EL FASCISMO EN LA HISTORIA DEL PERÚ

RESUMEN:
El fascismo es una ideología que ha marcado fuertemente la historia de la
humanidad. Se define como el Culto a la Violencia y la Adoración del líder
como Dios y a la Nación como Iglesia. Dentro del mundo, es una ironía
nacionalista y transnacional. Desde Italia se expandió al mundo, y el Perú no es
una excepción. En un país pluricultural como lo es el Perú, los fascismos han
adoptado modelos peculiares, desde el clericofascismo urrista, pasando por el
odriísmo, el velasquismo socialista hasta el fujimorísmo tecnócrata.
PALABRAS CLAVE:
Fascismo. Historia mundial. Las guerras mundiales. El Perú. Actualidad
nacional. Europa. Asia. América.

ABSTRACT:
Fascism is an ideology that has strongly marked the history of humanity. It is
defined as the Cult of Violence and the Adoration of the leader as God and the
Nation as Church. Within the world, it is a nationalist and transnational irony.
From Italy it expanded to the world, and Peru is no exception. In a multicultural
country such as Peru, the fascism has adopted peculiar models, from the urrism
cleric-fascism, through the odriism, the socialist velasquism to technocratic
fujimorism.
KEYWORDS:
Fascism. World history. The world wars. Peru. National news. Europe. Asia.
America.

Villarán Puccio, Carlos Alberto

Estudiante de Derecho en la Universidad Peruana Las Américas

SUMARIO:
1. Introducción. 2. ¿Qué es el Fascismo? 3. El Fascismo en el mundo. 4. El
Fascismo en el Perú. 4. Conclusiones.

1.INTRODUCCIÓN:
Antes que nada, considero oportuno indicar que, el presente trabajo, no esta
hecho con la intención de apoyar o atacar a un bando, partido o ideología
política, sino con el único objetivo de analizar y comprender un fenómeno tan
importante pero a su vez que poca importancia se le da a nivel nacional, que
corresponde a la ideología del Fascismo, ideología creada por Benito Mussolini
en el Reino de Italia por el año 1919, como respuesta contra el liberalismo y el
marxismo, ideologías las cuales el consideraba apatridas, antinacionalista y
que representaban el ideal de Nación; esta ideología, nacida en un contexto
propio del país peninsular, se iría expandiendo tan rápido como sus rivales
liberales y marxistas, presentando formar tan variadas como el
NacionalSocialismo alemán (comúnmente llamado nazismo), el
NacionalSindicalismo español (posteriormente conocida como franquismo) o en
zonas tan lejanas como lo serían el Sintoísmo Estatal en el Japón o el
Kuomingtang chino.
El continente americano no sería la excepción, y, yendo más allá del Ku Klux
Klan estadounidente, podemos ver formas tales como el Sinarquismo
mexicano, el Integralismo brasileño e incluso, un curioso NacionalSocialismo
chileno (llamado, casi por casualidad, nacismo).
El país andino, el Perú, no sería una excepción y, al poco tiempo, en pleno
gobierno militar sanchezcerrista, nacería el partido Unión Revolucionaria,
inspirado en las obras de José de la Riva Agüero y Osma e inspirados en el
bando nacional español en la Guerra Civil de dicho país, se forma un ideología
totalitaria, corporativista y antiprogresista, en otras palabras, nació el urrismo, la
primera forma de fascismo como tal en el Perú.
Pero no acabaría ahí, pues, si bien, el fascismo tiene sus propias cualidades
(que se hablaran en el siguiente punto) no hay que olvidar sucesos tales como
el ochenio de Manuel Odría, marcadamente populista y antimarxista; o el
Gobierno Revolucionario de Juan Velasco, antiliberal y, nuevamente, populista;
uno mas cercano a nosotros, el fujimorato, nacido en momentos de crisis
económica y terrorismo marxista-leninista-maoísta, entra en escena Alberto
Fujimori, cuyos actos, incluso el momento en que entro al poder, recuerdan a
1933 en Alemania, con la llegada de Adolf Hitler al poder en su respectivo país.
Como podremos ver en el presente trabajo, me daré la libertad de explicar qué
es el fascismo, como se desarrollo en Europa, en Asia o en América, para
posteriormente, desarrollar su existencia dentro del Perú y, finalmente, dar
unas conclusiones respecto a este tema tan variado y a su vez, tan polémico.

2. ¿Qué es el Fascismo?
Es un tema muy complicado el tratar el fascismo, puesto que existen múltiples
interpretaciones, algunas lo conciben como un “movimiento político y social de
carácter totalitario” (Real Academia Española, 2018), otros como una “doctrina
de este movimiento y de cualquier régimen político de ideología dictatorial
derechista” (Diccionario de la lengua española, 2005).
Ambas definiciones, a su modo, son válidas, pero el fascismo, llamada más
correctamente “tercera posición”, debe ser comprendido basándonos en sus
variantes más conocidas: el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán.
El fascismo italiano se concibe y entiende a si mismo con una doctrina social,
activa y que necesariamente debe estar presente en el estado (Mussolini,
1937), su pensamiento se reduce en la máxima: Todo en el Estado, nada
contra el Estado, nada fuera del Estado. (Mussolini, 1937)
Su homólogo alemán no es muy diferente, sin embargo, la diferencia primordial
radica en un solo aspecto: la Raza. Si todo esta dentro del Estado, pues el
Estado solo puede estar representado por una sola raza.
Esta ultima concepción es muy importante, pues dentro de esta se concibe a la
raza como cualidad única del estado, si el individuo no es racialmente
aceptable, no puede ser ciudadano, peor si es mestizo, es menos que un
hombre, es un subhumano. (Hitler, 2002).
La doctrina es a su vez de carácter socialista, sin embargo, opuesto al
socialismo marxista, que se caracteriza en la lucha de clases, Mussolini indica
que “el fascismo es contrario al socialismo, el cual reduce e inmoviliza el
movimiento histórico en la lucha de clases e ignora la unidad del Estado
que puede reunir a las clases armonizándolas en una sola realidad
económica y moral; análogamente, es contrario al sindicalismo de
clases”. (Mussolini, 1937)
También está su carácter capitalista, mas no liberal, quiere la acumulación de
riqueza mas no la libertad de empresa, como diría Mussolini: si la libertad ha
de ser atributo del hombre real, y no de aquel abstracto fantoche en el
cual pensaba el liberalismo individualista, el fascismo se pronuncia por la
libertad. Se pronuncia por la única libertad que puede ser una cosa seria,
a saber, la libertad del Estado y del individuo en el Estado. (Mussolini,
1937), de hecho, Hitler fue mas haya, diciendo: Para realizar todo lo que
precede, exigimos la creación de una poderosa autoridad central del
estado; incuestionables atribuciones del Parlamento políticamente
centralizado sobre toda la Nación y sobre su organización. (Hitler, 2002)
La visión religiosa de esta doctrina a su vez no iba muy lejos, normalmente se
consideraba al líder como un seleccionado, un escogido de los dioses
(Watch Tower and Tract Society of Pennsylvania, 1990) para salvar a la
humanidad del mal materialista del liberalismo y del marxismo (Fichelstein,
2018)
No menos raro sería la creencia en la perfección del hombre por sí mismo,
puesto que utiliza la idea del superhombre de Nietzsche (Llacer, 2015), esto
se puso en práctica con la eugenesia desarrollada tanto por los alemanes
(Harari, 2014) como por sus aliados japoneses (Revilla, 2013).

3. El Fascismo en el Mundo:
El primer país fascista del mundo fue Italia (Fichelstein, 2018), de hecho, es de
aquí de donde proviene la palabra, naciendo del “fascio”, el cual hacía
referencia a un grupo político dirigido por Garibaldi en la época de “il
Risorgimento” (Fichelstein, 2018); nació en 1919 de la mano del exsocialista
Benito Mussolini, su ideología tenia conceptos reaccionarios, contrarios a
fenómenos como la Ilustración, contraria al igualitarismo a su vez de mostrar un
carácter antidemocratico, contrario a la tolerancia.
Sin embargo, esta ideología, a pesar de mostrar un carácter antileral, no se
mostraba contraria al capitalismo, claro, si esto significa la acumulación de
riqueza a favor del Estado (Mussolini, 1937), en este caso, el sistema puede
permitir cierta libertad a crear empresas, aunque esto tenía un significado más
nominal que real (Fichelstein, 2018).
Sus ideas calaron con mayor fuerza después del triunfo de la revolución
bolchevique (Fichelstein, 2018), siendo el fascismo completamente opuesta a
esta, la ideología fue de agrado a los grupos de poder de Italia (Lumbreras
Editores, 2007).
Después del golpe de estado conocido como “Marcha sobre Roma” donde
Mussolini, junto a 40.000 fascistas, entre los que se encontraban los “camisas
negras”, entraron a la fuerza en la capital, tomando el poder amenazando al
rey Víctor Manuel III, esto en 1921, esta actitud agresiva y antidemocrática
sería inspiración para los movimientos homólogos en Alemania y España
(Viana, 2012).

De manera incluso más violenta fue en Alemania, donde Hitler, exmilitar y

artista frustrado, el cual se unió en 1919 al Partido Obrero Alemán, aquí mostro
sus dotes de oratoria, alcanzando en poco tiempo el poder dentro del partido
para, posteriormente, en 1920, formara el Partido NacionalSocialista Obrero
Alemán (NSDAP, por su nombre en alemán), conocido por sus opositores
como Partido Nazi (Wikipedia, 2019).
Dentro de su pensamiento, Hitler había sido influenciado tanto por Nietzsche
(Llacer, 2015) como por Chamberlain (EcuRed, 2019), de hecho este último
diría: “Los teutones son el alma de nuestra civilización. La importancia de
cualquier nación, en la medida que es un poder actual, está en relación
directa a la genuina sangre teutona presente en su población” (EcuRed,
2019).
Hitler, inspirado enormemente por Mussolini, apoyó los movimientos
antidemocráticos, como el intento de golpe de Estado (símil de la Marcha sobre
Roma) del Putsch de Múnich (Nacho, s.f.), el cual acabó llevándolo a prisión,
lugar donde escribiría “Mi Lucha”; similar fue el caso cuando, después de
llegar al poder en 1933 en elecciones democráticas, se deshizo de sus rivales
políticos en “la noche de los cuchillos largos”, apoyado por las SS
(Schutzstaffel) (Otero, s.f.).
La importancia que Hitler daba a la raza era tal, que según el: El progreso de
la Humanidad semeja el ascenso por una escalera sin fin, donde no se
puede subir sin haberse servido antes de los primeros peldaños (…) No
es, por tanto, mera casualidad que las primeras civilizaciones hayan
nacido allí, donde el ario, encontrando pueblos inferiores, los sometió a
su voluntad (Hitler, 2002).
Incluso llegó a conclusiones similares a las de Julius Evola respecto al
mestizaje: La mezcla de sangre y, por consiguiente, la decadencia racial
son las únicas causas de la desaparición de viejas culturas, pues los
pueblos no mueren como consecuencia de guerras perdidas, sino debido
a la anulación de aquella fuerza de resistencia que sólo es propia de la
sangre incontaminada (Hitler, 2002).
Desde luego, está mas que claro que, en lo que respecta a la raza, los
inferiores son los no blancos, entre los que se encuentra el judío, este ultimo
concebido como un subhumano, puesto que, mientras otras razas son
“portadoras y mantenedoras de civilización” los judíos son de plano
“destructores de civilización” siendo concebidos como el peor enemigo de la
humanidad (Serrano, 1993)
Esto último, sumado a la existencia de ordenes y agrupaciones neopaganas
como la Sociedad Thule o la Ahnenerbe (EcoDiario, 2012), el marcado
anticristianismo y la creencia bizarra de que Hitler era una especie de
salvador, un “avatar” (Serrano, 1993), hacía que el culto a su persona llegue
a poseer caracteres semidivinos.

Hablando de caracteres divinos, no menos diferente fue en el país de Japón,

país donde el Emperador, tratado como el hijo de la diosa Amaterasu, es
visto como un dios en la Tierra, a quien el pueblo debía adorar en acto de
fidelidad a la corona y la patria (Watch Tower and Tract Society of
Pennsylvania, 1990).
El Sintoísmo Estatal, desarrollado por Atsutane Hirata, inspirado por los
trabajos de Norinaga Motoori, hiso de la relación local sintoísta una ideología
política que sustentaba el poder del Emperador, fundamental en la
Restauración Meiji (Ediciones Credimar, 2005), del mismo modo esto fue base
de la doctrina imperialista del Imperio japonés (Watch Tower and Tract Society
of Pennsylvania, 1990).

Lo que tenían en común tanto el NacionalSocialismo como el Sintísmo Estatal,

además de su creencia en el Líder de culto, era su idea de perfeccionamiento
racial, donde se llegó al uso de prácticas que en la actualidad se podrían
considerar inhumanas, como la eugenesia (Harari, 2014), el genocidio
masivo de personas “no aceptables” (Fichelstein, 2018) o la
experimentación con las mismas, desarrollada enormemente por el
Escuadrón 731 en Japón (Revilla, 2013).

El fascismo, si bien, se expandió por diversas partes del mundo, de forma

general, todas beben de los modelos anteriormente expuestos, son por nada
Italia, Alemania y Japón formaron un frente totalitario, antidemocrático,
personalista e imperialista, sin embargo, con la derrota de las potencias del Eje
en 1945, desapareció el Fascismo Italiano, el NacionalSocialismo y el
Sintoísmo Estatal, y con ellos, la mayor parte de estas variantes tuvieron que
acoplarse al sistema democrático, como el caso del NacionalFalangismo o el
Peronismo y, como veremos posteriormente, el Perú no es una excepción a
este fenómeno.

4. El Fascismo en el Perú:
Al igual que en otros casos, donde lo extranjero se imita y se adapta en el Perú,
el fascismo como ideología política no es muy diferente. Sin embargo, dentro
del país, así como su propia gente y sus diversas culturas dentro de la misma,
esta ideología tomó múltiples formas a lo largo del siglo XX y el XXI.
El primer partido de inspiración fascista en el Perú vendría, como no, por un
golpe de estado encabezado por el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro,
contra el gobierno de Augusto B. Leguía (que llevaba gobernando casi 11 años,
razón por la cual también se conoce como el Oncenio de Leguía) (Lumbreras
Editores, 2016).
El partido se mostraba reaccionario, era anticomunista, confundiendo el
aprismo con el comunismo, denominándolos indistintamente como
“Aprocomunistas”, poseían un pensamiento corporativista, en donde los
simpatizantes debían formar parte de un comité del partido, a su vez, era
marcadamente racista, relacionando a los inmigrantes chinos y japoneses con
la derrota en la Guerra del Pacífico (Lumbreras Editores, 2016).
También su gobierno mostraba una clara influencia del NacionalFalangismo
español (Lumbreras Editores, 2016), así como también un autoritarismo
extremo, un buen ejemplo fue la “revolución de Trujillo” de 1932, impulsado
por apristas, puesto que su líder Víctor Raúl Haya de la Torre se encontraba
preso en esa época. (Mariategui, 2016).
Finalmente, como era de esperarse, Sánchez Cerro fue asesinado el 30 de
abril de 1933, mientras estaba revisando filas las cuales iban a combatir contra
Colombia, su asesinato fue realizado por un militante aprista llamado Abelardo
Mendoza Leyva (Lumbreras Editores, 2016).
El partido Unión Revolucionaria vivió un poco más de tiempo liderado por
Luis Alberto Flores, sucesor de Luis M. Sánchez Cerro como líder del partido,
sin embargo, su movimiento no tuvo la misma importancia como antes
(Wikipedia, 2019).

Unas décadas después, en el gobierno de Luis Bustamante y Rivero, ocurrió

nuevamente un golpe de estado, esta vez dirigido por Manuel Arturo Odría,
quien, en 1948, apoyado por los oligarcas, destacando Pedro Beltrán, en la
ciudad de Arequipa se pronunció “a nombre de una revolución restauradora
del orden y la estabilidad política” (Lumbreras Editores, 2016).
Viviendo en la época de la Guerra Fría, el Ochenio no tuvo mayor diferencia de
sus homólogos latinos como Trujillo en República Dominicana o Pérez
Jiménez en Venezuela, su política populista, nacionalista y anticomunista
no se hicieron esperar, persiguiendo, como en el caso de Sánchez Cerro, a los
apristas, pero en este caso, Haya de la Torre se refugió en la Embajada de
Colombia mientras otros colaboradores huyeron a Chile o Argentina
(Lumbreras Editores, 2016), entre algunas de sus medidas se encontró la
activación económica, aprovechándose de la Guerra de Corea, así como
medidas a favor de los grupos sociales como la creación de “La Corporación
Nacional de Vivienda” (CNV) o la creación del Estadio Nacional en 1952, así
como la construcción de viviendas y colegios (Orrego, 2016).
A diferencia del caso anterior, Odría no termino de manera trágica, sino que,
mas bien, su política se mantuvo bastante bien hasta poco antes del golpe
velasquista, a su vez de un marcado nepotismo, lo cual ha hecho que algunos
comparen el odriísmo con el fujimorismo, sea verdad o no, lo que si se sabe es
que Odría estará marcado como el presidente que dio derecho de voto a las
mujeres en 1956. (Jochamowitz).

No menos polémico fue el llamado Gobierno Revolucionario de la Fuerzas

Armadas, que, al mando del general Juan Velasco Alvarado y el general
Francisco Morales Bermúdez, dirigieron un gobierno dictatorial, populista,
nacionalista y antidemocrático. (Fichelstein, 2018)
Nuevamente entraron por medio de un golpe de estado en 1968 contra el
presidente Fernando Belaunde Terry, su gobierno tenia una influencia del
socialismo marxista y mariateguista, a pesar que el mismo Velasco
rechazaba esta visión, afirmando que “no estaban ni con el capitalismo ni
con el comunismo” algo que, según Haya de la Torre, fue una copia del
aprismo de los años 30. (Diario La Razón, 2016)
A pesar de no considerarse comunista, Velasco no tuvo problemas a tener
apoyo soviético, sin embargo, se unió a los “Países no Alineados”, por lo
que tendría un modelo político-económico similar a la Argentina de Perón.
Su medida más conocida fue la “Reforma Agraria”, donde se puso fin a los
hacendados y terratenientes, a favor de los campesinos. Sin embargo, muchos
de estos, debido a su ignorancia en como tratar la tierra, la dejaron atrás
dirigiéndose a la capital para probar mejor suerte. (Diario La Razón, 2016)
Con el Tacnazo de Morales Bermúdez, el Gobierno Revolucionario tomo otro
rumbo, ahora Bermúdez tendría un apoyo de Estados Unidos, uniéndose al
Plan Condor, donde se encontraban otros dictadores latinoamericanos tales
como Augusto Pinochet en Chile y Jorge Videla en Argentina. Su gobierno
terminaría con las medidas populistas y socialistas de Velasco, realizando una
serie de contrarreformas, retornando al Perú al mercado mundial y al FMI. Con
él mucha gente considera que la revolución fue traicionada, de un modo
similar a como los trotskistas ven a Stalin en la URSS o los maoístas a Deng
Xiao Ping en China. (Lumbreras Editores, 2016)

En 1990, en plena crisis interna dejada por Alan García y una guerra contra
los grupos terroristas marxistas-leninistas-maoístas como Sendero
Luminoso o el MRTA, entra al poder el ingeniero Alberto Fujimori, iniciando
junto a su partido Cambio 90 una serie de medidas económicas, consideradas
por sus detractores como “neoliberales”, con el objetivo de reactivar la
economía de la crisis. (Lumbreras Editores, 2016)
A pesar de los avances en la economía, en la política la historia era distinta,
Fujimori, después del autogolpe de 1992, mostro un rostro mas agresivo,
autoritario y nepotista, siempre de la mano con Vladimiro Montesinos,
sumado, a su vez, con la crisis interna por culpa de los grupos terroristas,
hicieron de su gobierno un crisol de esperanza y decepción. (Lumbreras
Editores, 2016)
Algo bastante curioso y de dejaría para pensar un rato, es el hecho que, siendo
Fujimori hijo de inmigrantes japoneses, se haya tenido que enfrentar a
Sendero Luminoso, que no solo era marxista-leninista-maoísta, sino que su
líder, Abimael Guzmán, había viajado a China, donde se nutrió de la teoría
maoísta del comunismo; ahora, si hacemos memoria, en los años 40, durante
la segunda guerra mundial, el emperador Hiroito y el primer ministro Hideki
Tojo, dirigían la invasión a China, donde la resistencia antijaponesa estaba
liderada por el militar Chiang Kai-shek y un joven comunista, Mao Zedong,
que habían hecho las paces de la guerra civil china para enfrentar al invasor
japonés.

5. Conclusiones:
Una vez expuesto lo anterior, hay que recordar la fuente del fascismo, el
resentimiento, el creer que otro tiene la culpa de los males dentro del país,
siendo que, realmente, la mayoría de los gobierno fascistas, fundamentándose
en el odio al extranjero y la excesiva adoración al líder y a la nación, no hacen
más que traer un miedo a lo desconocido, pongamos por ejemplo al chileno
o el español, la gente los rechazaría por el resentimiento histórico hacia estos,
pero se olvidan que ese evento histórico, para bien o para mal, ya ocurrió, y
nuestro trabajo es evitar que eso nuevamente ocurra, ya no mirar al pasado y
lamentarse, sino mirar el futuro para reavivar la esperanza perdida y luchar
por la grandeza de la patria, pues, como dijo Cicerón: Un pueblo que
olvida su historia, está condenado a repetirla.

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