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Jorge M.

Bueno Ramírez
Tte. coronel piloto ERD. (DEM).

Jurisdicción Penal Militar legalidad y necesidad.

Se hace necesario investigar si la jurisdicción penal militar cumple con los principios procesales de
independencia e imparcialidad, dentro de la función jurisdiccional de administrar justicia, debido a los
numerosos cuestionamientos que ha tenido esta jurisdicción, a nivel nacional.

En ese orden de ideas y analizando esta situación, he decidido estudiar algunos pronunciamientos por
parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Tribunal Judicial Internacional, y algunos fallos
emitidos por nuestra Suprema corte de Justicia y el tribunal constitucional en relación con los principios
y si en realidad aún prevalece esta independencia e imparcialidad al momento de administrar justicia por
parte del los órganos encargado para tales fines , principios exigidos y regulados por la constitución y el
Código procesal Penal dominicano , respectivamente, y por la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en el artículo 8, inciso 1º, y el 14.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.
el cual establece que Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por
la Ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral.

Entonces nace la siguiente pregunta

¿Se garantiza por parte de la Jurisdicción penal militar en un proceso el cumplimiento de los
principios procesales constitucionales de Independencia e Imparcialidad?

El Tribunal Constitucional ha precisado sobre el particular, lo siguiente: “La imparcialidad judicial como
garantía esencial de la función jurisdiccional, son la imparcialidad subjetiva, siendo la primera la que
exige al juez considerar asuntos que le sean ajenos, en los que no tenga interés de clase alguna, y la
segunda, la necesidad de que el juez se asegure de un eventual contacto anterior del juez con el tema
decidendi.

Del contenido de los artículos 5, 6, 7, 8, 38 y 68 de la Constitución, proviene esencialmente el carácter


garantista del sistema de justicia y del proceso penal en particular. Al proclamar la sujeción de todos a la
Constitución, entendida como norma suprema y fundamento del orden jurídico del Estado; de un Estado
social, intervencionista, que tiene como misión esencial garantizar la protección efectiva de los derechos
y la dignidad innata del ser humano, el Constituyente ha definido el rol de los jueces como garantes de
estos propósitos fundamentales.

Antes de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, la Suprema Corte de Justicia sentó las bases
para el ejercicio anticipado de sus principios rectores, mediante la adopción de una resolución que incluye
todos los principios que, heredados del sistema regional y universal de protección internacional de los
derechos humanos, son normas mínimas del artículo del debido proceso y de la tutela judicial efectiva
como los que consagra el artículo 68 de la Constitución.

Ya se ha visto que entre las garantías de tutela judicial efectiva y debido proceso que consagra el artículo
69.2 de la Constitución dominicana, se consagra esta garantía. Expresamente, lo que el texto prescribe, es
que reconoce como que toda persona en el ejercicio de sus intereses legítimos posee: El derecho a ser
oída, dentro de un plazo razonable y por una jurisdicción competente, independiente e imparcial,
establecida con anterioridad por la ley.

Luego, el Código Procesal Penal desarrolla este principio de la siguiente manera en su artículo 4: Nadie
puede ser juzgado, condenado o sometido a una medida de seguridad, por comisiones o tribunales
especiales ni sometido a otros tribunales que los constituidos conforme a este código con anterioridad a
los hechos de la causa. En el marco de este precepto normativo, no puede una persona ser sometida
válidamente a juicio ante un órgano instituido ex post facto, después del hecho. El juez natural es el juez
pre constituido; ha de tener un carácter previo y permanente; debe preexistir al acto punible, ha de tener
un carácter permanente, dependiente del Poder Judicial y, creado mediante ley, con competencia
exclusiva, indelegable y universal para juzgar el hecho en cuestión, lo vincula implícitamente con la
universalidad de la jurisdicción, la prohibición de los tribunales de excepción ex post facto, el principio
de legalidad y la exigencia del juicio previo a la imposición de toda pena, sanción o medida de seguridad
resultante de un hecho punible; dispone así, que: Nadie puede ser juzgado, condenado o sometido a una
medida de seguridad, por comisiones o tribunales especiales ni sometido a otros tribunales que los
constituidos conforme a este código con anterioridad a los hechos de la causa.

Trayendo todo esto un entramado de dudas y confusiones al no tener claro o bien definido la forma de
cómo administra justicia dichos tribunales puesto que es evidente que al no cumplir con el carácter de
imparcialidad resulta difícil o nula en todas sus actuaciones poder garantizar un proceso apegado a lo
establecido en la carta magna y mucho menos poder conjugar el uso de los artículos establecidos en el
código procesal penal, aspecto al cual no existe en nuestro ordenamiento jurídico una norma que haya
instaurado y regule la creación, composición y funcionamiento de dicha jurisdicción toda vez que no
hay una disposición con carácter de ley que permita hacer uso de los artículos establecidos en el mismo,
abriendo una maravillosa oportunidad dentro de la legalidad para proponer la implementación de técnicas
procesales acorde con nuestra constitucion que despejen de toda duda razonable la necesidad de instaurar
un sistema de administración de justicia penal militar capaz de judicializar administrar y resolver todos
las situaciones referente a crímenes y delitos cometidos por los militares en el ejercicio de sus
atribuciones .

Continuara…

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