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La victimización y la propaganda actual: El conflicto de Israel y Palestina

Es curioso ver cómo han cambiado los discursos nacionalistas y de autodeterminación de los
países, donde antes reinaban los héroes nacionales ahora triunfan las víctimas. Los gobiernos
han entendido que la propaganda es un arma más junto a la diplomacia y los ejércitos, siendo
imprescindible para establecer su control y su poder. Y no solo eso, los medios de comunicación
de los que se sirven son imprescindibles para llevar a cabo esta contienda (especialmente de las
redes sociales). Ya lo dijo en su momento Aristóteles, la mente es una tablilla de arcilla en la
que no hay nada escrito, lo que está en la mente depende de lo que se ve, lo que se lee y lo que
se oye, por lo que quien controla la información, puede controlar el pensamiento.
El estado de Israel lleva aplicando estos principios desde su creación en 1945, todo con el fin de
justificar su conflicto con el pueblo palestino, sirviéndose de un calculado sistema de
propaganda llevado a cabo por este país, así como por Estados Unidos y sus aliados, donde las
bases de su propaganda se establecen sobre siete mitos, dando pie a la invasión y sometimiento
de Palestina hasta la actualidad. Ante este discurso de odio y de legitimación de conquista, no
hay ninguna regulación legislativa sobre este tipo de propaganda, surgiendo la siguiente
pregunta: ¿todo tipo de propaganda proveniente de los gobiernos debe ser legitimada?
Se puede comprobar la efectividad de la propaganda en varios episodios de la historia. A finales
del siglo XVIII, cuando Napoleón invadió Egipto, las técnicas propagandísticas alcanzaron una
nueva vertiente con el imperialismo y el colonialismo a través del conocimiento, la cultura y el
arte, todo en nombre de la civilización, el progreso social, moral y económico, transmitiendo los
valores de la civilización europea. Durante el siglo XIX, las culturas nacionales se basaban en
los hechos históricos y héroes nacionales que habían realizado grandes logros a favor y en honor
de sus países. En el caso de España destacaban hechos como la conquista de Granada, el
descubrimiento de América o la batalla de Lepanto. Pero una vez finalizada la Segunda Guerra
Mundial, comienzan a surgir nuevos países en consecuencia de la desaparición de las colonias
españolas, francesas e inglesas. Es durante este periodo cuando surge una vertiente
propagandística basada en la victimización, aprovechándose o argumentando unos actos en base
a lo ocurrido en el pasado.
Esta victimización está estrechamente ligada con la creación del estado de Israel y los conflictos
que aún mantiene con Palestina desde 1945. La resistencia de los palestinos a la invasión y
ocupación de sus tierras se fundamenta por parte de Israel en la propaganda de los siete mitos
del sionismo: Palestina no existe; Israel es la única democracia en el Oriente Medio; Israel lucha
para defender su seguridad y su existencia; Israel quiere la paz, pero Palestina siempre la
rechaza; el holocausto puede repetirse mientras exista antisemitismo; y el estado de Israel es el
estado de todos los judíos.
Esta legitimación de invasión y expansión de Israel se sustenta desde 1917, cuando el ministro
de Asuntos Exteriores Británico, Sir Arthur James Balfour, escribió una carta al líder de la
comunidad judía en Inglaterra de aquel entonces, en la que decía que el gobierno de Inglaterra
contemplaba el establecimiento de un hogar nacional para los pueblos judíos en el protectorado
de Palestina. El eslogan Sionista era "Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra". En los
libros de textos, a los niños se les presenta a los palestinos con imágenes negativas y
degradantes, como terroristas, refugiados o campesinos primitivos. Los crímenes de guerra y
masacres de Israel contra Palestina son justificados a través de estos mitos.
Toda esta represión hacia el pueblo palestino no ha parado desde aquel entonces. La llegada de
internet a nuestras vidas no solo ha causado que existan nuevas vías propagandísticas, sino que
también ha provocado una accesibilidad casi instantánea y global a lo que ocurre en el mundo
en cada momento, y hace que todos puedan opinar y ver lo que está ocurriendo. Aquí es donde
entran en juego las redes sociales. Entre 2010 y 2012, la primavera árabe estuvo fuertemente
marcada por movilizaciones que surgieron y ganaron protagonismo gracias a las redes sociales,

© Carmen Soriano Carballo


por su capacidad de activar a la sociedad y generar cambios políticos por su inmediatez y
globalidad ya mencionadas.
Las redes sociales han cambiado la forma de entender y gestionar la política y se han erigido
como poderosas herramientas para "mantener" a los ciudadanos informados y comunicados en
todo momento, tanto en un entorno cercano como con el resto de países. Internet ha dado voz a
grupos silenciados por los oligopolios de la comunicación, ha generado nuevas vías de
información y ha provocado que la censura y el control por parte de gobiernos en casi cualquier
actividad sea prácticamente imposible.
A pesar de lo anterior, a finales de 2008, las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) decidieron
renovar su página web, crear un blog y abrieron varias cuentas en diferentes plataformas, todo
con el fin de renovar la imagen de Israel y legitimar su ofensiva y sus discursos a través de las
redes sociales. Principalmente destacan las cuentas de Twitter y Facebook, legitimando en ellas
el conflicto contra Palestina y lanzando mensajes de odio hacia este territorio, apelando al
miedo y exaltando el trabajo del ejército. Cabe destacar el hecho de la creación de varios
perfiles en diferentes idiomas, todo con el fin de ser la fuente oficial de lo que suceda en todo
momento.
Es más, cualquier información que vaya en contra de lo que dicen las fuentes oficiales de Israel
(como por ejemplo el número de víctimas palestinas) es desacreditado, advirtiendo a los
usuarios sobre la desinformación de los medios de comunicación internacionales y sugiriendo a
los usuarios que se informen en la página oficial del Estado israelí. De esta manera, se coarta el
derecho fundamental de comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio
de difusión (en el caso de España salvaguardado bajo el artículo 20 de la Constitución Española
de 1978).
Tal y como se puede observar, a lo largo de toda esta propaganda no se puede apreciar
regulación alguna, únicamente a nivel internacional se registran legislaciones en cuanto a la
propaganda electoral, tal y como es en el caso de España a través de la Ley Orgánica 5/1985 del
19 de junio.
En esta propaganda nacionalista se pueden apreciar varios discursos de odio, discriminaciones
hacia el pueblo palestino y se incumplen varios de los derechos que están en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
en París, el 10 de diciembre de 1948), donde Israel impone un sistema de opresión y
dominación a la población palestina en todas las zonas bajo su control, bien conocido como el
apartheid. Estas leyes es una violación del derecho internacional público, una violación grave
de los derechos humanos y un crimen de lesa humanidad en virtud del derecho penal
internacional.
Israel se autodenomina como un estado democrático que a nivel internacional es respaldado por
la mayoría de los países que están inscritos en la OTAN y la ONU. Pero ninguna de sus
acciones tiene consecuencias, la mayoría de sus actos están respaldados bajo una cultura de la
victimización de actos surgidos a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Palestina no tiene ni voz
ni voto ante los actos que hace Israel y todo lo que se dice, es silenciado por las fuentes de
comunicación oficiales del Estado.
La propaganda nacionalista israelí contiene mensajes de odio y viola la mayoría de los derechos
establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, siendo necesario el control
de este tipo de propagada y en la que debe surgir un nuevo tipo de legislación que cambie este
asunto. No se puede humillar, acosar ni rechazar a nadie por su procedencia, etnia o religión o
por cualquier otra diferencia. No se debe permitir a nivel internacional este tipo de propaganda
y, sobre todo, se debe establecer una nueva forma en la que los medios de comunicación no

© Carmen Soriano Carballo


estén controlados por el gobierno o por intereses económicos de empresas, todo por y para el
servicio de la información.
Bibliografía:
Allodi MD, Federico. “El nuevo orientalismo: Propaganda en el conflicto de Israel y Palestina”.
SEAA 3 (2019): 256 – 278.
BOE. “Circular 7/2019”. Boletín Oficial del Estado. Número 124 (2019): 55655 – 55695.
Comisión de Derechos Humanos. “Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Organización de las Naciones Unidas. (1948).
Junta Electoral Central. “Ley Orgánica 5/1985”. Boletín Oficial del Estado. (2021).
Rodríguez Fernández, Leticia. “El uso de Facebook y Twitter de las Fuerzas de Defensa de
Israel en la operación ‘Margen Protector’.” Historia y Comunicación social Volumen 20,
número 2 (2015): 465 – 482.

© Carmen Soriano Carballo

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