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Con las oraciones propias de cada día del mes

Buena
Prensa
Con las oraciones propias de cada día del mes

Febrero 2023
Ciclo dominical A
Ciclo ferial I

Obra de los jesuítas de México, al servicio de la misión de la Iglesia


ORDINARIO DE l_A MISA

RITOS INICIALES
CANTO DE ENTRADA
Si no hay canto, se recita la antífona de entrada. Terminado el canto, el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén

SALUDO
El sacerdote hace la señal de la cruz y saluda a la asamblea en nombre del Señor con
éstas o parecidas palabras.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes. -Y con tu espíritu.
Tiempo de Cuaresma:
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con
todos ustedes. -Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL
Los fieles se preparan para celebrar la Eucaristía, reconociendo sus pecados:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozca­
mos nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he
pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa,
por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan
por mí ante Dios, nuestro Señor.

El sacerdote concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros peca­
dos y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. -Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. -Señor, ten piedad.

GLORIA
(En el Tiempo de Cuaresma no se dice Gloria a menos que se indique)
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glori­
ficamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopo­
deroso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
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del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sen­
tado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los domingos se toma del Antiguo Testamento, excepto en el Tiempo Pascual, que se
toma del libro de los Hechos de los Apóstoles.

SALMO
El salmo se canta o recita por un salmista desde el ambón. La asamblea participa
con la respuesta (R.).

SEGUNDA LECTURA (en los domingos y solemnidades)


Está tomada de una carta escrita por un apóstol (casi siempre por san Pablo) dirigida a
alguna de las primeras comunidades cristianas.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO


Aclamamos a Cristo, que nos va a hablar ahora en el Evangelio. Durante la Cuaresma,
el Aleluya se reemplaza con una aclamación distinta. El verso lo canta el coro o el cantor.

EVANGELIO
Es la cumbre de la liturgia de la Palabra. Escuchamos al Señor, que está vivo entre nosotros
y nos habla hoy.

HOMILÍA

PROFESIÓN DE FE
Terminada la homilía, cuando está prescrito, se canta o se dice el Símbolo o Profesión de fe:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,

4 I Misal Mensual
Ordinario de la Misa
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiem pos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escritu­
ras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y
del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, cató­
lica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los m uertos y la vida del mundo
futuro. Amén.

En lugar del Símbolo Niceno-constantinopolitano, sobre todo en el Tiempo de Cuaresma


y en el Tiempo Pascual, se puede emplear el Símbolo bautismal de la Iglesia de Roma,
también llamado “de los Apóstoles”.
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

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LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LOS DONES

Se lleva el pan y el vino al altar. También se recogen los dones para la Iglesia y para los
pobres.

Presentación del pan


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros pan de vida.
-Bendito seas por siempre, Señor.

Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de
quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.

Presentación del vino


Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del
trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presenta­
mos; él será para nosotros bebida de salvación.
-Bendito seas por siempre, Señor.

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea
hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado.

Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a
Dios, Padre todopoderoso.
-El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de
su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

PLEGARIA EUCARÍSTICA

El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.


Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

6 Misal Mensual
Ordinario de la Misa
PREFACIO I DE CUARESMA Significado espiritual de la Cuaresma
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. Por él concedes bondadosamente a tus fieles anhelar gozosos,
año tras año, con el alma purificada, las solemnidades de la Pascua, para que
dedicados con mayor entrega a la oración y a las obras de caridad, por la cele­
bración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser plenamente
hijos tuyos. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y domina­
ciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO II DE CUARESMA El espíritu de la penitencia cuaresmal
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque
misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia para que tus
hijos busquen de nuevo la pureza del alma y así, libres de todo afecto desorde­
nado, no se afanen en las realidades transitorias, sino, antes bien, pongan su
corazón en aquellas que duran para siempre. Por eso, con todos los ángeles y los
santos, te alabamos, diciendo sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO III DE CUARESMA Los frutos de la penitencia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has
querido que nosotros, pecadores, encontremos en nuestras privaciones volunta­
rias un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones
desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesi­
tados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con la multitud de los
ángeles, te alabamos a una sola voz, diciendo: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO VIII PARA LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO
La unidad de la Iglesia proviene de la unidad trinitaria
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues qui­
siste reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la acción del Espíritu Santo, a los
hijos dispersos por el pecado; para que tu pueblo, congregado a imagen de la
unidad trinitaria, fuera reconocido como Iglesia, cuerpo de Cristo y templo del
Espíritu, para alabanza de tu sabiduría infinita. Por eso, unidos a los coros angé­
licos, te aclamamos llenos de alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo-

Buena Prensa | 7
PREFACIO V DE SANTA MARÍAVIRGEN María, imagen de la humanidad nueva
En verdad es justo darte gracias, Padre santo, fuente de la vida y del gozo. Porque
en esta etapa final de la historia has querido revelarnos el misterio escondido desde
siglos, para que así el mundo entero retorne a la vida y recobre la esperanza. En
Cristo, nuevo Adán, y en María, nueva Eva, se revela el misterio de tu Iglesia, como
primicia de la humanidad redimida. Por este inefable don la creación entera, con la
fuerza del Espíritu Santo, emprende de nuevo su camino hacia la Pascua eterna.
Por eso nosotros, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno
de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN I Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siem­
pre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor nuestro. Ya que en él tuviste a bien restaurar todas las cosas y quisiste que
de su plenitud participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo,
y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así,
constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen
en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y
con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo,
Santo, Santo...
PREFACIOV DE DIFUNTOS Nuestra resurrección por la victoria de Cristo
En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Pues,
si morimos por haberlo merecido, es obra de tu misericordia y de tu gracia el que
seamos llamados a la vida con Cristo. En efecto, por el pecado padecemos la
muerte, mas, por la victoria de tu Hijo, fuimos redimidos. Por eso, como los ánge­
les te cantan en el cielo, así nosotros te aclamamos en la tierra, diciendo sin
cesar: Santo, Santo, Santo...

ACLAMACIÓN
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.

8 | Misa! Mensual
(tí

Ordinario de la Mi:
PLEGARIA EUCARÍSTICA II

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre


santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu
Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por
obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y
Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y mani­
festar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un
pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria,
diciendo: Santo, Santo, Santo-
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que
santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que se convier­
tan para nosotros en el Cuerpo y i* la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El
cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó
pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
- Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de
tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a
cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;

Buena Prensa : 9
En los domingos:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de
su vida inmortal;

y con el Papa N., con nuestro Obispo N., y todos los pastores que cuidan de tu
pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

En las Misas por los difuntos se puede añadir:


Recuerda a tu hijo ( hija) N., a quien llamaste ( hoy) de este mundo a tu presencia;
concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta
también con él la gloria de la resurrección.

Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de


la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a con­
templar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la
Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en
tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, com­
partir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Sigue el rito de la Comunión, pág. 14.---------------------------------- — — — ■—_——

PLEGARIA EUCARÍSTICA III


Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus creaturas, ya que
por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida
y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que
hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y * la Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando
gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo;

10 Misal Mensual
Ordinario de la Misa
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo
pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el
perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
-Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de
su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida glo­
riosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en
Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu here­
dad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san
José, los apóstoles y los mártires, (san N.: santo del día o patrono) y todos los
santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salva­
ción al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina
en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a
los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.*
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.

En los domingos:
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia
en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partí­
cipes de su vida inmortal.

Buena Prensa | II
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.
t A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en
tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes, t

Cuando esta Plegaria eucarística se utiliza en las Misas de difuntos, puede decirse:
t Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu pre­
sencia: concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo,
comparta también con él la gloria de la resurrección, cuando Cristo haga resur­
gir de la tierra a los muertos, y transforme nuestro cuerpo frágil en cuerpo
glorioso como el suyo. Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murie­
ron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de
la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque,
al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a
ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo, Señor nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes, t

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Sigue el rito de la Comunión, pág. 14.--------- ; —.«•— —— --.—------------------- —

PLEGARIA EUCARÍSTICA III


PARA LAS MISAS CON NIÑOS
Te damos gracias, Padre, porque tú nos has creado para que vivamos para ti y nos
amemos fraternalmente los unos a los otros. Es un don tuyo que podamos mirar­
nos y dialogar como hermanos, de manera que podamos compartir las cosas
buenas y también las difíciles, f
Por eso, Padre, estamos contentos y te damos gracias. Unidos a todos los que
creen en ti, y con los santos y los ángeles te cantamos con gozo:
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Dios y Padre nuestro, en verdad eres santo, y eres siempre bueno con nosotros.
Tú muestras a todos tu misericordia y nosotros te damos gracias, en primer
lugar, por tu Hijo Jesucristo.

I2 Misal Mensual
Ordinario de la Misa
Él quiso venir al mundo porque los hombres, por el pecado, te habían abandonado y
entre sí no lograban entenderse. Él nos abrió los ojos y los oídos para que recono­
ciéramos que tú eres el Padre de todos y para que nosotros nos amemos unos a otros, t
t Él nos congrega ahora en torno a esta mesa sagrada, porque quiere que haga­
mos lo mismo que él hizo antes en la Última Cena con sus discípulos.
Padre bueno, por la fuerza de tu Espíritu Santo dígnate santificar estos dones
de pan y de vino, de manera que se conviertan para nuestro bien en el Cuerpo
* y en la Sangre de tu Hijo Jesucristo.
Porque él, en aquella tarde, antes de morir por nosotros, mientras cenaba por
última vez con sus discípulos, tomó el pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias de nuevo y lo dio a
sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el per­
dón de los pecados.
Y les dijo también:
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
0 bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
-Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Por eso, Padre santo, estamos reunidos delante de ti y recordamos llenos de ale­
gría todo lo que Jesús hizo para salvarnos. En este santo sacrificio, que él mismo
entregó a la Iglesia, celebramos su muerte y su resurrección. Padre santo, que
estás en el cielo, te pedimos que nos recibas a nosotros junto con tu Hijo amado.
Él aceptó libremente la muerte por nosotros, pero tú lo resucitaste. Por eso, llenos
de alegría, te aclamamos:
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vive siempre junto a ti y, sin embargo, está también con nosotros.
-Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.
Él vendrá al final lleno de gloria y en su Reino no habrá ya pobreza ni dolor,
nadie estará triste, y ya no existirá el imperio del pecado y de la muerte.
—Señor, porque eres bueno, te alabamos y te damos gracias.

Buena Prensa j 13
Padre santo, tú nos llamaste para que con alegría recibiéramos de esta mesa el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Concédenos que, fortalecidos con la fuerza de este
alimento, te agrademos más y más, y por la comunión con el Espíritu Santo, llegue­
mos a ser un solo cuerpo en la caridad.
Acuérdate, Señor, del Santo Padre, el PapaN., de nuestro Obispo N., y de todos
los Obispos.
Ayuda a todos los discípulos de Jesucristo, para que trabajen por la paz del mundo
y sepan comunicar a los demás el don de la alegría, f
t Acuérdate también de nuestros hermanos difuntos que se durmieron en la
paz de Cristo, admítelos a contemplar ya la luz de tu rostro.
A todos nosotros concédenos que, con la Virgen María, la Madre de Dios, con
su esposo san José, ( con san N.) y con todos los santos, vivamos algún día en
el cielo con Cristo y, con él, permanezcamos también junto a ti por toda la
eternidad, cantando tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Padrenuestro
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros
tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan
de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Líbranos de todos los males. Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y prote­
gidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro
Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Rito de la paz
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz les doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes. -Y con tu espíritu.
14 I Misal Mensual
Ordinario de la Misa
Si es oportuno, el diácono, o el sacerdote, invita a los fieles a darse la paz.
Dense fraternalmente la paz.
Fracción del pan
El gesto de la fracción del pan significa que formamos un solo cuerpo los que nos ali­
mentamos del Pan de vida, que es Cristo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Comunión
El sacerdote completa su preparación personal, diciendo en voz baja:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu
Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo
y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus
mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Muestra a los fieles el pan eucarístico:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invita­
dos a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme.

Canto de Comunión
Si no hay canto se dice la antífona de la Comunión. Terminada la Comunión, se
puede orar en silencio por algún espacio de tiempo. También se puede cantar algún
salmo de alabanza.

RITO DE CONCLUSIÓN
El Señor esté con ustedes. -Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo * , y Espíritu Santo, descienda
sobre ustedes. -Amén.
El diácono o el sacerdote dice:
Pueden ir en paz. -Demos gracias a Dios.

Buena Prensa 15
Para quien inicia, se recomienda rezar la Liturgia de las Horas en comunidad y consultar el
Instructivo para la Liturgia de las Horas, incluido en la edición popular de letra grande (2016
y posteriores).
Febrero 2023
GUÍA PARA LA LITURGIA DE LAS HORAS
(Ediciones de 2004 en adelante).

Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas Liturgia de las Horas


Día
popular para los fieles 4 tom os

M iércoles 1 336 764 (III) 1217


Jueves 2 20 y 498 (507) 837 (III) 1364
V iernes 3 361 787 (III) 1255
Sábado 4 373 1116,799 y 842 (III) 1759, 1274 y 1378"
D om ingo 5 13 y 462 (470) 472 y 394 (III) 745 y 152"
Lunes 6 36 1090, 49T y 8 4 2 ‘ (111) 1677,774 y 1380"
M artes 7 48 501 (III) 792
M iércoles 8 62 513 (0 1)811
Jueves 9 74 525 (III) 830
V iernes 10 88 1116, 5 3 8 'y 843 (III) 1759, 852 y 1385
Sábado 11 101 1067, 550' y 843 ' (III) 1624, 871' y 1387"
D om ingo 12 108 y 463 (471) 555 y 395' (III) 880 y 190
Lunes 13 130 575 (III) 909
M artes 14 142 1103,588 y 844 , (III) 1727,929 y 1390
M iércoles 15 155 598 (III) 948
Jueves 16 169 611 (III) 969
V iernes 17 182 623 (III) 989
Sábado 18 195 1076, 636 (10) 1643, 1009*
D om ingo 19 202 y 4 6 4 (4 7 2 )'' 642 y 396' (III) 1019 y 225**
Lunes 20 223 660 (III) 1045
M artes 21 236 672 (III) 1065
M iércoles 22 271 215 y 706 (II) 10,1392’ y 19
Jueves 23 349 2 2 5 " y 777 (II) 11, 1477 y 28 '
V iernes 24 361 234 - y 788 (II) 13,1492’ y 38'*
Sábado 25 373 242" y 798' (II) 1 5 ,1 5 0 7 y 47*
D om ingo 26 13 y 428 (430) 178 y 472 (II) 3, 1099 y 50
Lunes 27 36 195" y 491 (11)7, 1122' y 66**
M artes 28 48 206'* y 502 (II) 8, 1137 y 76"

IMPORTANTE:
1. La paginación corresponde a las I Vísperas, para domingos y solemnidades, y a Laudes, para el resto de los días.
2. La edición popular no incluye todas las celebraciones del Propio de los santos.
3. En la edición popular, el número de página entre paréntesis corresponde a la de letra grande (a partir del 2016).
4. Salmodia: *.
5. Oración y/o elementos propios: **.

16 I Misal Mensual
I de febrero
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de san José, tal como aparecen en
el presente formulario (cfr. Misas votivas. Misal Romano, p. 1205 [1 197]); pero
en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo
del Tiempo Ordinario.

Evitemos el malinchismo

El malinchismo, esa manía de pensar que quienes están más allá


de nuestro espacio son por ese sólo hecho mejores que noso­
tros, es algo que padecemos -a veces menos, otras más- como
pueblo; de ahí que la expresión“Todos honran a un profeta, menos
c o m e n t a r io |os su t¡e rra.. (v. 4) no debe tomarse como un mensaje para
AL EVANGELIO ' ’ , ’ r
practicar sino como una realidad a evitar. Jesús sufrió en carne
propia las consecuencias de los complejos de inferioridad de sus paisanos
que, por con ocer su origen, familia y oficio desconfiaban sistem ática­
mente de su actuación y enseñanza. Marcos señala, con cierta sutileza, pero
no sin precisión que, a causa de esta desconfianza Jesús no puede hacer mila­
gros relevantes en su beneficio; con excepción “sólo curó a algunos enfermos
imponiéndoles las manos” (v. 5) e indica que estaba asombrado de su falta de
fe (v. 6). Son las dos consecuencias inmediatas de los complejos de infe­
rioridad individuales o colectivos: obstaculizar la acción salvífica de Dios en
nuestra vida, por un lado; y por otro, entrar en un proceso —por desgracia
en ocasiones sin retorno- de desconfianza en uno mismo de tal manera que
al perder la confianza en nosotros mismos impedimos que Dios actúe entre
nosotros.

¿Qué tanto som os malinchistas en lo económ ico, social, cultural y reli­


gioso? ¿Qué podemos hacer para superar este complejo?

***

I de febrero ¡ I7
MISA VOTIVA DE SAN IOSÉ
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Le 12, 42


Éste es el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su
familia.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José
como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezca­
mos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector
en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El Señor corrige a los que ama.
De la carta a los hebreos: 12, 4-7.11-15

ermanos: Todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la


H lucha contra el pecado, y ya se han olvidado de la exhortación que
Dios les dirigió, como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la correc­
ción del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor
corrige a los que ama y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues,
la corrección, porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que
no corrija a sus hijos?
Es cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino
más bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos
de paz y de santidad.
Por eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes;
caminen por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino
más bien, se alivie.
Esfuércense por estar en paz con todos y por aquella santificación, sin
la cual no es posible ver a Dios. Velen para que nadie se vea privado de la
gracia de Dios, para que nadie sea como una planta amarga, que hace
daño y envenena a los demás.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

18 I de febrero
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 102
R. El Señor es bueno, el Señor nos ama.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Ben­
dice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R.
Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor
con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que
somos barro, no se olvida. R.
El amor del Señor a quien lo teme, es un amor eterno y entre aquellos
que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27


R. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R.

EVANGELIO
Todos honran a un profeta, menos los de su tierra.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6 ,1-6

n aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos.


E Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multi­
tud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este
hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para
hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano
de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus
hermanas?”. Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra,
sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo
curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado
de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pue­
blos vecinos.
Palabra del Señor. R Gloria a ti, Señor Jesús.

I de febrero I 19
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te
suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la
intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo
las veces de padre, a tu Unigénito. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san
José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen
Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe
de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigé­
nito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, cele­
bran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus
voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21


Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos
concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión
de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios
a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jesús se lamenta de que aquellos a quienes más quería no recibie­
ran sus palabras con agrado y fe. A veces también nosotros nos
lamentamos de la falta de fe y compromiso de nuestros familia­
res y amigos; sin embargo, debemos seguir con ellos, consolán-
p a r a m e d it a r dolos y dando testimonio, un día la puerta se abrirá. ¡Confiemos!

20 I de febrero
2 de febrero
Jueves
PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Fiesta * Blanco

Los orientales llaman a esta fiesta Hípapante-EI Encuentro. El Señor, niño, es pre­
sentado en el Templo. Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, dan testimonio
de lo que es Cristo. Simeón dice que será Luz de los pueblos; por eso las candelas.
Hoy se clausuran las solemnidades de la Manifestación o Epifanía del Señor.

No olvidemos nuestras raíces

Con frecuencia, aunque no siempre por maldad, olvidamos nues­


tras raíces y desechamos ciertas tradiciones valiosas de nuestros
ancestros. Es probable que las comunidades que escuchaban por
COMENTARIO
primera vez este relato tuvieran un problema semejante, y que el
AL EVANGELIO autor del evangelio quisiera recordarles al presentar a José y a
María siendo fieles a la tradición de sus antepasados lo impor­
tante que era observar ciertas tradiciones; de esta manera los retrata obser­
vando con precisión, pero con libertad, la tradición de llevar a presentar a su
hijo. Con razón, la presentación en el Templo es para Lucas una ocasión para
recordar una convicción: aquel niño es el Salvador porque abre los ojos
para ver con claridad e ilumina a las personas para que caminen con hones­
tidad (v. 3 1). Asimismo, precisa una realidad: jesús introduce a todos, comen­
zando por su Madre, en una especie de conflicto benévolo que hará surgir la
transparencia (v. 35). Y, por último, se ofrece una esperanza: la redención, es
decir, la liberación de todo lo que impide la felicidad integral de las personas
(v. 38).Todo esto debería servir como trasfondo y hasta como consecuencia
de conservar adecuadamente nuestras raíces.

¿Valoramos adecuadamente nuestras raíces y tradiciones? ¿Qué deberíamos


hacer para que estas raíces y tradiciones nos ayuden a transformar nuestro
entorno?

***

2 de febrero I 21
Bendición de las velas y procesión

Primera forma: Procesión

1. A una hora conveniente, se reúnen los fieles en otra iglesia o en algún lugar
adecuado, fuera de la iglesia a donde va a dirigirse la procesión. Los fieles sostie­
nen en sus manos las velas apagadas.

2. El sacerdote, revestido con vestiduras litúrgicas de color blanco, como para la


Misa, se acerca junto con los ministros al lugar donde el pueblo está congregado.
En lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial, que dejará una vez terminada
la procesión.

3. Mientras se encienden las velas, se canta la siguiente antífona:


Nuestro Señor viene con gran poder,
para iluminar los ojos de sus siervos. Aleluya.

O bien otro canto apropiado.

4. El sacerdote, terminado el canto, dirigiéndose al pueblo, dice: En el nombre del


Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Luego saluda al pueblo como de costumbre.
Después dice una monición introductoria al rito, invitando a los fieles a participar
en él activa y conscientemente, con estas palabras u otras semejantes:
Queridos hermanos: Hace cuarenta días,
celebramos con júbilo el nacimiento del Señor.
Hoy conmemoramos el día dichoso
en que Jesús fue presentado en el templo por María y José,
para cumplir públicamente con la ley de Moisés,
pero, en realidad,
para venir al encuentro de su pueblo que lo esperaba con fe.
Impulsados por el Espíritu Santo,
vinieron al templo aquellos dos santos ancianos, Simeón y Ana,
e iluminados por el mismo Espíritu, reconocieron al Señor
y lo anunciaron jubilosamente a todos.
Así también nosotros,
congregados en la unidad por el Espíritu Santo,
vayamos al encuentro de Cristo en la casa de Dios.

22 I 2 de febrero
Lo encontraremos y reconoceremos en la fracción del pan,
mientras llega el día en que se manifieste glorioso.

5. Después de la monición, el sacerdote bendice las velas, diciendo, con las manos
extendidas:
Oremos.
Dios nuestro, fuente y origen de toda luz,
que en este día manifestaste al justo Simeón
la Luz destinada a iluminar a todas las naciones,
te pedimos humildemente
que te dignes recibir como ofrenda
y santificar con tu bendición estas velas
que tu pueblo congregado va a llevar
para alabanza de tu nombre,
de manera que, siguiendo el camino de las virtudes,
pueda llegar a la luz inextinguible.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

O bien:

Oremos.
Dios nuestro, luz verdadera,
autor y dador de la luz eterna,
infunde en el corazón de tus fieles
la claridad perpetua de tu luz
para que todos los que, en tu santo templo,
son iluminados con el resplandor de estas luces,
puedan llegar felizmente a la luz de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Y rocía las velas con agua bendita, sin decir nada, y pone incienso para la procesión.

6. El sacerdote recibe entonces del diácono u otro ministro la vela encendida des­
tinada para él e inicia la procesión, mientras el diácono (o en su ausencia, el
mismo sacerdote) dice:
Avancemos en paz al encuentro del Señor.

2 de febrero i 23
O bien:
Avancemos en paz.

En ambos casos, todos responden:


En el nombre de Cristo. Amén.

7. Todos llevan sus velas encendidas. Durante la procesión se canta una de las
antífonas siguientes: la antífona Cristo es la luz enviada, con el cántico de Simeón
(Le 2, 29-32), o la antífona Adorna tu alcoba, u otro canto apropiado:

Ant. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones


y para gloria de Israel.

V Ahora, Señor, ya puede morir en paz tu siervo, según


tu promesa.

Ant. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones


y para gloria de Israel.

V. Porque mis ojos han visto a tu Salvador.

Ant. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones


y para gloria de Israel.

V. Al Salvador, a quien has puesto a la vista de todos


los pueblos.

Ant. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones


y para gloria de Israel.

24 I 2 de febrero
II

Ant. Adorna tu alcoba, Sión, y acoge a Cristo Rey;


recibe a María, la puerta del cielo;
ella lleva al Rey de la nueva luz gloriosa;
escucha, Virgen María, llévanos de la mano
hasta tu Hijo, luz de las naciones,
a quien recibió Simeón en sus brazos
y lo anunció a todos los pueblos:
es el Señor que da la vida y la muerte,
el Salvador del mundo.

8. Al entrar la procesión en la iglesia, se canta la antífona de entrada de la Misa.


Al llegar el sacerdote al altar, hace la debida reverencia y, si se cree conveniente,
lo inciensa. Luego se dirige a la sede, en donde se quita la capa pluvial, si la usó
en la procesión, y se pone la casulla. Ahí mismo, después de que se ha cantado el
himno del Gloria dice la oración colecta como de ordinario. Prosigue luego la M/sa
de la manera acostumbrada.

Segunda forma: Entrada solemne

9. En donde no puede hacerse la procesión, los fieles se reúnen en la iglesia,


teniendo las velas en sus manos. El sacerdote, revestido con las vestiduras litúrgi­
cas blancas para la Misa, va en compañía de los ministros y de una representación
de los fieles a un sitio adecuado, ya sea ante la puerta de la iglesia o en el interior de
la misma, en donde, por lo menos una gran parte de los fieles, puedan participar
cómodamente en el rito.

10. Al llegar el sacerdote al sitio escogido para la bendición de las velas, se encien­
den éstas, y se canta la antífona Nuestro Señor viene con gran poder (n. 3) u otro
canto apropiado.

11. Enseguida el sacerdote, después del saludo al pueblo y de la monición, bendice


las velas, como se indica en los números 4-5; se efectúa luego la procesión al altar,
con el canto (nn. 6-7). Para la Misa se observa lo indicado en el número 8.

2 de febrero i 25
Misa

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 47,10-11


Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu ala­
banza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está
llena de justicia.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, suplicamos humildemente a tu majestad
que así como en este día fue presentado al templo tu Unigénito en su
realidad humana como la nuestra, así nos concedas, con el espíritu puri­
ficado, ser presentados ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan.
Del libro del profeta Malaquías: 3 ,1-4

sto dice el Señor: “He aquí que yo envío a mi mensajero. Él prepa­


E rará el camino delante de mí. De improviso entrará en el santuario el
Señor, a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien ustedes
desean. Miren: Ya va entrando, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién quedará en pie
cuando aparezca? Será como fuego de fundición, como la lejía de los
lavanderas. Se sentará como un fundidor que refina la plata; como a la
plata y al oro, refinará a los hijos de Leví y así podrán ellos ofrecer, como
es debido, las ofrendas al Señor. Entonces agradará al Señor la ofrenda de
Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 23


R. El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va


a entrar el rey de la gloria! R.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor,
poderoso en la batalla. R.

26 I 2 de febrero
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque
va a entrar el rey de la gloria! R.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey
de la gloria. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Le 2, 32


R. Aleluya, aleluya.
Cristo es la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo,
Israel. R.

EVANGELIO
Mis ojos han visto al Salvador.
Del santo Evangelio según san Lucas: 2,22-40

ranscurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de


T Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al
Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será
consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de
tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y teme­
roso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espí­
ritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes
al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José
y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la
ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me
habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has pre­
parado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y
gloria de tu pueblo, Israel”.
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes pala­
bras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este
niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel,
como signo que provocará contradicción, para que queden al descu­
bierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te
atravesará el alma”.

2 de febrero 27
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser.
Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y
tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de
día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó
en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los
que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Una vez que José y María cumplieron todo lo que prescribía la ley del
Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba cre­
ciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios
estaba con él.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te sea grata, Señor, la ofrenda de tu Iglesia desbordante de ale­
gría, tú que quisiste que tu Unigénito te fuera ofrecido, como Cordero
inmaculado, para la vida del mundo. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gra­
cias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno.
Porque al ser presentado hoy en el templo tu Hijo, eterno como tú, fue
proclamado por el Espíritu Santo gloria de Israel y luz de las naciones.
Por eso, nosotros, al acudir hoy llenos de júbilo al encuentro del Sal­
vador, te alabamos con los ángeles y los santos, diciendo sin cesar: Santo,
Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 2, 30-31


Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has puesto ante la vista de todos
los pueblos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor, por este santo sacramento que acabamos de recibir, lleva a su ple­
nitud en nosotros la obra de tu gracia, tú, que colmaste las esperanzas de
Simeón; para que, así como él no vio la muerte sin que antes mereciera
tener en sus brazos a Cristo, así nosotros, al salir al encuentro del Señor,
merezcamos alcanzar la vida eterna. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.

28 I 2 de febrero
La fiesta de la Candelaria o de la Presentación es una mani­
festación pública y a la vez discreta de la salvación que trae
Jesús. Hoy queremos renovar nuestra esperanza grande y
última en Dios. Si tenem os apagada la luz de la fe, la quere-
p a r a m e d it a r mos volver a encender.“Señor, auméntanos la fe”.

3 de febrero
Viernes
SAN BLAS, obispo y m ártir
Memoria libre * Rojo

El culto a san Blas, obispo de Sebaste (Armenia), hacia el año 320, se extendió
por el Occidente desde el siglo XI gracias a todos los milagros que la tradición
le atribuía. Se le conoce como abogado especial de enfermedades de la garganta.
Se han construido desde entonces muchos templos en su honor.

En vez de la Misa de san Blas, que va a continuación, se puede celebrar Misa de


feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo Ordinario), con
las lecturas de hoy, la de *san Óscar (p. 33) o alguna Misa votiva.

Atentos ante el poder

El poder siempre es ambiguo y conduce a una confusión seme­


jante a quienes lo ejercen; un retrato de esto es el rey Herodes.
Por una parte, reconoce que Juan, a quien había mandado matar,
podría haber resucitado; es una ambigüedad nefasta de ánimo de
COMENTARIO
quien hace daño con su poder: pensar que a causa del mal obrado
AL EVANGELIO ^ i i f i
puede venir un bien imprevisto, tranquilizando falsamente su
conciencia para continuar ejerciendo el mal con mayor impunidad (v. 16).
Asimismo, se deja entrever cierto cinismo en su actitud pues aunque no tiene
problema en admitir la buena fama de Jesús, aprovecha la ocasión para aceptar,
sin responsabilizarse, que él mismo había mandado matar a Juan Bautista. Por
otra, el narrador da cuenta de que el poder sólo puede ser desempeñado por
individuos carentes de carácter. Herodes, según el relato, respetaba a Juan
(v. 20), sin embargo, bastó un poco de presión política y social, así como un

3 de febrero ! 29
derroche sensual en su presencia para que, haciendo alarde de su poder,
mandara asesinar al profeta Juan. Eso es lamentable: quienes tienen poder se
comportan ambiguamente, a su conveniencia siempre, constituyéndose en
verdugos de las personas más que en sus cuidadores.

¿De qué manera se da esto en nuestros ambientes? ¿Qué podríamos hacer


para no caer en estas trampas del poder?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante
la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.

ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, a tu pueblo que, con la ayuda del m ártir san Blas, te
suplica le concedas gozar de paz en la vida presente, y tu auxilio para
alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.
De la carta a los hebreos: 13,1-8

ermanos: Conserven entre ustedes el amor fraterno y no se olviden


H de practicar la hospitalidad, ya que por ella, algunos han hospedado
ángeles sin saberlo. Acuérdense de los que están presos, como si ustedes
mismos estuvieran también con ellos en la cárcel. Piensen en los que son
maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir.
Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyu­
gal irreprochable, porque a los que cometen fornicación y adulterio, Dios
los habrá de juzgar.
Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se
contente con lo que tiene. Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abando­
naré; por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza: El Señor
cuida de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres?

30 3 de febrero
Acuérdense de sus pastores, que les predicaron la palabra de Dios.
Consideren cómo terminaron su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo
ayer, hoy y siempre.
Palabra de Dios. R. Te alabamos. Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 26


R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es


la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.
Aunque se lance contra mí un ejército, no temerá mi corazón; aun
cuando hagan la guerra contra mí, tendré plena confianza en el Señor. R.
Porque el Señor me procuró un refugio en los tiempos aciagos; me
esconderá en lo oculto de su tienda y él me pondrá a salvo. R.
El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No me abando­
nes ni me dejes solo, mi Dios y salvador. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Le 8, 15


R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y
sincero, y perseveran hasta dar fruto. R.

EVANGELIO
Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6 ,14-29

n aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto, llegó


E a oídos del rey Heredes el rumor de que Juan el Bautista había resu­
citado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían que era Elias; y
otros, que era un profeta, comparable a los antiguos. Pero Heredes insistía:
“Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado”.
Heredes había mandado apresar a Juan y lo había metido y encade­
nado en la cárcel. Heredes se había casado con Herodías, esposa de su
hermano Filipo, y Juan le decía: “No te está permitido tener por mujer a
la esposa de tu hermano”. Por eso Heredes lo mandó encarcelar.

3 de febrero ¡ 3 I
Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la
vida; pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan,
pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando
lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.
La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus
oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños.
La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a
Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: “Pídeme lo
que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias veces: “Te daré lo que me
pidas, aunque sea la mitad de mi reino”.
Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?”. Su madre le con­
testó: “La cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al
rey y le dijo: “Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza
de Juan el Bautista”.
El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convida­
dos, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que
trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la
cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su
madre.
Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver
y lo sepultaron.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para
que, por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que san
Blas venció en su cuerpo todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Mt 16, 24


El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz
y que me siga, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella
fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir san Blas fiel en tu servicio y
victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

32 i 3 de febrero
***

*San Óscar, obispo (mi), blanco (MR, p. 703 [693]).

Nació a principios del siglo IX. Fue monje de una abadía francesa enviado a
misionar en Alemania. Fue obispo de Hamburgo y después de Bremen. Anun­
ció el Evangelio en Dinamarca y Suecia. Murió el año 865.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que enviaste a tu santo obispo Óscar para evangelizar a
numerosos pueblos, concédenos, por su intercesión, caminar siempre en
la luz de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar en
esta festividad de san Óscar, para que nos alcancen tu perdón y den glo­
ria a tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por estos sagrados misterios, Señor, te suplicamos humil­
demente que, a ejemplo de san Óscar, nos esforcemos en profesar lo
que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.
El remordimiento atormentaba al rey Herodes, quien al escu­
char la fama de Jesús recordaba el asesinato que cometió al
mandar decapitar a Juan el Bautista. Los remordimientos, que
ponen la vida interior “patas arriba”, lo ponían en ese tipo
PARA MEDITAR
de dudas que pueden desquiciar. Pidamos a Dios no vivir con
remordimientos, perdonando y perdonándonos.

3 de febrero I 33
4 de febrero
Sábado
SANTA ÁGUEDA,
virgen y m ártir
Memoria * Rojo

Joven siciliana que dio la vida por Cristo en Catania, durante la persecución del
emperador Dedo (251). Sus conciudadanos la invocan con mucha confianza, espe­
cialmente en las erupciones del volcán Etna. Su culto se extendió pronto por el
Oriente y el Occidente.

Para que nuestro trabajo tenga sentido

El trabajo, ni siquiera el apostólico, lo es todo; para que éste sea


saludable debe combinarse adecuadamente con otras actitu­
des. Así lo deja entrever Marcos al señalar que, además del tra­
bajo intenso, se requieren momentos para estar con Jesús y
al° e v a n g e l io Para com Part'r 1° cotidiano de la existencia con los demás
seguidores; sólo así el trabajo no servirá de escape para evitar
encontrarse consigo mismo y, mucho menos, se tendrá com o pretexto para
evadir a los demás miembros de la comunidad. De este modo, el misionero
debe darse tiempo para estar con Jesús, es decir, para asumir sus conviccio­
nes e impregnarse de sus enseñanzas, viviendo en un encuentro permanente
con él. Además, el discípulo misionero tiene que darse tiempo para lo coti­
diano, para compartir la vida con sus compañeros de camino. Nunca, según
Marcos, el reposo bien entendido y las relaciones interpersonales correcta­
mente llevadas, mucho menos el tiempo dedicado a la relación permanente
con el Maestro, serán momentos perdidos o desaprovechados respecto del
trabajo misionero. Por el contrario, todo esto le añade sentido y alcance, no
sólo al apostolado específico que desempeñamos, sino a cualquier trabajo
que tengamos.

¿Por qué a veces le perdemos sentido a lo que hacemos? ¿Qué debería­


mos hacer para que tod os nuestros trabajos tengan razón y sentido?
***

34 4 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor,
ofrenda de pudor y víctima de castidad.

ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que la santa virgen y m ártir Águeda implore para
nosotros tu misericordia, ya que te fue siempre grata, tanto por la for­
taleza de su martirio como por el mérito de su virginidad. Por nuestro
Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Que el Dios de la paz, que resucitó al pastor eterno de las ovejas, los enriquezca
con toda clase de dones.
De la carta a los hebreos: 13,15-17.20-21

ermanos: Ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesu­


H cristo, el sacrificio de alabanza, es decir el homenaje de los labios
que bendicen su nombre.
No se olviden nunca de practicar la generosidad y de compartir con
los demás los bienes de ustedes, porque éstos son los sacrificios que agra­
dan a Dios. Obedezcan con docilidad a sus pastores, pues ellos se des­
velan por ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Así
podrán ellos trabajar con alegría y sin quejarse, pues lo contrario no sería
para ustedes de ningún provecho.
Que el Dios de la paz, el que, mediante la sangre de una alianza eterna,
resucitó de entre los muertos al pastor eterno de las ovejas, Jesucristo,
nuestro Señor, los enriquezca a ustedes con toda clase de dones para cum­
plir su voluntad y haga en ustedes todo lo que es de su agrado, por medio
de Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

4 de febrero I 35
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 22
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar


y hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me
unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi
vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27


R. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R.

EVANGELIO
Andaban como ovejas sin pastor.
tjfí Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 30-34

n aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le con­


E taron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo:
“Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”.
Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni
para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apar­
tado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos
los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelan­
taron.
Cuando Jesús desem barcó, vio una num erosa m ultitud que lo
estaba esperando y se com padeció de ellos, porque andaban como
ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor. R Gloria a ti, Señor Jesús.

36 4 de febrero
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración
de santa Águeda, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato
el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN A p o c 7 ,1 7
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la
vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada Águeda
por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la
eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal,
consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El corazón de Jesús es muy sensible a las necesidades de


todas las personas. Él, mejor que nadie, sabe que muchas veces
andamos com o ovejas sin pastor. Jesús es nuestro verdadero
Pastor, la única brújula que indica el norte del amor, que es la
PARA MEDITAR
felicidad. Hoy vamos a escucharlo en algún momento de ora­
ción silenciosa.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: I° semana del Salterio.
Tomo III:pp. 745 y 152;para los fieles:pp. 472 y 394;
edición popular: pp. 13 y 462 (470*).

* A partir de la edición 2 0 16 de letra grande.

4 de febrero I 37
5 de febrero
V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

Seamos útiles como la sal y la luz

Una sociedad crece y madura en la medida en


que sus miembros viven su existencia de
manera útil. Quizá esto quería dar a entender
Jesús, según Mateo, cuando encarga a sus dis­
cípulos que sean sal de la tierra y luz del
mundo. En la antigüedad ambos elementos
tenían la peculiaridad de ser sensiblemente
útiles para la vida cotidiana: la sal servía para
conservar y dar sabor a los alimentos, tam­
bién como remedio para ciertas enferme­
dades y como elemento de transformación
“U stedes son la sal d e la tierra.
como en el caso de la curtición de pieles. En
Si la sal se vuelve insípida,
el caso de la luz su utilidad es más evidente:
¿con q u é se le devolverá el sabor?”.
servía para iluminar los espacios comunes,
para guiarse en la obscuridad y acompañaba
a la gente en los momentos más alegres (las fiestas) así como en los más tristes (los
funerales). Todo esto confirma su función, pero sobre todo su utilidad. Por eso,
cuando Jesús encarga a sus discípulos que sean sal de la tierra y luz del mundo
(vv. 13. 14) les está pidiendo que sean útiles al crecimiento de la comunidad, a la
maduración de la sociedad; pero no lo deben hacer al modo en que se les ocurra o
que les convenga, sino a como él mismo lo ha expresado en las Bienaventuranzas
(vv. 3-12). Ahora bien, esta actitud para sumar en la edificación de la comunidad no
es opcional; así como la sal si no sala pierde su función y si la luz no ilumina sacrifica
su sentido, los seguidores de Jesús tienen la responsabilidad irrenunciable de com­
prometerse en el bien común. No hay otra manera de ser auténticos discípulos de
Jesús: o se comprometen de este modo o serán unos farsantes, como lobos disfraza­
dos de ovejas (7, 15).

¿En qué nos hace reflexionar la responsabilidad de aportar a la construcción de una


mejor comunidad? ¿Qué tendríamos que hacer para mejorar nuestra Iglesia y nuestra
sociedad?

38 5 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 94, 6-7
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él e s .
nuestro Dios.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa,
que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu
protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo...

Escuchemos la llamada del profeta: la fe se expresa en la forma


de relacionarnos con los demás, con un compromiso de soli­
daridad, de generosidad. Eso es lo que Dios quiere, y aquel que
MONICIÓN
lo cumple experimenta que su vida resplandece con su luz.

PRIMERA LECTURA
Entonces surgirá tu luz como la aurora.
Del libro del profeta Isaías: 58, 7-10

sto dice el Señor: “Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa


E al pobre sin techo, viste al desnudo y no des la espalda a tu propio
hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa
tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu
marcha.
Entonces clamarás al Señor y él te responderá; lo llamarás y él te dirá:
‘Aquí estoy’.
Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto
amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el ham­
briento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las tinieblas
y tu oscuridad será como el mediodía”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 111


B. Carrillo B.P. 1543
% Din Gm Dm C F Bb Gm Dm
l • ■ * s 1
<D ■ V V ■- / * • i • • *
E l ju s-to b ri - lia c o - ■m o lu z en la s ti - n ie M as.

5 de febrero I 39
R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas
brilla. Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente,
jamás se desviarán. R.
El justo no vacilará; vivirá su recuerdo para siempre. No temerá malas
noticias, porque en el Señor vive confiadamente. R.
Firme está y sin temor su corazón. Al pobre da limosna, obra siempre
conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria. R.

San Pablo, en esta lectura, explica cómo su predicación nunca


se ha basado en las palabras sabias y elocuentes, sino en dar
testimonio de Jesús, débil y humilde, pero lleno de la fuerza de
MONICIÓN
Dios.

SEGUNDA LECTURA
Les he anunciado a Cristo crucificado.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2,1-5

ermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el


H Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje
o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo,
más aún, de Jesucristo crucificado.
Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les
hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de
hom bre sabio; al contrario, los convencí por m edio del Espíritu y
del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder
de Dios y no de la sabiduría de los hombres.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8,12


B.P. 1033 Palazón C F C G7 C

A-le- lu-ya, aleluya, a-le-lu - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de
la vida. R.

40 5 de febrero
San Mateo nos presenta al mismo Cristo declarando que sus
seguidores tienen que ser sal de la tierra y luz del mundo, para
dar sabor y brillar ante los hombres por sus buenas obras, dando
así gloria al Padre celestial.
MONICIÓN

EVANGELIO
Ustedes son la luz del mundo.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 5 ,13-16

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la


E tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor?
Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad cons­
truida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se
esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelera, para
que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para
que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que
está en los cielos”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti. Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, elevemos con fervor nuestras súplicas a Dios Padre miseri­
cordioso.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por el Papa, los obispos y los presbíteros y por la vida consagrada,
para que ejerzan fielmente su ministerio. Oremos,
t Por las parroquias, para que, poniendo la Comunión en el centro,
sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los
más necesitados. Oremos,
t Por toda la familia humana, para que goce abundantem ente de
la divina bondad de Dios y se vea libre del tráfico de personas.
Oremos.

5 de febrero 41
[R. Padre, escúchanos.]
t Por nuestros gobernantes y los dirigentes económicos, para que
sean siempre asistidos por la sabiduría y fortaleza divinas y promue­
van que las riquezas lleguen a todos y nadie sufra por no tener lo
necesario para vivir. Oremos,
t Por todos los que estamos reunidos en la fe y en la caridad, para
que demos con nuestra vida un firme testim onio de adhesión a
Cristo. Oremos.
Dios nuestro, que en la cruz has manifestado cómo tu sabiduría está
por encima de la prudencia del mundo, escucha nuestras oraciones y
concédenos que, fervorosos en la fe y fuertes en la caridad, seamos luz
del mundo y sal de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra sobre todo para
ayuda de nuestra fragilidad, concédenos que también se conviertan
para nosotros en sacramento de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 106, 8-9


Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace
en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de
comer a los hambrientos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, que quisiste hacernos participar de un mismo pan y un
mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera que, hechos uno en Cristo,
demos fruto con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nues­
tro Señor.

42 I 5 de febrero
“QUE DE IGUAL MANERA BRILLE LA LUZ
DE USTEDES ANTE LOS HOMBRES”

Nuestro Señor Jesucristo es la única * Porque sólo los criterios de


Luz del mundo, pero él llama a todos Cristo pueden llevar a la huma­
los bautizados, a su Cuerpo Mís­ nidad por el buen camino, ya
tico -a nosotros-, a llevar su luz a que él “conoce lo que hay den­
todos los rincones de este planeta. tro del hombre. ¡Sólo él lo
conoce!”, y su voluntad es que
Cuando el mundo camina sin lleguemos a puerto seguro al final
Dios, es cuando “se da de fren­ de nuestra vida en esta tierra.
tazos contra una pared” (gue­
rras, dictaduras, injusticias, robos, * Dios nos ha dado sus Manda­
asesinatos, secuestros, etc.), por­ mientos para nuestro bien; él
que sólo la Luz divina puede sabe que son el camino seguro
iluminar nuestros senderos, para para alcanzar la felicidad verda­
no tropezar y caer en medio dera: “La ley del Señor es per­
de la oscuridad (“Tu palabra es fecta y es descanso del alma”
una lámpara para mis pasos, (Sal 18 [19], 8).
y una luz en mi camino”; Sal
I 18 [I 19], 105).

Llevemos la luz de Cristo a todos nuestros ambientes,


y así haremos mucho bien.

5 de febrero 43
6 de febrero
Lunes
SANTOS PABLO MIKI
y COMPAÑEROS, m ártires
Memoria * Rojo

El 5 de febrero de 1597, en Nagasaki (Japón) fueron crucificados veintiséis cris­


tianos (misioneros jesuítas y franciscanos, religiosos japoneses, como Pablo Miki, y
diecisiete laicos: catequistas, intérpretes, médicos y niños). Sonriendo y cantando
sufrieron el martirio (entre ellos estaba san Felipe de Jesús).

La presencia salvadora de Jesús es real

Podemos percibir la presencia de otra persona a través de la


vista y del oído, incluso del olfato, pero es a través del tacto con
el que podemos tener plena seguridad de que alguien no es una
ilusión, mucho menos un invento nuestro. Con razón a esta altura
COMENTARIO
AL EVANGELIO
del relato, Marcos dice que la gente pedía a Jesús que le permi­
tiera tocar, al menos, la orla de su manto (v. 56); deseaban sentir
su presencia, querían constatar que aquel hombre que los trataba con digni­
dad y que permanecía con ellos por amor no era una ilusión. El evangelista ya
había adelantado, en el caso de la hemorroísa (5,27-28), que el deseo de tocar
a Jesús no correspondía a una especie de creencia mágica, sino más bien, a la
convicción de que él ofrecía la salvación que, en estos casos, se entiende como
alivio de los sufrimientos. Podemos decir, por tanto, que la presencia de Jesús
es algo real, las consecuencias de su proyecto son (deberían ser) experiencias
que se pueden palpar y que se deben proclamar en las plazas (v. 56), es decir,
más allá de los espacios a los que estamos cómodamente acostumbrados.

¿En qué nos da esperanza que la presencia salvadora de Jesús es real? ¿Qué
podemos hacer para ser testigos de este alivio que sigue ofreciendo el Señor?
***

44 6 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ahora gozan en el cielo las almas de los santos, que siguieron en la tierra
las huellas de Cristo; y, porque lo amaron hasta derramar su sangre por
él, con Cristo se gozan eternamente.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fortaleza de los santos, que por medio de la cruz te dignaste
llam ar a la gloria a los santos m ártires Pablo Miki y com pañeros,
concédenos, por su intercesión, que mantengamos firmemente hasta la
muerte la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Dios dijo y así fue.
Del libro del Génesis: 1,1-19

n el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y


E caos; y las tinieblas cubrían la faz del abismo. El espíritu de Dios se
movía sobre la superficie de las aguas.
Dijo Dios: “Que exista la luz”, y la luz existió. Vio Dios que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz “día” y a las tinieblas,
“noche”. Fue la tarde y la mañana del primer día.
Dijo Dios: “Que haya una bóveda entre las aguas, que separe unas
aguas de otras”. E hizo Dios una bóveda y separó con ella las aguas de
arriba, de las aguas de abajo. Y así fue. Llamó Dios a la bóveda “cielo”. Fue
la tarde y la mañana del segundo día.
Dijo Dios: “Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo lugar
y que aparezca el suelo seco”. Y así fue. Llamó Dios “tierra” al suelo
seco y “mar” a la masa de las aguas. Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: “Verdee la tierra con plantas que den semillas y árboles que
den fruto y semilla, según su especie, sobre la tierra”. Y así fue. Brotó de
la tierra hierba verde, que producía semilla, según su especie, y árboles
que daban fruto y llevaban semilla, según su especie. Y vio Dios que era
bueno. Fue la tarde y la mañana del tercer día.
Dijo Dios: “Que haya lumbreras en la bóveda del cielo, que separen el
día de la noche, señalen las estaciones, los días y los años, y luzcan en la

6 de febrero 45
bóveda del cielo para iluminar la tierra”. Y así fue. Hizo Dios las dos gran­
des lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día y la menor, para regir
la noche; y también hizo las estrellas. Dios puso las lumbreras en la bóveda
del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y separar la
luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Fue la tarde y la mañana del
cuarto día.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 103


R. Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te


vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles asentaste la tierra para siempre. Con un
vestido de mares la cubriste y las aguas en los montes concentraste. R.
En los valles haces brotar las fuentes, que van corriendo entre monta­
ñas; junto al arroyo vienen a vivir las aves, que cantan entre las ramas. R.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas. Bendice al Señor, alma mía. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO •> C/r. Mt 4, 23


R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda
enfermedad. R.

EVANGELIO
Cuantos tocaban a Jesús quedaban curados.
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 53-56

n aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago


E y tocaron tierra en Genesaret.
Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella
región acudían a él, a cualquier parte donde sabían que se encontraba, y
le llevaban en camillas a los enfermos.
A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la
gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los
dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban
curados.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

46 I 6 de febrero
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la conmemo­
ración de estos santos m ártires y a nosotros tus siervos concédenos
perm anecer siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 22, 28-30


Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les
voy a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable
el misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacri­
ficio, permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la
Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

(2)
Sigue creciendo la fama de Jesús.Todos lo buscan para que los
sane. Pero a Jesús no le satisface ser buscado sólo para hacer
milagros, quiere que se le escuche para que crean en él como
verdadero Hijo de D ios.“Señor, enséñame a recurrir a ti para
PARA MEDITAR escucharte y formarme mejor com o discípulo”.

7 de febrero
MARTES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los familiares y amigos, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias,
Misal Romano, p. 1152 [ 1 144]); pero en su lugar pueden utilizarse las del
domingo anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Para humanizarnos más

El principal desafío que tenemos quienes nos decimos cristianos


no es iniciar un camino de perfección; esto por lo general genera
comportamientos de desprecio y hasta de asco con quienes no
son, piensan o se comportan como nosotros. Según el evangelio,
COMENTARIO
AL EVANGELIO
la tarea de los discípulos es iniciar con generosidad un proceso
permanente de humanización. Y a esto parece referirse todo el
7 de febrero 47
capítulo siete de Marcos que comenzamos a leer hoy. Así, por ejemplo, hoy se
enfatiza que una persona y una comunidad se humanizan cuando, en lugar de
observar servilmente ciertas tradiciones a conveniencia, se esfuerzan por vivir
valores por convicción. Además, una comunidad es más humana cuando no
pone como pretexto el cumplimiento de ciertos preceptos religiosos para
evadir olímpicamente la solidaridad con los más cercanos y para impedir el
com prom iso con los más vulnerables.Y, por último, la humanización de
una comunidad y de una persona depende en gran parte de su disponibilidad
para guiarse en sus comportamientos por lo profundo, lo que sale del cora­
zón, convicciones serias, en lugar de orientarse por lo superficial, por las
apariencias.

¿De qué manera y por qué nos deshumaniza la búsqueda permanente de


pretextos, incluidos algunos religiosos, para evadir el com prom iso con
nuestros hermanos? ¿Qué podemos hacer para continuar creciendo en
nuestro proceso de humanización?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA C fr . S a l 1 2 1 , 6 . 8
Digan de todo corazón: Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te
aman. Por mis hermanos y compañeros voy a decir: la paz contigo.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que, por gracia del Espíritu Santo, infundiste en los corazo­
nes de tus fieles los dones de tu amor, concede a tus siervos, por quienes
imploramos tu clemencia, la salud de cuerpo y alma, para que te amen
con todas sus fuerzas y cumplan con amor lo que es de tu agrado. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.
Del libro del Génesis: 1 , 2 0 - 2 , 4

ijo Dios: “Agítense las aguas con un hervidero de seres vivientes y


D revoloteen sobre la tierra las aves, bajo la bóveda del cielo”. Creó

48 7 de febrero
Dios los grandes animales marinos y los vivientes que en el agua se des­
lizan y la pueblan, según su especie. Creó también el mundo de las aves,
según sus especies. Vio Dios que era bueno y los bendijo, diciendo: “Sean
fecundos y multipliqúense; llenen las aguas del mar; que las aves se mul­
tipliquen en la tierra”. Fue la tarde y la mañana del quinto día.
Dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies”. Y así fue. Hizo Dios las
fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que
domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y
mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multipliqúense, llenen
la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a
todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.
Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que
hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto
y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas”. Y así fue.
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde
y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos,
y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había
hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de
trabajar en la creación del universo.
Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 8


R. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que
has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes;
ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R.

7 de febrero I 49
[R. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!]
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y
todo lo sometiste bajo sus pies. R.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales sal­
vajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos
de las aguas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 36. 29


R. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir
tu voluntad. R.

EVANGELIO
Ustedes anulan la palabra de Dios con las tradiciones de los hombres.
^ Del santo Evangelio según san Marcos: 7,1-13

n aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escri­


E bas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de
Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los
fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen
con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?”. (Los
fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos
hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del m er­
cado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas
otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: “¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócri­
tas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctri­
nas que no son sino preceptos humanos! Ustedes dejan a un lado el manda­
miento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres”.
Después añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el
mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo:
Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre,

50 I 7 de febrero
morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo
aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el
templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan
la palabra de Dios con esa tradición que se han transm itido. Y hacen
muchas cosas semejantes a ésta”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Apiádate, Señor, de tus siervos, por quienes ofrecemos este sacrificio
de alabanza a tu majestad, para que, por efecto de estos santos misterios,
obtengan la gracia de tu bendición celestial y alcancen la gloria de la feli­
cidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 12, 50


Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es
mi hermano, mi hermana y mi madre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Al recibir este divino sacramento, te rogamos, Señor, que a tus siervos, a
quienes les concediste que nos amen, les des el perdón de sus pecados, tu
consuelo en la vida y tu constante protección, para que, sirviéndote
todos con un mismo corazón, podamos gozar juntos de la visión de tu
rostro. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Cuando Jesús quiere denunciar actitudes que no son parte de


la voluntad de Dios, lo hace fuerte y claro. La hipocresía es el
principal desorden que Jesús continuam ente denuncia y
corrige. La hipocresía es uno de los hijos del pecado contra el
PARA MEDITAR
Espíritu Santo. “Señor, quiero ser realista y estar otra vez en
amistad contigo”.

7 de febrero | 5I
8 de febrero
MIÉRCOLES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa por los religiosos, tal como apare­
cen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstancias, Misal
Romano, p. 1114 [ 1106]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo
anterior, las de *san Jerónimo Emiliani (p. 55), las de **santa Josefina Bakhita (p. 56)
o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Humanicémonos desde unas relaciones más fraternas

Continuando con la temática de ayer, según Marcos, nos ayuda a


entrar en un proceso permanente de humanización convencer­
nos de que la impureza no es algo externo, no depende de
cóm o nos veamos ni de cómo vistamos, es decir, de las aparien-
c o m e n t a r io c¡as acumuladas; tampoco de esto depende la pureza o bondad
AL EVANGELIO r r 7 , , . „
de una persona o grupo. El evangelista pone el dedo en la llaga
al señalar, por una parte, que el discípulo es mejor cuando asume
una ocupación: ver qué entra en su corazón; es importante, pues, revisar
de qué está llena nuestra mente, qué es lo que nos preocupa de verdad, qué
intenciones nos mueven, etcétera. Por otra, está claro que lo que hace impura
a una persona o a una comunidad, es aquello que deshumaniza, que desequi­
libra y hasta rompe las relaciones fraternas; es pues en la construcción de la
fraternidad o en su rompimiento, o en otras palabras en la humanización
o deshum anización de las relaciones, en donde quienes nos decim os
cristianos nos jugamos la verdadera pureza. Y no se trata de con oci­
mientos precisos principalmente sino de prácticas coherentes, com o lo
hará Jesús en el encuentro con la mujer sirofenicia (vv. 24-31).

¿Por qué las relaciones fraternas nos humanizan? ¿De qué intenciones, con­
vencimientos y pensamientos deberíamos llenar nuestro interior?

***

52 | 8 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 36, 3-4
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta
tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que inspiras y llevas a término todo buen propósito, conduce
a tus hijos por el camino de la salvación eterna y haz que quienes,
dejándolo todo, se consagraron totalm ente a ti siguiendo a Cristo y
renunciando a lo mundano, en espíritu de pobreza y humildad de corazón
te sirvan fielmente a ti y a sus hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén.
Del libro del Génesis: 2, 4-9.15-17

uando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto


C en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el
Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres que
labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran
los campos.
Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre;
le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Des­
pués plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre
que había formado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de
árboles, de herm oso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio
del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del
mal. El Señor Dios tom ó al hom bre y lo puso en el jardín del Edén,
para que lo cultivara y lo cuidara.
El Señor Dios le dio al hombre esta orden: “Puedes comer de todos los
árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal te
mando que no comas, porque el día en que comas de él, morirás sin
remedio”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos. Señor.

8 de febrero | 53
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 103
R. Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.


Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das
el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías
tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Jn 17, 17


R. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R.

EVANGELIO
Lo que mancha al hombre es lo que sale de dentro.
Del santo Evangelio según san Marcos: 7 ,14-23

n aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escú­


E chenm e todos y entiéndanm e. Nada que entre de fuera puede
manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”.
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discí­
pulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: “¿Uste­
des también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de
lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no
entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?”. Con
estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de den­
tro; porque del corazón del hom bre salen las intenciones malas, las
fornicaciones, los robos, los hom icidios, los adulterios, las co d i­
cias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difama­
ción, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro
y manchan al hom bre”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

54 8 de febrero
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por estos santos dones que te presentamos, santifica, Señor, a tus siervos
que has congregado en tu nombre, a fin de que, cumpliendo con fideli­
dad sus votos, te sirvan con un corazón sincero. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Re 19, 7


El ángel del Señor dijo a Elias: Levántate y come, porque aún te queda un
largo camino.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes tu am or ha congregado y hecho partícipes de un mismo
pan, concédeles, Señor, ayudarse y animarse m utuam ente en la prác­
tica de la caridad y de las buenas obras, para que, con una vida santa,
den en todas partes testimonio eficaz de Jesucristo. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

***

*San Jerónimo Emiliani (mi), blanco (MR, p. 709 [696]).

Este noble veneciano se convirtió del mal camino y consagró su vida a los
indigentes, especialmente a los enfermos y a los huérfanos. Fundó la Socie­
dad de los Servidores de los Pobres. Murió de peste (1486-1537).

ORACIÓN COLECTA
Dios, Padre de toda misericordia, que en tu providencia quisiste que san
Jerónimo Emiliani fuera protector y padre de los huérfanos, concédenos,
por su intercesión, que conservemos con fidelidad el espíritu de adop­
ción por el cual nos llamamos y somos hijos tuyos. Por nuestro Señor
Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de tu pueblo santo en la conme­
moración de san Jerónimo Emiliani, y concede que, por la participación
en este sacramento, demos pruebas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

8 de febrero 55
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta santa comunión, Dios todopoderoso, nos fortalezca, para que, a
ejemplo de san Jerónimo Emiliani, podamos manifestar, tanto en nuestro
corazón como con nuestras obras, el amor fraterno y el esplendor de la
verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

**Santa Josefina Bakhita, virgen (mi), blanco (MR, p. 709 [696]).

N adó en 1869. Fue raptada y vendida como esclava; sufrió mucho. Com­
prendió que Dios es el verdadero Señor de todo ser humano, y abrazó la fe
cristiana. Ya libre, se hizo religiosa, entregada a Cristo. Murió en 1947.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que hiciste pasar a santa Josefina Bakhita de la esclavitud
denigrante a la dignidad de hija tuya y esposa de Cristo, concédenos que,
a ejemplo suyo, sigamos al Señor Jesús crucificado con incesante amor y
perseveremos en la práctica de la caridad, llenos de misericordia. Por
nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al proclamar, Señor, tu obra admirable en la santa virgen Josefina Bakhita,
suplicamos humildemente a tu majestad que, así como te agradaron sus
méritos, así también te sea aceptable el desempeño de nuestro servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Alimentados por la participación de este divino don, te rogamos, Señor
Dios nuestro, que, a ejemplo de santa Josefina Bakhita y llevando en
nuestro cuerpo los padecimientos de Jesús, nos esforcemos por adherir­
nos sólo a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El corazón es importante cuando se trata de la espiritualidad.


Es nuestro corazón lo que Cristo quiere conquistar. ¿Eso que
hago, digo y pienso cada día procede de mi corazón? ¿Qué
necesito quitar de mi interior para ser más hijo de Dios? La
p a r a m e d it a r tarea es difícil, pero Dios está siempre para asistirnos. ¡Confía!

56 I 8 de febrero
9 de febrero
JUEVES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Sagrada Eucaristía, tal como
aparecen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1174
[1164]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de
cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Encuentros que nos humanizan

La exclusión del tipo que sea e independientemente de quién la


practique, deshumaniza al sujeto que la ocasiona y a las perso­
nas que la padecen. De ahí que, en continuidad con lo anterior,
Marcos, consciente de que es en las relaciones interpersonales
a°evangelio que se reAeja qué tan humanizados estamos, presenta a Jesús
como referente de inclusión: jesús se desplaza a un territorio
no judío para vivir un itinerario de encuentro en el que será indispensable
reconocer con honestidad ciertos prejuicios mutuos, para superarlos ade­
cuadamente y generar itinerarios de encuentro digno y respetuoso. Además,
si bien aquella mujer se deja enseñar por Jesús, también él aprende de ella y
hasta modifica su percepción respecto de ella (una mujer extranjera, de una
religión diferente, considerada impura), apreciación condicionada por cier­
tas maneras judías de pensar. Este encuentro incluyente de por sí humaniza-
dor culmina con un doble alcance: el otro, indistintamente de su origen,
creencia o procedencia, tiene una palabra que provoca el bien, que da salva­
ción; y, es a través de estos encuentros humanizadores y, por lo mismo,
dignificadores, que el Reino de Dios se va haciendo una realidad.

¿Por qué la exclusión (nos) deshumaniza? ¿A qué nos invita la actitud de Jesús
para provocar y generar encuentros humanizadores entre nosotros?

* * *

9 de febrero | 57
MISA VOTIVA DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25


Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para
que lo com ieran; les dio un trigo celeste, y el hom bre comió pan de
ángeles.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el mis­
terio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos
llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su m uerte y resu­
rrección, experim entem os un continuo aum ento de tu salvación. Por
nuestro Señor lesucristo...

PRIMERA LECTURA
Serán los dos una sola carne.
Del libro del Génesis: 2,18-25

n aquel día, dijo el Señor Dios: “No es bueno que el hombre esté solo.
E Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude”. Entonces el Señor
Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del
cielo, y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser
viviente tuviera el nombre puesto por Adán.
Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a
los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser
semejante a Adán para ayudarlo.
Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y
mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío.
Y de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se
la llevó al hombre y éste exclamó:
“Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada
mujer, porque ha sido formada del hombre”.
Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer y serán los dos una sola carne.
Por entonces los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no
sentían vergüenza por ello.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

58 I 9 de febrero
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 127
R. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su
trabajo, será dichoso, le irá bien. R.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como
renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te
bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días
de tu vida”. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sarxt 1, 21


R. Aleluya, aleluya.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es
capaz de salvarlos. R.

EVANGELIO
Los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.
^ Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 24-30

n aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se


E encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se ente­
rara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que
tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a
buscarlo y se postró a sus pies.
Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús
que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: “Deja que coman pri­
mero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a
los p errito s”. La m ujer le replicó: “Sí, Señor; pero tam bién es cierto
que los perritos, debajo de la mesa, com en las migajas que tiran los
n iños”.
Entonces Jesús le contestó: “Anda, vete; por eso que has dicho, el
demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró
a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

9 de febrero í 59
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humilde­
mente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para noso­
tros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO I DE LA EUCARISTÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio de la
eterna alianza, se ofreció prim ero a ti como víctima salvadora, y nos
mandó que lo ofreciéramos como memorial suyo.
Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, quedamos forta­
lecidos; y cuando bebemos su sangre, derramada por nosotros, queda­
mos limpios de nuestros pecados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y domina­
ciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de
este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne,
para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santi­
fique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo,
se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.

La mujer extranjera que hoy se asoma en el evangelio puso su


fe en Cristo con tal convicción, que Jesús no dudó en obrar el
milagro. Jesús es para todos; nunca despreciem os a los que
no piensan como nosotros, a los que consideramos no católicos,
PARA MEDITAR pues con simpatía de nuestra parte podrán encontrar a Jesús.

60 9 de febrero
IO de febrero
Viernes
SANTA ESCOLÁSTICA,
virgen
Memoria * Blanco

E ra h e r m a n a d e s a n B e n ito , f u n d a d o r d e l m o n a c a t o e n O c c i d e n te . C o n s a g r ó s u
v id a a l S e ñ o r en la s e s t r i b a c i o n e s d e M o n t e C a s in o , c é l e b r e m o n a s t e r i o f u n d a d o
p o r B e n ito . M u r i ó u n p o c o a n t e s q u e s u h e r m a n o ( 5 4 1 ) . L a s r e lig io s a s b e n e d i c t i ­
n a s v e n e r a n a E s c o lá s tic a c o m o s u m a d r e e s p ir itu a l.

Escuchar bien para hablar correctamente

La capacidad de comunicarnos nos humaniza, genera cercanía y


provoca empatia; sin embargo, esto que parece obvio no lo es
tanto. Leído en clave de humanización, este capítulo, según Marcos,
nos ofrece un último caso: el milagro de un sordo que habla con
c o m e n t a r io dificultad. Llama la atención, por una parte, la relación de los
AL EVANGELIO r r
sentidos: ambos se requieren mutuamente, el oído y la lengua,
la capacidad de hablar y la necesidad de escuchar. Sin embargo, com o dice
un dicho popular: “Dios nos dio dos oídos, pero sólo una lengua, para que
escuchemos lo doble de lo que hablamos”. Por esto.se remarca que cuando
Jesús provoca la apertura de los oídos y la soltura de la lengua, aquella per­
sona habla correctamente. Y curiosamente, a diferencia de la prohibición
que hay en otros pasajes de que el beneficiario del milagro no diga nada,
aquí no hay ninguna orden que así lo haga suponer; en todo caso el encargo
de que no lo digan se los da a los testigos del milagro (v. 36) que, junto con
la noticia que esparcen, ofrecen una convicción: Jesús vino para que los sor­
dos oyeran y los mudos hablaran, o en otras palabras, para generar procesos
comunicativos que humanicen.

¿Qué podem os hacer para generar procesos de comunicación que nos


hagan mejores personas?

***

IO de febrero | 6 I
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 51,10
Yo soy como un olivo cargado de fruto en la casa del Señor; confío en el
amor de Dios ahora y para siempre.

ORACIÓN COLECTA
Al celebrar a santa Escolástica, virgen, te pedimos, Señor, que siguiendo
su ejemplo nos concedas amarte con un amor puro y experimentar las
delicias de tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
U s t e d e s s e r á n c o m o d io s e s , p u e s c o n o c e r á n e l b ie n y e l m a l.
Del libro del Génesis: 3,1-8

a serpiente era el más astuto de los animales del campo que había
L creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios
les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?”.
La mujer respondió: “Podemos comer del fruto de todos los árboles
del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de
él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir’”.
La serpiente replicó a la mujer: “De ningún modo. No morirán. Bien
sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán
a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el m al”.
La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista
y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su
fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también
comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de
que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron
con ellas.
Oyeron luego los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín a la
hora de la brisa, y se ocultaron de su vista entre los árboles del jardín.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 31


R. Perdona, Señor, nuestros pecados.

Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso


aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé,
Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R.

62 I 10 de febrero
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque y no lo
alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Hechos 16,14


R. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu
Hijo. R.

EVANGELIO
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 31-37

n aquel tiempo, salió lesús de la región de Tiro y vino de nuevo, por


E Sidón, al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Le
llevaron entonces a un hombre sordo y tartamudo, y le suplicaban que
le impusiera las manos. Él lo apartó a un lado de la gente, le metió los
dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Después, m irando
al cielo, suspiró y le dijo: “¡Effetá!” (que quiere decir “¡Ábrete!”). Al
m om ento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y
empezó a hablar sin dificultad.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo man­
daba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asom­
brados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a
los mudos”.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


A ti, Señor, que con el consuelo temporal nos enseñas a no desesperar de
las promesas eternas, te presentamos las ofrendas de nuestra devoción,
para consagrártelas en la conmemoración de santa Escolástica. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 44, 2


Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos al Rey.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Renovados, Señor, con este manantial de salvación, te pedimos suplican­
tes que, por la intercesión de santa Escolástica, uniéndonos cada día más
a Cristo, merezcamos tener parte en el reino de su gracia. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.

10 de febrero 63
Cuando nos descubrimos suspirando es por causa de un
recuerdo o un anhelo profundo. De hecho, jesús quiere que
todo eso que hay detrás de un suspiro se lo confiemos para
que él suspire con nosotros. Hoy miremos hacia el cielo con una
PARA MEDITAR oración y contémosle a Jesús lo que tiene nuestro corazón.

I I de febrero
Sábado
NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
Memoria libre * Blanco

Desde las semanas situadas entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, la


gruta de Massabielle atrajo enormes multitudes a Lourdes. Invocando a la Inmacu­
lada Madre de Dios, que se apareció a 8ernardita en la gruta, el pueblo cristiano
descubre en María la imagen de la Iglesia futura, la anticipación de la nueva Jeru-
salén, cuyas puertas están abiertas a todas las naciones.

En vez de la Misa de Nuestra Señora de Lourdes, que va a continuación, se puede


celebrar Misa de feria (la del domingo anterior o de cualquier domingo del Tiempo
Ordinario), con las lecturas de hoy, o alguna Misa votiva.

Compartir es lo cristiano

Entre dar y compartir lo más cristiano es compartir; sólo dar


prolonga las desigualdades, en cambio compartir garantiza un pro­
ceso, lento pero seguro, para ir logrando la fraternidad. Es posible
releer este segundo relato de la multiplicación de los panes de
COMENTARIO
Marcos desde el significado de compartir. Se señala la com ­
AL EVANGELIO
pasión como punto de partida ineludible para compartir (v. 2);
no es la lástima la que está en el fondo del compartir fraterno, sino la miseri­
cordia, el dolor profundo a causa de los sufrimientos que padecen los otros.
Es indispensable, además, la mutua colaboración, aunque sea poco lo que se
posea, para evitar eternos paternalismos y patronazgos denigrantes. Por
último, cuando se comparte hasta sobra o, mejor dicho, alcanza no sólo para
los afectados inmediatos, que eran cuatro mil, sino para tod o aquel que
quiera acercarse y sumarse al proyecto de fraternidad; quizá por eso Marcos

64 I I de febrero
menciona los siete canastos (v. 8) para indicar el alcance imprevisible pero
siempre sorprendente de la actitud de compartir. Y no olvidemos: com ­
partir genera sociedades más fraternas, mientras que dar únicamente suscita
relaciones de dependencia malsana, de patronazgos ofensivos y de paternalis-
mos estériles.

¿Por qué es más cristiano compartir que únicamente dar? ¿Qué podríamos
hacer, a partir de esta propuesta, para generar una cultura de compartir?

* * *

ANTÍFONA DE ENTRADA
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que
gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para
que, quienes celebramos la conmemoración de la inmaculada Madre de
Dios, con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras cul­
pas. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
El Señor expulsó al hombre del jardín del Edén para que trabajara la tierra.
Del libro del Génesis: 3, 9-24

espués de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol


D prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: “¿Dónde
estás?”. Éste le respondió: “Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, por­
que estoy desnudo, y me escondí”. Entonces le dijo Dios: “¿Y quién te
ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que
te prohibí comer?”.
Respondió Adán: “La mujer que me diste por compañera me ofreció
del fruto del árbol y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has
hecho esto?”. Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho esto,
serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes.
Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu
vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya;

¡ I de febrero I 65
y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder
su talón”.
A la mujer le dijo: “Multiplicaré las fatigas de tus embarazos y con
dolores darás a luz a tus hijos. Tus impulsos te llevarán hacia tu marido y
él te dominará”.
Al hombre le dijo: “Por haberle hecho caso a tu mujer y por haber
comido del árbol del que te prohibí comer, maldito sea el suelo por tu
culpa. Con fatiga sacarás de él tus alimentos todos los días de tu vida. Te
producirá cardos y espinas y comerás de las hierbas del campo. Ganarás
tu pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella te saqué: eres polvo y en polvo te convertirás”.
El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque ella fue la
madre de todos los vivientes.
El Señor Dios les hizo al hom bre y a la m ujer unas túnicas de pie­
les para que se las pusieran. El Señor Dios dijo: “Aquí está el hombre ya
casi convertido en uno de nosotros, por el conocim iento del bien y
del mal. Que no vaya ahora a extender la mano para tom ar de los frutos
del árbol de la vida, se los coma y viva para siempre”.
Entonces, el Señor Dios lo expulsó del jardín del Edén, para que tra­
bajara el suelo, de donde había sido hecho. Y expulsado el hombre,
colocó al oriente del jardín del Edén a unos querubines con unas espadas
de fuego ardiente, para impedir la entrada hacia el árbol de la vida.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 89


R. Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Desde antes que surgieran las montañas, y la tierra y el mundo aparecie­


sen, existes tú, Dios mío, desde siempre y por siempre. R.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que
retornen. Mil años para ti son como un día, que ya pasó; como una breve
noche. R.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que
despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo,
Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.

66 I I de febrero
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de
la boca de Dios. R.

EVANGELIO
La gente comió hasta quedar satisfecha.
^ Del santo Evangelio según san Marcos: 8,1-10

n aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué
E comer. Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta
gente: ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a
sus casas en ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos
han venido de lejos”.
Sus discípulos le respondieron: “¿Y dónde se puede conseguir pan,
aquí en despoblado, para que coma esta gente?”. Él les preguntó: “¿Cuán­
tos panes tienen?”. Ellos le contestaron: “Siete”.
Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes,
pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípu­
los, para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la
gente.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y
mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha,
y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil.
Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la
región de Dalmanuta.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te
presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu
Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras
súplicas quede sin respuesta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Le 11,27


Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

i i de febrero I 67
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir el sacram ento celestial en la conm em oración de la san tí­
sima Virgen María, te pedimos, Padre m isericordioso, que, a im ita­
ción suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio
de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

o
PARA MEDITAR
Jesús no sólo tiene como objetivo nuestras necesidades espiri­
tuales, sino también aquellas necesarias e inmediatas, como el
hambre. Pongamos en nuestras oraciones eso que también nos
preocupa: el trabajo, los achaques, etcétera.Todo es una opor­
tunidad para que Dios se asome a nuestra vida y nos sane de
eso que sabemos y más allá.

LITURGIA DE LAS HORAS


Vísperas I del domingo: 2a semana del Salterio.
Tomo III: pp. 880 y / 90; para los fieles: pp. 555 y 395;
edición popular: pp. 108 y 463 (471*).

* A partir de la edición 2016 de letra grande.

68 I !i de febrero
12 de febrero
VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

C um plim iento d e norm as


y vivencia d e valores

Nuestra vida, en todas sus dimensiones, la


conducimos a partir de una conjugación de
dos actitudes: el cumplimiento adecuado
de ciertas normas y la observación convin­
cente de ciertos valores; nos amargamos dema­
siado y hacemos sufrir a mucha gente cuando
por exagerar una de estas dimensiones dismi­
nuimos la otra. De ahí que resulte interesante
caer en la cuenta de la valoración que hace
Mateo al presentar a Jesús, precisando prime­
ramente que no vino a derrumbar la Ley, tam­
“N o crean q u e h e venido poco los Profetas. En otras palabras, su pre­
a abolir la ley o los profetas; sencia no es para eliminar reglas básicas de
no h e venido a abolidos, comportamiento que garantizan una convi­
sino a darles plenitud". vencia cordial; mucho menos es para que se
haga caso omiso de mensajes que no pierden
vigencia; se hace indispensable, pues, valorar y aplicar adecuadamente estas normas,
así como transmitirlas sabiamente a los demás. En segundo lugar, Jesús pide que se vaya
más allá del cumplimiento de las normas, aun cuando éstas sean importantes; sólo así
la vivencia de los discípulos será mayor al comportamiento farisaico. Y para esto pide
que sus seguidores observen valores radicales; por esto, en toda esta sección (vv. 20-48)
se insiste en que los discípulos vayan más allá de lo que siempre han aprendido y
practicado; deben ir a la raíz de los problemas para vivir de soluciones verdaderas,
y a la raíz de los valores para poner en práctica convicciones permanentes. Además, los
discípulos deben asumir la convicción de que están llamados a hacer el máximo,
no el mínimo esfuerzo. La historia nos ha enseñado que quienes logran transforma­
ciones radicales en una sociedad son los que hacen siempre el máximo esfuerzo,
siendo radicales, yendo a la raíz. Por último, si cumplir normas hace que alguien se
distinga (v. 19), observar principios radicales lo hace testigo del proyecto del Reino
de Dios (v. 20).
Qué podríamos hacer para asumir ambas actitudes: ¿cumplir las normas adecuadas y
asumir los valores requeridos para una convivencia cordial entre nosotros?

12 de febrero I 69
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras. Tú eres mi
baluarte y mi refugio, por tu nombre condúceme y guíame.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y
sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes
habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...

El libro del Slrácide nos habla del libre albedrío dado por Dios
a la humanidad. Si hacemos el mal, será para nuestra propia
desgracia. Si hacemos el bien, según la sabiduría de Dios, él nos
verá con agrado.
MONICIÓN

PRIMERA LECTURA
Dios no ha dado a nadie permiso de pecar.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 15,16-21

i tú lo quieres, puedes guardar los mandamientos; permanecer fiel a


S ellos es cosa tuya. El Señor ha puesto delante de ti fuego y agua;
extiende la mano a lo que quieras. Delante del hombre están la muerte y
la vida; le será dado lo que él escoja.
Es infinita la sabiduría del Señor; es inmenso su poder y él lo ve todo.
Los ojos del Señor ven con agrado a quienes lo temen; el Señor conoce
todas las obras del hombre. A nadie le ha mandado ser impío y a nadie le
ha dado permiso de pecar.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 118


E. Loaren B.P. 1544
c .. :...J__- — .. - <3 Am Am D7
....
! ....i j ......... . . * * * * -=P= v ' ' • m
Di - cho - so el que c u m - p ie la v o -lu n - ta d del Se

R. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.


Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor.
Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R.

70 12 de febrero
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente.
Ojalá que mis pasos se encam inen al cumplimiento de tus m anda­
mientos. R.
Favorece a tu siervo para que viva y observe tus palabras. Ábreme los
ojos para ver las maravillas de tu voluntad. R.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado.
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R.

El apóstol san Pablo nos anuncia que el Espíritu Santo le reveló


el plan de salvación que Dios dispuso sabiamente desde
siempre, y que por eso predica lo que el Señor tiene prepa­
rado para quienes lo aman.
MONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
Predicamos una sabiduría misteriosa prevista por Dios antes de los siglos, para
conducirnos a la gloria.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2, 6-10

ermanos: Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabi­


H duría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que
dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario,
predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta
y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a
la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de
haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que
Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo
ha escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado.
A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce
perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt l l , 25


BP. 1033 - Falazón C F C G7 C

A-le - lu - ya, a-le - lu - ya, a-le - lu - ya.

R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los
misterios del Reino a la gente sencilla. R.

12 de febrero 71
Jesús proclama que no ha venido a anular la antigua ley que
Dios dio a su pueblo, sino que ha venido a perfeccionarla, acen­
tuando la íntima disposición interior, donde el hombre pone en
juego su fidelidad para con Dios y su apertura hacia los demás.
MONICIÓN

EVANGELIO
Han oído lo que se dijo a los antiguos. Pero yo les digo...
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 5 ,17-37

n aquel tiempo, lesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido
E a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles
plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje
de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el
que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hom­
bres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los
enseñe, será grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si
su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no
entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
H an oído que se dijo a los antiguos: No m atarás y el que mate
será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su
hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su h er­
mano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será
llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuer­
das allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu
ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y
vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario,
mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez
al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta
que hayas pagado el último centavo.
También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya come­
tió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti
ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder
una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala
lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que
todo él sea arrojado al lugar de castigo.

72 12 de febrero
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un cer­
tificado de divorcio. Pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso
de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que
se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás
al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No
juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por
la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciu­
dad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro
uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no,
cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que es salud y salvación de su pueblo, y
pidám osle por nuestros herm anos enferm os y por la salud y salva­
ción de la humanidad entera.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos,
t Por la Iglesia, para que el Señor, que ordenó a sus apóstoles que
impusieran las manos sobre los enfermos para curarlos, cumpla
siempre fielmente este mandato. Oremos,
t Por todos los enfermos, para que el Señor que quiso tomar nues­
tras dolencias y cargar con nuestras enfermedades, alivie los sufri­
mientos y fortalezca su fe. Oremos,
t Por nuestro gobierno y el sistema público de salud, para que cum­
plan responsablemente con su obligación y no desatiendan a la pobla­
ción enferma. Oremos,
t Por las instituciones privadas y personas que dedican su tiempo y
sus esfuerzos a luchar contra todo tipo de enfermedades y a acom­
pañar a los enfermos, para que Dios los anime y fortalezca en su
empeño. Oremos,
t Por nosotros, por nuestros familiares y amigos enfermos, para que
Dios nos conceda su fuerza, su amor y entrañas de misericordia
ante cualquier enfermedad. Oremos.

12 de febrero | 73
Dios nuestro, que nos has revelado que la plenitud de tu ley se funda­
menta en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos ser
fieles a las exigencias del Evangelio y ser así signo de reconciliación y de
paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en
causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Sal 77, 29-30


El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y que­
daron satisfechos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas anhe­
lar siem pre este mismo sustento por el cual verdaderam ente vivimos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

74 I 12 de febrero
SEGUIR A JESÚS
TIENE SUS EXIGENCIAS

Hoy Jesús, porque nos ama, nos ins­ t Jesús no quiere que nos arran­
truye acerca de la importancia de cum­ quemos un ojo ni que nos cor­
plir la ley de Dios en plenitud. temos una mano, pero dice que
más nos valdría hacer eso
t El Señor nos enseña que no basta que vivir en estado de pecado,
con no quitarle la vida a otro porque esto lo ofende y rompe
ser humano (“No matarás”, el nuestra amistad con él (ver C a te ­
quinto mandamiento de la ley de c is m o d e la Iglesia c a tó lica , núme­
Dios), sino que el que se deja ros 1846-1876), y porque el
llevar por la ira, o insulta o pecado, a final de cuentas, nos
desprecia a otra persona, va en destruye.
contra de la voluntad de Dios
y se aleja de él. Por eso es nece­ t Jesús nos manda decir“sí, cuando
sario reconciliarnos con aquel es sí; y no, cuando es no”, por­
a quien hemos ofendido, y per­ que lo que se diga de más “viene
donar a quien nos ha ofendido, del maligno”.
según sea el caso.

El Señor nos ofrece su gracia,


para vivir com o verdaderos cristianos.

12 de febrero I 75
13 de febrero
LUNES
Feria * Verde

Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa para dar gracias a Dios, A, tal
como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas para diversas circunstan­
cias, Misal Romano, p. 1163 [1 155]); pero en su lugar pueden utilizarse las del
domingo anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

Jesús no se deja m anipular

Con frecuencia quienes nos decimos cristianos tendemos a


manipular a Dios; pensamos equivocadamente que está no sólo
a nuestro servicio sino también a merced de nuestros capri­
chos y hasta ocurrencias. Según Marcos, los fariseos caen en
ai° evan™elio este atrev*m'ento cuando piden a Jesús que les haga un signo;
ya había realizado uno, el de la multiplicación de los panes, pero
éste suponía la compasión y exigía la solidaridad, pero eso ellos no lo ven
ni les conviene captarlo. Lo que quieren es que haga algo para ellos, según
sus caprichos personales, pues le piden un signo del cielo que lo acredite
como ellos quieren verlo, com o un mesías poderoso; no les había agradado
que Jesús se presente ante ellos com o un mesías solidario, convencido de la
compasión y comprometido con la solidaridad con los más desprotegidos
(vv. 1-10). Los fariseos ya tenían el control sobre la ley y sobre las personas;
ahora quieren tenerlo sobre Jesús. Sin embargo, el Maestro no se deja mani­
pular y no les permite que continúen manipulando a las personas. Por eso,
inmediatamente alertará a los discípulos y a la demás gente sobre las
malas intenciones de los dirigentes políticos y religiosos (v. 15).

¿Qué tanto pretendemos manipular a Jesucristo? ¿Qué podríamos hacer para


no caer en esta trampa?

* * *

76 ! 3 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 5,19-20
Canten con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continua­
m ente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en nombre de nuestro
Señor Jesucristo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que siempre nos escuchas en nuestra aflicción, te damos
gracias por tu bondad y te pedimos que, liberados de todos los males,
podamos servirte siempre con alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Caín se lanzó contra su hermano y lo mató.
Del libro del Génesis: 4,1-15. 25

n aquel tiempo, Adán se unió con Eva, su mujer; ella concibió y dio
E a luz a Caín, pues decía: “Con el favor de Dios he engendrado un
hijo”. Después de algún tiempo dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel
fue pastor de ovejas, y Caín labrador.
Sucedió en una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los
productos de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó
las prim eras crías de sus ovejas y quemó su grasa. Al Señor le agrada­
ron las ofrendas de Abel, pero no le agradaron las de Caín; por lo cual,
Caín se enfureció y andaba resentido. El Señor le dijo entonces a Caín:
“¿Por qué te enfureces tanto y andas resentido? Si hicieras el bien, te sen­
tirías feliz; pero si haces el mal, el pecado estará a tu puerta, acechán­
dote como fiera; pero tú debes dominarlo”.
Un día Caín le dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”. Y cuando
estaban en el campo, Caín se lanzó contra su hermano y lo mató. Enton­
ces el Señor le preguntó a Caín: “¿Dónde está Abel, tu hermano?”. Caín le
respondió: “No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi herm ano?”. El
Señor le dijo: “¿Qué es lo que has hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu
hermano está clamando a mí desde la tierra? Por eso serás maldito y ten­
drás que vivir lejos de la tierra que recibió de ti la sangre de tu hermano;
y aunque cultives la tierra, ella no volverá a darte frutos abundantes. Tú
andarás por el mundo errante y fugitivo”.

13 de febrero | 77
Caín le contestó al Señor: “Mi castigo es demasiado grande para
soportarlo. Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocul­
tarme de ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me
encuentre, me matará”. El Señor le dijo: “De ninguna manera. El que te
mate a ti será castigado siete veces”. Y el Señor le puso una señal a Caín
para que, si alguien lo encontraba, no lo matara.
Adán se unió otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, a quien llamó
Set, pues decía: “El Señor me ha dado otro hijo en lugar de Abel, asesi­
nado por Caín”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 49


R Te ofreceremos, Señor, sacrificios de alabanza.

Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la


tierra del oriente al poniente: “No voy a reclamarte sacrificios, pues siem­
pre están ante mí tus holocaustos. R.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que
detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R.
Te pones a insultar a tu hermano y deshonras al hijo de tu madre. Tú
haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como
tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados”. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6


R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí,
dice el Señor. R.

EVANGELIO
¿P or q u é e s t a g e n t e b u s c a u n a s e ñ a l ?
sjjk Del santo Evangelio según san Marcos: 8,11-13

n aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a dis­


E cutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
Jesús suspiró profundamente y dijo: “¿Por qué esta gente busca una señal?
Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

78 | 13 de febrero
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, tú que nos diste a tu Hijo para que nos librara de la muerte y de
todo mal, acepta este sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por
habernos librado de nuestras tribulaciones. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137,1


Te damos gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste nuestros
ruegos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios todopoderoso, que, mediante este pan de vida, te dignas librar a tus
siervos de las ataduras del pecado y restaurar piadosamente sus fuerzas,
concédenos crecer sin cesar en la esperanza de la gloria. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
A Jesús no le gusta que le pidan milagros para ponerlo a prueba,
para ver “si es cierto”. Recordemos que Dios opera los mila­
gros bajo una simple y única condición: creer. No funciona al
revés. Dejemos caer nuestra desconfianza y atrevámonos a
p a r a m e d it a r pedir confiados en Dios que siempre nos sostiene y nos ama.

13 de febrero 79
14 de febrero
M artes
SANTOS CIRILO, monje,
y METODIO, obispo
M e m o r ia * B la n c o

E s t o s d o s h e r m a n o s e v a n g e l i z a r o n M o r a v i a , B o h e m i a , C r o a c ia y B u lg a r ia . C irilo
( f 8 6 9 ) i n v e n t ó u n a l f a b e t o p r o p io p a r a e s a s g e n t e s y l u e g o m u r i ó e n R o m a .
M e t o d i o ( f 8 8 5 ) , c o n s a g r a d o o b i s p o d e S ir m io , r e g r e s ó a p r o s e g u i r s u s t r a b a ­
j o s e n t r e lo s e s la v o s . J u a n P a b lo II lo s p r o c l a m ó s a n t o s p a t r o n e s d e E u r o p a p a r a
f o m e n t a r la u n i d a d e n la f e e n t r e E u r o p a o c c i d e n t a l y o r ie n ta l.

¿De verdad vemos y escuchamos?

La vista y el oído son dos sentidos que, además de interrelacio­


narse, son fundamentales para comportarnos con adultez ante lo
que acontece; así, por ejemplo, cuando alguien no ve ni oye,
depende totalmente de lo que los otros le digan, con el riesgo
COMENTARIO
AL EVANGELIO
real de que lo manipulen. De ahí la seriedad del reproche que
hace Jesús a sus discípulos al decirles en forma de pregunta: “¿Para
qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen?” (v. 18); que es otro modo
de decirles ¿cómo se les ocurre desperdiciar estas capacidades? ¿Por qué no
se responsabilizan para que no dependan en su totalidad de la opinión de los
demás? Y es que previamente les había encargado que estuvieran atentos, que
abrieran bien los ojos, para que no se dejaran embaucar por las opinio­
nes dañinas y comportamientos dañeros de los fariseos y de Herodes, pues
parecía que estaban cayendo en ese juego maloso de no interpretar la realidad
y la presencia de Jesús desde los valores del Reino.Ver y escuchar, por tanto,
son además de dones, responsabilidades para crecer en adultez y ayudar a que
los demás hagan el mismo proceso.

¿Cómo podemos analizar mejor lo que pasa en nuestro entorno? ¿Qué pode­
mos hacer para ser más adultos y ayudar a otros a que lo sean también?

* * *

80 I i 4 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA
Éstos son los hombres santos que se hicieron amigos de Dios, insignes
predicadores del Evangelio.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que iluminaste a los pueblos eslavos por medio de los
santos herm anos Cirilo y M etodio, concede que com prendam os de
corazón las palabras de tu doctrina y que formemos un pueblo unido en
la fe verdadera y en su recta profesión. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
B o r r a r é d e la s u p e r fic ie d e la tie r r a a l h o m b r e q u e h e c r e a d o .
Del libro del Génesis: 6, 5-8; 7 ,1-5.10

n aquel tiempo, viendo el Señor que en la tierra la maldad del hom­


E bre era muy grande y que sus actitudes eran siempre perversas, se
arrepintió de haber creado al hombre, y lleno de profundo pesar, dijo:
“Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, y con el
hombre, también a los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues estoy arrepen­
tido de haberlos creado”.
Pero Noé encontró gracia ante el Señor. Así pues, el Señor le dijo a
Noé: “Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único hombre
justo que he encontrado en esta generación. De todos los animales puros
toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho
y hembra; y lo mismo de las aves, siete parejas, macho y hembra, para
que se conserve su especie en la tierra. Pasados siete días, haré llover
sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la
superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado”.
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor, y siete días después, cayó el
diluvio sobre la tierra.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 28


R. Dios bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados


en su templo santo, alabemos al Señor. R.

i 4 de febrero I 81
[R. Dios bendice a su pueblo con la paz. |
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del
Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se mani­
festó sobre las aguas desde su trono eterno. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23


R. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y
vendremos a él. R.

EVANGELIO
C u í d e n s e d e la le v a d u r a d e lo s f a r is e o s y d e la d e H e r o d e s .
^ Del santo Evangelio según san Marcos: 8,14-21

n aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se


E dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían
uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la leva­
dura de los fariseos y de la de H erodes”. Entonces ellos com entaban
entre sí: “Es que no tenemos panes”.
Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando
que no trajeron panes? ¿Todavía no entien d en ni acaban de com ­
prender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si
no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras
recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?”. Ellos
le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogie­
ron cuando-repartí siete panes entre cuatro mil?”. Le respondieron:
“Siete”. Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira, Señor, los dones que presentamos a tu divina majestad en la con­
memoración de los santos Cirilo y Metodio, y concede que se conviertan
en el signo de la humanidad nueva reconciliada contigo en el amor. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Me M, 20


Salieron los discípulos a predicar el Evangelio; y el Señor actuaba con
ellos y confirmaba la predicación con los milagros que hacían.

82 i 14 de febrero
ORACIÓN DESPUÉS DE l_A COMUNIÓN
Dios nuestro, Padre de todos los pueblos, que nos haces partícipes de un
mismo pan y un mismo Espíritu y herederos del banquete eterno, en esta
fiesta de los santos Cirilo y Metodio concédenos, benigno, que la muche­
dumbre de tus hijos, perseverando en la misma fe, edifique, unánime, el
reino de justicia y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Herodes y los fariseos tenían poder sobre las personas, sin
embargo, su vivencia de la ley de Dios no era digna de imitar;
por eso Jesús los alerta, para que no se dejen seducir por
ellos.También tú y yo influimos en los demás. ¿Somos legalis­
PARA MEDITAR tas como los fariseos o incumplidos com o Herodes?

15 de febrero
MIÉRCOLES
F e r ia * V erde

Se s u g i e r e u t i l i z a r h o y la s o r a c i o n e s d e la Misa p a r a f o m e n t a r la c o n c o r d ia , ta l
c o m o a p a r e c e n e n e l p r e s e n t e f o r m u l a r i o (c fr. Misas p a r a d iv e r s a s c ir c u n s ta n ­
c ia s , M i s a l R o m a n o , p . 1 1 1 8 [ 1 1 1 0 ] ) ; p e r o e n s u l u g a r p u e d e n u t i l i z a r s e la s d e l
d o m i n g o a n t e r i o r o la s d e c u a l q u i e r d o m i n g o d e l T i e m p o O r d in a r io .

Dispongámonos a ver mejor

A veces se nos dificulta ver con claridad la realidad; incluso nos


desespera que otros sean torpes -casi siempre menos que noso­
tros- al analizar lo que acontece, y nos desesperamos al no saber
qué hacer. Marcos, habiendo presentado a Jesús, y un poco deses-
al° evan ™ e u o Perad ° porque los discípulos tienen ojos, pero no ven (v. 18), lo
retrata ahora ayudando a alguien a ver, enfatizando su cordialidad
al tomarlo con cuidado y delicadeza (v. 23); resalta, además, el acompaña­
miento que le da, pues al no ser suficiente el primer intento para que vea con
claridad, realiza el segundo de tal manera, que consigue que vea perfecta­
mente todas las cosas (v. 25). Sin embargo, en su aparente toque enigmático,
el encargo de Jesús de que “si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie” (v. 26),
podría indicar su preocupación por que los más cercanos, quienes pretendan

15 de febrero I 83
ser sus discípulos, se dispongan a ver; quizá por eso lo envía a su casa: el espa­
cio eclesial por excelencia, según Marcos. De este modo aparece con claridad
que Jesús quiere como discípulos a hombres y mujeres que quieran ver, que
se dispongan a ver la realidad con claridad.

¿Qué impide que observemos con claridad la realidad en todas sus dimensio­
nes? ¿Qué debemos hacer para mejorar nuestra capacidad de análisis de la
realidad?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Hech 4, 32-33


La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola
alma. Con grandes muestras de poder, los Apóstoles daban testimonio
de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estim a­
ción entre el pueblo, aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, suprema unidad y caridad verdadera, da a tus fieles un solo
corazón y una sola alma, para que el cuerpo de tu Iglesia se mantenga
en concordia y, ya que se apoya en la profesión de la verdad, esté afian­
zado en una sólida unidad. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
V io N o é q u e la tie r r a e s t a b a y a s e c a .
Del libro del Génesis: 8, 6-13.20-22

uarenta días después de que las aguas del diluvio habían ido bajando
C y ya se veían las cimas de los montes, Noé abrió la ventana que había
hecho en el arca y soltó un cuervo. Éste anduvo yendo y viniendo, hasta que
se secó el agua en la tierra. Después soltó Noé una paloma, para ver si ya se
había secado el agua sobre la superficie de la tierra. La paloma no encon­
tró en dónde posarse y volvió al arca, porque aún había agua sobre la
superficie de la tierra. Noé estiró el brazo, la tomó y la metió en el arca.
Esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma, que regresó al atarde­
cer con una hoja de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua sobre
la tierra era ya muy poca. Esperó otros siete días y soltó otra vez la
paloma, la cual ya no regresó.

84 IS de febrero
El prim er día del prim er mes del año seiscientos uno se secó el agua
en la tierra. Noé levantó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba
ya seca.
Entonces salió del arca y construyó un altar al Señor; tomó animales y
aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
Cuando el Señor aspiró la suave fragancia de las ofrendas, se dijo: “No
volveré a maldecir la tierra a causa del hombre. Es cierto que el corazón
humano se inclina al mal desde su infancia, pero yo no volveré a exter­
minar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no
han de faltar siem bra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y
noche”.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 115


R. Daré gracias al Señor toda mi vida.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el


cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R.
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la
muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su
templo santo, que está en Terusalén. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ef 1,17-18


R. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para
que podamos com prender cuál es la esperanza que nos da su llama­
miento. R.

EVANGELIO
El c ie g o q u e d ó c u r a d o y v e ía t o d o c o n c la r id a d .
Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 22-26

n aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y ense­


E guida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomán­
dolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos,
le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?”. El ciego, empezando a
ver, le dijo: “Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan”.

15 de febrero 85
Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó
a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús
lo mandó a su casa, diciéndole: “Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo,
no se lo digas a nadie”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor Dios, que por medio de tus sacram entos y tus mandamientos
nos renuevas conforme a tu imagen, dirige, compasivo, nuestros pasos por
tus sendas, para que, en virtud de este sacrificio que te ofrecemos, nos
concedas el don de la caridad que esperamos recibir de ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 17, 20-21


Padre, te pido por los que van a creer en mí, para que todos sean uno en
nosotros y el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo recibido el sacramento de la unidad, concede, Señor, a quie­
nes hem os convivido hoy en tu casa en santa concordia, que posea­
mos aquella paz que hemos dado y conservemos la que hemos recibido.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cuando Jesús sana lo hace completamente, pero a nosotros
nos gusta pedirle trabajos mediocres:“Señor, hazme bueno,
pero tampoco quiero ser un santo”. Por eso andamos medio
ciegos por el mundo. Conozcamos qué virtud ejercitar mejor:
PARA MEDITAR
¿la puntualidad?, ¿la prudencia? Vamos a practicar el bien, bien,
completamente tomados de la mano de Dios.

86 15 de febrero
16 de febrero
JUEVES
F e r ia * V e r d e

Se s u g i e r e u t i l i z a r h o y l a s o r a c i o n e s d e la M i s a d e N u e s t r o S e ñ o r J e s u c r i s t o ,
S u m o y E t e r n o S a c e r d o t e , t a l c o m o a p a r e c e n e n e l p r e s e n t e f o r m u l a r i o (c fr .
M i s a s v o t i v a s , M i s a l R o m a n o , p . I 1 7 0 [ 1 1 6 2 ] ) ; p e r o e n s u l u g a r p u e d e n u tili­
z a r s e la s d e l d o m i n g o a n t e r i o r o la s d e c u a l q u i e r d o m i n g o d e l T i e m p o O r d in a r io .

Percibamos a Jesús con buenas intenciones

La claridad para ver debe ser acompañada siempre de buena


intención; de lo contrario, se puede tergiversar y manipular a la
propia conveniencia lo que se percibe. Algo de esto le pasó a
Pedro pues ante la pregunta sobre quién dicen ellos, sus segui-
ai°evangeuo dores, que es Jesús, sostiene que es el Mesías. Lo que dijo era
verdadero y estaba en perfecta consonancia con la actuación de
Jesús, así com o con el programa que el mismo evangelista había anun­
ciado desde el comienzo de su relato ( I, I); sin embargo, Pedro y los demás
discípulos, como el ciego de Betsaida, requerían la intervención de Jesús para
clarificar su percepción; él les precisa que iba a sufrir mucho y que lo mata­
rían, y que después resucitaría (8 ,3 1), sólo así cumpliría su misión mesiánica.
Sin embargo, así com o el ciego de Betsaida se deja llevar por Jesús aparte,
Pedro se atreve a hacer lo mismo con Jesús, como si fuera él quien no tuviera
claridad sobre su misión. Jesús le da a entender que, aunque tiene claro
quién es, por imaginarlo a su antojo y a su conveniencia, está com o ciego.

¿Qué intenciones tiene en el fondo nuestro modo de entender a Jesús?


Reflexionemos y hagamos algún propósito.

* * *

i 6 de febrero 87
MISA VOTIVA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
SUMO Y ETERNO SACERDOTE
B la n c o

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 109, 4


Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre,
como Melquisedec”.

ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote, concede al pueblo redi­
mido con su Sangre, por la participación en este memorial, experi­
m entar el poder de la cruz y la resurrección de tu Hijo. Él, que vive y
reina contigo...

PRIMERA LECTURA
P o n d r é m i a r c o iris e n e l c ie lo c o m o s e ñ a l d e m i a l i a n z a c o n la tie rra .
Del libro del Génesis: 9 ,1-13

n aquel tiempo, Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: “Crez­


E can y multipliqúense y llenen la tierra. Todos los animales los teme­
rán y los respetarán a ustedes; las aves del cielo, los reptiles de la tierra,
los peces del mar están sujetos a ustedes. Todo lo que vive y se mueve les
servirá a ustedes de alimento; se lo entrego a ustedes, lo mismo que los
vegetales.
Pero no coman carne con sangre, pues en la sangre está la vida. Por
eso yo pediré cuentas de la sangre de ustedes, que es su vida; se las pediré
a cualquier animal; y al hombre también le pediré cuentas de la vida de su
hermano. Si alguien derrama la sangre de un hombre, otro derramará la
suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen. Ustedes crezcan y multi­
pliqúense, extiéndanse por la tierra y domínenla”.
También dijo Dios a Noé y a sus hijos: “Ahora establezco una alianza
con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los
acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca,
con todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco con
ustedes: No volveré a exterminar la vida con el diluvio, ni habrá otro dilu­
vio que destruya la tierra”.

88 16 de febrero
Y añadió: “Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco
con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi
arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 101


R. El Señor ha mirado a la tierra desde el cielo.

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso; cuando oiga el


clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al
Señor temerán todos los pueblos, y su gloria verán los poderosos. R.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo,
porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el
cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero. R.
Bajo tu protección, Señor, habitarán los hijos de tus siervos y se esta­
blecerán sus descendientes. Tu nombre en Sión alabarán por eso, cuando
en Jerusalén, a darte culto, se reúnan, Señor, todos los pueblos. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. fn 6, 63. 68


R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida
eterna. R.

EVANGELIO
D ijo P e d r o : “T ú e r e s e l M e s í a s ”. - E s n e c e s a r i o q u e e l H ijo d e l h o m b r e p a d e z c a
m ucho.
Del santo Evangelio según san Marcos: 8,27-33

n aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de


E Cesárea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: “¿Quién dice
la gente que soy yo?”. Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres
Juan el Bautista; otros, que Elias; y otros, que alguno de los profetas”.
Entonces él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro
le respondió; “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a
nadie.

16 de febrero 89
Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hom­
bre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la m uerte y resucitara
al tercer día.
Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte
y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, repren­
dió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no
juzgas según Dios, sino según los hombres”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Concédenos, Señor, participar dignam ente en estos m isterios, p o r­
que cada vez que se celebra el m em orial de este sacrificio, se realiza
la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Ya que, por la unción del Espíritu Santo, constituiste a tu Unigénito
Pontífice de la alianza nueva y eterna, y en tu designio salvífico has que­
rido que su sacerdocio único se perpetuara en la Iglesia.
En efecto, Cristo no sólo confiere la dignidad del sacerdocio real a
todo su pueblo santo, sino que, con especial predilección, elige a algunos
de entre los hermanos, y mediante la imposición de las manos, los hace
partícipes de su ministerio de salvación, a fin de que renueven, en su
nombre, el sacrificio redentor, preparen para tus hijos el banquete pas­
cual, fomenten la caridad en tu pueblo santo, lo alimenten con la Palabra,
lo fortifiquen con los sacramentos y, consagrando su vida a ti y a la salva­
ción de sus hermanos, se esfuercen por reproducir en sí mismos la ima­
gen de Cristo y te den un constante testimonio de fidelidad y de amor.
Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando
llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 11, 24-25


Éste es mi Cuerpo que se entrega por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza
que se sella con mi Sangre, dice el Señor. Hagan esto en memoria mía
siempre que beban de él.

90 ! 16 de febrero
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la participación de este sacrificio que tu Hijo nos mandó ofrecer en
conmemoración suya, te rogamos, Señor, que, unidos a él, seamos una
oblación perenne. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Se necesita mucha madurez para escuchar las ¡deas que los
demás tienen de nosotros. ¿Quién es Jesús? Ante esta pre­
gunta necesitamos responder con sinceridad para que nos
confirme o nos corrija aquellas ideas falsas que tenemos sobre
PARA MEDITAR
él. Leer los evangelios con regularidad es un buen plan para
conocerlo mejor.

i 7 de febrero
VIERNES
F e r ia * V e r d e

Se s u g i e r e u t i l i z a r h o y la s o r a c i o n e s d e la Aliso por lo s r e lig io s o s , t a l c o m o a p a r e ­


c e n e n e l p r e s e n t e f o r m u l a r i o (c fr . M i s a s p a r a d i v e r s a s c i r c u n s t a n c i a s . M i s a l
R o m a n o , p . 1 1 1 4 [ 1 1 0 6 ] ) ; p e r o e n s u lu g a r p u e d e n u t i l i z a r s e la s d e l d o m i n g o
a n te r io r , la s d e * lo s s i e t e s a n t o s f u n d a d o r e s d e la O r d e n d e lo s S ie r v o s d e la V ir­
g e n M a r í a (p . 9 4 ) o la s d e c u a l q u i e r d o m i n g o d e l T i e m p o O r d in a r io .

Sigamos a jesús

El conocimiento sobre Jesús siempre será incompleto, incluso


insuficiente, si no se acompaña o le antecede una experiencia
discipular; por eso, Jesús que había dicho a Pedro “Ponte detrás
de mí Satanás” (v. 33; aunque algunas Biblias digan incorrecta­
COMENTARIO
AL EVANGELIO
mente de otra manera), ahora le recuerda a él, a sus discípulos y
a todas las demás personas, que para salir de esta equivocación
es indispensable conocerlo con profundidad caminando detrás de él. Este
caminar incluye para el discípulo “que renuncie a sí mismo” que, lejos de
significar no quererse, supone no ser egocéntrico, evitar el egoísmo, no
ponerse com o única medida de todo pues eso, tarde o temprano, conduce a
manipular a Jesucristo y a menospreciar a los demás. Además, el seguimiento

17 de febrero | 9 1
implica “que cargue con su cruz” que bien podría indicar aceptarse con
honestidad, con lo bueno y con lo malo que se posee, o también, entregar
la vida al estilo de Jesús. Y, por último, el seguim iento requiere ir detrás de
Jesús, en movim iento constante, teniendo com o horizonte lo que él vaya
pidiendo y no lo que al discípulo se le vaya ocurriendo.

¿Por qué es importante conocer a Jesús desde la experiencia discipular?


¿Qué podríamos hacer para ser verdaderos discípulos de Jesús de acuerdo
con cada una de las exigencias que presenta este evangelio?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 36, 3-4


Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra.
Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que inspiras y llevas a término todo buen propósito, conduce
a tus hijos por el camino de la salvación eterna y haz que quienes, deján­
dolo todo, se consagraron totalm ente a ti siguiendo a Cristo y renun­
ciando a lo mundano, en espíritu de pobreza y humildad de corazón te
sirvan fielmente a ti y a sus hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Se lla m ó B a b e l, p o r q u e a h ¡ c o n fu n d i ó e l S e ñ o r la s l e n g u a s d e t o d o s lo s h o m b r e s .
Del libro del Génesis: 11,1-9

n aquel tiempo, toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas
E palabras. Al emigrar los hombres desde el oriente, encontraron una
llanura en la región de Sinaar y allí se establecieron.
Entonces se dijeron unos a otros: “Vamos a fabricar ladrillos y a
cocerlos”. Utilizaron, pues, ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez
de mezcla. Luego dijeron: “Construyamos una ciudad y una torre que llegue
hasta el cielo, para hacernos famosos, antes de dispersarnos por la tierra”.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban cons­
truyendo y se dijo: “Son un solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya
empezaron esta obra, en adelante ningún proyecto les parecerá imposi­
ble. Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan
unos con otros”.

92 17 de febrero
Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de cons­
truir su ciudad; por eso, la ciudad se llamó Babel, porque ahí confundió
el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí los dispersó por la
superficie de la tierra.
Palabra de Dios. R Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 32


R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus
designios. Los proyectos del Señor duran por siempre; los planes de su
amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso
el pueblo que escogió por suyo. R.
Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres; desde
el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. Él
formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15,15


R. Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer
todo lo que le he oído a mi Padre. R.

EVANGELIO
E l q u e p ie r d a s u v id a p o r m i y p o r e l E v a n g e lio , la sa lv a rá .
Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 34-9,1

n aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo:


E “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue
con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la p er­
derá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué
podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí
y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del
hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre,
entre los santos ángeles”.
Y añadió: “Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no mori­
rán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo
su poder”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

17 de febrero 93
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por estos santos dones que te presentamos, santifica, Señor, a tus siervos
que has congregado en tu nombre, a fin de que, cumpliendo con fidelidad
sus votos, te sirvan con un corazón sincero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 R e 19, 7


El ángel del Señor dijo a Elias: Levántate y come, porque aún te queda un
largo camino.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


A quienes tu amor ha congregado y hecho partícipes de un mismo pan,
concédeles, Señor, ayudarse y animarse mutuamente en la práctica de la
caridad y de las buenas obras, para que, con una vida santa, den en todas
partes testimonio eficaz de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos.

***

* L o s s i e te s a n t o s f u n d a d o r e s d e la O r d e n d e lo s S ie r v o s d e la V irg en M a r í a (m i),
b la n c o ( M R , p . 7 1 2 [ 6 9 9 ] ) .

Hacia 1233, siete comerciantes se retiraron al monte Senario para vivir en


pobreza y penitencia, contemplando la pasión del Señor bajo la protección
de la Virgen María. Fueron llamados “Siervos de María” o “Servitas”.

ORACIÓN COLECTA
Señor, infunde bondadoso en nosotros el espíritu de piedad con el que
estos santos fundadores veneraron con tanto fervor a la Madre de Dios,
y condujeron a tu pueblo hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que presentamos en tu
altar en la conmemoración de los siete santos fundadores, y concédenos
que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

94 | 17 de febrero
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que fortalecidos con este sacra­
mento, aprendamos, a ejemplo de los siete santos fundadores, a buscarte
siem pre sobre todas las cosas, y demos, ante el mundo, una imagen
auténtica del hombre nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ganar y perder son acciones que en el Reino de Dios se
comprenden al revés. Por eso Jesús lo dijo con tiempo: es
importante perder para ganar. ¿Cuáles son mis victorias?
¿Dónde están mis triunfos? Queremos pensar que corres­
PARA MEDITAR
ponden a la lógica de ganar y perder en la cual nos alecciona
hoy el Evangelio.

18 de febrero
SÁBADO
F e r ia * V erde

M i s a d e f e r ia (la d e l d o m i n g o a n t e r i o r o d e c u a lq u i e r d o m i n g o d e l T i e m p o O r d i­
n a r io ) c o n la s l e c tu r a s d e h o y. T a m b ié n s e p u e d e c e le b r a r la Aliso q u e v a a c o n ti ­
n u a c i ó n o a l g u n a o tr a v o tiv a .

Evitemos el escapismo

Hay personas que se obsesionan por un mundo ideal, a la vez que


irreal, donde sólo exista tranquilidad, bondad y bienestar; y al no
ser posible en su totalidad ese mundo, pretenden evadir su reali­
dad buscando un espacio ficticio en donde puedan estar a gusto.
c o m e n t a r io Algo ¿ g esto man¡f¡estan Pedro, Santiago y luán; antes de subir al
AL EVANGELIO ° , 'J ,
monte con Jesús han sido testigos de la incomprensión respecto
de su mesianismo (8, 14-33); no aciertan en comprender su apertura, que
implica una crítica severa a las leyes de pureza tradicionalmente observadas
por todo el pueblo (7, I-30); su Maestro había tenido un fracaso evidente en
su propio pueblo (6, 1-6).Todo esto era demasiado; necesitaban un respiro,
quizá por eso aceptaron acompañar a Jesús al monte; su deseo de permanecer

18 de febrero 95
en una esfera ideal corresponde a que se sienten a gusto lejos de tantos
problemas y desafíos; parecen también estar a gusto al ver que los repre­
sentantes de sus antiguas maneras de pensar y de sus tradiciones están con­
versando con Jesús (9, 5). Sin embargo, Marcos no aprueba este escapismo y
pide al lector atento que no haga caso de lo que están diciendo, pues Pedro
- y con él los o tros- estaban hablando sólo por puro miedo (v. 6).

¿Por qué a veces evadimos la realidad? ¿Qué podemos hacer para evitar esta
evasión?

***

MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO


Blanco

ANTÍFONA DE ENTRADA
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo;
diste a luz al que te creó, y permaneces Virgen para siempre.

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios misericordioso, auxilio en nuestra fragilidad, para
que, quienes celebramos la conmemoración de la santa Madre de Dios,
con la ayuda de su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Por la fe sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios.
De la carta a los hebreos: 11,1-7

ermanos: La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se


H espera, y de conocer las realidades que no se ven. Por ella fueron
alabados nuestros mayores.
Por la fe, sabemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios,
de suerte que aquello que vemos, surgió de lo que no vemos.
Por la fe, Abel ofreció un sacrificio más excelente que el de Caín, y por
ella fue declarado justo, pues Dios mismo aceptó sus ofrendas; y por su fe
nos sigue hablando después de muerto.

96 I 18 de febrero
Por su fe, Henoc fue trasladado sin pasar por la muerte: Desapareció,
porque Dios se lo llevó. La Escritura da testimonio a su favor de que, ya
antes de ser trasladado, era agradable a Dios. Ahora bien, sin fe es impo­
sible agradarlo, pues quien se acerca a Dios debe creer que él existe y que
recompensa a quienes lo buscan.
Por la fe, Noé aceptó el aviso de Dios sobre lo que aún no sucedía y
con religioso temor construyó un arca para salvarse con su familia; su fe
se constituyó en condena para el mundo incrédulo y él quedó establecido
como heredero de la justicia que proviene de la fe.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 144


R. No cesará, Señor, mi boca de alabarte.

Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.


Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R.
Cada generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas. Se
hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu
grandeza. R.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te ben­
digan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus m ara­
villas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 17, 5


R. Aleluya, aleluya.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Éste es mi
Hijo amado; escúchenlo”. R.

EVANGELIO
Se t r a n s fig u r ó e n p r e s e n c i a d e ello s.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9,2-13

n aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió


E con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vesti­
duras se pusieron esplendorosam ente blancas, con una blancura que
nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elias y
Moisés, conversando con Jesús.

18 de febrero ' 97
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí!
Hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elias”. En
realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta
nube salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. En
ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que
estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a
nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hom bre resucitara
de entre los m uertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discu­
tían entre sí qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”.
Le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene
que venir Elias?”. Él les contestó: “Si fuera cierto que Elias tiene que venir
primero y tiene que poner todo en orden, entonces ¿cómo es que está
escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despre­
ciado? Por lo demás, yo les aseguro que Elias ha venido ya y lo trataron a
su antojo, como estaba escrito de él”.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la
ofrenda que te presentam os nos transform e, por la abundancia de tu
gracia, en ofrenda perm anente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

P re fa c io d e s a n t a M a r í a V irg en.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 1, 49
Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Ya que nos has concedido participar de la redención eterna, te rogamos,
Señor, que, quienes celebramos la conm emoración de la Madre de tu
Hijo, no sólo nos gloriemos de la plenitud de tu gracia, sino que expe­
rim entem os tam bién un continuo aum ento de salvación. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

98 18 de febrero
Posiblem ente la manifestación de Jesús com o verdadero
Dios nos produce estupor y dudas. Cuando nos acercamos
a Dios, ¿qué esperamos? Su presencia es confianza para enfren­
tar la vida con tod o lo que tenga que venir. De la muerte no
PARA MEDITAR nos va a salvar, pero nos promete pasar ese trago amargo y
resucitar. ¡Creamos!

LITURGIA DE LAS HORAS


V ísp era s I d e l d o m in g o : 3 a s e m a n a d e l S alterio.
T o m o III: p p . 1 0 1 9 y 2 2 5 ; p a r a los fíe le s :p p . 6 4 2 y 3 9 6 ;
ed ició n p o p u la r : p p . 2 0 2 y 4 6 4 ( 4 7 2 * ) .

* A partir de la edición 2 0 16 de le tra gra n d e.

18 de febrero I 99
19 de febrero
Vil DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde

A m en a sus en em igos

El amor a los enemigos es un mensaje de espe­


ranza y exigencia cuando somos víctimas, pero
también es una fuerte llamada de atención
cuando somos culpables directamente o cóm­
plices de alguna situación injusta. Tratemos de
ver este evangelio pensando en que esta­
mos en la misma posibilidad de tener ene­
migos que de serlo con otros.
El evangelio de Mateo presenta las palabras
de Jesús en dos partes bien diferenciadas, aun­
que complementarias: la actitud ante la vio­
‘Yo les digo: A m e n a sus enem igos, lencia (vv. 38-42) y el amor a los enemigos
hagan el bien a los q u e los odian (vv. 43-47).
y rueguen p o r los q u e los
De acuerdo a lo que presenta la primera parte,
persiguen y ca lu m n ia n ”.
podemos deducir que de ninguna manera
Jesús invita a padecer la violencia absurdamente; tampoco es un signo de debilidad, en
el sentido peyorativo del término. Más bien, considera que la única manera de evitar la
violencia es no prosiguiendo con ella. Alguien tiene que cortar la espiral a través de
la no violencia.
En la segunda sección, Jesús se aleja totalmente de ciertas tradiciones israelitas que
pedían amar al prójimo, al del propio pueblo, pero que permitían odiar a los extranjeros,
considerándolos enemigos. El pide que se ame al enemigo, teniendo en cuenta, por una
parte, que este tipo de amor coloca al discípulo en el camino correcto para llegar a ser
realmente hijos de Dios, que “hace salir su sol sobre los buenos y malos, y manda su
lluvia sobre los justos y los injustos” (5, 45); él ama gratuitamente y sin interés,
superando cualquier cálculo egoísta. Por otra parte, el amor al enemigo es una condi­
ción indispensable para que los discípulos realmente sean una comunidad alternativa
(w. 46-47).
Con todo esto, Jesús introduce la verdadera solución del problema: eliminar la ley del
más fuerte y del cálculo interesado a partir del propio yo, proponiendo la solidari­
dad e introduciendo el amor gratuito en las relaciones humanas.
¿Qué propósito podemos hacer para practicar este noble mensaje?
I 00 I 19 de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 12, 6
Confío, Señor, en tu misericordia. Se alegra mi corazón con tu auxilio;
cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tus mis­
terios nos impulse a decir y hacer siempre lo que sea de tu agrado. Por
nuestro Señor Jesucristo...

Escuchemos, en esta primera lectura, unas palabras muy sen­


cillas de la ley de Moisés que nos preparan para reconocer
luego la llamada que Jesús nos hará en el evangelio.
MONICIÓN

PRIMERA LECTURA
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Del libro del Levítico: 19,1-2.17-18

n aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “Habla a la asamblea de los hijos


E de Israel y diles: Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.
No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corre­
girlo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes
rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy
el Señor”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 102


E. Loaría B.P. 1545
% Gin , i . Bi> Es*

A I ^ <s •s *S •s m
com - pa si - \o mi - se - n - cor - dio - so.
B>7 eL
M r
S a ~9S~---*Y
'57 + -- —~4~
mi - se ri - cor

19 de febrero | 10 I
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Ben­
dice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y gene­
roso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos
paga según nuestros pecados. R.
Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos;
como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con
quien lo ama. R.

San Pablo nos invita hoy a tener una única guía en este mundo:
la sabiduría de Dios, la forma de vida que hemos conocido por
medio de Jesucristo.
MONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
Todo e s d e u s te d e s , u s te d e s son de C r is to y C r is to e s d e D io s .
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 3 ,16-23

ermanos: ¿No saben ustedes que son el templo de Dios y que el


H Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de
Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y uste­
des son ese templo.
Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se tiene a sí mismo por
sabio según los criterios de este mundo, que se haga ignorante para llegar
a ser verdaderamente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es igno­
rancia ante Dios, como dice la Escritura: Dios hace que los sabios caigan
en la trampa de su propia astucia. También dice: El Señor conoce los pensa­
mientos de los sabios y los tiene por vanos.
Así pues, que nadie se gloríe de pertenecer a ningún hombre, ya que
todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo y Pedro, el mundo, la vida y
la muerte, lo presente y lo futuro: todo es de ustedes; ustedes son de
Cristo, y Cristo es de Dios.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

I02 I 19 de febrero
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO l j n 2, 5

A-le-lu-ya, a-l e-l u-ya, a - l e - l u - ya.

R Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado a su
plenitud. R.

Si la antigua ley ya prescribía amar al prójimo tanto como a uno


mismo, ahora Jesús añade que debemos amar incluso a nuestros
enemigos, para que seamos hijos de nuestro Padre Dios, que es
MONICIÓN
santo y perfecto.

EVANGELIO
Amen a sus enemigos.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 38-48

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído que se dijo: Ojo
E por ojo, diente por diente. Pero yo les digo que no hagan resistencia
al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale
tam bién la izquierda; al que te quiera dem andar en juicio para qui­
tarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil
pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que
quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.
Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en
cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian
y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de
su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y
manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa m ere­
cen? ¿No hacen eso mismo los publícanos? Y si saludan tan sólo a sus
hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paga­
nos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice C r e d o

19 de febrero | | 03
PLEGARIA UNIVERSAL
Con espíritu confiado, oremos por las necesidades de la Iglesia y del
mundo entero.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre,
t Por las Iglesias de los países pobres. Que con la luz de Jesucristo
sean semilla de esperanza entre sus conciudadanos y apoyo firme
en la lucha por una vida digna y justa. Oremos,
t Por los cristianos que son perseguidos por causa de su fe. Que
experimenten la fuerza de Dios para seguir adelante, y la cercanía
de todas las personas de buena voluntad. Oremos,
t Por nuestras parroquias y comunidades. Que sean ante el mundo
un buen testimonio de sencillez, de amor a los pobres y de rechazo
de toda soberbia. Oremos,
t Por los gobernantes de las naciones, y de un modo especial por
aquellos que más p o d er tien en . Que ap ren d an de fesús los
sentim ientos de solidaridad y de generosidad como principal
guía de su proceder. Oremos.
Por los hombres y las mujeres que integran las fuerzas armadas.
Que reconozcan en Jesús su modelo de servicio dedicado, atento y
respetuoso. Oremos,
t Por todos los que nos hemos reunido en esta Eucaristía. Que Dios
nos haga sentir cada día más la alegría de ser cristianos. Oremos.
Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, concédenos ser dóciles a la
voz de tu Espíritu, rompe las cadenas de la violencia y del odio y haz que
trabajemos con valentía para que el bien triunfe sobre el mal y demos así
testimonio de tu Evangelio de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al celebrar con la debida reverencia tus misterios, te rogamos, Señor, que
los dones ofrecidos en honor de tu gloria nos sirvan para la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 9, 2-3


Proclamaré todas tus maravillas; me alegraré y exultaré contigo y ento­
naré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.

I 04 19 de febrero
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que alcancemos aquel fruto celestial,
cuyo adelanto acabamos de recibir m ediante estos sacram entos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

“HAN OIDO QUE SE DIJO...


PERO YO LES DIGO...”
La Iglesia nos ensena que Dios ha / Para vencer el mal, tenemos que
seguido una “pedagogía” para mani­ romper las interminables cade­
festarnos quién es él y qué pide nas del mal; por eso no tene­
de nosotros: “Dios se comunica mos que devolver mal por mal.
gradualmente al hombre, lo pre­ Al pedirnos que amemos a nues­
para por etapas para acoger la Reve­ tros enemigos, Jesús no nos
lación sobrenatural que hace de sí invita a ser tontos, sino a hacer
mismo y que culminará en la Per­ nuestros los criterios del amor
sona y la misión del Verbo encarnado, a Dios y al prójimo.
Jesucristo” ( C a t e c i s m o d e la Ig le s ia
c a tó lic a , número 53). / En la cruz, Jesús supo perdonar
a sus verdugos, porque sabía
/ En el Antiguo Testamento, Dios que había un bien mayor en
buscó poner límites a la maldad llevar hasta el final esta entrega:
del hombre, pero ahora Jesús así él nos obtenía la salvación.
viene a dar el paso definitivo.

Los santos h; demostrado


que se puede vivir e: a que Jesús nos pide.

w*ÍÉ¡!»

19 de febrero | I05
20 de febrero
LUNES
Feria * Verde

Se s u g i e r e u t i l i z a r h o y la s o r a c i o n e s d e la M i s a p o r la I g le s ia u n i v e r s a l, A , t a l
c o m o a p a r e c e n e n e l p r e s e n t e f o r m u l a r i o (c fr . M i s a s p a r a d i v e r s a s c i r c u n s t a n ­
c ia s , M i s a l R o m a n o , p . 1 0 9 1 [ 1 0 8 3 ] ) ; p e r o e n s u l u g a r p u e d e n u t i l i z a r s e la s d e l
d o m i n g o a n t e r i o r o la s d e c u a l q u i e r d o m i n g o d e l T i e m p o O r d in a r io .

Tengamos fe

La vida diaria no es perfecta, pero es posible vivirla con dignidad,


pues “todo es posible para el que tiene fe” (v. 23).“Todo” no se
refiere a la totalidad sino a todo lo que hace sufrir a las personas,
especialmente a los más indefensos; de hecho, la incredulidad que
a i ° e v a n « l io Jes^s ec^a en cara es precisamente con relación a lo que sucedía
con aquel muchacho (vv. 17. 19). De este modo, la fe no trans­
forma a las personas en super hombres o en super mujeres sino en personas
solidarias, sensibles ante el sufrimiento directo (el muchacho) o indirecto (su
padre) de alguien. Además, la fe según los evangelios supone tres dimensiones:
la confianza en Dios, en los demás y en uno mismo; sólo en la medida en que
estas tres confianzas se complementan se dan los milagros; es incredulidad
decir que se cree en Dios, pero desconfiar sistemáticamente de los demás y
hasta de lo que somos capaces nosotros mismos; pero también falta fe en
donde enaltecemos la confianza en nosotros sin confiar en Dios y en los
demás. Por tanto, es posible afrontar el sufrimiento propio y ajeno gracias al
don de la fe que Dios ha sembrado en cada uno de nosotros.

Como personas de fe que decimos ser, ¿qué sufrimientos de quienes nos


rodean deberíamos solucionar?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ef 1, 9-10


Dios nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad: hacer que todas
las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran a Cristo por cabeza.

I 06 I 20 de febrero
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu admirable providencia dispusiste que el Reino de
Cristo se extendiera por todo el mundo y que todos los hombres fueran
hechos partícipes de la redención salvadora, concédele a tu Iglesia ser
sacram ento universal de salvación, y que a todos los hom bres les
sea anunciado tu Hijo como el Salvador de los pueblos y la esperanza de las
naciones. Él, que vive y reina contigo...

PRIMERA LECTURA
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 1 ,1-10

oda sabiduría proviene del Señor y está con él eternamente. ¿Quién


T puede contar las arenas de la playa, las gotas de la lluvia o los
días de los siglos? ¿Quién puede explorar la altura del cielo, la exten­
sión de la tierra y la profundidad de los abismos?
Antes que cualquier otra cosa fue creada la sabiduría; y la luz de la
inteligencia, desde la eternidad. ¿A quién se le ha revelado la fuente de
la sabiduría? ¿Quién ha conocido sus recursos inagotables? Uno solo es
sabio, temible en extremo: el que está sentado en su trono, el Señor. Él
creó la sabiduría, la contempló y la midió; la ha derramado sobre todas
sus obras y sobre todos los hombres, según su generosidad; la ha derro­
chado entre aquellos que lo aman.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 92


R. El Señor es un rey magnífico.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y


majestad. Tú m antienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siem ­
pre está firme tu trono. R.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre,
Señor, la santidad adorna tu templo. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1,10


R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplande­
cer la vida por medio del Evangelio. R.

20 de febrero | 10 7
EVANGELIO
C re o , S e ñ o r , p e r o d a m e tú la f e q u e m e fa lta .
Del santo Evangelio según san Marcos: 9,14-29

n aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde
E estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algu­
nos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se im pre­
sionó mucho y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: “¿De qué están discutiendo?”. De entre la gente, uno le
contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no
lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el mucha­
cho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido
a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido”.
Jesús les contestó: “¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar
con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al
muchacho”. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a
retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar
espumarajos. Jesús le preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le
pasa esto?”. Contestó el padre: “Desde pequeño. Y muchas veces lo ha
arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes,
ten compasión de nosotros y ayúdanos”.
Jesús le replicó: “¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posi­
ble para el que tiene fe”. Entonces el padre del m uchacho exclamó
entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”. Jesús,
al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inm undo,
diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas
a entrar en él”. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu.
El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que
estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho
se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús
en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”. Él les respon­
dió: “Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

I 08 ‘ 20 dé febrero
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios misericordioso, mira las ofrendas de este pueblo a ti consagrado y
concede, por la eficacia de este sacramento, que la multitud de los que
creen en ti sea siempre estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada
y pueblo de tu propiedad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. Apoc 22,17. 20


El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Amén. Ven, Señor Jesús.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Dios nuestro, que sin cesar alimentas y fortaleces a tu Iglesia con tus
sacramentos, concede a quienes nos hemos alimentado en esta mesa
celestial, que, viviendo el mandato de tu amor, seamos fermento de vida
e instrumento de salvación, en medio de la comunidad humana. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.
Todo es posible para el hombre cuando se acerca a Dios, sólo
se requiere fe. Sin embargo, la obra de Dios también requiere
una fe disciplinada, practicante de las virtudes y de la oración. Una
fe que no ora es un amor débil que no se atreve a confiar en
PARA MEDITAR Dios. ¡Vamos a orar!

20 de febrero 109
2 1 de febrero
MARTES
F e r ia * V erde

S e s u g i e r e u t i l i z a r h o y la s o r a c i o n e s d e la M i s a p o r la I g le s ia p a r t i c u l a r , t a l c o m o
a p a recen e n e l p r e s e n t e f o r m u l a r i o (c fr . M i s a s p a r a d i v e r s a s c ir c u n s t a n c i a s .
M is a l R o m a n o , p . 1 0 9 5 [ 1 0 8 7 ] ) ; p e r o e n s u lu g a r p u e d e n u t il i z a r s e la s d e l
d o m i n g o a n te r io r , la s d e * s a n P e d r o D a m i á n (p . 1 1 3 ) o la s d e c u a l q u i e r d o m i n g o
d e l T i e m p o O r d in a r io .

¿Primeros o mayores?

Querer ser “el mayor” no equivale a pretender ser “el primero”;


ser mayor tiene su contraparte en ser menor, ser primero supone
que hay segundo, tercero, etcétera; podríamos decir, además, que
en la cultura del siglo I d. C. ser mayor implicaba algo perma-
COMENTARIO
a l e v a n g e l io nente> may ° r siempre sería el mayor, valga la redundancia, en
cambio ser el primero era algo temporal. De ahí la gravedad de
que los discípulos vayan discutiendo quién es el mayor (v. 34), es decir, quién
tiene el poder, a quién se le debe considerar como el que está por encima de
los demás para ejercer cierto tipo de dominio eterno. Por eso Jesús les res­
ponde no sobre cómo ser el mayor, sino de qué manera ser el primero (v. 35),
pues en la comunidad de discípulos no debe tener cabida el dominio de uno
o de algunos sobre los demás, pisoteándolos o doblegándolos; lo único que
debería tener cabida en la comunidad es la posibilidad de ser el primero,
es decir, de distinguirse momentáneamente por el servicio digno a todos, que
implica no sólo que todos pueden servir, sino que todos también, especial­
mente los más sencillos, tienen derecho a ser servidos.

¿Qué nos interesa más, ser primeros o ser mayores? ¿Qué podemos hacer
para ser de verdad servidores de todos?

***

110 ^ 2 i de febrero
ANTÍFONA DE ENTRADA C /r. Apoc 1, 5-6
Jesucristo nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre, y
ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre: A él la
gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en cada Iglesia que peregrina por el mundo manifiestas
a la Iglesia una, santa, católica y apostólica, concede, benigno, a esta grey
tuya de tal modo estar unida a su pastor, congregada en el Espíritu Santo
por medio del Evangelio y la Eucaristía, que pueda representar digna­
mente la universalidad de tu pueblo y sea así signo e instrum ento de la
presencia de Cristo en el mundo. Él, que vive y reina contigo...

PRIMERA LECTURA
Prepárate para la prueba.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 2,1-13

ijo mío, si te propones servir al Señor, prepárate para la prueba;


H mantón firme el corazón y sé valiente; no te asustes en el momento
de la adversidad. Pégate al Señor y nunca te desprendas de él, para que seas
recompensado al fin de tus días. Acepta todo lo que te sobrevenga, y en
los infortunios ten paciencia, pues el oro se purifica con el fuego y el hom­
bre a quien Dios ama, en el crisol del sufrimiento.
Confíate al Señor y él cuidará de ti; espera en él y te allanará el camino.
Los que temen al Señor, esperen en su misericordia; no se alejen de él y
no caerán. Los que temen al Señor, confíen en él, porque no los dejará sin
recompensa. Los que tem en al Señor, esperen sus beneficios, su mise­
ricordia y la felicidad eterna.
Miren a sus antepasados y comprenderán. ¿Quién confió en el Señor
y quedó defraudado? ¿Quién perseveró en su santo temor y fue abando­
nado? ¿Quién lo invocó y fue desatendido? El Señor es clemente y mise­
ricordioso; él perdona los pecados y salva en el tiempo de la tribulación.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

21 de febrero | I I I
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 36
R. Pon tu vida en las manos del Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra.


Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R.
Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se mar­
chitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R.
Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternam ente;
porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles; en cambio,
a los injustos los borrará de la tierra para siempre. R.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo; a
quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Gál 6, 14


R. Aleluya, aleluya.
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro
Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para
el mundo. R.

EVANGELIO
El Hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero que sea el
servidor de todos.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 30-37

n aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él


E no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discí­
pulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres; le darán m uerte, y tres días después de m uerto, resuci­
tará”. Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir
explicaciones.
Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: “¿De qué dis­
cutían por el cam ino?”. Pero ellos se quedaron callados, porque en el
camino habían discutido sobre quién de ellos era el más im portante.
Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser
el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.

112' 21 de febrero
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les
dijo: “El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y
el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al celebrar el memorial de la inmensa caridad de tu Hijo, te rogamos, Señor,
que el fruto de su obra salvadora, por el m inisterio de tu Iglesia, sirva
para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN A p o c 3, 2 0
Mira que estoy aquí, tocando a la puerta; si alguno escucha mi voz y me
abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que en esta Iglesia tuya, Señor, florezca y perdure hasta el fin la integri­
dad de la fe, la santidad de vida, el am or fraterno y la piedad sincera;
y, ya que la alimentas con tu Palabra y con el Cuerpo de tu Hijo, no ceses
de conducirla bajo tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

*San Pedro Damián, obispo y doctor de la Iglesia (mi), blanco (MR, p. 713 [700]).

Nació en Ravena (1007) y fue ermitaño, antes de promover la reforma en la


Iglesia. Como cardenal-obispo de Ostia ( 1057), luchó con energía para devol­
verle al clero su dignidad y a la Iglesia su libertad (j- 1072).

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas y ejemplos del
obispo san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo, este­
mos siempre entregados al servicio de tu Iglesia, y así lleguemos al gozo
de la luz eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que te presentamos en la festi­
vidad de san Pedro Damián, y concédenos, como esperamos, obtener
por ellas el auxilio de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

2 1 de febrero | | I3
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios nuestro, alimentados con el Cuerpo y la Sangre preciosos de
tu Hijo, te pedimos que cuanto hemos celebrado con fervor lo reciba­
mos como prenda de segura redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jesús advierte que en su Reino se ocupa ser pequeño para ser
el servidor de todos. Ayudar a los demás no sólo es una bonita
acción altruista, sino un ejercicio perfecto de amor a Dios. Hoy
no desaprovechemos la oportunidad de tender la mano a
p a r a m e d it a r alguien para levantar y no para hacer caer.

22 de febrero
MIÉRCOLES DE CENIZA
M o ra d o

E n la Miso d e e s t e d ía s e b e n d i c e y s e i m p o n e la c e n i z a h e c h a d e r a m o s d e o livo
o d e o t r o s á r b o l e s , b e n d e c i d o s e l D o m i n g o d e R a m o s d e l a ñ o a n te r io r .

Evitemos el exhibicionismo

La mentalidad del espectáculo y del exhibicionismo nos está car­


comiendo cada vez más como sociedad y, desgraciadamente,
también como Iglesia. Nos preocupa, a veces demasiado, lo que
se ve; nos angustia la apariencia, sin preguntarnos siquiera cuáles
COMENTARIO
AL EVANGELIO
son las intenciones que están en el fondo de nuestros compor­
tamientos. Por eso, las indicaciones que da Jesús sobre la limosna,
el ayuno y la oración, además de servirnos para revisar nuestras prácticas
cuaresmales, podrían ayudarnos a reconsiderar la intencionalidad con la que
actuamos. El Maestro resalta la intencionalidad de lo que se hace, ¿es por
exhibición o por convicción? En caso de que sea por exhibición se debe caer
en la cuenta de que a esto le sigue la inutilidad; cuando alguien hace algo sólo
por exhibicionismo su alcance se agota en que los demás contemplen y admi­
ren lo realizado, pero su inutilidad para una verdadera transformación es evi­
dente. Por eso, Jesús pide que las prácticas de piedad y, por extensión todo lo
que se haga, se lleven a cabo en secreto, es decir, con buenas intenciones;
es el único modo de que lo que hagamos guarde relación con la voluntad de
Dios y ayude a la transformación de nuestro entorno.

114: 22 de febrero
¿Qué debem os hacer para evitar el exhibicionismo nefasto en nuestras
prácticas de piedad? ¿Qué podemos hacer para crecer en buena intención
en todo lo que practiquemos?

***

Ritos iniciales / liturgia de la Palabra

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 11, 23. 24. 26


Tú, Señor, te compadeces de todos y no aborreces nada de lo que has
creado, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles oca­
sión de arrepentirse, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.

Se o m i t e e l a c to p e n ite n c ia l, q u e es s u s titu id o p o r e l rito d e la im p o s ic ió n d e la c e n iz a .

ORACIÓN COLECTA
Que el día de ayuno con el que iniciamos, Señor, esta Cuaresma sea el
principio de una verdadera conversión a ti, y que nuestros actos de peni­
tencia nos ayuden a vencer el espíritu del mal. Por nuestro Señor Jesu­
cristo...

PRIMERA LECTURA
E n lu t e n s u c o r a z ó n y n o s u s v e s ti d o s .
Del libro del profeta Joel: 2,12-18

sto dice el Señor: “Todavía es tiempo. Conviértanse a mí de todo


E corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no
sus vestidos.
Conviértanse al Señor su Dios, porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia”.
Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendi­
ción, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trom peta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la
asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen la reunión, junten a los ancianos,
convoquen a los niños, aun a los niños de pecho. Que el recién casado
deje su alcoba y su tálamo la recién casada.

22 de febrero | I I5
Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor,
diciendo: “Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad
a la burla de las naciones”. Que no digan los paganos: “¿Dónde está el
Dios de Israel?”. Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de
su pueblo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 50


J . G a rd a B.P. 1516
F m/Ai> Fm Cm/E G
\ „ O 0
O- ...... #- ' • * . I
Mi - se - ri - cor - día, Se - ñor, he tnos pe - ca

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.


Por tu inm ensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y
olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de
mis pecados. R.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis peca­
dos. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir
tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu
santo espíritu. R.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma gene­
rosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R.

SEGUNDA LECTURA
Aprovechen este tiempo favorable para reconciliarse con Dios.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5 ,20-6,2

ermanos: Somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es


H como si Dios mismo los exhortara a ustedes. En nombre de Cristo
les pedimos que se dejen reconciliar con Dios. Al que nunca cometió
pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, reciba­
mos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.
Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar
su gracia en saco roto. Porque el Señor dice: En el tiempo favorable te
escuché y en el día de la salvación te socorrí. Pues bien, ahora es el tiempo
favorable; ahora es el día de la salvación.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

116 22 de febrero
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R.

EVANGELIO
Tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
^ Del santo Evangelio según san Mateo: 6,1-6. 16-18

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no


E practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los
vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben
los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cam­
bio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la
derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes
les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú,
en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora
ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te
recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas
que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están
ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cam­
bio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa
la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre,
que ve lo secreto, te recompensará”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

22 de febrero I |7
Bendición e imposición de la ceniza

D e s p u é s d e la h o m ilía , e l s a c e r d o t e , d e p i e y c o n la s m a n o s j u n t a s , d ice :
Queridos hermanos, pidamos humildemente a Dios Padre que bendiga
con su gracia esta ceniza que, en señal de penitencia, vamos a imponer
sobre nuestra cabeza.

Y, d e s p u é s d e u n b r e v e m o m e n t o d e o r a c ió n e n sile n c io , c o n la s m a n o s e x t e n d i d a s ,
p r o s ig u e :
Señor Dios, que te apiadas de quien se humilla y te muestras benévolo
para quien se arrepiente, inclina piadosamente tu oído a nuestras súpli­
cas y derrama la gracia de tu bendición sobre estos siervos tuyos,
que van a recibir la ceniza, para que, perseverando en las prácticas cua­
resmales, merezcan llegar, purificada su conciencia, a la celebración del
misterio pascual de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

0 b ie n :

Señor Dios, que no quieres la muerte del pecador sino su conversión,


escucha bondadosamente nuestras súplicas y dígnate bendecir >í< esta
ceniza, que vamos a imponer sobre nuestra cabeza, sabiendo que somos
polvo y al polvo hemos de volver y concédenos que, por nuestro esfuerzo
en las p rácticas cuaresm ales, obtengam os el p erd ó n de n u estro s
pecados y una vida renovada a imagen de tu Hijo resucitado. Él, que vive
y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Y ro c ía la c e n i z a c o n a g u a b e n d ita , sin d e c ir n a d a .

D e s p u é s e l s a c e r d o t e i m p o n e la c e n i z a a t o d o s los p r e s e n t e s q u e s e a c e r c a n a él, y
d ic e a c a d a u n o :
Conviértete y cree en el Evangelio.
O b ie n :
Recuerda que eres polvo y al polvo has de volver.

M i e n t r a s ta n to , s e c a n t a la a n tífo n a .

I |8 22 de febrero
ANTÍFONA I
Renovemos nuestra vida con signos de penitencia; ayunemos y lloremos
delante del Señor, porque la misericordia de nuestro Dios está siempre
dispuesta a perdonar nuestros pecados.

ANTÍFONA 2 Cfr. Jl 2, 17; Est 4,17


Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo:
Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, y no cierres la boca de aquellos que
te alaban.

ANTÍFONA 3 Sal 50, 3


Lávame, Señor, de mis pecados.

E s t a a n t í f o n a p u e d e r e p e t i r s e d e s p u é s d e c a d a v e r s o d e l s a l m o 5 0 M is e r ic o r d ia ,
D io s m ío , p o r t u b o n d a d

RESPONSORIO Cfr. Bar 3, 2; Sal 78, 9


R. Renovemos y mejoremos nuestra vida, pues por ignorancia hemos
pecado; no sea que, sorprendidos por el día de la muerte, busquemos un
tiempo para hacer penitencia, y ya no sea posible encontrarlo. * Escúcha­
nos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Ven en nuestra ayuda, Dios salvador nuestro; por el honor de tu nom­
bre, líbranos, Señor.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

Se p u e d e e n t o n a r t a m b i é n o tr o c a n t o a p r o p ia d o .

T e r m i n a d a la i m p o s i c i ó n d e la c e n i z a , e l s a c e r d o t e s e la v a la s m a n o s y c o n t i n ú a
c o n la o r a c ió n u n iv e r s a l, y la M i s a p r o s ig u e d e l m o d o a c o s t u m b r a d o .

N o s e d ic e C r e d o

22 de febrero I 119
Liturgia eucarística

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al ofrecer el sacrificio con el que iniciamos solemnemente la Cuaresma,
te rogamos, Señor, que por nuestras obras de penitencia y de caridad nos
veamos libres de los vicios y los malos deseos, para que, purificados de
todo pecado, merezcamos celebrar con fervor la pasión de tu Hijo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

P re fa c io III o IV d e C u a r e s m a .

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN C/r. S a l 1 , 2 - 3


El que día y noche medita la ley del Señor, al debido tiempo dará su fruto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Que nos auxilien, Señor, los sacramentos que recibimos, para que nues­
tro ayuno sea de tu agrado y nos aproveche como remedio saludable. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Infunde benignamente, Señor Dios, en quienes, postrados, te adoramos,
un espíritu de contrición y que, por nuestro arrepentimiento, merezca­
mos alcanzar el premio que misericordiosamente nos volviste a prome­
ter. Por Jesucristo, nuestro Señor.

L a b e n d ic i ó n e im p o s i c ió n d e la c e n i z a p u e d e h a c e r s e t a m b i é n s in M i s a . E n e s t e
c a s o , c o n v i e n e c e l e b r a r a n t e s la litu r g ia d e la P a la b r a , u s a n d o e l c a n t o d e e n t r a d a ,
la o r a c ió n c o le c t a , y la s l e c t u r a s c o n s u s c á n ti c o s , c o m o e n la M i s a . E n s e g u id a s e
tienen la h o m ilía y la b e n d ic i ó n e im p o s i c ió n d e la c e n i z a . E l r ito s e c o n c l u y e c o n
la o r a c ió n u n iv e r s a l, la b e n d ic i ó n y la d e s p e d i d a d e lo s fie le s .

Hoy es Miércoles de Ceniza. Comienza el tiempo de Cuaresma


y el Evangelio nos invita a orar, ayunar y hacer obras de caridad.
Pero atención, con discreción y mucho tacto, con profundi­
dad, pero sin envanecerse, con delicadeza y paciencia. “Señor
PARA MEDITAR Jesús, aquí estamos: polvo que quiere entregarse por completo
al amor”.

I 20 22 de febrero
23 de febrero
JUEVES DESPUÉS DE CENIZA
Feria * Morado

Demos a las cosas su justo valor

Con frecuencia nos equivocamos en la valoración de las cosas y


le damos más sentido a lo que se consigue que a lo que se tiene;
nosotros ya tenemos el regalo de la vida, la inteligencia, la capaci­
dad de amar y un largo etcétera que en ocasiones olvidamos.
al° e v a n g é u o A e s t o 1 u e ya Poseem os- Poc° a poco y en la medida en que
vamos creciendo, le agregamos posesiones, lo cual no sólo es
normal, sino que a la vez es indispensable. Sin embargo, debido a que no
siempre acertamos en el modo de hacerlo, Jesús nos recuerda en el evange­
lio una pregunta:“¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde
a sí mismo o se destruye?” (v. 25). Las cosas tienen valor, apreciémoslas, no
olvidemos el esfuerzo que cuesta conseguirlas, aprovechémoslas; pero
no les dem os un valor que no se m erecen, mucho m enos les dem os un
cariño que no pueden corresponder. Además, las cosas las hemos conseguido,
consciente o inconscientemente, con la finalidad de ser más felices; conven­
zámonos de que la única manera de disfrutarlas es compartiéndolas con
quienes nos encontramos a diario.

¿A qué se debe el que a veces sobrevaloremos lo que tenemos en contra de


nuestra felicidad y de la de quienes viven con nosotros? Busquemos un com ­
promiso.

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C fr . S a l 5 4 , 1 7 - 2 0 . 2 3
Invoqué al Señor, y él escuchó mi voz; me libró de los que me atacaban.
Encomienda al Señor lo que te agobia y él te sustentará.

23 de febrero | 121
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que inspires con tu gracia nuestras acciones y las
acompañes con tu ayuda, para que todas nuestras obras tengan siempre
en ti su principio y por ti lleguen a buen térm ino. Por nuestro Señor
Jesucristo...

En vez d e la o r a c ió n c o le c t a d e la fe r ia , s e p u e d e d e c ir la d e * s a n P o lic a rp o (p . 1 2 4 ) .

PRIMERA LECTURA
H o y p o n g o d e l a n t e d e ti la b e n d ic ió n y la m a ld ic ió n .
Del libro del Deuteronomio: 3 0 , 1 5 - 2 0

sto dice el Señor: “Mira: Hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la


E muerte y el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al Señor
tu Dios, siguiendo sus caminos, cumpliendo sus preceptos, mandatos y
decretos, vivirás y te multiplicarás. El Señor, tu Dios, te bendecirá en la
tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero si tu corazón se resiste y no
obedeces, si te dejas arrastrar y te postras para dar culto a dioses extran­
jeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio y que, pasado el Jordán
para entrar a poseer la tierra, no vivirás muchos años en ella.
Hoy tomo por testigos al cielo y a la tierra de que les he propuesto la
vida o la muerte, la bendición o la maldición. Elige la vida y vivirás, tú y
tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, adhirién­
dote a él; pues en eso está tu vida y el que habites largos años en la tierra
que el Señor prometió dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 1


R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en


malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en
cumplir sus mandamientos. R.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y
nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Por­
que el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban
por perderlo. R.

I 22 23 de febrero
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO M t4 ,17
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos. R.

EVANGELIO
El que pierda su vida por mí, la salvará.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9,22-25

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo
E del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los
sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la m uerte y que
resucite al tercer día”.
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompa­
ñarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me
siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá;
pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué
le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se
destruye?”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar,
para que nos alcancen tu perdón y den gloria a tu nombre. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Prefacio l-V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal SO, 12


Señor, crea en mí un corazón puro, y renuévame por dentro con espíritu
firme.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo recibido la bendición del don celestial, te rogamos, Dios todo­
poderoso, que este mismo don se convierta para nosotros en fuente de
perdón y de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

23 de febrero I 123
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
O p c io n a l.
Dios todopoderoso, que has dado a conocer a tu pueblo la senda de la
vida eterna, te rogamos que, por el mismo camino, nos hagas llegar hasta
ti, que eres la luz sin ocaso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

***

* S a n P o lic a r p o , o b i s p o y m á r t i r ( m i - s ó lo c o n m e m o r a c i ó n ) , m o r a d o ( M R , p . 7 1 5
[702]).

El obispo Policarpo fue discípulo del apóstol san Juan (f 155). Murió en la
hoguera, suplicando al Señor “que lo juzgara digno de participar de la muerte
de los mártires y del sacrificio de Cristo”.Tenía 86 años.

ORACIÓN COLECTA
Dios de todo lo creado, que te dignaste agregar al número de los mártires
al obispo san Policarpo, concédenos, por su intercesión, que, tomando
parte con él en el cáliz de Cristo, resucitemos, por el Espíritu Santo, a la
vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
Cristianos y no cristianos tenem os cruces: conflictos labora­
les y familiares, insatisfacciones varias, accidentes y enferme­
dades. La invitación de Jesús con siste en tomar la cruz y
seguirlo. ¿Conozco y acepto mis cruces? Basta de sólo hablar
PARA MEDITAR de los dolores ajenos; es hora de tomar mi propia cruz y
seguir a Cristo.

124 I 23 de febrero
24 de febrero
VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
Feria * Morado

Ayunemos cristianamente

El ayuno no tiene valor en sí mismo, al menos si pretendemos


practicarlo cristianamente; con seguridad, por eso Jesús señala
un punto de partida; la relación con su presencia; y es que si el
ayuno se practica de manera aislada se convierte, a lo mucho, en
al° e v a n g e u o e * cumpl'miento de una ley religiosa y, a lo poco, en una especie
de práctica de autocomplacencia. Si queremos ayunar cristiana­
mente, por tanto, cada ayuno realizado tendría que conducirnos a anunciar,
promover y practicar algo (más bien mucho) de lo que Jesús dijo e hizo; de
este modo el sacrificio personal realizado traería muchas alegrías para la gente
con la que convivimos. Además, Jesús mismo admite la posibilidad de ayu­
nar, pero señala, no un tiempo religioso preciso, sino una situación exis-
tencial penosa. El ayuno tien e la función, no pequeña, por cierto, de
ayudarnos a reflexionar en las situaciones difíciles, de ver nuevos horizontes
en los momentos complicados y hasta de aprender a solidarizarnos con
todos aquellos que padecen algún sufrimiento diferente o mayor a los nues­
tros. De este modo el ayuno adquiere su justo valor, al mismo tiempo que
recupera su auténtico alcance.

¿Qué debemos hacer para que nuestro ayuno sea auténtico, aliviando el sufri­
miento de quienes nos rodean, así como siendo factor de transformación de
nuestro entorno?

***

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 29, 11


El Señor me escuchó, tuvo misericordia de mí; el Señor vino en mi ayuda.

24 de febrero 125
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que tu bondad nos ayude a continuar las obras peni­
tenciales que hemos comenzado, para que la austeridad exterior que
practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por
nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Éste es el ayuno que yo quiero.
Del libro del profeta Isaías: 5 8 ,1-9

sto dice el Señor: “Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza
E la voz como trompeta. Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de
Jacob sus pecados.
Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un
pueblo que se com portara rectam ente y respetara los juicios de Dios.
Me piden sentencias justas y anhelan tener cerca a Dios. Me dicen todos
los días: ‘¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos mortifica­
mos, si no te das por enterado?’.
Es que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de hacer
negocio y oprimen a sus trabajadores. Es que ayunan, sí, para luego reñir
y disputar, para dar puñetazos sin piedad.
Ése no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes. ¿Acaso
es éste el ayuno que me agrada? ¿Es ésta la mortificación que yo acepto
del hombre: encorvar la cabeza como un junco y acostarse sobre saco y
ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor?
El ayuno que yo quiero de ti es éste, dice el Señor: Que rompas las
cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimi­
dos y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el hambriento y
abras tu casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y no des la espalda
a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus
heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y él te responderá; lo llamarás, y él te dirá:
‘Aquí estoy’”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

I 26 24 de febrero
SALMO RESPONSORIAL Del salmo 50
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.

Por tu inmensa compasión y misericordia. Señor, apiádate de mí y olvida


mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícam e de mis
pecados. R.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holo­
causto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón
contrito, tú nunca lo desprecias. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO C/r. Am 5, 14


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con
ustedes. R.

EVANGELIO
Cuando les quiten al esposo, entonces ayunarán.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9 ,14-15

n aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le pre­


E guntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y
los fariseos sí ayunamos?”. Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar
luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán
días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Señor, que este santo sacrificio que te ofrecemos en este tiempo de Cua­
resma nos haga más gratos a tus ojos y más generosos en la práctica de la
penitencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio l-V de Cuaresma.

24 de febrero 127
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 24, 4
Muéstranos, Señor, tus caminos, enséñanos tus senderos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Te pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en este sacra­
mento nos purifique de todo pecado y nos disponga a recibir los dones
de tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Opcional.
Que tu pueblo, Dios misericordioso, agradezca continuamente tus obras
maravillosas y mientras peregrina guiado por las antiguas observancias,
haz que merezca llegar un día a contemplarte eternamente. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
El ayuno y otros sacrificios no son fines en sí mismos, por eso
Jesús pide discreción cuando se practican. Sabe que cuando se
está muy cerca de él se hace fiesta, sin embargo, porque a veces
pecamos, por eso practicamos en la Cuaresma actos de sacrifi­
PARA MEDITAR cio. Este es el sentido que no debemos olvidar.
25 de febrero
SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA
F e r ia * M o ra d o

La inclusión: fruto del ayuno

El ayuno supone, más que la obsesión por aislarse de los demás


en la práctica de una costumbre religiosa, la convicción de rela­
cionarse con todos, sin excepción, especialmente con los más
despreciados y, com o insiste el Papa Francisco, con los descar-
a l° e v a n ™ e lio tac*os- Q uiz^ por esto Lucas colocó con más lujo de detalle que
Marcos (2, 15-22) el pasaje de la comida con pecadores (Le 5,
27-32) antes del cuestionamiento de ciertos tipos de ayunos y de la invita­
ción a que los discípulos ayunen correctamente (vv. 33-37). De este modo,
el tercer evangelista podría estar indicando que, cualquier práctica -inclui­
da en este caso el ayuno- no sólo debe suscitar una relación más digna con
los demás sino una relación más intensa con los excluidos, despreciados y
desclasados; ésta es la única y principal manera de no tener prácticas de
piedad vacías; sólo así, las prácticas religiosas tendrán un sentido nuevo
-n o novedoso-, serán útiles a nuestra sociedad y a nuestra Iglesia, y lo más
importante, serán de verdad cristianas porque estarían sumando, no restando,
a la realización del proyecto de Jesús que incluye, sin arreglos convenen-
cieros, la inclusión de los pecadores.

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 68,17


Escúchanos, Señor, porque grande es tu misericordia; por tu ternura,
Señor, vuelve a nosotros tus ojos.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, m ira compasivo n uestra debilidad y
extiende tu mano poderosa para darnos tu protección. Por nuestro
Señor Jesucristo...

25 de febrero | 29
E n v e z d e la o ra c ió n c o le c ta d e la fe r ia , s e p u e d e d e c ir la d e l * b e a t o S e b a s t iá n d e
A p a r ic io (p . 1 3 2 ) .

PRIMERA LECTURA
C u a n d o c o m p a r t a s t u p a n c o n e l h a m b r i e n t o , b rilla rá t u l u z e n la s tin ie b la s .
Del libro del profeta Isaías: 58, 9-14

sto dice el Señor: “Cuando renuncies a oprimir a los demás y destie-


E rres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compar­
tas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará
tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te
dará reposo permanente; en el desierto saciará tu hambre y dará vigor a
tu cuerpo; serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas
aguas no se agotan. Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre
cimientos muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y restaurador
de hogares derruidos.
Si detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus negocios
en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del
Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar
tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis
montañas, te haré gustar la herencia de tu padre Jacob”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 85


R. Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.

Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de desdichas.


Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor, que en ti confía. R.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que
a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu
nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 33, 11


R. Honor y gloria a ti. Señor Jesús.
No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el
Señor. R.

I 30 25 de febrero
EVANGELIO
N o h e v e n id o a lla m a r a lo s j u s t o s , s in o a lo s p e c a d o r e s .
^ Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 27-32

n aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sen­


E tado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”.
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban
a la mesa, con ellos, un gran número de publícanos y otras personas. Los
fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles:
“¿Por qué comen y beben con publícanos y pecadores?”. Jesús les respon­
dió: “No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se
conviertan”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza y concéde­
nos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el afecto de un
corazón grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

P r e fa c io l-V d e C u a r e s m a .

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mf 9, 13
Misericordia quiero y no sacrificios, dice el Señor; pues no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Reanimados por este don de vida celestial, te rogamos, Señor, que lo que
en esta vida es sacramento para nosotros, se nos convierta en remedio de
eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

25 de febrero I 131
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
O p c io n a l.
Muéstrate propicio, Señor, a tu pueblo, dichoso de haberse acercado a
estos santos misterios, para que, habiendo confiado en tu protección,
ningún peligro nos aflija. Por Jesucristo, nuestro Señor.
***

*Beoto S e b a s t iá n d e A p a r ic io , re lig io so ( m i — s ó lo c o n m e m o r a c ió n ) , m o r a d o (MR, p .


7 /5 [ 7 0 2 ] ) .

Nació en Galicia en 1502.Vino a Nueva España y se dedicó a la agricultura y


al comercio. A los 70 años de edad cedió todos sus bienes y se hizo religioso
franciscano. Se distinguió por su gran amor a Dios y al prójimo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste dejarnos en el beato Sebastián de Aparicio un
ejemplo de entrega a los demás en las ocupaciones diarias, concédenos,
por su intercesión, amarte y servirte en nuestro prójimo en todas las
actividades de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
Vaya sorpresa la de Mateo, pues en medio de sus trabajos de
mala fama, el Señor llegó y lo llamó. Levantarse de aquella mesa
de recaudación de impuestos para el Imperio romano no tuvo
que haber sido un ejercicio fácil.“Señor, quiero levantarme tam-
p a ra m e d ita r bién yo de mi vida llena de pecado para seguirte”.

LITURGIA DE LAS HORAS


V ísp era s I d e l d o m in g o : I a s e m a n a d e l S alterio.
T o m o II:p p . 3 , 1 0 9 9 y 5 0 ; p a r a los fie le s :p p . I 7 8 y 4 7 2 ;
ed ició n p o p u la r: p p . 13 y 4 2 8 ( 4 3 0 * ) .

* A partir de la edición 2016 de letra g r a n d e .

| 32 25 de febrero
26 de febrero
I DOMINGO DE CUARESMA
M orado

Superemos las tentaciones

Todos sin excepción tenemos tentaciones; ellas


en sí mismas no son ni buenas ni malas, son
sencillamente algo natural en la vida. Es muy
probable que Mateo quiera resaltar, en primer
lugar, la vulnerabilidad de los miembros de la
comunidad cristiana. Pasadas varias décadas y,
habiendo superado la crisis de la crucifixión,
algunas comunidades cristianas empeza­
ron a olvidar, como lo había hecho el pueblo
de Israel (Deut 6-8), que su fortaleza estaba en
reconocerse débiles, vulnerables; habían olvi­
dado que el mayor enemigo del ser humano
es la autosuficiencia.
En segundo lugar, Mateo menciona las tres
tentaciones más determinantes en la vida de
todo ser humano. Por una parte, presenta la tentación de sólo comer y subsistir haciendo
a un lado la voluntad de Dios, así como los acontecimientos en los que se deja oír su
Palabra. No menos grave es la tentación de querer hacer lo más práctico aunque no sea
lo más conveniente. Y por último, la tentación de combinar la búsqueda de poder con
la relación con Dios, el deseo de dominar con la religión.
Las tentaciones son inevitables y aparecen en los momentos más decisivos de la vida.
Sin embargo, es indispensable asumir la responsabilidad de superarlas adecuadamente,
optando por los valores del Reino. Sólo así podremos, a ejemplo de Jesús, aceptar nues­
tra naturaleza humana y hacer el bien para sanar(nos) y aliviar(nos) de tanto dolor y
sufrimiento (Mt 4 , 23-25).
¿Qué impacto social y religioso, personal y comunitario, tendría nuestro comporta­
miento si pusiéramos atención en evitar estas tentaciones, asumiendo actitudes más
evangélicas en nuestra vida cotidiana?

26 de febrero | | 33
ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 90,15-16
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los
días de su vida.

No se d ic e G lo ria

ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que, por las prácticas anuales del sacra­
mento cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de
Cristo y traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable. Por nues­
tro Señor Jesucristo...

Durante los domingos de Cuaresma escucharemos, en la pri­


mera lectura, diversos momentos de la Historia de Salvación.
Hoy nos recuerda que desde el principio la humanidad ha pre­
ferido el camino del mal y del pecado.
MONICIÓN

PRIMERA LECTURA
C r e a c ió n y p e c a d o d e n u e s t r o s p r i m e r o s p a d r e s .
Del libro del Génesis: 2, 7-9; 3,1-7

espués de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo


D del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de
vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al
oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios
hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabro­
sos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que había
creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha
prohibido comer de todos los árboles del jardín?”.
La mujer respondió: “Podemos comer del fruto de todos los árboles
del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de
él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de m orir’”.
La serpiente replicó a la mujer: “De ningún modo. No morirán. Bien
sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abri­
rán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal”.

134 I 26 de febrero
La mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a la vista
y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó, pues, de su fruto,
comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual también comió.
Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que
estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron
con ellas.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo SO


J. García lí.P. 1516
. , Sí Cm A'9 Fm/Ai> Fm Cm/E G Cm
¿ S í . * • rv : s- I
Mi - se - ri - cor - dia, Se - ñor. he - mos pe • ca

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.


Por tu inm ensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y
olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de
mis pecados. R.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis peca­
dos. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir
tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu
santo espíritu. R.
Devuélveme tu salvación, que regocija, mantón en mí un alma gene­
rosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R.

San Pablo nos muestra cóm o Jesús ha cambiado la realidad del


pecado: él es el nuevo Adán que ha comenzado una historia
nueva de vida y de salvación para todos.
MONICIÓN

SEGUNDA LECTURA
El d o n d e D io s s u p e r a c o n m u c h o a l d e lito .
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5 ,12-19

ermanos: Así como por un solo hombre entró el pecado en el


H mundo y por el pecado entró la muerte, así la muerte llegó a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.

26 de febrero | | 35
Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y, si bien es
cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la
muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no peca­
ron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que
había de venir.
Ahora bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el
delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la gracia de Dios y el don
otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se han desbor­
dado sobre todos! Y con el don no sucede como con las consecuencias
del pecado de uno solo, porque ciertamente la sentencia, partiendo de uno
solo, lleva a la condenación, pero la obra de la gracia, partiendo de muchos
delitos, se resuelve en justificación.
En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, por un solo
hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la abundancia de la gracia
y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo, Jesucristo!
Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la
condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura para
todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto, así como por
la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecado­
res, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos
justos.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4


B.P. 1050- B. Canillo D AEm

b .( „s «S _\s,
Ho-nor y glo-ria a ti,___ Se-ñor Je

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de
la boca de Dios. R.
La tr is te realidad d e la p rim e ra pareja h um an a q u e ce d ió a n te la
te n ta c ió n d e la s e rp ie n te , in tro d u c ie n d o así el p e c a d o en el
m undo, es a h o ra su p e ra d a co n la v ic to ria d e Jesús s o b re el te n ­
ta d o r. El S e ñ o r o fre n d a rá su vida en la c ru z y salvará al h o m b re
MONICIÓN del p e c a d o y d e la m u e rte , p ara b rin d arle la vida e te rn a .

| 36 26 de febrero
EVANGELIO
El ayuno y las tentaciones de Jesús.
HH Del santo Evangelio según san Mateo: 4,1-11

n aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para


E ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches
sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le
dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en
panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más
alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, por­
que está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán
en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús le
contestó: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la
grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te
postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque
está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL
En este tiempo de conversión, oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre
por toda la humanidad.
Después de cada petición diremos (cantando): Señor, ten piedad (o
bien: Kyrie, eléison ).
t Para que, en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a toda la Igle­
sia la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su
mala conducta y retornar al camino del bien. Oremos,
t Para que la luz de Jesucristo ilumine a los catecúmenos que se
están preparando para el Bautismo. Oremos,
t Para que quienes abundan en bienes de la tierra sepan moderar el
uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no
vivan esclavizados a los bienes de este mundo. Oremos.

26 de febrero | | 37
fR. Señor, ten piedad (o bien: Kyrie, eléison).]
t Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros
escándalos o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de
Dios, y a nosotros el Señor nos conceda la conversión. Oremos,
t Para que nuestra patria y los países de América Latina progresen
en la paz, la justicia y el bienestar para todos. Oremos,
t Para que nuestros corazones lleguen a ser, por medio de la peniten­
cia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la Palabra de Dios
produce fruto del ciento por uno. Oremos.
Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo y concédele iniciar
el camino cuaresmal con la fuerza de tu Palabra, para que llegue, con
gozo, a las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Te pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos dones que vamos a
ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este santo sacramento
cuaresmal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque él mismo, al abstenerse durante cuarenta días de tomar ali­
mento, consagró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al recha­
zar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a superar la seducción del
pecado, para que, después de celebrar con espíritu renovado el misterio pas­
cual, pasemos finalmente a la Pascua eterna.
Por eso, con los coros de los ángeles y los santos, te cantamos el himno
de alabanza, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de
la boca de Dios.

| 38 26 de febrero
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, de este pan celestial que nutre la fe, hace crecer la
esperanza y fortalece la caridad, te suplicamos la gracia de aprender
a sentir hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda
palabra que procede de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Derrama sobre tu pueblo. Señor, la abundancia de tu bendición para que
su esperanza crezca en la adversidad, su virtud se fortalezca en la tenta­
ción, y alcance la redención eterna. F’or Jesucristo, nuestro Señor.

26 de febrero 13 9
CO M O JESÚS, Y C O N ÉL,
PREPARÉMONOS PARA LAS PRUEBAS

Luego de que Jesús fue bautizado, el ❖ Por nu estro Bautismo, som os


Espíritu Santo lo condujo al desierto, p a rte del C u e rp o M ístico de
“para se r te n ta d o p o r el dem o n io ”. C risto, y tam bién te n em o s que
cu m p lir una m isión; p re c isa ­
❖ El ev an g elio de M ateo nos m e n te p o r e s o no e s ta re m o s
habla d e las te n ta c io n e s de exentos de las mismas pruebas
Jesús y de cóm o salió bien librado que ex p erim en tó Jesús.
d e ca d a u n a d e ellas, d e r r o ­
tando al dem onio de una m anera
apabullante.
Confiando en Jesús,
preparemos el espíritu para superar
nuestras pruebas.

140 ! 26 de febrero
27 de febrero
LUNES I DE CUARESMA
Feria * Morado

Hermanos compasivos y solidarios

Al querer hacer el bien nos angustiamos pretendiendo con­


vertirnos en super hombres o super mujeres con tal de hacer
no sólo el bien que se nos pide sino hasta más del bien que
podemos, humanamente hablando. Desde este presupuesto
COMENTARIO
AL EVANGELIO
llama la atención que Jesús en Mateo no sólo sea muy preciso en
señalar las necesidades ante las que todos -incluidos sus dis­
cípulos- debemos actuar, sino que al mismo tiempo es muy exigente pues
los más necesitados son presencia viva de él que nos desafía. Sin embargo,
aunque este encargo es exigente se evita dar la sensación de que quienes
pretendan cumplirlo deben ser super hombres o super mujeres. Segura­
mente para combinar exigencias grandes con posibilidades reales, cuando
presenta a los enfermos y a los encarcelados el encargo consiste en visi­
tarlos y en acudir a ellos, respectivamente (v. 36). Este detalle resulta muy
significativo, pues se deja claro que ni siquiera ante las necesidades y des­
gracias humanas que rebasan la capacidad personal y comunitaria de los
discípulos se debe evadir el compromiso; por tanto, ante las necesidades
imposibles de solucionar, permanece el compromiso de ser solidarios, cer­
canos y comprensivos con quienes las padecen.

¿Por qué es importante estar solícitos siempre ante las necesidades de


los demás? ¿Qué debem os hacer ante las necesidades de los demás que
nos rebasan?

***

27 de febrero I 141
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 122, 2-3
Como están los ojos de los esclavos, fijos en las manos de sus señores, así
están nuestros ojos fijos en el Señor, Dios nuestro, esperando su miseri­
cordia. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad.

ORACIÓN COLECTA
Conviértenos, Dios, Salvador nuestro, y para que nos sean provechosas
las prácticas cuaresmales, ilumina nuestro espíritu con la sabiduría del
cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

En vez de la oración colecta de la feria, se puede decir la de *san Gregorio de


Narek (p. 145).

PRIMERA LECTURA
Juzga a tu prójimo con justicia.
Del libro del Levítico: 19, 1-2.11-18

n aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “Habla a la asamblea de


E los hijos de Israel y diles: Sean santos, porque yo, el Señor, soy
santo. No hurtarán. No mentirán ni engañarán a su prójimo. No jurarán
en falso por mi nombre; eso sería profanar el- nombre de su Dios. Yo soy
el Señor.
No oprimas ni explotes a tu prójimo. No retengas hasta el día siguiente
el salario del que trabaja para ti. No maldigas al sordo, ni pongas tropie­
zos ante el ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No seas injusto en la sentencia, ni por favorecer al pobre ni por respeto
al poderoso. Juzga con justicia a tu prójimo. No andes calumniando a los
tuyos ni des testimonio contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corre­
girlo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes
rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy
el Señor”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 18


R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son
las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R.

142 I 27 de febrero
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón;
son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R.
La voluntad del Señor es santa y para siempre estable; los mandatos
del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 6, 2


R. Honor y gloria a ti. Señor Jesús.
Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. R.

EVANGELIO
Cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del
E hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se
sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas
las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pas­
tor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los
cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi
Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la crea­
ción del mundo; porque estuve ham briento y me dieron de comer,
sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve
desnudo y me vistiero n , enferm o y me v isitaron, encarcelado y
fueron a verm e’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vesti­
mos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’. Y el
rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignifi­
cante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.
Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, maldi­
tos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque
estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de
beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistie­
ron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.

27 de febrero I 143
Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento
o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asisti­
mos?’. Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con
uno de aquellos más insignificantes, tam poco lo hicieron conm igo’.
Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
Palabra del Señor. R. Gloría a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Que te sean gratas, Señor, nuestras filiales ofrendas; que santifiquen, por
tu gracia, nuestra vida y nos obtengan tu bondadoso perdón. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

Prefacio l-V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 40. 34


En verdad les digo que cuanto hicieron con el más insignificante de mis
hermanos, conmigo lo hicieron, dice el Señor. Vengan, benditos de mi
Padre, y tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la crea­
ción del mundo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Te rogamos, Señor, que al recibir tu sacramento, experim entem os tu
auxilio para el alma y el cuerpo, y así, restaurado todo nuestro ser, alcan­
cemos la plenitud de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO


Opcional.
Ilumina a tu pueblo, Señor, con la claridad de tu luz, para que pueda des­
cubrir lo que debe hacer y sea capaz de realizar lo que es recto. Por Jesu­
cristo, nuestro Señor.

144 I 27 de febrero
***

*San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia (mi — sólo conmemoración),


morado (MR, p. 956 [948]).

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que le diste a tu Iglesia como doctor a
san Gregorio de Narek, concede que aquello que enseñó, inspirado
por el espíritu divino, se afiance siem pre en nuestros corazones y que
tengamos como defensor ante tu misericordia a quien, por don tuyo, esco­
gimos como protector en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
Para ser felices por siempre se necesita desde ya mirar al que
sufre y hacer algo por él. A esta mirada de compasión se le
llama “obras de misericordia”. En este pasaje están puestas
sobre la mesa todas las cartas para salvarse, ¿las tomamos para
p a r a m e d it a r salvarnos o nos negamos a verlas?

27 de febrero 145
28 de febrero
MARTES I DE CUARESMA
Feria * Morado

Oremos para no caer en tentación

Al reconocimiento honesto de la presencia de las tentaciones


en nuestra vida le debe seguir la disponibilidad auténtica para
superarlas; por esto el Maestro enseñó a sus discípulos -y a
n o so tro s- a que oraran para no caer en tentación (v. 13).
a ° e v a n g e l io Ahora bien, de acuerdo con el contenido de lo que conoce­
mos com o el P a d r e n u e s t r o (vv. 9-12) las tentaciones guarda­
rían relación con las preocupaciones de Dios y las necesidades de las
personas que recuerdan -indirectam ente- al lector atento las tres tenta­
ciones que previamente había superado Jesús en el desierto, a saber, per­
derle sentido a la existencia olvidando que Dios con su Palabra puede,
además de ayudarnos a discernir nuestra vida, proporcionarnos la fortaleza
necesaria para vivir dignamente com o hijos suyos. El discípulo debe orar
para no caer en la tentación de pretender hacer del Dios de Jesús un ídolo,
a su merced y al antojo de sus caprichos personales; además, tendrá que
estar orando para no caer en la tentación de humillarse ante los poderes
del tipo que sea, pero también para evitar la tentación de abusar con el
poder -bajo cualquier ropaje y con cualquier títu lo- que humilla y denigra
a los hermanos y hermanas.

¿Qué tanto incluimos nuestra vida cotidiana en nuestra oración? ¿Oramos


para no caer en estas tentaciones? Hagamos un compromiso.

***

ANTÍFONA DE ENTRADA C/r. Sal 89,1-2


Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde
siempre y para siempre tú eres Dios.

146 28 de febrero
ORACIÓN COLECTA
Mira, Señor, a tu familia y concede que mientras afligimos nuestro cuerpo
con la penitencia, nuestro espíritu se vea iluminado por el deseo de estar
cerca de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Mi palabra hará mi voluntad.
Del libro del profeta Isaías: 5 5 ,10-11

sto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuel­
E ven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla
germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será
la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que
hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL Del salmo 33


R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder.


Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus
angustias. R.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus
oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tie­
rra su recuerdo. R.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El
Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de
la boca de Dios. R.

28 de febrero ¡ 14 7
EVANGELIO
U s t e d e s o r e n así.
Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 7-15

n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan


E oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a
fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre
sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga
tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer
en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los
perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres,
tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Acepta, Dios creador todopoderoso, estos dones que hemos recibido de
tu generosidad, y concédenos que los auxilios temporales que nos das
nos sirvan para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio ¡-V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 4, 2


Cuando te invoqué me escuchaste, tú, Dios, defensor mío, y en la tribu­
lación me consolaste; ten piedad de mí y escucha mi oración.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Concédenos, Señor, por la celebración de estos misterios, que, al esfor­
zarnos por dominar los deseos terrenales, aprendamos a amar las realida­
des celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

148 28 de febrero
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional.
Señor Dios, que tu bendición fortalezca a tus fieles; que sea consuelo en
su aflicción, paciencia en las adversidades y protección en los peligros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cuando recitamos el P a d r e n u e s tr o nos damos cuenta de que
en dicha oración pedimos a Dios todo lo que necesitamos. Es
cierto que después nosotros agregaremos los nombres y las
situaciones concretas, pero ya todo está ahí. Hoy en algún
PARA MEDITAR momento del día voy a rezar con calma y confianza la oración
del P a d r e n u e s tr o .

28 de febrero I 149
SANTO ROSARIO

Misterios gozosos
(Lunes y sábados)
I o La Anunciación.
2o La Visitación.
3“ El Nacimiento del Niño Dios.
4o La Presentación.
5o El hallazgo del Niño Jesús.

Misterios luminosos:
(Jueves)
1" El Bautismo de Jesús.
2' Las bodas de Cana.
3° El anuncio del Reino.
4o La Transfiguración.
5o La institución de la Eucaristía.

Misterios dolorosos:
(Martes y viernes)
1" La Oración en el huerto.
2o La Flagelación.
3" La Coronación de espinas.
4° Jesús con la cruz a cuestas.
5" Crucifixión y muerte de Jesús.

Misterios gloriosos:
(Miércoles y domingos)
I o La Resurrección.
2" La Ascensión.
3" La venida del Espíritu Santo.
4o La Asunción de María.
5o La Coronación de María.

150 I
SANTO ROSARIO
Al principio:
El que guía: Por la señal de la Santa Cruz...
Todos Señor mío, Jesucristo... (Acto de contrición).
El que guía: Hoy vamos a considerar los misterios... (gozosos, luminosos,
dolorosos, gloriosos).
Después de meditar cada uno de los cinco misterios, se dice un Padre­
nuestro, diez Avemarias y un Gloria al Padre.
El que guía: Por las intenciones del Santo Padre: Padrenuestro...
- Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen purísima
antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilu­
mines, llena eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en
el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alien­
tes, llena eres de gracia...
- Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen
purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra cari­
dad para que la inflames, llena eres de gracia...
- Dios te salve, María santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Tri­
nidad, Virgen concebida sin pecado original. Dios te salve... (se reza la Salve)

Luego se recita la letanía:


Señor, ten piedad de nosotros.
Respuesta: Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
R. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
R. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
R. Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
R. Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
R. Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios,
R. Ten piedad de nosotros.

I 151
Santa María, Vaso digno de honor,
Santa Madre de Dios, Vaso insigne de devoción,
Santa Virgen de las vírgenes, Rosa mística,
Madre de Cristo, Torre de David,
Madre de la Iglesia, Torre de marfil,
Madre de la misericordia, Casa de oro,
Madre de la divina gracia, Arca de la alianza,
Madre de la esperanza, Puerta del cielo,
Madre purísima, Estrella de la mañana,
Madre castísima, g Salud de los enfermos,
Madre virgen, Refugio de los pecadores,
Madre sin corrupción, Ayuda de los migrantes,
Madre inmaculada, Consuelo de los afligidos,
Madre amable, Auxilio de los cristianos,
Madre admirable, Reina de los ángeles,
Madre del buen consejo, Reina de los patriarcas,
Madre del Creador, Reina de los profetas,
Madre del Salvador, Reina de los apóstoles,
Virgen prudentísima, Reina de los mártires,
Virgen digna de veneración, Reina de los confesores,
Virgen digna de alabanza, Reina de las vírgenes,
Virgen poderosa, Reina de todos los santos,
Virgen clemente, Reina concebida sin pecado
Virgen fiel, original,
Espejo de justicia, Reina elevada al cielo,
Trono de la Sabiduría, Reina del santísimo Rosario,
Causa de nuestra alegría, Reina de la familia,
Vaso espiritual, Reina de la paz,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. ten piedad de nosotros.

Bajo tu amparo...
El que guía: Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Te rogamos, Señor, que concedas a nosotros, tus siervos, gozar de perpetua
salud de alma y cuerpo, y que, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada
siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y goce­
mos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
152 I
LA IGLESIA ORA UNIDA POR LAS INTENCIONES
DEL SANTO PADRE

O r e m o s p a r a q u e la s p a r r o q u ia s ,
p o n ie n d o la C o m u n ió n e n e l c e n tr o ,
s e a n c a d a v e z m á s c o m u n i d a d e s d e fe,
fr a te r n id a d y a c o g id a a los m á s n e c e s ita d o s .

- Que todos los fieles tomemos conciencia de que las parroquias, más que un territorio,
son una porción del pueblo de Dios encomendada a un párroco.
- Que el amor por Cristo presente en el Santísimo Sacramento mueva a las comuni­
dades a la caridad.
- Que vivamos como verdaderos hijos de Dios que nos ayudamos los unos a los
otros.

¡Te lo pedimos a ti, Virgen María,


Reina y Madre de las parroquias!
***

Mi 1 S. S e v e r o Ju 16 S ta . J u lia n a
Ju 2 P resentación del S eñor Vi 17 L o s s i e t e s a n t o s f u n d a d o r e s d e la
Vi 3 S. B las. S. Ó s c a r O r d e n d e lo s S i e n / o s d e la V ir g e n
M a r ía
Sá 4 S ta . Á g u e d a
Sá 18 S. E la d io
Do 5 S. F e lip e d e J e s ú s
Do 19 S. M a n su e to d e Milán
Lu 6 S s. P a b l o M iki y c o m p a ñ e r o s
Lu 20 S. E l e u t e r i o
Ma 7 S. R i c a r d o d e T o s c a n a
Ma 21 S. P e d r o D a m i á n
Mi 8 S. J e r ó n i m o E m ilia n i.
S ta . J o s e f i n a B a k h i ta Mi 22 M iércoles de C eniza .
C á te d r a d e san P e d ro , a p ó s to l
Ju 9 S. M a ró n
Ju 23 S. P o l i c a r p o
Vi 10 S ta . E s c o l á s t i c a
Vi 24 S. E v e c io
Sá 11 N u e s tra S e ñ o ra d e L o u rd es
Sá 25 B to . S e b a s t i á n d e A p a r i c i o
Do 12 S. M e le c io d e A n tio q u ía
Do 26 S. A le ja n d r o
Lu 13 S. C á s t o r .
Lu 27 S. G r e g o r i o d e N a r e k
Ma 14 S s. C i r i l o y M e t o d i o
Ma 28 S. R o m á n
Mi 15 S. C l a u d i o L a C o l o m b i é r e

I 153
VIACRUCIS I a ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
Por la envidia de los fariseos
y la debilidad de Pilato, Jesús
INTRODUCCIÓN fue juzgado injustamente y
condenado a muerte. Porque
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
yo también te he juzgado y
R. Amén. condenado en mis hermanos
Señor, que esta breve meditación de tu Pasión nos anime y ayude o he dejado, con mi silencio,
a tomar la cruz de nuestra vida y a seguirte. que otros lo hagan...
R. Amén. R. Perdón, Señor, perdón.

2a ESTACIÓN 3a ESTACIÓN 4 a ESTACIÓN


Jesús carga con la cruz Jesús cae por primera vez Jesús se encuentra con su Madre
Simplemente se la echaron No es fácil llevar la cruz. Muchas Hay muchas ocasiones en que
encima sin ninguna conside­ veces cae uno vencido bajo su lo único que se puede hacer
ración, y él no la rechazó. Por peso. Por las ocasiones en que por otro es acompañarlo en su
las veces que yo he dejado he tardado tanto en levantarme viacrucis. Por las veces en que
caer la cruz de mis obligacio­ y por todos mis hermanos que he dejado a tantos enfermos y
nes diarias y he renegado de la ya no se han levantado... ancianos solos en ese penoso
de mis penas y enfermedades... R. Perdón, Señor, perdón. camino...
R. Perdón, Señor, perdón. R. Perdón, Señor, perdón.

5a ESTACIÓN 6 a ESTACIÓN 7a ESTACIÓN


Simón de drene ayuda a Jesús Verónica limpia el rostro de Jesús Jesús cae por segunda vez
No quería, claro que no; era Aquella mujer supo descu­ ¿Fue un tropezón con una piedra
como muchos de nosotros que brir el rostro de Cristo bajo o un empujón? No lo sabemos.
no queremos ayudar. Por haber aquella capa de sudor, polvo y Por las veces que con nuestro
dejado solos con sus cruces de salivazos. Por no haberte des­ ejemplo hemos hecho que los
hambre, de desnudez, de aban­ cubierto en tantos rostros demás tropiecen y por las veces,
dono a tantos hermanos, sudorosos de obreros y cam­ quizá, que deliberadamente los
cuando podía haberlos ayu­ pesinos y no haberte enju­ hemos empujado...
dado a llevarla... gado tantas lágrimas... R Perdón, Señor, perdón.
R. Perdón, Señor, perdón. R. Perdón, Señor, perdón.

154 I
8a ESTACIÓN 9 a ESTACIÓN 10a ESTACIÓN
Jesús habla a las hijas dejerusalén Jesús cae por tercera vez Jesús es despojado de sus vestiduras
En medio de su propio dolor, Y por tercera vez hace un Antes de ponerlo en la cruz lo
Cristo no deja de preocuparse esfuerzo supremo y se levanta. despojaron de sus vestiduras.
por la pena de aquellas mujeres. Por esas ocasiones en las que, Por las veces en que yo he des­
Por las veces en que mis pro­ ante las dificultades, no he per­ pojado a los otros de su fama, de
blemas me han hecho olvi­ severado en la obra emprendida sus bienes, de sus derechos, de su
darme de los sufrimientos de en favor de los demás... inocencia, de sus ilusiones...
los que me rodean... R. Perdón, Señor, perdón. R. Perdón, Señor, perdón.
R. Perdón, Señor, perdón.

11a ESTACIÓN 12a ESTACIÓN 13a ESTACIÓN


Jesús es clavado en la cruz Jesús muere en la cruz Jesús es bajado de la cruz
Y desde la cruz pidió a su Padre No hay mayor amor que dar la Y su cuerpo es puesto en los
que nos perdonara. Por tantos vida por los amigos. Por la faci­ brazos de su Madre. Por ese
perdones que yo he negado, lidad con que me olvido de lo tierno Niño que tú nos diste
por tantas represalias y ven­ que me quisiste y de lo que una Nochebuena y que una
ganzas que he tomado... me quieres y de lo que te cos­ mala tarde te devolvimos
R. Perdón, Señor, perdón. taron mis pecados... muerto por nuestros pecados...
R. Perdón, Señor, perdón. R. Perdón, Señor, perdón.

14a ESTACIÓN 15a ESTACIÓN ORACIÓN FINAL


Jesús es sepultado Y al tercer día resucitó Señor mío Jesucristo, que con
Aquel que los judíos esperaban Esta estación no está en el via- tu Pasión y muerte diste vida
que fuera el libertador de crucis tradicional, pero es la al mundo, líbranos de todas
Israel ha sido sepultado. Por esencial: si Cristo no resucitó, nuestras culpas y de todo mal,
las veces en que he olvidado, vana es nuestra fe. Por las veces concédenos vivir apegados a
como los discípulos de Emaús, en que olvido que si no muero tus mandamientos y jamás
que es necesario pasar por con Cristo, no podré resuci­ permitas que nos separemos
todas estas cosas para entrar tar con él... de ti, que vives y reinas por los
en la gloria... siglos de los siglos.
R. Perdón, Señor, perdón.
R. Perdón, Señor, perdón. R. Amén.

I 155
En t r e tus m a n o s
Canto popular
Autor anónimo

En - tre tus nía - nos, _______ es - tá mi vi - da, Se-ñor.


Cfm Ffm B7 E7

É é SEÍEiat W- v
En - tre tus ma - «os_ _ pon-go m ie -x is - tir. Hay que mo - rir
Gj(m Cjm Fjni B7

¿ V t B! r p t i- fe
^ fe E j
• O 0 ^ 0 • 0 0 0

pa-ra vi - vir. En - tre tus ma - nos„ pon-go yo m i ser.

Si el gra - no_______ de tri-g o no mué - re______ si no

m u é - r e ,____ s o -lo que -d a - rá, p e -ro si m ué - re------- en a -b u n -

Cfm Ffm B7 E
0 | | l | 1
.^.... .*.. , > . = F = | .......fe fe ; í ...........= = = = 3
-ZÚZZZZQ. • • • • * o
f 1 • • . ' , r ' :■ ' ■
d an -cia da - rá un f r u - to e - ter - no____ que n o m o -r i - rá. D .C .a iF m

Encuentre éste, y muchos cantos más en E sc u c h a , S eñ o r, n u e s tr o c a n to , de Buena


Prensa,Tomo I, número 58, página 79.
Ag n u s De i
Canto Gregoriano (s. XV-XV1)
Misa VIH « D e A ngelis»

A - gnus----- D e - i. q u i-to l - lis------- p e c - c á -ta --------mun - di:

Encuentre éste, y muchos cantos más en E sc u c h a , S eñ o r, n u e s tr o c a n to , de Buena


Prensa,Tomo I, número 86, página 112.

I 157
TÚ REINARÁS
T. y M.: F. X. Moreau

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1.- Tú
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2.~ Tú rei na - rás. Dul ce es - pe ran-za que al al ma He - ñas de pía
3.- Tú reí - na - rás, di - cho - sa e - ra. di - cho so pue-blo con tal
4.- Tú rei - na - rás, en es - te sue-lo te pro me - te - mos nues-tro a-
5. Tú reí na - rás. rei na ya a lio ra en es ta ca - say po - bla
6.- Tú rei - na - rás, to - da la vi-da tra - ba ja re-m os con gran

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fe. Tú rei - na - rás. oh Rey ben - di-to. pues tú di - jis- te: ¡Rei-na - ré!
cer; ha - brá por fin paz y bo - nan-za. te - li - ci - dad ha-brá do - quier.
Rey; se - rá tu cruz núes-tra ban - de-ra. tua-m or se - rá la núes-tra ley.
mor. Oh buen Je - sus. da - nos con sue-lo. en es - te va-lie de do - lor.
ción. Ten com-pa - sión del que te ini - plo-ra yj* - cu - de a ti en laa-flic ción.
fe en rea - li - zar y ver cuín - pli -da la gran pro - me-sa: ¡Rei-na - ré!

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V a - tr ia r e n n ú e s - tro su e - lo, q u ejes d e M a - r í - a la Na - ció n . D.C.

Encuentre éste, y muchos cantos más en E sc u c h a , S e ñ o r, n u e s tr o c a n to , de Buena


Prensa,Tomo I,número 146,página 179.
El Calendario Mural 2023
en su Misal mensual
Este año, el Calendario Mural 2023 de Buena Prensa te acompa­
ñará mes con mes, presentando en nuestras portadas detalles de
obras maestras de arte sacro. Los fragmentos de estas piezas
recorren diversos pasajes de la vida de Cristo entre el pueblo.
En Jesús vemos nuevas todas las cosas. El proyecto del Reino que él
manifiesta nos muestra una nueva manera de acercarnos a Dios. De
ahí que Jesús sea el rostro novedoso de lo divino, pues en él encontra­
mos a un Dios festivo, amigo de la vida y que no es para nada simplón;
a un Dios compasivo y que nos da libertad; a un Dios que está en el
mundo y no encerrado en los templos; a un Dios que come, bebe, dia­
loga, toca y abraza.
Hoy, la imagen de Jesús nos recuerda que Dios es curador y poeta de
la vida. Sus m ilagros brotan de la fuente misericordiosa y compasiva
del am or por la hum anidad, y tienen la im pronta de cu rar no sola­
mente el cuerpo sino también la fe. El Sermón de la Montaña (M t 5 ,3 -1 1)
es un discurso que nos invita a actuar en consolación por los despla­
zados de la sociedad, que nos invita a ir hacia esas fronteras humanas
ham brientas de amor, solidaridad y esperanza. La vida de Jesús es
reflejo de este Dios siempre nuevo, siempre alegre, siempre dador de
todo lo que tiene.
Son las palabras y acciones de Jesús las que nos muestran el rostro
siempre nuevo de Dios. Su manera de acercarse a quienes padecen los
males del mundo no nace de la teoría o los análisis cuantitativos ni
mercantiles tan de moda en nuestras sociedades occidentales. Tampoco
brota de las normas o ideologías excluyentes de grupos religiosos
o culturales. Nace más bien de la experiencia compartida en el Dios
Padre-M adre, en ese Dios que tiende la mano, del Dios que se com­
padece de la mujer y del hombre pecadores, del Dios que se atreve a
tocar y abrazar a quien está enfermo, del Dios que siempre tiene una
palabra para quien la necesita. El modo de proceder de Jesús parte deI

I 159
esta experiencia. ¿Qué más podemos pedir de un Dios así, tan cercano
y tan maravillosamente humano y nuestro?
Ese Dios, el de Jesús, no otro, es a quien estamos invitados e invitadas
a seguir: un Dios amoroso, compasivo, amigo de la vida, portador de
esperanza, tan próximo a nuestros días como lo son las personas que
nos rodean.
El paso de los meses será atestiguado por los pinceles de diferentes
maestros europeos que van del barroco del siglo XVI a las corrientes y
movimientos artísticos del siglo XX.

¡E n cu én tralo 1
en n u estra pág in a!

I $36.00

160 I
Nuestra Señora de Lourdes

“Y o s o y la I n m a c u l a d a C o n c e p c i ó n ”, con estas pala­


bras, dichas en la lengua materna de santa Bernardita
Soubirous, la Madre de Dios confirma lo proclamado
en 1854 por el Papa Pío IX. En 1858, la Virgen María
escogió como mensajera a Bernardita, una adoles­
cente pobre que apenas sabía leer. Lourdes es la región
en donde tuvieron lugar las apariciones. Y hoy es un
lugar de peregrinación, especialmente para enfermos
de cuerpo y alma.
O ra ció n :
N u e s tr a S eñ o ra d e L o u rd es, In m a c u la d a C o n c e p c ió n ,
ve n y a y ú d a n o s, a n o s o tr o s p e c a d o r e s;
d a n o s la h u m ild a d d e la c o n v e rsió n y la f u e r z a
d e la p e n ite n c ia .
E n s é ñ a n o s a r e za r p o r to d a la h u m a n id a d .
G u ía n o s a la f u e n te d e la V id a e tern a ,
a y ú d a n o s en n u e str o p e r e g r in a r d e Iglesia,
a u m e n ta en n o s o tr o s el h a m b re d e la E u c a ristía ,
q u e e s el P a n d e la vid a verd a d era .
C o n B e rn a rd ita te s u p lic a m o s , sa n ta M a d re ,
in te rc e d e p o r los e n fe r m o s y p o r n o so tr o s p e c a d o r e s.
A m én.

Portada:
Sermón de Jesús.
Michelangelo Grigolctti (1801 -1870).
New Cathedral, Brescia.

Contraportada:
Estatua de Nuestra Señora de Lourdes.
Iglesia de Santa María del Carmine, Italia.
6077792400226

Obra d e los jesu ítas de México al servicio d e la misión d e la Iglesia

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