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Triaje Telefonico

SUELEN NUNES

El triaje es un método de la medicina de emergencias y desastres para la


selección y clasificación de pacientes basándose en las prioridades de
atención priorizando la posibilidad de supervivencia teniendo en cuenta las
necesidades terapéuticas y los recursos disponibles. Por lo tanto, trata de
evitar que se retrase la atención del paciente, lo cual empeoraría su
pronóstico por la demora en su atención.

Es un proceso que permite una gestión del peligro clínico para poder manejar
adecuadamente y con seguridad los flujos de pacientes principalmente
cuando la demanda y las necesidades clínicas superan a los recursos.

Así, el triaje telefónico es el primer paso donde debemos empezar el trabajo


de un servicio de urgencias. El personal que atiende el teléfono debe estar
cualificado para ayudar al cliente en todo lo necesario y saber diferenciar si
es una situación de urgencia o no. En caso de que lo sea, saber qué es lo
que el propietario puede hacer ya desde el primer momento.

Es muy importante que conozcamos las herramientas para poder gestionar el


cuidado de los pacientes desde del primer contacto que normalmente será a
través de la llamada telefónica hasta la llegada a la clínica donde
procederemos a estabilizarlo, también es importante conocer exactamente la
localización del centro para, si necesario, saber dar indicaciones de como
llegar lo mas rápido posible.

Cuando contestamos a una llamada de un propietario nervioso y angustiado


porque ve que su mascota no se encuentra bien, debemos intentar realizar
una serie de preguntas que nos puedan dar información y nos va a ayudar a
valorar el estado de salud de su mascota en este momento. Esta información
debe ser tomada en un periodo corto de tiempo.

Con ella podremos orientar al propietario sobre cómo tiene que actuar y el
grado de rapidez que deberá tomar para llegar a nuestro centro, daremos
instrucciones claras y tranquilizadoras para que pueda actuar de una manera
correcta.

Este triaje telefónico tendrá los siguientes objetivos (Bertolani y Menéndez,


2008):
• Recoger información lo más rápido y concisa posible para saber si es una
urgencia.
• Mantener en calma al propietario mientras se dan las explicaciones
pertinentes.
• Conocer las rutas al hospital desde cualquier punto desde el que llamen.
• No recomendar, ni ofrecer, ni sugerir ninguna clase de medicación o
tratamiento.

En un primer momento, las recomendaciones generales para todos los casos


deben empezar por tranquilizar al propietario, saber que cualquier
traumatismo debe ser evaluado por un veterinario y asesorar de cómo
transportarlo adecuadamente.

¿Qué preguntas se deberemos hacer?

Bertolani y Menéndez (2008) señalan una serie de preguntas que se deben


hacer durante la llamada telefónica del cliente:

¿Respira?

Si un animal no respira, la persona que atiende el teléfono debe saber cómo


enseñar al propietario a hacer una reanimación cardiorrespiratoria. Cogiendo
el hocico del animal y haciendo el boca a boca; y si tiene algún objeto en la
boca que le obstruye la respiración que debe sustraerse lo antes posible.

¿Está consciente?

Si no está consciente no se le podrá dar ninguna medicación oral y el animal


tendrá mayor tendencia a la hipotermia. Si regurgita o vomita, mantener la

cabeza ladeada para que no se le vaya a vías respiratorias y asegurar que


tenga buena ventilación.

¿Sangra?

Si sangra, presionar la zona de sangrado con toallas lo más limpias posibles.

¿Puede moverse?

Si existe riesgo de lesión medular, el transporte se debe hacer con el menor


movimiento posible.

¿Tiene alguna herida abierta o fractura visible?

Intentar estabilizar la fractura todo lo que se puede, en el caso de ser abierta


tapar con toallas húmedas lo más limpias posible.
Esas preguntas las haremos siempre teniendo el cuenta la gravedad de la
urgencia, porque si el paciente esta en un estado realmente critico
procederemos a recomendarle una traslado inmediato.

La gestión telefónica también nos ayudara ordenar y seleccionar las


consultas para que los clientes no estén esperando demasiado tiempo a ser
atendidos.

Si es necesario, daremos indicaciones de cómo transportarlos, es importante


conocer estas pautas porque muchas veces una mala manipulación podrían
ocasionar danos graves.

Los animales pequeños (gatos, conejos, cobayas, etc.) se deben trasladar en


un transportín, los perros grandes en una superficie plana como una manta o
toalla, y los pacientes con un posible daño medular en una superficie rígida
donde la columna se mantenga lo más recta posible. Aunque un animal
nunca haya tenido comportamiento agresivo, hay que ponerle un bozal para
que no pueda herir al propietario, ya que en situaciones de mucho dolor la
respuesta puede ser diferente a las condiciones normales. Se debe
minimizar el estrés del animal.

Recomendaciones en situaciones particulares

Antes de nada, debemos recordar que las recomendaciones siempre serán


realizadas bajo la supervisión veterinaria, jamas deberemos dar ninguna
indicación o recomendación sin antes haberlo consultado.

1. En un paciente disneico:

• Mantenerlo calmado.
• No usar collares y posición decúbito esternal.
• Evitar que anden o qué hagan esfuerzos innecesarios. Ambiente fresco.

2. En un paciente con shock:

• Dar nociones de RCP.


• Cubrir al animal.

3. Sangrado:

• Presionar las zonas de sangrado con toallas o ropa limpia.


• Si es una extremidad, levantarla.

4. Intoxicación:

• Que traiga el producto.


• Tiempo de exposición.
• Saber si ha vomitado.
• Si ha habido contacto externo, limpiar bien la zona y evitar que se lama.

5. Convulsiones:

• Indicarle qué pasara en pocos minutos.


• Que intente calmarlo y colocarlo en una zona donde no pueda golpearse.
• Si es un cachorro, ponerle miel en la boca, para evitar hipoglucemia.
• Si es diabético, darle comida si está consciente, sino ponerle miel en la
boca.
• No colocarle nada en la boca para morder, por el riesgo de que hiera al
propietario, aunque tenga muy buen carácter.

• Avisar al propietario que estará desorientado al pasar el ataque.


• Ambiente frío o rodeado con toallas húmedas.

6. Riesgo de fractura:

• Inmovilizar la fractura todo lo posible para evitar desplazamientos de la


fractura y dolor.

7. Herida abierta o penetrante:

• Si es en el tórax, poner en decúbito lateral, con la zona afectada abajo,


para que la zona pulmonar menos dañada no se colapse.
• Cubrir las heridas con ropa húmeda y limpia.
• Si es por cuerpo extraño, no intentar extraerlo y tener cuidado de no
introducirlo más.

8. Quemaduras:

• Cubrirlo con compresas de agua fría.

9. Golpe de calor:

• Bañar con agua tibia, paños de agua tibia en axilas, ingles y cuello.
• Ofrecer agua o hielo picado.

10. Daño ocular:

• Si es por agente irritante, limpiarlo con agua o solución salina.


• Cubrir el ojo con ropa o compresas húmedas.

11. Otros consejos:

• Conocimiento de otros números de interés, como bomberos, policía, control


de tóxicos del área, etc.
• Teléfono de ambulancias para animales.

Todos los números de teléfonos en recepción. Una vez tengamos al paciente


en el centro, se suele utilizar una clasificación por colores según su

gravedad, (aunque en el hospital no lo solemos hacer por ahora pero


considero importante que conozcáis esa función), en los pacientes que
requieren una atención inmediata los identificaremos con el color Rojo, en
pacientes pacientes muy urgentes el color Naranja, pacientes urgentes el
color Amarillo y pacientes no urgentes el color Verde. De esa forma
podremos gestionar la atención de manera organizada evitando
complicaciones y aglomeraciones en la sala de espera.

Es muy importante conocer qué es lo que debemos valorar para poder


hacernos una idea del estado del paciente, así como la pequeña historia
clínica que debemos recoger en este momento. Toda la información nos
permitirá clasificarlos según su gravedad. Una vez efectuados estos dos
pasos, deberemos actuar con rapidez con los pacientes Rojos y Naranjas.
Nuestro meta será ampliar la información obtenida durante el triaje telefónico
y determinar si existe alguna condición de riesgo vital para el animal, esa
evaluación no debe durar más de 3 a 5 minutos.

En la sala de urgencias valoraremos el ABCD del paciente ( airways,


breathing, circulation, disability)
son unas siglas en ingles que nos determinaran si puede fallecer o no en
pocos minutos.

La primera sigla

A : corresponde a las Vías aéreas, debe ser examinada auscultando los


sonidos respiratorios y comprobando si el tórax se expande con
normalidad, a la vez que se palpa y explora visualmente la cavidad oral,
tráquea y laringe. En este momento también Deberemos comprobar si existe
alguna anomalía en la vía aérea o si se observa sangre, cuerpo extraño o
cualquier otro medio que pudiera obstruirla.

B : Corresponde a la Respiración: una vez hayamos establecido en el


paciente una vía aérea deberemos evaluar la respiración, si no respira
hay que intubarlo inmediatamente,
Nos fijaremos en la frecuencia respiratoria, el patrón, la profundidad de
respiración, el esfuerzo que hace al respirar y los sonidos

C : que corresponde al ritmo y frecuencia Cardiaca, la ausencia de latido


cardiaco y pulso, nos indica que debemos activar el protocolo de parada
cardiorrespiratoria e iniciar maniobras de reanimación.
Evaluaremos también la temperatura teniendo en cuenta que para valores
por en cima de 40º serán considerados como hipertermia, valores de menos
36º hipotermia leve y valores abajo de 28º, hipotermia extrema, aunque
también debemos de saber que muchos termómetros no registran
temperaturas abajo de 33º pero ya es una hipotermia preocupante que hay
que tomar medidas

D : que hace relación principalmente al Sistema nervioso central: donde


se evaluara el nivel de consciencia y el estado neurológico y para eso se
incluiremos los siguientes parámetros: el Estado mental, los Reflejos
pupilares, oculocefálicos y de los pares craneales

Esta evaluación primaria no asegurara la identificación y el tratamiento


inmediato de las condiciones que puedan llegar a comprometer la vida del
paciente, la terapia básica, se va a realizar en función de las necesidades del
paciente durante la propia evaluación, nuestro objetivo es lograr normalizar y
estabilizar las funciones fisiológicas vitales del paciente tan rápido como sea
posible, priorizando siempre la respiración y la función cardiovascular.

Deberemos tener cerca el equipamiento de la unidad de cuidados intensivos


como:

Carro de paradas provisto de todo lo necesario para una RCP como:


laríngo, tubos endotraqueales de varios tamaños, fármacos, ambú, jeringas,
agujas, catéteres de varios calibres

Ademas del Equipamiento de apoyo: Monitor cardíaco, pulsioximetro,


maquina de oxigeno, tensiómetro, bombas de infusión, lampara o mantas de
calor…

Una vez estabilizado el paciente pasaremos a la evaluación secundaria


dónde realizaremos un examen clínico más completo y se suele utilizar la
regla del A CRASH PLAN, que son unas también siglas en ingles que las
traduciremos con los siguientes parámetros:

A (Airway): la
gotera yugular
Vía aérea que incluye marinas, cavada oral, laringe y

C : Sistema cardiovascular que incluye el corazón, las mucosas, el TRC, la


temperatura, la presión del pulso y la presión arterial

R : Sistema respiratorio, que incluye la caja torácica y los campos


pulmonares

A : Abdomen que incluye el diafragma, flancos y región ingnal

S : de spine que incluye toda la Médula espinal

H (head): Cabeza donde nos centraremos en los ojos, pabellones


auditivos, dentadura, boca y lengua

P : Pelvis que incluye el recto, perineo, el escroto y vulva

L (limbs): Extremidades

A : Arterias, arterias y venas abarcando los vasos superficiales

N : Nervios abarcando los nervios craneales y periféricos


Una vez finalizada esta evaluación, el veterinario ya podrá trazar el plan


terapéutico, saber el pronóstico, y poder hablar con el propietario acerca de
qué le pasa a su mascota, también le informara qué opciones podremos
ofrecerle comentándole que pruebas complementarias necesitaremos para
poder obtener el diagnóstico definitivo y poder instaurar el tratamiento que
necesite el paciente.

Es muy importante que tengamos un conocimiento y una experiencia


marcada para el manejo de los pacientes críticos y de los equipos
diagnósticos y terapéuticos.

En resumen, el Triage nos sirve para atender de manera ordenada, rápida y


eficaz a nuestros pacientes ademas de poder ofrecer la atención médica
urgente que ellos necesiten.

Es muy importante tener implementado un buen sistema de Triage en


cualquier centro, todos deberemos conocerlo para saber actuar en
situaciones criticas para poder actuar con rapidez, así como tener todos los
recursos organizados y preparados.

La gestión telefónica nos va a servir para ayudar al propietario, pero también


para organizarnos en preparar el material que podemos necesitar para
atender una urgencia el momento en que llegue.

Jamas debemos olvidar utilizar el sentido común y sobre todo escuchar al


propietario que podría hablar por el paciente y aportar la información sobre la
urgencia.

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