitamente.
   El tercer principio, Sans-I, San Kyo en japonés, está basado en el principio de los enlaces (los
golpes son dados o esquivados). Está también compuesto por diez series “Chen Tchuan”, sus
combinaciones son múltiples y se necesita una gran experiencia para dominarlo.
   El cuarto principio, Sen-I, Yon Kyo en japonés, está compuesto por cinco series centradas en
el principio del Wu o ténica del vacío. Dirigida a los expertos, se define exclusivamente por el
principio del Yin y del Yang. Los practicantes tratan de alcanzar a sus adversarios pero sólo
deben encontrar el vacío, es el sentido mismo de la esquiva y del contrataque, el Tai mai no sen
del practicante japonés del Kendo. Es la facultad de llevar la delantera al o a los enemigos
“Ken no sen” o de esquivar de repente el ataque del otro “Tai no sen”.
   El quinto principio, U-I, Go Kyo en japonés, es el arte de desarmar el adversario, quitar su
arma de sus manos y volverlo menos agresivo. Este principio se basa en la agilidad, la rapidez
y el efecto sorpresa.
   El sexto principio, Liu-I, Roku Kyo en japonés, es el arte de la proyección y palancas
realizadas con el bo en “tachi wasa” (de pié) o en “sutemi wasa” (sacrificando el equilibrio de
su propio cuerpo) para proyectar al adversario y dejarlo fuera de combate.
   El séptimo principio, Ts’I-I, Siti Kyo en japonés, representa el estudio y la manera de
proyectarse a sí mismo en el suelo con caídas amortiguadas (Ukemi) o rodando hacia delante o
atrás, con o sin impulso. El Ts’I-I entrega al practicante confianza, otorgándole la posibilidad
de salirse de las peores situaciones.
   El octavo principio, Pa-I, Hati Kyo en japonés, es el de las posturas y desplazamientos. Saber
desplazarse rápidamente con agilidad conservando su asentamiento, su estabilidad, tomar la
oportunidad en las defensas y contrataque, es un factor esencial de la victoria que demanda
mucho trabajo, asiduidad y autocontrol. ¿Cómo usar el Wu (esquivas) y practicar
correctamente el Tung-I (el método y sus principios) sin haber bien asimilado el Pa-I, sin
importar el tipo de suelo?
   El noveno principio, Kiu-I, Ku Kyo en japonés, tiene relación con la forma clásica, la actitud
perfecta también denominada Kiu-I en homenaje a los ancestros. Mo Tse y K’in Ku Li pasaron
gran parte de su existencia a perfeccionar este principio de la forma y del fondo, del arte
marcial y del bo más específicamente. Los japoneses de la época medieval así como los de los
tiempos modernos han mantenido esta tradición en la forma fundamental de las artes
marciales. Son los katas ancestrales, base clásica de cada una de las disciplinas “Kompon
Gensoku”.
 
   Esta tradición de la antigua china fue mantenida secreta por mucho, muchísimo tiempo.
Actualmente sólo quedan 23 rollos del “Mo Tse”. Esta pérdida se debe, durante las diferentes
invasiones que tuvo China a tantos autos de fe de los vencedores. La transmisión oral del bo
superó las expectativas del Shi Han (gran maestro). Su notoriedad ganó progresivamente a
toda China y como en la mayoría de estos casos fue objeto de plagios que empobrecieron su
espíritu original, despojándolo de su esencia. Solos algunos monasterios aislados de las
grandes ciudades, dogmas inspirados por la misma búsqueda, por el mismo amor por el Tao
supieron guardar y perpetrar la tradición oral siguiendo los principios originales enseñados
por Mo Tse. 
   Y es allí, en uno de estos templos del actual Set Chuan (en el templo del río I Chung), donde
se realizó la unión entre extremo oriente y occidente, a principios del siglo XX...
 
Extraído del Tomo 1 de BoZenDo
Maestro Francis Vigoureux
Marc Piquemal 
ISBN Nº 2-9505085-1-0

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