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NADIE
TENGA EN POCO TU
JUVENTUD
Claves del liderazgo bíblico para un
Ministerio Juvenil poderoso
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Copyright©2009. Rolando Pérez Sánchez
Sobre los Montes y Collados
Guantánamo, Cuba
E-mail: rolando_psanchez@nauta.cu
 
 
 
 
 
 

Un ministerio enfocado en el Equipamiento y


Fortalecimiento del Cuerpo de Cristo.
Este libro ha sido preparado especialmente para
jóvenes que comienzan o aspiran un liderazgo local en su
iglesia. En él se exponen varios aspectos relacionados con el
liderazgo bíblico, así como con el ser humano. Se describen
algunos de los tipos de liderazgos existentes y de líderes,
ofreciéndose además paradigma del líder que Dios honra y
desea en su pueblo. Es nuestro anhelo que este libro sea de
mucha edificación a tu vida y ministerio. En caso de dudas,
inquietudes o sugerencias puede escribirnos a:
sobrelosmonesycollados@gmail.com
 
Edición: Primera
Serie: Liderazgo
ISBN:
Revisión y Corrección: Yunaisy Lantigua Corrales
Diseño Portada: Rolando Pérez Sánchez
 
A menos que se indique lo contrario, todas las citas
bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera 1960
de las Sociedades Bíblicas en América Latina; usada con
permiso. Ninguna parte de este libro puede reproducirse o
transmitirse de forma alguna sin el permiso escrito del
autor.
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN
Motivos por los que suelen ser menospreciados los             
Líderes Jóvenes…..
El mal testimonio de líderes del pasado
Coré. El líder rebelde que no se sujeta a la autoridad.
Balaam. El líder que va tras el dinero y la honra:
Ahitofel: El líder resentido y sutil
Los malos estilos de liderazgos
Satanás, el líder Altivo que implantó el liderazgo
Avaricioso
Abimelec: El líder autoritario que se resiste al gobierno
de Dios.
Saúl, el líder Autocrático
Por malos hábitos en el liderazgo
Consejo paulino a los                          Líderes
Juvenil……………………………………..
Sé ejemplo de los creyentes en palabras
Sé ejemplo de los creyentes en las obras
Sé ejemplo de los creyentes en el trato a los demás
No se nace siendo líder, pero si puede ser formado como tal
Ocúpate de aquello que te hará más efectivo en el
ministerio.
No descuides el don que hay en ti
Ocúpate y permanece en aquello que permitirá que tu
aprovechamiento sea notorio a todos.
¿Cuál es el paradigma de un poderoso Liderazgo Juvenil?.
Se presentó como un modelo en todo
Manifestó cualidades de un líder excepcional.
Proveyó las llaves para abrir puertas en medio de la
oposición.
Es tiempo de cumplir nuestra asignación
Construye relaciones sólidas
Combate doctrinas y costumbre destructivas a tiempo.
Jamás incurras en abuso de autoridad.
Ó
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
 
 
Introducción
Los jóvenes normalmente son menospreciados a diario,
ya sea por su corta edad como por su escasa experiencia en
algunas situaciones. Y este fenómeno no es viejo, de hecho
existen registros bíblicos que una vez que Moisés cumpliera
el tiempo de asignación profética y de liderazgo, otorgada
por Dios, le fue ordenado investir a Josué como su sucesor.
Esto por su puesto no sería tarea fácil para el joven líder.
Tomar el timón de un barco que por más de ochenta años
había sido conducido por su anciano mentor, no solo se
convertiría en un gran reto, sino también en una terrible
prueba. Pues todos sabemos las características de la
congregación del desierto: inconformes, murmuradores,
rebeldes, dados a las quejas, maldicientes, ingratos. Así que
como no iba a ser una tarea muy fácil, Dios tiene que
advertirle en más de una ocasión: “Mira que te mando que
te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”
(Jos. 1:9; 8:1).
 
Así sucedió temporada tras temporada con cada uno de
los hombres y mujeres de Dios que se levantaron de
generación en generación. Hasta llegar al Nuevo
Testamento, que aunque no contamos con evidencias
antiguas que nos brinde información en cuanto a la
apariencia de Timoteo, juzgando las palabras de
recomendación de Pablo a los Corintios, es probable que el
joven misionero no fuera tan impactante a primera vista, es
decir, no que carecía de poder, sino que físicamente no era
muy inspirador. Nótese cómo Pablo les escribe: “Y si llega
Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad,
porque él hace la obra del Señor así como yo. Por tanto,
nadie le tenga en poco...” (1 Co. 16:11). Al parecer,
Timoteo era uno de esos jóvenes que aparentaba no ser
muy capacitado o experimentado, pero Pablo destruye tal
idea con su recomendación. Un tiempo después, quizás
mientras éste ejercía algún tipo de ministerio pastoral,
Pablo le exhorta: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino
sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza” (1 Tim. 4:12). Kistemaker observa
que tal vez Timoteo habría tenido unos veinte años en el
momento en que Pablo escribe esta carta, y agrega que:
Su juventud lo podría haber frenado de ejercer
autoridad en la comunidad de Corinto. Además, la
iglesia de Corinto podría haber considerado que él no
era la figura principal, sino que sólo un representante
de Pablo, esto es, un subordinado...[1]
 
Así es, de la misma manera que lo fue en el pasado, lo
sigue siendo actualmente. Al leer el Nuevo Testamento nos
percataremos en todas las cartas apostólicas, sus autores
enfatizaban en la santidad, el amor, la unanimidad, la
comunión con Dios y la exteriorización del poder del Espíritu
Santo. De Pablo leemos nuevamente: “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad” (2 Tim 2:15). Así que mi propósito con este libro no
es brindar un simple material motivador, como los tantos
que ya existen, sino, ofrecerles con conjunto de
herramientas que se conviertan en un combustible poderoso
para vuestra expansión y avivamiento personal en el
liderazgo juvenil. Aunque pudiera animarles con no pocos
testimonios personales, no basaré ninguno de los puntos
expuestos en experiencia personal alguna, sino solo en lo
que según la Biblia es indispensable para todo liderazgo
juvenil.
 
 
 
Motivos por los que suelen
ser menospreciados los
Líderes Jóvenes?
 

 
“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de
la grandeza y no darse cuenta”.
G. K. Chesterton
 
Por lo que en la Biblia podemos leer, nos percatamos
que en cada uno de los ejemplos de líderes del Antiguo y
Nuevo Testamento no bastaba con tener el llamado, o el
respaldo de Dios. En la mayoría se requirió también de
cierto accionar por parte del líder. Un ejemplo claro es
Josué, a quien se le promete respaldo en todo su ministerio,
pero él también debía hacer su parte: “Esforzarse y ser
valiente” (Jos. 1:6, 7, 9). Y qué decir de Salomón a quien
se le establece el mismo mandato (1 R. 2:2; 1 Cr. 22:13;
28:10, 20). No por gusto Pablo le dice a Timoteo: “Tú,
pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús” (2 Tim. 2:1). Ya se sabe que Timoteo era bastante
joven al comenzar su ministerio. Según registros bíblicos de
Lucas, parece que había sido criado en un ambiente
femenino y es posible que su padre haya estado muerto en
el momento en el que el comienza a ejercer su tarea
ministerial. Pablo consciente del potencial que tenía su
joven discípulo, no cesaba de alentarle, pero al parecer, no
todo el mundo pensaba de la misma manera, así que se
infiere que algunos le menospreciaban, tal vez por su corta
edad, o por su débil salud. Según Stanford, Timoteo se
enfrentaría a grandes enemigos también, así que era muy
probable que esto lo hiciera sentirse tímido y débil.[2] En
este capítulo veremos qué cosas son las que pueden atentar
cintra el liderazgo de los jóvenes, y por las cuales éstos
pueden llegar a ser líderes mediocres y por ende,
menospreciados en su carrera ministerial. 
 
El mal testimonio de líderes del pasado
Hay líderes de todo tipo, y ello es una realidad. Del
mismo modo que existen hombres y mujeres
incondicionales, sorprendentes, inigualables, también los
hay opuestos en todos los sentidos. En la Biblia se nos
muestran ejemplos de algunos que aunque tenían liderazgo,
no lo emplearon para cumplir objetivos grupales, sino
individuales, que amaron más las riquezas que a Dios,
maltrataron al pueblo, desacreditaron el gobierno
teocrático, y se burlaron de los hombres ungidos a quien
Dios había levantado. Por líderes de este tipo es que
muchos han perdido la confianza en el liderazgo. Veamos
algunos de los líderes malos de la Biblia, que a su vez son el
tipo de líderes malos de la actualidad.
Coré. El líder rebelde que no se sujeta a la autoridad.
Los líderes falsos siguen las huellas de su progenitor (el
diablo), y al igual que él, hacen mucho daño al pueblo de
Dios. Tal fue el caso de Coré, quien se reveló contra Moisés
y buscó adeptos para apoyar su insaciable sed de poder y
exaltación. Coré, Datán, Abiram, y los doscientos cincuenta
hombres que se levantaron contra el siervo de Dios (Nm.
16:1-2), no eran personas ordinarias, sino dirigentes
reconocidos dentro de la congregación. Sin embargo, todos
ellos compartían el mismo espíritu rebelde, sabían que
Moisés como líder gozaba de incontables rasgos dignos de
imitar, pero esto no era suficiente para ellos. Donald
comenta sobre la rebelión de Coré:
…Ellos desafiaron la autoridad de Moisés y el
mandamiento de que solo Aarón debía ser el sumo
sacerdote (vv.3-11). Con esa conducta, ellos estaban
rechazando a Dios y su palabra revelada con respecto a
quien guiaría al pueblo de Dios…Por consiguiente,
recibieron la justa condenación de Dios (vv.31-35),
como la recibirán todos los que en el reino de Dios
“aman los primeros asientos en las cenas, y las
primeras sillas” (Mt. 23:6).[3]
 

En Moisés aprendemos que tristemente los muchos


talentos, habilidades o cualidades con las que contemos no
nos evitarán encontrarnos con personas ingratas y llenas
de anarquía. Éstos rebeldes muchas veces lograrán
convencer a no pocos, con sus mentiras y adulaciones (Nm.
16:3). En la versión Vida Plena, el apóstol Judas describió a
estos líderes falsos de la siguiente manera: “Estos son
murmuradores, querellosos, que andan según sus propios
deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las
personas para sacar provecho” (Judas 1:16).
Balaam. El líder que va tras el dinero y la honra:
Moisés incluyó esta narración de Balaam, para
enseñarnos que los líderes verdaderos no son aquellos que
poseen algún ministerio, sino quienes no prostituyen sus
principios ni por dinero, ni por ninguna otra cosa valiosa.
Balaam había sido alertado por Dios de que no fuera con los
hombres de Balac, ni maldijera a los israelitas (Nm. 22:12),
pero como se había corrompido, cuando Balac envió otra
compañía aún más honorable que la primera, buscó la
manera de justificar su avaricia (Nm. 22:15-19). Los líderes
corruptos buscan crecerse por medio del engaño, y
lamentablemente muchos son engañados, al considerar que
cuando este tipo de líderes crecen financieramente es
porque Dios está a favor de ellos.
En la actualidad hay quienes cambian su fe y entregan
a Cristo por unas miserables treinta piezas de plata. Pero
Dios honra la fe de aquellos que a pesar de sus
circunstancias no se corrompen (1 Co. 1:26-29; Lc. 16:19-
25; 21:4; Hb. 11:36-38; Stg. 2:4-7), y nos alerta
exhaustivamente en cuanto a las consecuencias del amor
desproporcionado al dinero (Dt. 17:17; Pr. 30:8-9; 1 Tim.
6:5-10).  Esa es la razón por la que los líderes juveniles han
de demostrar que son confiables en todas las áreas,
especialmente en el manejo del dinero del Señor. Deben ser
capaces de rechazar cualquier propuesta de que obtendrán
mejores beneficios (2 P. 2:15-16; Jd. 11), si el resultado
final sería desobediencia y prostitución del carácter.
Ahitofel: El líder resentido y sutil
David tenía un alto nivel de confianza en Ahitofel (Sal.
41:9; 55:12-14), pues no era cualquier líder, se trataba de
uno con influencia notable en el palacio donde David era
Rey. Su sabiduría lo había posicionado en un lugar
prominente como consejero (2 Sam. 15:22; 16:23) y
sacerdote (2 Sam. 15:12). Pero cuando David pecó con
Betsabé, todo cambio. Según MacDonald: “Ahitofel era
sumamente respetado en aquellos días. Absalón lo siguió
sin cuestionar, así como lo había hecho su padre. Pero
cuando recordamos que Ahitofel era el abuelo de Betsabé,
podemos entender su deseo de venganza...” [4] Otros
comentaristas coinciden en que Absalón, tras su venganza
de Annón, estuvo preparando la sedición contra su padre (2
Sam. 15:6-7). Beth Moore consideró que el consejo de
Ahitofel era más valioso que contar con muchas tropas.
Puede ser que Absalón haya sido despreciable pero no era
tonto. Absalón hizo que Ahitofel se pusiera de su lado, `y la
conspiración se hizo poderosa´ (2 Sam. 15:12). Si el plan
de Absalón hubiera sido un juego de ajedrez, robar el amigo
de David habría sido su jaque mate.[5] Según Pablo Hoff:
El joven [Absalón] persuadió a Ahitofel, el consejero y
amigo de más confianza de David para que traicionara
al rey, procediendo como “cerebro” del complot.
Ahitofel aprovecharía la ocasión para vengar la
deshonra que David atrajo sobre su nieta Betsabé.
Había llegado el momento oportuno para fomentar la
revuelta. [6]
 
Esta traición fue tan terrible para David, que hasta
compuso un salmo en el que describe su angustia: “Porque
no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado;  Ni se
alzó contra mí el que me aborrecía,  Porque me hubiera
ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,  Mi
guía, y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente
los secretos,  Y andábamos en amistad en la casa de Dios”
(Sal. 55:12-14). Son tan impactantes estos en los
versículos que hasta se convirtieron en un tipo profético de
la traición de Judas Iscariote (Mt. 26:14-16, 20-25; Jn.
13:18). Quizás David nunca pidió perdón a su amigo, pero
lo que sí es evidente es que Ahitofel jamás le perdonó. Así
que, de nada vale la sabiduría y el conocimiento si no se
sabe perdonar. La fidelidad de Ahitofel estuvo siempre
condicionada a sus propios beneficios, de manera que
mientras todo fuera favorable para él, no había motivos
para revelarse. Los líderes resentidos estarán con el líder
sólo hasta cuando ellos se beneficien, cuando esto ya no
suceda se revelarán inmediatamente. Ahitofel sin dudarlo se
pasó a las filas de Absalón y se convirtió en un ser
vengativo, cruel y traidor que a pesar de los años, mantuvo
un corazón fértil a la rebeldía (2 Sam. 15:31). David jamás
se percató de los verdaderos sentimientos de Ahitofel hasta
que recibió la noticia aplastante de que también él había
conspirado junto a su propio hijo (2 Sam. 15:31). Y es
necesario recalcar que aún después de su delirante estado
espiritual, todavía era capaz de dar consejos sabios. En este
ejemplo vemos una prueba de que aunque David y Ahitofel
eran pecadores, había una gran diferencia entre ellos, el
monarca comprendía lo que era la gracia, pero Ahitofel no.
 
Los malos estilos de liderazgos
Los estilos de liderazgos no son más que la forma
personal en que el líder conjuga y aplica los principios,
métodos, teorías y técnicas de dirección, en las condiciones
concretas de un medio organizacional. O sea, es la forma
personal que imprime a su trabajo y que define su sello
propio en la actividad de dirección. Pero de la misma
manera que un líder puede ser capaz de mover multitudes,
también tiene el poder de fomentar grandes divisiones. El
liderazgo de muchos jóvenes es menospreciado a menudo
debido a que si personas anciana y aparentemente
experimentadas han incurrido en malos estilos de liderazgo,
qué no harán los jóvenes. Este aspecto lo he tenido que
sufrir en casi todo mí peregrinar como líder. A la edad de 14
años comencé a servir como misionero, claro, no abandoné
mis estudios, solo que los fines de semana, en vez de hacer
lo que comúnmente era de adolescente, prefería irme con
algunos misioneros a sus campos de acción. De los 16
misioneros que trabajaban en la Iglesia local, solo tres
aceptaban que yo les acompañara, era evidente que los
demás consideraran que no les sería de ayuda alguna. Sin
embargo, aquellos que me acogieron me inculcaron la
pasión por la evangelización. Fue en esa época que aprendí
a tocar guitarra para servir en campos misioneros. Solo
cuando cumplí los 16 años fue que algunos otros
comenzaron a invitarme y deseaban que les acompañase.
No los culpo, sin querer, habían sido víctimas de tabúes a
causa de algunos estilos de liderazgos erróneos. En la Biblia
se denuncian algunos, los cuales analizaremos a
continuación.   
Satanás, el líder Altivo que implantó el liderazgo Avaricioso
Aunque existen muy pocas referencias bíblicas sobre las
cosas sucedidas antes de la creación, aun así, según la
revelación que recibió el profeta Ezequiel (Ez. 28:14-16) se
puede deducir que Satanás era un querubín de notable
influencia y perfección. Poseía autodeterminación como los
demás ángeles creados, sin embargo, aunque pudo elegir
quedar en el estado de santidad para la que había sido
establecido en el Cielo, escogió el camino del mal.
a)            Se reveló en contra Dios a causa de su orgullo (Ez.
28:17).
b)            Procuró tomar el lugar de Dios al desear ser
semejante al altísimo (Is. 14:14), no en cuanto
santidad, amor y solicitud por sus criaturas, sino un
deseo insaciable de poder y autoridad.
c)       Careció de sometimiento a Dios. La Biblia nos habla
de sus contrataciones (Ez. 28:16), lo cual indica que
hizo divisiones con otros ángeles en aras de llevar a
cabo sus malvados propósitos.
 
Esta mala decisión provocó su expulsión del cielo, sin
embargo su sorprendente capacidad de liderazgo, de
hecho, se puede ver en su habilidad para engañar a no
pocos ángeles, encabezando una rebelión considerable que
arrastró con un tercio de los ángeles de Dios (Ap. 12:4).
Pero también el asunto del dinero fue ampliamente tocado
en las enseñanzas de Jesús, lo cual indica innegablemente
su señalada importancia. El problema es que a menudo el
dinero se convierte en un serio rival para la predicación. A
tal punto que ha llegado a rendírsele pleitesía como a un
dios (Mt. 6:24). Por eso Cristo no cesó de alertar sobre:
a. La peligrosidad de la avaricia (Lc. 12:15), pues ésta
puede impedir la entrada al Reino de Dios (Mr. 10:24).
b. La necesidad de ser ricos para Dios y no para los
hombres (Lc. 12:16-21)
c.  El peligro de dar a las riquezas un uso egoísta (Mt.
25:42-43; Lc. 16:19-31).
d. La facultad que tiene el amor al dinero de incitar a la
violencia (Mt. 26:14-16,47), la insensibilidad (Lc.
16:19-25), la idolatría, el orgullo y la vanidad (Mt.
4:8-10), entre muchos otros pecados.
 
No fue en vano Jesús colocó al amor al dinero dentro de
los tres grandes enemigos que cooperan para diluir el
mensaje de la palabra de Dios en el corazón de los
creyentes (Mt. 13:22) y los líderes no escapan a esta
realidad. Así pues, a diferencia de los líderes falsos, un líder
bíblico se conoce por la manera en que piensa y vive
respecto a las riquezas y posesiones de este mundo. El
pseudo líder siempre piensa en sí mismo. Erwin Gayle hace
un contraste entre sí mismo y Cristo dándonos a entender
que muchas veces nuestra naturaleza corrompida nos hace
anhelar y buscar aquellas cosas que Cristo voluntariamente
desechó, él dice: 
Quiero que me vean con las personas correctas, que me
recuerden en el ambiente ‘correcto’, que mi nombre sea
bien escrito en los anuncios que lo lleven; quiero vivir en
el vecindario correcto, manejar el carro ‘apropiado’,
vestirme correctamente. ¡Pero Jesús se despojó de toda
reputación!. (Gayle 2001, 91)[7]
 
Jesús pudo haber nacido en un palacio, pero
voluntariamente escogió un pesebre. De igual modo pudo
tener muchas posesiones, pero por amor a nosotros prefirió
habitar en lugares donde no había tal comodidad como para
recostar su cabeza. El modelo de vida que vivió Jesús en
esta tierra y sus maravillosas enseñanzas, ponen de
manifiesto el carácter de un líder legítimo. ¿Significa esto
que no podamos tener riquezas y bienes de este mundo? En
ninguna manera, pero no se equivocó Erwin al declarar que
el poseer riquezas es probablemente el impedimento más
fuerte para el crecimiento en la naturaleza y un estilo de
vida como el de Jesús. [8] Y esto sucede especialmente
cuando las posiciones materiales ocupan el lugar que le
pertenece a Dios.  
Abimelec: El líder autoritario que se resiste al gobierno de
Dios.
Reflexionemos en la siguiente pregunta: ¿Cuántos
ministros del Evangelio no entienden que es Jesucristo el
único dueño de la iglesia? Es apreciable cómo en la
actualidad algunos líderes llenan a sus seguidores de falsas
esperanzas y expectativas, prometen sombra, pero al final
ofrecen espinas en lugar de hojas, dolor en lugar de reposo
(2 Pedro. 2:19). Abimelec fue un líder ilegítimo que pactó
con los hombres de Siquem en manera semejante a como
Lucifer pactó con los ángeles que pecaron. Willmintong
describe la manera en que Abimelec fracasó: “…había
demostrado ser un líder incapaz que había fallado por tres
años en extender su territorio más allá de los límites de
Siquem.”[9] La historia de Abimelec nos ofrece tres
enseñanzas:
a. Los líderes autoritarios son personas inescrupulosas
que a cualquier costo tratarán de buscar la cima.
Abimelec no dudó en asesinar a setenta de sus
hermanos.
b. Los líderes autoritarios impondrán su autoridad,
muchas veces por medio de la intimidación. Pero los
genuinos procurarán que Dios sea el jefe Supremo de
su pueblo. Tal y como lo demostraron Gedeón (padre de
Abimelec) y Samuel (Jue. 8:23; 1 Sam. 8:5-7).
c. Los líderes autoritarios traerán sufrimiento a todo el
pueblo. Los hombres de Siquem sufrieron las
consecuencias de elegir al líder por afinidad y no por
voluntad divina (Jue. 9:3).
d. Los líderes autoritarios siempre atraerán gente rebelde,
y esa misma rebeldía con la que alimentan a sus
seguidores, se volverá en contra de ellos como
bumerán (Jueces. 9:25-27). En cambio, los líderes de
Dios comprenden que en la multitud de consejeros está
la sabiduría (Pr. 11:14; 15:22).
e. Los líderes autoritarios todo el tiempo van tras la
promoción, pero los líderes de Dios no están
preocupados en ser promovidos o ser servidos, sino que
se enfocan en servir y buscan a manera de hacerlo.
 
Este estilo de liderazgo está destinado al fracaso y la
desgracia. Por eso, los líderes malos se estancan en un
lugar y no crecen. Por supuesto, esto no significa que un
líder genuino no experimente en algún momento que su
ministerio no avanza en determinado lugar (Lc. 10:10-11),
pero generalmente la obra de Dios a través de un hombre
de Dios crece cuantitativa y cualitativamente (Sal. 51:13;
Ef. 4:11-16). Jesús enseñó tanto en palabras como en
hechos sobre la necesidad de ser siervos y no amos (Mt.
20:26) y reprochó en sus discípulos la actitud arrogante de
creerse superiores unos a otros (Mt. 20:27), y aun siendo
Señor pasó sus años sirviendo a la gente (Mt. 20:28). Como
bien declara Warren: “Jesús midió la grandeza en términos
de servicio y no de estatus. Dios determina tu grandeza por
el número de personas a las que sirves, no por la que están
a tu servicio.”[10] También Sanders afirmó de Jesús lo
siguiente:
…era un revolucionario, no en el sentido de guerrillero
sino en su enseñanza sobre el liderazgo. El término
siervo implica poco prestigio, poco respeto, poco honor.
A la mayoría de las personas no les atrae un papel de
poco valor como ese. Sin embargo, cuando Jesús usó el
término, era sinónimo de grandeza”. [11]
 
El conferencista y escritor John Maxwell, en su libro,
“Las 21 cualidades indispensables de un líder” considera
que mucha gente mira el liderazgo asociándolo con
privilegios, y viendo solo las cosas positivas. (El poder es
atrayente).[12] Pero obviamente se equivocan y es por eso
que muchos asumen el ministerio con motivos equivocados,
buscando fama y beneficios materiales, pero lideran usando
tácticas manipuladoras e impositivas.   Bernardo Stamateas
denuncia este estilo malvado de liderazgo como sigue:
…hay líderes o pastores que lideran por el factor miedo a
través de frases como: “yo soy el pastor”, “El que no me
hace caso, queda fuera de la iglesia o de la tarea
realizada”, “Para el que no le gusta, ahí está la puerta”…
siembran pánico en la gente, como violentos o tiranos y
esto genera las mismas características en los discípulos…
[13]
 
Saúl, el líder Autocrático
Los líderes autocráticos generalmente carecen de
sometimiento, y son dados a causar divisiones en las
congregaciones. Como táctica se aprovechan de pequeños
detalles para demostrar a los débiles que están siendo
abusados, y que son presa del exceso de autoridad. 
Lamentablemente algunas iglesias han sufrido de
liderazgos así, ministros fraudulentos, aduladores,
divisionistas, gente con apariencia de piedad, pero en
realidad son falsos obreros disfrazados, sensuales que no
tienen el Espíritu y desafían las autoridades superiores.
Esta es la razón por la que Pablo escribe a Timoteo
diciéndole: “Cuídate de ti mismo y de la doctrina que
predicas…” (1 Tim. 4:16). Ray, en el libro de George Barna,
“Líderes en el liderazgo”, comenta lo siguiente: “He
observado y estudiado vidas de líderes por años, líderes
buenos y líderes deficientes. Y he llegado a una triste
conclusión. ¡Pocos líderes acaban bien!”[14]  Y aunque nos
duela aceptarlo, Ray tiene razón, por eso debemos
examinarnos y probarnos a nosotros mismos por si
estamos en la fe (2 Co. 13:5), no sea que sin darnos
cuenta nos hayamos deslizado (Sal. 73:2).
 
Aún hasta los creyentes más nuevos en una
congregación conocen a este personaje. Un hombre que
sus inicios fueron los más humildes y valerosos, pero con el
trascurso del tiempo se volvió un ser al que solo le
interesaba su opción. La toma de decisiones estaban a su
cargo, y no había espacio para la democracia o el trabajo
en equipo. Por lo general los líderes autocráticos tienden a
ser personas carentes de remordimientos, por lo que es
muy difícil que pidan perdón o reconozcan su error. Y por
supuesto, una persona que se rehúsa a perdonar no puede
pretender que Dios le perdone (Mt. 6:14-15). DE igual
modo, quien no pide perdón (por alta que sea su posición),
se coloca a sí mismo en una situación delicada, en una
prisión espiritual en la que Satanás tiene derechos legales
sobre su vida, a menos que sea restaurado a tiempo todo
el mal ocasionado (Mt. 5:21-26).
 
Por malos hábitos en el liderazgo
Los líderes con malos hábitos viven una vida impura y
en lo concerniente a Dios, se resisten a su gobierno de
santidad. William Booth, fundador del Ejército de Salvación
declaró: "El mayor peligro del siglo XX será religión sin el
Espíritu Santo, cristianismo sin Cristo, perdón sin
arrepentimiento, salvación sin regeneración, política sin
Dios, el cielo sin el infierno." [15] ¡Qué visión profética la de
ese general de Dios! No existe cosa más dañina para la
Iglesia que líderes con malos hábitos, que pudieran
entenderse como la: (1) La falta de oración; (2) El déficit de
estudio de la Palabra de Dios; (3) Ausencia de ayunos y
vigilias; (4) Actitudes libertinas. Sin embargo tarde o
temprano serán desmentidos y expuestos públicamente,
como bien alerta la Escritura: “…porque nada hay
encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que
no haya de saberse.” (Mt. 10:26). De hecho, en la parábola
de (Lc. 6:39-40) Jesús señala el efecto más perjudicial de
un falso líder, y es que su apariencia engañosa y su carácter
interesado, se reproduce a menudo en otras personas: “…
¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán
ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro;
mas todo el que fuere perfeccionado, será como su
maestro” (Mt. 23:15). No nos engañemos, nadie puede dar
lo que no tiene, así que del líder que carece de luz espiritual
no se puede esperar otra cosa perdición, y sus seguidores lo
sufrirán prontamente. Como bien Cristo nos aconseja:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se
recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol
malo da frutos malos.  No puede el buen árbol dar
malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.  Todo
árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el
fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. (Mt. 7:15-
20)
 
¿Ahora bien, cuál es el perfil de los líderes que poseen
malos hábitos, que pueden perjudicar a la Iglesia? Bueno,
teniendo en cuenta lo que en la Palabra de Dios se nos
enseña, este tipo de líderes por lo general son:
a. Gente que falsean la Palabra o no se sujetan a ella (2
Tim. 4:3-4; 2 Jn. 8-11).
b. Personas con hambre y sed de poder, que abusan de su
autoridad sobre los creyentes (3 Jn. 9-10; 1 P. 5:1-4).
c. Líderes que persiguen enriquecerse a costa de los
creyentes (1 Tim. 3:3,8; 6:5-10; Tit. 1:7; 1P. 5:2; 2P.
2:3; Jd. 11, 16).
d. Personas que adulan a otros con tal de obtener
beneficios, pero no están seriamente comprometidos
con la verdad (Jd. 16).
e. Personas con debilidades morales (Mt. 12:36; 1 Co.
5:1)
f. Personas con debilidades financieras. (Pr. 6:9; 19:24)
 
Una cosa si es cierta, aquellos líderes que son como
Caín, a su tiempo serán son desterrados, los que son como
Jezabel, serán comidos por perros.  Los que son como
Absalón terminarán enredados en sus propias emboscadas,
tal como Amán, quien cayó en su propia trampa. Los líderes
habladores como Goliat terminarán decapitados por el
ungido de Dios, y los que como Herodes persiguen a la
Iglesia, serán comida de gusanos (Hch. 12:23), y qué de los
Judas, quienes terminaran colgándose ellos mismos (Mt.
27:7)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Consejo paulino a los
Líderes Juveniles
 
“Los buenos líderes caminan con Dios como lo hizo Enoc,
son hombres de fe como Abraham, conquistan reinos como
Josué, ganan batallas como Gedeón, danzan con gozo como
David, interceden por su pueblo como Daniel, edifican
muros como Nehemías y viven para su Padre como
Jesucristo”
Jorge Callicó Cisneros
Ex-Vicepresidente Nacional de Jóvenes
Cuba 2014-2016 
 

Afortunadamente la Biblia es sin duda el mayor y más


excelente manual de liderazgo existente desde la
antigüedad. No importa cuán atea sea una persona, tendrá
que recurrir a la Biblia de una u otra manera. Me atrevo a
decir, que la mayoría de los libros de liderazgos existentes
tienen un fundamento bíblico, aunque tal vez no se haga
referencia explícita de ello, pero cada principio, concepto y
teoría de liderazgo viene de la Biblia. Esa es la causa por la
que el liderazgo es uno de los pilares más imprescindible en
toda administración, siendo a su vez la base de cualquier
tarea. Pues todo es prosperado o es destruido en
dependencia al liderazgo, como bien lo expone Salomón:
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; más en la
multitud de consejeros hay seguridad” (Pr. 11:4). La
veracidad de las palabras de Salomón se observan en el
resultado del liderazgo de los reyes malos que tuvo Israel.
Los israelitas no salían de una guerra victoriosos, y la mano
de Dios siempre estaba contra ellos, pero cuando surgía un
nuevo rey conforme al corazón de Dios, entonces todo
Israel era perdonado y bendecido. Al analizar el
comportamiento de los líderes falsos y su influencia entre el
pueblo de Dios, entendemos el porqué de las palabras de
Pablo a Timoteo con relación a su ministerio. Por eso, en
este segundo capítulo prestaremos especial atención al
consejo del apóstol a su hijo espiritual, con tal de que no
fuese menospreciado.
 
Sé ejemplo de los creyentes en palabras
No es un secreto que los grandes hombres se hacen
más por sus fracasos que por sus éxitos. Abraham Lincoln,
antiguo Presidente de los Estados Unidos de América, es
quizá la mejor figura, de quien se dice que fracasó en los
negocios, careció de éxito como abogado, no fue reconocido
en varias elecciones para la legislatura estatal, no fue
aprobado para que ocupara el puesto de Ministro de
Hacienda, fue derrotado en sus campañas electorales para
vicepresidente y senador. Sin embargo, no permitió que el
fracaso arruinara su vida, ni que lo amargara en su trato
con la gente. A la verdad no se sabe a ciencia cierta el
secreto de Lincoln, pero los historiadores coinciden que era
un hombre e palabras. Además, aunque no era un devoto
religioso, si poseía un corazón abierto al mensaje de Dios,
incluso hasta hay testimonios de que participó en uno de los
avivamientos de Peter Cartwright y en noviembre del 1860
visitó las escuelas dominicales presididas por Dwight Moody.
Hasta el día de hoy en la historia de los Estados Unidos se
le reconoce como uno de los mejores presidentes que
disfrutó la nación Norte Americana, y como un constructor
fundamental de la república democrática que sirve de
modelo para el mundo de hoy.
 
  En una época en que a un joven de menos de treinta
años no se le prestaba especial atención, Timoteo estaba en
una verdadera desventaja. Sin embargo, Pablo prefirió no
seguir el rumbo de la mayoría y decidió dar
responsabilidades y animo a su discípulo, sus palabras
resuenan todavía: “Ninguno tenga en poco tu juventud», le
aconsejó, «sino sé ejemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Ti. 4.12). Tal vez
Timoteo no se percató a primera vista que su mentor le
estaba revelando el secreto para que un joven fuera
eficiente en su ministerio. Una vida ejemplar compensa en
mucho la desventaja de ser joven, así que el punto de
partida es ser ejemplo. Y esto pone de manifiesto que Líder
no es el que tiene un cargo, sino aquel que ha llegado a ser
el más notable entre un grupo de persona, quien tiene la
capacidad para hacer una cosa con destreza, arte,
competencia, aptitud y táctica. Es por esa razón que se
espera que el líder posea dominio y conocimiento amplio de
lo que hace, y en la Biblia vemos muchos ejemplos de ellos.
Sin embargo, una de las habilidades más imprescindibles de
los líderes es la comunicación.
 
Moisés a ser llamado por Dios se resistió una y otra vez,
porque él entendía que un líder prescindía de su habilidad
para comunicarse con los demás, cosa que a él le imposible.
Él no pecaba de ignorancia, pues estaba consciente de que
su problema podría ser perjudicial para la tarea que se le
estaba comisionando. Según Haggai el liderazgo es una
disciplina que deliberadamente ejerce su influencia en un
grupo determinado a fin de avanzar hacia las necesidades
verdaderas del grupo[16]. Y muchas veces tal influencia es
posible por las palabras. Y aún más cuando éstas no se
imponen sobre otros por la fuerza, sino que producen un
efecto positivo en los oyentes. Las palabras definen la
realidad y a su vez, dan forma a la acción, a la convivencia
y también a lo que concebimos como humanidad a día de
hoy.  Por eso, nuestras palabras deben ser positivas y
alentadoras, antes que pesimistas y degradantes.
 
Es necesario que entendamos que si nuestro
vocabulario es pobre y pesimista, así será nuestra
vida.  Cuando la incoherencia impregna nuestra existencia,
lo que deseamos jamás llegará a cumplirse, porque
tampoco la hemos puesto delante de Dios, como dijera el
Salmista: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá
las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu
camino, y confía en él; y él hará” (Salmos 37:4-5). No
ignoremos jamás que de nuestras palabras depende el
futuro de nuestro ministerio y familia. Qué impresionante el
proverbio de Salomón que dice: “Del fruto de la boca del
hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus
labios” (Pr. 18:20-21). Kittim Silva comenta:
El ungido termina lo que comienza. Esta es una de las
cualidades de los que han sido ungidos para una misión
especial de Dios. Al final confirman con sus acciones lo
que dijeron con sus palabras. David no era un volcán
emocional, era una montaña. Al enfrentar a Goliat no
se movió por emoción, lo hizo por unción. La visión
para materializarse debe ser promovida y movida por la
unción. Los no ungidos hablan mucho, pero al momento
de actuar hace poco o nada. Hablan muy bien de la
visión, pero no la actualizan.[17]
 
Sé ejemplo de los creyentes en las obras
En segundo aspecto en el que Pablo hace énfasis a
Timoteo es en las obras. Está más que claro en la Biblia que
las obras no son útiles para la Salvación, pero sí lo son para
la justificación (Rom. 4:2). Así que el Apóstol estaba al
corriente que lo segundo que más impacta en un líder es lo
que hace. Es por ello que vemos que la costumbre de los
santos del Nuevo Testamento era la de r eso es escoger
para el liderazgo personas con normas morales
elevadísimas (1 Tim. 3:1-7; Tit. 1:7). Pero a los líderes
falsos no les interesa la santidad en lo más mínimo, sino
solamente la apariencia, tal cual eran los escribas y
fariseos, a los cuales Jesús les refutaba en cara su manera
de vivir. Por lo tanto, unas de las maneras en que se puede
ser ejemplo en las obras es:   
a. Guardando lo que nos ha encomendado (1 Ti. 6.20-
21). Cuando Pablo le dice a Timoteo que guarde
fielmente su encomienda lo hizo mediante el vocablo
griego παρακαταθήκην (parakatathéken), que
significa “Depósito confiado a uno”. Se trataba de un
término bancario que obligaba al banquero a devolver
intacto dicho depósito. Así que básicamente la
ordenanza paulina decía: “Dios ha hecho un depósito
en tu cuenta; guárdalo intacta hasta que te sea
pedida”.
b. Valiente y esforzado (Josué 1:7; 2 Samuel 10:12; 1
Crónicas 22:13-14; 2 Tim 2:1)
 
Strauch comenta en su libro “Liderazgo bíblico de
ancianos”, que siempre hay necesidad de más pastores, y
por ende tiende a ser tentador permitir que hombres no
calificados ni preparados asuman el liderazgo en la iglesia.
[18]
Esto evidentemente es un peligro real que afronta la
iglesia contemporánea, pues algunas veces son puestos en
el ministerio jóvenes sin compromiso, santidad, ni
preparación. Por lo tanto, deber ser un medidor el que los
candidatos al liderazgo de jóvenes sean:
a. Verdaderos adoradores (Jn. 4:23)
b. Confiados en Dios (1 Samuel 17:45-47; Dn. 3:17-18)
c. Comprometidos con e tiempo de intimidad a Dios
(Jueces 4:4-5; Dn. 6:10)
d. Ejemplos de Fe (Heb. 11.32).
 
Sé ejemplo de los creyentes en el trato a los demás
El tercer aspecto, tan importante como el primero y el
segundo se trata del amor con los semejantes. Pablo
escribió a los Corintios explicándoles sobre la importancia
del amor en el liderazgo. En palabras resumidas, él les
declaró que de nada servía un líder con abundantes dones,
pero escaso de amor, lo compara a un metal ruidoso y
molesto. Josh McDowell y Kevin Johnson enseñan que el
verdadero amor, como lo define la Biblia, no se trata sólo de
sentimientos, ni es meramente una fuerte emoción o
atracción. No se basa en la vista, la hermosura física, el
romance ni en un sentimiento cálido y agradable, sino que
es dar, respetar, compromiso que perdura, es crecimiento
continuo de valoración y afecto.[19] La biblia lo describe
como:
1. Estar dispuesto a toda buena obra (2 Tim 2:21)
2. Mantener siempre una actitud presta y dispuesta en
servir (2 Ti. 4.1, 2). Es preciso que el líder joven jamás
pierda el sentido de urgencia. Tomar la iniciativa y
seguir adelante con celo incansable debería ser la meta
de todo líder de jóvenes.
3. Actuar sin acepción de personas (1 Ti. 5.21). Todos
estamos expuestos a que nos muevan consideraciones
de tipo subjetivo, y necesitamos el refuerzo que
encontramos en esta seria exhortación. En la obra
cristiana son esenciales la honradez y la integridad, por
lo que es imprescindible dejar a un lado nuestras
propias aversiones o afinidades. Cuando Pablo hace
alusión al término προκρίματος (prokrimatos), o sea,
“Prejuicios”,  tenía en mente esa tendencia de juzgar
antes de tiempo. De igual manera al referirse a la
“Parcialidad” usa el vocablo πρόσκλισιν (prosklisin), que
guarda estrecha relación con el favoritismo. 
4. Amar sin esperar recibir nada a cambio (Lc 6:32-35)
5. Hacer todo con el objetivo de edificar a la Iglesia y
motivar a otros a hacer lo bueno (Rom 14:19; 15:2; 1
Cor 14:3-5, 12, 26; Ef 4:29)
6. Ser irreprensible (1 Co. 1:8; Fil. 1:10; 2:15).
7. Actuar de manera humilde (Is. 53:3-7 ; Mt 11:28; Mt.
20:25-28; Jn. 10:17-18; Jn. 13:13-17; 2 Cor. 8:9; Fil.
2:5-8)
8. Vivir íntegro a la Palabra del Padre (Jn 12:48-49; Mt.
4:8-11; Jn. 1:14,18; Jn. 8:46; 2 Cor. 5:21; He. 4:14-
15; 7:26-28; 1 P. 2:21-25).
9. Ser ejemplo de autoridad.(Mt. 7:28; Mr. 1:27; Jn. 5:26-
27)
10. Sonreír siempre (1 Ts. 5:16)
11. Respetar a los demás (Rom. 13:7)
12. Vivir para inspirar a otros en todo momento (Ecl.
12:10; Filp. 4:13; 1 Tim. 4:12).
13. Actúar siempre con objetividad (Rom. 8:4; 1 Co. 9:26;
2 Co. 5:7)
14. No dejar nunca una idea al aire (Stg. 1:8)
 
Es imprescindible que el líder de jóvenes sea puro en su
trato con los demás. La falta de pureza es uno de los
enemigos más destructivos de cualquier iglesia, de ahí que
el líder sea alguien que obre sin manchas ni señalamientos
(1 Ti. 6.13-15), y que fomenten la autodisciplina (1 Ti. 4.7-
9). Así que el líder debe ser un enigma para su generación,
tal y como Duffield y Van Cleave sostienen, que un carácter
santo es el resultado de una prueba en la cual una buena
elección es hecha donde una mala elección era posible. [20]
y agregan además lo siguiente:
…una elección de maldad resulta en un carácter malo.
Dios deseaba la adoración y el servicio de seres con
caracteres santos y morales. Era necesario entonces,
que el hombre pudiera hacer una elección libre para el
desarrollo de santidad y felicidad madura. Con la
elección libre existe necesariamente la posibilidad de
una elección incorrecta con consecuencias desastrosas,
tanto para ellos como para la raza. [21]
 
 
 
 
No se nace siendo líder,
pero si puede ser formado
como tal
 
El líder debe saber que siempre tiene que batear al 100%.
Él debe estar presto a estar en la línea más alta del Juego.
No debe pensar que puede salirse con la suya aunque solo
sea por una vez.
Geoffrey Canadá
Presidente y Director Ejecutivo de
Harlem Children´s Zone
Actualmente muchos materiales sobre liderazgo se
enfocan más en el desempeño que los líderes deben
alcanzar que en los valores que éstos deben poseer. Y es
cierto que tratar el desempeño no es errado, pues si algo
distingue a los líderes de los demás es lo que hace, pero lo
que más daño está haciendo en el liderazgo moderno es la
falta de valores. Muchos líderes no se equivocan por ser
malas personas, sino porque sencillamente carecen de
valores, preparación y madurez. En el presente capítulo
analizaremos las palabras de Pablo a Timoteo tocantes al
liderazgo, y leemos que le escribe: “Entre tanto que voy,
ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No
descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante
profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu
aprovechamiento sea manifiesto a todos” (1 Ti. 4:13-15).
Nótese el mensaje central de esta porción: “Si el líder no se
ocupa de aquellas cosas que lo harán mejor cada día, jamás
progresará en su liderazgo”. Así que abordaremos las tres
áreas en las que todo líder debe ser celoso. 
 
Ocúpate de aquello que te hará más efectivo en el
ministerio.
Hay quienes todavía consideran que el liderazgo se
aprende por medio de cursos, conferencias o seminarios,
pero aunque es duro decirlo, lo cierto es que no es así.
Incluso ni este estudio podrá crear un líder, si bien es cierto
los cursos, libros y materiales didácticos pueden ayudar en
la formación, por otro lado hay que reconocer que no
podrán crear líderes. El líder se forma, y está claro que en
tal formación Dios siempre está presente. Sea el líder
creyente o no, es Dios quien lo forma, aunque luego es
satán quien los corrompe. Recuerdo cómo en mis comienzos
en el Evangelio, mis maestros de discipulado recalcaban la
relevancia de la lectura y estudio de la Biblia. Con el paso
de los años he aprendido que verdaderamente la auto
preparación es la clave de todo éxito, no importa el área de
la que se trate. Pablo le ordena a Timoteo con el vocablo
griego πρόσεχε (próseche), que prestara cuidadosa atención
en entregarse completamente su auto preparación, por
medio de la lectura, no solo de los royos bíblicos, sino
también de esos documentos necesarios para su
contextualización y culturalización, a fin de que pudiera
hablar con destreza entre los gentiles de su época. Jorge
Oscar Sánchez nos enseña que:
Timoteo debía tener como prioridad de su ministerio
enseñarles de manera sistemática el plan de Dios…a
través de la enseñanza sistemática y expositiva de la
Biblia, ellos comprenderían la grandeza de la obra de
Dios a su favor y sus propósitos para su vida.[22]
 
Un líder que no dedica especial atención a la lectura o el
estudio siempre será un inexperto, propenso a caer en
cualquier momento en los lazos del diablo (1 Ti. 3:7). Una
comunicación efectiva es producto de una preparación
adecuada. Jesús había impactado a muchos porque a pesar
de su corta edad hablaba como un experto en la materia de
la que se tratase (Mt. 7:28; Mr. 1:22; Lc. 2:42; 4:22; Lc.
4:32; Jn. 7:15) y dominaba más de cuatro idiomas
(Hebreo, Arameo, Griego Koiné y Latín). Pablo mismo sabía
lo que le estaba orientando a su hijo espiritual, ya que el
mismo había sido instruido de manera estricta y excelente
(Hch. 22:3), y por esa basta preparación, fue el único
apóstol que llegó a casi todas las ciudades de Asia y
Europa, mientras los demás solo se limitaron a unos pocos
territorios. Según McDowell: “adoptar la costumbre de
estudiar la Biblia, ya sea como individuos o como familia, es
como ponerse físicamente en forma. Al igual que el ejercicio
físico, leer la Biblia regularmente produce grandes
resultados, ¡resultados que se ven!”.[23]
 
Así que si nos preocupamos de nuestra preparación
personal, no tendremos problemas para comunicarnos con
cualquier tipo de público. Y a su vez tendremos las
herramientas necesarias para una exhortación exitosa. Dios
elogia de sus hijos es que sean capaces de corregir a
quienes estén dando pasos errados (Ap. 2:2). Pero
actualmente no pocos líderes fracasan porque cometen el
error de no corregir a los que están bajo su cobertura
ministerial. Salomón lo enseñó (Pr. 16:6) y Pablo lo alertó a
los romanos (Ro. 12:21), y los de corinto (2 Corintios 10:5-
6). Un líder preparado tendrá mayores resultados porque
estará apto para enseñar (1 Tim. 3:2) y para exhortar a
otros (Tito 1:9). 
 
No descuides el don que hay en ti
Lo segundo que Pablo recomienda a Timoteo es que se
esforzara en mantener viva la llama del aviamiento en su
vida. La razón es evidente, Jesús alertó a sus discípulos que
un ciego no puede guiar a otro ciego, ambos caerán en el
mismo hoyo (Lc. 6:39). Stanford nos advierte que el
apóstol reconocía el peligro de descuidar la tarea de
enseñar y aplicar la palabra, y se cree que Timoteo tenía el
don de la enseñanza, [24] don que no debía descuidar o
tomar a la ligera. El vocablo griego usado por Pablo fue
ἀ μέλει (ámelei), que nos revela la fuerza de las indicaciones
de Pablo. Él literalmente le estaba diciendo: “No dejes de
inquietarte con preocupación por el don que te fue
ministrado por imposición de las manos”. Y la enseñanza es
clara, la unción no es un objeto, sino la esencia de Dios en
nosotros. Se trata de su perfume derramado en nuestras
vidas, su aceptación, su devoción por nosotros hecho
manifiesto.
 
Esta es la razón por la que en la vida del líder cristiano o
de cualquier creyente que ama a Dios, para que el Poder y
el Favor de Dios se manifiesten debe cumplirse este ciclo de
manera constante. Eso nos da la medida de importancia de
este aspecto, un líder apagado producirá seguidores
apagados y religiosos. Y una de las maneras más poderosas
de cuidar el fuego del Espíritu de Dios es “Teniendo cuidado
de un mismo”, lo cual pudiera traducirse como:
a. Cuidar de ser irreprensibles (1 Tim. 3:2, 10; Tito 1:8):
Un líder debe exhibir una vida disciplinada. Debe
demostrar un control de sus pasiones y apetitos
(Gálatas 5:16-26). No es esclavo de sus impulsos
pecaminosos, sino honesto (1 Tim. 3:8).
b. Cuidar el testimonio para con los de afuera (1 Tim 3:7;
Tito 1:8): Un líder debe tener un ardiente deseo de
agradar a Dios. Su actitud y sus acciones deben reflejar
devoción hacia Dios. Debe poner una alta prioridad en
la realidad espiritual de su propia vida. 
c. Cuidar nuestro aspecto físico (1 Tim. 3:2). Cuando el
Apóstol se refiere al término «decoroso», usó el vocablo
griego κόσμιον (kósmion), que significaba ser
respetable, honorable, ordenado, o bien vestido.
 
Una persona que se impone y es desconsiderada no
tiene condiciones para el liderazgo. Por lo general estos son
gente soberbia (Tito 1:7), que insisten siempre en tener la
razón, exigiendo que las cosas se hagan a su manera a
pesar de los hechos, circunstancias, necesidades o
sentimientos de las personas (1 Corintios 13:5). Estos
cuando llegan al liderazgo,, y son rudos en su
comportamiento y se resisten a las causas nobles sólo
porque a él no se le han ocurrido tales ideas. Por tal razón
Pablo hacía tanto énfasis en que los líderes fuesen personas
sin doblez (1 Timoteo 3:8), es decir, ni inconsecuente, ni
hipócrita en lo que dice.
 
Ocúpate y permanece en aquello que permitirá que tu
aprovechamiento sea notorio a todos.
El líder se forma en el campo, bajo el menosprecio de
los demás, bajo los ataques del oso y el león (1 Sam.
17:34-36). Es en la perseverancia y la sencillez donde se
aprende a pastorear, apacentar y amar a las ovejas, a tal
punto de exponer su propia vida por ellas. (Jn. 10:11). En
la actualidad hay quienes aspiran al liderazgo pero con
razones equivocadas, ya sea buscando beneficios
económicos (1 Tim. 6:10), o por alcanzar mayor fama o
popularidad (Mt. 6:1). Es por eso que los líderes jóvenes
deben ser educados adecuadamente, con tal de que no
cometan el mismo error que otros. Tengamos presente que:
1. Aspirar al ministerio por el solo hecho de que calculé
que mis ganancias aumentarían no es liderazgo, sino
negocio.
2. Aspirar al ministerio porque me hará una persona
conocida y popular no es liderazgo, sino Orgullo.
3. Aspirar al ministerio porque me dará dominio y
autoridad ante otros, no es liderazgo, sino dictadura.
 
Los líderes que entran al ministerio por las razones
incorrectas, serán los más propensos a convertirse en malos
líderes, mutiladores del cuerpo de Cristo. Pero ninguno
estamos exentos, todos somos vulnerables (Ecl. 9:11), y
estamos propensos a caer, de ahí que cada uno busquemos
siempre ayuda. Sin embargo, tal vulnerabilidad no significa
que debemos andar diciéndole a la gente en cuantas cosas
fallamos, eso lejos de ser humildad es más bien
incompetencia. Y todos sabemos que las personas no
desean líderes incompetentes, sino sobre todo, humanos,
que:
1. Antes de hablar primero piensen, analicen, aterricen la
idea, y luego actúen (Pr. 10:19; 12:18; 17:27; Ecl.
6:11)
2. Se reúsen a aceptar la inmediatez, pues, las cosas
deben planificarse bien, y entender que muchas veces
los grandes éxitos se dan a largo plazo (Lc. 12:28)
3. Mantenga a sus amigos cerca, pero a sus enemigos
más cerca aún (Mt. 5:44) 
4. Estén claros de que nada es blanco o negro, siempre
hay distintas formas para solucionar el problema. Por
eso, lo importante no es hallar una respuesta, sino
encontrar la mejor.
5. No restrieguen a la cara de los demás su liderazgo,
sino que sepan cuando dejar de ser líderes para que
otros crezcan (Lc. 22:24—27).
 
Cuando el líder persevera en el estudio de la Palabra de
Dios, la auto preparación y la comunión con Dios, tarde o
temprano se hará manifiesto su buen liderazgo. Pues, de
nada sirve tener muchas habilidades, y sin embargo haber
perdido la relación íntima con el Creador. Si nos esforzamos
en traer buena palabra a la Iglesia, nuestro mensaje no
regresará vacío (Is. 55:11), porque producirá fe en los que
la oyeren, y esa fe dará a luz el arrepentimiento, el
arrepentimiento acercamiento a Dios y el acercamiento a
Dios hará que se manifieste el Poder de su Gloria.
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Cuál es el paradigma de
un poderoso Liderazgo
Juvenil?.
 
Los líderes que multiplican líderes usan su propia
inteligencia, capacidad, destreza para multiplicar la
capacidad de las personas que le rodean. Un concepto
errado de líder multiplicador es que éstos se multiplican a sí
mismos en su organización o multiplican sus ideas para que
otras personas hagan lo que ellos quieran.
Liz Wiseman
Presidenta del Grupo Wiseman.
 
Todo líder reproduce un patrón de acuerdo a su
formación, crecimiento, cultura y reacciones antes los
distintos retos, y cosas que influyen en su vida. No
obstante, nadie puede perder de vista que el paradigma sin
discusión para el líder cristiano, es Cristo. Él no solo enseñó
un liderazgo de servicio, sino también uno de multiplicación
y expansión. No fue especial solo por ser el Hijo Unigénito
de Dios, pues, aquello que lo movió a convertirse en líder
fue lo que lo hizo aún más exclusivo. Su amor inigualable
por su pueblo, su pasión por los necesitados, su interés por
los marginados, su determinación de ignorar todo beneficio,
con tal de que otros fuesen beneficiados, todo ello, lo
convirtió en un ejemplo de liderazgo juvenil. ¿Pero cuáles
fueron esas cualidades que lo convirtieron en un hito del
liderazgo? En este capítulo analizaremos cada una de esas
actitudes que mostró Jesús a su temprana edad, con tan
solo como unos treinta años de edad, ya había impactado a
los de su época, incluso, hasta a los más ancianos de Israel.
 
 
Se presentó como un modelo en todo
Es evidente que Cristo fue un símbolo del verdadero
liderazgo, a tal punto que hasta el escritor de la carta a los
hebreos declaró: "puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de
él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal
contradicción de pecadores contra sí mismo, para que
vuestro ánimo no se canse hasta desmayar" (He. 12:2-3).
También Pablo, escribiendo a los colosenses aconseja: "Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 
Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste,
entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria" (Col. 3:2). Y que tal su osadía para con los de
Corinto, cuando les dijo: “Sed imitadores de mí, así como
yo de Cristo” (1 Co. 11:1). En cada uno de estos pasajes
queda suficientemente claro quién era el prototipo de los
creyentes del primer siglo.
 
Y esto es un principio de liderazgo, quien se desempeña
como líder, ya sea de un grupo grande o pequeño, no
debería exigir a sus discípulos determinadas actividades si
ellos mismos no son ejemplo. El líder primeramente hace, y
luego sus seguidores imitan. Pablo observó que por causa
de algunos creyentes, e incluso líderes inescrupulosos, el
Evangelio de Dios era blasfemado entre los gentiles. Y
lastimosamente aún este problema persiste en nuestros
días, muchos inconversos confiesan que no saben a qué
iglesia ir, porque algunos creyentes enseñan una cosa,
otros, todo lo contrario. Aunque nadie está justificado ante
Dios, la razón por la que un número considerable de
personas no acuda a Dios es el mal testimonio de algunos
falsos líderes.
 
 
Manifestó cualidades de un líder excepcional.
El equilibrio psicofísico de Cristo es notable en todos los
evangelios. Él mostraba autoridad sin dictadura, ternura sin
flojeras, verdad sin severidad, compasión sin lástima,
rectitud sin egoísmo, amor sin fingimiento, juicio sin
injusticia, espiritualidad sin fanatismo, conocimiento sin
arrogancia, humildad sin estima deteriorada, unción con
oración, y sin necesidad de publicidad logró ser fama sin
orgullo, un visionario sin ser soñador. Cristo con su ejemplo
nos enseñó que un pequeño desliz puede ser usado por
satanás para echar abajo el potencial espiritual y hacer
fracasar al líder. Ya sea una inmadurez, alguna ligereza en
cualquier asunto, problemas de carácter o gestos
inapropiados en personas que han conocido a Dios.
 
El Apóstol Pedro, habiendo sido un ejemplo de fe y
santidad, mientras ministraba en Galacia, a causa del temor
a los judíos protagonizó una de las escenas más hipócritas
de la Biblia.  Tal fue su error que con su simulación manchó
su reputación, y arrastró a otros santos de la iglesia en su
hipocresía (Gálatas 2:11–14). Yoccou, hablando a los
pastores declara una gran verdad, que debe tenerse como
un parámetro medidor en los líderes de jóvenes, según él:
La figura del pastor está unida a la santidad, al temor de
Dios, a la conducta de veracidad, etcétera; y cuando
estas cualidades esenciales se dañan, nos quedamos con
la persona pero no con el liderazgo. Pablo exhortaba a
los cristianos a “vivir delante de Dios” (2 Corintios 4:2;
7:12) por el respeto que significaba el llevar su nombre.
[25]

 
Todo líder debe ser capaz de retar a sus seguidores a
imitarle, así como Pablo lo hacía (1 Co. 11:1; 1 Ts. 1:6), y
como Juan lo exhortaba (1 Jn. 2:6). Aún el mismo Cristo
señaló la necesidad de aprender de él (Mt. 11:29), porque
É
su ejemplo es inigualable. Él es y seguirá siendo el
paradigma a seguir por todos los siglos. A pesar de que se
hizo hombre, jamás dejó de ser Dios. Sus hábitos
devocionales fueron tan impresionantes, que su disciplina
en la lectura de la ley, en la oración (Lc. 4:42; 6:12; 22:41-
44; 23:34; 23:46), marcó un hito en la historia de Israel.
También Jesús fue un gran intercesor, intercedía en oración
por amigos (Lc. 22:31-32; Jn. 17) y también por enemigos
(Lc. 23:34), por los niños (Lc. 18:15-17; Mt. 19:13-15), por
judíos, pero también por extranjeros (Lc. 17:11-19) ¿Puede
alguien pretender hallar prosperidad en su vida personal o
ministerial prescindiendo de la oración?
 
Proveyó las llaves para abrir puertas en medio de la
oposición.
Al escudriñar la Palabra de Dios nos percataremos que
todos los líderes tuvieron que enfrentarse al fenómeno de la
oposición. La oposición puede manifestarse: (a) Por medio
de nuestros familiares; (b) A través de nuestros amigos
(Job 16:20; 19:19); (c) Puede venir de nuestros
colaboradores en el ministerio (Stg. 1:13-14). Ésta siempre
aparece como un obstáculo para estorbar nuestra visión.
Pero aunque viene de satanás, es permitida por Dios para
nuestro provecho. La oposición se puede manifestar de
muchas maneras, y una de ellas es la crítica y burla. No es
un secreto que los líderes continuamente serán el centro de
muchas críticas y burlas, pero es necesario que aprendamos
a encararlas de manera positiva, porque:
1. Todos los líderes debemos chocar con ellas: Ni los
buenos ni los malos, ni los jóvenes ni los ancianos
pueden escapar de la crítica. Aun los más grandes
hombres y mujeres están expuestos al ojo y la lengua
crítica. Jesús dijo: ¡Ay de vosotros, cuando todos los
hombres hablan bien de vosotros! Porque así hacían
sus padres con los falsos profetas (Lc. 6:26). Si el
cristiano vive como debe, Satanás lo combate con la
crítica.
2. Es el termómetro de nuestro liderazgo: Si
descaradamente hacemos mal, nos criticarán con
razón. Pero si somos intachables, quienes se levanten
en nuestra contra serán avergonzados. María y Aarón
estaban disgustados porque Moisés se había casado con
una cusita. Tal vez se trataba de Séfora, hija de Jetro
(Ex. 2:16; 4:25; Jue. 1:16; 4:11; Hab. 3:7). Pero a
causa de la actitud intachable de Moisés, que dejó la
cuestión en las manos de Dios, tuvo éxito, y fue
respaldado por Dios. Siempre habrá gente que no le
gustará que triunfes, por eso te criticarán hasta verte
turar la toalla. Así que depende de ti si permaneces
firme o te derrumbas antes la oposición. Permite que
Dios sea su "abogado defensor", como bien alienta el
salmista: “No te impacientes…confía en Jehovah y él
hará” (Salmo 37).
 
Jesús como máximo líder tuvo que enfrentarse a la
oposición, y tal fue así, que leemos el testimonio del
escritor de la carta a los Hebreos que dice que fue tentado
en todo, pero no se halló mancha en él (He. 4:14). En los
Evangelios se registraron siete tipos de oposición que tuvo
que enfrentar y vencer Cristo para lograr el cumplimiento
del propósito redentor de Dios en la cruz del Calvario: (a)
Tentación (Mt. 4:1-11); (b) Rechazo (Lc. 4:16-30; Jn. 7:5);
(c) Ofertas (Jn.6:15; Jn. 12:20-26); (d) Incomprensiones
(Lc. 19:41-44); (e) Soledad (Lc. 22:39-46); (f) Injusticia
(Mr. 15:1-15); (g) Sufrimientos (Mr. 15:16-36). Pero el
siempre entendió que la oposición era permitida por el
Padre con un triple propósito:
a. Renovar nuestro carácter y conducta a la imagen de
Cristo. (1Ped. 2:21-25)
b. Despertar etros una pasión por la visión de Dios. (2Cor.
12:15)
c. Demostrar al infierno y a los hombres nuestra identidad
en el Reino de Dios (Rom. 8:32-39). Así que si
logramos vencer la oposición, ya tendremos parte de
nuestra lucha ganada. ¿Pero con qué se vence la
oposición?
1. Con trabajo en equipo: Es de vital importancia que
entendamos que sin unidad se mantienen un equipo,
por lo que como líderes, debemos tratar de mantener la
unidad y la paz. (Mt 5:9). Es lo tal motivo que pablo
insistía tanto a los creyentes en la unidad (1 Co 1:10;
Col 2:2).
2. Con la mira puesta en Dios: El líder no debe mirar las
circunstancias adversas sino concentrarse en la visión
de Dios (2 Co. 4:16-18; Col. 3:1-4; He. 12:1-3).
3. Con una postura de rechazo a toda manipulación
satánica: El líder debe mantener la renovación de sus
pensamientos conforme a las promesas de Dios (Mt.
16:21-23; Ef. 6:16-18: 2 Co. 10:3-5)
4. Con una comunión íntima con el Espíritu Santo: El líder
debe diariamente tener un encuentro vivificador con
Dios, y tiempos periódicos de búsqueda con sus
colaboradores (Mr. 1:35; Lc. 22:39-44; 1 Tes. 5:16-19)
5. Con autoridad espiritual: El líder debe desafiar y
doblegar al infierno usando sus armas espirituales
poderosas en Dios (Mt. 4:1-11; Lc. 10:18-19; Ro.
16:20).
6. Con perseverancia: El que persevere vencerá
definitivamente (Stg. 4:7 en comparación con Mt. 4:11)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Es tiempo de cumplir
nuestra asignación
 
“El día que aceptes la mediocridad en las cosas pequeñas,
estarás condicionándote para aceptarla en las cosas más
grandes”
 
Algunas estadísticas advierten que los más propensos a
cometer errores son aquellos que cuentan con la mayor
preparación, como para no cometerlos. Otras estadísticas
aseguran que solo están exentos de cometerlos aquellos
que no se arriesgan. Ahora bien, los líderes más
prominentes de la historia humana han sido gente
altamente arriesgada. De ahí sus no pocos tropiezos y
fracasos en algunas ocasiones. Pero lo que marcó la
diferencia    y los hizo alcanzar el éxito fue que jamás se
detuvieron, siguieron adelante a pesar de los retos.
Nuestros errores no deberían condicionar el liderazgo que
llevamos a cuesta, pues, los arriesgados se equivocan
mucho, y aquellos que atienden muchas personas, se
equivocan aún más. En este último capítulo, aunque no
estaremos enseñando directamente sobre los errores o
equivocaciones, si estaremos presentando unos últimos
apuntes de liderazgo y para ello presentaré tres mágicas
tareas que te facilitarán lograr tener un liderazgo juvenil
efectivo.
 
Construye relaciones sólidas
Jesús fue quien mayor ejemplo nos dio en cuanto al
liderazgo. Durante su ministerio terrenal, invirtió gran parte
de su tiempo en conocer a plenitud a sus seguidores, y
siempre estuvo atento a cada detalle, por ejemplo: (a)
Cuando vio que había disputas entre ellos por posición les
corrigió (Lc. 22:26); (b) No se ausentó en momentos de
tristeza (Jn. 11:21, 23); (c) No rechazó la invitación de
aquel que estaba de bodas (Jn. 2:2); (d) Apoyó a Pedro
cuando su suegra enfermó (Mt. 8:14). Jesús conocía que
todo líder debe saber que siempre debe dar lo mejor de sí.
Geoffrey Canadá, quien es Presidente y Director Ejecutivo
de Harlem Children´s Zone lo enseña de esta manera: “El
líder tiene que batear al 100% y debe estar presto a estar
en la línea más alta del Juego. No debe pensar que puede
salirse con la suya aunque solo sea por una vez.”[26] Ahora
bien, peor cómo se logra construir este tipo de relaciones
con los subordinados. Bueno, Steffen ofrece algunos puntos
de vistas basadas en su vivencia personal:  
Cultivar relaciones sólidas requiere de cierto tipo de
personas y de herramientas específicas para estudiar
detalladamente la cultura anfitriona. Cuando fui a las
Filipinas, llevé una serie de herramientas típicas que
había adquirido durante mis años de capacitación en la
plantación de iglesias; no obstante, al poco tiempo
comprobé que muchas de ellas no me servían para la
tarea que debía realizar. Aprendí que el uso de
herramientas inadecuadas podía perjudicarme no
solamente a mí, sino también a quienes procuraba
alcanzar con el evangelio. De alguna manera, tenía que
adquirir herramientas mejores que me ayudaran a
comprenderme mejor a mí mismo, comprender al
equipo, a las culturas antiguas de la Biblia y a aquellos a
quienes debía llevar el mensaje del evangelio.[27]
 
Así que todo líder es retado a aplicar las estrategias y
herramientas que funcionen en su radio de acción. Es por
ello que les proporcionaré algunos instrumentos bíblicos
aplicables en todos los tiempos y culturas:
1. Selecciona gente capacitada que puedan abordar las
cosas difíciles por tí, mientras usted sigue adelante en
su visión (Ex. 18: 20-22)
a. ¿Actualmente qué rumbo tomaría tu ministerio si algo
malo te sucediera?
b. ¿Qué plan acción podrías elaborar para resolver los
problemas que se generarían si fastas? (2 P. 1:15)
2. Prepara gente que tenga la capacidad y habilidad para
sustituirte cuando sea necesario.
a. Con alto sentido de lealtad
1) Quien posee gran preparación, pero es dado a
emitir comentarios desfavorables sobre tu
manera de trabajar sería un peligro para ocupar
tu lugar.
2) Quien tiene varios puntos fuertes en el liderazgo,
pero tiene tendencia de hacer grupos o crear
pequeñas divisiones es un peligro potencial si
ocupara tu lugar. 
3) Una persona que siempre ha querido tu puesto
es un gran peligro. (La promoción se debe
esperar, no provocar)
4) Una persona altamente calificada, y preparada
pero con problemas de sujeción es un peligro
inminente.
b. Que esté presto para aprender todo el tiempo, es
decir, que sea enseñable.
1) Una persona que cree que lo sabe todo no es
enseñable.
2) Una persona que le cueste trabajo estudiar no es
enseñable.
3) Un apersona que no obedezca a lo que le
enseñas no es enseñable.
c. Que posea un código visible de Honestidad e
integridad.
d. Que Posea un elevado concepto familiar
 
Los miembros de la iglesia local deben no solamente
comprender el propósito del porqué existen, sino cómo
pueden contribuir con sus habilidades y aptitudes al
cumplimiento de su misión. Poseer una visión global de
expansión del Evangelio constituye el cimiento para un
movimiento de plantación de iglesias.
 
Combate doctrinas y costumbre destructivas a
tiempo.
Tal y como lo hizo Jesús cuando se percató que sus
discípulos discutían por liderazgo, todo líder debe ser hábil
al combatir cualquier cizaña que trate de introducirse en su
campo ministerial. Esta es la razón por la que Pablo prestó
especial atención a este asunto, y le escribe a su hijo
espiritual Timoteo, en su primera carta que se opusiera
diligentemente a estos falsos maestros (1:3; Tito 1:9). No
es un secreto que en la actualidad algunas congregaciones
permiten y apoyan costumbres que manchan las vestiduras
de la novia del Cordero, tales como el adulterio,
homosexualismo, avaricia, etc (1 Ti 1:10; 2 Ti 4:3).
Fijémonos cuán importante es identificar a los falsos líderes
en nuestras congregaciones, que si nos descuidamos y
permitimos que estos ganen terreno en nuestras iglesias, e
introducen doctrinas de demonios que alejen a la
congregación de la verdadera palabra de Dios, entonces
cuando estemos en la presencia del Padre, tendremos que
rendir cuenta ante él sobre esto (Ap. 2:14-15). Ah, pero
para lograr combatir doctrinas y costumbres negativas
debes ganarte la admiración y respeto de tus seguidores y
para ello:
1. Debes evitar que se sientan en Anonimato: Sentirse
invisible, que no notas la presencia de ellos o de su
trabajo, o que simplemente sientan que ellos no te
interesa, que solo te importa el trabajo que realizan.
2. Debes evitar que se sientan irrelevantes
3. Debes evitar que ellos sientan que su trabajo para ti es
inmedible: O sea, no midas ni evalúes lo que ellos
hacen, o que no reconoces el esfuerzo de ellos. 
4. Tómate el tiempo de conocerles todo lo que puedas. No
podemos ser líderes para Cristo sin conocer a los que
trabajan con nosotros y para nosotros.
5. Motívales a realizar trabajos que los haga sentirse que
tienen algún motivo para hacerlos, es decir, cosas que
obviamente sean importantes, porque benefician a los
demás y a ellos mismos. No podemos ser líderes para
Cristo sin ayudar a los que trabajan con nosotros y para
nosotros a conectarse con el servicio a los demás.
6. Evalúa las cosas que hagan aquellos que trabajan para
ayudarte y reconoce el esfuerzo de ellos. No podemos
ser líderes para Cristo sin darles la oportunidad a los
que trabajan con nosotros y para nosotros de
comprender la magnitud e importancia de su
contribución.
 
Es de crucial importancia que con mucha diligencia y
autoridad, nos opongamos a cada uno de los retos aquí
presentados, y arranquemos de raíz a los falsos líderes y
sus influencias diabólicas (2 Tim. 1:13; Tit. 2:1). Por lo
tanto, hagamos lo que nos corresponde a cada uno desde
nuestros respectivos lugares, ya sea que seamos pastores,
evangelistas, misioneros, profetas, maestros, diáconos.
Cada uno, según su llamado, cumplamos nuestra misión en
el cuerpo de Jesús. Los malos líderes generan incontables
estragos a la Iglesia, de hecho, el Apóstol Pablo nos reveló
al algunos ocasiones se vio forzado a tomar medidas
drásticas (Tito. 1:11). Porter comenta que:
…Se les puede callar por medio de un liderazgo ejemplar
que demuestre claramente frente a la sociedad la clase
de vida que Dios quiere producir en ellos: una vida
transformada; una luz en medio de un mundo
caracterizado por andar en tinieblas…Estos falsos
maestros entraban a la casa con mensajes falsos.
Presentaron un mensaje centrado en cómo el hombre
puede satisfacer por su propio esfuerzo las demandas de
Dios. Siendo su mensaje una enseñanza falsa, no
convenía proclamarlo. Sin embargo, ellos se dedicaban a
hacerlo. Un motivo de estos falsos maestros era
económico. Se enriquecieron a expensas de las
necesidades espirituales de los oyentes. Se interesaban
más en la ganancia personal que en el bien de quienes
les pagaban.[28]
 
También observamos que en la Iglesia de los Corintios
estaba sucediendo uno de los peligros más amenazadores
para la Iglesia de Dios, se trataba desordenes en la
ministración de los dones. Pero la manera de Pablo
contrarrestar este problema fue estableciendo orden y
enfatizando en la necesidad de cuidar la salud espiritual del
rebaño. Como cuando escribe en su primera carta a los
Corintios (1 Co. 13:1-13), que de nada servían estas cosas
si se olvidaba el amor. De igual manera enseñó a los
tesalonicenses (1 Tes. 5:23), enfatizándoles que la única
manera de ver a Jesús y compartir con él era mediante la
entera santificación. Esta es la única herramienta para
poder destruir completamente los planes perversos de los
falsos líderes.
 
Jamás incurras en abuso de autoridad.
Existen incontables ejemplos de líderes que con sus
labores del liderazgo han recibido no pocos sufrimientos,
producto de la oposición, de los errores o de una prueba
divina. Esto se debe a como bien lo observa Yoccou, que:
“El mismo hecho de que Dios nos haya separado para el
liderazgo nos aísla, y muchas veces vivimos un ambiente de
soledad (Jr. 37:14–21)”[29] (1991, 155). Pero no da lugar a
que algunos pastores, maestros u otros ministros, sientan
que puedan maltratar a los hermanos. Tal mal ejemplo lo
dio el rey Saúl que como bien observa Wright:
A pesar de su victoria sobre los filisteos, el liderazgo de
Saúl fue abusivo, reconocido incluso por su hijo
Jonathan (1 Sam. 14:24–35). David abusó de su
autoridad para cometer adulterio y homicidio (2 Sam.
11:1–27). Jeremías denunció la corrupción de los
profetas y sacerdotes (Jer. 5:26–31; 6:13–15). Cristo
enfrentó a los fariseos por desviar al pueblo con su
legalismo (Mt. 23:1–33). Pablo respondió enérgicamente
a los gálatas, quienes habían sido alejados de su libertad
en Cristo por falsos maestros (Gá. 1:6–9; 2:4–5). Juan
advirtió a su amigo Gayo de los abusos de Diótrefes (3
Jn. 9–11).[30]
 
En la Iglesia de Cristo, los ministerios cambian, el
liderazgo cambia, las libertades políticas para el servicio
cambian, diferentes necesidades y dones que surgen en el
campo misionero pueden requerir estudio adicional, las
necesidades de la familia misionera y de la educación de
sus hijos también cambian. Motivo por el cual debemos ser
muy cuidadosos, que estos constantes cambios nos afecten
para mal. Por eso, como todo a nuestro alrededor puede
cambiar, nosotros también debemos cambiar nuestra
mentalidad, y la forma la forma de hacer las cosas. Pero sin
cambiar la esencia de lo que somos, hijos del Padre
celestial.
El abuso espiritual por líderes religiosos es aún peor de
lo que se describe anteriormente, pero ¡ay de la
congregación que apaciblemente acepta el error y sigue
tras los apóstoles falsos! Por otro lado, el pastor legítimo
y consagrado al Señor no debe ser el objeto del abuso
de la congregación. Al mismo tiempo debe proteger a su
congregación contra los falsos líderes que la pueden
dañar y destruir.[31]
 
Para ser líder, es necesario que los liderados estén
sujetos, pero tal sujeción jamás debe ser lograda por medio
de la manipulación intimidación del líder. Un líder guiado por
el Espíritu Santo ejercerá bien el liderazgo, ganándose un
grado honroso y mucha confianza en la fe de sus seguidores
(1 Timoteo 3:13).
 
 
 
Conclusión
El desconocimiento o descuido de las cualidades a
desarrollar como líderes espirituales han provocado el
derrumbe de muchos ministerios. Esto ha causado parálisis
en la extensión del Reino de Dios. Si alguno tiene un
servicio que es útil a la iglesia de Cristo, debería buscar que
Dios provea ese servicio con una unción especial, para que
ninguna obra en el cuerpo de Cristo tenga que hacerse en
fuerza meramente humana. La falta de preparación le quita
a corto o largo plazo la efectividad del liderazgo, cada vez
serán mayores los retos, se necesitan recursos mentales,
físicos y espirituales para poder llevar el liderazgo. Si eres
uno de los tantos líderes que existen que desean que el
Espíritu Santo haga tu voluntad es necesario que entiendas
que el poder, la unción, los dones, y la prosperidad viene
solo de parte de Dios y no para uso personal, sino para
beneficio de toda la iglesia, e incluso para la salvación de
los que aún no le conocen. Por lo tanto como le dijo Pablo a
Tito
 
Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas
con firmeza, para que los que creen en Dios procuren
ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y
útiles a los hombres. (Tito 3:8).
 
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te agradecería que dejaras tu comentario en Amazon y una
valoración justa, pues así los algoritmos de la plataforma
harán que el libro llegue a más personas y la palabra de
Dios llegue a otros horizontes. Ruego al Padre que su gracia
y Amor sobreabunden en tu vida y que puedas cumplir todo
aquello para lo cual fuiste llamad.   
 
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y ánimo en el arte de liderar personas de Dios. Miami,
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