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y ciencias "ómicas"
Inflamación, grasa dietética
insulinorresistencia, anemias
sanitaria para la Oficina
Interrogantes y educación
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copyright.
ISBN: 978-84-7867-063-5
Depósito Legal: M-30186-2011
Interrogantes y educación
sanitaria para la Oficina
de Farmacia
Autores
9 Prólogo
D. Alberto García Romero
11 Prólogo
D. Antonio R. Martínez Fernández
Estimado lector:
Bienvenidos a la lectura de este libro que recoge el ciclo de conferencias celebrado a lo
largo del año 2010 en la sede de la Real Academia Nacional de Farmacia. Estos ciclos de
conferencias son el resultado del acuerdo firmado entre esta Institución, el Ilustre Cole-
gio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y el Instituto Tomás Pascual Sanz para la nutrición
y la salud.
En los ciclos de conferencias se pretende recoger y difundir el conocimiento más avan-
zado en ciertas patologías de interés para los farmacéuticos en el desempeño de su acti-
vidad al frente de una Oficina de Farmacia, dotándoles de información sobre los últimos
avances en dichas patologías y del conocimiento necesario para reconocer los síntomas y
abordar satisfactoriamente las preguntas que los usuarios de la Oficina de Farmacia pue-
dan plantear al farmacéutico. Así, éste puede derivar con mayor conocimiento al especia-
lista correspondiente y ayudar en el seguimiento de los pacientes, aunando las sinergias
que ofrece que la farmacia sea uno de los primeros puntos de atención sanitaria en nues-
tra sociedad. Todas las conferencias ofrecen un particular enfoque sobre las recomenda-
ciones, consejo y medidas higiénicas sanitarias que tanto el paciente como su entorno
pueden poner en práctica para mejorar y paliar su enfermedad.
Todas las conferencias han sido elaboradas por especialistas en cada una de las mate-
rias. En este año 2010 centramos el foco de varias de estas conferencias en la inflamación
como origen de la patogenicidad, y se hizo un recorrido por el síndrome de resistencia a
la insulina y su relación con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, así como en
el tejido adiposo, un tejido profundamente implicado en los mecanismos de señalización
y regulación de la inflamación. En sendos capítulos sobre la grasa dietética se trató de dar
a conocer las bases bioquímicas, fisiológicas y los estudios epidemiológicos más impor-
tantes que relacionan a la grasa de la dieta con la etiología de las enfermedades cróni-
cas de mayor prevalencia y cómo la utilización de proporciones adecuadas de ácidos gra-
sos en la dieta puede contribuir a la prevención de las mismas. Además se aborda el papel
de la grasa dietética sobre moléculas como adipoquinas, citoquinas y factores de trans-
cripción, que participan en las vías de señalización relacionadas con inflamación y la acción
de la insulina, y con los procesos de adipogénesis. También se dedicaron dos conferencias
al estudio de una de las enfermedades más terribles a las que se enfrenta la sociedad
actual, la enfermedad de Alzheimer, por su alto coste personal, familiar y social asocia-
do a ella.
Pero también se han tratado otros tres temas de suma actualidad: la nutrigenética, la
nutrigenómica y la metabolómica, como tres novísimas ciencias que están aportando una
gran cantidad de información científica nutricional. La primera, aportando conocimiento
de las variantes genéticas individuales que afectan al metabolismo y fisiología de la nutri-
ción, o sea, al destino y utilización de los nutrientes y la energía de los alimentos, es decir,
por qué unos individuos reaccionan de forma diferente a otros ante una misma interven-
ción dietética; la segunda, arrojando luz sobre las interacciones de los nutrientes con los
genes, regulando la expresión de los mismos a través de diferentes vías acelerando o impi-
diendo la expresión génica y de esta manera afectando a los mecanismos fisiopatológi-
cos implicados en algunas de las enfermedades asociadas a la nutrición. La metabolómi-
ca permite conocer la expresión del metabolismo ante diferentes intervenciones, ya sean
dietéticas o ambientales, de manera que es una herramienta muy potente para detectar
nuevos metabolitos y biomarcadores implicados en diversas patologías.
Por último, se dedicó una tarde al estudio de uno de los déficits más habituales en nues-
tra dieta, el déficit de hierro, que es la base para la aparición de la anemia ferropénica,
una de las preocupaciones más importantes en salud pública, incluso en sociedades desa-
rrolladas.
Queremos agradecer a todos los ponentes la entrega y disposición para desarrollar el ciclo
de conferencias del año 2010, de gran profundidad científica, aportando los últimos y
más recientes avances en sus respectivas disciplinas. Su esfuerzo se traduce hoy en este
libro que deseamos sea de su agrado.
También deseamos agradecer a la presidenta de la Real Academia Nacional de Farma-
cia, D.ª María Teresa Miras, el apoyo continuo a esta iniciativa, a D.ª Mercedes Gomis, vice-
presidenta del Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, a nuestra amiga D.ª Pilar
León, sin cuya ilusión y energía no se hubiesen podido llevar a cabo estas conferencias,
y, por último, a la vocal de Nutrición del Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de
Madrid, D.ª Yolanda Ponte, en su reciente incorporación a estos ciclos.
Muchas gracias.
Estimado lector
Me cabe el honor de prologar este libro de Interrogantes y Educación Sanitaria para la Ofi-
cina de Farmacia.
La Real Academia Nacional de Farmacia, el Instituto Tomás Pascual y el Colegio Oficial
de Farmacéuticos de Madrid han aunado sus esfuerzos para proporcionar al colectivo far-
macéutico una oferta formativa variada y útil, orientada hacia trastornos frecuentes que
son motivo de consulta diaria en las Oficinas de Farmacia. Los farmacéuticos somos depo-
sitarios de una función asistencial relacionada con la dispensación de medicamentos, y de
otra función preventiva, vertebrada en la salud pública y entroncada con la prevención de
la enfermedad y con la promoción de la salud a través de la educación sanitaria.
El presente libro es la recopilación de unas conferencias en las que se han puesto en valor
aspectos cruciales de las patologías prevalentes, poniendo especial énfasis en la nutrición
como elemento sustancial de cualquier estilo de vida.
Como sabemos, la salud se construye desde la prevención, se sustenta en la promoción
de hábitos saludables y se perpetúa con la educación sanitaria. Nadie tiene ninguna duda
de que las raíces más profundas del estado del bienestar tienen su reflejo en una socie-
dad que conoce y cuida su salud.
Bajo esta perspectiva, esta obra consigue ofrecer una visión clarificadora y formativa sobre
la resistencia a la insulina y su relación con los hábitos alimentarios, así como a la patoge-
nicidad cardiovascular inducida por la inflamación. Estos aspectos son imprescindibles
para comprender el síndrome metabólico y las patologías que lo conforman, así como
para entender cuáles son los cambios en el estilo de vida que pueden favorecer la preven-
ción de las enfermedades asociadas.
La nutrición y la anemia ferropénica, la nutrigenómica y metabolómica nutricional, jun-
to con un estudio de la innovación terapéutica en la enfermedad de Alzheimer, comple-
tan la serie de conferencias que han dado lugar a la edición de esta publicación.
Quiero destacar la importancia que tiene para los profesionales de la salud en general, y
para los farmacéuticos en particular, la existencia de programas de formación continua-
da en trastornos de elevada incidencia y prevalencia, toda vez que, en una sociedad cada
vez más longeva, la presencia de enfermedades crónicas y/o degenerativas configuran
el principal marco de actuación de su quehacer diario. En este sentido, la presente publi-
cación aborda directamente entidades nosológicas que azotan y asolan nuestra sociedad,
y que representan unas de las principales causas de morbi-mortalidad.
Felicito a los autores que han sabido conjugar el rigor con una lectura amena y didácti-
ca, que facilita el estudio y promueve la formación continuada. Sin duda, la claridad expo-
sitiva y la presentación de información actualizada y contrastada representa un aliciente
adicional que debe ser destacado como atractivo de la publicación.
Por último, es de justicia reseñar y enfatizar el apoyo del Instituto Tomás Pascual y de la
Real Academia Nacional de Farmacia, que, junto con el Colegio Oficial de Farmacéuti-
cos de Madrid que me honro presidir, apostamos por esta línea de trabajo, con el com-
promiso de continuar en este mismo camino que nos hemos marcado.
FISIOPATOLOGÍA, AVANCES
EN EL TRATAMIENTO
NUTRICIONAL E INFLUENCIA
DEL ESTILO DE VIDA EN LA
RESISTENCIA DE LA INSULINA
16 DE MARZO DE 2010
Avances en el tratamiento nutricional
e influencia del estilo de vida en
insulinorresistencia
José Serrano Casasola. Nutren-UdL, Departamento de Medicina Experimental,
Universidad de Lleida.
60
1964 (3.008 kcal)
1981 (2.914 kcal)
45 1991 (2.634 kcal)
2001 (2.811 kcal)
2003 (2.822 kcal)
30
15
0
Proteína Hidratos de carbono Grasa
Figura 1. Evolución del perfil calórico en la dieta española desde el año 1964 a 2003. Se observa una disminu-
ción en la ingesta total de calorías conforme avanzan los años. No obstante, existe una modificación en la dis-
tribución de macronutrientes, en donde el valor energético proveniente del consumo de hidratos de carbo-
no ha disminuido mientras que el proveniente de grasas ha aumentando, explicando de esta forma una posible
causa del incremento de obesidad en la población española.
Tabla 1 (continuación).
cidad de elaboración de nuevos alimen-
tos funcionales enfocados a la insulino-
Bioquímica sanguínea rresistencia y las recomendaciones en
4. Mejorar los niveles de colesterol total, actividad física, es posible dirigir trata-
relación colesterol HDL/LDL, mientos integrales que incidan tanto en
triglicéridos/HDL y colesterol total/HDL y la ingesta energética total como en el
disminuir los niveles de triglicéridos. gasto energético, como se muestra en la
5. Disminuir los niveles de glucosa e insulina figura 2.
preprandial a niveles normales (mejorar
sensibilidad a la insulina). La información que existe sobre el efecto
6. Disminuir marcadores de inflamación.
de diversos nutrientes en insulinorresis-
tencia es abundante. La tabla 2 muestra
7. Reducir hipertensión arterial.
un resumen de las recomendaciones die-
Estilos de vida téticas establecidas por varias institucio-
8. Fomentar el incremento en la actividad nes para el tratamiento de la insulinorre-
física. sistencia. De forma general se recomienda
principalmente un control en el consumo
Actualmente existe una diversidad de de grasa en la dieta, las cuales no deberán
conocimientos y herramientas que permi- superar el 35% del valor energético total,
ten alcanzar los objetivos en el tratamien- haciendo especial énfasis a la ingesta de
to de la insulinorresistencia. Tomando grasa saturada, la cual no deberá superar
como base las recomendaciones nutricio- en la mayoría de los casos más del 10%
nales establecidas, los alimentos funcio- del valor energético total de la dieta. La
nales disponibles en el mercado, la capa- resistencia a la insulina (medida por varios
Tratamiento en insulinorresistencia
Manejo estrés
Carbohidratos Grasa Proteínas Grasas Grasas mono- Grasas poli- Colesterol Fibra Sodio
% energía % energía % energía saturadas insaturadas insaturadas mg/día g/día mg/día
diaria diaria diaria % energía % energía % energía
diaria diaria diaria
United States
Department
of Agriculture 55-65 20-30 15 < 10 < 300 20-30 < 2.300
American Heart
Association 50-60 25-35 15 <7 < 300 25 < 2.400
National
Colesterol
Education
Program Paso I 50-60 25-35 15 < 10 20 10 < 300 20-30 < 2.400
Dietary
Approaches
to Stop
Hipertension 50-60 25-35 15 <7 20-30 < 1.500
Therapeutic
Life Style
Changes 50-60 25-35 15 <7 < 200 20-30 < 2.400
American
Diabetes
Association 55-65 20-30 15 < 10 < 300
American
Dietetic
Association 55-65 20-30 15 < 10 < 300
Dieta
Mediterránea 55 30 15 < 10 15 5 200 20
1% del valor energético total de la dieta, es altamente complicada. Una de las pro-
debido principalmente a los demostrados puestas más factible en estos casos es la
efectos de la ingesta de este tipo de grasa recomendación dietética basada en ali-
en el incremento de los niveles de coleste- mentos y no en limitaciones de ingesta de
rol total y al cambio en las relaciones de macronutrientes. Por ejemplo, la dieta
colesterol LDL-HDL y colesterol total-HDL mediterránea basada en la ingesta de fru-
(Tricon et al., 2004). tas, verduras y hortalizas, con un consumo
moderado de grasas magras (entre ellas
Los efectos del consumo de ácidos grasos
pescado) y la selección de aceite de oliva
monoinsaturados en riesgo cardiovascu-
como principal fuente de grasas, posee un
lar y perfil de lípidos sanguíneos es am-
perfil nutricional saludable, en donde exis-
pliamente conocido (Lichtenstein, 2006).
te una alta ingesta de ácidos grasos
De forma resumida, las grasas monoinsa-
monoinsaturados, fibra y alimentos con
turadas disminuyen los niveles de coleste-
bajo índice glicémico. Los efectos de la
rol total, LDL, LDL oxidada y triglicéridos
implementación de recomendaciones a
sin disminuciones significativas en niveles
base de alimentos siguiendo la pauta de la
de HDL, generalmente observada en die-
dieta mediterránea en comparación con
tas bajas en grasa. De forma más intere-
una dieta prudente (basada en recomen-
sante, la sustitución de carbohidratos y
daciones de macronutrientes: 50-60% de
grasas saturadas por ácidos grasos
carbohidratos, 15-20% de proteínas y
monoinsaturados puede producir una
menos del 30% de grasas del valor ener-
disminución en los niveles de glicemia y
gético total) son sorprendentes. Se obser-
presión arterial, así como aumentar los
va que los individuos a los cuales se les
niveles de HDL en pacientes diabéticos
recomendó seguir una pauta de dieta
(Rodríguez-Villar et al., 2004).
mediterránea muestran una mayor dismi-
El consumo de alimentos con bajo índice nución en el peso corporal, circunferencia
glicémico (altos en fibra y bajo contenido de cintura, marcadores de inflamación,
de carbohidratos digeribles) puede ser glicemia, colesterol total, triglicéridos e
beneficioso para regular los niveles de insulinorresistencia, así como un incre-
insulina plasmáticos (Anderson et al., mento en los niveles de HDL y una mejo-
2004). Se debe hacer especial énfasis en ría en la función endotelial en compara-
la recomendación de disminuir el consu- ción con individuos que siguen una dieta
mo de azúcares simples (sacarosa y fruc- prudente (Esposito et al., 2004). Las reco-
tosa) a menos del 10% del valor energéti- mendaciones de estas pautas dietéticas
co total, ya que pueden ser responsables son en principio más fáciles de cumplir y
de niveles elevados de lípidos circulantes de llevar.
debido a la síntesis de novo de lípidos por
el hígado y tejido adiposo (McDevitt et al., Disminución del contenido
2005). energético de alimentos
Otra opción para disminuir la densidad La saciedad también puede ser inducida a
energética de los alimentos es la incorpo- través de la estimulación retro-nasal por el
ración de fibras alimentarias (con valor aroma de los alimentos (Ruijschop y Bur-
energético en promedio entre 1-2 kcal/g), gering, 2007). Existen ciertas indicaciones
las cuales incorporan una mayor canti- de que no todos los tipos de alimentos
dad de agua y disminuyen la absorción producen la misma calidad (flavor) o can-
de macronutrientes, como grasa y car- tidad (intensidad) de estimulación senso-
bohidratos. Por otro lado, algunas fibras rial. La estructura física, en gran medida,
alimentarias producidas a partir de fru- parece ser responsable de la estimulación
tas y verduras podrían aportar compues- aromática. Por ejemplo, los alimentos sóli-
tos antioxidantes también funcionales dos tienden a producir una mayor sensa-
para el tratamiento de la insulinorresis- ción de saciedad que los alimentos líqui-
tencia. dos, probablemente por un mayor tiempo
Debe considerarse, sin embargo, que un de contacto del alimento en la cavidad
incremento en la ingesta de alimentos con oral y, por lo tanto, una mayor estimula-
baja densidad energética no es suficiente ción sensorial. En este sentido, el objetivo
para perder peso, a menos que estos ali- principal sería la elaboración de alimentos
mentos desplacen a otros de mayor densi- con un mayor regusto por medio de la
dad energética. La selección de alimentos adición de aromas encapsulados especia-
generalmente puede estar influenciada lizados que prolonguen sensorialmente el
también por su cantidad, volumen o por aroma en la cavidad bucal en alimentos
su peso. con baja densidad energética.
por las células β del páncreas puede un desbalance entre la ingesta de energía
ser incrementada modificando las y el gasto energético, es necesario tam-
concentraciones de GLP-1 y GIP, hor- bién fomentar cambios en el estilo de
monas secretadas por el intestino del- vida. En este aspecto, además de los hábi-
gado en fase postprandial. La activi- tos dietéticos, también es necesario insis-
dad de la dipeptidil peptidasa IV tir en cambios en actividad física, no sola-
(DPPIV) está ampliamente relacionada mente como una herramienta terapéutica
con la inactivación y/o degradación sino que también como una herramienta
de péptidos biológicamente activos a largo plazo de mantenimiento de las
que posean L-alanina o L-prolina en mejoras en insulinorresistencia introduci-
el penúltimo aminoácido de la termi- das. Por ejemplo, en un meta-análisis del
nal N, como GLP-1 y GIP. Es decir, que efecto del ejercicio en pacientes con dia-
el incremento en la actividad de la betes tipo 2, se puede observar una mejo-
DPPIV tiende a disminuir las concen- ría entre un 0,4 a 0,8% en los niveles de
traciones de GLP-1 y GIP circulantes, HbA1c en pacientes que incorporan un
disminuyendo probablemente la plan de ejercicios de resistencia (Snowling
secreción de insulina por las células β & Hopkins, 2006). Incluso planes de ejer-
del páncreas. Como herramienta tera- cicios moderados a intensos durante 6
péutica, para controlar los niveles de semanas (tres sesiones de 30 minutos a la
hiperglicemia en individuos insulino- semana) muestran una mejoría en la seña-
rresistentes, la inactivación de esta lización de proteínas implicadas en la cas-
enzima podría dar resultado a mayo- cada de la señalización de la insulina (Hol-
res niveles circulantes de insulina, ten et al., 2004).
mejorando el control glicémico. Los efectos de la inclusión de programas
Actualmente existen varios fármacos de ejercicio durante el tratamiento pue-
diseñados con el fin de inhibir su acti- den estar mediados principalmente por
vidad. Desde el punto de vista nutri- una activación del transportador de glu-
cional, el diseño de péptidos bioacti- cosa a nivel del músculo esquelético (Gar-
vos (con L-alanina o L-prolina como cia-Roves et al., 2003), una mayor tasa de
penúltimos aminoácidos de la N-ter- recambio de los depósitos de glucógeno
minal) podrían inducir a una disminu- muscular y hepático (Pencek et al., 2005;
ción de sus efectos hipoinsulinémi- Price et al., 1999) y a un aumento en el
cos, principalmente por inhibición flujo sanguíneo al músculo esquelético
competitiva de sustratos entre los (Bisquolo et al., 2005), lo cual implicaría
péptidos bioactivos, GIP y GLP-1. en todos los aspectos un mayor consumo
de glucosa y un menor grado de insulino-
Estilos de vida rresistencia.
Si se toma en consideración que la etiolo- No obstante, las recomendaciones sobre
gía de la insulinorresistencia en un por- el tipo, duración y frecuencia del ejercicio
centaje importante de los pacientes es a aún no están claras y se considera impor-
consecuencia de estilos de vida poco salu- tante la personalización del tipo de acti-
dables y que en gran medida es debido a vidad física recomendada en relación a
Avances en el tratamiento nutricional e influencia del estilo de vida en insulinorresistencia
27
gasto energético entre 1.200 a 2.000 kcal betes en un 60% (Mezuk et al., 2008).
por semana. Por otro lado, los individuos diabéticos
Cualquier recomendación de actividad presentan grados de depresión casi del
física deberá llevar consigo una evalua- doble comparado con personas normales
ción previa de aspectos de seguridad (Anderson et al., 2001). Y aunque no exis-
para la implementación de la misma. ten relaciones claras entre la patogenia
Alrededor del 6 al 22% de pacientes con del estrés y la etiología de insulinorresis-
diabetes tipo 2 sufren de isquemia de tencia, resulta interesante, en este aspec-
miocardio silenciosa o algún tipo de dis- to, que los tratamientos antidepresivos en
función cardiaca que podría limitar la personas diabéticas parecen mejorar el
intensidad y frecuencia del ejercicio reco- control glicémico, independientemente
mendado. de los efectos del tratamiento en el peso
corporal (Surwit et al., 2002).
Otros factores relacionados con
el estilo de vida Conclusiones
Conviene destacar también la importan- Los cambios en los estilo de vida y hábitos
cia del estrés crónico con la alteración alimentarios tienden a influir grandemen-
subsiguiente del eje hipotálamo-pituita- te en la predisposición a padecer insulino-
ria-adrenal (hipótesis interpretativa central rresistencia. La alta disponibilidad energé-
de Björntorp) en la génesis de la obesidad tica junto a una baja actividad dentro de
visceral. El estrés puede estar definido un contexto de vida “estresante” parecen
como un estado de respuesta homeostá- ser los mecanismos responsables de la
tica a cualquier tipo de amenaza. En socie- etiología de la insulinorresistencia. Existen
dades occidentales, el índice de estrés está varias herramientas desde el punto de vis-
altamente correlacionado con obesidad y ta nutricional (pautas terapéuticas, com-
síndrome metabólico. El estrés crónico, puestos bioactivos y alimentos funciona-
asociado con una hipercortisolemia mo- les) que pueden ser utilizadas fácilmente
derada y activación prolongada del siste- con el fin de disminuir la ingesta energéti-
ma nervioso simpático, favorece la acu- ca total o aumentar el gasto energético.
mulación de grasa visceral. De forma Los niveles de actuación son variados,
recíproca, la obesidad puede inducir un desde la formulación de alimentos con
nivel bajo y crónico de inflamación, me- baja densidad energética hasta herra-
diado por un aumento en la secreción de mientas de interferencia de absorción de
adipoquinas, las cuales pueden estimular nutrientes, así como por medio del
crónicamente el sistema de estrés. aumento de sensibilidad/secreción de
Existen varios estudios que demuestran insulina y termogénesis.
esta relación. De acuerdo a un meta-aná-
lisis reciente que incluye estudios prospec- Bibliografía recomendada
tivos de depresión y su relación con la pre- Alegría E, Cordero A, Lacalustra M, Grima A,
disposición a diabetes tipo 2, la depresión León M, Casanovas JA, et al. Prevalencia del
parece aumentar el riesgo de padecer dia- síndrome metabólico en población laboral
Avances en el tratamiento nutricional e influencia del estilo de vida en insulinorresistencia
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Resistencia a la insulina: ¿factor de riesgo
o adaptación fisiológica?
Reinald Pamplona Gras, José Serrano Casasola, Jordi Boada Pallàs,
Victoria Ayala Jové, Maria Josep Bellmunt Curcó, Manuel Portero-Otin,
Nutren UdL, Departamento de Medicina Experimental. Universidad de Lleida.
Alberto Espinel González, Director en investigación del Grupo Leche Pascual.
Doctor en Biología. Marco Antonio Delgado Delgado, Grupo Leche Pascual.
De todo ello, se puede inferir que la RI es (inactividad física, exceso calórico). Esta
un mecanismo adaptativo favorecido evo- combinación patogénica conduciría a
lutivamente, y por tanto, en aquellas situa- cambios, enmarcables en un contínuum,
ciones donde persista de forma patológi- que finalizarían en la diabetes tipo II: yen-
ca, debe desgranarse su base funcional do desde la fase de RI con hiperinsulinemia
para poder proceder al abordaje terapéu- (facilitada por la compensación secretoria
tico de la misma, con el objeto de permi- de las células beta), seguida de alteracio-
tir su resolución racional. Entre estas situa- nes en la misma célula beta (caracterizada
ciones de mantenimiento patológico de la clínicamente por tolerancia alterada a la
RI cabe destacar la obesidad y, paradójica- glucosa) y finalizando con la pérdida fun-
mente, la desnutrición severa, la hiperu- cional y morfológica de células beta, con
ricemia, el exceso en el consumo de alco- hiperglicemia franca e hipoinsulinemia
hol y las formas de diabetes por falta de [revisado en (15)].
insulina y sus consecuencias, como la
cetoacidosis. Asimismo, como parte del La señalización de insulina se inicia a tra-
conjunto sindrómico de otras patologías vés de la interacción con el receptor de
endocrinas, se da la RI. Entre estas endo- insulina, con dimerización de sus unida-
crinopatías se cuentan los desequilibrios des y activación de su carácter quinasa
en la producción (sea por déficit o por en subunidades beta. Esta fosforilación
exceso abrupto) de hormonas tiroideas, y en la parte intracelular del receptor de
el exceso de efecto de hormonas contra- insulina permite su interacción con pro-
rreguladoras, como la adrenalina (en el teínas, como los sustratos de receptores
feocromocitoma), el cortisol (en el síndro- de insulina (IRS), que a su vez se fosfori-
me de Cushing) o la hormona de creci- lan por la misma actividad quinasa de la
miento (acromegalia). Por último, cabe subunidad beta del receptor de insulina.
indicar que se ha descrito RI como compo- Esta fosforilación de IRS permite, por un
nente de enfermedades con alta frecuen- lado, su interacción con la quinasa PI3K,
cia como puedan ser la hipertensión arte- quien, a través de su interacción con pro-
rial, la insuficiencia renal crónica, la teínas como PDK1, llevará a la fosforila-
insuficiencia hepática, la artritis reumatoi- ción de AKT, proteína relevante en los
de, la insuficiencia cardiaca, la distrofia efectos metabólicos de la insulina. Por
miotónica, traumatismos graves e incluso otro lado, la fosforilación de IRS, a través
en la caquexia neoplásica (12-14). de la interacción con proteínas como
Sos, Grp2 o Shp-2, llevará a la activación
En el contexto de la RI más típica, la asocia- de Ras y Mapk, conllevando los efectos
da a la obesidad o al desequilibrio en la proliferativos de la insulina (16). Merece
homeostasis calórica, cabe presentar la RI la pena destacar que, según diversos
como resultado de la interacción de un autores, la RI no es simétrica para ambos
sustrato genético permisivo (con confor- tipos de efectos. Así, los efectos prolife-
mación genética favorable al acúmulo rativos no mostrarán alteraciones en
calórico en tejidos como el adiposo, las situaciones de RI, con lo que las conse-
células beta de los islotes pancreáticos y cuencias deletéreas del exceso de proli-
otros) con un ambiente predisponente feración celular (p. ej.: en los vasos san-
Resistencia a la insulina: ¿factor de riesgo o adaptación fisiológica?
33
Figura 1. Señalización y RI. La dimerización del receptor de insulina (IR), mediado por la insulina (Ins), permite el
reclutado y la fosforilación de proteínas como el sustrato al receptor de insulina 1 (IRS-1), que, mediante la inte-
racción con las subunidades p85 del complejo PI-3-quinasa, conduce a la señalización insulínica. En casos de RI,
tanto la interacción del factor de necrosis tumoral (TNF) con su receptor (TNFR) o el de otros mediadores infla-
matorios como IL-6, activarán diversas vías de estrés (IKKB, JNK, JAK-STAT) que, por fosforilación de residuos de
Ser inactivadotes en IRS-1, como por su degradación aumentada vía SOCS, conducirán a RI. A ello cabe sumar
la interacción directa de los ácidos grasos saturados (SFA), con capacidad para potenciar la activación de las vías
de estrés citadas, tanto directamente como a partir de fenómenos de disfunción mitocondrial.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
34
no, muestran niveles aumentados de tria- res a integrinas y a quimiocinas (35). Tras
cilglicéridos circulantes. su entrada en el tejido adiposo, estos
macrófagos perpetuarán la inflamación
¿Grasa?: sí, gracias, pero con la secreción de citocinas proinflama-
¿cuándo, dónde y cómo? torias que, por un lado, empeorarán la RI
Como parte del mencionado cambio de a un nivel paracrino, en adipocitos de la
función en el tejido adiposo, cabe indicar vecindad (dado que las quinasas de seri-
que el exceso de nutrientes y la ganancia na descritas en los apartados anteriores
ponderal resultan en un cambio en el teji- son sensibles a estas citocinas), y por otro
do adiposo caracterizado anatómicamen- lado, pueden incluso comportarse como
te por el incremento de tamaño del adi- mensajeros endocrinos, llevando a RI a
pocito y de la masa adiposa total. Ello, al tejidos más lejanos. A su vez, estas cito-
margen del ya citado incremento en la cinas permitirán la entrada de nuevos
liberación de ácidos grasos en plasma, macrófagos, potenciando la inflamación
puede resultar en un déficit de la irriga- de bajo grado. Este fenómeno de infiltra-
ción tisular. La combinación de esta ción macrofágica puede darse incluso en
microhipoxia con exceso de nutrientes tejidos adiposos ectópicos, como el que
puede llevar a la inducción del factor de se acumula en músculo esquelético en el
respuesta a hipoxia (HIF) y al advenimien- caso de exceso calórico, y, a su vez, las
to de un tipo de estrés celular, el de retí- citocinas producidas localmente en el
culo, que participa en diversas alteracio- músculo contribuirían paracrinamente a
nes celulares con potencial patológico la RI muscular. A ello cabe añadir que los
(33, 34). Si la causa del estrés de retículo ácidos grasos libres pueden actuar como
no se corrige, el adipocito puede entrar ligandos de otras células inflamatorias,
en un proceso de muerte celular progra- como las células de Kupffer hepatocíticas,
mada, que conllevaría un primer estímu- perpetuando el estado inflamatorio y de
lo inflamatorio. Adicionalmente, sin nece- RI en las personas afectadas. Globalmen-
sidad de muerte adipocítica, otros datos te, se acepta que no sólo el adipocito es
apoyan la hipótesis de que el adipocito, protagonista del proceso de RI, sino que
frente a un exceso de crecimiento, puede el equilibrio entre endotelio-monocito-
aumentar la expresión de citocinas infla- adipocito es un referente funcional clave
matorias. Sea con participación de fenó- en los cambios del tejido adiposo que
menos de muerte o sin ellos, este conjun- conllevan la RI.
to de estímulos conducirá a la liberación No todo el tejido adiposo es, sin embargo,
de citoquinas, como TNF-α, IL-6, leptina, igualmente susceptible a los cambios indi-
resistina, y de quimiocinas, como MCP-1, cados. Así, se atribuye clásicamente una
que junto con cambios en el endotelio del mayor patogenicidad al tejido adiposo
tejido adiposo implicado —con expresión blanco denominado visceral —que incluye
de moléculas de adhesión (ICAM-1; el localizado en mesenterio, retroperito-
VCAM-1)— mediarán un proceso de infil- neo, omento, pericardio y perinefros—.
tración de monocitos-macrófagos circu- Pese a que la cantidad de tejido adiposo
lantes por la interacción con sus recepto- visceral se cuantifica adecuadamente
Resistencia a la insulina: ¿factor de riesgo o adaptación fisiológica?
37
carácter de radical libre, otros como las ya cos, conllevando la acumulación de las
referidas acilcarnitinas) que de nuevo acti- sustancias anteriormente indicadas.
varán las serina-quinasas de estrés, que en
el caso del músculo esquelético impedirán Lipotoxicidad
la translocación de las vesículas con Al margen del músculo esquelético e
GLUT4 y la consiguiente entrada de glu- hígado, la acumulación de lípidos en el
cosa en el músculo. Merece destacarse contexto de RI se puede dar en órganos
que la conocida efectividad de la actividad como el páncreas, corazón, riñón y vasos
física sobre la RI, sobrepasando el mero sanguíneos. Las consecuencias potencial-
consumo calórico, actuaría en RI a través mente deletéreas de esta acumulación se
precisamente de: i) un mayor acoplado engloban bajo el término de lipotoxicidad,
entre la β-oxidación y ciclo de Krebs (dis- o disfunción y muerte celular asociada a la
minuyendo la cantidad de acilcarnitinas y acumulación ectópica de lípidos. Así,
los subproductos de oxidación lipídica), ii) demostrando la validez de diversos estu-
una mayor dotación de defensas antioxi- dios en cultivo celular, o en modelos expe-
dantes y iii) una mayor actividad de facto- rimentales murinos, donde el exceso de
res que como el coactivador α de PPARγ lípidos intramiocárdicos puede ser un fac-
(PGC-α) permiten un consumo del exceso tor causal en la insuficiencia cardiaca aso-
de ácidos grasos intracelulares y por tan- ciada a obesidad, estudios en pacientes
to restauran la sensibilidad a la insulina. humanos demuestran que existe una
Este cambio en la función mitocondrial correlación entre la acumulación de tria-
explicaría la denominada paradoja del cilglicéridos miocárdicos y las anormalida-
atleta (39). En los atletas se objetiva acu- des tempranas de la función cardiaca (40,
mulación de lípidos —triacilglicéridos— 41). Cabe mencionar que los ácidos gra-
en el interior de sus fibras musculares. sos saturados de cadena larga (p. ej.: pal-
Curiosamente, estos son los mismos lípi- mitato) a altas dosis inducen apoptosis en
dos que se correlacionan con la pérdida células endoteliales, fibroblastos, células β
de sensibilidad a insulina en individuos pancreáticas y hepatocitos, sobre todo si
obesos. Esta aparente paradoja o cómo se acompaña de incrementos en la con-
en el caso del deportista estos lípidos no centración de glucosa (glucolipotoxici-
conllevan RI y sí lo hacen en el obeso se dad). En claro contraste con estos resulta-
explica porque en el primer caso, con el dos, se demuestra que los ácidos grasos
ejercicio físico, se producirá un consumo insaturados no presentan las mismas pro-
de los mismos, impidiendo la acumulación piedades deletéreas (42-44). Con interés
de intermediarios de su formación (diacil- en nutrición, la adición simultánea de áci-
glicéridos, ceramidas, ácidos lisofosfatídi- dos insaturados a los saturados rescata de
cos) y se producirá el acoplamiento entre la lipotoxicidad de estos últimos. La dife-
la β-oxidación y ciclo de Krebs, evitando el rencia no radicaría en la entrada la β-oxi-
estrés oxidativo y la activación de las indi- dación o en retículo endoplasmático, sino
cadas proteínas de estrés. Por contra, en en el hecho de que sólo los ácidos grasos
el individuo obeso no se produce una saturados de cadena larga son sustratos
movilización de estos depósitos energéti- de la ceramida sintasa y la serina palmitoil-
Resistencia a la insulina: ¿factor de riesgo o adaptación fisiológica?
39
Figura 2. Radicales libres y RI. La cadena de transporte electrónico, a través de los complejos respiratorios es la
encargada de transformar los equivalentes de reducción (NADH y FADH2) en un potencial electroquímico des-
tinado a la producción de ATP. En condiciones de sobrecarga de sustratos oxidables, como los ácidos grasos y
la glucosa, se puede producir un acúmulo de estos equivalentes de reducción, aumentando el grado de reduc-
ción de los complejos I y III, conllevando un incremento de la producción de radicales libres. Ésta se puede miti-
gar, proximalmente, a través de un desacoplado aumentado (vía UCP o por fuga protónica dependiente o no
de proteínas de membrana) y distalmente a través de la actividad de los diversos enzimas antioxidantes (gluta-
tion peroxidasa, glutatión reductasa, superóxido dismutasa, peroxiredoxina 3) presentes en la matriz mitocon-
drial. Diversos autores plantean que la resistencia a la insulina, que resultaría en una disminución de la entrada
de sustratos oxidables, sería una respuesta antioxidante muy inicial en este proceso. Una vez se diera la RI de
forma mantenida, el propio estrés oxidativo podría, a través de la activación de quinasas de estrés, perpetuar la
RI, iniciando un círculo vicioso en el cual el suplemento de antioxidantes de forma indiscriminada no compor-
taría un beneficio, al interferir con las respuestas antioxidantes celulares, más potentes y adecuadas.
enterohepática de las sales biliares. Por ro es el estudio del denominado eje entero-
otro lado, la activación del receptor TGR5 cerebral-hepático. Así, recientemente se ha
aumenta la capacidad oxidativa de la célu- demostrado que una de las hormonas pro-
la y la relación entre ATP/ADP. Este cambio ducidas por el duodeno, la colecistoquini-
en el depósito energético celular, con na, en su forma de 8 aminoácidos (CCK-8),
incremento en los niveles de ATP, condu- a través de la estimulación de aferentes
ciría a la inhibición de canales de K+ vagales mediadas por el receptor CCK-AR,
dependientes de ATP, llevando a despola- y que, sin necesidad de incrementar sus
rización y apertura de canales de calcio, niveles en circulación, conduce a una dismi-
de forma adicional a la activación de nución de la cantidad de glucosa produci-
AMPc que también se produce como con- da por el hígado, a través de una inhibición
secuencia de la activación de TGR5. Tanto vagal de la gluconeogénesis. Así, en térmi-
el AMPc como el calcio conduce a la libe- nos fisiológicos, los lípidos dietarios estimu-
ración de glucagon-like peptide 1 (GLP-1), larían la producción de CCK-8 en duodeno-
una incretina que aumenta la liberación ileon y ésta, a través de señalización
de insulina por parte de las células β pan- cerebral, disminuiría la producción de glu-
creáticas, promueve su desarrollo y puede cosa hepática, con el objetivo de mantener
tener una función cardio y neuroprotecto- la homeostasis calórica. En caso de dietas
ra (70). Al margen de esta función, TGR5 hiperlipídicas, se produciría un fenómeno
se ha descrito en tejido adiposo pardo y de resistencia a la CCK, por el cual, pese a
en músculo, en cuyo seno la interacción que la producción de CCK-8 aumenta, la
con ácidos biliares permite un incremento respuesta de inhibición de la gluconeogé-
en el gasto energético y, por tanto, dismi- nesis no se mantiene (72). Estos resultados
nuye la probabilidad de RI asociada a se suman a los ya conocidos sobre los efec-
exceso de tejido adiposo o dieta hiperca- tos de hormonas peptídicas, como la insu-
lórica. Así, las diversas evidencias demues- lina y la leptina (73-76), que inducen seña-
tran que la señalización por TGR5 induce les cerebrales que implican disminución
la liberación de GLP-1, comportando una hepática de la producción de glucosa y
mejora en la función pancreática y hepá- regulación de la homeostasis glicídica.
tica, con una mayor tolerancia a glucosa
en ratones con obesidad. Además, con
interés terapéutico, se propone que un RI: ¿está todo en la cabeza?
incremento de los niveles circulantes de Tanto estos estudios como un conjunto de
GLP-1, obtenible a través de la inhibición evidencias previas conducen a la formula-
de su metabolismo periférico (por ejem- ción de la hipótesis de que el sistema ner-
plo, disminuyendo la actividad dipeptidil- vioso, a través de la interacción con el sis-
peptidasa IV) o a través de una mayor acti- tema endocrino y de la inervación e
vación del TGR5, puede ser una medida integración vegetativa de los tejidos adi-
útil para el abordaje de la RI (71). posos, hepático, muscular, pancreático e
El papel señalizador del intestino no se limi- intestinal, tiene un papel relevante en la
ta sólo a GLP-1 o a la emisión de otras hor- etiopatogenia de la RI. En primer lugar,
monas. Uno de los campos de mayor futu- cabe remarcar que existe una confluencia
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
46
de señales neuronales, endocrinas y meta- centro de la ingesta. Desde los años 50 del
bólicas sobre el núcleo arcuato, un siste- siglo pasado, se sabe que su lesión provo-
ma de regulación de la ingesta y del meta- ca afagia, adipsia y consiguiente pérdida
bolismo clave (73-76). Los diversos datos de peso. Por otra parte, los núcleos del
apuntan a que se puede hipotetizar la hipotálamo medial, forman parte del cen-
existencia de un mecanismo reflejo de tro de la saciedad, dado que su estimula-
control de la ingesta. En este reflejo, la ción provoca pérdida del apetito. A ambos
integración la realizaría el núcleo arcuato. centros llegan las terminaciones nerviosas
Este centro cerebral recibe aferencias des- procedentes de neuronas del núcleo
de: i) el hígado y otros órganos del siste- arcuato. Entre estas neuronas cabe desta-
ma digestivo, indicando su ocupación por car las que producen neuropéptido Y
alimentos (CCK, GLP-1 —inhibiendo la (NPY), proopiomelanocortina (POMC),
ingesta—, ghrelina y el péptido YY —que péptido relacionado con agouti (AgRP) y
activan la ingesta—), y contribuyendo a la transcrito regulado por cocaína y anfeta-
señalización de saciedad; ii) el tejido adi- mina (CART). Tanto el NPY como AgRP
poso (leptina —que atravesaría la barrera estimulan el centro de la ingesta, mientras
hematoencefálica mediante la forma cor- que derivados de la proopiomelanocorti-
ta del receptor expresado en endotelio—, na y el CART estimulan el centro de la
adiponectina y otras) y el páncreas endo- saciedad, a través de la interacción con su
crino (insulina), indicando reservas de receptor, el MC4-R (80, 81). De hecho, en
energía; iii) el torrente circulatorio, con la relación a RI, se puede establecer que exis-
presencia de neuronas con capacidad de te una regulación por parte de insulina y
reconocimiento de la cantidad y calidad leptina en dos de los tipos celulares más
de nutrientes (aminoácidos, glucosa, lípi- relevantes en este centro. Así, la insulina,
dos) presentes en el plasma (77), y iv) cór- a través de la unión a su receptor en neu-
tex y otras zonas cerebrales, traduciendo ronas POMC y AgRP estimula la vía de
estímulos cognitivos, aprendizaje, estrés y autofosforilación y su señalización (descri-
ritmos circadianos, entre otras. El núcleo ta en la parte inicial de este capítulo).
arcuato, a su vez, integraría estas informa- Cabe mencionar la participación de PTEN,
ciones respondiendo mediante el sistema atenuando la señalización. Dicha enzima,
simpático y parasimpático, a través de la ya ha sido mencionada como diana de
modulación de la ingesta, resultando en la oxidación reversible y, por tanto, al mar-
regulación de la adiposidad, la glucemia y gen de actuar en músculo esquelético,
la lipemia (78, 79). puede ser una diana de intervención a
El núcleo arcuato se halla en íntima rela- nivel neuronal. En cualquier caso, la acti-
ción anatómica y funcional con otros dos vación de AKT subsiguiente a la señaliza-
centros hipotalámicos, del hipotálamo ción insulínica comporta su entrada en
lateral y medial. Por una parte, el hipotá- núcleo donde fosforila a FOXO1, permi-
lamo lateral secreta la hormona MCH tiendo su desplazamiento a localización
(melanin-concentrating hormone) y orexi- citosólica y su inactivación funcional.
na, cuya liberación estimula la ingesta, Dado que FOXO1 en neuronas POMC
siendo conocida esta localización como el inhibe su expresión, a través de competir
Resistencia a la insulina: ¿factor de riesgo o adaptación fisiológica?
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JORNADASOBRE
INFLAMACIÓN Y
PATOGENICIDAD.
LA RESPUESTA INFLAMATORIA
EN PATOLOGÍAS
CARDIOVASCULARES Y EN EL
ENVEJECIMIENTO
7 DE ABRIL DE 2010
La inflamación como causa de patogenicidad
en enfermedades cardiovasculares
Lisardo Boscá Gomar. Instituto de Investigaciones Biomédicas “Alberto Sols” (Centro
Mixto CSIC-UAM).
hace de ellos dianas particularmente atrac- hasta bien entrada la década de 1970 en
tivas en el tratamiento no sólo de enferme- que Rusell Ross formula una primera hipó-
dades metabólicas, sino de patologías que tesis inflamatoria como causa del daño
combinan ambas facetas: metabolismo e vascular (Ross y Agius, 1992; Ross et al.,
inflamación, como es el caso de la ateros- 1977). El punto final de la ECV es la apari-
clerosis. En este capítulo se revisarán las ción de una placa ateromatosa (de
bases moleculares que permiten compren- athero = blando, y skleros = duro) que pue-
der el papel de la respuesta inflamatoria en de incluso calcificarse, en la que se encuen-
el desarrollo de las patologías cardiovascu- tran depósitos cristalizados de colesterol,
lares a través de su contribución a la atero- matriz extracelular y elementos fibrosos
génesis y a la disfunción endotelial. debidos a la hiperproliferación de la mus-
culatura vascular lisa y su infiltración por
parte de macrófagos y diversas poblacio-
La inflamación como causa nes linfocitarias (Ball et al., 1995).
inicial de enfermedad
Sin embargo, a pesar de este aumento en
Durante los últimos 30 años se han produ- el conocimiento de las bases celulares y
cido avances importantes en el conoci- moleculares de la patología, la epidemiolo-
miento de los aspectos moleculares, gené- gía marca con claridad cómo para muchas
ticos, ambientales y terapéuticos de la enfermedades altamente prevalentes (cán-
mayoría de las enfermedades. Este es tam- cer, enfermedades pulmonares, cardio-
bién el caso de la ECV, en la que si bien des- vasculares, entero-hepáticas, renales, ictus,
de antiguo resultó evidente la participación etc.), el progreso realizado no se ha tradu-
de sustancias de naturaleza lipídica en la cido en un cambio en la tendencia de las
generación de las placas de ateroma, no curvas de morbimortalidad tanto en EE.UU.
estuvo claro su mecanismo etiopatogénico como en Europa (figura 1). Esta observa-
40
Muertes por 100.000 habitantes
30
20
10
0
80 82 84 86 88 90 92 94 96 98 00 02 04 06 08
Año
Figura 1. Líneas de tendencia de morbimortalidad en USA en población de 25-44 años. La figura muestra la evo-
lución para estas patologías, en muchos casos de tipo monogénico, para la población de Estados Unidos, sien-
do similares las tendencias en Europa. Fuente: CDC (Centers for Diseases Control and Prevention, USA), datos
acumulados de 2008.
La inflamación como causa de patogenicidad en enfermedades cardiovasculares
57
ción un tanto sorprendente contrasta con hasta mediados de la década de los 90,
los avances en la fisiopatología menciona- presentó un rápido cambio de tendencia
dos anteriormente y obliga a considerar la debido sobre todo a dos factores: la
existencia de un déficit en la transferencia introducción de una potente farmacolo-
del conocimiento básico a la clínica; es más, gía antirretroviral, resultado de la trans-
abre el camino a valorar mecanismos etio- ferencia a la terapéutica de los avances
patogénicos distintos a los considerados en el conocimiento sobre los mecanis-
tradicionalmente, uno de ellos es el com- mos de replicación viral, capaz de repri-
ponente inflamatorio como inicio de estas mir la viremia, y a un cambio en la con-
patologías (Capewell y Graham, 2010; ducta social que frenó la expansión de la
Chawla, 2010; Grivennikov et al., 2010; Lin infección. Por eso, se ha pensado que un
y Karin, 2007; Mantovani, 2010; Nahren- enfoque en este sentido de la patología
dorf et al., 2010; Nathan, 2002; Nathan y cardiovascular permitiría reducir la ten-
Ding, 2010; Terzic et al., 2010). Este nuevo dencia de estas curvas, iniciando un cam-
enfoque es el que algunos autores denomi- bio en la pendiente de las mismas que
nan “inflamación como causa primaria de reflejaría, por un lado, un transvase de
patogenicidad”, incluyendo también las conocimiento hacia el paciente, y por
patologías asociadas a la resolución de la otro lado, una mejora en el estilo de vida
inflamación (sobre todo patologías fibróti- (dieta, ejercicio, hábitos más saludables,
cas), así como la patogenicidad asociada a etc.) contribuyendo ambos factores en el
la denominada “no-resolución de la infla- perfil de las curvas (Hegele, 2009; Johan-
mación” (Nathan, 2002; Nathan y Ding, sen y Hegele, 2009; Rosamond et al.,
2010; Terzic et al., 2010). Hay que resaltar 2008; Weiss, 2001). Uno de los cambios
que los datos del gráfico de la figura 1 conceptuales que se ha producido en
corresponden a un tramo de edad en el este campo ha sido la consideración de la
que se manifiestan especialmente patolo- reacción inflamatoria como causa inicial
gías que tienen un alto componente gené- de patogenicidad, responsable de pro-
tico-ambiental; sin embargo, no es menos mover el desarrollo de muchas de estas
cierto que si se examina la etapa siguiente patologías en cuyas bases figuran los fac-
al periodo señalado (por encima de los 50 tores de riesgo antes mencionados, des-
años), la medicina actual ha permitido pro- de las causas genéticas a las ambientales
longar la vida media en patologías como el (Hegele, 2009; Swirski et al., 2009; Tes-
cáncer y la enfermedad cardiovascular aun- lovich et al., 2010). Hoy en día se consi-
que constatándose la existencia de un dera que la mayoría de las patologías
mayor número de incidencias que a su vez relevantes se inician mediante el desarro-
se presentan con más gravedad y de forma llo de una respuesta inflamatoria cuya
mucho más recurrente (Mathers y Loncar, evolución posterior viene muy condicio-
2006; Mendelsohn y Karas, 2005). nada por la predisposición genética de
Frente a estas curvas de tendencia de las los individuos (tabla 1). Un reciente
principales patologías, merece la pena metaanálisis de identificación de genes
destacar la incidencia de la muerte por de predisposición al desarrollo de la ate-
SIDA que, tras un aumento exponencial rosclerosis a nivel genómico, que inclu-
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
58
ye 46 cohortes y más de 100.000 indivi- sión de las HDL (Galnt2, una enzima de
duos, ha puesto de manifiesto la existen- la familia de las N-acetil-galactosamina
cia de alrededor de 95 genes con varian- transferasas), y que acaban conforman-
tes alélicas o posicionales dentro de los do el fenotipo aterogénico al interaccio-
cromosomas, que están implicados en la nar con factores ambientales y dietéti-
regulación de los niveles lipídicos en el cos, típicos de una inflamación de perfil
plasma (Teslovich et al., 2010). Lo más bajo, pero persistente (Musunuru et al.,
sorprendente de este análisis sin prece- 2010; Waldo et al., 2008). Además de
dentes por su calidad muestral, es que en esta consideración de la inflamación
59 de estos genes se desconocía su como primum movens de la enferme-
implicación en la homeostasis vascular dad, en el caso de las fibrosis es la etapa
del colesterol y de los triglicéridos. Esta de resolución de la inflamación la que no
línea de trabajo, que además ha permiti- se realiza correctamente debido a una
do integrar datos previos sobre polimor- remodelación inapropiada de la matriz
fismos en genes de susceptibilidad a ate- extracelular, lo que ocasiona la aparición
rosclerosis (Musunuru et al., 2010), de alteraciones en las propiedades físicas
muestra con claridad el aspecto aditivo y dinámicas de la misma. Esto es espe-
de pequeñas alteraciones en genes que cialmente importante en tejidos como el
regulan, por ejemplo, el nivel de expre- pulmón, hígado, tejido muscular liso de
La inflamación como causa de patogenicidad en enfermedades cardiovasculares
59
los vasos y corazón y forma parte de las liar, las cardiomiopatías y las arritmias car-
dificultades de endo-regeneración inclu- diacas. Sin embargo, la susceptibilidad a
so en aquellos casos en los que los órga- la enfermedad cardiovascular en la mayo-
nos disponen de una importante capaci- ría de la población se asocia con variantes
dad regenerativa, como es el hígado. genéticas comunes, débilmente pene-
trantes, que interaccionan con factores
Genética e inflamación en ambientales. Diversos estudios epidemio-
lógicos sugieren que las variantes indivi-
patología cardiovascular
duales modulan la mitad del riesgo cardio-
El conocimiento del papel de los factores vascular, potenciando o protegiendo, lo
genéticos sobre la susceptibilidad a la que en determinados casos de susceptibi-
enfermedad cardiovascular sigue siendo lidad fácil de determinar hace que merez-
un campo dificultoso aunque paradigmá- can un detallado estudio genético debido
tico y cuyo rápido desarrollo es previsible a su relevancia clínica (Hansson y Libby,
debido a los avances en el campo de la 2006; Hansson et al., 2002; Johansen y
secuenciación masiva de genomas (Hege- Hegele, 2009). Por otro lado, existe un
le, 2009; Musunuru et al., 2010; Teslovich amplio número de estudios en cohortes
et al., 2010). Esta complejidad es debida que relacionan factores genéticos con
sobre todo a los polimorfismos genéticos ambientales; baste citar las asociaciones
y su heterogeneidad; a variaciones en la del genotipo ApoE4 con el tabaquismo,
“penetrancia génica” y a la importancia hipertensión y dieta, o mutaciones en el
de la interacción genoma-ambiente. De receptor de las LDL/hipercolesterolemia,
hecho, aunque un reducido número de también con la dieta (Teslovich et al.,
enfermedades son causadas por mutacio- 2010). En la tabla 2 se resumen algunos
nes con alta penetrancia en un único gen, de los sistemas de regulación de la home-
las patologías más frecuentes resultan de ostasis vascular y genes candidatos rele-
la interacción entre múltiples variantes de vantes en patología cardiovascular.
genes débilmente penetrantes y factores
ambientales, incluido el estilo de vida; un Uno de los problemas que afronta la
buen ejemplo de esta complejidad lo detección precoz de la ECV es la falta de
constituye la diabetes, donde existe un biomarcadores reproducibles, sensibles y
amplio abanico de “diabetogenes” que a fácilmente accesibles para poder evaluar
través de pequeños cambios hormonales, el denominado “riesgo cardiovascular”.
de señalización y metabólicos, acaban Existen diversas escalas para evaluar este
estableciendo un cuadro patológico con riesgo atendiendo tanto a factores objeti-
unas características fenotípicas bien defi- vos (género, edad, predisposición genéti-
nidas. ca, etc.) como ambientales (dieta, hábitos
como sedentarismo, tabaquismo, hiper-
Sólo un reducido número de enfermeda- tensión, etc.). Pese a ello, los marcadores
des cardiovasculares son debidas a muta- biológicos han demostrado ser bastante
ciones altamente penetrantes en un úni- esquivos y la determinación de factores
co gen, entre las que cabe destacar las pro-inflamatorios, como TNF-α, IL-1 o IL-6,
canalopatías, la hipercolesterolemia fami- quimioquinas, proteína C reactiva, etc.,
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
60
han contribuido escasamente a la deter- tales. Sólo en aquellos casos en los que
minación del nivel de riesgo. Sólo recien- una o más de las múltiples mutaciones
temente, mediante el acceso a tecnolo- que afectan a los genes de las lipoproteí-
gías de secuenciación masiva y lo que se nas o a la síntesis/transporte de triglicéri-
denomina “metaanálisis” de los datos, se dos tienen un acusado efecto fenotípico,
han realizado progresos significativos en se pueden realizar predicciones basadas
el campo de la genética. Sin embargo, en estos estudios genéticos (p. ej.: lipo-
estos mismos datos de metaanálisis sugie- chips de uso comercial para la detección
ren que el tema es extraordinariamente de mutaciones en el receptor de las LDL y
complejo debido a las influencias ambien- proteínas relacionadas). Por otro lado, la
La inflamación como causa de patogenicidad en enfermedades cardiovasculares
61
⎧ Bacterias y patógenos
⎪ Tumores
⎪
Causas ⎨ Alteraciones matriz extracelular
⎪ Infiltración celular
⎪
⎩ Remodelado tisular
⎧ Monocito/Macrófago/Neutrófilo…
⎪ Kupffer, microglía y astrocitos
Células ⎨
⎪ Linfocitos T y B
⎩
Citoquinas pro-inflamatorias (TNFα, IL-1)
⎧
⎪ C-C, C-X-C quimioquinas
⎪ ROI: H2O2; O2
Moléculas ⎨
NO y peroxinitrito
⎪
⎪ PGs, TBXs LTBn
⎩ APP, Abs
PG:prostaglandinas; TBX: tromboxanos; LTBn: leucotrienos; APP: proteínas de fase aguda sintetizadas por el
hígado; Abs: Anticuerpos.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
62
Figura 2. Representación esquemática de una partícula de LDL. Las partículas de LDL sirven, entre otras fun-
ciones para el transporte del colesterol, triglicéridos y ácidos grasos. Estas moléculas pueden sufrir procesos
de oxidación y otras transformaciones (nitración, etc.) como resultado de la interacción con moléculas reactivas
presentes en la circulación. Son reconocidas por los macrófagos y por otras células que poseen receptores para
las LDL o para moléculas alteradas transportadas en las mismas.
Figura 3. Clasificación de las etapas de desarrollo de la patología vascular según la clasificación de la American
Heart Association (AHA). El esquema muestra los cinco estadios reconocidos en la disfunción/lesión vascular. La
formación del ateroma resulta de la superposición de elementos lipídicos y proteínas de la matriz extracelular.
Puede incluir restos celulares, así como células que incorporan calcio, lo que puede conducir a la calcificación
de la placa.
aparecen diversas poblaciones de células culas clave en la ECV, por ejemplo, déficit
del sistema inmune y de proliferación local en el receptor de LDL, o expresando
que amplifican esta señalización iniciada transgenes que favorecen aspectos par-
por la célula espumosa. La pregunta clave ciales de la patología (Ross y Agius,
en este punto es comprender cómo este 1992). También se han desarrollado otros
proceso, que cuando ocurre de forma modelos donde la alteración genética
fisiológica es capaz de resolver la inflama- conduce a la formación de pequeños ate-
ción vascular de forma eficaz y “limpia”, romas, que son indicativos de ECV en
sin generar depósitos, en determinadas humanos; por ejemplo, los que expresan
ocasiones, casi siempre asociadas a una algunas quimioquinas que favorecen la
exacerbación de la reacción inflamatoria, extravasación de células circulantes, ani-
es incapaz de procesar los lípidos altera- males deficientes en LXR, etc. (Aslanian y
dos en las LDLox, lo que acaba formando Charo, 2006; Charo y Ransohoff, 2006;
el ateroma y desarrollando la parte vascu- Galkina et al., 2006; Kalaany y Mangels-
lar de la patología aterotrombótica. dorf, 2006; Li et al., 2008). Son mejores
Un problema relevante en el estudio de la modelos los ateromas desarrollados en
ECV es la dificultad en la generación de conejos y cerdos alimentados con dietas
modelos animales que reproduzcan de grasas y ricas en colesterol, donde la ECV
forma aceptable la patología humana. se manifiesta con severidad. Estos últimos
Los grandes avances en la modificación modelos sirven para el desarrollo de pro-
genética de roedores han permitido rea- tocolos de diagnóstico de la patología,
lizar aproximaciones parciales a la patolo- siendo este un campo en el que la aplica-
gía humana, sobre todo en el campo de ción de técnicas no invasivas está adqui-
la aterosclerosis. Así, se han generado riendo un gran relieve (Kircher et al.,
ratones carentes de apolipoproteína E 2008; Nahrendorf et al., 2010).
(ApoE) que son capaces de presentar ate- Este aspecto unívoco de la patología car-
romas si se les alimenta con dietas ricas diovascular en su aspecto inflamatorio se
en grasa y colesterol. Sin embargo, se ha debe al alto grado de conservación entre
visto que esta susceptibilidad al desarro- los mamíferos de las señales que integran
llo de ateromas es muy dependiente del la respuesta inflamatoria. Uno de los com-
fondo genético del ratón (p. ej.: C57BL/6 ponentes más importante es la activación
vs. Swiss o Balb/c), del sexo del animal y de NF-κB (Vallabhapurapu y Karin, 2009).
de la dieta (cabe recordar que la dieta de Este elemento señalizador permite la con-
laboratorio suele ser rica en soja y flavo- vergencia de múltiples vías de comunica-
noides, y muy poco en grasas saturadas) ción celular cuyos receptores se sitúan en
(Mandillo et al., 2008; Plump y Breslow, la membrana plasmática (TLRs, receptores
1995; Rosenthal y Brown, 2007). Por otro de citoquinas pro-inflamatorias, etc.), así
lado, estos animales no suelen desarrollar como en el interior celular (los denomina-
procesos aterotrombóticos, a pesar de la dos NLRs, que son receptores intracelula-
generación de grandes placas en la circu- res de “marcas” asociadas a patógenos).
lación coronaria. Existen además mode- La activación de NF-κB pone en marcha la
los de ratones deficientes en otras molé- expresión de genes que intensifican la
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
66
Figura 4. NF-κB integra la señalización pro-inflamatoria en el macrófago. El macrófago expresa receptores para
“motivos asociados a la presencia de patógenos”, así como múltiples receptores de citoquinas proinflamatorias.
Estos receptores señalizan a través de una ruta común, además de otras alternativas, que convergen en la acti-
vación del complejo de la IκBquinasa (IKK), una diana que a su vez es regulada por otras vías de señalización
intracelular. La activación de IKK promueve la fosforilación y degradación de IκB, una proteína inhibidora del
complejo NF-κB que lo retiene en el citosol de la célula. Una vez liberado del inhibidor, el complejo p50.p65
de NF-κB migra al núcleo, donde dirige la transcripción de una serie de genes implicados en la generación de
la respuesta inflamatoria.
La inflamación como causa de patogenicidad en enfermedades cardiovasculares
67
logía vascular relacionada con la ateros- reconocen, así como la afinidad y especi-
clerosis ha sido la identificación del papel ficidad de los mismos, ha generado una
regulador ejercido sobre la misma por los diversidad de receptores que se resume en
receptores nucleares, en particular PPARs la tabla 4. Los receptores nucleares funcio-
y LXRs (Andersson et al., 2010; Chawla, nan como homo o heterodímeros, siendo
2010; Glass y Saijo, 2010; Huang y Glass, el receptor del ácido 9-cis-retinoico (RXR)
2010; Marx et al., 2001; Straus y Glass, el comodín en la mayoría de los complejos
2007). Los receptores nucleares constitu- heterodiméricos (Chawla et al., 2001;
yen una familia de factores de transcrip- Mangelsdorf y Evans, 1995; McKenna et
ción con un importante grado de conser- al., 2009). Como muestra la tabla, los
vación filogenética. A lo largo de la receptores nucleares clásicos presentan
evolución, tanto las secuencias del DNA a alta afinidad por su agonista (que suele
las que se unen, como los ligandos que ser una hormona; p. ej.: glucocorticoides,
Se han agrupado en tres grandes bloques: los receptores del sistema endocrino; los receptores
“adoptados”, al identificarse sus probables ligandos fisiológicos (la mayoría metabolitos relacionados con
lípidos de la dieta y sus formas oxidadas); los receptores huérfanos, en los que no ha sido posible
identificar con claridad sus activadores. La mayor parte de los receptores huérfanos forma heterodímeros
con RXR, aunque en ocasiones se han identificado formas homodiméricas e incluso algunas formas
heterodiméricas alternativas.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
68
hormona tiroidea, etc.), mientras que exis- los derivados de las tiazolidindionas
ten otros que son activados por moléculas (TZDs), ampliamente empleadas en la sen-
de naturaleza lipídica relacionadas con sibilización a la insulina en pacientes dia-
elementos nutricionales o procedentes del béticos y cuyo uso clínico puso de mani-
metabolismo celular (receptores “adopta- fiesto que tenía efectos cardioprotectores
dos”, pues hasta hace poco se desconocía que iban más allá de su acción pro-insulí-
quienes eran sus activadores) (Mangels- nica y activadora en el tejido adiposo
dorf y Evans, 1995). Así, los PPARs son (Kalaany y Mangelsdorf, 2006; Kucharo-
activados por ácidos grasos insaturados, va y Farkas, 2002; Tontonoz y Mangels-
por productos de oxidación de los mis- dorf, 2003). Estudios farmacológicos muy
mos, por lípidos producidos por la cicloo- amplios han puesto de manifiesto que las
xigenasa (prostaglandinas como PGE2, TZDs ejercen un papel antiinflamatorio en
tromboxanos, etc.), y por pro-fármacos, una gran variedad de tejidos, entre los
como los fibratos, etc. (tabla 5). En el caso que cabe destacar por su interés en este
de PPARγ, que es el que se expresa en el contexto los macrófagos que infiltran el
macrófago de forma preponderante, el tejido adiposo y que revisten una gran
activador fisiológico son los ácidos grasos importancia en la patología de la obesi-
oxidados y el activador farmacológico son dad y diabetes, y en la conversión de los
Activadores
⎧ ácidos grasos PUFAs ácidos grasos
⎪
Fisiológicos ⎨ 8-HETE 15dPGJ2 carbaprostaciclina
⎪ LTB4 9/13-HODE
⎩
Farmacológicos Fibratos Tiazolidindionas (TZDs)
Se han caracterizado tres tipos de receptores de activadores peroxisomales (PPARs) con una expresión tisular
específica. Los ligandos fisiológicos y los farmacológicos, algunos de ellos de uso terapéutico están reseñados.
Los monocitos expresan niveles muy bajos de PPARγ, exacerbando su expresión al diferenciarse a macrófagos.
LTB, leucotrienos; 15dPGJ2, 15-deoxiprostaglandina J2.
La inflamación como causa de patogenicidad en enfermedades cardiovasculares
69
300
PGE2
de genes inflamatorios en los macrófa- 250 CD36
gos que carecen de PPARγ, comparado 200
150
con la situación observada en las células
100
equivalentes que lo expresan. Esto se 50
aprecia muy claramente cuando se eva- 0
Figura 7. Cooperación entre receptores nucleares durante el proceso fagocítico del macrófago. Los receptores
nucleares de la familia de PPAR (más en particular PPARδ, expresado ubicuamente en las células) y LXR promue-
ven la expresión de receptores que potencian la fagocitosis del macrófago a través de dos vías convergentes:
PPARδ promueve la vía de Tim4/MFGE8 y de unión de C1q —una proteína del complemento—, mientras que
LXR promueve la expresión de Mer, un receptor implicado en la vía fagocítica. De esta forma, los receptores
nucleares contribuyen sinérgicamente a la eliminación de células fagocíticas que pueden estar, a su vez, en con-
diciones de apoptosis. Esta redundancia de mecanismos de eliminación justifica en parte la eficacia del macró-
fago en la eliminación de células que acumulan lípidos en su interior, sobre todo macrófagos implicados en cap-
tación a través de receptores “scavenger”, y evitan la diferenciación terminal a células espumosas, una de las
causas de la disfunción vascular y la generación de ateromas.
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Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
76
Por qué la hembra vive más demostrar que los estrógenos actúan
que el macho. Los estrógenos como antioxidantes porque activan genes
activan genes de longevidad de longevidad. De hecho, se unen a
receptores estrogénicos β presentes en la
En la especie humana, y en muchas otras membrana de muchas células y median-
especies, se ha observado que la hembra te la vía de señalización MAP kinasa/NFKB
vive más que el macho. Esto no es verdad activan la expresión de genes antioxidan-
en todas las especies pero sí ciertamente tes tales como la superóxido dismutasa y
lo es en la nuestra. Hace aproximadamen- glutatión peroxidasa. La figura 1 (tomada
te 10 años nos planteamos en el laborato- de la referencia 7) nos muestra esta vía de
rio estudiar cuál era la razón por la que señalización por la cual el estradiol actúa
este fenómeno ocurre. Ciertamente no se activando los genes antioxidantes de lon-
trata de factores sociales. En animales de gevidad.
laboratorio, como la rata Wistar, la hem-
bra también vive más que el macho. La
primera observación que hicimos fue que La menopausia y los genes de
las mitocondrias de la hembra producen longevidad
mucho menos radicales libres que las del
macho. Este efecto beneficioso desapare- La menopausia conlleva una obvia dismi-
cía cuando se sometía a las hembras a una nución en los niveles de estradiol. Esto,
ovariectomía. Y de hecho, reaparecía que es un proceso normal en todas las
cuando la hembra ovariectomizada se tra- mujeres alrededor de los 50 años de edad,
taba con estrógenos. Por tanto, pudimos lleva asociado una serie de cambios que
identificar los estrógenos como responsa- se manifiestan en situaciones tan dispares
bles del efecto beneficioso sobre la longe- como la aparición de sofocos, la disminu-
vidad del ser hembra (5, 6). Una posibili- ción de la densidad ósea o la disminución
dad para explicar los efectos beneficiosos del apetito sexual. En muchos casos, la
de los estrógenos es que estos son anti- administración de estradiol evita casi com-
oxidantes. Sin embargo, la cantidad de pletamente los efectos de la menopausia.
estrógenos que se administran a una Sin embargo, el estradiol (que en mujeres
señora después de la menopausia como que no hayan sido histerectomizadas nun-
tratamiento hormonal sustitutivo es del ca debe administrarse sin las correspon-
orden de 50 microgramos al día. Esto es dientes dosis de progesterona natural)
unas 8.000 veces menos que la dosis puede presentar algunos efectos indesea-
habitual que se administra de una de las bles, tales como el aumento de la inciden-
más populares vitaminas antioxidantes, cia de cáncer genital o de mama o el
esto es la vitamina E cuya dosis habitual es aumento de enfermedades cardiovascula-
400 mg/día. De este sencillo cálculo se res. En este sentido, la terapia hormonal
desprende la idea de que los estrógenos sustitutiva con estradiol solamente debe
no podían actuar como antioxidantes por hacerse bajo estricto control médico y en
su carácter químico sino más bien por su determinadas mujeres, no en todas. Sin
carácter hormonal. Estudios detallados en embargo, existe una importante variedad
nuestro laboratorio nos permitieron de sustancias llamadas fitoestrógenos que
Efectos beneficiosos de la alimentación con complementos con soja sobre los genes de longevidad
79
Figura 1. Mecanismo de la acción antioxidante del estradiol (tomada de la referencia 7). El estradiol se une a
un receptor de membrana (tipo beta, β) y desencadena una cascada de señalización que implica a la ERK-MAP
kinasa y al NFκB, cuya forma activa entra en el núcleo y estimula la expresión de genes antioxidantes tales como
la glutatión peroxidasa y la superóxido dismutasa.
ecuol (por parte de las bacterias intestina- la glutamil cisteinil ligasa o la superóxido
les) presentan una mayor acción benefi- dismutasa, sino que también tenía otros
ciosa de la daizdeína. efectos fisiológicos beneficiosos, tales
como la disminución de la tensión arte-
Por otra parte, es cierto que podemos
rial (8). Esa disminución era significativa.
administrar fitoestrógenos en forma
En nuestro laboratorio continuamos con
farmacológica, pero también podemos
estas observaciones y buscamos cuál
hacerlo en forma de suplementos dietéti-
podría ser el mecanismo de la acción salu-
cos. El aumento de la cantidad de soja en
dable de la genisteína. Nos dimos cuenta
la dieta tiene, sin duda, un considerable
que era muy poco probable que la genis-
efecto beneficioso para la salud. La Food
teína actuase como un antioxidante dado
and Drug Administration, en 1999, seña-
que las tasas de absorción de la misma
ló que las dietas con bajo contenido en
son muy bajas. Pensamos entonces que
grasa saturada y en colesterol y con 25 g
podría ocurrir que la genisteína activase
de proteína de soja al día pueden reducir
genes de longevidad de un modo similar
el riesgo de enfermedad cardiaca. Así
al que habíamos visto con el estradiol.
pues, no se trata sólo de administrar fito-
Experimentos con células en cultivo nos
estrógenos sino también de la administra-
permitieron observar que la genisteína se
ción de proteínas de soja con los mismos.
une a receptores estrogénicos β, los cua-
En cualquier caso, la administración de les activan la cadena de la señalización de
soja, y en concreto de fitoestrógenos tales las MAP kinasas, que a su vez activan al
como la genisteína y la daizdeína, no cabe factor de transcripción NFκB y éste esti-
duda que son efectivas para prevenir efec- mula la síntesis de superóxido dismutasa.
tos indeseables de la menopausia. En Un esquema de esta vía se ve en la figu-
nuestro laboratorio hemos estudiado cuál ra 3 (tomada de la referencia 9). Se puede
es el mecanismo por el que la administra- observar una gran similitud entre la acción
ción de soja puede activar los genes de
de la genisteína (figura 3) y la del propio
longevidad. Esto es objeto del siguiente
estradiol (figura 1). Creemos que los
capítulo.
mecanismos de acción de los fitoestróge-
nos y de los estrógenos son similares.
Componentes de la soja Podemos concluir, por tanto, que existe la
activan genes de longevidad y posibilidad real de activar genes de longe-
protegen contra la vidad no sólo por los estrógenos, que
enfermedad de Alzheimer como hemos visto tiene inconvenientes,
sino por los fitoestrógenos, que en reali-
Estudios en nuestro laboratorio, y algunos dad presentan muy pocos efectos secun-
en colaboración con el Prof. Giovanni darios desagradables. Es más, la suple-
Mann del Departamento de Fisiología del mentación dietética con alimentos que
King’s College en Londres, nos permitie- contengan altas cantidades de soja o de
ron demostrar que la alimentación de ani- sus productos derivados puede mejorar la
males con dieta rica en soja no sólo acti- salud en la menopausia; por tanto, pode-
vaba algunos genes de longevidad, como mos contemplar una dieta específica para
Efectos beneficiosos de la alimentación con complementos con soja sobre los genes de longevidad
81
Figura 3. El mecanismo de la acción antioxidante de la gesnisteína es muy similar al del estradiol (tomada de
la referencia 9). Tal y como se ha indicado en la Figura 1 para el estradiol, la genisteína se une a un receptor de
membrana (tipo beta, β) y desencadena una cascada de señalización que implica a la ERK-MAP kinasa y al
NFκB, cuya forma activa entra en el núcleo y estimula la expresión de genes antioxidantes tales como la glu-
tatión peroxidasa y la superóxido dismutasa.
0,10
** *
0,05
0 NS
Figura 5a Figura 5b
1,6
LDH 120
*
Cell viability, % of control
1,4
100
1,2 # #
nmoles/min.
# 80
1
0,8 60
*
0,6
40
0,4
20
0,2
0 0
C Aβ Aβ+E2 Aβ+G C A+p-38 Aβ Aβ+p-38
Inhibitor Inhibitor
Figura 5. El estradiol (E2) o la genisteína (G) protegen contra muerte neuronal causada por péptido β amiloi-
de (panel a). Los efectos son mediados por la MAP kinasa p38 (panel b). Cuando se incuban neuronas de rata
con péptido β amiloide (1- 42) éste causa muerte neuronal. La preincubación con estradiol o genisteina pro-
tege contra el efecto deletéreo péptido β amiloide. En el panel b se muestra que los efectos dañinos del pép-
tido β amiloide están mediados por p38 (figura tomada de la referencia 11).
Efectos beneficiosos de la alimentación con complementos con soja sobre los genes de longevidad
83
Conclusiones Bibliografía
De lo anteriormente expuesto podemos 1. Sinclair DA, Guarente L. Unlocking the
concluir una serie de hechos que pueden Secrets of Longevity Genes, Scientific
tener repercusión en la práctica. En primer American. 2006; 16:68-75.
lugar, es importante intentar encontrar 2. Orr WC, Sohal RS. Extension of life-span
genes de longevidad, es decir, genes cuya by overexpression of superoxide dismutase
manipulación nos alargue la vida. Una and catalase in Drosophila melanogaster,
Science. 1994 ; 263(5150):1.128-30.
consecuencia inmediata de lo anterior es
que debemos intentar investigar cómo 3. Matheu A, Maraver A, Klatt P, Flores I,
García-Cao I, Borrás C, Flores JM, Viña J,
activarlos por medios fisiológicos, nutri-
Blasco MA, Serrano M. Delayed aging
cionales o farmacológicos. Es notable through damage protection by the Arf/p53
constatar que los estrógenos, y algunos pathway Nature. 2007; 448:375-9.
componentes de soja, activan estos genes 4. Tomás-Loba A, Flores I, Fernández-Marcos
de longevidad. Más aún, los componen- PJ, Cayuela ML, Maraver A, Tejera A, Borrás
tes de la soja no solamente activan los C, Matheu A, Klatt P, Flores JM, Viña J,
genes de longevidad en personas norma- Serrano M, Blasco MA. Telomerase reverse
les, sino que hemos podido demostrar transcriptase delays aging in cancer-resistant
mice Cell. 2008; 14; 135(4):609-22.
que protegen eficazmente contra la toxi-
cidad del péptido β amiloide de la enfer- 5. Borrás C, Sastre J, García-Sala D, Lloret A,
Pallardó FV, Viña J. Mitochondria from fema-
medad de Alzheimer. La terapéutica hor-
les exhibit higher antioxidant gene expression
monal sustitutiva tanto con estrógenos and lower oxidative damage than males. Free
como con fitoestrógenos debe iniciarse Radic Biol Med. 2003; 34(5):546-52.
inmediatamente después de la menopau- 6. Viña J, Borrás C, Gambini J, Sastre J,
sia. Muchos de sus efectos beneficiosos se Pallardó FV. Why females live longer than
pierden si uno espera probablemente más males? Importance of the upregulation of
de 1 año después del comienzo de la longevity-associated genes by oestrogenic
menopausia. Finalmente, hacen falta compounds. FEBS Lett. 2005; 9;579(12):
2.541-5.
estudios controlados para determinar el
efecto de la alimentación con soja sobre la 7. Borras C, Gambini J, Gomez-Cabrera MC,
Sastre J, Pallardo FV, Mann GE, Vina J.
longevidad y sobre la prevención de enfer-
17beta-oestradiol up-regulates longevity-
medades asociadas al envejecimiento. No related, antioxidant enzyme expresión via
se trata sólo de mejorar la longevidad sino the ERK1 and ERK2 [MAPK]/NFkappaB cas-
también de mejorar y prevenir las enfer- cade. Aging Cell. 2005; 4:113-8.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
84
8. Mahn K, Borrás C, Knock GA, Taylor P, 10. Lloret A, Buj J, Badia MC, Sastre J,
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Sastre J, Pallardó FV, Mann GE, Viña J. Ortega A, Sastre J, Pallardó FV, Viña J.
Genistein, a soy isoflavone, up-regulates Oestradiol or genistein rescues neurons
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JORNADASOBRE
NUTRIGENÓMICA Y
METABOLÓMICA
NUTRICIONAL
28 DE ABRIL DE 2010
Nutrición personalizada y nutrigenómica
Estíbaliz Goyenechea Soto. Departamento de Ciencias de la Alimentación,
Fisiología y Toxicología. Universidad de Navarra, Pamplona. Instituto BioDonostia.
Hospital Donostia. San Sebastián-Donostia.
Itziar Abete Goñi, M.ª Ángeles Zulet Alzorriz y J. Alfredo Martínez Hernández.
Departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología. Universidad
de Navarra, Pamplona.
NUTRIGENÉTICA
POLIMORFISMOS
GENOTIPO AMBIENTE
NUTRIGENÓMICA
EXPRESIÓN DE GENES
GENES NUTRIENTES/DIETA
FENOTIPO
SALUD/ENFERMEDAD
Figura 1. Nutrición personalizada, nutrigenética y nutrigenómica. Las relaciones entre los genes, el ambiente
y desarrollo de la enfermedad son dinámicas.
Nutrición personalizada y nutrigenómica
89
das para valorar el estado nutritivo. Estas das y detectadas a través de ciertos
interacciones pueden evaluarse siguiendo nutrientes, como es el caso de la fenilce-
diversas estrategias. Primeramente, la tonuria y la galactosemia, entre otras. Así,
valoración de la expresión de un gen en suplementos dietéticos ricos en tirosina y
poblaciones de diferentes bases étnicas y bajos en fenilalanina o dietas libres de
culturales (Chandalia y Abate, 2007). Un galactosa se emplean con éxito en el tra-
segundo método consiste en comparar tamiento de la fenilcetonuria tipo 1 y la
los efectos de mutaciones en un gen entre galactosemia, respectivamente (Gillies,
subgrupos de una misma población 2003). Más reciente es el descubrimiento
(Goyenechea y col., 2007), categorizados del gen de la metilentetrahidrofolatore-
en función de diversas variables (edad, ductasa (MTHFR), que viene modulado
sexo, índices fisiopatológicos, etc.). Un por la ingesta de folato. Alteraciones en
tercer método consiste en evaluar la res- este gen producen un aumento de la
puesta a una intervención nutricional homocisteína plasmática, que es un
entre individuos con diferente genotipo importante factor de riesgo vascular. La
para un gen concreto (Goyenechea y col., detección en grupos de riesgo de un poli-
2006). Una dificultad añadida que conlle- morfismo con alta prevalencia en este gen
van estos estudios de asociación es que permite prevenir eventos cardiovascula-
los polimorfismos deben cumplir varias res, mientras que la simple suplementa-
características para que su implicación sea ción con folato y vitamina B12 puede
considerada de relevancia en nutrigenó- corregir los niveles de este marcador de
mica. Así, el polimorfismo debe presentar- riesgo (Nishio y col., 2008).
se con cierta prevalencia en la población
general, debe modificar o regular proteí- La intervención dietética directa para la
nas que ocupen posiciones relevantes en prevención o el tratamiento de las enfer-
rutas metabólicas (pasos limitantes, etc.), medades crónicas poligénicas, como es el
además de disponer de marcadores rela- caso de la obesidad, diabetes tipo 2 y
cionados con el efecto clínico (Marti y col., demás comorbilidades, es inherentemen-
2005; Yamada y col., 2001). te más difícil, ya que normalmente múlti-
ples genes interactúan entre sí y con las
Un concepto básico es que la progresión variables ambientales contribuyendo a la
desde un fenotipo sano a un fenotipo de etiología de la enfermedad (Marti y col.,
disfunción crónica puede explicarse por 2008; Martínez y col., 2008). La identifi-
cambios en la expresión genética o por cación de los genes que contribuyen
diferencias en las actividades de proteínas mayoritariamente al inicio o progresión de
y enzimas, controlados genéticamente estas patologías y comprender su regula-
(Marti y col., 2005). El fenotipo depende ción a través de los componentes de la
de la interacción del genotipo (DNA) con dieta es un paso necesario y objetivo pri-
factores dependientes de la dieta y activi- mordial de la genética nutricional. Diver-
dad física, etc. (figura 1). En este contex- sos estudios de asociación de la dieta con
to, se conocen diversas enfermedades genes candidatos de enfermedad parecen
monogénicas (causadas por una única mostrar la idoneidad de esta estrategia
variación genética) que pueden ser trata- con respecto a diversas enfermedades
Nutrición personalizada y nutrigenómica
91
Por otro lado, los ejemplos de genes que Nutrigenómica: efecto de los
participan en la regulación del metabolis- nutrientes sobre la expresión
mo energético y cuya interacción con la génica
nutrición se ha demostrado tanto en estu-
dios de asociación como de intervención La nutrigenómica estudia la influencia de
es amplia e incluye al PPAR, los receptores la nutrición/nutrientes sobre la función
adrenérgicos, las proteínas desacoplantes, genómica. Los nutrientes pueden consi-
entre otros muchos genes (Ochoa y col., derarse señales de la dieta, que son
2007; De Luis y col., 2008). Entre los detectados por los sistemas celulares, e
muchos estudios, cabe destacar que los influyen en la expresión de genes y pro-
individuos portadores de la mutación teínas y, como consecuencia, en la regu-
Gln27Glu del gen ADRB2 o del polimorfis- lación metabólica. La nutrigenómica ana-
mo Pro12Ala del gen PPARG2 que presen- liza la influencia de la dieta sobre células
tan además una ingesta elevada de car- específicas, tejidos y organismos, y su
bohidratos poseen mayor riesgo relativo influencia sobre homeostasis celular. Por
de obesidad (Marti y col., 2002; Martínez otro lado, identifica genes que influyen
y col., 2003). Asimismo, se han descrito en el riesgo de enfermedades relaciona-
estudios longitudinales de intervención das con la dieta en una escala genómica
nutricional en los que la respuesta a la y para comprender los mecanismos que
regulación del peso corporal o la evolu- subyacen a esta predisposición genética
ción de ciertas alteraciones metabólicas (Müler, 2003). Concretamente, engloba
viene condicionada por el genotipo de los a todos aquellos cambios fisiológicos
individuos obesos (Goyenechea y col., inducidos por la nutrición sobre el geno-
2006; Sesti y col., 2005; Minihan y col., ma, proteoma y metaboloma (Mutch y
2007). A su vez, otros autores encuentran col., 2005), orientados en gran medida a
interacciones entre factores genéticos y la descripción de biomarcadores trans-
ambientales, tales como la actividad físi- cripctómicos, proteómicos y metabolómi-
ca, en el riesgo de obesidad (Shiwaku y cos orientados a la prevención de la
col., 2003). enfermedad (figura 2).
Por tanto, el desarrollo de la genética En los últimos años han aumentado con-
nutricional en los últimos años está permi- siderablemente las aplicaciones de con-
tiendo conocer la interacción de la dieta ceptos de biología molecular a los estu-
con la base genética, junto con los meca- dios de los componentes de los alimentos
nismos implicados en la expresión de la y nutrientes esenciales, como factores
información génica y su trascendencia en involucrados en el control de la expresión
la obesidad y otras enfermedades meta- génica (Rucker y Tinker, 1986; Pisabarro,
bólicas. De esta manera, los avances cien- 2006). En términos de enfermedades
tíficos están permitiendo acercarse a la crónicas, los efectos de colesterol de la
nutrición individualizada, basándose en dieta y los ácidos grasos son de especial
las características genéticas de cada importancia. El colesterol dietético ejer-
paciente obeso, que logre prevenir, miti- ce una inhibición profunda sobre la
gar o revertir el exceso de peso corporal. transcripción del gen de la β-hidroxi-
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
94
NUTRIENTE
FUNCIONES
Transportador METABOLÓMICA
BIOMARCADORES
Factores de PROTEÓMICA
NUTRIGENÓMICOS Y
transcripción Proteínas DIANAS TERAPÉUTICAS
ADN
Figura 2. Nutrición molecular y nutrigenómica. Los sistemas biológicos nutricionales engloban la identificación
de biomarcadores transcripctómicos, proteómicos y metabolómicos. Estos biomarcadores pretenden lograr la
intervención dietética temprana y personalizada para revertir o prevenir la aparición de la enfermedad relacio-
nada con la dieta.
Una de las grandes cuestiones es investigar estudios han sido realizados en células
el papel de estas interacciones y su influen- mononucleares de sangre periférica
cia sobre la expresión génica. Un estudio (PBMC), ya que pueden constituir una
reciente analiza la influencia de dos dietas buena fuente de ARNm. Así, el análisis de
con distinto índice glicémico en la expre- los cambios inducidos por diversos
sión del tejido adiposo subcutáneo de nutrientes o por intervenciones dietéticas
pacientes con síndrome metabólico, indi- sobre el perfil de expresión génica en
cando que las modificaciones de la dieta PBMC (Aljada y col., 2006) es de gran
modulan la expresión génica independien- ayuda para comprender los mecanismos
temente de la pérdida de peso (Kallio y implicados en la regulación del ARNm
col., 2007). Otro estudio analiza la influen- (Ghanim y col., 2004), así como poder
cia de la variación del gen que codifica personalizar una intervención en función
para el gen asociado a la masa grasa y la de las características metabólicas de cada
obesidad (FTO) en la obesidad, diabetes paciente obeso. En este sentido, los nive-
tipo II y complicaciones asociadas (An- les de expresión de genes proinflamato-
dreasen y col., 2008), describiendo que la rios, como son los relacionados con la vía
actividad física parece acentuar el efecto de señalización TNFα/NFκB, son modula-
de la variación rs9939609 en la acumula- dos, además de por la restricción energé-
ción de grasa corporal, interacción obser- tica, por la posterior evolución del mante-
vada también al describir el efecto sobre la nimiento del peso corporal (Goyenechea
sensibilidad a la insulina. y col., 2009). Asimismo, la evaluación de
Varios autores han analizado la influencia la expresión de estos genes permite com-
de la restricción energética sobre los cam- prender los mecanismos implicados en
bios de expresión génica del tejido adipo- dichos procesos, así como facilitar la des-
so (Dahlman y col., 2005). Este mismo tra- cripción de biomarcadores transcripciona-
bajo concluyó que la distribución de les en el contexto de la regulación del
macronutrientes tiene un papel secundario peso corporal y tratamiento nutricional,
en los cambios en la expresión génica del como es el caso de los genes que codifi-
adipocito, y que la modificación más llama- can para las sirtuinas, TNFα y RIPK3, entre
tiva tras la restricción energética es la otros (Crujeiras y col., 2008b; Goyene-
reducción de la expresión de genes que chea y col., 2008), así como en la respues-
regulan la producción de PUFA. Otro traba- ta a la exposición de nutrientes (Van Erk y
jo describió que la regulación de la expre- col., 2006) y en relación a las patologías
sión es independiente del contenido de asociadas al exceso de peso corporal (Alja-
grasa de la dieta, pero está afectado por la da y col., 2006; Zhao y col., 2007), sugi-
restricción calórica (Vigerie y col., 2005). riendo a este tipo de muestras como can-
didatas para llevar a cabo estudios de
Investigaciones de nuestro grupo han des- nutrigenómica.
crito cómo los niveles de expresión de
genes relacionados con las vías de la infla-
Conclusiones
mación y el estrés oxidativo se ven modu-
lados tras la pérdida de peso en pacientes El control y expresión del genoma huma-
obesos (Crujeiras y col., 2008a). Estos no es sensible al entorno nutricional y
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
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Nutrición personalizada y nutrigenómica
99
duos sanos tienen una notable capacidad te, la metabolómica es la disciplina ómica
para mantener la homeostasis, a través de dedicada al estudio global del metabolo-
varios procesos, como la regulación meta- ma. El metaboloma es el conjunto de
bólica directa, y efectivos mecanismos de metabolitos endógenos (procedentes de
defensa y reparación del estrés oxidativo rutas metabólicas tanto intracelulares
e inflamatorio. Sin embargo, estos proce- como extracelulares) y de metabolitos
sos difieren considerablemente de aque- exógenos (procedentes de alimentos, fár-
llos implicados en la aparición temprana macos, contaminantes, etc.), todos ellos
de enfermedades relacionadas con la obe- de bajo peso molecular (inferior a 1.000
sidad y la nutrición (Van Ommen et al., Da), que se hallan presentes en un siste-
2008). Desde una perspectiva muy dife- ma biológico (Ellis et al., 2007). La meta-
rente a la nutrición tradicional, centrada bolómica estudia principalmente la di-
en proveer nutrientes para alimentar a la námica, composición, interacciones y
población, la nutrición moderna tiene respuestas multiparamétricas de los
como objetivo principal la promoción de metabolitos a estímulos fisiopatológicos,
la salud y la prevención de enfermedades cambios del entorno, o modificaciones
(Kussmann et al., 2006). El desarrollo de genéticas (Oresic, 2009). Cuando los
nuevas dietas y de alimentos funcionales cambios del entorno son debidos a una
o nutricionalmente mejorados que ayu- intervención de carácter nutricional se
den a prevenir o retardar la aparición de habla de metabolómica nutricional.
enfermedades, en su mayoría crónicas,
exige conocer primero los mecanismos de Son muchos los factores que influyen en
dicha prevención y protección; identifi- el metabolismo humano, y consecuente-
cando las moléculas bioactivas implicadas mente en el metaboloma. Se diferencian
en dichos mecanismos, evaluando y dos tipos de factores, los intrínsecos y los
demostrando su eficacia (Rezzi et al., extrínsecos. Entre los primeros destacan la
2007). En este sentido, el desarrollo de las composición corporal, el genotipo, la
disciplinas ómicas, tales como la transcrip- edad, el ritmo circadiano, y el estado
tómica, la proteómica y la metabolómica, reproductivo. Entre los factores extrínse-
aporta herramientas versátiles y comple- cos, provenientes del exterior, figuran los
mentarias de gran utilidad para llegar a tipos de nutrientes y no nutrientes, la acti-
elucidar y entender las funciones biológi- vidad física, la microflora colónica y los
cas en el organismo humano a través de medicamentos (Gibney et al., 2005; Goo-
diferentes niveles de organización biomo- dacre, 2007). La interacción de todos
lecular y la “Biología de sistemas”. estos factores con el metaboloma huma-
no añade un mayor grado de complejidad
La nutrigenómica aborda las interaccio- a su estudio. Asimismo, las concentracio-
nes entre nutrición y genes, tanto la nes de metabolitos y sus cambios cinéti-
influencia de los nutrientes sobre la cos en células, tejidos y órganos represen-
expresión génica como el papel de la tan puntos finales reales de todos los
base genética y de ciertas mutaciones procesos fisiológicos regulatorios que tie-
sobre el metabolismo y la utilización nen lugar en el organismo humano. Las
nutritiva de los alimentos. Concretamen- estrategias metabolómicas tienen como
Avances en metabolómica nutricional
103
SALUD
Transcriptómica
Proteómica
Perfil metabólico
In vivo imaging
BIOMARCADORES
TIEMPO
Variación del estado de salud
para mantener la homeostasis
TIEMPO
Figura adaptada de Rist et al., 2009. (Rist MJ, Wenzel U, Daniel H. Nutrition and food science go geno-
mic. Trends in Biotechnology 2006; 24(4):172-178.)
venciones nutricionales mediante el estu- sonalizadas, con el fin de ayudar a los indi-
dio del efecto de las mismas en el meta- viduos a mantener un estado saludable
bolismo de individuos sanos (Gibney previniendo enfermedades crónicas (Go
et al., 2005; Zivkovic y German, 2009). et al., 2005). La idoneidad de las dietas
Entre los marcadores a identificar por personalizadas está basada en la enorme
medio de la metabolómica, se hallan los variación interindividual en el genotipo y
“marcadores de ingesta”, herramientas fenotipo humano, que implica una res-
objetivas a la hora de estimar el cumpli- puesta diferente a la dieta en función de
miento de dietas en los estudios (Favé la persona. Esta situación se traduce a su
et al., 2009), que puede resultar de gran vez en una variabilidad interindividual
utilidad especialmente en estudios epide- muy amplia en los perfiles metabólicos de
miológicos, donde el número de indivi- la población, que requiere de estudios
duos es cada vez más elevado. Un segun- personalizados.
do tipo de marcador es el “biomarcador
de efecto”, que suele ser un metabolito
endógeno que se encuentra modificado El estudio metabolómico
por acción de la intervención. La aplica- nutricional de principio a fin
ción de la metabolómica en el campo de
Los estudios metabolómicos requieren de
la nutrición supone a su vez un verdade-
un diseño experimental muy cuidadoso
ro reto tecnológico, debido a la comple-
debido a la enorme variación bioquímica
jidad añadida que aporta el denominado
interindividual. En este sentido, el diseño
“metaboloma del alimento” (“food
más apropiado es el de tipo cruzado, ya
metabolome”) al estudio del metabolo-
que cada individuo que se somete a la
ma humano en general. El metaboloma
intervención es a su vez su propio control.
humano consiste en un metaboloma
Estudios controlados aleatorios cruzados
endógeno propio y un metaboloma exó-
son la opción más segura para obtener
geno. Este último se compone del meta-
resultados fiables. En cuanto al número de
boloma del alimento, del metaboloma
participantes necesarios, éste ha de fijar-
microbiano (que cohabita con el indivi-
se de acuerdo a requerimientos estadísti-
duo) y del xenometaboloma (resultante
cos, de forma que haya un número sufi-
del efecto de medicamentos, alérgenos,
ciente por grupo de intervención para
contaminantes ambientales, etc.). Todos
poder aplicar modelos estadísticos robus-
estos metabolomas contribuyen al reper-
tos e interpretables que puedan ser valida-
torio metabólico característico del orga-
dos previamente a su uso. Los criterios de
nismo humano, siendo los efectos de sus
inclusión y exclusión de los voluntarios
múltiples interacciones en gran parte
han de escogerse en función del proble-
desconocidos en la actualidad.
ma que se pretenda resolver con el estu-
Finalmente, la metabolómica también dio. En cualquier caso, se aconseja que
pretende proporcionar información crítica sean lo más homogéneos para contrarres-
para transformar las recomendaciones tar posibles fuentes de variación causadas
nutricionales basadas en poblaciones en por edad, sexo, medicación, estado repro-
futuras recomendaciones dietéticas per- ductivo, entre otros.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
106
1. Muestreo 4. Identificación de
biomarcadores
Toma de biofluidos (plasma,
orina, agua fecal) y/o tejidos Variables discriminantes
Uso de bases de datos
(HMDB, KEGG, METLIN)
2. Adquisición de datos
Plataformas metabolómicas
basadas en RMN & MS
5. Interpretación biológica
Estrategias de perfil metabólico
dirigidas o no dirigidas Inserción de los
biomarcadores en rutas
metabólicas
3. Procesamiento de datos
Pre-procesamiento de datos
(filtrado, normalización, etc.)
Análisis estadístico multivariable:
No supervisado (p. ej.: PCA)
Supervisado (p. ej.: O-PLS-DA)
Etapa de inserción de
biomarcadores en rutas El éxito de una correcta interpretación
metabólicas biológica radica en poder dar respuesta al
final del estudio metabolómico a pregun-
La última etapa del estudio metabolómi- tas tales como:
co nutricional es interpretar en un contex-
to biológico los cambios observados en • ¿Se ha logrado comprender la fun-
los biomarcadores, para poder evaluar si ción biológica del metabolito X en la
existe o no un efecto beneficioso deriva- matriz estudiada?
do de la intervención, y en el caso de que • ¿Se ha logrado entender la relevancia
sí exista, poder dilucidar el mecanismo de de los cambios en la concentración
acción por el que el biomarcador o bio- encontrados en determinados meta-
marcadores ejerce su efecto. bolitos en los biofluidos estudiados?
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
112
• ¿Han conseguido las huellas metabó- datos para filtrar cualquier variación siste-
licas (“fingerprints”) halladas aportar mática presente en los datos que no estu-
más información que la suma de los viera relacionada con la ingestión de la
componentes por separado? soja. La intervención con soja provocó
A pesar de los esfuerzos realizados en cambios en concentraciones de determi-
establecer conexiones claras entre bio- nados metabolitos. En todos los indivi-
marcadores y rutas metabólicas, actual- duos se observó una reducción de los
mente todavía es muy difícil interpretar los niveles de azúcares en plasma y un incre-
cambios en la concentración de un meta- mento en los de lactato, indicando un
bolito en un contexto dado. incremento en el metabolismo anaeróbi-
co. También se observaron variaciones
sujeto-específicas en aminoácidos gluco-
Ejemplos de estudios en génicos (isoleucina y valina), triglicéridos y
metabolómica nutricional colina. El incremento observado en los
El primer estudio metabolómico real apli- niveles de lactato, sumado al de los ami-
cado al campo de la nutrición humana se noácidos glucogénicos, sugiere que la
llevó a cabo hace tan sólo 7 años, hecho gluconeogénesis se ve inhibida por la
que muestra que la metabolómica está acción de la intervención con soja. En
todavía en una etapa de crecimiento y resumen, los resultados obtenidos del
desarrollo en comparación con la aplica- estudio sugirieron cambios tanto en el
ción del resto de disciplinas “ómicas” a la metabolismo glucídico como en el meta-
nutrición humana. La tabla 3 muestra a bolismo energético atribuibles a la inges-
ta de isoflavonas de soja.
modo de resumen diferentes tipos de
estudios metabolómicos en nutrición
Ejemplo 2. Búsqueda de marcadores
humana. Cuatro de estos estudios se
comentan más detalladamente en este y cambios metabólicos sutiles para
capítulo. diferenciar alimentos similares.
El ejemplo del té negro y el té verde
Ejemplo 1. El primer estudio
Una de las aplicaciones de la metabolómi-
metabolómico nutricional
ca nutricional es poder diferenciar los
En el primer estudio metabolómico nutri- efectos metabólicos de alimentos simila-
cional, Solanky y colaboradores aplicaron res. Un buen ejemplo de esta aplicación es
1H-RMN para analizar los efectos bioquí- el estudio llevado a cabo por el grupo de
micos de isoflavonas procedentes de una Van Dorsten (Van Dorsten et al., 2006). El
dieta con soja en el perfil de plasma de objetivo del estudio era comparar los efec-
mujeres premenopáusicas sanas. Para tos que tienen la ingesta de té negro y de
minimizar la variabilidad biológica inhe- té verde en el metabolismo humano. Para
rente, los autores controlaron los periodos ello, se reclutaron 17 hombres sanos, que
de control y de ingesta de soja (60 g/día; consumieron té negro, té verde (1 g/día) y
45 mg isoflavonas) de forma estricta. Asi- cafeína (placebo; 360 mg) en el contexto
mismo, se utilizaron algoritmos matemá- de una dieta baja en polifenoles siguien-
ticos específicos en el procesamiento de do un diseño cruzado.
Avances en metabolómica nutricional
113
Solanky et al., 2003 RMN Efecto de la ingesta de isoflavonas por mujeres sanas Plasma
y 2005 premenopáusicas en el metabolismo oxidativo humano. n = 5 y orina
Lenz et al., 2004 RMN Comparación de poblaciones con hábitos nutricionales diferentes
(UK vs. Suecia), no intervención. n = 30 Orina
Daykin et al., 2005 RMN Estudio de los efectos del consumo de té negro en el Orina
metabolismo humano. Toma única de té en el contexto
de una dieta baja en polifenoles. n = 3
Wang et al., 2005 RMN Estudio de los efectos de la ingesta de té de camomila Orina
en el metabolismo humano. n = 14
Stella et al., 2006 RMN Búsqueda de biomarcadores de ingesta de carne. Orina
Comparación de dietas vegetarianas, de baja ingesta de carne,
de alta ingesta de carne. n = 12
Van Dorsten et al., 2006 RMN Estudio del efecto del metabolismo intestinal bacteriano Plasma
de los flavanoles del té negro y del té verde. y orina
Rezzi et al., 2007 RMN Estudio del efecto de las preferencias dietéticas. Plasma
Ingesta de chocolate por parte de individuos a los que les gusta
el chocolate y a los que no. 5 días. n = 22
Walsh et al., 2007 RMN Estudio de los efectos de la estandarización de la dieta en el Orina, plasma,
metaboloma de diferentes biofluidos. n = 30 saliva
Jacobs et al., 2008 RMN Estudio de la fermentación microbiana de zumo de uva Heces
y de extracto de vino en heces. n = 53
Grün et al., 2008 GC-MS Efecto de la fermentación microbiana de extractos ricos Plasma, orina,
en polifenoles y té verde en diferentes muestras. heces
Shaham et al., 2008 LC-MS Estudio del efecto de una prueba oral de glucosa en población Plasma
joven y de edad avanzada.
Lankinen et al., 2009 UPLC-MS Estudio del efecto de la ingesta de pescado blanco y pescado Plasma
azul en el perfil sérico de los lípidos de individuos con enfermedad
coronaria. n = 33
Martin et al., 2009 RMN Estudio de los efectos metabólicos de la ingesta de chocolate Plasma
negro en el metabolismo energético, la microbiota intestinal y orina
y el metabolismo del estrés en individuos sanos. n = 30
Zhao et al., 2009 LC-MS Estudio de los cambios ocasionados por un test oral de tolerancia Plasma
a la glucosa (OGTT). n = 16
Lankinen et al., 2010 GC-MS Estudio del efecto de una modificación en carbohidratos Plasma
y LC-MS en los perfiles metabólicos del suero de individuos
con síndrome metabólico.
Van Dorsten et al., 2010 GC-MS Estudio del impacto metabólico de la ingesta de vino tinto y Orina
zumo de uva ricos en polifenoles en individuos sanos. n = 58
Xu et al., 2010 RMN Identificación de cambios bioquímicos en orina Orina
de lactovegetarianos. n = 161
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
114
Así pues, los resultados del estudio mos- Este avance en el estudio del microbioma
traron diferencias inherentes en las activi- y su interacción con la salud nutricional
dades metabólicas de la microbiota de los del individuo puede ayudar a clarificar las
individuos dependiendo de sus prefe- rutas metabólicas y los mecanismos de
rencias alimentarias. Estas diferencias acción de ciertos metabolitos en enferme-
podrían ser de importancia para la salud dades crónicas, tales como la diabetes, y
del individuo a largo plazo y requieren de los desórdenes de carácter autoinmune,
nuevos estudios en el campo de la carac- que se cree están ligados a un deteriora-
terización del microbioma. do estado de salud intestinal y a desequi-
En definitiva, la comparación de biomar- librios microbianos.
cadores metabólicos asociados con dife-
rentes hábitos alimentarios puede ser útil Bibliografía recomendada
a la hora de proveer de una futura base
objetiva para clasificar respuestas a deter- Baykal AT, Jain MR, Li H. Aberrant regula-
tion of choline metabolism by mitochon-
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JORNADA SOBRE
CONDICIONANTES
FISIOPATOLÓGICOS Y
NUTRICIONALES DE LA
ANEMIA FERROPÉNICA
16 DE JUNIO DE 2010
El déficit de hierro
Ángel F. Remacha Sevilla. Jefe del Servicio de Hematología del Complejo
Hospitalario de Toledo.
Hierro de la dieta
Duodeno
Utilización promedio, Utilización
(1-2 mg al día)
ELEVACIÓN HEPCIDINA
HEPCIDINA
DISMINUCIÓN HEPCIDINA
Las pérdidas digestivas se deben a diferen- Hb < 80g/l > 80% tienen clínica.
tes causas (ulcus, neoplasias de tubo Hb 80 y 120 g/l: no hay relación
digestivo); hay que recordar algunas difí- entre clínica y grado de anemia.
ciles de valorar: Estado ferrodeficitario: astenia.
• La ingesta de antiinflamatorios no Síntomas musculares: Disminución de
esteroideos. la capacidad de trabajo.
Síntomas neurológicos:
• La hernia de hiatus.
Trastornos comportamiento,
• Las hemorroides. desarrollo y escolarización (niños).
• Las pérdidas hemorrágicas por intesti- Pica.
no delgado. Epiteliales:
• La presencia de Helicobacter pilori. Boca: glositis.Estomatitis angular,
Entre las causas de pérdidas no digestivas, Faringe-esófago: disfagia.
están la hemodonación, la hemoglobinu- Estómago: gastritis (75% casos).
ria asociada a la hemólisis (valvulares), las H. pilori. Anemia perniciosa (7%).
pérdidas urinarias o pulmonares y, por Inmunidad:
último, en caso de lesiones autoinducidas
Disminución resistencia a la infección
(anemia ficticia). in vivo (?).
Incremento de las demandas Alteraciones inmunidad celular in
vitro.
Hay tres circunstancias fisiológicas: el cre-
cimiento, la lactancia y el embarazo. Esplenomegalia: (10%).
Alteraciones esqueléticas: en niños, si
Situaciones no fisiológicas: déficits de vita-
la anemia ferropénica es prolongada.
mina B12 y/o folato, y los síndromes mie-
loproliferativos y el tratamiento con eritro-
poyetina (déficit funcional de hierro). El síndrome anémico se caracteriza por
astenia, disnea y palidez de piel y muco-
Clínica (3, 4, 20, 22, 23) sas. Sin embargo, existe una correlación
La clínica del déficit de hierro viene marca- mala entre clínica y grado de anemia.
da por: el síndrome anémico, la causa de La causa de la anemia puede condicionar
la ferropénica y otras manifestaciones de la clínica, como en el caso de un ulcus o
la ferropenia (tabla 2). una neoplasia digestiva.
El déficit de hierro
129
Se deben tener en cuenta los valores que Es muy importante recalcar que una dis-
miden la hemoglobinización de los reticu- minución de la sideremia puede observar-
locitos (CHr y Ret-He), pues la presencia se tanto en las anemias ferropénicas
de reticulocitos hipocrómicos (disminu- como en las inflamatorias. La consecuen-
ción de CHr y Ret-He) sugiere la presencia cia inmediata es la importancia de hacer el
de ferropenia. Así, se ha objetivado que si bloque férrico en conjunto.
una anemia tiene cifras normales de esas
El aspecto importante es diferenciarla
variables en ningún caso se detecta ferro-
de una talasemia; como exploración ini-
penia. Es decir, en caso de anemia el CHr
cial hay algunos índices basados en los
o Ret-He nos puede orientar en el diag-
datos del hemograma y en la pseudopo-
nóstico y en el tratamiento. Además, sin
liglobulia microcítica que existe en la
anemia la disminución de esas variables
talasemia.
sugiere ferropenia (26, 27, 28).
Índice de England-Fraser: VCM en fl - (Hb
En cuanto al receptor soluble de la transferri-
en g/dl x 5 + número de hematíes x 1012/l
na su elevación sugiere ferropenia, lo mismo
+ 8). Si este índice es negativo indica tala-
que su derivado, el cociente ferritina/recep-
semia. Existen otros índices en general
tor soluble de la transferrina (26, 27, 28)
con sensibilidades superiores al 90%.
Diagnóstico diferencial (2, 3, 20,
Las anemias mixtas (2, 3, 20,
23, 24) (tabla 4).
23, 24)
Fundamentalmente hay que hacerlo con
Son frecuentes; así, más de un 10% de
la anemia de la inflamación o de anemia
anemias perniciosas tienen un déficit de
de tipo crónico y con las talasemias.
hierro asociado; en la malabsorción sue-
len afectarse varias vitaminas; la anemia
Tabla 4. Diagnóstico diferencial de las que acompaña a los procesos inflamato-
anemias microcíticas.
rias crónicos (artritis reumatoide) puede
Anemia Talasemia Anemia ser muchas veces mixta, con rasgos de
ferropénica minor inflamatoria inflamatoria y ferropénica y, por último,
Hb D N-D D no es infrecuente encontrar una ferrope-
VCM D D N nia en pacientes con talasemia.
England Positivo Negativo Positivo
Estudio de la causa de la anemia
SID/CAP/
SAT D/A/D N/N/N D/D/N-D (2, 3, 20, 23, 24)
Fts D N-A A No podemos limitarnos a dar un trata-
RCTF A N-A N
miento, se ha de buscar su causa. La
Hemo- anamnesis nos orientará.
globinas N Alteradas N
Hb: hemoglobina. VCM: volumen corpuscular Si nos encontramos con una situación
medio. England: índice de England. SID/CAP/SAT: muy prevalente (hernia de hiatus, hemo-
sideremia; capacidad total de transporte de hierro;
índice de saturación. Ft/RCTF: ferritina
rroides, hipermenorrea), se debe valorar
sérica/receptor de la transferrina. cuidadosamente si hay que realizar más
N. Normal. A. Aumentado. D. Disminuido exploraciones etiológicas.
El déficit de hierro
131
cunstancias clínicas requieren un suminis- ción) deberían ser perfundidos como una
tro rápido de hierro a los depósitos de hie- dosis de prueba durante un periodo de 15
rro corporal, el Fe-dextrano de bajo peso minutos (5, 29, 30).
molecular se puede administrar como per- El Fe (III) isomaltosido (Fe-oligosacári-
fusión total de la dosis (PTD) hasta la dosis do) (31,32) es un Fe para administración
de sustitución total correspondiente a 20 endovenosa de última generación recien-
mg de hierro/kg de peso corporal. En cada temente registrado. Es un coloide con Fe
administración, los primeros 25 mg de (III) unido a carbohidratos formando par-
hierro se deben infundir a lo largo de un tículas esféricas. Cada partícula consiste
periodo de 15 minutos. Si no se producen en un core de Fe y un escudo de carbohi-
reacciones adversas durante este tiempo, dratos que lo envuelve formado por iso-
la porción restante de la infusión se debe maltosidos. Esta estructura le confiere
administrar a una velocidad de perfusión gran estabilidad, semejando a la ferritina,
no superior a 100 ml en 30 minutos. Es un y lo protege contra la toxicidad del Fe
Fe con amplio uso en EE.UU. y Reino Uni- libre. Este Fe puede administrarse una vez
do (29,30). a la semana a la dosis de 200-1.000 mg
El hierro sacarato es un complejo de hasta completar la dosis total de Fe nece-
hidróxido férrico-sucrosa compuesto por saria. Es un Fe recientemente introducido
un core de Fe (III) envuelto por azúcares en el mercado europeo y que puede
(sacaratos) que lo protegen y lo estabili- administrarse a dosis altas.
zan, recordando a la estructura de la ferri- El Fe-carboximaltosa (33-35) es tam-
tina. Se presenta en ampollas que contie- bién un Fe para administración endoveno-
nen 100 mg de Fe en cada ampolla de 5 sa a altas dosis de última generación. Este
ml. Se administra endovenoso diluido. Es fármaco fue desarrollado para superar las
un hierro muy bien tolerado, del que se desventajas del hierro dextrano y del Fe-
dispone de amplia experiencia en Europa. sacarato. El Fe-dextrano se asocia con
La dosis total única no debe superar 200 efectos colaterales serios de anafilaxia. El
mg de hierro, que se administrarán como nuevo complejo tiene una alta estabilidad
máximo tres veces por semana. Si la dosis similar a la del dextrano pero con un
necesaria total supera la dosis máxima úni- mejor perfil de tolerabilidad. Respecto al
ca permitida, entonces habrá que dividir la hierro sucrosa, causa menos efectos cola-
administración. 5 ml de Fe sacarato (100 terales pero la aplicación era larga y cir-
mg de hierro) se han de diluir en un máxi- cunscrita a como máximo 200 mg de
mo de 100 ml de suero fisiológico; 10 ml hierro. Además, como tiene un peso
de Fe-sacarato (200 mg de hierro), en un molecular de 150 kDa, tiene mínima eli-
máximo de 200 ml de suero fisiológico. La minación renal. A pH fisiológico de alrede-
dilución debe efectuarse inmediatamente dor de 7, los hidróxidos de hierro general-
antes de la perfusión y la solución deberá mente son insolubles, sin embargo,
administrarse: 100 mg de hierro en 15 cuando se combinan con moléculas orgá-
minutos como mínimo y 200 mg de hierro nicas, tales como la carboximaltosa, ellos
en 30 minutos como mínimo. Los primeros se pueden mantener en solución como
25 mg de hierro (es decir, 25 ml de solu- partículas coloidales con un core de
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
134
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La nutrición en la prevención
de la deficiencia de hierro
M.ª Pilar Vaquero Rodrigo. Departamento de Metabolismo y Nutrición,
Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC), Madrid.
mucosa intestinal y pequeñas pérdidas del mismo que se absorbe y utiliza para las
urinarias. Entonces, ¿por qué es tan pre- funciones normales del organismo.
valente la deficiencia de este micronu- Se han establecido cantidades de hierro
triente? La contestación a esta pregunta recomendables para prevenir su deficien-
debe hacerse desde una perspectiva mul-
cia en distintos grupos de población
tifactorial, como en el caso de todas las
(tabla 1). Dichas cifras, denominadas IR,
enfermedades complejas. Influyen facto-
IDR, RDA o RDI (Ingestas Recomendadas,
res individuales, principalmente la situa-
Ingestas Dietéticas de Referencia, Recom-
ción fisiológica de crecimiento o gesta-
mended Dietary Allowances o Reference
ción, las pérdidas menstruales y la
Dietary Intakes, respectivamente), indican
coexistencia de alteraciones metabólicas
la ingesta suficiente para alcanzar los
diversas, y también factores del entorno.
requerimientos de la mayoría de los indi-
Entre los factores individuales no modifi-
viduos de un grupo poblacional. Es un
cables destacan los genéticos, y entre los
promedio diario para que la mayor parte
ambientales en esta revisión nos centrare-
de los individuos de dicho grupo dispon-
mos en la dieta.
ga de la cantidad de hierro necesaria para
el funcionamiento normal del organismo.
Concepto de biodisponibilidad
En la tabla 2 se presentan los alimentos
La biodisponibilidad de un componente de ricos en hierro. Además de la cantidad
los alimentos se define como la proporción ingerida, el factor fundamental que con-
nales a gran escala o ensayos clínicos color y sabor de los alimentos que se pre-
aleatorizados con un control riguroso de tenden fortificar. Por otro lado, el hierro
las condiciones experimentales. En la libre genera radicales libres y puede dete-
mayoría de ellos se obtiene que las dietas riorar la matriz del alimento fácilmente,
habituales no aportan el promedio del durante el procesado industrial o una vez
valor de IR del hierro. Particularmente, producido, acortándose la vida útil. Por
nuestro grupo de investigación ha cons- ello, la búsqueda de la sal de hierro ideal
tatado que las mujeres en edad fértil, para enriquecer alimentos ha sido una
aunque son conscientes de tener riesgo constante a lo largo de décadas. Actual-
de anemia, ingieren aproximadamente mente, la Unión Europea ha publicado
un 20% menos hierro del recomendado. una lista con las formas de hierro permi-
Observamos que el consumo de una die- tidas (tabla 4).
ta rica en carnes rojas, que incluía cinco
raciones a la semana de carne, sólo apor-
Tabla 4. Formas de hierro permitidas en
taba una media de 14 mg/día de hierro, la fabricación de complementos
valor alejado de los 18 mg/día correspon- alimenticios*.
dientes a las IR para dicha población
menstruante. Teniendo en cuenta las Carbonato ferroso
pautas dietéticas respecto a consumo de Citrato ferroso
pescado rico en omega-3, cereales, Citrato férrico de amonio
legumbres y verduras y hortalizas, parece Gluconato ferroso
incompatible añadir un extra de carne a
Fumarato ferroso
la dieta, cuando precisamente el consu-
mo de este alimento aporta grasa satura- Difosfato férrico de sodio
da y ésta debe limitarse para prevenir las Lactato ferroso
enfermedades cardiovasculares. Es ahí Sulfato ferroso
donde una adecuada estrategia dietética Difosfato férrico (pirofosfato férrico)
de combinación de alimentos y el empleo
Sacarato férrico
de alimentos específicos ayudará a incre-
mentar la biodisponibilidad del hierro. Hierro atómico (carbonilo + electrolítico +
hidrógeno reducido)
Los alimentos funcionales enriquecidos
* Directiva 2002/49/CE, del Parlamento Europeo y
en hierro pueden desempeñar un papel del Consejo, de 10 de Junio, relativa a la
en la prevención de la deficiencia de hie- aproximación de las legislaciones de los Estados
Miembros en materia de complementos alimen-
rro cuando la dieta no aporta suficiente ticios.
cantidad del micronutriente o su biodis-
ponibilidad es baja. Los alimentos funcio-
nales ricos en hierro de buena absorción Por tanto, es conveniente que los alimentos
han estado entre nosotros desde el funcionales destinados a población con
siglo XX. No obstante, añadir hierro a los riesgo de anemia ferropénica contengan
alimentos constituye un reto en la tecno- hierro biodisponible, presencia de estimula-
logía de los alimentos. El hierro se oxida dores de su absorción y un contenido míni-
fácilmente, produciendo cambios en el mo o nulo de inhibidores. Además, debe
La nutrición en la prevención de la deficiencia de hierro
145
Bibliografía recomendada
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Arroyo-Pardo E, Vaquero MP. Detección de
El hierro es un nutriente esencial y su defi- mutaciones y su implicación en estados pato-
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JORNADA SOBRE
PAPEL DE LA GRASA
DIETÉTICA EN LA
PREVENCIÓN Y
TRATAMIENTO DE LAS
ENFERMEDADES CRÓNICAS
26 DE OCTUBRE DE 2010
La grasa dietética en la prevención y el
tratamiento de las enfermedades crónicas
Ángel Gil Hernández. Catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología
Molecular II, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Centro de
Investigación Biomédica, Universidad de Granada. Presidente de la Fundación
Iberoamericana de Nutrición.
Metilo Carboxilo
Ácido esteárico CH3
18:0 COOH
1 3 5 7 9 .......... n - m hasta 18
Ácido oleico CH3 COOH
18:1, ω-9
Los animales pueden colocar
dobles enlaces en estas posiciones
Ácido linoleico CH3
18:2, ω-6 COOH
Figura 1. Enumeración y posición de los dobles enlaces de las tres familias o series de ácidos grasos omega-9,
omega-6 y omega-3 más importantes. Tomada de Gil A. Tratado de Nutrición. Editorial Médica Panamericana,
Madrid 2010.
del ácido esteárico (AE, 18:0). De esto se tejidos neuronales, como el cerebro y la
deduce que la principal fuente de AGE retina, y algunos tejidos ajenos al sistema
para el mundo animal la constituyen los ali- nervioso central presentan altas concen-
mentos provenientes del reino vegetal. La traciones de DHA. Esta distribución espe-
figura 2 muestra las vías de desaturación y cífica del DHA en los tejidos apunta hacia
de elongación del AO, del LA y del LNA. posibles funciones importantes de este
Los AGPI de cadena larga constituyen el ácido graso en esos lugares.
21-26% de los ácidos grasos en las mem- Los ácidos grasos n-6 y n-3 que forman
branas celulares, pero la proporción de parte de los fosfolípidos de membrana
ácidos grasos de 20 ó 22 átomos de car- ejercen un control metabólico, ya que son
bono varía en los diferentes tejidos. Mien- precursores de los eicosanoides, que son
tras que el AA está ampliamente distri- liberados en cantidades muy pequeñas
buido en la mayoría de los tejidos, el DHA para actuar rápidamente en su entorno
es más específico en su distribución: los inmediato, principalmente en situaciones
Δ6-Desaturasa
Figura 2. Vías de desaturación y de elongación del AO, LA y LNA. Tomada de Gil A. Tratado de Nutrición. Edi-
torial Médica Panamericana, Madrid 2010.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
154
patológicas (figura 3). Por otro lado, tam- cuentes en las sociedades occidentales,
bién son precursores de otros compuestos enfermedades trombóticas, apoplejía e
biológicamente activos, como algunos hiperreactividad alérgica; no obstante, el
factores de coagulación, cuya síntesis AA es absolutamente necesario para el
depende de los AGPI situados en la posi- organismo.
ción 2 de los fosfolípidos, siendo estimu-
Aproximadamente el 95% del LA que
lada por el AA y disminuida por la presen-
aporta la dieta es oxidado en la mitocon-
cia de ácidos grasos de la serie 3. Un
dria con la finalidad de obtener energía y
exceso de ácidos grasos n-6 estimula la sólo un pequeño porcentaje (5%) es
formación de AA, precursor de prosta- transformado en AA, el principal produc-
glandinas (PG) y otros eicosanoides impli- to metabólico de la familia omega-6. La
cados en los procesos inflamatorios, lo transformación del LA en AA ocurre prin-
que aumenta el riesgo de sufrir artritis y cipalmente en el hígado, desde donde es
otras enfermedades crónicas inflamato- transportado hacia los tejidos periféricos,
rias, así como distintos tipos de cáncer fre- incorporado a los fosfolípidos y a los trigli-
Ácido Ácido
linoleico α-linolénico
Ácido Ácido
araquidónico eicosapentaenoico
Fosfolípidos
de membranas
Fosfolipasa A2
Ácido araquidónico
Ácido eicosapentaenoico
Ciclooxigenasa Lipooxigenasa
Figura 3. Formación de eicosanoides a partir de ácidos grasos poliinsaturados. Tomada de Gil A. Tratado de
Nutrición. Editorial Médica Panamericana, Madrid 2010.
La grasa dietética en la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas
155
céridos que forman las lipoproteínas de ocurre durante el embarazo, donde este
muy baja densidad (VLDL). También es tejido actúa como un reservorio temporal
transformado en un lisofosfolípido (prin- del ácido graso. Un producto intermedio
cipalmente como sn-2 araquidoneil fosfa- de la transformación del LNA en DHA es el
tidilcolina) que se transporta ligado a la EPA, el cual tiene también importantes
albúmina plasmática. Ambos sistemas de funciones fisiológicas que serán discutidas
transporte, que al parecer se complemen- más adelante. Sin embargo, las funciones
tan, permiten que el ácido graso se distri- del EPA serían sólo relevantes cuando este
buya prácticamente a todos los tejidos. El ácido graso se consume como tal (a par-
AA transportado en la forma de lisofosfo- tir de fuentes marinas o de suplementos,
lípidos sería especialmente dirigido al por ejemplo), ya que su principal destino
cerebro, ya que esta es la forma de mayor cuando se forma a partir del LNA en los
biodisponibilidad para el transporte de microsomas es su transformación en
AGPI CL a través de la barrera hemato- DHA. Recientemente se ha propuesto que
encefálica. También existe cierta especifi- la mitocondria tendría, además del pero-
cidad para dirigir el AA al órgano visual y xisoma, la capacidad para formar DHA a
a los testículos, aunque no está claro si el partir del 24:6, omega-3. Esta retrocon-
transporte ocurre a través de un lisofosfo- versión sería exclusiva para los derivados
lípido o a través de lipoproteínas. La pla- omega-3 y no para los omega-6 y ocurri-
centa es particularmente permeable a los ría principalmente en el cerebro, particu-
AG, trasnportados por lisofosfolípidos larmente en los astrocitos de la glía. Estas
unidos a albúmina. células tienen como función proveer de
DHA a las neuronas para quienes el ácido
El LNA que aporta la dieta es también oxi-
graso es fundamental para mantener la
dado en una alta proporción (sobre el
fluidez de la membrana plasmática del
85%) y el resto se transforma por desatu-
soma, del cono axonal y de las vesículas
ración y elongación en DHA, su principal
sinápticas.
producto metabólico final. El LNA se
transforma en DHA especialmente en el El AA puede ser liberado intracelularmen-
hígado y desde este órgano sería trans- te desde los fosfolípidos por la acción de
portado de la misma forma que el AA, la enzima fosfolipasa A2, la cual es activa-
como un lisofosfolípido a través de la da por un tipo de proteína G en respuesta
albúmina plasmática y casi exclusivamen- a señales endocrinas. La activación de la
te al cerebro, al órgano visual, a los tes- fosfolipasa permite que el AA liberado dé
tículos y a la placenta. Las VLDL de origen origen a una serie de productos metabó-
hepático no transportan DHA, lo que mar- licos de gran actividad biológica identifi-
ca una diferencia con el transporte del cados genéricamente como eicosanoides
AA. Se ha propuesto que el DHA se acu- (por poseer 20 átomos de carbono).
mularía en el tejido adiposo, su principal La acción de la enzima ciclooxigenasa
reservorio junto con el hígado, mediante sobre el AA forma primero endoperóxi-
un mecanismo de transporte que involu- dos, los cuales por oxidación posterior,
cra también a los lisofosfolípidos. La acu- dan origen a los productos metabólicos
mulación de DHA en el tejido adiposo sólo conocidos genéricamente como prosta-
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
156
glandinas, siendo los más importantes las por lipasa pancreática en el intestino (con
prostaglandinas (propiamente tales), los especificidad sn-1 y sn-3), absorbiéndose
tromboxanos y las prostaciclinas. La enzi- como un lisofosfolípido si proviene de fos-
ma ciclooxigenasa transforma en las pla- folípidos, o como un monoglicérido si pro-
quetas al AA en tromboxanos de la serie 2 viene de triglicéridos de la dieta. Tampoco
(TXA2) y en las células endoteliales el AA es liberado desde los quilomicrones por la
es convertido en prostaglandinas de la lipoproteín lipasa (LPL) vascular, retornan-
serie 2 (PG2) y en prostaciclinas de la do así al hígado. Este EPA es “exportado”
serie 2 (PCI2). Por otro lado, en los leuco- por el hígado en la misma forma que el
citos el AA es transformado por la enzima AA, con el cual potencialmente puede
lipo-oxigenasa en los leucotrienos de la competir en la formación de los fosfolípi-
serie 4 (LT4). Los TXA2 ejercen un podero- dos de las membranas celulares. Al ser
so efecto estimulante de la agregación liberado por la acción de la fosfolipasa A2,
plaquetaria y son vasoconstrictores. Por el el EPA participa de la cascada de los eico-
contrario, la PCI2 liberada por las células sanoides, dando origen, por la acción de la
endoteliales tiene un efecto inhibidor de enzima ciclooxigenasa, a los tromboxanos
la agregación plaquetaria y es vasodilata- de la serie 3 (TX3), a las prostaglandinas de
dora. De esta forma, entre otros factores, la serie 3 (PG3) y a las prostaciclinas de la
la homeostasis vascular depende del ade- serie 3 (PCI3). La enzima lipooxigenasa, a
cuado equilibrio en la formación de TXA2 su vez, transforma al EPA en los leucotrie-
y PCI2. Los LT4 liberados por los leucocitos nos de la serie 5 (LT5). Los productos de la
ejercen efectos proinflamatorios, quimio- acción de la ciclooxigenasa y de la lipooxi-
táxicos y estimulan la adhesión celular. La genasa sobre el EPA tienen generalmente
PG2 regula procesos inflamatorios y la muy poca actividad biológica o presentan
liberación de citoquinas. De esta forma, efectos antagónicos a los productos de las
los ácidos grasos omega-6, a través del mismas enzimas sobre el AA. Es así como
AA, pueden ejercer importantes efectos el TXA3 plaquetario es biológicamente
reguladores en la homeostasis celular al inactivo, en tanto que la PCI3 formada en
ser transformados en prostaglandinas, las células endoteliales tiene efectos inhi-
prostaciclinas y tromboxanos de la serie 2 bidores de la agregación plaquetaria y es
y en leucotrienos de la serie 4. vasodilatadora. La PG3 presenta escasa
actividad biológica, y el LT5 formado en los
Los ácidos grasos omega-3 también parti-
leucocitos tiene efectos antiinflamatorios,
cipan de la cascada de los eicosanoides a
e inhibe la quimiotaxis y la adhesión celu-
partir del EPA. Este ácido graso, principal-
lar. De esta forma se produce una compe-
mente de origen dietético, puede ser
tencia entre los productos del metabolis-
almacenado en el hígado a partir de los
mo de los ácidos grasos omega-6 (AA) y
quilomicrones remanentes que capta este
de los ácidos grasos omega-3 (EPA), y
tejido y que transportan los lípidos de la
cuyas consecuencias en la salud cardiovas-
dieta. El EPA ocupa generalmente la posi-
cular se discutirán en la próxima sección.
ción sn-2 de los fosfolípidos y triglicéridos
de origen marino que forman parte de Más recientemente se ha descubierto que
nuestra dieta, por lo cual no es liberado el DHA también forma derivados metabó-
La grasa dietética en la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas
157
licos oxidados de 22 carbonos, identifica- está claro, pero algunos estudios han
dos como docosanoides o “resolvinas”. Es demostrado un efecto sobre los niveles
poco lo que se sabe aún de estos deriva- de RNAm, lo que sugiere un nivel de
dos metabólicos; algunos, como la neuro- acción transcripcional.
protectina, inhiben la apoptosis de las neu-
ronas y la mayoría de ellos son potentes En los últimos años se ha comprobado
compuestos antiinflamatorios implicados que los ácidos grasos libres o esterificados
en la resorción de las heridas. La figura 3 con coenzima A pueden actuar como
muestra las transformaciones metabólicas mediadores intracelulares capaces de
de los AGE omega-6 y omega-3 que con- regular la expresión génica de distintas
ducen a la formación de los eicosanoides y moléculas. Es importante destacar esta
la figura 4 sus efectos antagónicos en la función de los ácidos grasos sobre la
homeostasis vascular. expresión de genes que codifican enzimas
que intervienen en el metabolismo de lípi-
Las citoquinas, las interleuquinas (IL) y los dos, hidratos de carbono y proteínas, así
factores de necrosis tumoral (TNF) son como en la regulación del crecimiento
una familia de proteínas producidas y celular (genes de respuesta temprana
liberadas por las células implicadas en los inmediata).
procesos inflamatorios y en la regulación
del sistema inmunitario. El mecanismo La modulación de la expresión genética
mediante el cual los ácidos grasos n-3 depende de la estructura y el metabolis-
afectan a la síntesis de las citoquinas no mo de los ácidos grasos y lo hacen a tra-
Figura 4. Efectos antagónicos de los eicosanoides derivados de los ácidos grasos poliinsaturados de las series
n-6 y n-3 en la homeostasis vascular. Tomada de Gil A. Tratado de Nutrición. Editorial Médica Panamericana,
Madrid 2010.
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158
ETAPAS
30 Grasa total
20
ω-3
0
–4 × 106 –10.000 1.800 1.900 2.000
Tiempo (años)
Figura 5. Esquema hipotético sobre la evolución del consumo de grasas y de ácidos grasos esenciales duran-
te el desarrollo del hombre moderno. Tomada de Gil A. Tratado de Nutrición. Editorial Médica Panamerica-
na, Madrid 2010.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
160
Las dietas ricas en AGPI n-3 disminuyen lipopolisacárido que el EPA, ya que es
los mediadores de inflamación en nume- capaz de disminuir el TNF-α, IL-1β e IL-6
rosas circunstancias experimentales y clí- antes y con menores dosis que el EPA, lo
nicas. Se ha descrito una relación inversa cual puede estar mediado por una mayor
y exponencial entre el contenido de EPA activación del factor nuclear NF-κB por
en las membranas de las células mononu- parte del DHA.
cleares y su capacidad para la formación Al igual que ocurre con las dietas ricas en
de algunas citoquinas proinflamatorias: n-3, y al contrario de lo que ocurre cuan-
IL-1β y TNF-α; la síntesis de estas citoqui- do las dietas son ricas en LA, la produc-
nas alcanza un mínimo cuando la canti- ción de PGE2 y de LTB4 por macrófagos y
dad de EPA en las membranas supone un leucocitos polimorfonucleares en mode-
1% del total de los ácidos grasos. Se des- los de experimentación animal y en suje-
conocen los mecanismos moleculares res- tos humanos, disminuye cuando son ali-
ponsables de estas acciones, pero pare- mentados con dietas ricas en ácido
ce ser que la inhibición de la síntesis de oleico. Los principales estudios que han
TNF-α inducida por el EPA se realiza a tra- evaluado el efecto de los ácidos grasos
vés de la modulación del factor nuclear sobre la enfermedad inflamatoria
NF-κB). Recientemente se ha comproba- intestinal (EII) concluyen que tanto los
do que la intervención nutricional con AGMI, particularmente el ácido oleico,
aceite de pescado modula la respuesta como los AGPI n-3 de cadena larga tie-
inflamatoria alveolar mediante la dismi- nen propiedades antiinflamatorias debi-
nución de PGE2, TNF-α e IL-8 en compa- do a la modulación de la síntesis de
ración con los efectos que produce la gra- mediadores químicos de la inflamación,
sa animal y el aceite de girasol. especialmente eicosanoides y citoquinas
Sin embargo, los resultados acerca del proinflamatorias, y que su administración
efecto de los ácidos grasos de la serie 3 por vía oral resulta útil para el control clí-
sobre el sistema inmunitario han sido con- nico de toda una serie de enfermedades
tradictorios, debido a la dificultad a la inflamatorias de naturaleza autoinmune,
hora de diseñar estudios adecuados. El la artritis reumatoide y la EII.
efecto puede variar dependiendo de las Los primeros estudios epidemiológicos
dosis utilizadas, de la duración de la suple- que evidenciaron la importancia de la
mentación, además del tipo de ácido gra- ingesta dietética en los ácidos grasos n-3
so que se utilice. La suplementación con observaron una menor incidencia de EII
4,9 g/día de DHA durante 4 semanas, pre- en los esquimales. Posteriormente, diver-
viene la activación de algunos parámetros sos estudios han apoyado el uso de estos
de linfocitos T en humanos sanos, mien- ácidos grasos como coadyuvantes tera-
tras que este efecto no se observa cuando péuticos en el tratamiento de varias
los individuos fueron suplementados con enfermedades inflamatorias, incluida la
EPA. Por otro lado, un estudio reciente ha EII. El efecto parece estar mediado por
demostrado que el DHA es más efectivo una menor producción de LTB4, que se
en controlar el efecto proinflamatorio encuentra elevado en la mucosa intesti-
inducido en macrófagos activados con nal inflamada, y por la inhibición de la
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
162
adecuada cantidad y proporción de AGE El AMDR para los AGPI n-6 se sitúa en 2,5-
omega-6 y omega-3, una adecuada can- 9% E, el EAR en 2,5% E y la AI en 2-3%.
tidad de ácidos grasos monoinsaturados, Para el caso de los AGPI n-3, el AMDR se
una baja cantidad de ácidos grasos satu- ha establecido en 0,5-2% E y el nivel míni-
rados, e idealmente ausencia de ácidos mo de ingesta para el LNA en 0,5% E. En
grasos con isomería trans. Basándose en el caso concreto de los AGPICL omega-3,
estas recomendaciones, se han elaborado particularmente del EPA y del DHA, y debi-
las guías actuales para la ingesta de gra- do a que su mejor fuente son los produc-
sa para la población en general. Estas tos del mar, la recomendación para los
metas se resumen en la tabla 3, que adultos es el consumo regular de peces
muestra las recomendaciones de ingesta (dos o tres raciones a la semana), especial-
para los adultos de ácidos grasos satura- mente de especies grasas (atún, salmón,
dos, monoinsaturados, AGPI totales, AGE sardina, anchoa, etc.). Cada ración en
y AGPICL omega-3. Estas recomendacio- promedio debería aportar 200-500 mg de
nes se establecen como rango aceptable EPA + DHA. Esto debería satisfacer el
de distribución de macronutrientes AMDR, que se ha establecido en un rango
(AMDR), ingesta adecuada (AI) —cuando de 0,250 a 2 g, este último valor para la
no se dispone del AMDR— y de requeri- prevención secundaria de enfermedad
miento medio estimado (EAR). Asimismo, cardiaca.
cuando es posible, se han establecido los
El periodo gestacional determina un
límites superiores e inferiores de ingesta
requerimiento importante de DHA por
como porcentaje de la energía total, basa-
parte del feto, especialmente durante el
do en una dieta de 2.000 kcal, y en algu-
último tercio del embarazo. Se sugiere
nos casos como los AGPICl omega-3
que la madre reciba como mínimo
expresados como g/día.
300 mg/día de DHA. Los vegetarianos
Los AMDR para la grasa saturada es de absolutos deben cuidar su ingesta de AGE
10% E y para AGPI totales de 6-11%. El omega-3 (LNA), ya que, como se comen-
AMDR de ácidos grasos monoinsaturados tó anteriormente, este ácido graso es sólo
se obtiene por diferencia del total de áci- aportado en pequeñas cantidades por
dos grasos saturados, AGPI totales y ácidos algunos vegetales. El aporte de LNA pue-
grasos trans, por lo cual se deduce que de ser compensado con el consumo de
para una ingesta de grasa equivalente al pequeñas cantidades de aceite de soja,
30% de la energía, los ácidos grasos canola (raps) o linaza.
monoinsaturados deben constituir el ma-
El Comité de Expertos conjunto de la
yor aporte (aproximadamente, 24% de la
OMS/FAO también ha dictado las reco-
energía). El bajo consumo de ácidos grasos
mendaciones de ingesta de ácidos grasos
trans sugerido (< 1% E) para la ingesta
para la edad pediátrica, si bien éstas no se
adecuada de materias grasas constituye
comentan aquí por considerar que están
una indicación para evitar el consumo de
fuera del alcance de este capítulo.
alimentos que contienen grasa hidrogena-
da, como también la reutilización de los En las nuevas recomendaciones de inges-
aceites utilizados en procesos de fritura. ta de grasa de la OMS/FAO es importante
Tabla 3. Ingestas recomendadas de grasa total y de ácidos grasos para los adultos de la FAO/OMS (2008).
AMDR: rango de distribución aceptable de ingesta de macronutriente; L-AMDR: nivel mínimo tolerable de ingesta; U-AMDR: nivel máximo tolerable de ingesta; % E: porcentaje de la
energía; ECV: enfermedad cardiovascular; EPA: ácido eicosapentaenoico; DHA: ácido docosahexaenoico; LA: ácido linoleico; SD: desviación estándar; SM: síndrome metabólico.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
170
señalar que si bien se han tenido en cuen- también beneficioso en este tipo de enfer-
ta los estudios de experimentación ani- medades, principalmente en la ateroscle-
mal, así como los transversales, los estu- rosis, no sólo por su efecto directo sobre
dios ecológicos y los estudios prospectivos parámetros inflamatorios, sino también
de cohortes en humanos, especialmente por su efecto sobre los procesos oxidati-
en lo que se refiere a posibles hipótesis de vos que contribuyen al desarrollo de esta
los efectos de la grasa sobre las enferme- enfermedad. Al contrario, los AGPI de la
dades crónicas, únicamente se han tenido serie 6, aunque necesarios, pueden resul-
en cuenta para establecer las recomenda- tar perjudiciales en determinadas situacio-
ciones los estudios aleatorizados y contro- nes patológicas, especialmente las que
lados, debido a que las variables confuso- tienen una base inflamatoria.
ras están minimizadas. Cuando no se El Comité de Expertos conjunto de la
disponía de variables directamente rela- OMS/FAO para el estudio de la grasa y de
cionadas con el riesgo de la enfermedad, los ácidos grasos ha recomendado que la
se han considerado variables secundarias ingesta diaria de EPA y DHA debe ser de
de tipo fisiológico. 0,250 a 2 g/día. Estas cifras sólo se alcan-
zan en sujetos que comen pescado y otros
alimentos marinos de forma habitual. El
Conclusiones
consumo de 30-60 g/día de pescado azul
La calidad de la dieta, mucho más que la permite cubrir los requerimientos. Sin
cantidad, desempeña un papel funda- embargo, muchos sectores de la pobla-
mental en la etiología de las enfermeda- ción no comen suficiente pescado, por lo
des crónicas más prevalentes, en particu- que cubrir la ingesta recomendada se
lar de las ECV. Cantidades elevadas de hace a menudo muy difícil. Lo importante
ácidos grasos saturados (> 10% E) y de es buscar el equilibrio de los componentes
ácidos grasos trans (> 1% E) en la dieta se grasos ingeridos sin renunciar a ningún
asocian con una mayor incidencia de ECV tipo de alimento, para asegurar niveles
y de otras enfermedades de base inflama- adecuados de todos los nutrientes nece-
toria, mientras que el consumo de can- sarios.
tidades moderadas de AGPI (6-11% E) y
de cantidades relativamente altas de AGPI
n-3 (0,25-2 g/día) tienen una influencia Bibliografía recomendada
muy positiva en la prevención de las ECV
y de otras patologías de base inflamatoria. Aguilera CM, Mesa MD, Ramírez-Tortosa
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La grasa dietética en la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas
175
Toll-like receptor (TLR) 2 y TLR4, que, a tra- versia, la International Diabetes Federa-
vés de la activación de la cascada de qui- tion (IDF) ha propuesto una nueva defini-
nasas (MAPK) y factores de transcripción ción, que se puede aplicar a todas las
como el NF-κB, induce la producción de poblaciones del mundo y que anima al
citoquinas, quimoquinas y moléculas de desarrollo de un criterio definitivo para
adhesión que agravan la formación de la considerar la presencia o no de SM y que
placa de ateroma, además del desarrollo ayudará a resolver dudas hasta ahora
de resistencia a la insulina en hígado y arrastradas por numerosas entidades
músculo. (Zimmet et al., 2005).
La RI parece ser la alteración más común
Introducción presente en sujetos con obesidad, intole-
rancia a la glucosa o diabetes tipo 2,
El sobrepeso y la obesidad representan hipertensión y/o dislipidemia (Goldstein,
uno de los problemas de salud pública 2002). Se mantiene que la RI es el factor
más importantes en los próximos años. inicial que dispara la cascada metabólica,
Actualmente, el exceso de peso supone la también influenciada por factores genéti-
sexta causa de muerte en el mundo cos y ambientales (Gil et al., 2007). La
(FAO/WHO 2002; Haslam & James, 2005). combinación de RI e hiperinsulinemia
La obesidad se asocia a una inflamación incrementa el desarrollo de un abanico de
de bajo grado en el tejido adiposo blanco anormalidades relacionadas, que se
que provoca una activación del sistema podría diagnosticar como síndrome RI
inmune, lo que permite el desarrollo de (Reaven, 2005; Goldstein, 2002). Entre los
resistencia a la insulina (RI), intolerancia a hechos comunes de la obesidad central y
la glucosa e incluso diabetes (Bastard et el SM se incluyen: un incremento de las
al., 2006; Gil et al., 2007; Hotamisligil, VLDL y de los triglicéridos (TG) (Brunzell &
2006). Hokanson, 1998), la presencia de LDL
La obesidad se asocia con el síndrome pequeñas y densas, un incremento de
metabólico (SM) (Reaven, 1995, 2005), apolipoproteína B (apoB), un descenso de
caracterizado por hiperinsulinemia y resis- apo A-I y una homeostasis alterada debi-
tencia periférica a la acción de la insulina, do a un aumento de fibrinógeno y del
intolerancia a la glucosa o diabetes tipo 2, inhibidor del activador del plasminógeno
hipertrigliceridemia, HDL-c baja y otras (PAI-1) (Aguilera et al., 2008; Reaven,
alteraciones relacionadas con el riesgo de 2005). Igualmente, el contenido de HDL
padecer enfermedad cardiovascular, colesterol desciende, mientras que el de
como la hipertensión arterial (Alberti et VLDL y LDL se eleva (Aguilera et al., 2008).
al., 1999; Reaven, 2005). El uso de nume- El tejido adiposo clásicamente considera-
rosas definiciones del SM ha llevado a do como el principal órgano de reserva
obtener un amplio rango de prevalencias grasa, actualmente se le ha atribuido otras
de SM según la definición usada y, por propiedades como órgano endocrino y
tanto, conlleva a inconsistencias, confu- participante de la respuesta inmune. Por
siones y a un debate de cómo se debe lo que los adipocitos ya no sólo desempe-
definir el SM. En respuesta a esta contro- ñan un papel crucial en la regulación de la
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
179
plo, eicosanoides) derivadas de lípidos de una dieta rica en ácidos grasos saturados
membrana. Por otro lado, determinados (AGS) (5 g/100 g de dieta) produjo un
ácidos grasos y derivados modulan la acti- aumento en la expresión de ARNm de la
vidad y/o abundancia de una serie de fac- resistina y una reducción en la expresión
tores de transcripción que, en conjunto, de la adiponectina y del GLUT-4, mientras
controlan genes críticos para la oxidación que la ingesta de una dieta rica en ácidos
de ácidos grasos, la lipogénesis y la termo- grasos trans AGt (1,5 g/100 g de dieta)
génesis y la inflamación. En esta revisión produjo una sobreexpresión de la resistina
se tratarán los mecanismos de acción de y una expresión reducida del receptor acti-
la grasa de la dieta a través de este segun- vador del proliferador de peroxisoma-
do aspecto, es decir, la modulación de la gamma (PPAR), lo que corrobora el efecto
expresión génica, detallando y clasifican- de estos ácidos grasos en el desarrollo de
do los factores de transcripción y recepto- la RI (Saravanan et al., 2005).
res celulares que se ven afectados de Además, en estudios epidemiológicos se
manera directa o indirecta por determina- ha obtenido una correlación positiva entre
dos ácidos grasos de la dieta. la ingesta de AGS y las concentraciones
circulantes de PCR (Baer et al., 2004; Arya
Efectos de los ácidos grasos et al., 2006). La mayor ingesta de AGt
sobre la obesidad y el también se relacionó con mayores con-
síndrome metabólico centraciones de biomarcadores inflamato-
rios, como TNF, IL-6 y PCR (Mozaffarian et
Los efectos de la grasa dietética sobre el al., 2004), y marcadores de la función
peso corporal, el perímetro de cintura, la endotelial, como VCAM-1 e ICAM-1, en
composición de grasa corporal, así como individuos con sobrepeso (López-García y
otros marcadores del metabolismo lipídi- Hu, 2004). De este modo, los AGS y AGt
co, se han estudiado de manera más clá- podrían estar involucrados en el desarro-
sica, y se revisan en detalle en Melanson llo del proceso proinflamatorio que acom-
et al. (2009). En este apartado se desta- paña al SM.
carán los efectos de los distintos tipos de En pacientes con hipercolesterolemia, una
ácidos grasos sobre biomarcadores de dieta baja en AGS [el 30% del valor caló-
daño endotelial, adipoquinas, RI e infla- rico total (VCT) en lípidos, de los que el
mación. 5% fueran AGS] durante 8 semanas pro-
dujo en estos sujetos una reducción signi-
Ácidos grasos saturados y ácidos ficativa de las concentraciones de PCR res-
grasos trans pecto a los valores basales (Pirro et al.,
La grasa saturada dietética puede modu- 2004). En pacientes con sobrepeso e
lar la expresión génica de biomarcadores hipercolesterolemia moderada, la ingesta
relacionados con el desarrollo de SM y RI, de una margarina hidrogenada de soja
como son las adipoquinas, moléculas de que representaba el 30% del VCT [el
inflamación, como es la proteína C reacti- 8,5% en AGS; el 6,7% en AGt; el 8,5%
va (PCR), interleuquinas y moléculas de en ácidos grasos monoinsaturados (AGM)
adhesión vascular. En ratas, la ingesta de y el 6,3% del VCT en ácidos grasos poliin-
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
181
ALA, un precursor de esos dos, tiene TNF, IL-1 (Ferruchi et al., 2006), PCR,
como fuentes los aceites de canola, soja VCAM-1, ICAM-1 y selectina- E (López-
y linaza, y las nueces. En un metaanálisis García et al., 2004). La suplementación
de 14 estudios clínicos aleatorizados, 25 con EPA a 1 g/kg de peso en ratas obesas
estudios prospectivos de cohorte y 7 de por dieta de cafetería llevó a una menor
casos y controles, la ingesta de omega-3 ganancia de peso y menor expresión de
procedente de pescados y aceite de pes- TNF, al mismo tiempo que la expresión de
cado se asoció inversamente a la mortali- adiponectina se presentó aumentada
dad súbita o por ECV (Wang et al., 2006). (Pérez-Matute et al., 2007). Las concen-
Mientras que los AGPI n-6 ejercen una traciones de PCR e IL-6 se redujeron el 38
acción proinflamatoria, especialmente el y el 10,5%, respectivamente, tras la inges-
ácido araquidónico (AA) y el LA se pueden ta diaria de 15 ml de aceite de linaza (rico
considerar como ácidos grasos aterogéni- en ALA) durante 3 meses en pacientes
cos, ya que activan la expresión génica de dislipidémicos; sin embargo, las concen-
las citoquinas mediadoras de la respues- traciones de estos marcadores no se
ta inmune en la pared vascular al incre- modificaron tras ingesta de 15 ml de acei-
mentar el estrés oxidativo. te de girasol (rico en LA) (Rallidis et al.,
Los ácidos grasos EPA y DHA reducen la 2003). Otro estudio con pacientes hiper-
producción de prostaglandinas y leuco- colesterolémicos también encontró un
trienos proinflamatorios originados en el mayor efecto antiinflamatorio tras el con-
metabolismo del AA, lo que indica su rele- sumo de una dieta rica en ALA (ALA, 6,5;
vancia en el estado inflamatorio. Además LA, 10,5% del VCT), comparada con la
pueden influir en otros aspectos de la de otra rica en LA (ALA, 3,6%; LA,
patogenia de las ECV, como el perfil lipídi- 12,5% del VCT), evidenciada por la
co sérico, la oxidación de estos lípidos, la reducción significativa de PCR, VCAM-1
agregación plaquetaria y la arritmia. Sin y selectina-E (Zhao et al., 2004). Además,
embargo, los mecanismos biológicos seguir durante 8 semanas dietas hipoca-
antiinflamatorios y antiaterogénicos no lóricas para la pérdida de peso, variando
están claramente establecidos, de modo el tipo de pescado o aceite (aceite de
que la hipótesis de que los omega-3 son girasol frente a bacalao, frente a salmón,
moduladores de otros biomarcadores frente a aceite de pescado) y con misma
inflamatorios y de la disfunción endotelial distribución energética de hidratos de car-
asociados a la obesidad y al SM continúa bono, proteínas y lípidos (el 50, el 20 y el
siendo investigada. 30% del VCT, respectivamente), produjo
Así, en una población sana, la menor una mayor y significativa pérdida de peso
ingesta de ALA se asoció a mayores con- y circunferencia de la cintura en los indivi-
centraciones de PCR, mientras la menor duos que consumieron pescado blanco o
ingesta de EPA está asociada a mayores salmón (tres raciones de 150 g/semana) o
concentraciones de IL-6. Igualmente, en aceite de pescado (seis cápsulas/semana),
esta población, la ingesta total de ácidos respecto a la dieta control (seis cápsulas
grasos omega-3 estuvo inversamente placebo/semana) (Thorsdottir et al.,
asociada con las concentraciones de IL-6, 2007), lo que indica que su inclusión en
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
183
un plan dietético podría tener efecto (NF-κB), y receptores análogos a Toll (Toll-
beneficioso en el tratamiento de la obesi- like receptors, TLR).
dad y las complicaciones propias del SM. Los ácidos grasos libres unidos a la proteína
de unión a ácidos grasos (FABP), acilCoA o
Mecanismos de acción de la algunos metabolitos de los ácidos grasos,
grasa dietética. Modulación como los eicosanoides, pueden:
de la expresión génica • Inducir una cascada de sucesos que
llevan a una modificación covalente
La regulación de la expresión de los genes
de un factor de transcripción, por
está determinada por una serie de molé-
ejemplo, la fosforilación, alterando la
culas que en su conjunto modulan la acti-
capacidad de transactivación.
vación o la represión de un gen o de un
grupo de genes. Esta regulación requiere • Unirse directamente y activar un fac-
de diferentes receptores nucleares, que en tor de transcripción.
la forma de homodímeros o heterodíme- • Influir sobre la tasa de transcripción
ros interactúan con el DNA en lugares de un factor de transcripción y sobre
específicos denominados dominios de su síntesis.
interacción del DNA. La unión del recep-
• Modificar la estabilidad del mRNA
tor al DNA es determinada por la presen-
tanto de factores de transcripción
cia de ligandos específicos. El resultado
como de otros genes diana.
final de este complejo proceso produce la
activación o la represión de la expresión Los efectos de los ácidos grasos están
de un gen. Numerosas moléculas actúan mediados, bien directamente por su
como ligandos de receptores nucleares, unión específica a varios receptores nu-
siendo los ácidos grasos y sus derivados cleares (PPAR, LXR, HNF-4α) produciendo
uno de los ligandos de origen nutricional cambios en la activación trans de esos fac-
más importantes. tores de transcripción, bien indirectamen-
Se han identificado factores de transcrip- te por cambios en la abundancia de facto-
ción específicos en los mamíferos, que res reguladores de la transcripción
responden a los lípidos de la dieta. Éstos (SREBP-1c, ChREBP, etc.). Por otra parte,
incluyen al menos a siete grandes familias los factores de transcripción sensibles a
de factores: los llamados receptores acti- ácidos grasos se unen a una secuencia de
vadores de la proliferación peroxisomal reconocimiento o elemento de respuesta
(PPAR), PPAR-α, PPAR-β, PPAR-δ y PPAR-γ; a ácidos grasos en el promotor de una
tres variantes de las proteínas de unión al región de un gen diana, como monóme-
elemento de respuesta a los esteroles ros, como homodímeros o como hetero-
(SREBP), denominadas SREBP-1a, SREBP-1c dímeros, con otros factores de transcrip-
y SREBP-2; el factor nuclear 4 de los hepa- ción, por ejemplo, los receptores del
tocitos (HNF-4); los receptores X hepáticos retinol (RXR).
(LXR), LXR-α y LXR-β; las proteínas de La tabla 1 (tomada de Gil et al., 2010)
unión al elemento de respuesta a carbohi- muestra los ligandos y las funciones de los
dratos (ChREBP); el factor nuclear kappa B factores de transcripción principales acti-
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
184
PPAR-α • AGPI n-3. • Interacción directa con • Apo A-I, apo A-II, apo C-III
• AGPI n-6. lípidos. (transporte de lipoproteínas).
• Eicosanoides. • Heterodimerización con RXR. • FABP (transporte intracelular de
ácidos grasos).
• CPT-1 (entrada de los ácidos
grasos a la mitocondria).
• Acil-CoA oxidasa (β-oxidación
peroxisomal).
• Acil-CoA deshidrogenasa
(β-oxidación mitocondrial).
PPAR-γ • AGPI n-3. • Interacción directa con • FABP, FATP, CD36 (transporte de
• AGPI n-6. lípidos. ácidos grasos).
• Eicosanoides. • Heterodimerización con RXR. • LPL (hidrólisis de lipoproteínas).
• Acil-CoA sintasa (lipogénesis).
• UCP (termogénesis).
• TNF-α (citoquina proinflamatoria).
• Leptina (regulador de la saciedad).
PPAR-δ • AGPI n-3. • Interacción directa con • FABP (transporte de ácidos grasos.)
• AGPI n-6. lípidos. • Ciclooxigenasa (síntesis de
• Eicosanoides. • Heterodimerización con RXR. prostaglandinas y otros
eicosanoides).
SREBP-1a • LXR activados. • Procesamiento de SREBP • Genes implicados en la síntesis de
ligadas al retículo colesterol, ácidos grasos y
endoplásmico por aumento triglicéridos.
del colesterol intracelular.
• Activación o inhibición
transcripcional por
heterodimerización con RXR.
SREBP-1c • Agonistas: LXR • Procesamiento de SREBP • Genes necesarios para la síntesis
activados, ligadas al retículo de ácidos grasos hepática y para la
glucagón e endoplásmico por aumento síntesis de NADPH.
insulina, del colesterol intracelular. • ATP-citrato liasa o enzima málica
oxiesteroles • Activación o inhibición ACC, FAS, SCD-1, Δ6 y
(activadores). transcripcional por Δ5-desaturasas, y elongasa
• Antagonistas: heterodimerización con RXR. de ácidos grasos de cadena larga
AGPI. • Interacción con HNF-4α. y GPAT.
Tabla 1 (continuación).
vados por los lípidos. Asimismo, la figura 1 A nivel celular, la respuesta fisiológica a los
(tomada de Gil et al., 2010) muestra los ácidos grasos depende de la cantidad y la
principales efectos sobre la expresión estructura química de la grasa ingerida,
génica de los AGPI, indicando los factores del metabolismo de ácidos grasos especí-
de transcripción implicados. fico de tipos celulares concretos (vías oxi-
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
186
Acil-CoA
AGPI
Figura 1. Influencia de los ácidos grasos poliinsaturados sobre la expresión génica. AGPI: ácidos grasos poliin-
saturados; ChREBP: proteína de unión al elemento de respuesta a hidratos de carbono (ChRE); HNF-4α: factor
nuclear 4α de los hapatocitos; LXR: receptor hepático X; NF-κB: factor nuclear κ de los linfocitos B; PPAR: recep-
tor activado por proliferadores de los peroxisomas; SREBP-1C: proteína 1c de unión a elementos de respues-
ta regulados por esteroles. (Figura tomada del cap. 31. Gil et al., Tratado de Nutrición. 2010).
sión celular, y regulan los procesos que secuencias (Keller et al., 1993). Se ha des-
conducen a la apoptosis, todos estos son crito que los AGPI n-3 y n-6, así como los
mecanismos implicados en el desarrollo eicosanoides derivados de estos ácidos
de la obesidad, la RI y el SM. A continua- grasos (y, probablemente, los docosanoi-
ción se considera la regulación de la des derivados del DHA), pueden unirse
expresión génica mediada por lípidos, específicamente a PPAR, actuando así
agrupada en función de los tipos de como reguladores de la expresión de
receptores afectados. genes (Kliewer et al., 1997; Krey et al.,
1997).
Receptores activadores de la El LA, el DHA, el AA y el LTB4 son activa-
proliferación (PPAR) dores del PPAR-α. El PPAR-β es activado
Los PPAR constituyen una superfamilia de sólo por el LA y el DHA, en tanto que el
receptores nucleares que regulan los efec- PPAR-γ sólo es activado por el DHA. Des-
tos —a nivel del control de la expresión taca el hecho de que el EPA no actúe
génica— de las hormonas esteroideas, los como ligando de PPAR, lo cual es otra evi-
glucocorticoides, la tiroxina, el ácido reti- dencia de su función sólo como interme-
noico y la vitamina D. Se conocen tres iso- diario en la síntesis del DHA. El efecto de
formas de los PPAR, denominadas alfa (α), estos ácidos grasos como ligandos de
beta (β) y gamma (γ), y que son codifica- PPAR está vinculado con numerosas fun-
das por genes individuales con alto grado ciones bioquímicas relacionadas con la
de similitud estructural (Wilson et al., obesidad y el SM (Fievet et al., 2006). La
2000). activación del PPAR-α estimula la oxida-
El PPAR-α se expresa principalmente en el ción de ácidos grasos en tejidos que se
hígado, el tracto digestivo, la glándula caracterizan por su alta utilización de áci-
suprarrenal y el riñón. El PPAR-β se expre- dos grasos como sustratos energéticos
sa prácticamente en todos los tejidos, (hígado, corazón, riñones, tejido adiposo
aunque sus niveles son comparativamen- pardo). Mientras que el PPAR-γ regula el
te mayores en el músculo cardiaco y en el proceso de adipogénesis, activando la
tejido nervioso (en particular, en el cerebe- diferenciación de las células precursoras
lo). El PPAR-γ se expresa, sobre todo, en el de los adipocitos (preadipocitos) y favore-
tejido adiposo pardo y blanco, y en nive- ciendo la acumulación de triglicéridos en
les más bajos en el bazo, el intestino y los los adipocitos maduros (Wang et al.,
ganglios linfáticos (Wilson et al., 2000). 2003; Fievet et al., 2006).
Los ligandos, al unirse a los PPAR, los Se ha propuesto que sólo los efectos esti-
transforman en activadores transcripcio- mulantes de la transcripción de genes pro-
nales, los cuales, al asociarse al receptor ducida por los ácidos grasos son media-
del ácido 9-cis-retinoico (RXR) (otro activa- dos a través de los PPAR. Los efectos
dor transcripcional), forman un heterodí- inhibidores de la transcripción ejercidos
mero que se une a secuencias específicas por los ácidos grasos serían PPAR-inde-
del DNA, presentes en los genes bajo con- pendientes. Esto significa que podrían
trol, y que estimulan la transcripción del existir factores específicos de regulación,
gen o los genes controlados por estas para producir la inhibición de la transcrip-
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188
ción por los ácidos grasos, diferentes de cual, a su vez, redunda en un mayor ries-
los PPAR. Incluso, se postula que el ligan- go de enfermedades como la obesidad, la
do o los ligandos de los PPAR no serían los diabetes tipo 2 y las dislipidemias.
ácidos grasos como tales, sino algunos Además, la activación de PPAR-γ se ha
metabolitos de éstos, como los eicosanoi- relacionado con una acción antiinflamato-
des (y docosanoides). El efecto inhibidor ria debido a la inhibición de genes como
de la diferenciación de los preadipocitos a el TNF-γ, IL-1γ, IL-6, IL-8, ciclooxigenasa 2,
adipocitos que producen los AGPI n-3 es VCAM-1, iNOS y metaloproteasas. Se han
regulado por prostaglandinas que no uti-
propuesto dos mecanismos antiinflamato-
lizan los PPAR como factores de regula-
rios de los PPAR: por un lado, los PPAR
ción de la expresión génica.
pueden estimular la eliminación de eico-
El tipo de ácidos grasos de la dieta guarda sanoides inflamatorios a través de la
estrecha relación con la actividad de los inducción de la β-oxidación peroxisomal,
PPAR como reguladores transcripcionales. y, por otro lado, inactivando otros factores
Es así que dietas ricas en AGS y en AGt y de transcripción, como NF-κB, obstaculi-
que aportan bajas cantidades de AGPI n-6 zando la unión a sus respectivas dianas.
y n-3 producen diferentes efectos a nivel
Las principales vías de intervención del
de los distintos PPAR. La falta de estimula-
PPAR-γ en la reacción inmune inflamato-
ción del PPAR-α por ligandos derivados de
ria es mediante la regulación del NF-κB y
ácidos grasos produce una disminución de
la línea estrés-quinasa. En el primer caso,
la β-oxidación mitocondrial, así como de
mediante la unión de las subunidades p65
la β-oxidación peroxisomal. Al inhibirse la
y p50 al complejo, impidiendo la degrada-
β-oxidación mitocondrial, aumenta la dis-
ción de IkB o bloqueando coactivadores
ponibilidad de ácidos grasos para depósi-
de p65. En el caso de la regulación de la
to. La inhibición de la β-oxidación peroxi-
cascada de quinasas (MAPk) se produce
somal impide la formación de AGPI, en
por una reducción del terminal quinasa
particular de DHA. Además, la falta de
c-jun-NH2, activación del p38, interaccio-
estímulo sobre el PPAR-γ disminuye el
nando por ello con el FT c-jun o por inhi-
efecto inhibidor de este factor transcrip-
bición de c-fos. Todo ello conlleva una
cional sobre la adipogénesis, con lo cual
reducción de la proliferación y migración
se produce el efecto contrario, un aumen-
celular. Finalmente, puede unirse al factor
to de la adipogénesis. Como consecuen-
nuclear de linfocitos T activados (NFAT),
cia del desequilibrio en el aporte de AGE,
bloqueando la secreción de IL-2 (Cabrero
se modifica la composición de ácidos gra-
sos de los fosfolípidos de las membranas et al., 2002; Szanto y Nagy, 2002).
celulares, ya que la menor disponibilidad Como resultado de sus diferentes vías de
de AA, EPA o DHA producirá cambios en actuación, la activación del PPAR-γ produ-
la respuesta de receptores y enzimas cuya ce una inhibición de la secreción de cito-
actividad está asociada a las membranas. quinas inflamatorias IL-1, 6, 8, TNF-α e
Estas modificaciones a nivel molecular tie- IFN-γ, inhibición de los mediadores de
nen su expresión en estados metabólicos inflamación iNOS, gelatinasa B, etc., y una
alterados, como es el aumento de la RI, lo disminución de la proliferación y migra-
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
189
ser procesadas para poder actuar como gi, cesando la transcripción de los genes
factores de transcripción. En el procesa- diana (figura 2). El mecanismo biofísico
miento de SREBP intervienen al menos mediante el cual SCAP detecta los niveles
tres proteínas; una de ellas es la proteína de esteroles en el retículo endoplásmico
activadora del corte de SREBP (SREBP- todavía se desconoce (Sato, 2010).
cleavage activating protein, SCAP) y las La SREBP-1c es un factor de transcripción
otras dos son las proteasas denominadas que desempeña un papel importante en
S1P (proteasa del sitio 1) y S2P (proteasa el control de la síntesis de los ácidos gra-
del sitio 2). Una vez que la SREBP ha sido sos, formación de VLDL y en la gluconeo-
sintetizada, es introducida en las mem- génesis. Como el hígado desempeña un
branas del retículo endoplásmico, donde papel importante en el metabolismo lipí-
se une con la proteína SCAP. La proteína dico de todo el organismo, tal regulación
SCAP actúa como escolta de SREBP y afecta a toda la composición lipídica cor-
como sensor de esteroles. Cuando en las poral y puede contribuir al inicio y a la pro-
células comienza a descender el coleste- gresión de varias enfermedades crónicas,
rol, la proteína SCAP escolta a SREBP des- como aterosclerosis, diabetes y obesidad.
de el retículo endoplásmico hasta el apa-
La regulación de SREBP-1c tiene lugar a
rato de Golgi, donde residen las dos
dos niveles, transcripcional y postraduc-
proteasas. En el aparato de Golgi, la pro-
cional. La regulación postraduccional dis-
teína S1P ancla a SREBP a la membrana,
curre a través de la supresión del pro-
SREBP se separa de SCAP y, por la acción
cesamiento de SREBP-1c mediada por
de dos procesos proteolíticos sucesivos,
esteroles, anteriormente comentada, lo
SREBP se divide en dos y se produce la
que da lugar a la supresión del movimien-
activación transcripcional del dominio
to del complejo SCAP/SREBP desde el re-
aminoterminal, denominado nSREBP
tículo endoplásmico hasta el Golgi, evi-
(SREBP nuclear), que se libera y se traslo-
tando la generación de nSREBP. La
ca al núcleo, donde activa la transcripción
regulación transcripcional de SREBP-1c es
de los genes diana uniéndose al elemen-
más compleja. Hay tres factores que regu-
to de respuesta a esteroles (SRE) que se
lan selectivamente a SREBP-1c: los LXR
encuentra en las regiones promotoras o
activados del hígado (ver más adelante), el
potenciadoras de varios genes o de sus
glucagón y la insulina, los cuales, al igual
secuencias relacionadas, incluyendo las
que los oxiesteroles (agonistas de LXR),
secuencias SRE-like y las cajas-E (revisado
inducen la transcripción del gen SREBP-1
en Sato, 2010) (figura 2).
elevando SREBP-1c e induciendo la lipo-
El colesterol y los oxiesteroles regulan esta génesis. De hecho, en el promotor del gen
vía de activación de SREBP mediante una SREBP-1 se encuentran dos elementos de
inhibición feedback. Cuando aumenta el respuesta a LXR (LXRE) que pueden ser
contenido en colesterol de las células, activados por sobreexpresión de LXR-α o
SCAP percibe el exceso de colesterol a tra- LXR-β y/o la adición de un agonista de
vés de sus dominios sensores, cambia su LXR. La activación de los LXR se confirma
conformación y el complejo SCAP/SREBP si se observa el aumento de SREBP-1c y de
no puede incorporarse al aparato de Gol- los niveles de mRNA del ABC-A1 (ATP-bin-
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
191
Figura 2. Regulación de esteroles por acción del SREBP (proteína de unión a elementos regulatorios de estero-
les). SCAP: proteína activadora del corte de SREBP (SREBP-cleavage activating protein).
ding cassette transporter Al: transporta- LXR proporciona un mecanismo a las célu-
dores de colesterol tipo “cassettes” de las para inducir la síntesis de oleato cuan-
unión a ATP), ambos conocidos como do los esteroles están presentes en exce-
genes diana de LXR. so. El oleato es el ácido graso preferido
LXR-α y LXR-β forman heterodímeros con para la síntesis de ésteres de colesterol, y
el RXR y son activados por una gran varie- es necesario tanto para el transporte
dad de esteroles, incluyendo oxiesteroles como para la acumulación de colesterol.
intermediarios que se forman durante la El SREBP-1c contribuye también a la sínte-
biosíntesis de colesterol. Parece que LXR sis y a la regulación del metabolismo de la
aumenta la síntesis de ácidos grasos indu- glucosa. Cuando se expresa en hepatoci-
ciendo a SREBP-1c. La activación de la tos, nSREBP-1c induce la expresión de glu-
transcripción de SREBP-1c mediada por coquinasa, una enzima clave en la utiliza-
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192
ción de la glucosa. Esto, además, suprime miembro de una familia de factores nu-
la actividad de la fosfoenolpiruvato carbo- cleares hepáticos que incluye seis isofor-
xiquinasa, una enzima clave en la gluco- mas diferentes. El HNF-4α es un receptor
neogénesis. nuclear “huérfano”, pues no se han iden-
Se han propuesto diferentes mecanismos tificado ligandos endógenos. Se une a
por los cuales los AGPI regulan la lipogé- motivos de repetición directa con un
nucleótido separador (DR-1) como homo-
nesis a través de SREBP-1. El primero
dímero y es esencial para el mantenimien-
sugiere que los AGPI reducen la forma
to de la expresión de genes hepáticos y la
nuclear activa de SREBP-1 al disminuir la
homeostasis lipídica. Este factor se expre-
proteólisis (Takeuchi et al., 2010). Segun-
sa principalmente en hígado, riñón, intes-
do, los AGPI disminuyen la estabilidad del
tino y páncreas, uniéndose a aproximada-
mensajero de SREBP-1 (Yahagi et al.,
mente el 12% de los genes expresados en
1999), y tercero, suprimen la expresión
el hígado e islotes pancreáticos, lo que
del RNAm de SREBP-1 (Kim et al., 1999).
sugiere que su papel fisiológico principal
Por lo que dietas con alto contenido en
es la expresión de genes específicos de
AGPI favorecerán la disminución de
tejido, más que la regulación de vías
SREBP-1 y como consecuencia disminui-
metabólicas.
rán la lipogénesis.
El HNF-4α, en cultivos celulares, regula
Receptor hepático X (LXR) genes hepáticos como el de las apolipo-
proteínas (apo A-II, apo A-IV, apo C-II y apo
El receptor hepático X (LXR, liver X recep-
C-III), enzimas que participan en el meta-
tor, un miembro de la superfamilia de
bolismo de los hidratos de carbono [L-PK,
receptores nucleares) es un potente acti-
glucosa-6-fosfatasa, fosfoenolpiruvato
vador de la expresión de SREBP-1 y, por
carboxiquinasa (PEPCK)], del hierro (trans-
tanto, de diversos genes lipogénicos tan-
ferrina) y enzimas responsables de la sínte-
to en hígado como en tejido adiposo. Se
sis de ácidos biliares (CYP7A). Los hetero-
ha comprobado que los AGPI, además del
dímeros de PPAR con RXR compiten con el
efecto inhibitorio sobre la acción del
factor HNF-4α por unirse a elementos DR-
SREBP-1, pueden antagonizar de forma
1 en los promotores de la apo C-III y de la
directa al LXR, que es un factor de trans-
transferrina. Al contrario de lo que ocurre
cripción necesario para la transcripción
con los ácidos grasos libres, el palmitoil-
eficiente del gen SREBP-1, al competir con
CoA se une al HNF-4α, mientras que no se
su ligando endógeno activador (los oxies-
une a PPAR ni a XRX. El palmitoil-CoA esti-
teroles, intermediarios en la biosíntesis de
mula la unión del HNF-4α al elemento DR-
colesterol) por un mismo sitio de unión
1 del gen de la apo C-III y el estearoil-CoA
(Ou et al., 2001; Howell et al., 2009). inhibe dicha unión, lo que coincide con los
conocidos efectos dietéticos de los ácidos
Factor hepático nuclear 4α
palmítico y esteárico sobre los perfiles de
(HNF-4α) las apoproteínas plasmáticas. Por otra par-
El factor nuclear 4α de los hepatocitos te, los AGPI, como α-linolénico, EPA y
(HNF-4α) es un factor de transcripción DHA, inhiben al HNF-4α.
Mecanismos de acción de la grasa dietética en la obesidad, el síndrome de resistencia insulínica…
193
Figura 3. Modulación del metabolismo de los ácidos grasos y la sensibilidad a la insulina mediada por los áci-
dos grasos poliinsaturados de la serie 3 (AGPI n-3) a través de la activación de la AMPK y la producción de adi-
ponectina. ACC: acetil CoA carboxilasa; AMPK: AMP-kinasa; CPT1: carnitina palmitoil transferasa-1; GLUT-4:
transportador de la glucosa; IRS-1: sustrato del receptor de la insulina; p38MAPK: proteína kinasa activada por
mitógeno p38; PPAR: receptor activado de proliferación de los peroxisomas; TG: triacilglicéridos.
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INNOVACIÓN TERAPÉUTICA
Y FACTORES DE PROTECCIÓN
FRENTE A LA ENFERMEDAD
DE ALZHEIMER
10 DE NOVIEMBRE DE 2010
Innovación terapéutica en la enfermedad
de Alzheimer
Jesús Benavides Yanguas. Doctor en Farmacia. Consultante en Neurofarmacología.
Profesor invitado de la Escuela Doctoral de la Universidad de París XI.
Inquietud Postración
Tiempo
Figura 1. Progresión de la enfermedad de Alzheimer. Cada etapa de la enfermedad está caracterizada por la
aparición de síntomas adicionales que conducen a una falta completa de autonomía. La duración media es de
6-8 años, aunque este parámetro es muy variable. El deterioro cognitivo leve (mild cognitive impairment) es
considerado como una fase precursora de la enfermedad.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
204
Prevalencia (x 1.000)
Alzheimer 7.550
Parkinson 1.180
ALZ Esclerosis múltiple
Traumatismos médula espinal**
920
300
Traumatismos cerebrales** 600
Esclerosis lateral amiotrófica 100
Neuropatía diabética 7.200
Neuropatía quimio-inducida 700
Demencia vascular 1.000
Demencia frontotemporal 290
Accidentes cerebrovasculares 2.000
Epilepsia 6.000
**Discapacidad postraumática.
* UE + EE. UU. + JP
Figura 2. Prevalencia de las enfermedades neurológicas más frecuentes en los países desarrollados. Como se
puede constatar, la enfermedad de Alzheimer tiene una prevalencia muy elevada. Esta frecuencia sería casi del
doble si se tienen en cuenta las formas precursoras (mild cognitive impairment).
Innovación terapéutica en la enfermedad de Alzheimer
205
Aβ
Vías de
señalización
Disminución Disminución de la
Sinapsis producción de
de la fosforilación Neurona
de TAU Placa amiloide β-amiloide
Sinapsis
alterada
Figura 4. Esquema recapitulativo de los diferentes tipos de blancos moleculares posibles para prevenir la acu-
mulación de β-amiloide o tau hiperfosforilado. Todos estos blancos han sido objeto de programas de descu-
brimiento de medicamentos. Un cierto número de estos programas se han evaluado en pacientes.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
208
Mejoría
Cambio medio en ADAS-cog
-2
-1
0
Agravamiento
1
2 Placebo
3 10 mg
10 mg
4
5
0 6 12 18 24 30
Semanas Fase placebo
N = 473 Full Prescribing Information.
-3
Mejoría
Cambio medio en ADAS-cog
-2
Sint.
-1
0
Agravamiento
1
2 Placebo
3 10 mg
10 mg
4
5
0 6 12 18 24 30
Semanas Fase placebo
N = 473 Full Prescribing Information.
Figura 5. A: Tratamientos existentes de la enfermedad de Alzheimer con un ejemplo típico de los resultados
obtenidos en un ensayo clínico de un inhibidor de la acetilcolina esterasa. B: Efectos hipotéticos, comparados
con un tratamiento disponible, de un agente sintomático más potente, de un tratamiento disease modifier y
de la combinación de ambos.
Otro aspecto que también se considera por una etapa presintomática muy larga,
fundamental es la disponibilidad de un hasta de 20 años antes de que los sínto-
diagnóstico precoz fiable. En efecto, mas aparezcan, y cuando estos son evi-
como mencionamos anteriormente, la dentes es probable que un tratamiento
enfermedad de Alzheimer se caracteriza que modifique el curso de la enfermedad,
Innovación terapéutica en la enfermedad de Alzheimer
211
45 44
• 51 Disease modifiers
36 • 24 Agentes sintomáticos 34
Sintomático
27
24 Disease modifier
Total
18
12 12
10
9
7
5
2
0
Fase III Fase II Fase I
7 agentes en fase III 24 agentes en fase II 44 agentes en fase I
Figura 6. Un gran número de proyectos están actualmente en evaluación clínica como tratamientos de la enfer-
medad de Alzheimer. Se constata una mayor frecuencia de proyectos disease modifiers. El hecho de que la
mayor parte se encuentre en fases precoces se explica por el gran número de fracasos durante estas etapas.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
212
ducción de β-amiloide a través de la inhi- cula que, entre otras actividades, inhibe
bición de la γ-secretasa. Aunque la base moderadamente la GSK3β, enzima impli-
científica de este blanco está bien esta- cada en la fosforilación patológica de tau.
blecida, se sabe también que la γ-secre-
Por lo que concierne a los tratamientos
tasa está implicada en una gran serie de
sintomáticos, hay actualmente en evalua-
procesos biológicos cuya inhibición pue-
ción clínica una serie de compuestos que
de conducir al cáncer. Por tanto, uno de
actúan a nivel de diferentes sistemas de
los problemas más importantes de los
neurotransmisión (colinérgica, histaminér-
inhibidores de la γ-secretasa es el margen
gica, serotoninérgica). Dado que los
limitado o nulo entre los efectos terapéu-
modelos experimentales donde estos
ticos y los nocivos. Así, el desarrollo del
compuestos han sido caracterizados tie-
segamacestat de Ely Lilly ha tenido que
nen un valor predictivo limitado, es impo-
ser interrumpido debido a un aumento
sible saber si podrán aportar una ventaja
de la frecuencia de los cánceres de piel.
terapéutica clara con respecto a los inhibi-
Además, de forma sorprendente, este
dores de la acetilcolina esterasa o al
compuesto tuvo efectos negativos sobre
menos mostrar alguna eficacia adicional
la función cognitiva de los pacientes, lo
en asociación con esos inhibidores.
que está en contradicción con la hipó-
tesis que considera al β-amiloide cau- Un caso interesante es el dimebón, una
sante de la enfermedad de Alzheimer. molécula utilizada desde hace muchos
(http://www.alzforum.org/drg/drc/detail. años en Rusia como antihistamínico, que
asp?id=108; http://www.alzforum.org/ fue reposicionada sobre la base de un
new/detail.asp?id=2536#{9FCC12DC- ensayo clínico con un número limitado de
F063-49C3-A039-A6F12F5EB029}). pacientes en los que tuvo una actividad
Otro compuesto digno de mención es el procognitiva. Por desgracia, los estudios
AZD-103, un isómero del inositol que en multicéntricos fueron completamente
modelos experimentales inhibe la agrega- negativos, con el problema adicional de
ción de β-amiloide. La fase III acaba de ser que estos resultados son difíciles de inter-
iniciada sobre la base de un estudio de la pretar y no ayudan a nuestra comprensión
fase II que demostró un efecto significati- de la enfermedad de Alzheimer (http://
vo sobre los niveles de β-amiloide en el www.alzforum.org/drg/drc/detail.asp?id=
líquido cefalorraquídeo de pacientes tra- 111;http://www.news-medical.net/news/
tados (http://www.alzforum.org/new/ 20100303/Pfizer-Medivation-announce-
detail.asp?id=2530;Townsend, 2006). results-of-two-dimebon-Phase-3-trials-in-
AD-patients.aspx).
A pesar del entusiasmo que despertó la
proteína tau como blanco molecular, en la Muy recientemente se han ensayado
actualidad sólo está en desarrollo clínico un estrategias neuroquirúrgicas para implan-
compuesto que actúa sobre ella (http:// tar electrodos en zonas del cerebro impli-
www.noscira.com/prensa.cfm?mS=237& cadas en la función cognitiva (Laxton et
mSS=265&idArticulo=622), el tideglusib, al., 2010). Aunque esta tecnología tera-
(aunque sólo para tratar la parálisis supra- péutica ha dado resultados muy favora-
nuclear progresiva). Se trata de una molé- bles para tratar las alteraciones motoras
Innovación terapéutica en la enfermedad de Alzheimer
213
Diseño y Presentación
Investigación Desarrollo
descubrimiento Desarrollo clínico del medicamento
básica preclínico
de prototipo a las Agencias
Investigación traslacional
Modelización de la enfermedad
Finkelstein R G , Miller T, Baughman R . The Challenge of Translational Research-A Perspective from the NINDS.
Nature neuroscience supplement, Vol.5, 2002.
Figura 7. Iniciativas propuestas por la FDA con el fin de reducir el fracaso durante el desarrollo clínico. Estas
iniciativas han dado lugar a consorcios que reúnen las compañías farmacéuticas y las instituciones académi-
cas, tales como ADNI “Alzheimer’s disease Neuroimaging initiative” y “Critical Path”. Existen, además, un gran
número de proyectos dedicados a la identificación de biomarcadores.
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
214
• Innovación
• Nuevas hipótesis
• Nuevas estrategias farmacológicas
• Validación de parámetros
• Disminuir el riesgo
• Identificación de candidatos
• Predicción de doses
• Identificación de biomarcadores
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¿Existen factores protectores frente a la
enfermedad de Alzheimer?
Pablo Martínez Martín. Director Científico Unidad de Investigación del Proyecto
Alzheimer, Fundación CIEN – Fundación Reina Sofía, Centro Alzheimer Fundación
Reina Sofía y miembro del CIBERNED. Instituto de Salud Carlos III.
tos) ascendió a 422.000 millones de dólares, Ante la situación esbozada en esta sec-
lo que supone un incremento del 18% (pre- ción, la posibilidad de que existan medi-
cios fijos) en el lustro 2004-2009. Para Espa- das preventivas que actúen neutralizando
ña, la cifra se estimó en unos 14.000 millo- los factores de riesgo o potenciando los
nes de euros (Wimo et al., 2010). Teniendo factores protectores suponen un aspecto
en cuenta estas cifras, recordando que alre- muy importante de la lucha contra la EA.
dedor del 60% de todos los casos de La lógica establece que será siempre más
útil evitar un daño que repararlo, lema
demencia son EA y que las previsiones indi-
absolutamente pertinente si se considera
can que el número de personas afectas casi
que, en la EA, la patología puede estar
se doblará en el plazo de 40 años, podemos
activa desde décadas antes de iniciarse los
hacernos una idea de la amenaza de la “epi-
síntomas, permitiendo actuaciones que
demia” de EA para el estado de bienestar y retrasen o eviten el desarrollo de la
la economía de los estados (Wancata et al., demencia, y que en el cerebro la repara-
2003; Olesen y Leonardi, 2003; Andlin- ción de las lesiones y la restauración de las
Sobocki et al., 2005). funciones es muy difícil o imposible.
En la actualidad se dispone de una terapia
farmacológica específica contra la EA limi- Factores de riesgo
tada, tanto en mecanismos de acción como Existe una lista de factores de riesgo para
en resultados de eficacia. Los inhibidores de EA. Algunos, como la edad o la historia
la acetilcolinesterasa (donepezilo, galanta- familiar son irrefutables, pero queda por
mina, rivastigmina) y la memantina, anta- desvelar el papel real de otros, como la
gonista del receptor N-metil-D-aspartato obesidad, la anemia o la hiperhomocistei-
(NMDA), producen un efecto beneficioso nemia. En muchos de estos casos, la inter-
modesto en la población en la que están acción entre diversos factores ha impedi-
do obtener evidencia definitiva sobre la
indicados (en general, EA leve a moderada
potencial responsabilidad de un factor
y moderada a grave, respectivamente).
individual en el desarrollo de la EA (por
Además, existe una diversidad de técnicas
ejemplo, nivel socioeconómico, nivel edu-
de “intervención no farmacológica” o
cativo, actividad laboral, nivel de ingresos).
“intervención cognitiva” (entrenamiento de
la memoria, orientación a la realidad, remi- Para que un factor de riesgo o protector
pueda ser considerado como tal debe cum-
niscencia, estimulación sensorial, etc.) cuyo
plir unos requisitos (Kawas HC, 2006):
objetivo es potenciar, mantener o recuperar
las capacidades cognitivas, la capacidad • Consistencia de los hallazgos.
para las actividades de la vida diaria, la • Especificidad de la asociación.
socialización y la calidad de vida. Actual- • Relación temporal apropiada.
mente se acepta la utilidad de este tipo de
• Relación dosis-respuesta.
intervenciones para pacientes con EA leve y
• Plausibilidad biológica.
moderada, aunque la magnitud de su efec-
to no se ha establecido con exactitud. (Ola- La evidencia para proponer y confirmar un
zarán J et al., 2004; Sitzer et al., 2006). factor como de riesgo o protector proviene
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
224
do que algo relacionado con la red o acti- Van Gelder et al., 2004; Weuve et al.,
vidad social proporciona algún tipo de 2004; Rovio et al., 2005; Andel et al.,
“reserva” que reduce el efecto deletéreo 2008; Coley et al., 2008; Lautenschlager
de la patología tipo EA sobre el estado et al., 2008). Sin embargo, no todos los
cognitivo en la edad avanzada (Bennet et estudios son concordantes, y algunos
al., 2006). Sin embargo, la evidencia a han encontrado resultados claramente
favor del efecto de la actividad social es conflictivos acerca del papel protector
inconsistente, con mejor consistencia para del ejercicio físico sobre el deterioro cog-
las actividades de ocio, sobre todo de tipo nitivo o la EA (Wang et al., 2008; Coley
cognitivo (Coley et al., 2008; Plassman et et al., 2008). En conjunto, hoy se consi-
al., 2010). dera que no existe evidencia suficiente
Un punto de interés sobre este aspecto es para asegurar que la actividad física pre-
que la participación o no en ciertas activi- viene el deterioro cognitivo o la EA y
dades podría estar relacionada con la existe incertidumbre acerca de su papel
capacidad cognitiva en lugar de condicio- como factor aislado (Plassman et al.,
narla (Wang et al., 2006) y que existe, 2010). Tampoco se cuenta con datos
desde primeras épocas de la vida, un con- suficientes sobre el efecto de diferentes
dicionamiento por la educación que se tipos de ejercicio (¿aerobio, anaerobio o
refleja en el estilo de vida, actividades de mixto?, ¿con actividad motora compleja
ocio, ocupación, etc. (Gatz et al., 2006). o simple?, ¿suave o intenso?), dosis,
intensidad o duración del mismo.
Actividad física
Dieta
Para un estado de salud óptimo se reco-
mienda actividad física regular, que dis- Se ha investigado abundantemente acer-
minuye la mortalidad global, la obesi- ca de la influencia de diversos factores
dad, y el riesgo cardiovascular, de dietéticos sobre el desarrollo del deterio-
diabetes no insulino-dependiente, cán- ro cognitivo, en general, y en la EA. Un
cer, hipertensión y osteoporosis. Sus estado proinflamatorio y oxidante puede
efectos beneficiosos sobre el sistema favorecer el desarrollo de algunos proce-
cardiovascular y el metabolismo son evi- sos neurodegenerativos y una dieta in-
dentes, pero además mejora la depre- adecuada puede favorecer dicho estado.
sión, mejora la neurogénesis y el apren- Por otra parte, algunos estados carencia-
dizaje y puede disminuir la deposición les (por ejemplo, en vitaminas B) pueden
de proteína beta-amiloide en el cerebro afectar directamente al tejido nervioso.
(Fusco et al., 2007). Tanto estudios La pérdida de la tradicional cocina case-
observacionales epidemiológicos como ra y mediterránea, la vida en soledad a
de intervención sugieren que la activi- edades avanzadas y ciertas situaciones
dad física puede actuar como un factor patológicas (depresión, apatía, el propio
protector frente a deterioro cognitivo y deterioro cognitivo) que pueden modifi-
a EA, en ambos sexos y también a eda- car los hábitos alimentarios, propician la
des avanzadas (Laurin et al., 2001; observación de casos de malnutrición
Abbott et al., 2004; Lytle et al., 2004; incluso en nuestro medio. Por el contra-
¿Existen factores protectores frente a la enfermedad de Alzheimer?
229
rio, una dieta equilibrada, con el patrón incluso conflictivos (Luchsinger et al.,
mediterráneo, y ciertos nutrientes y vita- 2003; Petersen et al., 2005; Kang et al.,
minas se han propuesto como elementos 2006; Fusco et al., 2007; National Institu-
protectores frente a la pérdida de la te for Health and Clinical Excellence,
capacidad cognitiva. Los más estudiados 2007; Coley et al., 2008). Un metaanálisis
o relevantes son: ha concluido que el suplemento con altas
dosis de vitamina E puede aumentar la
Vitaminas relacionadas con
mortalidad por todas las causas (Miller et
homocisteína: B6, B12 y ácido fólico
al., 2005).
La hiperhomocisteinemia es un factor de
riesgo cardiovascular y se considera neu- Ácidos grasos poli y monoinsaturados
rotóxica. Puede desarrollarse en estados Los ácidos grasos poliinsaturados y, espe-
carenciales de vitamina B6, B12 y ácido cíficamente, los ácidos grasos de cadena
fólico y, por el contrario, la administra- larga omega-3 son componentes impor-
ción de estos elementos corrige el exce- tantes del tejido cerebral. Intervienen
so de homocisteína. Sin embargo, la evi-
directamente en la estructura y función de
dencia acerca del papel de las vitaminas
las membranas celulares, aterogénesis,
B y ácido fólico sobre la EA es inconsis-
coagulación e inflamación. Varios estu-
tente (Kawas, 2006; Coley et al., 2008;
dios sugieren que dietas ricas en ácidos
Malouf y Grimley Evans, 2009; Daviglus
grasos poli y monoinsaturados podrían
et al., 2010).
disminuir el riesgo de deterioro cognitivo
Antioxidantes: vitaminas C y E, y demencia en ancianos, mientras que, al
beta-carotenos contrario, la dieta rica en saturados lo
incrementaría (Lim et al., 2006; García
Los nutrientes antioxidantes neutralizan
Closas, 2010). Los ácidos grasos omega-3
los radicales libres, actúan reduciendo las
son los más estudiados. Su fuente natural
concentraciones de peróxido, reparando
son el pescado graso, de áreas frías, y el
membranas oxidizadas y por otros meca-
pescado azul, además de los frutos secos.
nismos (Berger, 2005). La vitamina C, el
Por este motivo se han recomendado las
principal antioxidante hidrosoluble, actúa
como primera defensa en sangre y plas- dietas ricas en este contenido y el aceite
ma. La combinación con vitamina E es de pescado como suplemento (Friedland,
muy efectiva para inhibir la oxidación. La 2003; Luchsinger y Mayeux, 2004; Coley
vitamina E es también sinérgica con otro et al., 2008; Ramesh et al., 2010; Smith y
antioxidante, el β-caroteno, actuando Blumenthal, 2010). Sin embargo, estudios
sobre radicales libres del compartimento recientes no han podido confirmar la efi-
lipofílico. Los tres elementos, vitamina C, cacia de los ácidos grasos omega-3 en el
E y β-caroteno interactúan contra la tratamiento de la EA, aunque han dejado
peroxidación lipídica. Han sido propuestos sin aclarar si la falta de eficacia puede
para prevención y tratamiento de la EA depender del estadio de la enfermedad,
(Sano et al., 1997; Zandi et al., 2004), otros mediadores dietéticos y del estado
pero los resultados han sido variables, en apolipoproteína E (Van de Rest et al.,
Interrogantes y educación sanitaria para la Oficina de Farmacia
230
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