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D I OS N OS L E VA N TA

El D E LOS F R AC ASOS ,
P E RO N O D E L AS E X C U SAS

mejor Autor: apóstol Cash Luna

vino
RECORDAR
A LOS PEREZOSOS
Proverbios 10:26 (RVR1960)
26 Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así
es el perezoso a los que lo envían.
Proverbios 10:26 (PDT)
26 Nunca emplees a un perezoso, pues te irritará como el vinagre
irrita la boca o el humo irrita los ojos.

Nadie quiere trabajar con alguien perezoso porque por más


que se le quiera ayudar o tomar en cuenta para realizar una
tarea, ellos no tienen la voluntad de hacerlo. Los perezosos
repelen a las personas. Evitemos ser como ellos.

CASO DE MARYL DAVIS


Y CHARLIE WHITE
Son dos patinadores estadounidenses que en una de sus
rutinas más famosas pudieron hilar cuatro minutos y medio sin
ningún error. Para lograr este hito histórico en el patinaje sobre
hielo debieron entrenar más de 29 mil horas, además de formar
equipo 17 años juntos en 75 competencias diferentes.

La excelencia no es casualidad, sino algo que se busca con


esfuerzo y dedicación.
A DIOS NO LE AGRADAN
LAS EXCUSAS
Romanos 1:20 (RVR 1960)

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se


hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa.

No tenemos excusa para decir que no conocemos a Dios y Él


lo deja claro en este versículo. Aunque existan atributos de Él
que parecieran ser invisibles como Su poder y deidad, Él ya los
hizo visibles para cada uno de nosotros a través de la
creación del mundo. Por lo tanto, no podemos excusar
nuestra falta de conocimiento de Dios si desde siempre Él se
ha manifestado para que lo conozcamos. Conocer a Dios es
totalmente nuestra responsabilidad porque Él ya se
manifestó ante nosotros y sigue haciéndolo una y otra vez.
¿Qué excusa estamos poniendo para no estar cerca de Él?

¿QUIÉNES SOMOS
Y DE DÓNDE VENIMOS?
Jueces 6:15-18 (RVR 1960)
15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a
Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor
en la casa de mi padre. 16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré
contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. 17 Y
él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me
des señal de que tú has hablado conmigo. 18 Te ruego que no te
vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga
delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.
A veces tomamos como excusa nuestro lugar de origen o
nuestra identidad para no hacernos responsables de la
situación que estamos viviendo. Gedeón le dijo a Dios: “Mi
familia es pobre y yo soy el menor”. Parecían excusas válidas
para no ir a la batalla y quedarse escondido, pero el Señor no
les prestó atención, y más bien le recordó que Él lo
acompañaría y que tenía un plan para su vida y para su
pueblo.

Cuando Gedeón vio que Dios lo acompañaba dejó de


excusarse de su origen y se dio cuenta de que tenía algo que
ofrecer; y fue así como, además de aceptar el llamado del
Señor para vencer a los madianitas, también le presentó una
ofrenda a Él.

Cuando soltamos las excusas estamos listos para experimentar las


victorias que Dios quiere darnos.

NUESTRAS SUPUESTAS
LIMITACIONES
Éxodo 4:10-17 (RVR 1960)
10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre
de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque
soy tardo en el habla y torpe de lengua. 11 Y Jehová le respondió:
¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al
que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12 Ahora pues, ve, y yo
estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. 13 Y él
dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. 14
Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a
tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él
saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. 15 Tú
hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con
tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. 16 Y
él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás
para él en lugar de Dios. 17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la
cual harás las señales.
Ninguna excusa es válida para desobedecer una instrucción
de Dios. Moisés ponía como excusa su limitación en el habla,
pero Él no se la aceptó y por el contrario, se enojó. ¿Cómo no
se iba a molestar el Señor, si Él es experto en imposibles?
¿Qué excusa válida podríamos darle ante esta o cualquier
otra situación?

Si tenemos un Dios que se fortalece en nuestras debilidades, no hay


limitación que nos pueda detener.

LAS PERSONAS A QUIENES


CULPAMOS
Génesis 3:9-13 (RVR 1960)

9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10


Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba
desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que
estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no
comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios
dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La
serpiente me engañó, y comí.

¡Todo empezó con una excusa!

¿Qué hubiese pasado si Adán y Eva hubiesen reconocido su


error? Todo hubiera cambiado radicalmente si en vez de
acusadores hubieran sido responsables de sus errores. La
vida no se trata de encontrar culpables, sino de aceptar
responsabilidades y ser transformados. Claro que Adán y Eva
cometieron un error, pero ese no fue el problema: lo que
verdaderamente los apartó del paraíso fueron las excusas
que dieron a Dios: “La mujer que me diste por compañera”. No
solo le estaba echando la culpa a Eva, sino a Dios, su Creador.
Dios nos puede levantar de una derrota, pero jamás de una excusa.

Juan 15:22 (RVR 1960)


22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían
pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.

No podemos excusar nuestros pecados con la ignorancia


debido a que Jesús ya se presentó en nuestra vida y Su luz
nos ayuda a ver el pecado que hay dentro de nosotros.

No debería existir lugar para el pecado en nuestra vida como


hijos de Dios, y si aún seguimos experimentándolo, es muy
probable que debamos vencer algunas excusas enraizadas en
nuestra mente y nuestro corazón.

No hay excusa válida para seguir en el pecado. ¡Jesús ya nos


hizo libres! Disfrutemos la plenitud de vida que Él preparó para
nosotros.

NUESTROS TEMORES
Mateo 25:24-30 (RVR 1960)

24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo:


Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve
miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es
tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente,
sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no
esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los
intereses. 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez
talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al
que no tiene, aun lo que tiene le seráquitado. 30 Y al siervo inútil
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de
dientes.
El hombre que escondió el talento fue juzgado de acuerdo
con la excusa que dio: “te conocía que eres hombre duro”, y
por eso fue echado a las tinieblas. Somos presos de nuestras
excusas porque muchas veces se hacen realidad cuando no
logramos vencerlas.

Lo peor de las excusas es cuando nos las creemos y


empiezan a determinar nuestras convicciones y las
decisiones que tomamos. ¡Basta ya de las excusas! ¡Es tiempo
de vencerlas!

El miedo parece una excusa válida, pero no lo es. No


desperdiciemos los talentos y la vida que Dios nos dio por el
temor al qué dirán o a lo que pueda suceder. Si confiamos que
el Señor está de nuestro lado no debería haber cabida para el
temor en nuestro corazón; y si aún así sentimos miedo,
sigamos caminando en fe hasta vencer todas nuestras
excusas.

No hay excusa válida para no experimentar la vida que Dios diseñó para
nosotros.
El mejor vino

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