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Contenido

LA ARMADURA
DEDICACATORIA
INTRODUCCIóN
EFESIOS 6:10-20
1. La potencia de su fortaleza
2. Toda la armadura de Dios
3. Una batalla espiritual
4. El día malo
5. La cintura de verdad
6. La coraza de la jus cia
7. El evangelio de paz
8. El escudo de la fe
9. El casco de la salvación
10. La espada del Espiritu
11. Orando en el Espiritu
12. Embajador en cadenas
SOBRE EL AUTOR
AGRADECIMIENTOS
LA ARMADURA
DE DIOS

¡Estrategias de guerra espiritual


para liberar a los cau vos!

PETER CANNON
La Armadura de Dios

Copyright © 2019 Genesis Press


Visalia, Calif.
www.genesispress.net

Todos los derechos reservados


ISBN: 9781709203107
Todas las citas bíblicas son de la versión Reina Valera An gua a menos que se indique lo contrario.

Las citas escritas marcadas (NVI) se toman de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc. ™ Usado con
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permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

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permiso de Tyndale House Publishers, una división de Tyndale House Ministries, Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

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Fotos de portada: Escudo romano “Scutum,” espada “Gladius,” casco “Galea” del centurión; Contraportada: Coraza romana pica y otra armadura
DEDICACATORIA
Este libro está dedicado a los hombres y mujeres en las cárceles
y prisiones en todo el mundo. La idea de este libro surgió de las
repe das solicitudes de los encarcelados en una cárcel en el valle
San Joaquín en California para un estudio, o más información
sobre Efesios, Capítulo 6. Hoy día, muchos encarcelados enfrentan
batallas espirituales severas, sin éndose derrotados y deprimidos
por ser cau vos del pecado.
¡Pero la buena no cia es que Jesús ha venido a liberar al
cau vo! El pasaje en Efesios 6:10-20—el capítulo de “La armadura
de Dios”—parece tener un lugar especial en los corazones de
hombres y mujeres que están encerrados, pero que intentan
cambiar sus vidas. Parece haber algo sobre el concepto espiritual
de luchar contra Satanás y el ejército del mal, que resuena
fuertemente con aquellos familiarizados con el conflicto a nivel
humano.
Aunque este libro fue escrito teniendo en mente a los reclusos
de las cárceles y prisiones, las ideas básicas se aplican a todos
nosotros. Después de todo, ¿no hemos sido todos cau vos del
pecado en el pasado? O tal vez sigues tu cau vo de algún po de
pecado. ¡Espero que este libro sea una inspiración a el que lo lee,
para conver rse en un EX cau vo del pecado! ¡Ponte la Armadura
de Dios!
INTRODUCCIóN
El ejército romano fue el más temido en todo el mundo
an guo durante varios cientos de años. ¿Por qué? Porque sus
tác cas de batalla eran insuperables. Además, el soldado romano
estaba muy bien equipado en comparación con los soldados de
muchos otros países o regiones. Todos los soldados romanos
entraron en batalla con un casco, o Galea, picamente de bronce
por fuera y cuero por dentro.
Muchos otros ejércitos estaban peor equipados. El escudo
romano, o Scutum, se usó de varias maneras muy efec vas. Podría
usarse para protegerse contra flechas, lanzas y golpes de espada.
Los escudos podrían enclavarse en una técnica conocida como
testudo, o formación de tortuga, con escudos unidos en el frente y
en la parte superior para una protección adicional.
La espada corta romana, el Gladius, fue una de las armas más
efec vas de la historia. La sección de la cuchilla medía solo unas
24 pulgadas de largo y era especialmente efec va en el combate
cuerpo a cuerpo. El Gladius era el arma ofensiva principal u lizada
por el soldado romano.
El apóstol Pablo usa la analogía de la armadura para describir la
intensa batalla espiritual que enfrentaron los cris anos en el
primer siglo; Por extensión, los cris anos de hoy en día también se
enfrentan a batallas similares. Pablo estaba usando esta
ilustración, porque los miembros de la iglesia del primer siglo
estaban bien familiarizados con el po de armadura y armas
u lizadas por el soldado romano. Al hacerlo, Pablo esperaba
animar a los creyentes a estar completamente armados para sus
batallas diarias para enfrentar los trucos del diablo.
¡Espero que quienes lean este libro se pongan toda la armadura
de Dios para pelear la batalla espiritual contra el enemigo y vivir la
vida cris ana victoriosa!
EFESIOS 6:10-20
10 Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la
potencia de su fortaleza.
11 Ves os de toda la armadura de Dios, para que podáis estar

firmes contra las asechanzas del diablo.


12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra

principados, contra potestades, contra señores del mundo,


gobernadores de estas nieblas, contra malicias espirituales en
los aires.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis

resis r en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.


14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y

ves dos de la cota de jus cia.


15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz;
16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis

apagar todos los dardos de fuego del maligno.


17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que

es la palabra de Dios; (NVI)


18 Orando en todo empo con toda deprecación y súplica en el

Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por


todos los santos,
19 Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi

boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,


20 Por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente

hable de él, como debo hablar.


1. La potencia de su fortaleza
“Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor,
y en la potencia de su fortaleza.”
-Efesios 6:10

¿Cómo puedo ser fuerte, cuando a veces me siento tan débil,


espiritualmente hablando? Muchas personas hoy día, incluidos
muchos cris anos, todavía viven una vida de derrota y depresión.
Siguen intentando superar diferentes pos de pecado en sus vidas,
y fracasan, vez tras vez. El apóstol Pablo describe esta esclavitud al
pecado en el libro de Romanos:

“Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley
de mi espíritu, y que me lleva cau vo a la ley del pecado que está
en mis miembros.” (Romanos 7:23)

La buena no cia es que Jesús ha venido para liberarte:

“El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para
dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los
quebrantados de corazón; Para pregonar a los cau vos libertad,
Y a los ciegos vista; Para poner en libertad a los quebrantados.”
(Lucas 4:18)
Entonces, sabemos que Dios quiere liberarnos del cau verio del
pecado. Sabemos lo que debería estar sucediendo en nuestras
vidas. Pero, ¿cómo nos llegará esta libertad espiritual? ¿Cómo
puedo ser lo suficientemente fuerte como para vencer el pecado
en mi vida? En primer lugar, debemos entender lo que significa ser
“fuerte.” Observe que la exhortación de Pablo en Efesios 6:10 dice
que es fuerte “EN EL SEÑOR.” Esto significa que no podemos hacer
las cosas por nuestro propio poder. Necesitamos pedirle a DIOS
que nos dé poder. Por ejemplo, Zacarías 4:6 nos dice:

“…No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho


Jehová de los ejércitos.”

No podemos tener victoria espiritual en la vida, con todas sus


pruebas y tribulaciones, a menos que permitamos que Dios guíe
nuestro camino, a través del poder y la unción del Espíritu Santo.
En el An guo Testamento, leemos historia tras historia de cómo
Dios dio poder y unción a los ejércitos judíos “débiles” con
ejércitos superados en número, para permi rles derrotar a un
enemigo mucho más poderoso. Uno de los ejemplos más
conocidos es la historia de David y Goliat, que se encuentra en el
libro de 1 Samuel, capítulo 17. Esta historia merece otra mirada,
pero desde el punto de vista de la guerra espiritual, además de la
estrategia que usó David para vencer a un enemigo mucho más
fuerte (en fuerza bruta). La historia comienza en el versículo 4:

“Salió entonces un varón del campo de los Filisteos que se puso


entre los dos campos, el cual se llamaba Goliath, de Gath, y tenía
de altura seis codos y un palmo.” (1 Samuel 17:4)

Goliat se describe como un “campeón.” La palabra hebrea para


campeón es ‫( הַ בֵּ ַ֙ני ִ֙ם‬habbênayim) y significa “un hombre entre dos
campos.” [1] Esta descripción especial pertenecía a un guerrero
“que no luchó en las filas como un soldado ordinario, pero salió al
espacio entre los ejércitos hos les para desafiar al hombre más
poderoso de sus enemigos a venir y luchar contra él .” [2]
Por lo tanto, Goliat tenía la costumbre de desafiar e in midar a
los soldados de los ejércitos enemigos. Y esta estrategia
aparentemente era efec va:

“Y oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del Filisteo,


conturbáronse, y tuvieron gran miedo.” (v. 11).

Los gigantes que enfrentamos en la vida


¿Cuántas veces en nuestro caminar cris ano tenemos la misma
experiencia? ¿Cuántas veces viene un gigante para desafiarnos e
in midarnos, dejándonos temblando de miedo? Puede ser un
gigante de las finanzas, cuando aparece una factura grande
inesperada, y nos preguntamos cómo vamos a pagarla. Puede ser
un gigante de problemas legales, cuando nosotros o un miembro
de nuestra familia somos arrestados o encerrados, y nos
preocupamos por nuestro futuro o el futuro de nuestros familiares
queridos. Puede ser el gigante de las relaciones, cuando estamos
desesperados por una separación o divorcio. Y muchos de
nosotros nos enfermamos de preocupación, preguntándonos qué
pasará con los niños.
Finalmente, puede ser un gigante de la depresión, lo que lleva a
algunas personas a perder su voluntad de vivir. Este terrible y
opresivo gigante nos amenaza, burlándose de nosotros en la forma
en que Goliat desafió a David:

“…y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis


nuestros siervos y nos serviréis.” (v.9)

Y esto es lo que estos gigantes simbólicos quieren hacer a


nosotros: conver rnos en sirvientes o esclavos. Pero,
afortunadamente, servimos a un Dios que es mucho más poderoso
que estos gigantes opresivos, ¡SI clamamos al Señor! El problema
es que muchos de nosotros estamos tan paralizados por el miedo
que nos olvidamos de invocar al Señor. El Salmo 18:3 nos dice:
“Invocaré a Jehová, digno de ser alabado, Y seré salvo de mis
enemigos.”

Entonces, antes que nada, necesitamos vencer nuestro miedo e


clamar al Señor en oración. Y si lo hacemos, Dios nos dice que
seremos salvos de nuestros enemigos. Ahora, Dios puede escoger
salvarte de una manera que no esperabas. Pero él te salvará, de
alguna manera. Pero volvamos a la historia de David y Goliat. La
descripción de Goliat es realmente impresionante, especialmente
la armadura que usa:

“Y traía un almete de acero en su cabeza, é iba ves do con


corazas de planchas: y era el peso de la coraza cinco mil siclos de
metal: Y sobre sus piernas traía grebas de hierro, y escudo de
acero a sus hombros. El asta de su lanza era como un enjullo de
telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro: e iba
su escudero delante de él.” (v. 5-7).

Entonces, Goliat tenía un casco; una gruesa capa de malla de


latón para proteger su pecho; grebas de latón para proteger sus
piernas; y solo la punta de su lanza de hierro pesaba seiscientos
siclos, equivalente a unas 25 libras. ¡Agregue esto al peso de la
cota de malla de 5,000 shekels, que es de aproximadamente casi
70 kilos! ¡Imaginate llevar tanto peso total! Vimos antes que Goliat
era muy alto, ya que “tenía de altura seis codos y un palmo.” (v.4)
¡Esto es como 9 pies, 9 pulgadas de alto! Realmente espantoso!
Pero David, solo un jóven en ese empo, era el único israelita
que no tenía miedo de Goliat. Él dijo, al escuchar los insultos de
Goliat:

“…¿quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque a los


escuadrones del Dios viviente?” (v. 26).

Verán, a veces, no nos damos cuenta de cuánto poder tenemos


en realidad como hijos de Dios nacidos de nuevo. Si pudiéramos
aprender a usar todas las armas de la Armadura de Dios descritas
en este libro, estaríamos viviendo victoria tras victoria, en lugar de
derrota tras derrota. Después de que David dijo esto, su hermano
lo atacó verbalmente de inmediato:

“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos


hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué
has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas
en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón,
que para ver la batalla has venido. (v. 28)

Atacados por la familia


No te sorprendas si tus amigos, o incluso los miembros de tu
propia familia, lo atacan por atreverse a tener fe para confiar en
Dios en medio de la batalla. No los odies; no reacciones con ira;
¡simplemente con núe mostrando el amor de Dios y orando y
luchando espiritualmente, como Dios lo llamó, hasta que se gane
la victoria! Incluso cuando el Rey Saúl escuchó que David, apenas
un jóven, tenía la intención de luchar contra el poderoso Goliat,
trató de convencerlo de que retrocediera:

“Y dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel Filisteo, para


pelear con él; porque tú eres mozo, y él un hombre de guerra desde
su juventud. Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor en las
ovejas de su padre, y venía un león, ó un oso, y tomaba algún
cordero de la manada, Y salía yo tras él, y heríalo, y librábale de su
boca: y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada,
y lo hería y mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba;
pues este Filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha
provocado al ejército del Dios viviente.”(v. 33-36).

Ten en cuenta que David no se desanimó incluso después de


que su propio rey trató de disuadirlo. Si Dios pone en tu corazón
orar por algo o alguien, seguir una meta o un sueño, luchar contra
los demonios que vienen contra y contra los demás, ¡SIGUE
ORANDO! También es importante tener en cuenta que había una
razón para la confianza de David. Había sido pastor, protegiendo
las ovejas de su familia. En varias ocasiones en el pasado, David
había usado una honda y una piedra para correr y/o matar a
leones y osos, animales verdaderamente poderosos y feroces.
David razonó, correctamente, que ya que había tenido éxito en el
pasado contra estos animales, también debería ser capaz de
derrotar a Goliat.

Las victorias pequeñas aumentan la fe


A veces el Señor nos prepara para una batalla importante,
dándonos pequeñas victorias en batallas anteriores. Todo esto
sirve para aumentar nuestra fe. Cuando hemos visto a Dios sanar,
o contestar oraciones en el pasado, todos estos éxitos pasados
aumentan nuestra confianza y fe, y a su vez, pueden ayudar a
alentar a quienes nos rodean. Quizás Dios te está llamando a
animar a otros, a levantarlos en su empo de prueba. Sea lo que
sea que el Señor te llame, sé obediente y él te bendecirá
ricamente.
Después de que Saúl supo de los éxitos anteriores de David
contra leones y osos, aparentemente se convenció, porque dijo:
“Ve, y Jehová sea con go.” (v. 37). Pero Saúl todavía quería que
David peleara de la manera tradicional, y ofreció su propia
armadura:

“Y Saúl vis ó a David de sus ropas, y puso sobre su cabeza un


almete de acero, y armóle de coraza. Y ciñó David su espada sobre
sus ves dos, y probó a andar, porque nunca había probado. Y dijo
David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo
prac qué. Y echando de sí David aquellas cosas...” (v. 38-39).

Ten en cuenta que David no estaba acostumbrado a usar


armadura pesada. Cuando se había enfrentado a leones y osos, su
única arma era la honda y las piedras. Esto lo liberó para ser móvil,
para moverse rápidamente de un lugar a otro para encontrar el
lugar correcto desde el cual lanzar una piedra para matar o herir
los animales peligrosos. Entonces, David se quitó la armadura de
Saúl. Esta es una lección importante: Cuando peleamos una batalla
espiritual, no podemos hacerlo por medios humanos, carnales. Si
una persona está enojada con nosotros, no venceremos su enojo
al enojarnos nosotros mismos. No les gritamos a ellos.
Esto es como usar la armadura de Saúl. Esto simplemente nos
arrastra y nos impide tener una verdadera victoria. Cuando otros
nos gritan con ira, oramos por ellos. Si necesitamos decir algo, que
nuestras palabras sean amables y pocas: “Sin leña se apaga el
fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la con enda.” (Proverbios
26:20). No agregue gasolina al fuego: nuestra lucha no está a nivel
de gritos, es espiritual. Entonces, David armado solo con una
honda, piedras y un bastón de pastor, o un palo, fue a encontrarse
con Goliat:

“Tomó su cayado en su mano, y escogióse cinco piedras lisas del


arroyo, y púsolas en el saco pastoril y en el zurrón que traía, y con
su honda en su mano vase hacia el Filisteo. (v.40).
Y después de que David soportó los insultos de Goliat, tuvo esta
respuesta:

“Entonces dijo David al Filisteo: Tú vienes a mí con espada y


lanza y escudo; mas yo vengo a en el nombre de Jehová de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones (ejércitos) de Israel, que tú has
provocado.” (v. 45)

En este versículo, vemos un ejemplo perfecto de la diferencia


entre la guerra a nivel humano, carnal y la guerra espiritual. Goliat
vino contra David con armas ordinarias como una espada y una
lanza; David vino a la batalla en el NOMBRE DE DIOS DE LOS
EJÉRCITOS. David con núa diciendo:

“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré


tu cabeza de : y daré hoy los cuerpos de los Filisteos a las aves del
cielo y a las bes as de la erra: y sabrá la erra toda que hay Dios
en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con
espada y lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os entregará
en nuestras manos.” (v. 46-47)

La batalla es del Señor


“La batalla es del Señor” debería ser un himno que repe mos
en la oración. Si entramos en la lucha armados con la Armadura
ESPIRITUAL de Dios, ¿cómo podemos perder? Romanos 8:31 nos
dice: “Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?” David tomó la
inicia va en la batalla:

“Y aconteció que, como el Filisteo se levantó para ir y llegarse


contra David, David se dió priesa, y corrió al combate contra el
Filisteo. Y me endo David su mano en el saco, tomó de allí una
piedra, y rósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la
piedra quedó hincada en la frente, y cayó en erra sobre su
rostro.” (v. 48-49)

Ten en cuenta que “David se dio prisa,” hacia Goliat. Quizás esto
sorprendió a Goliat. Tal vez David había aprendido esta tác ca
contra los leones y los osos. Pero es interesante que David no
tubeó. Cuando Dios nos llama a la batalla, no debemos temer;
debemos salir con nuestra Espada del Espíritu, la Palabra de Dios.
¡Pero más sobre eso en el capítulo 10! ¡A veces, la mejor defensa
es un buen ataque! Finalmente, después de golpear a Goliat en la
frente con la piedra, David termina el trabajo:

“Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la


espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la
cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.” (v.
51)

Puede ser que Goliat solo estuviera temporalmente paralizado


por la piedra en la frente; tal vez no. Pero, en cualquier caso, para
asegurarse de que Goliat estuviera muerto, David le cortó la
cabeza. De la misma manera, cuando estés involucrado en una
batalla espiritual, ¡no dejes de orar hasta que estés
completamente seguro de que la guerra ha sido ganada!
¡Por lo tanto, no con es en tu poder humano para ganar una
batalla espiritual! Al ser fuertes en el Señor, le pedimos que nos
llene de la fuerza de Dios para librar una guerra contra el reino de
las nieblas. Y, con su ayuda, nuestra confianza crecerá más a
medida que tengamos éxito en pequeñas batallas espirituales,
cada una de las cuales nos prepara para las guerras
verdaderamente grandes en la vida. ¡Y con el poder de SU poder,
triunfaremos sobre el enemigo!
Oración:
“Padre, ayúdame a confiar en potencia de tu fortaleza.
Recuérdame que no confio en mi propia fuerza o en la fuerza de los
demás, sino que confio completamente en para darme la victoria
sobre los gigantes que vienen en mi contra en mi vida. Ayúdame a
tener la victoria sobre el gigante del miedo, la depresión, la
preocupación, los malos hábitos, la ira, las adicciones y cualquier
otro pecado que me impida ganar las batallas y la guerra
espiritual. Ayúdame a ser como David, a derrotar al enemigo
durante las batallas di ciles. En el nombre de Jesús, amén.
2. Toda la armadura de Dios
“Ves os de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes contra las asechanzas del diablo.”
-Efesios 6:11

¿Cuántos de ustedes oran por alguien, o por alguna situación,


pero en realidad no oran tan a menudo como deberían? ¿Cuántos
de ustedes se rinden después de un empo? ¿Cuántos de ustedes
oran una pequeña oración una vez y esperan que Dios los
escuche? Si alguna de estas cosas te ha sucedido, entonces
probablemente seas culpable de no ponerte TODA la armadura de
Dios.
Note que Pablo nos dice que nos pongamos TODA la armadura.
No solo parte de la armadura. No, nos dice que nos lo pongamos
TODO. A medida que leas el resto del libro, aprenderás sobre las
diferentes piezas de armadura que un soldado solía usar en el
primer siglo, y el simbolismo que acompaña a cada una. Es de
suma importancia para nosotros ponernos TODA la armadura
cuando estemos en medio de la batalla espiritual. ¿Por qué? Aquí
hay algunas razones:
Si te falta una de las piezas de armadura, dejas un punto débil
vulnerable para que el enemigo te ataque. Si, por ejemplo, un
soldado ene un escudo, pero no puede ponerse “la cota de
jus cia” deja una abertura seria en su pecho, donde una flecha,
una lanza o un golpe de espada podrían herirlo mortalmente. En
un sen do espiritual, si oramos, pero no caminamos en san dad,
nuestras oraciones enen una menor oportunidad de llegar a los
oídos de Dios, porque “la oración del justo, obrando eficazmente,
puede mucho.” (San ago 5:16). Entonces, si estamos orando Y
también viviendo una vida santa y justa, nuestras oraciones son
poderosas y efec vas. Pero más sobre eso en el capítulo 11. El
punto aquí es asegurarnos de que estamos usando TODA la
armadura, y no dejar ninguna área débil para ser atacada.

Los trucos del diablo


Y hablando de ataques, la segunda parte de este versículo nos
dice específicamente que debemos ponernos toda la armadura,
para “estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Según el
diccionario, una asechanza es un “engaño o ar ficio para hacer
daño a alguien.” [3] Nunca olvides que nuestro adversario, Satanás,
junto con su ejército de demonios, siempre están tratando de
engañarnos para que caigamos en diferentes pos de pecado.
Uno de los nombres de Satanás es el “acusador.” Vemos un
ejemplo de esto en Apocalipsis 12:10: “…porque el acusador de
nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de
nuestro Dios día y noche.” Satanás actúa como un abogado, en el
lado equivocado de la ley, acusándonos de crímenes que hemos
come do, o torciendo los hechos para acusarnos falsamente.
Entonces, debemos ponernos toda la armadura de Dios, porque
si no lo hacemos, quedamos abiertos a algunos ataques malvados
y muy engañosos del enemigo. Necesitamos estar especialmente
en guardia hoy en día, porque personalmente creo que estamos
viviendo en los úl mos días antes de la venida de nuestro Señor
Jesucristo. El apóstol Pablo advir ó a su discípulo, Timoteo, sobre
esto:
“…el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros
empos alguno apostatarán de la fe escuchando a espíritus de
error y a doctrinas de demonios…” (1 Timoteo 4:1)

Ten en cuenta que Pablo describe que muchos cris anos “se
apostarán,” o se apartarán, de la fe. Este es una situación
asombrante, que algunas personas se confundirán tanto por
Satanás que dejarán a Dios y la fe en El. Pablo describe además la
razón por la cual, que prestarán atención o creerán en “espíritus de
error y a doctrinas de demonios...” Hay espíritus malignos o
demonios que influyen en algunas personas para que enseñen
doctrinas erróneas. Y estas personas, a su vez, pueden,
desafortunadamente, influir en los demás.
En el primer siglo, Pablo y los otros discípulos tenían que estar
constantemente en guardia contra las herejías, o enseñanzas que
claramente estaban en contradicción con las enseñanzas claves de
la Biblia. Del mismo modo, hoy en día también hay muchas
religiones diferentes, e incluso algunas de las llamadas iglesias
“cris anas” que llegan a negar que Jesucristo es Dios, doctrina que
es un pilar central de la fe cris ana. Algunas iglesias incluso
afirman que el infierno es un lugar simbólico y no real. Algunos
maestros incluso niegan que Jesús hizo los muchos milagros que
son mencionados específicamente en la Biblia. Entonces, si alguien
viene a que cree en algunos de estos errores, ¡ten cuidado y no
caigas en sus falsas enseñanzas!

El engaño original
¿Alguna vez has sido engañado por alguien? Ahora, si se trata de
una broma inofensiva, lo más probable es que se pueda tomar con
mucha diversión. Sin embargo, las no cias están llenas de casos en
los que las personas han sido engañadas para inver r miles, a
veces incluso millones de dólares en un esquema que resultó ser
un fraude.
Uno de los fraudes financieros más notorios de la historia fue
come do por Bernie Madoff, un administrador de inversiones de
fondos de cobertura en Nueva York y Florida, quien se declaró
culpable en 2009 de fraude, “lavado” de dinero y otros delitos.
Madoff convenció a sus clientes para que invir eran en su
empresa, que resultó ser un gran esquema de Ponzi, mediante el
cual a los inversionistas iniciales se les pagaban ganancias de
fondos de nuevos inversionistas. A lo largo del camino, Madoff y
sus asociados se embolsaron grandes can dades de dinero. Las
es maciones de pérdidas oscilaron entre $ 50 mil millones y $ 65
mil millones, pero los inves gadores reconocieron que localizar los
fondos faltantes podría resultar imposible. En junio de 2009,
Madoff recibió la pena máxima de 150 años de prisión.[4] Bueno,
esto es lo que hace Satanás. Es el maestro del engaño. Jesus dijo:

“Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de


vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el
principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en
él. Cuando habla men ra, de suyo habla; porque es men roso, y
padre de men ra.” (Juan 8:44)

Entonces, Jesús nos dice que Satanás, o el diablo, es un


men roso y el padre de las men ras. El diablo dijo la primera
men ra en la Biblia, en Génesis, capítulo 3:

“(Pero) la serpiente era astuta, más que todos los animales del
campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer:
¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y
la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del
huerto comemos; Mas del fruto del árbol que está en medio del
huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no
muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; Mas
sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.” (v. 1-5)

Lo que Satanás, en forma de serpiente, le dijo a Eva, fue una


clásica MEDIA VERDAD. Un engaño es más creíble si con ene algo
de verdad. Resultó que al comer la fruta prohibida, Adán y Eva
sabrían sobre el bien y el mal, porque ni siquiera sabían que el
bien y el mal exis an hasta después de haber comido la fruta. Sin
embargo, Satanás también mezcló esta verdad con una men ra: La
men ra de que no morirían. Sí, Adam tardó varios cientos de años
en morir. Pero Adán eventualmente murió:

“Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos y treinta


años, y murió..” (Genesis 5:5)

Entonces, Satanás dijo una verdad a medias, lo que significa que


es una verdad acompañada de un engaño. Pero había otra men ra
que dijo, afirmando que al comer la fruta, que “seréis como
dioses” (Génesis 3: 5). Imaginate que te dicen que puedes
conver rte en un dios, volviéndote igual al Dios real, o cerca de
ello. Hay religiones enteras hoy en día que enseñan que el hombre
puede conver rse en Dios o en un dios. Pero esto es una men ra
del diablo. Esto también es una tentación al orgullo del hombre.
Esta es una doctrina muy atrac va para muchas personas. Pero es
una men ra, y debe ser rechazado.

El engaño del orgullo


Hay muchos casos de engaño en la Biblia. Acabamos de hablar
de cómo Satanás apeló al sen do de orgullo de Adán y Eva,
sugieriendo que al comer la fruta prohibida podrían conver rse en
dioses. Un ejemplo de otra forma de orgullo es la historia de la
caída de Nabucodonosor de rey a una forma de bes a.
Nabucodonosor había soñado de un gran árbol que había sido
cortado. El profeta Daniel lo interpretó en el sen do de que el rey
mismo caería como el árbol. Debería haber sido una advertencia,
pero desafortunadamente, un año después, el orgullo de
Nabucodonosor se apoderó de él:

“A cabo de doce meses, andándose paseando sobre el palacio


del reino de Babilonia, Habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran
Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi
poder, y para gloria de mi grandeza? Aun estaba la palabra en la
boca del rey, cuando cae una voz del cielo: A dicen, rey
Nabucodonosor; el reino es traspasado de : Y de entre los
hombres te echan, y con las bes as del campo será tu morada, y
como a los bueyes te apacentarán: y siete empos pasarán sobre
, hasta que conozcas que el Al simo se enseñorea en el reino de
los hombres, y a quien él quisiere lo da. En la misma hora se
cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fué echado de entre los
hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba
con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus
uñas como de aves.” (Daniel 4:29-33)

Entonces, Nabucodonosor se vio reducido a vivir como un


animal, y durante siete años, todo por su orgullo al decir, “¿No es
esta gran Babilonia, que he construido para la casa del reino con el
poder de mi poder, y para ¿el honor de mi majestad?” (v. 29) Que
esto sea una lección para todos nosotros: No importa cuánto nos
bendiga el Señor, no importa cuánto dinero o poder obtengamos,
nunca debemos ser engañados y dejar que el orgullo nos seduzca!
¡Nunca debemos pensar que somos más importantes que Dios!
Sin embargo, después de que pasaron los siete años,
Nabucodonosor fue restaurado como rey y le dio la gloria a Dios:

“Mas al fin del empo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo,


y mi sen do me fué vuelto; y bendije al Al simo, y alabé y
glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es
sempiterno, y su reino por todas las edades. Y todos los moradores
de la erra por nada son contados: y en el ejército del cielo, y en
los habitantes de la erra, hace según su voluntad: ni hay quien
estorbe su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo empo mi
sen do me fué vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi
grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis grandes me
buscaron; y fuí res tuído a mi reino, y mayor grandeza me fué
añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico
al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos
juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia.” (Daniel
4:34-37)

A veces enes que llegar al fondo de tristeza antes de poder


buscar a Dios. ¡Piensa en Nabucodonosor, un rey reducido a comer
hierba como una vaca! Pero ten en cuenta que al final de la
historia, el rey alabó a Dios más que nunca después de que
finalmente volviera en sí.

El engaño del dinero


Una de las mayores “asechanzas del diablo,” o engaños, es la del
dinero. Mira, no hay nada malo con el dinero en sí mismo. La Biblia
ene mucho que decir sobre el dinero. Uno de los versos más
famosos, a menudo mal citado, es:

“Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual


codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:10)

Algunas personas citan este versículo erróneamente como “el


dinero es la raíz de todo mal.” Pero eso no es lo que dice. Es el
AMOR del dinero que es la raíz de todo mal. En otras palabras,
puedes tener mucho dinero; incluso puedes ser rico y seguir
siendo un cris ano fuerte que ama al Señor. Pero si llegas al punto
en que amas tu dinero más de lo que amas a Dios, entonces enes
un problema. Una de las historias más conocidas de la Biblia es la
del Hijo Pródigo, que quería el dinero de herencia de su padre, y lo
quería AHORA:

“…Un hombre tenía dos hijos; Y el menor de ellos dijo a su


padre: Padre, dame la parte de la hacienda (herencia) que me
pertenece: y les repar ó la hacienda. Y no muchos días después,
juntándolo todo el hijo menor, par ó lejos a una provincia
apartada; y allí desperdició su hacienda viviendo perdidamente.”
(Lucas 15:11-13)

¿No es el hijo menor una imagen tan similar de muchos jóvenes


hoy en día? Han crecido teniendo todas las cosas lujosas: Ropa y
zapatos de diseñador; el televisor de pantalla grandota para ver
sus par dos de fútbol; los úl mos videojuegos; la computadora
del año, para navegar por internet durante horas y horas; ¡el
úl mo teléfono celular para enviar mensajes de texto a sus
amigos, acceder a si os web de redes sociales y publicar un
montón de fotos “selfies” de ellos mismos! Pero para muchas de
estas personas, no es suficiente. Ellos quieren más! Entonces el
joven pidió su parte de su herencia, ANTES de empo. Entonces,
consiguió lo que quería. Se fue de la casa, consiguió su propio
lugar muy lejos y desperdició su dinero “viviendo perdidamente,”
sin duda, borrachera y, según el versículo 30, pros tutas. Hoy en
día, llamamos a esto “ empo de fiesta.” Pero luego, tocó fondo:

“Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una grande hambre en


aquella provincia, y comenzóle a faltar. Y fué y se llegó a uno de los
ciudadanos de aquella erra, el cual le envió a su hacienda para
que apacentase los puercos. Y deseaba henchir su vientre de las
algarrobas que comían los puercos; mas nadie se las daba. Y
volviendo en sí, dijo: Cuántos jornaleros en casa de mi padre
enen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me
levantaré, e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el
cielo y contra ; Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme
como a uno de tus jornaleros.” (v. 14-19)

Entonces, se le acabó el dinero, tenía hambre y se vio obligado a


alimentar a los puercos, el más bajo de los trabajos bajos. Pero,
como se mencionó anteriormente, a veces hay que tocar fondo
para comenzar a mirar hacia arriba. He hablado con muchos
encarcelados que me han dicho que fue necesario ir a la cárcel,
tocar fondo, sacudirlos emocionalmente para que quisieran
cambiar sus vidas. Entonces, el joven decidió superar su orgullo y
volver a casa:

“Y levantándose, vino a su padre. Y como aun estuviese lejos,


viólo su padre, y fué movido a misericordia, y corrió, y echóse
sobre su cuello, y besóle. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra
el cielo, y contra , y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Mas el
padre dijo a sus siervos: Sacad el principal ves do, y ves dle; y
poned un anillo en su mano, y zapatos en sus pies. Y traed el
becerro grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos fiesta: Porque
este mi hijo muerto era, y ha revivido; habíase perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse.” (v. 20-24)
Afortunadamente, tenemos un Padre en el cielo que nos
perdona. Tenemos un Padre que nos restaura a la familia, a pesar
de que la hemos rechazado, pecado de muchas maneras, e incluso
nuestro Padre celes al se regocija por nosotros. La Biblia dice:

“Jehová en medio de , poderoso, él salvará; gozaráse sobre


con alegría, callará de amor, se regocijará sobre con cantar.”
(Sofonías 3:17)

Incluso los ángeles se regocijan: “…hay gozo delante de los


ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” (Lucas 15:10).
Así que, aunque te haya engañado el dinero, regrese a Dios, antes
de que sea demasiado tarde.

El engaño de la lujuria
El sexo no ene nada de malo: ¡Dios lo inventó! Pero Dios
también quiere que mantengamos nuestras ac vidades sexuales
limitadas al matrimonio. ¿Por qué? El Señor, en su sabiduría
infinita, quiere protegernos de las varias consecuencias del sexo
fuera de los límites del matrimonio. Sin embargo,
desafortunadamente hoy en día, la mayoría de nosotros somos
bombardeados en las películas, la televisión, el Internet con
mensajes de que el sexo fuera del matrimonio no solo es
aceptable, sino normal. Este es uno de los mayores engaños del
diablo hoy: el engaño de la lujuria.
Una de las historias más trágicas de la Biblia es la de Sansón. Sí,
Sansón tenía todo, era fuerte, era un líder, un juez en Israel (Jueces
15:20), pero tenía un defecto fatal: permi ó que el engaño de la
lujuria se apoderara de toda su vida, y terminó conduciendo a su
muerte. Uno de los primeros errores de Sansón fue buscar a una
mujer que provenía de los enemigos paganos filisteos:
“Y descendiendo Samsón a Timnah, vió en Timnah una mujer de
las hijas de los Filisteos. Y subió, y declarólo a su padre y a su
madre, diciendo: Yo he visto en Timnah una mujer de las hijas de
los Filisteos: ruégoos que me la toméis por mujer. Y su padre y su
madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni
en todo mi pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los Filisteos
incircuncisos? Y Samsón respondió a su padre: Tómamela por
mujer, porque ésta agradó a mis ojos.” (Jueces 14:1-3)

Ya puedo imaginar a los padres de Sansón diciéndole: “Qué


pasó, Sansón, ¿no puedes encontrar una muchacha judía aquí en
la ciudad? ¿Por qué quieres salir con una de esas chicas filisteas
paganas?” Y no puedes imaginar a Sansón respondiendo, “¡porque
está buena!” Para ser justos, la Biblia nos dice que en realidad fue
Dios quien abrió esta puerta, para que los judíos comenzaran a
liberarse de la opresión de los filisteos:

“Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, y


que él buscaba ocasión contra los Filisteos: porque en aquel
empo los Filisteos dominaban sobre Israel.” (Jueces 14:4)

Desafortunadamente, hubo otras ocasiones en que Sansón


buscó más mujeres entre los filisteos, incluyendo una pros tuta
(Jueces 16:1). Antes de cri car a Samson tan rápido, tómese un
momento para reflexionar sobre esto: ¿No somos a veces tercos
como él? ¿No has admirado alguna vez a una mujer (o si eres una
mujer, admirado a un hombre) por su aspecto, pero sabías que iba
a ser un problema? ¡Sabías que iba a ser de “alto mantenimiento!”
¡Pero seguiste adelante y la seguiste, todo el empo, sabiendo que
iba a causar problemas, y te ibas a las mar!
Tal vez ella tenía un ex novio celoso. ¡Quizás tenía dos celosos
exnovios! A lo mejor, ella solo esté feliz si gastas mucho dinero en
ella, ¡dinero que no enes! ¡Y cuando termina de usarte, te deja
sin dinero y encuentra a otro para controlar! Pero Sansón tuvo
otro problema: después de que Sansón se casó (Jueces 14:15), su
esposa fue quemada hasta la muerte, acusada de culpabilidad de
que Sansón incendió varios campos y huertos filisteos (Jueces
15:4-5). Más tarde, Sansón encontró a otra mujer filistea, llamada
Dalila:

“Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el


valle de Sorec, la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los
príncipes de los Filisteos, y dijéronle: Engáñale y sabe en qué
consiste su grande fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo
atemos y lo atormentemos; y cada uno de nosotros te dará mil y
cien siclos de plata. (Jueces 16:4-5)

Entonces, Dalila no solo era una filistea pagana, sino que estaba
asociada con los “principes” o líderes de los filisteos, que eran los
enemigos de los israelitas. ¡Es como un jóven que es miembro de
una pandilla y se junta con una muchacha que ene familiares de
otra pandilla! ¡Y ella se junta con los líderes de la otra pandilla!
¡Imaginate las complicaciones! Bueno, para no alargar la historia,
Samson finalmente reveló el secreto de su fuerza a Dalila, que era
su cabello. Como resultado, después de que le cortaron el cabello,
perdió su poder, fue capturado y le sacaron los ojos para que
quedara cegado. El final de la historia fue un acto trágico final:

“Entonces clamó Samsón a Jehová, y dijo: Señor Jehová,


acuérdate ahora de mí, y esfuérzame, te ruego, solamente esta
vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los Filisteos,
por mis dos ojos. Asió luego Samsón las dos columnas del medio
sobre las cuales se sustentaba la casa, y estribó en ellas, la una con
la mano derecha, y la otra con la izquierda; Y dijo Samsón: Muera
yo con los Filisteos. Y estribando con esfuerzo, cayó la casa sobre
los príncipes, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y fueron
muchos más los que de ellos mató muriendo, que los que había
muerto en su vida.” (Jueces 16:28-30)

No te dejes engañar por la lujuria. En tu búsqueda de un


cónyuge, busque cualidades cris anas fuertes como la medida
principal. Si ya estás casado, ore para que tu cónyuge se acerque
más al Señor. Si no estás casado, ora para que Dios te confirme si
debe casarte con esta persona en el futuro. Si no enes novio o
novia, actualmente, se paciente. Pídele al Señor que traiga a la
persona correcta a tu vida en el buen empo de Dios.

El engaño de la amargura
Uno de los engaños más crueles y poderosos que usan Satanás y
sus demonios es el engaño de la amargura. Ponte a pensar en
todas las personas amargas, tristes y deprimidas que tenemos en
este mundo. La gente está amargada por la separación en una
relación. Las personas están amargadas porque están siendo
maltratadas en el trabajo. La gente está amargada porque no ene
suficiente dinero. Las personas están amargadas porque fueron
abusadas de niños, y culpan a Dios por ello. Pero la verdad es que
Dios no quiere que sucedan cosas como el abuso. Fue la
desobediencia de los demás lo que causó que tales cosas
sucedieran. La Biblia nos habla de un hombre llamado Elcana, que
tenía una esposa llamada Anna. Pero Anna no podía tener hijos:

“Mas a Anna daba una parte escogida; porque amaba a Anna,


aunque Jehová había cerrado su matriz.” (1 Samuel 1:5)

Y Anna estaba muy amargada por eso:


“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró
abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si
te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y
no te olvidares de tu sierva, mas dieres a tu sierva un hijo varón, yo
lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no subirá navaja
sobre su cabeza.” (1 Samuel 1:10-11)

Anna quería tener un hijo tanto que hizo un voto para dedicarlo
a Dios. ¿Alguna vez quisiste algo tanto que le hiciste una promesa
al Señor? Bueno, en este caso, Dios respondió a Anna y sus
oraciones:

“ Y visitó Jehová a Anna, y concibió, y parió tres hijos, y dos hijas.


Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.” (1 Samuel 2:21)

No permitas que la amargura envenene tu vida. Si necesita


perdonar a alguien, perdónelo. Si te hicieron mal, es posible que
aún tengan que vivir con las consecuencias de sus acciones. Pero
necesitas perdonarlos.

El engaño final
Por supuesto, los engaños más espectaculares de Satanás
vendrán hacia el final de la era, justo antes de que Jesús regrese.
Pablo advir ó a los tesalonicenses:

“…os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor


Jesucristo, y nuestro recogimiento a él, Que no os mováis
fácilmente de vuestro sen miento, ni os conturbéis ni por espíritu,
ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del
Señor esté cerca. No os engañe nadie en ninguna manera; porque
no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, Oponiéndose, y
levantándose contra todo lo que se llama Dios, ó que se adora;
tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose
parecer Dios.” (2 Tesalonicenses 2:1-4).

Entonces, Pablo les dice específicamente (¡y a nosotros


también!) Que “ni os conturbéis”, o preocupados, por la enseñanza
errónea. Pablo habla de una “apostasia,” que muchos creen que
será un momento en que muchas personas rechazarán la
enseñanza bíblica correctas, y aceptarán a este “hombre de
pecado” o hijo de perdición. Este es el hombre que muchos creen
que será conocido como el An cristo, un hombre que engañará a
muchos, llamándose a sí mismo Dios y es adorado. Esta es la
úl ma men ra, un hombre tomando el lugar de Dios. Estos serán
empos di ciles, y aún más razones para que todos nos pongamos
toda la armadura de Dios, para resis r los engañosos planes de
Satanás en estos úl mos días antes de la venida del Señor
Jesúcristo.
El apóstol Juan también nos advir ó que debemos estar en
guardia con respecto a la enseñanza errónea:

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si


son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el
mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que
confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios…” (1 John
4:1-2).

Juan nos dice “probad los espíritus,” en otras palabras, para


probar o comprobar todo lo que dice ser espiritual, compararlo
con la Biblia y ver si está de acuerdo.
Si alguna enseñanza no está de acuerdo con la Biblia,
probablemente sea errónea. Juan menciona específicamente a los
“falsos profetas.” Hay muchas personas que predican lo que dicen
que es el evangelio, pero muchas de estas personas están
mezclando la verdad con la men ra. Recuerda, una de las pruebas
más importantes es si consideran a Jesús como Dios. Si no lo
hacen, este es un asunto serio y no debemos escuchar más
engaños.
Entonces, ¡HAY QUE ESTAR EN GUARDIA! ¡Ponte TODA la
armadura y no te dejes engañar por Satanás y su malvado ejército!
¡No te dejes engañar por el orgullo, el dinero, la lujuria, la
amargura o cualquier otra tentación que se te presente en el
futuro!

Oración:
“Padre, ayúdame a ponerme toda la armadura de Dios, para
que pueda resis r los engaños del enemigo. Ayúdame a tener
sabiduría sobrenatural para reconocer las diversas formas de
engaño que pueden tentarme. Ayúdame a tener protección divina
de los engaños del orgullo, el amor al dinero, la lujuria y la
amargura. Ayúdame a estar en guardia contra la falsa enseñanza y
a rechazarla. Ayúdame a estar protegido contra cualquier otra
forma de engaño en el futuro. En el nombre de Jesús, amén.”
3. Una batalla espiritual
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne;
sino contra principados, contra potestades, contra
señores del mundo, gobernadores de estas nieblas,
contra malicias espirituales en los aires.”
-Efesios 6:12

Nuestra batalla no es contra las personas que conocemos.


Nuestra batalla no es contra los miembros de nuestra familia.
Nuestra batalla no es contra nuestros amigos. Nuestra batalla es
contra los espíritus malignos que a veces influyen en ellos. De la
misma manera, nuestra batalla no es contra nosotros mismos.
Nuestra batalla es contra los espíritus malignos que a veces
intentan influir en nosotros. Estamos peleando una guerra, y esta
guerra no se puede ganar a nivel humano y carnal. Si tenemos
problemas en una relación con un miembro de la familia o con un
amigo, para dar un ejemplo, simplemente NO PODEMOS ganar a
través de argumentos, lógica inteligente o fuerza bruta.
Cuando Pablo escribe “no luchamos contra sangre y carne,” está
diciendo que no estamos en una batalla contra los seres humanos,
hechos de carne y hueso. En cambio, nuestra batalla es contra
ESPÍRITUS, espíritus malignos, también conocidos como demonios.
Y en este versículo muy revelador, Pablo iden fica diferentes
niveles de seres espirituales poderosos.

Principados
El primer nivel de ser espiritual que Pablo iden fica es
“Principados.” La palabra griega es ἀρχάς, o “arché,” que significa
un gobernante que estaba presente al principio. Según el
diccionario, un principado es “un territorio gobernado por un
príncipe.”[5] Esto parecería indicar un demonio o espíritu maligno
de muy alto nivel.
En Daniel, capítulo 10, Daniel estuvo en ayunas durante tres
semanas, y probablemente en oración, cuando fue visitado por un
hombre que tenía una cara que “parecía un relámpago,” muy
probablemente un ángel. El ángel le dijo a Daniel:

“Y díjome: Daniel, no temas: porque desde el primer día que


diste tu corazón a entender, y a afligirte en la presencia de tu Dios,
fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo soy
venido.” (Daniel 10:12).

Entonces, desde el primer día del ayuno de tres semanas de


Daniel, Dios escuchó su oración y envió su ángel a Daniel para que
contestara su oración. Sin embargo, en su camino, el ángel se
retrasó. El ángel con núa describiendo una batalla increíble con
un poderoso espíritu maligno:

“Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí vein ún


días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para
ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia.” (v. 13).

¡Imagínate, un ángel enviado por Dios retrasado en una pelea


con este malvado “príncipe” durante 21 días, las tres semanas del
ayuno de Daniel, hasta que finalmente fue victorioso y pudo
alcanzar a Daniel con la respuesta a su oración! ¿Alguna vez
sientes que Dios no responde tus oraciones de inmediato? ¡No te
sientas tan mal, un hombre tan santo como Daniel no recibió su
respuesta hasta después de tres semanas! Pero, ¿qué pasa con las
oraciones que oramos durante meses o años? ¿Deberíamos dejar
de orar? ¡No! Mientras el Espíritu Santo ponga en tu corazón orar
por los demás, por mismo o por alguna otra situación di cil,
¡siga orando! Recuerda, estamos luchando una batalla a nivel
ESPIRITUAL, y no humano. Cuando oramos, invitamos a Dios a
intervenir con todo su poder, incluyendo el Espíritu Santo y los
ángeles, en nuestras propias vidas y en las vidas de aquellos por
quienes oramos.
Otra parte importante de este pasaje es que el Arcángel Miguel
se unió a este primer ángel en la lucha contra el Príncipe
demoníaco de Persia. Entonces, a veces, se necesitan refuerzos
angelicales. Y es solo a través del poder de la oración que esto se
puede lograr. Por cierto, en toda esta discusión sobre los ángeles,
NUNCA debemos adorar a los ángeles ni orar a ellos. Los ángeles
ciertamente enen un papel importante en los asuntos celes ales.
Pero oramos a DIOS. Jesús específicamente nos dijo que oremos al
Padre (Mateo 6: 5); (más sobre eso en el Capítulo 11), y que
solicitemos las pe ciones en el nombre de Jesús (Juan 14:14).
La mayoría de las personas no enen idea de cuánto poder
espiritual enen, y no lo usan. Por ejemplo, cuando Jesús fue
traicionado y arrestado en el Jardín de Getsemaní, después de que
Pedro sacó su espada y le cortó la oreja al siervo del sumo
sacerdote, Jesús le dijo que guardara su espada y luego dijo:

“¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y él me


daría más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53).
En otras palabras, Jesús le estaba diciendo a Pedro: “Mira,
Pedro, este no es el momento de luchar contra estas personas.
Necesito cumplir mi des no de morir en la cruz. ¿No sabes que si
quisiera, podría llamar a 12 legiones de ángeles para protegerme?
Pero he elegido NO hacerlo, para cumplir las Escrituras.”
Una legión romana de soldados normalmente contaba entre
6,000 y 10,000 hombres. La razón por la cual Jesús dijo que tenía
12 legiones fue probablemente porque había una legión entera,
un EJÉRCITO de ángeles, asignado a cada uno de los apóstoles que
eran verdaderamente SALVOS (numerando 11), y a sí mismo, para
un total de 12 legiones. Aunque Judas era un apóstol y estaba
presente en el jardín, lo más probable es que no tuviera la
protección potencial de una legión de ángeles, porque era un
traidor a Jesús y no era salvo.
Pero volvamos a Daniel. Más tarde, el ángel describe una batalla
en el futuro con OTRO ser malvado de alto nivel, el Príncipe de
Grecia:

“Y dijo: ¿Sabes por qué he venido a ? Porque luego tengo de


volver para pelear con el príncipe de los Persas; y en saliendo yo,
luego viene el príncipe de Grecia.” (Daniel 10:20).

Entonces, después de dejar a Daniel, este ángel le dice que


CONTINUARÁ luchando contra el malvado Príncipe de Persia ¡Y
OTRO demonio poderoso, el Príncipe de Grecia! Daniel era un
verdadero hombre de oración. ¡Sus oraciones fueron tan efec vas
que pudieron movilizar a este ángel no iden ficado, junto con el
Arcángel Miguel! ¿Cuánto empo pasas en oración? ¡Imagínese lo
diferente que sería tu vida si simplemente pasaras más empo en
oración verdadera y extendida, peleando y ganando una guerra a
un nivel no humano, sino espiritual!
Potestades
Los siguientes demonios de alto rango mencionados en este
pasaje son las “Potestades.” La palabra griega aquí es ἐξουσία
(exousia), que significa, según Strong, “autoridad, poder conferido;
empoderamiento delegado (“autorización”), que opera en una
jurisdicción designada.”[6] Entonces, este es un ser que le ha
conferido o delegado poder, o poder que le ha sido otorgado por
otra persona. También significa un ser que opera en una
jurisdicción designada, similar a los príncipes de Persia y Grecia,
que estaban a cargo de países o regiones enteras. Puede ser que
una Potestad tenga control sobre un área regional más pequeña
de esos países, pero no lo sabemos por seguro.
La Nueva Versión Internacional traduce “potestades” como
“autoridades.” La Biblia Wycliffe los llama “potentados.” En
cualquier caso, este es un espíritu maligno poderoso que
aparentemente ene influencia sobre una gran can dad de
personas en un área designada. Recuerda, ya sea un Príncipe o una
Autoridad, estos seres poderosos no enen poder sobre
mientras seas cris ano, caminando en san dad. El libro de
San ago nos dice:

“…la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.”


(San ago 5:16).

Algunas versiones dicen que las oraciones de un hombre justo


son “poderosas y efec vas.” Ten en cuenta que dice que la oración
de un hombre “justo” “puede mucho,” o es poderosa. Si vives de
manera justa, en una relación correcta con Dios, tus oraciones son
efec vas. Por el contrario, si NO estás viviendo en jus cia, es muy
probable que Dios NO escuche tus oraciones. Ahora, a pesar de
que debemos vivir una vida justa, recordemos que nuestras obras
o acciones justas no ganan nuestra salvación eterna:
“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios.” (Efesios 2:8-9)

Pero, mucho más sobre esto en el capítulo 6, “La coraza de la


jus cia.”

Señores / Gobernadores
En otro nivel de seres espirituales malvados están los “señores
del mundo, gobernadores de estas nieblas.” Según el diccionario,
una definición de “señor” es: “Persona que poseía estados y
lugares con dominio y jurisdicción, o con solo prestaciones
territoriales.”[7] La palabra griega original para “gobernadores” es
κοσμοκράτωρ (kosmokratór). Significa, según Strong, “gobernante
mundial, refiriéndose a Satanás (demonios) que influyen en la vida
de las personas mundanas.”[8] Entonces, una vez más, no sabemos
qué tan altos están estos seres en la escala de poder, pero en
cualquier caso, estos son demonios que influyen en la vida de las
personas MUNDANAS.
Ahora, una persona mundana generalmente se conoce como no
cris ana. No hay duda al respecto, aquellos que no enen a Dios
están bajo la influencia y el control de los espíritus malignos. Es
solo invitando a Jesucristo a nuestras vidas que escapamos de esta
influencia maligna. Jesús nos dijo en Juan 14:30: “Ya no hablaré
mucho con vosotros: porque viene el príncipe de este mundo; mas
no ene nada en mí.” El Príncipe de este mundo es otro nombre,
según la mayoría de los estudiosos de la Biblia, de Satán. Y ten en
cuenta que Jesús dijo que el príncipe de este mundo (Satanás) “no
ene nada en mí.”
En otras palabras, Satanás no ene nada que ver con Jesús. Y si
enes el Espíritu Santo en , si eres un verdadero cris ano,
Satanás y sus demonios tampoco enen nada que ver con go.
Pueden intentar atacarte. Pueden intentar desanimarte. Pueden
tratar de tentarlo a pecar. ¡Pero debes estar en guardia, armarte,
orar sin cesar, luchar en la batalla espiritual y ser victorioso!
Efesios 2:2 nos dice:

“En que en otro empo anduvisteis conforme a la condición de


este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora obra en los hijos de desobediencia.”

Pablo les dice a los efesios que ANTES de hacerse cris anos,
solían caminar de acuerdo con el “príncipe del poder del aire.”
Pero ya no. Ahora, son comprados por la sangre de Jesús, y ya no
están bajo la influencia de Satanás.

Malicias espirituales en los aires


La frase final mencionada en este pasaje es “malicias
espirituales en los aires.” El sustan vo principal aquí es “malicia.”
La palabra griega para esto es πονηρία (ponéria), que significa,
“depravación, iniquidad y maldad.”[9]
Está relacionado con πονηρός (ponéros), lo que significa algo o
alguien que trae “trabajos, moles as y peligros.” Estos son
espíritus aparentemente malvados que tratan de hacer que las
personas caigan en el pecado que es tan perverso que trae cargas
pesadas (trabajos pesados), nos molesta y nos pone en peligro o
peligro. Muchas veces en nuestras vidas, las personas caen en un
pequeño mal hábito que crece y empeora cada vez más, hasta que
literalmente destruye nuestras vidas. En algunos casos extremos,
esta maldad puede hacernos sufrir daños sicos y emocionales,
incluso la muerte.
En el libro de San ago, hay una descripción de una persona que
cae en pecado, y las consecuencias:
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído, y cebado. Y la concupiscencia, después
que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido,
engendra muerte.” (San ago 1:14-15).

Ten en cuenta que primero viene la tentación. No has pecado ...


¡hasta la fecha! Cuando eres tentado a pecar, la reacción correcta
es orar a Dios, ponerte la armadura completa, usar la palabra de
Dios en oración (¡más sobre eso en el capítulo 10!) Y, con la ayuda
de Dios, resis r esa tentación. Pero para aquellos que no se
resisten, son “atraídos” por su propia lujuria o deseo, y atraídos o
atrapados. Y cuando la lujuria o el deseo han concebido, como un
bebé que crece dentro del útero de la madre, se convierte en
pecado. Cuando uno peca, está perdiendo la meta, perdiendo la
voluntad de Dios para su vida. Y si con nuamos en este pecado,
nos lleva a la muerte. A veces el pecado resulta en la muerte sica.
Pero ese no es el mo vo de preocupación.
¿Alguna vez escuchaste de la muerte ESPIRITUAL? En la Biblia,
se llama la “segunda muerte:”

“Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de


Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es
de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dió los muertos que
estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que
estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno según sus obras. Y
el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es
la muerte segunda. Y el que no fué hallado escrito en el libro de la
vida, fué lanzado en el lago de fuego.” (Apocalipsis 20:12-15)

Todos estaremos ante el tribunal de Dios algún día. La segunda


muerte es el cas go eterno en el lago de fuego o infierno. El deseo
de Dios es que todos peleemos la buena batalla, resis endo la
tentación para no ser esclavos del pecado. Entonces, debemos
estar en guardia contra caer en diferentes pos de pecado.
Necesitamos estar bien armados para luchar contra principados,
poderes, gobernantes y la maldad espiritual. Pero no tengas
miedo. ¡Con Dios todo es posible! (Mateo 19:26).

Versículos para usar cuando eres atacado:


Si estás siendo oprimido espiritualmente, si estás luchando
contra algunos demonios fuertes, los siguientes son algunos
versículos efec vos para usar en la oración:

Salmo 23:4: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No


temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu
cayado me infundirán aliento.”

Romanos 8:38-39: “Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni


la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni
lo por venir, Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá
apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Salmo 27:1: “Jehová es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré?


Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?

San ago 4:7: “Someteos pues a Dios; resis d al diablo, y de


vosotros huirá.”

Entonces, en resumen, recuerda siempre, por el resto de tu


vida, que estás peleando una batalla espiritual. Estamos librando
una guerra contra los espíritus malignos que influyen en los demás
y que intentan influir en nosotros. Esto requiere una mentalidad
completamente nueva. Como cris ano, debes reaccionar ante las
personas no con ira, sino en paz. Necesitas orar por los demás.
Necesitas orar por mismo, así:

Oración:
“Padre, ayúdame a ser fuerte en mi batalla para vencer el poder
del enemigo, en mi vida y en la vida de los demás por los que tengo
en oración. Ayúdame a recordar que no estoy luchando contra la
carne y la sangre, ni contra las personas; ayúdame a recordar que
estoy luchando contra los principados, contra los poderes, contra
los gobernantes de la oscuridad de este mundo, contra la maldad
espiritual en los lugares altos. En otras palabras, estoy luchando
contra los espíritus malignos.
Y la única forma en que puedo obtener la victoria es si me
apoyas en esta pelea. Entonces, Señor, te invito a que entres en mí
totalmente, para llenarme del Espíritu Santo; y ayúdame a vivir
una vida justa, a hacer lo correcto; porque sé que las oraciones de
un hombre justo son poderosas y efec vas. Ayúdame a resis r al
diablo para que huya de mí. Te lo agradezco Señor. En el nombre
de Jesús, amén.”
4. El día malo
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resis r en el día malo, y estar firmes,
habiendo acabado todo.”
-Efesios 6:13

Efesios 6:11 y 6:13 son versículos muy similares. Pablo nos


dice en ambos versículos que nos pongamos “toda la armadura de
Dios.” El versículo 11 nos dice específicamente: “Ves os de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.” Ya mencionamos un gran detalle en el
Capítulo 2 que se trata de la importancia de ponerse toda la
armadura de Dios, la importancia de no dejar grietas en nuestra
armadura. También hablamos de la importancia de ser conscientes
de las ar mañas o trucos del diablo.
En el versículo 13, sin embargo, hay dos diferencias claves: La
mención del “día malo” y la importancia de “estar firmes” después
de la batalla. Primero, vamos a hablar acerca del “día malo.”
¿Alguna vez has tenido un mal día? Quiero decir, ¿un día
realmente malo? Un día en que nada resulta bien? Quizás no
dormiste bien durante la noche. Tal vez estabas tan apurado que
no te podías desayunar. Quizás tuviste problemas mecánicos con el
carro. Posiblemente tuviste un desacuerdo con alguien en tu
trabajo. A lo mejor (o peor) te despidieron. Tal vez problemas con
tu esposa o esposo, tu novia o novio, hijos o amigos. Para aquellos
que están en la cárcel o prisión, quizás un mal día es un
sen miento intenso de preocupación, soledad o depresión.
La palabra griega para “malo” en el “día malo” es πονηρᾷ, o
“ponēra,” relacionado con pónos, que significa “dolor” y
“problemas laboriosos.”[10] También puede significar “agobiado
por el dolor,” enfa zando las inevitables agonías que siempre
acompañan al “mal.” En otras palabras, un día “malo” es un día
que causa mucho dolor y tristeza. Esta misma palabra, “ponēra,”
se usó en el libro de los Hechos para describir a algunos espíritus
malignos que vencieron a los siete hijos de Sceva:

“Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron a


invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus
malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica. Y
había siete hijos de un tal Sceva, Judío, príncipe de los sacerdotes,
que hacían esto. Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús
conozco y sé quién es Pablo: mas vosotros ¿quiénes sois? Y el
hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y
enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que
huyeron de aquella casa desnudos y heridos.” (Hechos 19:13-16).

Cuando se trata del mal, no hay mucho más mal que algunos
espíritus inmundos que atormentan la mente humana. Y si estás
siendo atacado por una opresión maligna, no puedes deshacerte
de ella por medios humanos. Esto es lo que sucede cuando
intentas ir a la batalla sin usar toda la armadura de Dios. Una
persona que intenta expulsar un espíritu maligno, pero no es un
cris ano fuerte y no está llamada a este po de ministerio
especial, podría, como en este caso, ser dominada por espíritus
malignos.
Ten en cuenta que el espíritu dijo: “A Jesús conozco y sé quién es
Pablo: mas vosotros ¿quiénes sois?” Entonces este espíritu había
visto el poder de Jesús y lo conocía bien, y probablemente le
temía. Lo mismo con el apóstol Pablo. Pero estos siete hijos de
Sceva NO eran conocidos por los espíritus malignos como alguien
a quien temer; aparentemente no tenían la presencia del Espíritu
Santo para par cipar en este po de ministerio. Puede que ni
siquiera hayan sido cris anos.

La maldad en el mundo hoy


Este po de evento es raro en nuestra cultura hoy día, pero
sucede. Un amigo mío fue a un campamento juvenil de la iglesia
en las montañas. Uno de los jóvenes allí no era cris ano; de hecho,
llevaba ropa oscura y se sabía que estaba involucrado en algún
po de ac vidad oculta. Durante uno de los servicios, el pastor de
jóvenes se sin ó guiado a orar por el joven, pero aparentemente el
pastor no tenía suficiente poder, protección, ni el llamado de Dios
para llevar a cabo este ministerio. El pastor intentó expulsar a un
demonio o demonios del joven, pero en cambio, el demonio o
demonios aparentemente saltaron del joven y atacaron
temporalmente al pastor, haciendo que este gritara y corriera
histéricamente. Aparentemente, el pastor de jóvenes no tenía el
llamado ni la protección espiritual para par cipar en este po de
oración.
La Biblia también nos dice que el ayuno puede tener un efecto
poderoso en este po de ministerio. En el evangelio de Marcos,
Jesús expulsó un espíritu maligno que los discípulos no pudieron
echar fuera. En Marcos 9:17-29, leemos:
“Y respondiendo uno de la compañía, dijo: Maestro, traje a mi
hijo, que ene un espíritu mudo, El cual, donde quiera que le toma,
le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va
secando: y dije a tus discípulos que le echasen fuera, y no
pudieron.” (v. 17-18).

Esta incapacidad por parte de los apóstoles para realizar parte


de su comisión, molestó a Jesús: después, Jesús dijo:

“Y respondiendo él, les dijo: Oh generación infiel! ¿hasta cuándo


estaré con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmele.
Y se le trajeron: y como le vió, luego el espíritu le desgarraba; y
cayendo en erra, se revolcaba, echando espumarajos.” (v. 19-20)

Este es un caso de posesión severa: el espíritu maligno arrojó al


muchacho al suelo y le hizo espuma en la boca. De hecho, el padre
incluso llegó a decir que su hijo “Muchas veces lo ha echado al
fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten compasión
de nosotros y ayúdanos.” (v. 22 NVI). Entonces el muchacho
incluso se arrojó al fuego. Esta es una de las cosas que los
demonios intentan hacer: destruirnos. ¡Pero debemos estar en
guardia para nunca llegar a este punto!

¡Todo es posible!
Y aquí, en el versículo 23, es donde Jesús dice una de sus
grandes citas Bíblicas: “Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree
todo es posible.” ¡Piensa en eso! ¡TODAS las cosas son posibles
para el que cree! ¡La mayoría de los cris anos no enen idea de
cuánto poder enen, si solo lo usaran!
Entonces el padre dice algo con lo que creo que todos nos
podemos iden ficar:
“Y luego el padre del muchacho dijo clamando: Creo, ayuda mi
incredulidad.” (v. 24).

¿Cuántas veces también le hemos pedido a Dios que nos ayude,


ya sea con incredulidad, falta de fe, falta de oración o de leer
nuestra Biblia, o alguna otra cosa? La verdad es que no podemos
hacer NADA por el Reino de Dios a menos que le pidamos al Señor
que nos dé el poder para hacerlo.
Bueno, para terminar nuestra historia aquí, Jesús expulsó al
espíritu sordo y tonto, pero luego sucedió algo interesante: los
discípulos le preguntaron a Jesús en privado: “¿Por qué nosotros
no pudimos echarle fuera?” (v. 28). En otras palabras, Jesús, ¿qué
pasó? ¿Cómo es que pudimos expulsar a todos esos otros espíritus
malignos, pero NO ESTE? Y Jesús respondió: “Y les dijo: Este
género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” (v. 29). En
otras palabras, Jesús estaba diciendo, “si no enes el hábito de
orar, REALMENTE ORAR, y si no enes el hábito de ayunar,
REALMENTE AYUNAR (negándote comida a veces para realmente
buscar a Dios), entonces no podrás expulsar a un espíritu maligno
tan poderoso como este.”
Por lo tanto, Jesús nos dice que hay diferentes niveles de
espíritus malignos. Algunos son más poderosos que otros.
Recordarán que mencionamos esto en el Capítulo 3, “Una batalla
espiritual”. Entonces, ¿recuerdan que estábamos hablando antes
sobre el “día malo?” Este podría ser un día en el que un demonio
más poderoso que el habitual los ataca. O tal vez varios demonios.
O quizás usan un ataque diferente que realmente te desanima. En
cualquier caso, debemos estar LISTOS cuando llegue ese día malo.
¡Necesitamos estar preparados espiritualmente, con toda la
armadura puesta, en todo momento!

Una lección de Isaías


Aunque el ayuno no se menciona en Efesios 6 como parte de la
Armadura de Dios, se menciona en otras partes de la Biblia como
un arma ofensiva y defensiva. Por cierto, cuando digo “arma,” el
ayuno, al igual que la oración, leer la Palabra y caminar en
san dad no son cosas que hacemos porque esperamos obtener
“cosas,” ya sean posesiones materiales o no.
Estos son parte del fruto del es lo de vida cris ano. Oramos,
leemos la Biblia y caminamos en san dad porque estas son
algunas de las cosas más importantes que la palabra de Dios nos
dice que hagamos, una y otra vez. Luego, como resultado de
nuestra obediencia, el Señor nos bendice con respuestas a la
oración y otras bendiciones.
Una vez conocí a un pastor que me contó sobre un avivamiento
tremendo que tuvo lugar en una pequeña iglesia rural al sur de
Fresno, California. Dijo que los miembros de su iglesia comenzaron
a venir temprano antes de los servicios para orar. Estas sesiones de
oración eventualmente se hicieron más y más largas. Dijo que
después de un empo, el Señor comenzó a sanar a muchos de los
que estaban enfermos o tenían algún otro problema sico.
A medida que la fama se extendió por todo el Valle de San
Joaquín de que esta era una iglesia donde Dios estaba haciendo
muchas sanidades milagrosas, la gente llegaba en grandes
números a esta pequeña iglesia con la esperanza de ser sanada.
Así es como funciona. Primero buscamos a Dios, y luego vienen las
bendiciones:

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su jus cia, y todas


estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33).

En el An guo Testamento, al igual que hoy, hubo algunas


personas que lo tenían todo al revés. Hicieron los hechos religiosos
superficiales, pero su corazón no estaba en ello. Y, como resultado,
Dios no los bendijo para nada. De hecho, la gente incluso se quejó
de ello. Dios incluso le dijo al profeta Isaías lo disgustado que
estaba con ellos:
“¿y hasta me reclaman: ¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en
cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas? Pero el día en
que ustedes ayunan, hacen negocios y explotan a sus obreros.
Ustedes solo ayunan para pelear y reñir, y darse puñetazos a
mansalva. Si quieren que el cielo a enda sus ruegos, ¡ayunen, pero
no como ahora lo hacen!” (Isaías 58:3-4 NVI)
Entonces, la gente está ayunando, y picamente con el ayuno
viene la oración. Pero Dios ni siquiera lo vio ni respondió. ¿Por
qué? Porque mientras se suponía que estas personas buscaban al
Señor, en cambio estaban haciendo negocios (haciendo cosas no
espirituales). No es mal trabajar; es mas, al contrario la Biblia dice
que “Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma.” (2
Tesalonicenses 3:10). Cuando estamos orando y / o ayunando, este
debería ser un empo totalmente dedicado a Dios.

Instrucciones sobre el ayuno


Deberíamos encontrar un lugar tranquilo, tomar nuestra Biblia y
orar. Tal vez puedas leer un poco la Biblia, encontrar un versículo
que te inspire y orar un poco más, tal vez incluso citando ese
versículo a Dios en oración.
Otro error de la gente aquí fue que su supuesto empo de
ayuno terminó en con endas y debates. De hecho, su conflicto se
volvió tan malo que terminó en violencia sica y peleas a
puñetazos (“para herir con el puño inicuamente”). ¡No es de
extrañar que el Señor no los estuviera escuchando! Si vas a pasar
empo orando y ayunando, y sientes que la cabeza se te está
calentando, ¡DETÉNTE y come algo!
NO serás muy buen tes go cris ano si te peleas con otros. Pero
si puedes aprender a orar y ayunar mientras al mismo empo
mantengas el autocontrol, ahora ESO es con lo que Dios está
complacido. Una nota sobre el ayuno: es mejor comenzar
omi endo solamente una comida para pasar empo en oración,
que intentar un ayuno más largo. Si hay reglas vigentes donde sea
que estés, debes seguirlas. Además, para aquellos que enen
algún po de condición médica, se recomienda no ayunar o
hacerlo bajo la supervisión de un médico. Pero Dios nos da algunas
instrucciones para un ayuno correcto:

“¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su


alma, que encorve su cabeza como junco, y haga cama de saco y
de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?”
(Isaías 58:5)

La imagen aquí de un hombre afligiendo su alma recuerda la de


un arrepen miento sincero y humilde. Encorvar o inclinar la
cabeza es una postura de seria dedicación al Señor. En los empos
an guos, era costumbre usar tela de saco (como un viejo saco de
papa) y sentarse en las cenizas, como símbolo de luto, tanto por
los propios pecados como por los pecados de los demás. Hoy en
día, tales costumbres ya no se prac can, pero la idea de tener una
ac tud de humildad y tristeza aún debe prac carse.

Una victoria espiritual


Si realmente ponemos en prác ca estos hábitos antes
mencionados, acompañados de una ac tud sincera y santa, Dios
nos dice que pueden ocurrir algunos milagros reales:

“¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de


impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres a los
quebrantados, y que rompáis todo yugo?” (v.6)
Este es uno de los versos más poderosos Biblicas. ¿No quisieras
que tus oraciones fueran tan efec vas que pudieran “desatar las
ligaduras de impiedad?” ¿No te gustaría que tus oraciones
pudieran “deshacer los haces de opresión” o, es decir, romper las
cadenas de la esclavitud al alcohol, las drogas y la inmoralidad
sexual? ¿No quisieras que tus oraciones pudieran “deshacer los
haces de opresión” del pecado en tu vida y en la vida de los
demás? ¿No te gustaría que tus oraciones pudieran “dejar ir libres
a los quebrantados,” para liberarte a mismo y a otros de la
opresión de los espíritus malignos que frecuentemente llenan tu
mente de malos pensamientos?
¿No quisieras que tus oraciones pudieran romper “todo yugo,”
es decir, liberarte totalmente y finalmente de toda conexión
malvada, incluida la par cipación oculta y otras formas de
pecado? Bueno, la Biblia nos dice cómo hacerlo. La pregunta es,
¿cuántos de nosotros somos verdaderamente obedientes para
cumplir con esto? Este poderoso pasaje en Isaías con núa
mencionando algunas cosas adicionales que debemos hacer para
mostrar nuestra humildad y obediencia:

“¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres


errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y
no te escondas de tu carne?” (v. 7)

Entonces, todos ustedes que enen mucho para comer: ¿Alguna


vez refleccionan por un momento para recordar que hay muchas
personas en el mundo de hoy que NO enen mucho para comer?
¿Alguna vez te de enes por un momento para dar a los
hambrientos? Pregúntale al Señor qué quiere que hagas para
ayudar a los hambrientos, y realmente creo que él te lo mostrará.
En el pasado, mi familia ha ayudado a personas en nuestra misión
de rescate local, llevando comida, especialmente un pavo
horneado para el Día de las Gracias.
También hemos donado a este ministerio, que alimenta y da
techo a las personas desamparadas, y a drogadictos, y enen un
programa para enseñar habilidades a estas personas para ser
autosuficientes, libres de adicciones y con Jesucristo en sus vidas.
No estoy diciendo esto para presumir. Simplemente estoy dando
un ejemplo de una cosa que el Señor me ha guiado a mí y a otros a
hacer. Y si haremos lo que Dios, a través de Isaías, nos dice, y con
un corazón sincero y sin orgullo, mira lo que Dios hará:

“Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver


presto; e irá tu jus cia delante de , y la gloria de Jehová será tu
retaguardia.” (v. 8)

¡Solo imaginate la maravillosa y poderosa luz del sol


atravesando las oscuras nubes del amanecer! Algunas otras
versiones traducen “salud” como “sanidad.” ¡Imaginate que
nuestra sanidad, ya sea espiritual o sica, suciediera de repente!
¡Una VICTORIA ESPIRITUAL! Una victoria en forma de una
respuesta divina dramá ca, generalmente después de un período
de oración largo y sostenido. Con frecuencia, una victoria se
acompaña de una fuerte presencia del Espíritu Santo, que puede
manifestarse de muchas maneras: puede haber sanidad; o, la
presencia de Dios puede convencer a algunas personas de pecado;
también puede bendecirnos, llenándonos, como dice el viejo
himno, con “¡alegría indescrip ble y llena de gloria!”
Entonces, cuando el Señor pone una carga en tu corazón para
orar por mismo, por alguien, o por alguna situación di cil, sigue
orando y, en algunos casos, ayunando. Y, si lo haces, con un
corazón sincero de jus cia, realmente creo que su Palabra es la
misma hoy que en los empos de Isaías.
Primero superar, luego estar firme
La parte final de Efesios 6:13 dice: “y estar firmes, habiendo
acabado todo.” Entonces, después de haber luchado contra el
enemigo en el Día Malo, después de haber resis do sus ataques
fuertes, deberíamos estar firmes en el campo de batalla.
Esperemos que no estemos heridos e incapaces de estar de pie.
Esto es lo que les sucede a muchos cris anos que piensan que van
a ser lo suficientemente fuertes simplemente yendo a la iglesia
algunas veces al año, y casi nunca oran o leen su Biblia. Vivir así es
una invitación al desastre y la derrota. ¿Amas al Señor con todo tu
“corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus
fuerzas?” (Marcos 12:30) Y, como resultado de ese amor por Dios,
sigo diciéndoles a los que están en nuestra cárcel local que
deberían estar haciendo lo siguiente :

1. Leer la Biblia regularmente. Además, subraya los versículos


que lees que realmente te bendicen. Memoriza algunos de ellos
para que puedas usarlos en oración cuando llegue el Día Malo. Leo
un capítulo de la Biblia al día, a veces más. Me lleva unos 3.5 años
terminar la Biblia completa. ¿Qué hago después de terminar?
¡Comienzo de nuevo! ¡Y cada vez que leo la Palabra de Dios,
aprendo cosas nuevas!

2. Camina en san dad o jus cia. “La oración del justo, obrando
eficazmente, puede mucho.” (San ago 5:16). Entonces las
oraciones de un hombre JUSTO, uno que está viviendo en una
relación correcta con Dios, “puede mucho.” Otras traducciones
dicen, “la oración de un hombre justo es poderosa y efec va.”
(NVI) ¿No quieres que tus oraciones sean poderosas y efec vas?
¡Entonces vive de la manera justa o CORRECTA! En otras palabras,
haz todo lo posible para eliminar el pecado de tu vida. Pero no
puedes hacerlo solo. Pídele a Dios que te ayude.
3. Orar. Y no solo una breve oración. Si realmente quieres que
Dios comience a trabajar en tu vida y en los miembros de tu
familia y amigos por los que oras, debes pasar empo con Dios.
¿Cuánto empo, puedes preguntar? ¡Eso es entre tú y Dios! 2
Corin os 9:6 nos dice:

“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el


que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.”

Entonces, si siembras muchas semillas de oración, cosecharás


muchas bendiciones y poder. Si siembras solo unas pocas semillas
de oración, no tanto.
Si todos haremos estas cosas, junto con lo que el Espíritu Santo
le diga que hagamos, seremos soldados fuertes para Cristo,
resis endo los ataques del enemigo en el Día Malo y en otros días.
Si vamos a la batalla completamente preparados antes de empo;
si usaremos armas como la oración y la lectura de la Palabra
mientras ayunemos; si con nuaremos orando hasta que
experimentemos una verdadera victoria; si caminaremos en
san dad; si ayudamos, tanto como sea posible, a los hambrientos
y necesitados; entonces nuestra luz brotará como el amanecer, ¡y
nos mantendremos como guerreros fuertes para el Señor, en el
campo de batalla como vencedores!

Oración:
“Padre, ayúdame a ser fuerte cuando lleguen esos días malos,
cuando el enemigo me esté atacando fuerte. Ayúdame a recordar
a prepararme para el Día Malo con mucha an cipación; leer y
memorizar versos de tu Palabra; ayúdame a caminar en san dad,
porque sé que las oraciones de un hombre justo son poderosas y
efec vas. Así que ayúdame a vivir de manera justa, a hacer lo
correcto, para que puedas escuchar mis oraciones. ¡Ayúdame,
Señor, a ser fuerte antes de la batalla; para que después de que
termine el ataque, todavía esté de pie en el campo, en victoria!”
5. La cintura de verdad
“Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad…”
-Efesios 6:14a

Algunas versiones de la Biblia traducen Efesios 6:14a así:


“ Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad...”
(NVI). ¿Por qué usamos un cinturón? Para sostener nuestros
pantalones. Sin cinturón, los pantalones podrían caerse. Cuando
Pablo habla del “cinturón de la verdad,” está diciendo que la
verdad es la base de nuestra fe y nuestras vidas. Sin verdad en
nuestras vidas, una parte importante de nuestra armadura
espiritual se cae, y nos dejamos vulnerables a los ataques del
enemigo.
Lo contrario de una verdad es una men ra. ¿Cuántos de
nosotros hemos dicho una men ra? Probablemente todos. ¿Y qué
pasó después de que dijimos esa men ra? En muchos casos,
fuimos interrogados e intentamos encubrir la primera men ra con
OTRA men ra. Algunas personas piensan que echar men ras no es
gran cosa. O bien, racionalizan decir men ras, alegando que “al
menos men r no es tan malo como robar o matar.” Pero Dios no lo
ve de esa manera. Dios odia todas las men ras, y este es un tema
que se menciona vez tras vez en las Sagradas Escrituras. Para Dios,
men r es pecado, y “por cuanto todos pecaron, y están des tuidos
de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

La verdad y las men ras en la Biblia


La Biblia ene muchos ejemplos de personas que dicen tanto la
verdad como la men ra, y las bendiciones y consecuencias de cada
una. Por ejemplo, es uno de los Diez Mandamientos:

“No hablarás contra tu prójimo falso tes monio.” (Exodo


20:16).

¿Alguna vez ha estado en una corte y escuchado a un tes go


decir algo falso? O, algún tes go dirá una verdad parcial, luego
hábilmente men rá o hará cambiar la verdad para echarle la culpa
a otro, mientras se hacen parecer inocentes o menos responsables
de un crimen de lo que realmente son. ¿Qué pasaría si este falso
tes go dice una men ra que resulta en que una persona inocente
caiga en la cárcel? O, ¿qué pasa si este falso tes monio resultó en
que a una persona recibiera más empo en la cárcel de lo que
merecía? ¿Y si esa persona eras tú? ¿Cómo te hizo sen r? Bueno,
¿cómo crees que se siente Dios cuando le hacemos lo mismo?
Hay muchos casos de personas inocentes que han sido
liberadas, después de que se descubrió que un tes go dio falso
tes monio. Entonces, decir una men ra es un asunto serio para
Dios. No solo eso, sino que decir una men ra también puede ser
un asunto legal serio. Hoy hay muchas personas en la cárcel y en la
prisión que no están allí por robo o asesinato, sino por hacer una
declaración falsa a un oficial de policía. También hay muchas
personas que están encerradas hoy en día por hacer una
declaración falsa bajo juramento durante un juicio penal o civil.
Esto se llama perjurio. Entonces, la conclusión es que, pase lo que
pase, solo diga la verdad y te evitarás mucho dolor, tanto ante Dios
como ante el hombre.
En la sociedad actual, vemos a muchas personas acusadas de
muchos pos de delitos. Todas las acusaciones deben ser
decididas adecuadamente en una corte legal. Por lo general, la
verdad sale a la luz. En algunas ocasiones, las personas mienten o
dicen medias verdades, y esto puede ser muy perjudicial.
Debemos tener mucho cuidado con lo que decimos sobre las
personas, ya sea en las redes sociales, mensajes de texto, si somos
tes gos en la corte, o lo que decimos en público. Que esto sea una
advertencia para todos nosotros: las men ras pueden destruir
vidas, así que ten cuidado con lo que dices o escribes.

En el An guo Testamento, hubo graves consecuencias para los


falsos tes gos:

“Cuando se levantare tes go falso contra alguno, para tes ficar


contra él rebelión, Entonces los dos hombres li gantes se
presentarán delante de Jehová, delante de los sacerdotes y jueces
que fueren en aquellos días: Y los jueces inquirirán bien, y si
pareciere ser aquél tes go falso, que tes ficó falsamente contra su
hermano, Haréis a él como él pensó hacer a su hermano: y
quitarás el mal de en medio de .” (Deuteronomio 19: 16-19)

Entonces, si un tes go falso acusó a alguien de algún delito,


como asesinato, si se encontró que su tes monio era una men ra,
entonces el tes go falso mismo fue ejecutado. ¡Decir una men ra
es muy serio ante Dios! Por esta razón, si vamos a ponernos
nuestra armadura espiritual de Dios, debemos examinarnos para
asegurarnos de no decir men ras, medias verdades o par cipar en
ningún otro po de falsedades.
Cuando antes yo decía una men ra
Durante tres años de mi vida, vivía en México. La versión corta
de esta historia es que había sido estudiante de intercambio y viví
un verano con una familia en el estado de Sonora. Conocí bien a la
familia, y años después, uno de los jóvenes de la familia se cambió
a Baja California para estudiar allí. Fui a visitarlo algunas veces. Al
mismo empo, estaba en un punto de mi vida en el que me reunía
con amigos y tomaba mucho alcohol. Sen que necesitaba un
cambio en mi vida. Entonces, ahorré algo de dinero y pensé que
tal vez podría vivir en México por un empo, para poner algo de
distancia entre mis amigos y yo.
Entonces, me cambié a Ensenada, al sur de Tijuana, en agosto
de 1979. Aproximadamente dos años después empecé a asis r a
un templo evangélico allí y le pedí al Señor Jesús a que entrara a
mi vida. Fui liberado de mi adicción al alcohol, e incluso yo era
ac vo cantando coros y tocando la guitarra en la los servicios. Sin
embargo, todavía tenía un pequeño problema: había cruzado la
frontera de vez en cuando para visitar a mi familia.
Y cada vez que cruzaba la frontera, la Migra o el agente de
Aduana me preguntaban, “¿a dónde fuiste?” A lo que respondía,
“Ensenada”. Luego, me preguntaban, “¿cuánto empo estuviste
allí?” Ahora, la mayoría de los estadounidenses responderían
“durante el fin de semana,” o tal vez una o dos semanas. Pero
antes de ser salvo, siempre men a y decía “una semana” o “un par
de semanas.” La verdad era que a veces estuve allí durante varios
meses. Esto fue antes de que nuestro gobierno federal requiriera
pasaportes. Hoy en día, cada vez que uno cruza la frontera aparece
en una base de datos, vinculada a su número de pasaporte.

Un hábito de men r
Entonces, tenía yo la costumbre de men r. Técnicamente estaba
viviendo en México ilegalmente. ¡Imaginate eso! Pero después de
conver rme en cris ano, sen una convicción por este mal hábito.
Empecé a orar: “Señor, no quiero tener que seguir min endo
como antes. Si me preguntan cuánto empo he estado en México,
ayúdenme a decir la verdad. Señor, si es posible, mueve las cosas
para que ni siquiera me pregunten eso. Pero si lo hacen, dame la
fuerza para ser honesto en mi respuesta.”
Bueno, puedo decirte que en el úl mo año que viví en México,
¡nunca me preguntaron cuánto empo estuve allí! ¡Que buena
contestación a la oración! Más tarde, volví a vivir de nuevo en los
Estados Unidos, empecé a trabajar de maestro, y obtuve un
pasaporte para poder cruzar la frontera legalmente. Entonces,
cualquiera que sea la situación en la que se encuentre uno, si
men r ha sido parte de tu es lo de vida, ore a Dios para que
cambie las circunstancias para que ya no tengas que cometer este
pecado. Al hacerlo, mantendrás el Cinturón de la Verdad bien
sujeto alrededor de la cintura, para que no caigas en algún po de
consecuencia grave.

Las men ras de Ananías y Safira


Uno de los ejemplos más dramá cos y trágicos de las
consecuencias de la men ra es la historia de Ananías y Safira en el
libro de los Hechos:

“Mas un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una


posesión, Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer; y
trayendo una parte, púsola a los pies de los apóstoles. Y dijo
Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón a que
min eses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ? y vendida, ¿no estaba en tu
potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has men do a
los hombres, sino a Dios. Entonces Ananías, oyendo estas
palabras, cayó y espiró. Y vino un gran temor sobre todos los que
lo oyeron. Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo,
sepultáronlo.” (Acts 5:1-6)

Ten en cuenta que no había nada de malo en que Ananías


vendiera la erra y se quedara con parte de las ganancias mientras
donaba el resto como una ofrenda a la iglesia. El error de Ananías
fue que echó una men ra, reclamando que estaba dando la
can dad total de la venta a la iglesia, aparentemente para ganar
más atención o pres gio entre los demás hermanos. El pecado de
Ananías fue tan grave que Pedro dijo “no has men do a los
hombres, sino a Dios.” Cuando la presencia del Espíritu Santo está
entre nosotros con poder, debemos tener mucho cuidado para no
decir nada falso. Entonces, como resultado de su terrible men ra,
Ananías cayó muerto (“cayó y espiró”) y fue enterrado. Un des no
similar pasó su esposa, Safira:

“Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su


mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le
dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del
Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu
marido, y te sacarán. Y luego cayó a los pies de él, y espiró: y
entrados los mancebos, la hallaron muerta; y la sacaron, y la
sepultaron junto a su marido. Y vino un gran temor en toda la
iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas.” (Acts 5:7-11)

Decir la verdad vs. las men ras


Ahora, vamos a examinar el decir la verdad en comparasión con
las men ras en un sen do prác co. Supongamos que estás
solicitando un trabajo. En la solicitud de empleo, te encuentras
con esta pregunta: ¿Alguna vez ha sido convicto debido a un delito
grave? O: ¿Alguna vez ha sido despedido de algún trabajo por
cualquier razón? Tienes que hacer una decisión: si mientes y
respondes que “no,” la compañía que te contrata puede ejecutar
su verificación de antecedentes y probablemente descubra que, de
hecho, has sido hallado culpable de un delito, o que has sido
despedido de un trabajo anterior. Y muchas veces hay
consecuencias por hacer tales declaraciones falsas.
Supongamos que mientes en tu solicitud y te contratan para
el trabajo. Si más adelante se demuestra que la información que
proporcionnaste es falsa, esto podría ser mo vo de terminación.
Una men ra también podría ser causa de una demanda legal.
Suponga que afirmas ser contra sta con licencia, pero NO enes
licencia. Suponga que alguien te contrata para hacer un trabajo de
construcción, como instalar un techo de pa o. Suponga que
ignoraste ciertos códigos de construcción, o que no usaste los
materiales correctos.
O tal vez tú o uno de tus trabajadores no ancla correctamente
las columnas de apoyo. Supongamos que después de que se
construye el techo, cae sobre el cliente y lo hiere, o causa la
muerte. Podrías ser demandado por negligencia y falsa
representación de tu empresa, ya que no tenías licencia. Entonces
sí, las men ras pueden meterte en problemas de muchas
maneras. Sería mucho mejor para representarte a mismo
como un “handyman,” un término legal que le permite hacer
pequeños trabajos de construcción que pagan menos de $500 por
trabajo. (Al menos, esa es la ley en California a par r de este
escrito).
Ahora, algunas personas podrían protestar, “pero si no miento
en la solicitud, ¡no me contratan! ¿Cómo voy a alimentar a mi
familia?”Ahora AQUÍ es donde entra la fe. Si Dios pudiera cuidar a
los hebreos en el desierto del Sinaí durante unos 80 años,
dándoles maná y codornices, ¿no crees que el Señor es suficiente
grande y poderoso para cuidarte hoy? Jesús nos dijo:
“Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis
de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis
de ves r: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el
ves do? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
allegan en alfolíes; y vuestro Padre celes al las alimenta. ¿No sois
vosotros mucho mejores que ellas? Mas ¿quién de vosotros
podrá, congojándose, (preocupándose) añadir a su estatura un
codo?” (Mateo 6:25-27)

En otras palabras, Jesús está diciendo, “¿por qué estás tan


preocupado por lo que vas a comer, beber y ves r?” Luego les
recuerda que el “Padre celes al los alimenta” y ¿no estás “mucho
mejores que ellas?” Entonces, si tenemos fe en que Dios nos
cuidará no obstante qué pase, también debemos tener fe para
decir la verdad en una solicitud de empleo, incluso si no
obtenemos el trabajo. ¿Quién sabe? ¡Quizás TODAVÍA consigas el
trabajo! O tal vez Dios ene otro trabajo para . ¡Quizás Dios ene
un mejor trabajo para ! ¡Tal vez esto sea una prueba de tu fe
para ver si realmente dirás la verdad, y confiar en que Dios te
cuidará de alguna manera!
Muchos patrones están dispuestos a perdonar ciertos delitos
anteriores, especialmente si ven evidencia de que eres una
persona diferente. Suponga que en la entrevista eres honesto
sobre tu pasado y le dices a tu posible empleador: “Sí, he
come do algunos errores en el pasado, pero ya no soy la misma
persona.” Muchos empleadores están dispuestos a darte una
segunda oportunidad.
Pero supongamos que no te contratan, incluso después de que
haya sido honesto en tu solicitud de empleo. ¿No es Dios más
grande que ese po de revés temporal? ¿No crees que eres
“mucho mejor” que los pájaros, que Dios también alimenta?
¡Recuerda, fuiste creado a imagen de Dios! ¡Eres de mucho valor
para el Señor, y él te está cuidando cada segundo de cada día! Si
no ob enes un trabajo en el primer lugar donde solicitas, ¡sigue
intentando! ¡Y sigue orando! Puedes obtener una oferta de trabajo
totalmente inesperada, ¡una VICTORIA total! Él te cuidará, SI lo
pones primero en todo lo que haces; y SI dices la verdad, incluso
cuando estés fuertemente tentado a hacer lo contrario. Al hacerlo,
¡realmente te pondrás el Cinturón de la Verdad como parte de la
Armadura de Dios!

Oración:
“Padre, ayúdame a ponerme el Cinturón de la Verdad. Ayúdame
a ser honesto en todo lo que hago. Ayúdame a decir la verdad, y no
men r de ninguna manera. Ayúdame a recordar que hay
consecuencias por decir men ras, así que, por favor, Señor, guía
mis pies en el camino de la jus cia. Ayúdame a hacer lo correcto,
incluso cuando me pueda costar un trabajo, dinero u otra cosa. Si
soy tes go en un juicio, dame fuerzas para decir la verdad.
Ayúdame a decir la verdad todo el empo, y de esta manera, creo
que me bendecirás tarde o temprano. En el nombre de Cristo Jesús,
amén.”
6. La coraza de la justicia
“…y ves dos de la cota (coraza) de jus cia”
-Efesios 6:14b

Muchas personas enen dificultades para entender lo que


significa la palabra “justo” o “jus cia.” Es realmente muy fácil:
significa tener una relación correcta con Dios. Según el diccionario,
también significa “actuar de acuerdo con la ley divina o moral,”
“libre de culpa o pecado” y “moralmente correcto o
jus ficable.”[11] En otras palabras, vivir una vida justa o vivir en
jus cia significa hacer y vivir lo correcto ante Dios. Y al hacer lo
moralmente correcto, esas cosas que son correctas, de acuerdo
con la Palabra de Dios, nos protegemos de mucho daño.
En la an güedad, los soldados llevaban una cota, o coraza que
protegía el pecho, y especialmente el corazón. Aparte de la cabeza,
el corazón es la parte más vulnerable del cuerpo humano. Es el
centro de nuestro sistema circulatorio, bombeando sangre
con nuamente a nuestros diferentes órganos, brazos, piernas,
incluso a nuestro cerebro. Incluso los soldados en los ejércitos
modernos de hoy en día usan armaduras corporales, que a
menudo incluyen placas para proteger el pecho, hechas de acero
balís co u otro material que ha sido probado y demostrado que
de ene la mayoría, si no todas las balas.
De la misma manera que una coraza protege nuestro corazón,
simplemente haciendo lo correcto día a día y teniendo una
relación correcta con Dios, nos protegemos naturalmente de
muchos ataques del enemigo. Eso no quiere decir que Satanás y
sus demonios no nos ataquen, ¡lo hacen! Pero si uno solamente
vive su vida y hace lo correcto, una y otra vez, sin caer en hábitos
malos o corruptos, ¡disfrutará de un nivel de protección que nunca
creyó posible!
Para entender cómo tener una relación correcta con Dios, o vivir
una vida justa, echemos un vistazo de cerca a algunos pasajes de la
Biblia que específicamente hablan de esto. El capítulo 5 del libro
de Romanos usa palabras como “justo” y “jus ficado,” que son
muy similares. El diccionario define “jus ficar” como “juzgar,
considerar o tratar como justo y digno de salvación.”[12] Veremos
cómo se usan estas palabras en diferentes versiones de la Biblia.
Veamos también de cerca la muerte de Jesucristo en la cruz y
cómo afecta exactamente nuestra relación con Dios:

“Jus icados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos
entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” (Romanos 5:1-2)

Cuando nosotros, como pecadores, somos jus ficados por el


sacrificio de Jesucristo en la cruz, somos llevados a una relación
correcta con Dios. Antes de ser jus ficados, estábamos separados
de Dios: “Por cuanto todos pecaron, y están des tuidos de la gloria
de Dios...” (Romanos 3:23). Si nos quedamos des tuidos de la
gloria de Dios, quiere decir que estamos distantes de él, separados
por el pecado. Pero cuando le pedimos a Dios que nos perdone
nuestros pecados, y le pedimos que venga a nuestras vidas,
movilizamos todo el poder de la muerte y resurrección de
Jesucristo; y este poder nos jus fica y nos lleva a una relación
correcta con el Señor. Jesús fue el úl mo sacrificio por nosotros:

“Porque Cristo, cuando aún éramos flacos, (débiles) a su empo


murió por los impíos. Ciertamente apenas muere algun por un
justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:6-8).

Éramos débiles e impíos. Éramos pecadores y separados de


Dios. Entonces, para cerrar la brecha entre el hombre y Dios, el
justo Jesús murió por nosotros, los injustos.

“Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más


reinarán en vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de
gracia, y del don de la jus cia. Así que, de la manera que por un
delito vino la culpa a todos los hombres para condenación, así por
una jus cia vino la gracia a todos los hombres para jus ficación de
vida. Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron cons tuídos pecadores, así por la obediencia de uno los
muchos serán cons tuídos justos.” (Romanos 5:17-19)

Ten en cuenta que la jus cia se describe aquí como un regalo.


No podemos ganar la gracia, o el don de Dios:

“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros,


pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.”
(Efesios 2: 8-9)

Somos salvos por la fe en Jesucristo, no por nuestras buenas


obras. Nuestra jus cia comienza a través de nuestra fe en Cristo.
Nadie es justo sin él, y por la fe en él, Dios nos acepta como justos.
Solamente somos justos en Jesucristo, nuestro salvador, al confiar
en él. Dicho esto, una vez que estemos verdaderamente salvos,
deberíamos mostrar evidencia de nuestra fe en acción con “fruto:”

“O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, ó haced el árbol


corrompido, y su fruto dañado; porque por el fruto es conocido el
árbol.” (Mateo 12:33)

Entonces, si damos fruto malo o corrupto, es evidencia de que


estamos viviendo una vida de hipocresía, que realmente
necesitamos estar bien con Dios. Por otro lado, si estamos dando
buen fruto como evidencia de una verdadera experiencia de
salvación, esto es prueba de que realmente estamos creciendo en
nuestra fe. Ahora, ¿qué quiere decir “fruto?” Mira:

“Mas el fruto del Espíritu es: caridad, (amor) gozo, paz,


tolerancia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza:
contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5: 22-23).

Si nuestra fe en Jesucristo es verdaderamente genuina,


mostraremos amor hacia los demás. Si realmente somos salvos,
sen remos alegría y paz, y seremos gen les en lugar de severos
con los demás. La ÚNICA forma en que podemos producir buen
“fruto” en nuestras vidas es permanecer o vivir al 100% en Jesús:

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; (ramas) el que está en mí,
y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis
hacer.” (Juan 15:5).

Entonces, hay el trabajo inicial donde somos declarados justos


que acompaña la salvación. Pero después, los verdaderos
cris anos viven un es lo de vida de jus cia:
“Bienaventurados los que enen hambre y sed de jus cia:
porque ellos serán hartos (llenos).” (Mateo 5: 6)

Detente por un momento y reflexiona sobre lo que significa


“hambre y sed” de jus cia. Esto no es como la persona que dice o
piensa: “Oh, supongo que debería que leer mi Biblia...creo que
realmente debería ir a la iglesia...supongo que debería orar de vez
en cuando...creo que debería hacer lo honesto...” No, una persona
verdaderamente justa realmente espera hacer todas estas cosas.
El hombre justo no hace lo correcto y piadoso porque TIENE que
hacerlo; ¡hace lo correcto y piadoso porque QUIERE hacerlo!
Pero no pienses que algunas pruebas y tribulaciones no te
pasarán de vez en cuando:

Perseguido por ser justo


A veces, los cris anos son perseguidos por su fe:

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la


jus cia: porque de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5:10)

A veces, la gente te cri cará porque haces lo honesto o justo,


incluso cuando muchas de esas personas hacen lo deshonesto. Y si
se quejan de o te cri can, es problema de ellos. No solo eso, sino
que Jesús dijo que seremos “bendecidos.” Entonces, al hacer lo
correcto, incluso cuando tenga la oportunidad de extraviarse, de
alguna manera Dios te bendecirá. Puede ser con las finanzas, una
promoción en el trabajo o una bendición espiritual. Por supuesto,
hemos mencionado cómo un comportamiento justo también trae
protección.
Trabajé de maestro por muchos años. En una escuela primaria
en donde trabajé, se programaron varias clases para un día de
excursión. La escuela requería que los maestros reportaran un
conteo exacto del almuerzo, para que los trabajadores de la
cafetería pudieran preparar almuerzos en bolsas para los
estudiantes. Estaba yo a cargo de obtener la cuenta del almuerzo
para mi clase y otras dos clases que iban a la excursión. Hablé con
uno de los otros maestros, a quien nos referiremos como Frank.
Le pregunté: “Frank, ¿cuántos estudiantes enes hoy?” Él
respondió: “Bueno, en realidad tenemos 28 niños, pero solo diles
que son 32.” Entonces, Frank estaba tratando de reportar un
conteo falso de almuerzos, y quería que yo fuera parte de su
pequeño esquema. Tal vez quería devorar un par de almuerzos
adicionales, ¿quién sabe? En cualquier caso, fue algo incorrecto e
inmediatamente sen una convicción. Le dije, “Frank, voy a
informar la cuenta mía de almuerzo, ¡pero lo que quieras informar,
TÚ repórtalo!” ¡Oh, se enojó tanto! Sabía que yo era (y todavía
soy) cris ano, y Frank no era cris ano, por decir lo menos. Frank
respondió: “¡Ay, que pasó, Peter, no enes que ser tan santo todo
el empo!”
Si vas a hacer lo correcto, no esperes a que la gente te vaya a
querer todo el empo. Habrán momentos en las cuáles las
personas en el trabajo, tus amigos, e incluso algunos miembros de
tu familia te van a acusar de ser demasiado “santo,” o algo peor.

¡Nunca se sabe uno quién está mirando!


Me acuerdo de otra historia. Una vez, compré un carro usado
con un señor jóven. El precio de venta, según recuerdo, fue de
alrededor de $3,000 dólares. El vendedor estaba completando la
factura de venta, y dijo con una sonrisa maliciosa, “oye, mira...si
quieres, puedo escribir la factura de venta, con la can dad de
$500, para que no tengas que pagar todo el impuesto de venta.
¡Entonces, solo pagueme los tres mil!”
Ahora, no me gusta pagar impuestos sobre las ventas, ni ningún
impuesto, para nada. Pero sabía que era algo que no debía hacer.
Le dije que no, cortésmente, y él estaba sorprendido. “¿Estás
seguro?” me preguntó. Otra vez dije que “no, gracias.” Entonces,
escribió la factura de venta con la can dad correcta, $3,000
dólares.
El día siguiente, llevé el “pink slip” firmado y la factura de venta
al Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) en Visalia,
California. Finalmente, llamaron mi número y ¿adivinen a quién vi
en la ventana? ¡Una señora de mi clase de escuela Dominical! Nos
referiremos a ella como la Sra. Cooper. Nos saludamos el uno al
otro, y le di el papeleo. Ella lo examinó cuidadosamente, notó el
precio en la factura de venta, notó que el vehículo tenía
aproximadamente 10 años y que el precio estaba de acuerdo con
el valor de un vehículo similar en el “Kelley Blue Book.”
Luego, me miró con mucha seriedad y dijo: “Gracias por ser
honesto acerca del precio aquí. Hay tantas personas que vienen
aquí y dicen que compraron un vehículo por un precio muy bajo, y
sabemos que no es cierto.” Respondí: “Bueno, solamente estoy
tratando de hacer lo correcto.”
Imaginate lo que podría haber sucedido si hubiera presentado
una factura falsa de venta. No solo dañaría realmente mi
tes monio cris ano en la iglesia, sino que más tarde descubrí que
podría haber come do un delito. En el estado de California, el
formulario de factura de venta con ene lo siguiente, después de lo
cual uno firma su nombre:

“Cer fico bajo pena de perjurio según las leyes del Estado de
California que lo anterior es verdadero y correcto.”

¿Y cuál es la pena por esto? Dice el código de vehículo 4463 VC,


Fraude de registro de vehículos, Ley de California, la Sección 20, en
parte:
“Es ilegal usar un nombre falso o fic cio, o hacer una
declaración falsa a sabiendas u ocultar cualquier hecho material
en cualquier documento con el DMV. Una violación se considera un
delito menor, que conlleva una pena máxima de seis meses en la
cárcel del condado, y una multa de $1,000.”

Piénselo: hay personas en la cárcel en este momento por un


detallito como firmar una factura falsa de venta, ¡solo para evitar
pagar algunos impuestos adicionales! Sin mencionar que tendrían
que pagar esa multa de $1,000, mucho más de lo que pagarían en
impuestos para registrar el vehículo. Entonces, ya ves, este es solo
otro ejemplo de hacer lo correcto ¡te evitas MUCHOS problemas!
Nunca se sabe quién podría estar mirándote: un amigo, un familiar
o la policía.

Las leyes de Dios para una vida justa


Si vamos a hablar sobre la jus cia, es importante revisar muchas
de las leyes del An guo Testamento de Dios, incluidos los Diez
Mandamientos. Si nuestra fe en Cristo es genuina, naturalmente
los seguiremos. Ahora, me doy cuenta de que después de la
crucifixión y resurrección de Jesucristo, estamos viviendo bajo el
Nuevo Pacto. Ya no estamos sujetos a ciertas prác cas del An guo
Pacto, como los sacrificios de animales, porque Jesús proporcionó
el sacrificio supremo por nuestros pecados:

“Mas estando ya presente Cristo, pon fice de los bienes que


habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no
hecho de manos, es a saber, no de esta creación; Y no por sangre
de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró
una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.”
(Hebreos 9:11-12).
Sin embargo, Jesús y el Nuevo Pacto no eliminan totalmente
muchas de las prác cas del An guo Testamento. De hecho, Jesús
dijo que él mismo, y señalando su futura muerte y resurrección, es
el cumplimiento de la ley:

“No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no


he venido para abrogar, sino a cumplir.” (Mateo 5:17)

Pero antes de llegar a los Diez Mandamientos, veamos cuando


uno de los líderes religiosos le preguntó a Jesús cuál es el mayor
mandamiento:

“Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley? Y Jesús le


dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma, y de toda tu mente. Este es el primero y el grande
mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a mismo. De estos dos mandamientos depende
toda la ley y los profetas. ” (Mateo 22: 36-40)
En otras palabras, Jesús nos dice a todos que el mayor
mandamiento es este: “Si amas al Señor con todo tu corazón, alma
y mente, y si amas a tu prójimo, naturalmente harás lo correcto.
Naturalmente, vivirás una vida justa, ya que Dios nos da el poder
para hacerlo. Haz estas dos cosas, y ni siquiera tendrás que
preocuparse por los Diez Mandamientos, aunque están allí como
referencia si desea buscarlos.” Por ejemplo, si amas a Dios,
DESEARÁS guardar el día de reposo, yendo a la iglesia. ¡Este es el
mayor mandamiento! Si amas a tu prójimo, no vas a querer
robarle. ¡Esta es la esencia del Nuevo Pacto!

Los Diez Mandamientos


Así que vamos a examinar los Diez Mandamientos, (Exodo 20)
especialmente de que manera se relacionan con el Gran
Mandamiento y la vida justa de hoy. Vamos a ver cómo la
obediencia a estos mandamientos es como Coraza de la Jus cia en
la Armadura de Dios, protegiéndonos de herirnos en nuestro
camino espiritual.

I. “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (v. 3)

El primer mandamiento es establecer que su pueblo no debe


tener otros dioses además de él. Esto es absoluto. Cualquier
violación de esto es un pecado.

II. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que


esté arriba en el cielo, ni abajo en la erra, ni en las aguas debajo
de la erra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo
soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los
que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares a los que
me aman, y guardan mis mandamientos.” (v. 4-6)

El Segundo Mandamiento nos dice que no hagamos ninguna


imagen o semejanza de quién creemos que es Dios; También nos
dice que no debemos inclinarnos ante estas imágenes. Cualquier
cosa que es mas importante en nuestra vida mas importante que
Dios, es nuestro “dios.” También dice que no debemos “servirles.”
Algunas versiones traducen este versículo, “ni los adoren.”
Recuerda, él es un Dios celoso, que quiere toda la atención y
adoración dirigida hacia Él, no hacia alguien u otra cosa.

III. “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque


no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”
(v. 7)
El tercer mandamiento nos dice que no tomemos el nombre del
Señor en vano. Esto significa que no debemos hacer referencias a
Dios de manera incorrecta. Hay muchas maneras de decir “Cristo
Jesus,” pero si queremos que el Señor esté complacido con
nosotros, lo usaremos de la manera correcta. También es
importante tener en cuenta que el Señor no lo mantendrá
inocente si viola este mandamiento. En otras palabras, habrán
consecuencias. Ahora, si te das cuenta de que has tomado el
nombre del Señor en vano, asegúrate de confesar esto y Dios te
perdonará. Si quieres que el Señor te bendiga y te proteja, ponte la
Coraza de la Jus cia y evita frases como estas.

IV. “Acordarte has del día del reposo, para san ficarlo: Seis
días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el sép mo día será
reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bes a, ni tu
extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la erra, la mar y todas las cosas que en
ellos hay, y reposó en el sép mo día: por tanto Jehová bendijo el
día del reposo y lo san ficó.” (v. 8-11)

Con respecto al Cuarto Mandamiento, en los empos del


An guo Testamento, los judíos observaban el sábado como su día
de descanso. Después de la resurrección de Jesús, los cris anos
comenzaron a observar el domingo como su día de descanso.
Algunas personas asisten a la iglesia los sábados, otras en un día a
mediados de la semana; pero cualquier día que observes como tu
día de descanso, hazlo con todo el corazón y amor hacia Dios.
Asista a un servicio de la iglesia o alguna otra reunión donde se lea
la Palabra de Dios, donde haya oración, y preferiblemente
canciones de alabanza cantadas al Señor. Nuevamente, volviendo
al Gran Mandamiento, si realmente amas al Señor, vas a QUERER ir
al templo una vez por semana, y tal vez incluso con más
frecuencia.

V. “Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen


en la erra que Jehová tu Dios te da.” (v. 12)

El quinto mandamiento es interesante. No siempre enes que


estar de acuerdo con todo lo que dijeron tu padre y tu madre. Tal
vez uno o ambos fueron abusivos con go. Pero, necesitas
honrarlos. ¿Qué significa honrar a tus padres? Ser respetuoso,
especialmente en frente a otros miembros de la familia o amigos.
Es triste cuando durante una reunión familiar, por ejemplo en
Navidad, que todos la pasan bien hasta que alguien se enoja con
otra persona.
Podría ser hermano contra hermano. Podría ser hermano contra
hermana. Podría ser hijo contra padre. Podría ser hija contra
madre. Algunos de estas discusiones incluso se vuelven violentos,
y las personas resultan gravemente heridas o incluso muertas. O si
enes buenas o malas relaciones con tus padres, si estás resen do
o amargado por algo, dáselo al Señor. Pídele que te ayude a
perdonarlos.
Durante muchos años, estaba enojado con mi padre. Enojado
porque no pasó mucho empo conmigo y mis hermanos. Enojado
porque normalmente llegaba a la casa borracho después del
trabajo. Enojado porque no me dio mucha ayuda ni buenos
consejos. Y luego, después de que mi Padre celes al me perdonó
por mis pecados, sen que necesitaba perdonar a mi padre
terrenal por sus pecados. Los úl mos años antes de que mi padre
falleciera, sen que fueron algunos de nuestros mejores años.
Sen que Dios sanó nuestra relación. Y el mismo Dios que ayudó a
sanar las relaciones en mi familia también puede ayudar a sanar
las relaciones en tu familia. Por cierto, como un beneficio
adicional, ten en cuenta que si honras a tu padre y a tu madre, tus
días pueden ser largos en la erra. En otras palabras, el Señor nos
dice que por honrar a nuestros padres, nos dará mucho empo de
vida.

VI. “No matarás.” (v. 13)

El sexto mandamiento es uno de los versículos más di ciles en


la Biblia. El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en griego.
El An guo Testamento, en cambio, fue originalmente escrito en
hebreo. La palabra hebrea aquí para matar es ‫רצַ ח‬,ָ que se
pronuncia “ratsach.” “Ratsach” significa asesinar o matar.[13] La
misma palabra se usa en Números 35:16: “Y si con instrumento de
hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá.”
Entonces, esto nos da una idea más clara de lo que realmente
significa “ratsach.” En otras palabras, la palabra “matar” en la
Biblia se traduce mejor como “asesinar.” Hay una gran diferencia
entre matar a alguien en una guerra, o incluso en defensa propia,
en comparasión con el asesinato en primer o segundo grado. Es
cierto que toda pérdida de vida humana es trágica. Pero Dios sí
dis ngue entre diferentes grados de muerte. Dios incluso nos dio
reglamentos sobre qué hacer en caso de una muerte accidental:

“Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, ó echó sobre él


cualquier instrumento sin asechanzas, O bien, sin verlo, hizo caer
sobre él alguna piedra, de que pudo morir, y muriere, y él no era su
enemigo, ni procuraba su mal; Entonces la congregación juzgará
entre el heridor y el pariente del muerto conforme a estas leyes:Y
la congregación librará al homicida de mano del pariente del
muerto, y la congregación lo hará volver a su ciudad de
acogimiento, a la cual se había acogido; y morará en ella hasta
que muera el gran sacerdote, el cual fué ungido con el aceite
santo…” (Números 35: 22-25)

Entonces, si un hombre accidentalmente arrojó una piedra u


otro objeto sobre otra persona, matándolo, y “no era su enemigo”
(con malicia, intento de matar), entonces Dios designó ciertas
“ciudades de acogimiento,” o refugio, a donde la persona
responsable podría huir para evitar un asesinato por venganza por
un miembro de la familia de la persona muerta. Este es una
muerte accidental, que es muy diferente al asesinato. En cualquier
caso, no debemos cometer asesinatos. Ni siquiera deberíamos
pensar en hacer tal cosa, porque si le das un “lugar” al diablo
(Efesios 4:27), puede llevar más tarde al pecado. Si has matado,
Dios también te perdonará. Todavía hay consecuencias por lo que
ha sucedido; pero puedes saber que el Señor también prac ca lo
que dice aquí: “perdonad, y seréis perdonados..” (Lucas 6:37)

VII. “No cometerás adulterio.” (v. 14)

La definición de adulterio en el Sép mo Mandamiento es tener


relaciones sexuales con una persona que no es su esposa o
esposo. Dios aclara las cosas: su plan original era que un hombre
se casara con una mujer. Cualquier otra ac vidad fuera de esta
ordenanza es pecado, y puede traer muchas consecuencias: celos,
asesinatos, niños a los que se debe cuidar, la lista sigue y sigue. El
Señor quiere protejernos de mucho dolor, y si solo seamos
obedientes, seremos bendecidos y protegidos. Ahora, si has
come do adulterio en el pasado, Dios también te perdonará. Pero
debe dejar de hacerlo en el futuro, o habrán consecuencias.
Cuando Jesús le habló a la mujer adúltera, dijo: “vete y no peques
más.” (Juan 8:11).
VIII. “No hurtarás.” (No robarás) (v. 15)

El octavo mandamiento es di cil de cumplir para muchas


personas. Ven a grandes empresas sacando grandes ganancias y se
defienden el robo diciendo: “ay, pues, con tanto dinero que ganan
ellos, ¡no van a extrañar ESTO!” (Mientras roban algo de una
enda). Cuando yo era jóven y andaba lejos de Dios, algunos
amigos y yo fuimos a un expendio de cerveza y alquilamos un
barril. Con el barril, ellos incluían algunas mesas y sillas portá les.
Después de que terminó la fiesta, habían pasado algunas semanas
y la compañía aún no había venido a recoger el barril, las mesas y
las sillas vacías. Se lo mencioné a un amigo, a quien nos
referiremos como “Miguelitro,” debido a su hábito (y el de otras
personas) de consumir las “cahuamas” de cerveza de un litro. Le
dije: “tal vez deberíamos devolverles las cosas.” Me respondió
Miguelitro: “¿por qué preocuparte por eso? ¡Cómo sacan la feria
esas empresas! ¡Olvídalo!”
Así es como la gente se defiende hoy en día. Sí, las grandes
empresas sí ganan mucho dinero. Y a veces cobran caro. ¿Pero
hacen dos errores un bien? ¿Y qué pasa si te atrapan? ¿Realmente
vale la pena? Hace varios años, había una historia muy publicitada
del “Ladrón de la Pizza.” Este hombre ya tenía dos “strikes” en su
archivo por crímenes anteriores. Entonces, un día, estaba
caminando por un muelle en el área de Los Ángeles, y le robó un
pedazo de pizza a un niño. Fue arrestado y, según la ley de “Tres
Strikes” de California, debido a que era su tercer “strike,” fue
condenado y sentenciado a 25 años de prisión. Todo por una
pequeña porción de pizza que costó quizás uno o dos dólares. ¡Así
que no robes nunca, y te salvarás de muchos problemas!

IX. “No hablarás contra tu prójimo falso tes monio.” (v. 16)
El noveno mandamiento es otra forma de decir “no dirás una
men ra.” En otras palabras, siempre di la verdad. Tenemos un
capítulo entero (capítulo 5) dedicado a abrocharse la Cintura de la
Verdad como parte de la Armadura de Dios. ¡Es suficiente decir
que siempre decir la verdad te mantendrá libre de muchos
problemas!

X. “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer


de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni
cosa alguna de tu prójimo.” (v. 17)

El Décimo Mandamiento a menudo se ignora, en comparación


con los demás. Pero la codicia puede conver rse en un problema
grave. Si codicias, o deseas tener, algo que pertenece a otra
persona, puede resultar en crímenes mucho más serios además
del robo. Hay muchas personas muertas que son víc mas de la
codicia que resultó en un asesinato.
Supongamos que has oído que alguien ene una posesión cara
dentro de su casa. Suponga que entras a fuerzas a la casa en un
momento en que cree que no hay nadie. Pero hay alguien en casa,
con una pistola. Supongamos que te disparan, te hieren
gravemente o mueres. ¿Vale la pena? Pero algunas personas,
especialmente bajo la influencia de drogas y/o alcohol, se
descuidan y corren riesgos peligrosos. No codicies.

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su jus cia, y todas


estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

Por lo tanto, haz todo lo posible para tener una relación correcta
con el Señor. Camina en jus cia. Y si pecas, si violas uno de los
mandamientos de Dios, confiésalo de inmediato. Recuerda que
algunas personas a veces te causan dificultades para hacer lo
correcto. Pero no te preocupes por eso: ¡sigue siendo honesto y
veraz, y vas a ver cómo el Señor te bendice!

Oración:
“Padre, dame una fuerza extra para poder poner la coraza de
jus cia. Ayúdame a tener una relación correcta con go. Te
agradezco que Jesús murió en la cruz para pagar el precio de mis
pecados y llevarme a una relación correcta con go. Ayúdame a
hacer lo correcto, incluso si otras personas me cri can por ello.
Ayúdame a amarte con todo mi corazón, alma, mente y fuerza. Y
ayúdame a amar a mi prójimo como a mí mismo. Ayúdame a
guardar tus mandamientos, no porque sienta que tengo que
hacerlo, sino porque te amo tanto que quiero hacerlo. En el
nombre de Jesús, amén.”
7. El evangelio de paz
“Y calzados los pies con el apresto
del evangelio de paz”
-Efesios 6:15

Hay cuatro palabras claves en este versículo, todas las cuales


merecen un estudio detallado para comprender completamente lo
que Pablo está tratando de decirnos: Pies, apresto (preparación),
evangelio y paz. Sin embargo, hay un versículo clave que se refiere
a tres de estos términos: Pies, buenas no cias, o nuevas, y paz:

“¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae
buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas
no cias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu
Dios reina»! (Isaías 52:7 NVI)

En un mundo lleno de no cias falsas y nega vas, ¡qué


refrescante es, como en los viejos empos, escuchar algo posi vo
y es mulante para un cambio! Trato de mantenerme al día con los
eventos actuales de hoy lo mejor que puedo, pero a veces el
constante zumbido de las “no cias de úl ma hora” sobre roteos,
terrorismo, guerras, incendios, terremotos, inundaciones,
huracanes y otros eventos, puede ser algo deprimente. Los
constantes enfrentamientos entre “comentaristas” polí cos
gritando el uno al otro, después de un empo, puede llenar uno
con nega vidad.
Por lo tanto, ¡qué alivio escuchar realmente BUENAS no cias en
lugar de no cias malas, como nos dice Isaías! ¡Qué pensamiento
tan posi vo oír hablar de paz, en lugar de guerra! ¡Qué bendición
escuchar de la salvación, en lugar del cas go eterno! ¡Qué gran
impulso para nuestra fe, escuchar que Dios reina y nos ayuda a
través de cualquier prueba o tribulación que se nos presente!
¿Y quién es aquel cuyos pies traen esta buena no cia? ¡Tú, yo y
todos los demás que hemos sido salvos por el poder de nuestro
Dios! ¿Y por qué llevamos las buenas nuevas del evangelio a otros?
¡Porque el Señor nos ha llamado a hacerlo! No importa cuál sea tu
vocación en la vida, en algún momento deberías compar r con
otros sobre lo que Dios ha hecho para cambiar tu vida. Si no lo
estás haciendo actualmente, realmente necesitas orar para que el
Señor te muestre cómo y cuándo puedas hacer esto. Y si lo haces,
¡realmente creo que Dios te va a abrir puertas!
No solamente eso, sino que cuando nos ponemos la Armadura
de Dios completa, recibimos protección y dirección con respecto a
dónde ir y cómo compar r las buenas nuevas con los demás. Si NO
te pones la armadura completa de Dios, puedes dejar algunas
aberturas para los ataques del enemigo (y las personas a las que
influyes) cuando y si intentas predicar el evangelio.

Los pies de aquellos que son ENVIADOS


Esto es un punto importante. Supongamos que todos estamos
“Bien Armados.” Casco de salvación, ¡LISTO! Escudo de Fe, ¡LISTO!
Espada del Espíritu, ¡LISTO! Todas las otras partes de armadura,
¡LISTOS! ¿Cómo sabemos cuándo y dónde predicar el evangelio?
Pablo, en el libro de Romanos, nos da una gran pista:
“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito:
Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la
paz, de los que anuncian el evangelio de los bienes!” (Romanos
10:15)

¡Necesitas ser enviado! ¿Quién te enviará? ¡Dios! ¿Cómo


sabemos que Dios nos envía? ¡Te enviará señales de confirmación!

“Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos


el Señor, y confirmando la palabra con las señales que se seguían.
Amen.” (Marcos 16:20)

En este caso, Dios confirmó la predicación de la palabra con


señales como sanidades, liberación de personas con demonios y
otros milagros. ¿Pero qué hay de hoy en día? ¿Cómo trabaja Dios?
Creo que el Señor todavía sana y libera a las personas de la
opresión demoníaca. Pero, ¿puede ser cierto que Dios nos da otras
señales de confirmación? ¡Si!

Tres confirmaciones de Dios


Hace varios años, estaba yo en una especie de valle espiritual en
mi vida. A través de los años, había estado involucrado en muchos
ministerios diferentes en la iglesia. Había sido pastor de jóvenes;
Había ayudado a dirigir viajes misioneros a México; Había sido un
predicador a veces; Había sido maestro de estudio bíblico; Había
tocado la guitarra y dirigido la alabanza; Había sido miembro de la
mesa direc va de nuestra iglesia. Pero ahora, todos esos
ministerios habían llegado a su fin, en diferentes empos, por
supuesto.
Todavía iba yo a la iglesia regularmente. Todavía amaba al Señor.
Todavía sen a que podía hacer algo para el reino de Dios, aunque
en aquel entonces, tenía más de sesenta años y no tenía toda la
energía que tenía hacía 30 años. Comencé a orar y a preguntarle al
Señor qué quería que hiciera para su reino. Durante mucho
empo, no pasó nada. Entonces, un día, mientras leía mi Biblia,
me encontré con este versículo:

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me


disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis; Desnudo, y me
cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis
a mí.” (Mateo 25:35-36).

Tan pronto como llegué al versículo, “estuve en la cárcel, y


vinisteis a mí,” inmediatamente sen una fuerte presencia del
Espíritu Santo agarrándome. No escuché voz audible, pero sen
que el Señor me decía: “esto es lo que quiero que hagas: ir a la
prisión a visitar a los que están allí.” Mi respuesta inmediata fue:
“Señor, no quiero ir a ministrar en la cárcel ni a la prisión, a menos
que tu indiques el camino. No quiero comenzar ningún ministerio
y salir cansado, o las marme, porque no fui llamado a hacerlo. Si
esto es REALMENTE tu voluntad, Señor, entonces abre las puertas.
Y por favor, Señor, dame dos o tres confirmaciones de que este es
el ministerio que enes para mí.”
Una semana después de orar esa oración, andaba de compras
en el Walmart en Visalia, Calif. Me encontré con un viejo amigo a
quien nos referiremos como Carlos. Carlos antes asis a a un
estudio bíblico que yo enseñaba. Después de saludarnos el uno al
otro, le dije: “bueno, tal vez nos vemos en el servicio el Domingo.”
Él respondió: “no, no estaré allí.” Respondí: “oh, en serio, ¿en
dónde te congregas hoy dia?” Él dijo, “los domingos, voy a la
prisión estatal de Avenal para predicar en uno de los servicios allí.”
Las palabras me sorprendieron por un momento. Respondí, “ahora
eso es interesante...ul mamente yo estaba orando acerca de tal
vez involucrarme en un ministerio de prisión. ¿Cómo me
involucraría en algo así?”
Carlos me dió el número de teléfono de la persona a cargo de
un ministerio de la cárcel y prisión. Entonces, tomé esto como una
CONFIRMACIÓN, una respuesta a mi oración. Poco después, llamé
al capellán a cargo de este ministerio. Me envió un paquete de
papeleo para completar. Pero no quise completarlo y enviarlo,
hasta que obtuve al menos una o dos mas confirmaciones del
Señor. Había pedido una señal y confirmaciones, así que realmente
quería estar seguro de esto.

¡Dos confirmaciones más!


El siguiente domingo por la mañana, el pastor principal regular
estaba de vacaciones, por lo que uno de nuestros pastores
asociados, a quien nos referiremos como Guillermo, estaba
predicando en su lugar. El tema de su mensaje fue: “¡Sal de las
sillas y entra en el juego!” Dijo que hay muchas personas que
asisten a los servicios de la iglesia hoy en día, pero que no están
involucradas en ningún po de ministerio. U lizó la ilustración de
una mul tud de espectadores en un par do de fútbol, que están
sentados en las sillas en las gradas, viendo a dos equipos compe r
entre sí. Los jugadores de fútbol están trabajando duro, sudando,
compi endo lo mejor que pueden, tratando de ganar el Juego.
Mientras tanto, las personas en las sillas están sentadas en una
comodidad compara va, bebiendo un refresco mientras apoyan a
su equipo. Pero en realidad nunca juegan el juego. Se sientan allí y
miran. Guillermo concluyó diciendo: “¡hay muchos de USTEDES
que están sentados en sus sillas! Hay algunas personas en nuestra
iglesia que par cipan ac vamente en la banda de adoración, en
los estudios bíblicos, en la clase de la escuela dominical, en las
misiones, en nuestro programa de repar ción de alimentos a los
necesitados; en eventos especiales y otras ac vidades. Pero si Ud.
no está ac vo en ningún po de ministerio, ¡entonces necesita
salir de las gradas y entrar al Juego!”
Bueno, tomé esto como una SEGUNDA confirmación bastante
fuerte de que el Señor quería que me involucrara en algún po de
ministerio, tal vez el ministerio de la cárcel o prisión. Pero había
pedido dos o TRES confirmaciones. Entonces, ¿adivina qué pasó?
El siguiente domingo por la mañana, Guillermo estaba predicando
otra vez. El pastor principal estaba en unas largas vacaciones, por
lo que Guillermo estaba ayudando nuevamente. ¿Y adivina en qué
predicó? Él dijo, “la semana pasada, prediqué sobre la importancia
de salir de las sillas y entrar al Juego. Bueno, sabes que? ¡TODAVÍA
hay muchos de ustedes que TODAVÍA están en las sillas, y
necesitan ingresar al juego! ¡Entonces, vamos a echarle otro
vistazo a esto!”
Entonces, Guillermo predicó nuevamente sobre el mismo tema,
aunque con algunos versículos e ilustraciones diferentes. Es como
si Dios realmente estuviera enfan zando su llamado para que me
involucrara en el ministerio de la cárcel o prisión. Tomé esto como
la TERCERA confirmación. Seguí adelante y completé la
documentación para inscribirme en el ministerio de la cárcel, pasé
por el entrenamiento, y comencé como voluntario orando y
animando a los encarcelados en una de nuestras cárceles locales.
Aproximadamente dos años después, me llamaron para ser
asistente del capellán, lo cual es otra historia. ¡Pero Dios es bueno!
Me me en “El Juego!”
Si actualmente estás “en las sillas,” pero sientes un llamado
entrar en algún ministerio, pídele a Dios qué quiere que hagas. Haz
de esto una oración sincera y sostenida. Lee la Biblia. Tal vez algún
pasaje se revelará a como lo que pasó conmigo. Tal vez la
confirmación de tu futuro ministerio vendrá de una carta, una
palabra hablada por otra persona, una llamada telefónica, un
sueño o de otra manera. Pero TODOS deberíamos estar buscando
al Señor sobre lo que él quiere que hagamos. ¡Ármate, prepárate,
y realmente creo que Él te abrirá una puerta poderosa y lo
confirmará!

Estar espiritualmente preparado


Otra palabra importante en Efesios 6:15 es el “apresto,” o la
“preparación.” En algunas versiones, el pasaje dice: “Y tus pies
calzados con la preparación del evangelio de la paz.” La palabra
preparación en griego es ἑτοιμασία, (hetoimasia), que ene la
definición “fundamento, pie firme; o preparación.”[14] Necesitamos
tener una base firme de fe para predicar el evangelio. Recuerda, a
veces serás desafiado en tu fe por personas hos les. Por eso es tan
importante tener amor y sabiduría: amor para responder a los
insultos con amabilidad, pero sabiduría que viene de una base
sólida y / o preparación por adelantado.
Es por eso que Jesús prac có el proceso de discipulado, por el
cual un cris ano maduro entrena a un nuevo cris ano. En el
discipulado, se debe enseñar lo siguiente:

1. Cómo explicar el mensaje del evangelio, usando versículos de


la Biblia.
2. Cómo guiar a alguien en la oración de un pecador para
pedirle perdón a Dios y recibir la salvación.
3. ¿Cómo responder a preguntas espirituales di ciles, tales
como “por qué un Dios de amor permite tanta maldad en el
mundo de hoy?”
4. Cómo enseñar un estudio bíblico, usando versículos bíblicos.
5. Cómo reconocer la doctrina incorrecta y cómo responder
cuando la escuchas.
6. Memorizar varios versículos bíblicos claves, saber usarlos y
explicarlos.

Por supuesto, hay muchas otras cosas que una persona debe
aprender como parte del discipulado, pero estos puntos
mencionados son esenciales para un buen comienzo. La razón por
la cual una persona necesita una base firme o preparación, es por
el peligro de que la fe de una persona sea desafiada por alguien
que es hos l al evangelio o que duda. Pablo habló de uno de sus
discípulos, que por alguna razón, aparentemente no tenía una
base o preparación firme:

“Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha


ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia.” (2 Timoteo
4:10)

Ojalá que Demas finalmente pudiera salir del “siglo” o “mundo”


(un símbolo de pecado) para volver a Dios. Entonces, que esto sea
una advertencia para todos nosotros: ¡asegúrete de que tu base
sea firme! Si eres un nuevo cris ano, busca un cris ano maduro
que te ayude a discipularte.

El Evangelio
La parte final de este versículo es el “evangelio de paz.” El
Evangelio es otra forma de decir “buenas no cias.” ¿Y qué es
exactamente este “Evangelio” o cuales son las “buenas no cias”?
Se encuentra una muy buena definición del Evangelio en la
primera carta de Pablo a los corin os:
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he
predicado, el cual también recibisteis, en el cual también
perseveráis; Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he
predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque
primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo
fué muerto por nuestros pecados conforme a las Escrituras; Y que
fué sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras; Y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después
apareció a más de quinientos hermanos juntos; de los cuales
muchos viven aún, y otros son muertos.” (1 Corin os 15:1-6)

Para concluir, los puntos principales del Evangelio son:


1. Jesús murió por nuestros pecados.
2. Jesús fue sepultado.
3. Jesús resucitó de la muerte.
4. Jesús se apareció a los apóstoles y a más de 500 tes gos.

Es interesante notar que Jesús siendo sepultado es una prueba


de que realmente murió. Además, Jesús apareciendo a los
apóstoles y más de 500 tes gos es una prueba de que resucitó de
entre los muertos.
Entonces, si alguien alguna vez te pregunta qué es exactamente
el Evangelio, puedes usar este versículo. Por otro lado, hay algunas
personas que citan versículos bíblicos fuera de contexto y
terminan predicando un evangelio falso o heré co. Pablo habla de
esto en su carta a los Gálatas. Aparentemente, después de que los
gálatas escucharon el evangelio, más tarde, fueron desviados por
alguien que enseñaba doctrina falsa:

“Mas aun si nosotros ó un ángel del cielo os anunciare otro


evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito).”
(Gálatas 1:8)
Entonces, debemos tener mucho cuidado de no quedar
atrapados en alguna doctrina que esté en contradicción con el
evangelio. Si, por ejemplo, alguien viniera y afirmara que Jesús era
un buen maestro, pero que en realidad no resucitó de entre los
muertos, eso es una señal segura de “otro evangelio,” y no
debemos creerlo. De hecho, Pablo dice que cualquiera que
predique un mensaje tan falso debe ser “maldito.” La palabra
griega para “maldito” es ἀνάθεμα, (anatema), que significa
“condenado” y/o “separado de Cristo.”[15] Ahora, Si conocemos a
alguien así, debemos tratarlo con amabilidad, pero cortésmente
en desacuerdo. Ora por ellos. Recuerda, usted es un embajador
del evangelio de la paz.

…de paz
¿Y qué significa exactamente cuando unimos “evangelio” con
“de paz”? En primer lugar, creer en el evangelio nos ayuda a tener
paz entre nosotros y Dios. Debido al pecado, estuvimos en guerra
con Dios y separados de él. (Más sobre eso en el Capítulo 9). Pero
ahora, tenemos paz:

“Jus ficados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo...” (Romanos 5:1)

Además de esto, el evangelio trae paz entre nosotros y los


demás:

“Seguid la paz con todos, y la san dad, sin la cual nadie verá al
Señor.” (Hebreos 12:14)

Jesús nos dijo en Mateo 5:9: “Bienaventurados los


pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios.” Dios
quiere que promuevamos la paz y no el conflicto. Y Jesús dijo que
si actuamos como “pacificadores,” seremos bendecidos. ¿No
quieres ser bendecido? Uno de los nombres asociados con Jesús
es el Príncipe de la Paz:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado
sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero,
Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” (Isaías 9: 6)

Cuando Jesucristo nació, los ángeles proclamaron:

“Gloria en las alturas a Dios, Y en la erra paz, buena voluntad


para con los hombres.” (Lucas 2:14)

La palabra griega para “paz” en Efesios 6:16 es εἰρήνη (eiréné),


que significa “paz mental,” “tranquilidad” y “descanso.”[16] He
hablado con tantos encarcelados que están preocupados por
tantas cosas. Les preocupa lo que sucederá con su caso en la corte.
Están preocupados por el futuro de su familia. Están preocupados
por su PROPIO futuro. Pero Jesús dijo:

“Así que, no os congojéis (no se preocupen) por el día de


mañana; que el día de mañana traerá su fa ga: basta al día su
afán.” (Mateo 6:34)

Algunas versiones traducen este versículo como “no te


preocupes por el mañana.” Me doy cuenta de que no es fácil,
especialmente cuando a veces tenemos que enfrentarnos con
consecuencias realmente graves y tanta incer dumbre en la vida.
Pero simplemente tome las cosas un día a la vez: con e en Dios, y
Él te ayudará en cada paso del camino.
Entonces, predica el Evangelio de la paz. Ora para que el Señor
lo envíe a la persona correcta en el lugar correcto, que Él ha
preparado para . Ora para que Dios te confirme qué ministerio
quiere que tengas. Aprende a explicar el mensaje de salvación a
los demás.

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará


sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7
NVI)

Oración:
“Padre, ayúdame a llevar las Buenas Nuevas del Evangelio de la
Paz a los demás. Pero no quiero hacer nada a menos que TU abras
el camino. Entonces, Señor, por favor, dame una señal y envía
confirmaciones a esa señal, con respecto a lo que debo hacer por
tu reino. Ayúdame a ser un pacificador, a hacer todo lo posible
para llevarme bien con los demás y a animar a otros a vivir en paz
con sus vecinos. Ayúdame a estar en guardia para no creer en
ningún po de evangelio falso. Entonces, ayúdame a poner la
Armadura de Dios y ser fuerte, pero solo puedo ser fuerte con la
fuerza que me das. En el nombre de Jesús, amén.”
8. El escudo de la fe
“Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
-Efesios 6:16

El escudo de la fe es una de nuestras armas defensivas más


importantes. En las batallas de la an güedad, el soldado romano
cubría su escudo, conocido como el “Scutum,” con cuero que
había sido empapado en agua, para ex nguir efec vamente las
flechas de fuego. Si los romanos realizaban un asedio, se sabía que
cubrían sus tortugas (cober zos móviles de asedio) con pieles
crudas llenas de algas o paja empapadas en vinagre, para servir
como protección contra flechas incendiarias y otros proyec les.
Cuando un soldado entró en batalla en la an güedad, el escudo
se extendió frente a su cuerpo. Fue la primera línea de defensa. Si
el escudo omi a un golpe de flecha, lanza o espada, es de esperar
que el casco, la coraza y otras armaduras lo detuvieran. Incluso en
los empos modernos de hoy, los policías usan escudos en ciertas
situaciones. Por ejemplo, si un equipo SWAT está entrando a una
casa para detener a un sospechoso, con frecuencia están
equipados con un escudo balís co, que es a prueba de balas.
Cuando hay manifestaciones violentas en las calles, la policía
usualmente usa escudos para protegerse de las piedras y otros
objetos que a veces se les arrojan.

¿Qué es la fe?
El versículo de Efesios 6:16 menciona “el escudo de la fe.” Y ¿qué
es exactamente la fe? Según el diccionario,[17] la fe es:
1. “Lealtad al deber o una persona.” En un sen do espiritual,
esto significa que cuando le pedimos a Dios que venga a nuestras
vidas, nos comprometemos. Un compromiso de permanecer con
Dios, sin importar lo que suceda en el futuro, a través de los
buenos y malos momentos. Pero no podemos hacer esto por
nuestro propio poder; Necesitamos que el Señor nos ayude.
2. “Creer y confiar en, y lealtad a Dios.” El creer en Dios es el
fundamento de nuestra salvación espiritual. Pero además de creer
en Dios, debemos confiar en él, creer que pase lo que pase en
nuestras vidas, incluso cuando atravesamos el “valle de la sombra
de la muerte” (Salmo 23: 4), debemos confiar que Dios nos llevará
a un lugar mejor, tanto espiritual como sicamente.
3. “Creer firmemente en algo que no ene pruebas.” Este es
uno de los elementos más importantes de la fe. Necesitamos no
solo creer en Dios sin verlo para nuestra salvación inicial; sino que
también debemos CONTINUAR creyendo que el Señor se está
moviendo en nuestras vidas y en las vidas de los demás, incluso
cuando vemos muy poca o ninguna evidencia de cambio.

Creer sin ver


Por ejemplo, ¿cuántas veces hemos escuchado las historias de
una abuela que nunca dejo de orar por AÑOS por sus hijos o nietos
inconversos? En la Biblia hay muchos ejemplos de fe, y algunos de
los mejores están en Hebreos, capítulo 11. Y Hebreos 11: 1 nos da
una muy buena definición de fe:
“Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se ven.”

Dios está complacido con nosotros cuando creemos su palabra y


sus promesas, sin ver el resultado de inmediato. En el versículo 6,
el escritor de Hebreos nos dice:

“…sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester


(necesario) que el que a Dios se allega, crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6).

Entonces, Dios recompensa a aquellos de nosotros que


diligentemente lo buscamos. Y, dado que Pablo nos cuenta sobre
el “escudo de la fe,” una de esas recompensas es la protección
contra los ataques del enemigo.
Un ejemplo de la protección de Dios es cómo salvó a Noé de un
mundo malvado. Hebreos 11: 7 nos dice:

“Por la fe Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no


se veían, con temor aparejó el arca en que su casa se salvase: por
la cual fe condenó al mundo, y fué hecho heredero de la jus cia
que es por la fe...”

Entonces, a veces, la protección del Señor viene en forma de


ADVERTENCIA. Otra forma en que funciona la fe es cuando Dios
nos abre una puerta que parece extraña. En el versículo 8,
aprendemos:

“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar


que había de recibir por heredad; y salió sin saber dónde iba.”

Abraham vivía en Ur, en Mesopotamia, en el actual Irak. Dios lo


llamó a viajar a una nueva erra. Abraham fue obediente, a pesar
de que esto era algo nuevo, dejando su hogar e yendo a un lugar a
donde Dios lo estaba guiando, sin saber ni siquiera su des no final.
Y el Señor lo protegió en todo el camino. ¿Te está llamando Dios a
algo nuevo? ¿Estás siendo obediente? Si sientes que el Señor te
está llamando a un nuevo ministerio, un nuevo trabajo, para
casarte con cierta persona, sea lo que sea, ¡báñelo en ORACIÓN!
Pídele al Señor que confirme esto, que le envíe una señal, o
incluso señales de confirmación. ¡Y si es la voluntad de Dios, lo
hará!
Ahora, habiendo dicho todo esto sobre la protección, eso no
quiere decir que a veces no serás perseguido por tu fe. Esto puede
suceder. Puede ser que no suceda. Pero si tomas y usas el Escudo
de la Fe, Dios te protegerá ESPIRITUALMENTE de los ataques del
enemigo.

Los dardos ardientes


Ahora, vamos a hablar acerca de los “dardos de fuego del
maligno,” que se supone que debemos ex nguir con nuestros
escudos de fe. La palabra griega para “dardos” es βέλη (belē)[18],
que se traduce como dardos y flechas en diferentes versiones.
Como se mencionó anteriormente, los an guos soldados a veces
encendían flechas de fuego para dispararles a los ejércitos
enemigos. A veces, incluso mezclaban materiales explosivos y los
pegaban en el eje de la flecha para que fuera más di cil apagar el
fuego.
La imagen que esto transmite es la de un ataque muy serio y
fuerte del enemigo. Si fuera solo una flecha normal sin fuego, eso
sería lo suficientemente malo. Pero no, esta es una “flecha
ardiente,” que ene el potencial de causar daños graves. Si no se
ex ngue de inmediato, el fuego puede extenderse a otros
soldados, o incluso al fuerte o cas llo que están defendiendo.
En un sen do espiritual, un “dardo ardiente” o “flecha
llameante” es un ataque espiritual especialmente intenso del
enemigo. ¿Cuántas veces has tenido un día normal, cuando de
repente, un pensamiento muy malvado o violento entra en tu
mente? Intentas pensar en otra cosa, pero este malvado
pensamiento sigue volviendo a vez tras vez. Algunas personas
que he aconsejado me han dicho que a veces escuchan voces
dentro de su cabeza. Otras veces, la voz es claramente audible,
pero a veces es una fuerte impresión plantada en su mente.
Cualquiera sea el caso, debes luchar contra él. Si enes una fe
cris ana muy fuerte, el verdadero Escudo de la Fe, es muy
probable que solamente tu fe te proteja o te proteja de los peores
ataques de estos pensamientos malvados. Sin embargo, Satanás y
su ejército de espíritus malignos atacan a los cris anos. ¡Satanás
incluso atacó al mismo Jesús! (¡Más sobre eso en el capítulo 10!)

¡Es hora de revisar el escudo espiritual!


Entonces, ¿qué haces cuando eres atacado? Lo primero que
debe hacer es una COMPROBACIÓN DE ESCUDO. Con esto, quiero
decir, debes comprobar tu Escudo Espiritual para asegurarte de
que no haya agujeros ni grietas. Espiritualmente hablando,
¿cuánta fe enes realmente? ¿Es tu fe débil, en el medio o fuerte?
¿REALMENTE enes fe para seguir a Dios sin importar lo que
pase? ¿O a veces permites que tu fe se debilite debido a la
tentación, el pecado y/o la pereza espiritual? Si enes algunos
problemas en alguna de estas áreas, es hora de fortalecer tu fe.
Justo antes de que Jesús fuera arrestado y crucificado, (Lucas
22) Jesús le dijo al apóstol Pedro que se sometería a una severa
prueba de su fe:
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha
pedido para zarandaros como a trigo; Mas yo he rogado por que
tu fe no falte: y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”
(Lucas 22: 31-32).

Jesús sabía que la fe de Pedro (o Simón) se tambalearía, e


incluso lo advir ó con an cipación. Y más tarde, Pedro negó a
Jesús tres veces. Pero luego, Pedro superó este pecado y se llegó a
ser uno de los cris anos más firmes de la iglesia primi va, incluso
crucificado por su fe, según la historia.
¿Cuántos de nosotros somos como Pedro? Hemos pasado
empo con Jesús, leemos su palabra, oramos. Pero de alguna
manera, algo falta en nuestras vidas. Tal vez necesitemos dejar de
pasar empo con aparatos electrónicos, los videojuegos, los
teléfonos celulares, el Internet, la televisión, etc. Pero, ¿qué pasa
con los que están en la cárcel? Sí, pueden ver televisión, pero no
hay teléfonos celulares. Y sin embargo, incluso algunos reclusos
afirman que no enen empo para Dios. O, tal vez ellos, al igual
que muchas personas que están fuera de la cárcel o prisión,
afirman ser cris anos pero realmente no pasan tanto empo con
nuestro Señor. En Marcos 12:30, Jesús nos dice:

“Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu


alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el
principal mandamiento....”

¿Amas al Señor con todo tu corazón, alma, mente y fuerza? ¿O


simplemente amas a Dios con una pequeña parte de tu corazón,
alma, mente y fuerza? ¿REALMENTE pasas empo en oración? ¿O
simplemente oras una breve oración de 10 segundos y crees que
Dios está realmente sa sfecho con eso? ¿Realmente pasas empo
leyendo la Palabra de Dios, la Biblia? ¿O no? Si REALMENTE
quieres ex nguir esas flechas ardientes del Diablo, deberías revisar
tu Escudo Espiritual para asegurarte de que esté en buenas
condiciones. Si REALMENTE deseas evitar que esos malos
pensamientos entren en tu mente, necesitas fortalecer la fe.
Pablo nos dice que Dios puede dis nguir fácilmente si eres un
cris ano serio o si solo estás jugando. Él nos dice:

“No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el


hombre sembrare, eso también segará.” (Gálatas 6: 7)

No puedes burlarte ni engañar a Dios. Cuando oras esa breve


oración de 10 segundos cada día, Él sabe que no te tomas en serio
pasar empo con Él. Cuando lees la Biblia una vez al mes, estás
permi endo que se formen grietas en tu Escudo Espiritual. Pablo
también nos dice:
“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el
que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.” (2
Corin os 9:6)

Si siembras con moderación (si plantas muy pocas semillas


espirituales; en otras palabras, NO oras mucho, casi NO lees la
Biblia, NO expresas tu amor para con Dios), entonces cosecharás
poco. En otras palabras, no recibirás muchas bendiciones y
protección del Señor. Por otro lado, si realmente amas a Dios, Dios
realmente te amará, te bendecirá y protegerá. Esto es lo que se
en ende por sembrar abundantemente (plantar muchas semillas
espirituales).
¡Entonces, inspecciona tu Escudo Espiritual! ¡Asegúrate de que
no haya grietas ni agujeros! Comienza a amar a Dios con todo tu
corazón, alma, mente y fuerza, y Él te mostrará cómo fortalecer tu
Escudo de Fe a través de la oración, la san dad y la lectura de su
Palabra. ¡No enes que ser perfecto! Pero deberías estar
CRECIENDO, día a día, fortaleciéndote todo el empo. ¡Y si haces
esto, Dios podrá usarte como un poderoso soldado en su Ejército
Espiritual para hacer la guerra contra Satanás y sus demonios
malvados!

“Lo que es imposible para con los hombres, posible es para


Dios.” (Lucas 18:27)

Oración:
“Padre, ayúdame a tomar mi Escudo de Fe, para que pueda
defenderme contra las flechas de fuego del enemigo. Señor,
ayúdame a amarte con mi corazón, alma, mente y fuerza.
Aumenta mi fe, Señor, para que mi escudo, mi protección sea
segura. Dame fe para seguir buscándote, incluso cuando no veo
resultados de inmediato. Dame fe para seguir orando por mi
familia, incluso cuando no veo resultados de inmediato. Dame fe
para llevarme bien con los demás, incluso cuando no están siendo
muy amables conmigo. La próxima vez que el enemigo me golpee
con un dardo de fuego, con un ataque en mi mente o cualquier
otro ataque, ayúdame a reconocerlo y orar para que TÚ puedas
defenderme. Ayúdame a reaccionar a las personas de una manera
piadosa, con paciencia y no con enojo. ¡Ayúdame a salir victorioso!
Te agradezco que lo que parece imposible, ¡es posible con go! ¡Te
agradezco y alabo tu nombre y te doy toda la gloria y el honor, en
el nombre de Cristo Jesús, Amén!”
9. El casco de la salvación
“Tomen el casco de la salvación…”
-Ephesians 6:17a NVI

El casco que usa un soldado en la batalla es una parte muy


importante de tu armadura defensiva. Las dos áreas más
vulnerables del cuerpo humano son el corazón y la cabeza.
Cualquier herida o lesión severa en cualquiera de esas dos áreas
significa muerte o, al menos, hospitalización grave. En la
an güedad, los soldados usaban cascos de hierro o bronce. En la
época de la Edad Media, se modificaron muchos cascos para dar
protección adicional a la cara. Las principales armas contra las que
se defendió este casco fueron los golpes de espada, las lanzas, o
las flechas. Sin embargo, con la invención de la pólvora, las bolas
de mosquete y las balas rifladas, estos cascos fueron de poca
u lidad.
En la Segunda Guerra Mundial, el casco M1 podía defenderse de
ciertos golpes menores, pero no necesariamente contra un golpe
directo. Estos se eliminaron gradualmente en la década de 1980 a
favor de los cascos Kevlar, que ofrecían una protección balís ca
mucho mejor. ¿Por qué todo este gasto en cascos? Porque tu
cabeza es la carcasa externa que con ene tu cerebro. El cerebro es
el centro de toda capacidad para funcionar, tanto sica como
mentalmente. Destruye el cerebro, la mente y destruyes a la
persona. Es con nuestra mente, y nuestro poder para elegir el bien
o el mal, que nos dis ngue de los animales. Y es nuestro deber
como cris anos predicar el evangelio, para que otros puedan
experimentar la salvación y la vida eterna. Jesús nos dio esta
instrucción importante justo antes de ascender al cielo:

“…Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura.”


(Marcos 16:15).

La salvación: ¿Qué es?


Así que Efesios 6:17a se refiere al “casco de la salvación.”
Cuando somos “salvos” o nos referimos a “salvación,” nos
referimos a la experiencia inicial cuando le pides a Dios que te
perdone tus pecados, y somos “salvos” de ir al infierno. Cuando
voy de celda en celda en la cárcel, por lo general tengo un volante
conmigo con el tulo: “Si murieras hoy, ¿irías al cielo?” Esta es una
versión de un estudio bien conocido como el “Camino Romano,”
llamado así porque con ene por la mayor parte, versículos del
libro de Romanos. Entonces les pregunto a los encarcelados si
creen que irán al cielo. Algunos dicen “sí,” otros dicen “no” o “creo
que no,” y otros dicen “no estoy seguro.”
Si la respuesta es “sí,” animo a esa persona y los felicito por
pedirle a Dios que entre en su vida. A veces les pido que describan
de que manera se entregaron la vida al Señor. Al escucharlos
compar r sobre su propia experiencia de salvación, me siento muy
bendecido. Por lo general, les pregunto si les gustaría que orara
por ellos, y generalmente dicen que “sí.”
Si la respuesta es “no,” “creo que no,” o “no estoy seguro,”
entonces les pregunto si quieren ir al cielo. Dios respeta tu libre
voluntad. Josué, el sucesor de Moisés que condujo a los israelitas a
la erra prome da, estaba luchando contra la idolatría en el
campamento. A pesar de que Dios había separado el Mar Rojo
para permi r su escape e hizo muchos otros milagros, algunas de
las personas estaban adorando a otros dioses. Entonces Josué les
dio un desa o:
“Pero, si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes
mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus
antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los
amorreos, en cuya erra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi
familia y yo serviremos al Señor.” (Josué 24:15 NVI)

Entonces, tenemos la libre voluntad. Dios no nos creó como


robots sin libre albedrío. Nos hizo con una mente y la capacidad de
escoger, y espera que lo elegiremos a Él. Entonces, para volver a
nuestra historia del Camino Romano, si un encarcelado, o alguien
más responde “sí,” que quieren ir al cielo, con núo y hago un
estudio corto de todos los versículos de la Biblia en el estudio. Si
responden “no” que no quieren ir al cielo (muy raro), pasaré a la
siguiente celda, a menos que tengan alguna otra pregunta o
comentario. Siempre debemos respetar la voluntad libre de las
personas. Para aquellos que quieren ir al cielo y desean escuchar
más, el siguiente versículo es este:

“...porque todos pecaron y están des tuidos de la gloria de


Dios...” (Romanos 3:23)

Leo el versículo, o que lo lean, de cualquier manera. Luego,


señalo que TODOS hemos pecado, incluido yo mismo, y que el
pecado nos separa de Dios. Por lo general, les pregunto: “¿Sabes a
dónde irás si te mueres y estás separado de Dios?” La mayoría de
las veces, responden “el infierno.” Y yo digo: “eso es correcto, y
mira esto:”
“Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23)

Luego les pregunto, “¿qué pasa con las personas que mueren y
aún están separadas de Dios debido al pecado?” La paga, o el
resultado del pecado, es la muerte. Sí, es cierto que algunos
pecados pueden provocar la muerte sica, como la persona que
muere de cirrosis hepá ca relacionada con el alcohol o la persona
que sufre una sobredosis y muere a causa de ciertas drogas. Sin
embargo, no es la muerte sica lo que debemos temer; es la
muerte espiritual la que debe preocuparnos mucho. Lo que nos
lleva al siguiente verso:

“Mas a los temerosos é incrédulos, a los abominables y


homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos
los men rosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y
azufre, que es la muerte segunda.” (Apocalipsis 21: 8)

Ten en cuenta que este versículo no solo establece que los


asesinos serán enviados a este lugar; también los men rosos. Para
Dios, el pecado es pecado, ya sea “grande” o “pequeño.” El Lago
de Fuego es otro nombre para el infierno. Y aquellos que son
arrojados a este horrible lugar serán atormentados para siempre:

“Y el diablo que los engañaba, fué lanzado en el lago de fuego y


azufre, donde está la bes a y el falso profeta; y serán
atormentados día y noche para siempre jamás.” (Apocalipsis
20:10).

Normalmente pregunto, “ahora, no quieres ir al infierno,


¿verdad?” Y usualmente la persona contesta, “no.” Pero Dios
provee una solución:
“Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8).

Jesucristo tomó nuestros pecados sobre sí mismo cuando murió


en la cruz, para evitar que nos envíen al infierno. Pero debemos
aceptar su sacrificio por nosotros:

“Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu


corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos
10:9)
Entonces, si confesamos los pecados al Señor Jesús, en otras
palabras, si le damos nuestras vidas a Él; si creemos en él; y si le
pedimos que cambie nuestras vidas; y si y creemos que resucitó de
la muerte; entonces seremos salvos del infierno. Esta es la
salvación. También seremos protegidos de muchos problemas en
esta vida presente:

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos


perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.” (1 Juan
1:9)

Esta es una promesa de dos partes: 1. Dios nos perdonará, no


importa lo que hayamos hecho. Sí, muchas veces hay
consecuencias del pecado, pero a nivel espiritual, nos perdona. 2.
Dios “nos limpiará de toda maldad,” lo que significa que nos
ayudará a limpiar nuestros malos hábitos. Si estás involucrado en
algún po de pecado, y estás cansado de él, y te das cuenta de que
estás mal, y quieres deshacerse de él, pónte tu Armadura de Dios y
sigue orando, pidiéndole al Señor que lo ayude a ser un vencedor.
¡Y lo hará!
No solamente somos salvos del infierno, sino que cuando
recibimos la salvación, también somos salvos de muchas angus as
y pruebas en nuestras vidas. No quiere decir que todo será
perfecto después de la salvación; pero cuando le pedimos a Dios
que venga a nuestras vidas (la salvación), ya no somos esclavos del
pecado:

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué


crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a
fin de que no sirvamos más al pecado.” (Romanos 6: 6).

Cuando somos salvos, estamos escapando de las garras del


Diablo y/o los demonios. Sin embargo, esto no significa que la
guerra haya terminado. Es solo el comienzo. En el libro de
Romanos, Pablo nos dice:
“Pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay
otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi
mente, y me ene cau vo.” (Romanos 7:23 NVI)

Entonces, ahí está. Literalmente hay una guerra en tu MENTE. Y


el premio es el des no eterno de tu alma. Satanás y su ejército de
espíritus inmundos están luchando con todas sus fuerzas para
llevarte de vuelta al Reino de las Tinieblas. Plantan en nuestras
mentes malos pensamientos, para intentar hacernos caer en la
tentación. Pero cuando nos ponemos nuestro Casco de Salvación,
significa que estamos haciendo todo lo posible para PROTEGER
nuestras mentes, entregándonos totalmente a Dios en oración,
san dad y leyendo su Palabra. Por supuesto, aquí es donde la
Espada del Espíritu, la Palabra de Dios, realmente entra en acción.
¡Más sobre eso en el capítulo 10!
Es de suma importancia que protejamos nuestra mente en todo
momento. Es por eso que Pablo usa la ilustración del casco de la
salvación. El concepto de “salvación” va más allá de la experiencia
inicial de pedirle a Dios que nos salve. En la mayor parte del
cris anismo, el término “salvación” incluye no solo la experiencia
inicial, sino el proceso con nuo y con nuo conocido como
san dad o san ficación. Algunas iglesias lo llaman una “segunda
obra de gracia,” “hacer de Dios Señor de tu vida” o “estar lleno del
Espíritu Santo.”

¡Se CONTINUAMENTE lleno del Espíritu Santo!


Pablo nos dice en Efesios 5:18 “...sed llenos del Espíritu...” La
palabra griega aquí es πληροῦσθε (plērousthe), que significa
llenarse completamente.[19] Pero el empo verbal está en empo
presente impera vo, como una orden, que significa “ser llenado
con nuamente.” Nuestra salvación nunca debe ser entendida
como una experiencia única, sin más crecimiento espiritual. No, al
contrario, debemos ser salvos, y después ser CONTINUAMENTE
llenos del Espíritu Santo, junto con su poder, sabiduría y fuerza que
lo acompañan. Por lo tanto, cuando nos ponemos el Casco de
Salvación, esto representa:

1. La experiencia de salvación inicial cuando le pedimos a Dios


que perdone nuestros pecados y que venga a nuestras vidas.
2. Después de la salvación inicial, para proteger nuestras
mentes, nuestros pensamientos, nuestros procesos de tomar
decisiones y nuestras emociones de ser contaminados por ideas
pecaminosas.
3. Nuestra experiencia después de la salvación debe incluir
crecimiento, un llenado CONTINUO del Espíritu Santo, la santa
presencia de Dios en nuestras vidas. Esto se ob ene a través de la
oración, leyendo la palabra de Dios y poniéndola en prác ca.
Nuestro crecimiento debería incluir pidiendole a Dios que CAMBIE
nuestra manera de pensar:
“No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por
la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál
sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos
12:2 VRVA)

Si otros están par cipando en algo pecaminoso, nosotros no


deberíamos conformar, o par cipar en esta ac vidad. Es más,
deberíamos estar orando que el Señor transforme nuestro
entendimiento, en otras palabras, la mente, para que se conforme
a la voluntad de Dios, y no del mundo. Pero deberíamos estar
creciendo, espiritualmente.
Si fuiste salvo hace un año, pero casi nunca oras o nunca lees o
lees la Biblia, debes revisar tu Casco de Salvación para ver si ene
grietas. ¡Haz una comprobación del casco! Si no lo haces, ¡podrías
estar dejando una gran oportunidad para un ataque del enemigo!

¡Ponte el Casco de Salvación!


¡Cuando te pongas ese Casco de Salvación y sigas creciendo en
la gracia de Dios, encontrarás que el Espíritu Santo hará cosas
INCREÍBLES en tu vida! En el libro de los Hechos, por ejemplo,
aprendemos que:

“Y como hubieron orado, el lugar en que estaban congregados


tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la
palabra de Dios con confianza.” (Hechos 4:31)

Ten en cuenta el orden en que ocurrieron los eventos. Primero


los discípulos oraron. Luego, se LLENARON DEL ESPIRITU SANTO.
Después de eso, salieron y hablaron la palabra de Dios con
confianza, o denuedo. Servimos a un Dios de poder y valen a, no
de miedo. Cuando Dios te llene de la presencia del Espíritu Santo,
Él te dirigirá a hablar con la gente de una manera nueva; Él te
llevará a nuevos lugares; Incluso puede ser que a veces te revele
cosas nuevas; y finalmente, Él cambiará tu vida!
Por lo tanto, protege tu mente con el Casco de Salvación. Al
hacerlo, te protegerás de muchos problemas en esta vida, ¡y serás
usado por Dios de muchas maneras!
Si aún no le has pedido a Dios que entre en tu vida, si aún no
has recibido el perdón por tus pecados a través del poder de la
muerte y resurrección de Jesucristo, puedes orar la siguiente
oración para recibir la salvación:

Oración para recibir la salvación:


“Padre celes al, perdóname mis pecados. En este momento, me
arrepiento y me dirijo a . Declaro que Jesús es el Señor, que murió
en la cruz por mis pecados, y creo que resucitó de entre los
muertos. Ayúdame a buscarte con todo mi corazón. Si peco,
perdóname y puri came día a día. En el nombre de Cristo Jesús,
amén.”

Si ya estás salvo, pero necesitas “armarte” para superar los


ataques del enemigo, puedes orar esta oración:

Oración para fortaleza espiritual:


“Padre, gracias por la salvación. Te agradezco que me has
salvado del pecado en esta vida y del infierno en la otra vida.
Señor, ayúdame a seguir creciendo espiritualmente, a estar
con nuamente lleno del Espíritu Santo, cada día más, todos los
días. Ayúdame a ser fuerte con la fuerza que me das. Ayúdame a
crecer en san dad, a deshacerme de todos esos malos hábitos que
no te agradan. Señor, transforma mi entendimiento, mi mente
para que mis pensamientos, palabras y hechos sean agradables a
. Ayúdame a deshacerme de cualquier cosa en mi vida que pueda
dejar una abertura para el enemigo. Ayúdame a deshacerme de
cualquier cosa en mi vida que pueda poner una grieta en mi Casco
de Salvación, que permita al enemigo plantar pensamientos
malvados en mi mente. Señor, protege mi mente con tus santos
ángeles en mis pensamientos, mis sueños cuando duermo, en todo
lo que hago. Protege a mi familia en sus pensamientos, sus sueños,
en todo lo que hacen, también. En el nombre de Jesús, amén.”
10. La espada del Espiritu
“…y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios.”
-Efesios 6:17

Echemos un vistazo más de cerca a un versículo que ya


mencionamos en el capítulo 1: Zacarías 4:6 nos dice:

“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho


Jehová de los ejércitos.”

Cuando estamos peleando una batalla espiritual, no podemos


ser victoriosos por la fuerza sica. Si uno levanta pesas y está en
excelente condiciónes sicas, su estado sico no lo ayudará a
ganar una batalla espiritual. Eso no quiere decir que el estado
sico sea algo malo; Si haces ejercicio, sin descuidar tu relación
con Dios y tu familia, hacer ejercicio es una buena idea.
Tampoco podemos ganar en la guerra espiritual con poder
terrenal. Puede ser que tengas mucho dinero; puedes tener
muchas personas bajo tu supervisión; Es posible que tengas un
trabajo o puesto importante para influir a las personas, pero todo
este poder es inú l cuando estamos peleando una guerra contra el
poder de Satanás y sus demonios.
¡La ÚNICA forma en que esperamos tener la victoria en la guerra
espiritual es por el Espíritu Santo de Dios! En Efesios 6:17, dice
específicamente que debemos tomar, o usar, la “espada del
Espíritu, que es la Palabra de Dios.” Creo que Pablo nos está
diciendo dos cosas aquí.

La palabra de Dios
Ten en cuenta que todos los demás implementos de la
Armadura de Dios son armas DEFENSIVAS por naturaleza. Sin
embargo, la ÚNICA arma ofensiva que Pablo menciona aquí es la
ESPADA. Si se usa correctamente, la espada puede ser muy
poderosa. Desafortunadamente, la mayoría de los cris anos hoy
en día rara vez usan la espada. Muchos cris anos se distraen con
sus teléfonos celulares, videojuegos, redes sociales, televisión,
deportes, el Internet, etc. Si más cris anos simplemente apagaran
los aparatos electrónicos por un empo todos los días y pasaran
empo con Dios, estarían mucho más felices y tendrían una
dirección más clara en sus vidas.
Incluso los hombres y mujeres encerrados en la cárcel y las
prisiónes pueden distraerse. Los televisores en nuestras cárceles
emiten deportes, telenovelas, no cias, películas y otros
programas. Hay libros para leer, algunos de estos libros y
programas pueden ser informa vos y/o ú les, pero muchos de
ellos, no tanto. Y hay sueño. Para muchos, es más fácil tomar una
siesta larga, incluso durante el día, y tratar de olvidarse uno de los
problemas de la vida. Pero, ¿de qué es exactamente la espada de
la que habla Pablo en Efesios? Primero, Pablo iden fica la Espada
como la “Palabra de Dios.” La Palabra de Dios es, por supuesto, la
Biblia. Y el libro de Hebreos incluso compara la Palabra con una
espada:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante
que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta par r el alma, y
aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebrews 4:12)
Muchos de nosotros nos olvidamos cuán poderosa es realmente
la Palabra de Dios. Muchos de nosotros descuidamos leer la
Palabra de Dios, y fallamos en usarla en la batalla. Una pregunta:
¿Cuánto de la Biblia realmente lees? ¿Acabas de abrir el libro de
vez en cuando, lees uno o dos versículos y luego lo arrojas a la
esquina de tu habitación hasta la próxima vez que lo mires en unos
meses? Y después de pasar tan poco empo leyendo la palabra de
Dios, ¿todavía esperas a que Dios te dé la victoria en las batallas
de la vida? No, si queremos ser vencedores en la vida,
necesitamos ejercitar nuestros músculos espirituales. En 1
Corin os, Pablo incluso nos da una ilustración del ejercicio en
relación con asuntos espirituales:

“Así que, yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de


esta manera peleo, no como quien hiere el aire: Antes hiero mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo
predicado a otros, yo mismo venga a ser reprobado.” (1 Corin os 9
: 26-27)

Por lo tanto, no debemos ser inciertos e indisciplinados en


nuestra lectura de la Biblia u otros asuntos espirituales.
Deberíamos encontrar un momento que nos funcione para leer la
palabra de Dios y cumplirla. Usualmente leo la Biblia a primera
hora de la mañana, mientras me estoy desayunando. Usualmente
leo un capítulo cada día. Pero no siempre fue así, incluso varios
años después de que me hice cris ano.

El desa o bíblico
Hace varios años, mi suegro me dio lo que yo llamo “El desa o
de la Biblia.” Me preguntó: “Pedro, ¿has leído la Biblia?” Había
sido yo cris ano durante varios años y, por supuesto, había leído
muchas partes de la Biblia, pero no toda. Respondí, “por
supuesto.” Luego dijo: “ah, pero ¿la has leído TODA?.” Dije:
“bueno, no, no toda, no del principio al fin.” Luego dijo las palabras
que me retaron a un nivel más alto de espiritualidad: “Bueno,
entonces, en ese caso, ¡lee la Biblia, TODA!” Esto me llamó la
atención.
Poco después, comencé en el libro de Génesis y leí un capítulo
cada día hasta que terminé toda la Biblia. A veces, durante
capítulos muy largos como el Salmo 119, lo dividí en tres partes.
Me tomó alrededor de tres años y medio para terminar. Mientras
leía, subrayé cualquier pasaje en el que aprendí algo nuevo, o
realmente me llamó la atención de alguna manera. Con
frecuencia, escribí notas o comentarios en los márgenes. Después
de terminar el libro de Apocalipsis, comencé todo de nuevo. Cada
vez que leo la Biblia, parece que aprendo algo nuevo. Así que
subrayo más pasajes y escribo más comentarios.
Entonces, ya sea que leas un capítulo al día, o una parte de un
capítulo, o incluso un versículo al día, encuentra alguna forma de
leer la Palabra de Dios a diario. Este es el primer paso para afilar tu
espada espiritual.

Usando nuestra espada en la batalla


¿Por qué leer la palabra de Dios? Porque tarde o temprano,
debes comenzar a MEMORIZAR ciertos versículos claves. ¿Por qué
memorizar versículos de la Biblia? ¡PARA USARLOS en “batalla
espiritual” en el futuro! La próxima vez que alguien te esté
molestando y tengas ganas de responder con enojo, a lo mejor te
acuerdas de un versículo como:
“La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace
subir el furor.” (Proverbios 15:1).

En el momento en que tu ira casi te hace reaccionar con


violencia o decir algo insultante, el Espíritu Santo te recuerda de
repente que reacciones con una “ blanda respuesta,” en lugar de
una respuesta severa, crí ca o profana.
Entonces, si alguien te está cri cando, en lugar de maldecirlos o
insultarlos, no digas nada o di algo que calme la situación. Si
alguien se burla de por re rarte de la situa ón, o si dicen que
eres un “cobarde,” que así sea. Aquellos que se rehúsan a
retroceder y causan una pelea o una discusión enen un problema
de orgullo, y el orgullo es un pecado, uno de los peores. Proverbios
también nos dice:

“Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.”


(Proverbios 16:18 NVI)

En otras palabras, el orgullo, o la soberbia, puede causar


destrucción o quebrantamiento. Puede destruir tu vida. Puede
hacer que caigas en todo po de pecado y problemas, y muchos
de estos pueden causar cargos nuevos, y mas empo empo en la
carcel. Si no estas en la cárcel, puede causar otros problemas. No
quieres eso, ¿verdad?

La espada del espíritu


Es importante notar también que Pablo se refiere a la Espada
del “Espíritu.” El “Espíritu” es el Espíritu Santo, por supuesto. ¿Qué
significa esto? Creo que una posible interpretación es que cuando
usamos nuestra Espada, la palabra de Dios, en la batalla,
necesitamos ser UNGIDOS por el Espíritu Santo. Jesús nos dijo:
“Y cuando os trajeren a las sinagogas, y a los magistrados y
potestades, no estéis solícitos cómo ó qué hayáis de responder, ó
qué hayáis de decir; Porque el Espíritu Santo os enseñará en la
misma hora lo que será necesario decir.” (Lucas 12: 11-12).

Este versículo habla de los empos, en el pasado y


probablemente en el futuro, cuando los cris anos serán
perseguidos por su fe. Y hay momentos en que los cris anos
sufren diferencias con familiares, amigos u otros. Estos serán
empos en los que necesitaremos especialmente el autocontrol y
la guianza del Espíritu Santo. Necesitaremos tener sabiduría sobre
cómo usar la Espada de la Palabra de Dios. Si realmente estamos
en un estado espiritual maduro, hablaremos las palabras que el
Espíritu pone en nuestros corazones, y estas palabras ciertamente
causarán que algunos de los que escuchan, pongan su fe en Dios.
Entonces, el uso de nuestra Espada de la Palabra necesita ser
guiado y ungido por el Espíritu Santo, o de lo contrario no será
efec vo.
Entonces, no te preocupes por qué decir cuando comience la
futura batalla espiritual. El Espíritu Santo te REVELARÁ cuándo y
cómo usar tu espada. Es posible que el Espíritu Santo te pida que
ores usando un versículo de la Biblia o versículos en silencio en
algunas situaciones. Puedes ser guiado a hablar la Palabra de Dios
con denuedo en otros casos. Pero en todos los casos, por
supuesto, usa tu espada. No lo dejes en su funda.

Que hacer durante un ataque espiritual


Hasta ahora, hemos hablado acerca de cómo responder a las
personas en situaciones di ciles. Pero ¿qué pasa con esos
momentos en que estás sentado solo y, de repente, te
bombardean los malos pensamientos? Discu mos esto
anteriormente en el capítulo 4. Esta vez, hablaremos sobre cómo
usar la Espada de la Palabra, cuando aparezca este po de
pensamiento maligno del enemigo.
Supongamos que te están atacado con pensamientos de enojo,
pensamientos de resen miento o de venganza. ¿Por qué me ha
ocurrido esto a mi? ¿Qué va a pasar con mi familia? ¿Mis hijos?
¿Por qué un Dios de amor permi ó que esto me pasara? Si esto te
ha sucedido, probablemente sea un ataque espiritual del enemigo.
Algunas personas dicen “Satanás me está atacando,” pero
acuérdate, Satanás es un ser finito que no es omnipresente como
Dios. Satanás solo puede estar en un lugar a la vez. Lo más
probable es que un demonio o demonios estén plantando ideas
malvadas en tu mente. En Efesios, Pablo nos recuerda:

“Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure


hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo.” (Efesios 4:26-27)

En este caso, Pablo señala cómo el enojo puede hacernos pecar.


Si enes pensamientos de enojo sobre alguien o alguna situación,
y dejas que te contagie como una herida infectada, tarde o
temprano, empeorará. Puede resultar en una discusión fea, donde
se gritan palabras que pueden herir a otros. Puede resultar en
violencia. Hay muchos hombres y mujeres en la cárcel y prisión
hoy en día porque permi eron que una discusión se intensificara
en una pelea sica. Y luego, a veces se llama a la policía y se
presentan cargos de violencia domés ca y / o abuso conyugal. En
algunos casos extremos, el resultado es la agresión sica e incluso
el asesinato, todo porque los pensamientos enojados resultaron
en discusiones verbales y luego a un acto sico que resultó en
lesiones, cárcel o prisión, y en algunos casos, la muerte. Por lo
tanto, es muy importante para nosotros no permi r que los
pensamientos de enojo con núen en nuestras mentes.
No dar cabida al diablo
Tampoco debemos permi r que el diablo, o un demonio, tenga
una “cabida” o lugar, en nuestras vidas o mentes (Efesios 4:27).
Algunas versiones lo llaman un “punto de apoyo” del pecado, ya
sea ira o cualquier otro po de pensamiento maligno, en nuestras
mentes. Tan pronto como nos damos cuenta de que nos estamos
enojando, o que estamos pensando en pensamientos dañinos,
debemos detener inmediatamente lo que estamos haciendo y
orar. Usa la espada de la palabra aquí. Convierta la Palabra de Dios
en un arma ofensiva, que se librará contra todos y cada uno de los
demonios que intenten influenciarlo de alguna manera.
Por ejemplo, puedes orar: “Señor, ayúdame a no enojarme. Tu
palabra dice ‘Si se enojan, no pequen’ (Efesios 4:26), así que
ayúdame a no enojarme, ni pecar. Tu palabra dice ‘ni den cabida al
diablo’ (Efesios 4:27) Señor, tu palabra dice: ‘lo que ates en la
erra estará atado en el cielo, y lo que desates en la erra será
desatado en el cielo.’ (Mateo 16:19). Así que, en el nombre de
Jesús, ato a estos demonios para que no me ataquen de ninguna
manera, y desato el poder del Espíritu Santo para luchar por mí y
darme tranquilidad.”
Otra forma importante de usar la Espada de la Palabra,
especialmente cuando estás bajo ataque espiritual, es someterte
totalmente a Dios, acercarte a él, y resis r al diablo. El apóstol
San ago nos dice:
“Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de
ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores,
límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su
corazón!” (San ago 4:7-8 NVI)

Entonces, para tener la victoria cuando el enemigo te ataca,


sometete a Dios. Si estás pecando, confiéselo y pídele a Dios que
te ayude a superarlo. Además, resiste al diablo, o demonios que
intentan establecerse en tu mente. Tan pronto como sientas que
ocurre un ataque, reconócelo, resístelo y usa tu espada para
luchar contra él.

Destruyendo fortalezas de maldad


De hecho, no solo debemos resis r al diablo negándole un
punto de apoyo en nuestras mentes, sino que Pablo incluso le dijo
a la iglesia corin a que se mantuviera ac va en la guerra contra
cualquier cosa que sea carnal y no espiritual:

“Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que enen
el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y
toda al vez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevamos cau vo todo pensamiento para que se someta a Cristo.”
(2 Corin os 10: 4-5 NVI)

Primero que nada, Pablo nuevamente nos dice que estamos


peleando una batalla espiritual, no carnal. En segundo lugar,
debemos derribar todas las “fortalezas” del enemigo. Estos
podrían incluir cualquier fortaleza del pecado en tu mente,
doctrina falsa o fortaleza del pecado en la mente de los demás.
Ahora, por supuesto, debes preguntar a los demás si quieren
oración antes de que ores por ellos. Y si la respuesta es sí,
entonces puedes seguir adelante y orar. Tercero, debemos llevar
cau vos TODOS nuestros pensamientos y someterlos a Cristo. En
otras palabras, ten cuidado con lo que piensas. Pablo nos dice que
tengamos pensamientos santos:

“ Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo


honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que
es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en
esto pensad.” (Filipenses 4: 8)
Finalmente, San ago nos dice que nos acerquemos a Dios. Una
forma muy efec va de acercarse a Dios es alabarlo o cantarle
canciones de adoración o himnos. El libro de los Salmos es una
forma maravillosa de anunciar la presencia del Espíritu Santo para
que podamos acercarnos al Señor y con nuar resis endo al diablo
o los demonios. Si me siento preocupado o bajo ataque, uno de
mis salmos favoritos es el Salmo 37:

“No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia


de los que hacen iniquidad!” (Salmo 37:1)

Por lo tanto, debemos “no preocuparnos” (“no te impacientes”)


por las personas malvadas. Si te preocupa lo que alguien te dirá
mañana, deja de preocuparte y pídele a Dios que se encargue de
. Si estás preocupado por tu familia, deja de preocuparte y pídele
al Señor que te ayude. El Salmo 37:3 nos dice: “Espera en Jehová,
y haz bien.” Conviértelo en una oración: “Señor, ayúdame a confiar
en ; Señor, ayúdame a hacer el bien, a hacer y decir lo correcto.”
Y, hay uno de mis versos favoritos de todos los empos:

“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las pe ciones


de tu corazón.” (Salmo 37:4 RVR1960).

Ora: “Señor, ayúdame a deleitarme en . Ayúdame a sen r tu


alegría y tu paz. Lléname de pensamientos santos y posi vos y
rechazar al mal. Te agradezco, Señor, por tu presencia. Y Señor,
dame el deseo de mi corazón. En este momento, mi deseo es
sen r alegría y no enojo; tranquilidad y no de preocupación.
Gracias, Señor, alabo tu nombre.”
¡Así es como usamos la Espada de la Palabra en acción! ¡A nivel
ESPIRITUAL! Recuerda, no estamos luchando contra las personas
(carne y hueso), sino contra los espíritus malignos o los demonios
que nos están influenciando a ellos y a nosotros. Ora por los
demás. Ora por mismo. Usa tu espada! Entonces, cuando el
enemigo te ataca, ¿qué haces? Hay que contraatacar!!!

Jesús usó la Palabra para contestar a Satanás


Cuando Jesús estaba ayunando en el desierto antes de
comenzar su ministerio, fue tentado en TRES ocasiones diferentes.
Esto cons tuye un gran ataque espiritual. Mateo, capítulo 4 nos
dice:

“Y llegándose a él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que


estas piedras se hagan pan.” (Mateo 4:3)

Observe cómo Satanás nos golpea en donde más nos duele.


Jesús estaba ayunando y hambriento, y el tentador quería que él
terminara su ayuno y, junto con él, un momento importante de
comunión con el Padre. Satanás sugirió que Jesús usara su poder
para conver r las piedras en pan, para poder sa sfacer su hambre
y comer. Pero, ¿cómo respondió Jesús al enemigo? ¡Con su
espada, la Palabra de Dios! Así es como Jesús refutó al tentador:

“Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan


vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de
Dios.” (Mateo 4:4)

Jesús estaba citando Deuteronomio 8:3 (NVI):

“Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con


maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo
que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo
que sale de la boca del Señor.”
¡Cualquiera sea tu tentación o prueba, use la espada, la Espada
de la Palabra! ¡Y mientras más de la Palabra memorices, mejor
usarás tu Espada para atacar al enemigo! Pero Satanás no se
detuvo allí. Tentó a Jesús por segunda vez. En Mateo 4, viene la
siguiente prueba:

“Entonces el diablo le pasa a la santa ciudad, y le pone sobre las


almenas del templo, Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo;
que escrito está: A sus ángeles mandará por , Y te alzarán en las
manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo:
Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mateo 4: 5-7)

Observe cómo Satanás tuerce la palabra de Dios. El tentador


citó el Salmo 91:11-12:

“Pues que a sus ángeles mandará acerca de , Que te guarden


en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Porque tu pie no
tropiece en piedra.”

Esta es una men ra mañosa. El Salmo 91 es un pasaje


maravilloso que menciona las varias formas en que Dios protegerá
a las personas que realmente lo buscan y habitan en su presencia.
Pero NUNCA deberíamos poner a prueba a Dios, en este caso,
saltando del techo del templo, como lo sugirió Satanás. A veces, el
Diablo planta todo po de ideas malvadas y dañinas en nuestras
mentes, que necesitamos reconocer como men ras.

¡No caigas en la trampa de las men ras del enemigo!


Una vez conocí a un jóven señor que me habló de un amigo
suyo que estaba bajo la influencia de las drogas. El amigo vez tras
vez golpeó su cabeza contra la pared de su casa, causando daños
tanto en la pared como en la cabeza. Después de que mi amigo
llegó y detuvo al drogadicto de hacerse más daño, le preguntó,
“¿por qué estás haciendo esto?” El jóven endrogado dijo: “No
sé...Seguí escuchando esta voz dentro de mí, diciendo, que si yo
pudiera golpear mi cabeza contra la pared, estaría libre de todo mi
dolor!” ¡Imagínete eso, causar dolor extremo y las lesiones se
libere él del dolor! ¡Otra completa men ra del enemigo! Jesús fue
tentado por úl ma vez:

“Otra vez le pasa el diablo a un monte muy alto, y le muestra


todos los reinos del mundo, y su gloria, Y dícele: Todo esto te daré,
si postrado me adorares.” (Mateo 4:8-9).

Observe cómo Satanás usa diferentes técnicas. Primero,


hambre, luego ofrecer protección falsa. Ahora, apela a lo que
percibe como el deseo de Jesús de riqueza y poder. Pero su
esquema nuevamente falla. Jesús nuevamente saca la Espada de la
Palabra:

“Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor


tu Dios adorarás y a él solo servirás. El diablo entonces le dejó: y
he aquí los ángeles llegaron y le servían.” (Mateo 4: 10-11)

Jesús estaba citando Deuteronomio 6:13:

“A Jehová tu Dios temerás, y a él servirás, y por su nombre


jurarás.”

Nuevamente, cuando estás peleando la guerra contra el


enemigo, ¡usa la PALABRA DE DIOS! Y mira lo que sucedió
después: ¡El diablo LO DEJÓ! No, no podemos matar a Satanás ni a
sus demonios, ¡pero podemos usar nuestra mejor arma, nuestra
Espada de la Palabra, para desanimarlos y dejarnos en paz! Y si
seguimos citando la palabra de esta manera, los demonios
eventualmente nos dejarán e ¡irán a tentar a ALGUIEN MÁS! Cómo
sabemos esto? Jesús nos dice, en Mateo 12: 43-45:

“Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por


lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.”

En otras palabras, cuando una persona le pide a Dios que entre


en su corazón y/o si una persona es liberada de espíritus o
espíritus malignos, lo deja. Pero el demonio está inquieto y quiere
un lugar en dónde morar (en otras palabras, otra persona).
Después, esto es lo que hace el demonio:
“Entonces dice: Me volvere a mi casa de donde salí: y cuando
viene, la halla desocupada, barrida y adornada.” (Mateo 12:44)

¡Así que ten cuidado! Si has usado tu armadura y tu espada para


vencer y correr a cualquier espíritu maligno, ¡INTENTARÁ VOLVER
A TI y ENCONTRAR PUNTO DE APOYO para meter ideas malignas
en tu mente! (Efesios 4:27). Si el espíritu inmundo o malvado
descubre que estás vacío y barrido sin la presencia del Espíritu
Santo en tu vida; si él encuentra que no te interesa orar y leer la
Biblia; Si descubre que no enes interés en Dios, a pesar de que el
Señor te ayudó a liberarte del mal antes, ¡entonces el espíritu
maligno toma esto como una puerta abierta para entrar de
regreso y atormentarte con malos pensamientos como antes! ¡NO
PERMITAS ESTO! Manténgate orado, lea la Palabra todos los días y
“ame al Señor su Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza”
(Lucas 10:27). Pero solo para asegurarse de que no pierda su
punto de apoyo, ese pequeño espíritu desagradable recibe ayuda:

“Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que


él, y entrados, moran allí; y son peores las cosas; úl mas del tal
hombre que las primeras: así también acontecerá a esta
generación mala.” (Mateo 12:45).

¡Imagínate eso, un total de OCHO espíritus malignos, con SIETE


de ellos incluso peor que el primero! No es de extrañar que tanta
gente sea tan malvada. ¡No permitas esto!

Por lo tanto, recuerda usar la Espada del Espíritu, la Palabra de


Dios. ¡Es tu ÚNICA arma ofensiva, y es tu MEJOR arma! De nuevo,
¡la mejor defensa es un buen ataque! ¡Acostúmbrate a leer la
Biblia cada día, y comienza a memorizar versículos que luego
puedes usar en oración, como una espada que envía a esos
demonios huyendo en la derrota! ¡Hazlo, y realmente vas a crecer
en san dad, en paciencia, en paz, y tendrás muchas otras
bendiciones!

Oración:
“Padre, ayúdame a usar la espada de tu Espíritu. Ayúdame a
recordar leer la Palabra de Dios todos los días. Ayúdame a QUERER
leer la Biblia, y no hacerlo porque alguien me dijo que debería
hacerlo. Ayúdame a leer tu palabra todos los días, incluso cuando
a veces no me siento tan bien. Ayúdame a recordar esos versículos
que me muestras que me llamen la atención espiritual. Ayúdame a
recordar esos versículos cuando lleguen los días malos, cuando
tenga la tentación de hacer o decir cosas que no debería. Y
ayúdame a usar tu palabra cuando me están atacando espiritus
malignos. ¡En el nombre de Jesús, amén!”
11. Orando en el Espiritu
“Oren en el Espíritu en todo momento, con pe ciones y
ruegos. Manténganse alerta y perseveren
en oración por todos los santos...”
-Efesios 6:18 NVI

Orar en el Espíritu es el pegamento que une todas las


diferentes piezas de la Armadura de Dios. ¿Y qué es exactamente
la oración y súplica “en el Espíritu?” La palabra griega para
“Espíritu” aquí es πνεῦμα, o pneuma, que significa “viento, aliento
o espíritu.”[20] En muchos versículos de la Biblia, se refiere al
Espíritu Santo:

“Y Jesús, después que fué bau zado, subió luego del agua; y he
aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre él.” (Mateo 3:16)

La misma palabra, “pneuma” se usa en Efesios 6:18 y Mateo


3:16. La referencia en Efesios es claramente al Espíritu de Dios, o al
Espíritu Santo. Pero, de nuevo, ¿qué es “orar en el Espíritu?” Para
responder a esta pregunta, necesitamos encontrar versículos
similares que nos ayuden a comprender completamente este
concepto clave. Y en el libro de Romanos, Pablo nos da una gran
pista:

“Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza:


(debilidad) porque qué hemos de pedir como conviene, no lo
sabemos;.” (Romanos 8:26).

Esto es muy importante. En primer lugar, Pablo dice que el


Espíritu, el Espíritu Santo de Dios, “ayuda nuestra flaqueza.” Otras
versiones traducen esto como “nos ayuda en nuestra debilidad.”
En otras palabras, somos débiles o no podemos entender a veces
cómo orar y incluso por qué exactamente orar. ¡Entonces, Dios
reconoce esto y nos AYUDA a orar de manera mucho más efec va!
Es casi como un niño pequeño que aprende a andar en bicicleta
por primera vez. Primero, su papá pone las ruedas de
entrenamiento para evitar que su hijo o hija se caiga
repe damente, se las me y pierda su confianza. Luego, tan pronto
como el niño aprenda a pedalear y conducir de manera adecuada,
se quitan las ruedas de entrenamiento y el niño aprende a
conducir y pedalear mientras man ene el equilibrio.
Es lo mismo con Dios, para aquellos que realmente quieren
aprender a orar efec vamente. Mucha gente no lo hace. Se
contentan con decir una pequeña oración rápida de vez en
cuando, esperando que esto sea suficiente para guiarlos y
protegerlos a través de sus dificultades y batallas diarias. Luego,
cuando se encuentran en un estado espiritualmente débil, y
cuando el enemigo les ataca fuerte, ¡de repente se arrodillan y
realmente oran! Si pudiéramos voluntariamente comenzar a orar
como debiéramos, “orar en el Espíritu,” con mayor frecuencia y
por más empo, empos de bendición, estaremos bien armados y
podremos “pelear la buena batalla” (1 Timoteo 6:12) más
eficazmente.
Pero volviendo a nuestro análisis de Romanos 8:26, la segunda
parte:
“…sino que el mismo Espíritu pide por nosotros…” (Romanos
8:26b)

Aquí está la clave: A veces no sabemos cómo orar, pero el


Espíritu Santo nos guía, nos muestra, ¡incluso nos da las palabras
para decir! A veces, mientras oramos, ¡Dios incluso revela nuevas
ideas y conocimientos que solo podrían venir de un reino
sobrenatural! Si realmente estás orando “en el Espíritu,” estás
TOTALMENTE conectado con Dios a un nivel espiritual profundo.
¡Estás derramando al Señor tus alabanzas más profundas,
pe ciones y acción de gracias, y al mismo empo, el Espíritu Santo
te está revelando exactamente cómo orar por ellos! Pero a veces,
es algo sen do, y ni siquiera expresado en palabras:

“... con gemidos indecibles.” (v. 26)

Hay algunas cosas que el Señor nos revela en la oración, que no


se pueden expresar con palabras. Sen mos una convicción en
nuestros corazones por algo o alguien; sen mos una sensación
fuerte de alegría cuando oramos por algo, y tal vez una bendición
que Dios nos está dando. Pero, en cualquier caso, ninguno de
estos pos de revelaciones espirituales sobrenaturales sucederá a
menos que pases un buen rato en oración profunda.

¿Cómo debemos orar?


Algunas personas no saben exactamente cómo comenzar a orar.
Bueno, los discípulos de Jesús también se preguntaban lo mismo
en una ocasión:
“Y aconteció que estando él orando en un lugar, como acabó,
uno de sus discípulos le dijo: ‘Señor, enséñanos a orar, como
también Juan enseñó a sus discípulos.’” (Lucas 11: 1).

Entonces, así como Jesús enseñó a sus discípulos a orar,


también debemos aprender a orar correctamente, poniendo en
prác ca sus instrucciones importantes:

“Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, (aposento) y


cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en secreto, te recompensará en público.” (Mateo 6:6)

Cuando Jesús dice “éntrate en tu cámara,” (o aposento) está


diciendo que debes encontrar un lugar tranquilo en donde orar,
lejos del negocio que se lleva a cabo con tu familia o amigos. Esto
es mucho más efec vo para un empo de oración largo, extenso y
sincero. Esto nos da una oportunidad mucho mayor de “orar en el
Espíritu.” Debe ser un lugar en donde no te interrumpan. Es
posible que debas decirle a tu familia o amigos que vas a pasar
algún empo en oración y que no debes ser interrumpido a menos
que haya alguna emergencia. Jesús también nos advierte que no
repitamos la misma oración exacta vez tras vez, pensando que será
más eficaz:

“Y orando, no seáis prolijos, como los Gen les; que piensan que
por su parlería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes
que vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7-8)

En los empos an güos, las ceremonias religiosas paganas


estaban dedicadas a un Dios pagano, y picamente incluían horas
y horas de cantar o repe r las mismas o similares frases una y otra
vez. Dios no está impresionado con esta clase de oración, a pesar
de que ya mencionamos anteriormente que deberíamos pasar un
empo sostenido de oración. Le conmueve a Dios si somos
sinceros en nuestros mo vos, si vivimos una vida justa y si nos
conectamos con él “en el Espíritu” a un nivel verdaderamente
espiritual. Puede ser que repitas algunas frases aquí y allá, pero no
debemos seguir repi endo las mismas oraciones exactas, una tras
otra. Dios mira nuestro corazón.

El Padre Nuestro
La oración el “Padre Nuestro” es el modelo que Jesús nos dio
para orar:

“Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los


cielos, san ficado sea tu nombre.” (Mateo 6:9)

Ten en cuenta que Jesús nos dice que oremos al Padre. Ahora,
habiendo dicho eso, hay una instancia en la Bíblia cuando el
discípulo Esteban oró a Jesús:

“Y apedrearon a Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús,


recibe mi espíritu.” (Hechos 7:59).

Por lo tanto, bíblicamente, podemos orar al Padre o a Jesús,


aunque como Jesús dijo que debemos orar al Padre, esto es lo que
hago la mayor parte del empo. O eso, o digo: “Señor.” Creemos
en un Dios, consis endo en tres personas, el Padre, el Hijo
(Jesucristo) y el Espíritu Santo.
Ahora, ¿qué significa la palabra “san ficado?” La palabra griega
aquí es ἁγιάζω, o “hagiazo”. Significa “hacer santo, consagrar o
san ficar.”[21] La definición de “santo” es: “exaltado o digno de una
devoción completa como uno perfecto en bondad y jus cia.”[22] Es
decir, cuando declaramos que Dios es “santo”, le decimos: “Señor,
te exalto, te adoro. Eres perfecto en bondad y jus cia.” Es un
hecho de adoración. Después de esto, oramos:

“Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así


también en la erra.” (Mateo 6:10)

Cuando oramos, “venga tu reino”, en esencia estamos diciendo,


“que tu reino aumente en la erra y me ayude a ser parte de tu
reino en aumento.” El Reino de Dios incluye la salvación inicial de
una persona que se arrepiente de sus pecados:

“Y diciendo: El empo es cumplido, y el reino de Dios está cerca:


arrepen os, y creed al evangelio.” (Marcos 1:15).

Entonces, cuando una persona se arrepiente y cree en el


evangelio (recuerda que Jesús murió por nuestros pecados, fue
sepultado, resucitó de entre los muertos y se apareció a los
apóstoles y a más de 500 tes gos, 1 Corin os 15:1-6), esa persona
al arrepen rse sale del reino de las nieblas y entra en el Reino de
Dios. Pero ser parte del Reino de Dios es mucho más que la
salvación. Incluye vivir en jus cia (¿recuerdas la coraza de
jus cia?) Y todas las bendiciones que vienen con ella:

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su jus cia, y todas


estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)

Cuando pedimos que “Sea hecha tu voluntad, como en el cielo,


así también en la erra,” estamos invitando a Dios con todo su
poder, la presencia del Espíritu Santo, todos sus ángeles, a ser
parte de nuestras vidas. Estamos invitando al Señor a darnos
sabiduría y fuerza espiritual sobrenatural para que podamos estar
completamente armados espiritualmente, y para difundir el
evangelio a otros, para que ellos también puedan ser parte del
Reino de Dios.

Dios no es Santa Claus


El Padre Nuestro con núa con lo siguiente:

“Danos hoy nuestro pan co diano.” (Mateo 6:11).

Esta es una oración de pe ción. Le pedimos a Dios que provea


nuestras necesidades co dianas, como alimentos, ropa y, por
extensión, dinero para pagar la renta y otros gastos. Las oraciones
de pe ción también pueden incluir oraciones para sanar, tanto
sanidad sica como emocional; oraciones de intercesión para
otros, ya sea por salvación, jus cia u otras necesidades; y
oraciones por tu propio bienestar espiritual y sico personal.
Desafortunadamente, la mayor parte del empo, nuestras
oraciones se convierten en una larga pe ción. Muchos de nosotros
comenzamos nuestras oraciones, no adorando a Dios como se
muestra en Mateo 6:9 (“san ficado sea tu nombre”), sino
diciendo: “Señor, dame esto, o Señor, dame aquello.” Dios no es
un Santa Claus espiritual. Se supone que no debemos buscar a
Dios solamente para recibir, sino también por otras razones. Por lo
tanto, asegúrete de que tus oraciones no solo incluyan pe ciones,
sino también adoración y acción de gracias. Al hacerlo, agradarás
mucho a Dios. La Biblia está llena de versículos de alabanza al
Señor, especialmente el libro de los Salmos:

“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.


Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata
tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; él colma de
bienes tu vida, y te rejuvenece como a las águilas.” (Salmo 103:1-5
NVI)

Imagínese comenzar tu oración con este salmo, o uno similar, en


lugar de, “Dios, dame...” Imaginate comenzar, “Padre nuestro que
estás en el cielo, santo es tu nombre...te alabo, Señor, y con todo
mi ser, bendigo tu santo nombre...” ¿Por qué no orar así? Cuando
repe mos versículos bíblicos a Dios, con un corazón sincero y
humilde, ¡Él está muy complacido con nosotros! Además, si la
palabra de Dios está en nuestros corazones, y estamos
obedeciendo su palabra, él escucha y concede nuestras pe ciones:

“Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros,


pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho.” (Juan 15:7)

¿Pero deberíamos pedirle a Dios todo lo que queramos?


¿Deberíamos pedirle un millón de dólares o un anillo caro de
diamantes? No, debemos pedirle a Dios “nuestro pan co diano, o
el pan que de cada día.” Esto indica que Dios quiere que vivamos
por fe, ya que Él se ocupa de nuestras necesidades día a día.
Ahora, dicho esto, el Señor a veces nos bendice con respuestas
sorprendentes a la oración, que pueden incluir una can dad
inesperada de dinero o posesiones caras sicas. Pero estos no
deberían ser nuestro enfoque principal. Cuando oramos, debe ser
por los mo vos correctos:

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna


cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos
oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las
pe ciones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5: 14-15, VRV)
Por lo tanto, debemos asegurarnos de pedir cosas CONFORME A
LA VOLUNTAD DE DIOS, ¡no la voluntad nuestra! En lugar de orar,
“Dios, dame un millón de dólares,” ¿qué tal, “Señor, ayúdame a
pagar la renta de este mes!” Podemos estar seguros de que si
pedimos bendiciones espirituales, Dios nos escuchará. Por
ejemplo, haremos bien en pedirle al Señor que nos ayude a crecer
espiritualmente; leer la Biblia; orar con más frecuencia y fervor; y
tener amor, paciencia, bondad y todos los otros frutos del Espíritu
(Gálatas 5: 22-23).

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros


perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12).

Algunas versiones traducen este versículo, “perdónanos


nuestras ofensas” o “pecados.” Es importante confesar nuestros
pecados a Dios. Inicialmente pedimos perdón cuando somos
salvos, y si pecamos después, debemos confesar cualquier pecado
lo pronto posible. La razón por la cual, es porque si con nuamos
pecando, y creemos que no es necesario pedirle perdón a Dios,
existe el peligro de que podamos seguir pecando aún más.
Luego, algunas personas llegan al punto en que ni siquiera
sienten que NECESITAN pedir perdón. Este no es un buen lugar
espiritual en donde estar. No solo le pedimos a DIOS que nos
perdone, sino que también debemos perdonar a los demás. Jesus
dijo:

“No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis


condenados: perdonad, y seréis perdonados” (Lucas 6:37).

Me doy cuenta de que no es fácil perdonar a algunas personas


que realmente te han las mado. Pero, si realmente quieres que
Dios escuche tus oraciones, hay que hacerlo.
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal...” (Mateo
6:13a)

Este versículo a veces nos causa preguntar: ¿Dios trata de


tentarnos? La respuesta es no, Dios no quiere tentarnos, pero
quiere guiarnos hacia un camino que nos lleve a NO caer en la
tentación. Otra versión de este versículo es “Y no nos dejemos
ceder a la tentación” (NLT). En otras palabras, “Señor, cuando la
tentación nos llegue, ayúdanos a ser fuertes y no caer en pecado.”
Un ejemplo de esto está en el libro de 1 Corin os:

“No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que


no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
aguantar” (1 Corin os 10:13).

En otras palabras, cada vez que seamos tentados, Dios nos deja
una forma de resis rlo, (“la salida”) SI seremos espiritualmente lo
suficientemente sensibles como para reconocerlo. Entonces, Dios
quiere que venzamos las tentaciones en la vida, y si escuchamos
Su voz, Él nos llevará a la victoria.

“…porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los


siglos, Amén” (Mateo 6: 13b).

Esta parte final del Padre Nuestro es una declaración de


alabanza, de la misma manera que comenzó la oración. ¿Qué tal
comenzar una oración con alabanzas, pedir perdón de pecados,
pedir pe ciones, incluida la victoria sobre la tentación, y luego
terminar con alabanzas nuevamente! ¡Así es como debemos orar!
Entonces, para concluir, debemos orar “en el Espíritu,” en otras
palabras, totalmente guiados por el Espíritu Santo, que solamente
viene cuando oramos el empo suficiente para que esta “victoria”
que se describa en el capítulo 4; deberíamos escuchar la dirección
de Dios cuando Él revela por quién o por qué orar, y cómo. Él
puede revelar otras cosas. Deberíamos comenzar nuestra oración
con alabanza y adoración ANTES de comenzar con las pe ciones.
La parte final de Efesios 6:18 dice: “y velando en ello con toda
instancia y suplicación por todos los santos.”
Entonces, nuevamente, otro recordatorio para perseverar y no
rendirse. Y por supuesto, oren por los santos, o nuestros hermanos
y hermanas en el Señor. Finalmente, debemos pedir perdón,
liberación de la tentación, ¡y luego terminar con más alabanza!
¡Ahora ESO es un patrón que debemos seguir! Siéntase libre de
citar versículos de la Biblia mientras ora. ¡Incluso puedes tener tu
Biblia abierta e incluso mirar hacia abajo para leer un versículo en
par cular como parte de tu oración! ¡Pero recuerda el patrón que
Jesús nos mostró! ¡Todavía oren el tradicional “Padre Nuestro,”
que es una gran oración! ¡Pero siéntete libre de agregarlo a
medida que el Espíritu lo guíe! ¡Y serás ricamente bendecido! Pero
sobre todo, hay que orar “en el Espiritu.” Si hay empos cuando no
sabes como orar, ¡el mismo Espiritu Santo te guiará!

Oración:
“Bendice, alma mía, al Señor, y todo lo que está dentro de mí,
bendigo tu santo nombre. Padre, ayúdame a orar en el Espíritu.
Ayúdame a escuchar tu voz, Señor, mientras oro. Ayúdame a darte
alabanza y gloria; de hecho, te alabo y te glorifico por ayudarme
en mi vida. Y que venga tu reino. Ayúdame a ser parte de tu reino,
a ayudar a otros a entrar en tu reino. Muéstrame qué papel puedo
hacer. Muéstrame cómo orar y por quién orar. Ayúdame a
aprender a extender mi empo de oración para que realmente ore
hasta que logre una gran victoria. Señor, por favor provee mis
necesidades diarias y perdona mis pecados, así como yo perdono a
los demás. Y Señor, si viene la tentación, dame la fuerza para
vencerla, porque tu Palabra dice que proporcionarás una manera
de resis r, o escapar de la tentación cuando llegue. Porque tuyo es
el reino, y el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos, amén.”
12. Embajador en cadenas
“Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi
boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,
Por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente hable
de él, como debo hablar.”
(Efesios 6:19-20)

El apóstol Pablo estaba en la cárcel. Cuando Pablo escribió la


carta a los efesios, él estaba escribiendo desde su celda. Es por eso
que se llama a sí mismo “embajador en cadenas.” Y recuerda,
Pablo no fue encarcelado solo una vez, sino varias veces. Su
crimen? ¡Predicando el evangelio! El verdadero crimen fue
come do por las personas que se opusieron a él, usualmente
causando disturbios, los cuales Pablo fue acusado de comenzar. Lo
que es aún más notable es que Pablo, ese gran predicador, autor
de varias de las epístolas del Nuevo Testamento, anteriormente
persiguió a la iglesia.
Por ejemplo, en el libro de los Hechos, se nos dice que cuando
Esteban, uno de los discípulos cris anos, fue apedreado hasta la
muerte, Pablo, conocido en ese entonces como Saúl, o Saulo,
“consen a en su muerte.” (Hechos 8:1) Para dar un equivalente
moderno, hemos oído hablar de ciertos grupos terroristas y
gobiernos que matan a cris anos por su fe. Bueno, Saul/Pablo fue
uno de estos “terroristas,” uno de los peores. Saúl incluso dirigió a
grupos de judíos celosos para acabar con esta nueva religión
“heré ca” del cris anismo, viajando a lo largo y ancho para
hacerlo:

“…Y en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia


que estaba en Jerusalem; y todos fueron esparcidos por las erras
de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y llevaron a enterrar a
Esteban varones piadosos, é hicieron gran llanto sobre él. Entonces
Saulo asolaba la iglesia, entrando por las casas: y trayendo
hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel. Mas los que fueron
esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra.” (Hechos
8:1,3-4)

¡Imaginate eso! ¡Saúl, un fariseo o líder religioso judío, con la


autoridad de los otros líderes, “arrastrando” o sacando a la gente
de sus hogares y arrojándolos a prisión por su fe! Era una persona
verdaderamente malvada. Pensó que estaba haciendo lo correcto
en ese momento, pero estaba tan equivocado. ¿Y cuántos de
nosotros hemos hecho lo mismo? En cierto momento pensamos
que estábamos haciendo tantas cosas que creíamos correctas,
pero terminaron perjudicando innecesariamente a tanta gente.
Pero un día, Saúl tuvo un momento milagroso, cuando Jesús
intervino personalmente en su vida. Saúl estaba en el proceso de
arrestar a más cris anos en áreas aún más distantes:

“Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los


discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes, Y demandó
de él letras para Damasco a las sinagogas, para que si hallase
algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos a
Jerusalem. Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de
Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; Y
cayendo en erra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué
me persigues?” (Hechos 9:1-4)

La historia con núa para contar cómo Jesús llamó a Saúl de esta
vida pecaminosa e incluso lo cegó durante tres días. Saúl fue
ayudado más tarde por un cris ano llamado Ananías, y con el
empo, se convir ó en un poderoso predicador del evangelio.
¿Cuántas veces has sen do que Dios te está llamando a detener
algún po de comportamiento destruc vo?
¿Te está llamando el Señor ahora mismo? Entonces, es aún más
notable que entendamos de dónde vino Pablo/Saul. Más tarde,
Pablo se convir ó en un evangelista viajero, que sufrió mucho por
su fe. La primera instancia registrada de Pablo en la cárcel o prisión
es en Hechos 16, cuando Pablo, y junto con Silas, viajaron a la
ciudad de Filipos, en lo que hoy está en la Grecia moderna:

“Y aconteció, que yendo nosotros a la oración, una muchacha


que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba
grande ganancia a sus amos adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y
a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del
Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud. Y esto hacía
por muchos días; mas desagradando a Pablo, se volvió y dijo al
espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y
salió en la misma hora. ” (Hechos 16: 16-18)

Entonces, cuando tuvieron su reunión de oración, apareció una


muchacha (damisela), que ganaba mucho dinero para sus “amos”
o dueños (probablemente era una esclava), a través de la
adivinación. El equivalente moderno de esto sería psíquicos o, en
América La na, “curanderos” (o personas de po médico brujo).
Tanto los psíquicos como los curanderos afirman ser capaces de
“curar” a las personas o revelar cierta “información oculta,” por un
precio. A veces las personas les pagan para maldecir a otra
persona. ¡Imaginate a un psíquico o curandero que de repente
pierde su poder demoníaco! Esta muchacha fue liberada
milagrosamente del espíritu maligno de la adivinación. ¡Y sus
dueños estaban enojadísimos!

“Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su


ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, al
magistrado; Y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos
hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad, Y predican ritos,
los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.”
(Hechos 16:19-21)

Entonces, Pablo y Silas fueron tomados por la fuerza por


ciudadanos comunes (el “arresto de ciudadano” en los empos
an guos) y llevados ante el “magistrado,” o juez. Entonces,
literalmente los arrastraron a la corte. ¿Y cuál fue el cargo contra
Pablo y Silas? ¡Que eran alborotadores y enseñan costumbres
ilegales! ¿Cuántas veces te han llamado “alborotador,” o
“escandaloso?” Ahora, tal vez fuiste culpable a veces, pero
¿cuántas veces no lo fuiste, o parcialmente culpable? ¿Cuántas
veces te han acusado de algo y la otra persona ha torcido la
historia para hacerte mucho más culpable de lo que realmente
eras? ¿Y luego la otra persona dijo algunas men ras para echar
toda la culpa a , y por mientras, el otro actua como si fuera
totalmente inocente?
Ya ves que algunas personas enen tan mala reputación que se
les culpa injustamente por MUCHAS cosas que no hicieron. Y es
por eso que es tan importante que evites TOTALMENTE hacer algo
incorrecto: “Eviten toda clase de mal...” (1 Tesalonicenses 5:22).
Pero incluso cuando hacemos lo correcto, a veces siempre
sufrimos por nuestra fe. Lo mismo pasó con Pablo y Silas. Entonces
el juez ordenó que los azotaran y los arrojaran a la cárcel:

“Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados


rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas. Y después
que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel,
mandando al carcelero que los guardase con diligencia: El cual,
recibido este mandamiento, los me ó en la cárcel de más adentro;
y les apretó los pies en el cepo.” Hechos 16:22-24)

Pablo y Silas en la cárcel


Entonces, después de haber golpeado a Pablo y Silas, los
arrojaron no solo a la cárcel, sino en “la cárcel de más adentro.” El
equivalente moderno de esto es la parte de la prisión del área de
máxima seguridad. De hecho, en aquél entonces, los prisioneros
tenían que ser bajados a un área cortada en la roca que era
literalmente un agujero, sin escape. Y para estar seguros de que
los dos cris anos no salieran, sus pies también estaban asegurados
por “cepos,” dos agujeros en una larga viga de madera que se
par ó a lo largo, y luego se aseguraron en sus tobillos para
REALMENTE prevenir el escape.
A veces, cuando las circunstancias de la vida parecen
desesperadas, la fe de algunas personas comienza a fallar. Un gran
gasto inesperado; una discusión o pelea con un miembro de la
familia o un amigo; un accidente que causa lesiones graves; un
arresto resultando en empo en la cárcel o prisión; o, tal vez
incluso la muerte de un ser querido. Todos estos eventos pueden
pasar. ¿Qué hicieron Pablo y Silas después de ser azotados y
enviados a la prisión?

“Mas a media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a


Dios: y los que estaban presos los oían. Entonces fué hecho de
repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la
cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las
prisiones de todos soltaron.” (Hechos 16:25-26)

¡Increíble! En lugar de caer en la tristeza y la depresión por su


maltrato, ¡Pablo y Silas eligieron orar y cantar canciones de
alabanza a Dios! ¡Qué tremenda lección para nosotros! Cuando
pasamos por empos di ciles en la vida, ya sea culpa nuestra o no,
¿cuál debería ser nuestra reacción? ¡Debemos buscar a Dios, y Él
nos ayudará, de una forma u otra! Aquí hay un gran salmo de
alabanza que podemos orar durante un empo de prueba:

“Bendeciré a Jehová en todo empo; Su alabanza será siempre


en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma: Oiránlo los mansos, y se
alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y ensalcemos su
nombre a una. Busqué a Jehová, y él me oyó, Y libróme de todos
mis temores.” (Salmo 34: 1-4)

Ten en cuenta la mención aquí de los temores. Muchas personas


hoy en día enen temor, o miedo, y están preocupadas por lo que
sucederá en el futuro, especialmente hombres y mujeres
encarcelados. Pero ya hablamos sobre la superación de los
Gigantes de la preocupación en el Capítulo 1; hablamos de superar
la preocupación en el Capítulo 2, que hacer cuando llega el “Día
Malo” y somos atacados por el enemigo; y hablamos sobre el uso
de la “Espada del Espíritu,” la Palabra de Dios, en el Capítulo 10.
¿Por qué? ¡Porque es importante! Es muy importante orar, alabar
a Dios y usar su Palabra, especialmente cuando nos sen mos
oprimidos y confundidos.
Ahora, ¿cómo nos libera Dios de nuestra situación? Para volver
a nuestra historia, en este caso, un “gran terremoto” abrió las
puertas de la prisión, y se abrieron todas las ataduras. Verás,
cuando oras y alabas al Señor y lo buscas con todo tu corazón,
ocurren milagros. Tu milagro puede ser sanidad. Puede ser
liberación de drogas y/o alcohol. Tu milagro puede ser la
reconciliación con tu cónyuge, un ser querido o un familiar
separado. En algunos casos, podrías ser declarado inocente de un
delito que no come ste. Por otro lado, si enes que servir empo
por una crimen de lo que eres culpable, entonces tal vez tu
milagro sea que Dios te dé paciencia sobrenatural para pasar el
empo, ¡todo el empo predicando el evangelio a otros! Y ahora,
mira cómo Pablo y Silas fueron tes gos en la cárcel:

“Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la


cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los
presos habían huído. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te
hagas ningún mal; que todos estamos aquí. El entonces pidiendo
luz, entró dentro, y temblando, derribóse a los pies de Pablo y de
Silas; Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester
(necesario) que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.” (Hechos 16:27-31)
Imagínate esto: un gran terremoto abre las celdas de la cárcel, y
el carcelero, que hoy día sería un sargento, se prepara para
suicidarse, porque dejar escapar a un prisionero, era un crimen
cas gado con la muerte. Pero Pablo le dijo que no lo hiciera, y que
todos los reclusos todavía estaban presentes. El carcelero sabía
que el terremoto fue un evento sobrenatural de Dios, lo que
explica por qué cayó temblando a los pies de los discípulos,
diciendo: “¿Qué tengo que hacer para ser salvo?” Y la respuesta
de estos dos cris anos es una de los grandes versículos de la
Biblia, “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (v.
31)
Dios quiere que seamos tes gos a todos, a los encarcelados, a
los guardias, a todos los que conocemos. Aunque estés encerrado,
aunque estés “encadenado,” Dios todavía quiere que seas un
“embajador” del evangelio. Incluso si enes que cumplir una
sentencia de por vida, el Señor todavía quiere que ayudes a otros a
entrar en el Reino de Dios.
Aunque luego Pablo fue liberado de la prisión en Philippi, fue
arrestado un empo después, llevado a Roma, encarcelado de
nuevo y, según fuentes históricas, murió allí. Pero el resto de su
vida, Pablo jamás dejó de predicar el evangelio; Pablo nunca dejó
de escribir cartas espiritualmente inspiradas, que ahora son parte
de la Biblia. Pablo jamás dejó de ser fiel a su llamado como
evangelista, predicando la Palabra de Dios a los demás.
Pablo realmente era un embajador del evangelio, ya fuera un
hombre libre o atado a las cadenas de una prisión romana. Cuando
el Señor Jesús llamó a Pablo de salir de su vida de pecado, Pablo
fue más que obediente.
¿Cuál es tu llamamiento? Si no sabes lo que Dios quiere para
en tu vida, ORA y pídele al Señor que lo confirme, como ya
mencionamos en el Capítulo 7, “El Evangelio de Paz.” Cualquiera
que sea tu llamamiento, sin duda puedes ser un embajador para
Cristo, ya sea que estés encerrado o libre. Y si vas a ser un
embajador efec vo; si vas a ser una verdadera luz que brilla en la
oscuridad; si vas a ser un verdadero vencedor; si quieres ser
liberado de la esclavitud del pecado y ayudar a otros a hacer lo
mismo; entonces necesitas estar completamente equipado con la
Armadura de Dios.
Asegúrate de que tu Casco de Salvación esté bien puesto;
asegúrate de que tu Escudo de Fe espiritual esté en su lugar, para
que puedas protegerte de los “dardos ardientes” de esos espíritus
malignos que nos atacan; asegúrate de que la otra armadura esté
en su lugar; y sobre todo, ¡asegúrate de usar la Espada del Espíritu,
la Palabra de Dios, en oración y alabanza para hacer batalla
espiritual, y ser victorioso sobre todo el poder del enemigo!
Oración:
“Padre celes al, doy alabanza y gloria a tu santo nombre. Que
venga tu reino y se haga tu voluntad, aquí en la erra como en el
cielo. Ayúdame a ser un buen ejemplo de embajador para .
Ayúdame a animar a otros, ya sea que esté encarcelado o no.
Ayúdame a orar a y alabarte, como lo hicieron Pablo y Silas,
cuando fueron encarcelados. Ayúdame a mantener mis ojos en ,
Señor, y no sen rme frustrado por circunstancias di ciles.
Ayúdame a mantener mis ojos en , Señor, durante las tormentas
de la vida que se me presenten. Ayúdame a no tener miedo o
preocupación, sino a confiar en . Muéstrame cuál es mi
llamamiento en la vida, Señor, y por favor envía algunas
confirmaciones de cuál es tu voluntad para mí. Ayúdame a
ponerme la Armadura de Dios completa leyendo tu Palabra,
memorizando versículos de la Biblia y diciéndolos en oración y a los
demás. Cuando soy atacado por el enemigo, dame la fuerza que
solo proviene de ; la fuerza para vencer todo el poder del
enemigo. ¡Señor, libérame completamente del pecado y ayúdame
a salir victorioso y a mantenerme en pie en el campo de batalla de
la vida! En el nombre de Cristo Jesús, ¡amén!”
SOBRE EL AUTOR
Peter Cannon ha servido como maestro de estudio bíblico,
pastor de jóvenes, predicador, líder de adoración, coordinador de
misión y asistente de capellán en cárceles del Valle de San Joaquín
de California. Es profesor jubilado, ex reportero y redactor de
periódicos, productor de videos y redactor de libros.
AGRADECIMIENTOS
El autor desea agradecer a las siguientes personas por su ayuda
en la publicación de este libro: A mi esposa Edith, por su ayuda
esencial en la redacción de esta edición en Españól; a mi suegro,
Salvador Yeo, por animarme a leer toda la Biblia; a David May, por
sus sugerencias editoriales muy apreciadas; a John Sayers, Dave
Spaite y mi familia por ser animadores; a Rob Flammang por sus
libros e inspiración; a Larry Gilbert, por ser un compañero de
trabajo incansable; a Charles Shannon por ayudarme a comenzar
el ministerio en la cárcel; al Pastor Wil Hobbs por ser u lizado para
predicar las confirmaciones del Señor para par cipar en el
ministerio de la cárcel; al Pastor Michael DeBoef por inspirarnos a
perseguir nuestros sueños, inspirados por el Señor; a Larry Owens
por sus sujerencias editoriales; a Norma Peck por su fiel enseñanza
de la Palabra de Dios; y a todos los encarcelados que par ciparon
en la confirmación del plan de Dios.

[1] “habbênayim” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated
ed., Lockman Founda on, 1995.
[2] Barnes, Albert, 1834, “Notes on the Bible”
[3] Diccionario de la lengua española, Real Academia Española, “asechanza”
[4] www.britannica.com/bernie-madoff
[5] “arché” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[6] “exousia” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[7] Diccionario de la lengua española, Real Academia Española, “señor”
[8] “kosmokrator” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated
ed., Lockman Founda on, 1995.
[9] “Ponéria” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[10] “ponera” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[11] Diccionario Merriam-Webster Dic onary online, “righteous” (justo)
[12] Diccionario Merriam-Webster Dic onary online, “jus fy” (jus ficar)
[13] “ratsach” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[14] “hetoimasia” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated
ed., Lockman Founda on, 1995.
[15] “anathema” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated
ed., Lockman Founda on, 1995.
[16] “eiréné” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[17] Merriam-Webster Dic onary online, “faith” (fe)
[18] “belē” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[19] “plērousthe” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated
ed., Lockman Founda on, 1995.
[20] “Pneuma.” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[21] “hagiazo” Strong’s Exhaus ve Concordance: New American Standard Bible, updated ed.,
Lockman Founda on, 1995.
[22] Merriam-Webster Dic onary online, “hallowed” (“santo”)

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