Está en la página 1de 10

Elementos que no

debes olvidar
 Anillo, pulsera o medalla
bendecida
Camiseta, camisa, blusa o
vestido blanco
Flor blanca (de ser posible una
rosa)
Camándula
Cámara fotográfica
Este manual
1. Consagración al
Espíritu Santo
Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la
consagración perfecta y absoluta de todo
mi ser, dígnate a ser en adelante, en
cada uno de los instantes de mi vida y en
cada una de mis acciones, mi director, mi
luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de
mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a tu divina


voluntad, y quiero ser siempre dócil a tus
santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Fórmarme con María


y en María, según el modelo de tu
amado Jesús. Gloria al Padre Creador.
Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu
Santo Santificador. Amén
2. Rosario para pedir
pureza y castidad
1. Credo
2. Con una camándula rezar
•. En las cuentas grandes: Oh!, Señora mía!
¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco
enteramente a Ti; y en prueba de mi filial
afecto te consagro en este día mis ojos,
mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una
palabra, todo mi ser. Ya que soy todo
tuyo, oh! Madre de bondad, guardame y
defiéndeme como cosa y posesión tuya.
Amén.
•. En las cuentas pequeñas: Bendita sea tu
pureza y eternamente lo sea, pues todo un
Dios se recrea, en tan graciosa belleza, a
Ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada
María, yo te ofrezco en este día, alma vida
y corazón, mírame con compasión, no me
dejes, Madre mía!
Bendita sea tu pureza y
eternamente lo sea, pues todo un
Dios se recrea, en tan graciosa
belleza, a Ti Celestial Princesa,
Virgen Sagrada María, yo te
ofrezco en este día, alma vida y
corazón, mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía!

Oh!, Señora mía! ¡Oh,


Madre mía! Yo me ofrezco
enteramente a Ti; y en
prueba de mi filial afecto te
consagro en este día mis
ojos, mis oídos, mi lengua,
mi corazón; en una palabra,
todo mi ser. Ya que soy todo
tuyo, oh! Madre de bondad,
guardame y defiéndeme
como cosa y posesión tuya.
Amén.

Credo
Al iniciar la misa

3. Saludo

4. Acto penitencial

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y


ante ustedes hermanos que he pecado
mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por
mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a
los santos y a ustedes hermanos, que
intercedan por mí ante Dios, Nuestro
Señor. Limpia Jesús mi corazón de
todo pecado hazlo puro y casto. Amén
5. Gloria
6. Lecturas bíblicas
7. Homilía
8. Profesión de fe

9. Ofertorio

Señor en este día quiero ofrecerte todo


cuanto soy, te ofrezco mi mente Señor,
para que en ella solo habiten
pensamientos puros, te ofrezco mi
cuerpo Señor para que con Él pueda
glorificarte, alabarte y bendecirte y te
ofrezco mi alma Jesús para que en ella
permanezca siempre el Espíritu de
Dios. Recibe junto a este Pan mi
voluntad y que al transformarse esta
hostia en tu cuerpo, pueda al recibirla,
recibir también tu voluntad. Amén
9. Antes de la comunión

De rodillas:

Señor hoy me encuentro de rodillas ante Ti, tu conoces


mis caídas, tu conoces mi pecado, tu conoces cuantas
veces me he equivocado, tu sabes cuantas veces he
caído en la impureza, cuantas veces me he dejado
llevar por los malos pensamientos, cuantas veces me
he dejado seducir por la vida lujuriosa que el mundo
me propone, pero hoy vengo ante ti a entregarte por
completo mi alma, hoy vengo ante ti a comprometerme
contigo, hoy te entrego todo lo que soy Jesús.

Por medio de este (anillo, pulsera, medalla) me


comprometo a vivir mi castidad, dejando de lado los
pensamientos de impureza, huyendo de las ocasiones
de pecado y luchando diariamente por mostrarle al
mundo que todos podemos vivir en pureza. Me
comprometo además a rezar todos los días un ave
María por mi castidad, un ave María por la castidad de
mis hermanos del club de María y un ave María por la
castidad de todos los jóvenes del mundo. (colocarse el
anillo, pulsera, medalla)
10. Comunión
11. Bendición final
12. Canto a María
13. Frente al Santísimo

Señor Jesucristo, esposo de mi alma, delicia de mi corazón,


más bien corazón mío y alma mía, frente a ti me postro de
rodillas, rogándote y suplicándote con todo mi fervor de
concederme preservar la fe que me has dado de manera
solemne. Por ello, Jesús dulcísimo, que yo rechace cada
impiedad, que sea siempre extraño a los deseos carnales y a
las concupiscencias terrenas, que combaten contra el alma y
que, con tu ayuda, conserve íntegra la castidad.

¡Oh santísima e inmaculada Virgen María!, Virgen de las


vírgenes y Madre nuestra amantísima, purifica cada día mi
corazón y mi alma, pide por mí el temor del Señor y una
particular desconfianza en mis propias fuerzas. San José,
custodio de la virginidad de María, custodia mi alma de cada
pecado. Todas ustedes Vírgenes santas, que siguen por
doquier al Cordero divino, sean siempre presurosas con
respecto a mí pecador para que no peque en pensamientos,
palabras u obras y nunca me aleje del castísimo corazón de
Jesús. Amén

Señor hoy dejo esta rosa blanca ante tu altar en acción de


gracias, hoy empiezo un nuevo camino de tu mano, hoy estoy
dispuesto a vivir una vida casta y quiero como esta flor, morir a
tus pies Señor, morir por amor. “Antes morir que pecar”

Dejar la flor
Felicidades, ahora es tu
responsabilidad cumplir el
compromiso hecho con el
Señor y vivir en castidad

¡Mucha fortaleza!

También podría gustarte