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Nosferatu.

Revista de cine
(Donostia Kultura)

Título:
LOS MUNDOS FUTUROS DE LA NOUVELLE VAGUE

Autor/es:
Quim Casas

Citar como:
Quim Casas (2001). LOS MUNDOS FUTUROS DE LA NOUVELLE VAGUE.
Nosferatu. Revista de cine. (34).
Documento descargado de:
http://hdl.handle.net/10251/41209

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València.

Entidades colaboradoras:
Lemmy contra Alphaville

os mun os uuros
e a ouve e a ue
\'ahi::. etulehenengo hegimtuan bere hwúemko
planteumenduetutd'l ncz/úko WTllll dagocn jenerou dimdietL
a ciencia-ficción, en su
Yourelle lágue-ko únegileek hrúnhutelanjormlu ::.iluzlen ::.ientú sentido más popular en
.Fk-..,ú)(fren hideuk. Bale::. ere Codurd, 7h(/foul, Resnais ela Chris términos cinematográfi-
cos y literarios, es decir,
Jlorkcr-ek oll(/oko hrwek be:::.ulrzko.JÍ:nemmko izenbum lwitz
Verne, Wells, Matheson , Lang,
garmnt::.ilsu elo mil1koak utú Úlu.::.ten; Alplwl'ille, Fahrenheil Cameron Menzies, George Pal,
-J;) 1, Je t 'aime. je t'aime edo La jetée, esate buleroko. Jack Arnold, Godzilla, Clarke ,
Kubrick, el robot Robby o el as-
tronauta Klaatu, y el estilo inicial
de la Nouvelle Vague resultan,

Quim Casas sobre e l papel , dos conceptos


equidistantes. ¿ Se imaginan a

NOSFERATU 34-35

-~- -
- -·- ~- --- ---·---
Jean-Luc Godard rodando una diabólico doctor Kha , que era Doniol- Valcroze, uno de lo s fun-
película sobre cualquier nove la de como el doctor No pero con los dadores de Cahiers du Cinéma ,
Wells mientras empuja la silla de rasgos de Akim Tamiroff, y por en torno a un científico, Jean-Pie-
ruedas en la que su operador, un espía con apodo de tigre que rre Aumont, que transplanta su
Raoul Coutard, realiza con la cá- amaba la carne fresca o se perfu- cerebro a un joven, Mathieu Ca-
mara un travelling hacia un pérfi - maba con dinamita, cuyas corre- rriere, con esquizofrénicos resul-
do marciano? ¿O a Claude Cha- rías cual James Bond francófono tados . Y poner en su justo sitio
brol ambientando en una ciudad le llevaban de Barcelona a la Gua- upa especie de di vertimento-ho-
de provincias una trama en torno yana Francesa enfrentándose con menaje-pastiche realizado por
a vai nas vegetales que se apode- un grupo de hombres-rana pop. Chabrol en el centenario del naci-
ran de la conciencia de la clase miento de Fritz Lang, Dr. M (Dr.
burguesa? ¿O a Eric Rohmer ha- Aunque cuatro son los directores M, 1990), influenciado tanto por
ciendo con sus cuentos mora les que han encarado de forma más el doctor Mabuse como por la na-
el retrato de otros mundos por directa el género, Godard , Truf- rrativa del serial folletinesco, la
explorar? faut, Alain Resnais y Chris Mar- iconografía de la ciencia-ficción
ker, la Nouvelle Vague es un mo- de serie B y el cómic de Edgar P.
Sólo en principio y en teoría, por- vimiento, una escuela, quizás un Jacobs La marca amarilla: su ac-
que en la práctica, aquell os fulgu- género en sí mismo, que gustó de ción acontece en un Berlín desfi-
rantes miembros de la nueva ola transitar por los espacios fantásti- gurado, en el que el doctor M
podían y se atrevían con cualquier cos en más ocasiones de las que siembra el pánico motivando una
género, reinventándolo. Godard lo el espectador no muy familiariza- epidemia de suicidios que divide
demostró con el mu sical y la serie do con aquella época del cine aún más los dos antiguos bloques
negra. Franyois Truffaut con el francés podría suponer. No se de la ciudad.
thriller. Jacques Rivette con el trata de viajar hasta el afio 40.000,
fantástico más esquivo. Demy escenario del cómic de ciencia-
con el cine cantado. Georges ficción erótica Barbarella, torpe- Las anticipaciones de Godard
Franju, al que podríamos conside- deado por Roger Vadim, sino de
rar uno de los patriarcas de aque- dejarse deslizar por los peculiares Lemmy Caution, agente 003 de
lla generación, hizo espléndidas laberintos mentales que sólo sabe los Países Exteriores, que se hace
recreaciones del serial clásico , trazar Rivette, entre Borges, Hen- pasar por el corresponsal del pe-
como Judex (Judex, 1963). Hasta ry James y Lewis Carroll, con riódico de informacion s Figaro-
Chabrol realizó tres películas de Céline y Julie van en barco Pravda, tiene 45 ai'íos , aunque no
acción paródica a caballo entre las (Céline et Julie vont en bateau, está seguro del todo. Conduce un
coproducciones europeas y el es- 1974). También rescatar del olvi- Ford Galaxy y le gustan el oro y
píritu de la serie B, protagoniza- do El hombre del cerebro tras- las mujeres, pero sabe que só lo la
das por una señorita llamada Ma- plantado (L 'homme au cerveau poesía separa la noche de la luz.
rie Chantal que se las tenía con el greffé, 1972), rodado por Jacques Al iniciarse la aventura cinemato-
gráfica más insólita del detective
creado por Peter Cheyney, Lem-
my contra Alphaville (Aiphavi-
lle, 1965), el protagonista llega a
Alphaville, la ciudad del silencio y
la lógica, como rezan lo s cárteles
de entrada, capital de otra galaxia.
Godard necesita pocos e lementos
para crear una iconogr afía de
ciencia-ficción; de la carencia de
medios hace estilo y tiene que re-
solver menos engorros que Truf-
faut en su película sob re los bom-
beros quema-libros de Ray Brad-
bury , planteada como una pro-
ducción de ciencia-ficción comme
il faut.

Mediante un simpl e plano general


nocturno de la ciudad, que no es
otra que París, con el horizonte
Lemmy contra Alphaville

• • • • • •l f . NOSFERATU 34-35
Lemmy contra Alphaville
del encuadre ocupado por el me-
tro exter ior en movimiento, del
que vemos las luces interiores
más que los vagones, Godard nos
introduce en un universo futuris -
ta. Los semáforos marcan los se-
gundos que faltan para pasar a
través de números iluminados.
Los personajes se telecomunican.
Para decir no mueven afirmativa-
mente la cabeza, y al revés. La
gente que obra "ilógicamente" es
ejecutada públicamente en una
piscina y, tras cada muerte, un
grupo de nadadoras se arrojan al
agua y realizan para los presentes
un número acuático. La ciudad
está dirigida por Alpha 60, una
calculadora con 14.000 millones
de centros nerviosos que se co-
munica con los mortales median-
te una voz cavernosa. Las perso-
nas se han vuelto esclavas de las
probabilidades y llevan un núme-
ro impreso en el cuello. La geo-
grafía de la ciudad es tan glac ial
como los nombres de sus calles
y edificios: Instituto Semántico,
Parque Matemático, Avenida de
Radiaciones Luminosas o Minis-
terio de la Disuasión , que es la
forma de llamar a la comisaría
central de la policía. Las biblias
de los hoteles son en Alphaville
diccionarios de los que cada se-
mana desaparecen varias pala- en Alphaville, es invitado a pasar Anticipation ( 1), el episodio que
bras malditas. Raoul Coutard di- el control de habitantes y después Godard realizó para el film colec-
fumina los contornos y Godard una chica, seductora de tercera tivo El oficio más viejo del
tiene li sta su Metrópolis. Rein- clase seg ún su currícu lo, le mundo (Le plus vieux métier du
ventar el cine. Reinventar los gé- acompai'ía a la habitación y se monde, 1967), es una prolonga-
neros. Reinventar el espacio. desnuda para bañarse con él. ción de la extraña aventura de
Después aparece Natacha (Anna Lemmy en Alphaville, rodado esta
Lemmy Ca ution llega a Alphaville Karina), la hija de Nosferatu, vez en el Hilton Hotel del aero-
dispuesto a atrapar al profesor cuyo oficio es atender desconoci- puetio de Orly. Su protagoni sta,
Leonard Nosferatu , un mad doc- dos. Lemmy le habla del amor, Dimitrios (Jacques Charrier), está
tor expulsado en 1964 de los Paí- sentimiento que ella desconoce y en tránsito procedente de la Ga-
ses Exteriores y vendido ahora al que transpirará a partir de ese laxia 4 y habl a despacio porque en
poder de Alpha 60 . Eddie Cons- momento provocando aislados su mundo el tiempo pasa más len-
tantine interpreta al agente secreto momentos de belleza ("filmar be- to. Los individuos cruzan la adua-
como en cualquiera de sus otras llamente las cosas bellas", decía na enseí'íando una placa identifica-
películas sobre el personaje o el Godard) en un mundo frío: la lá- tiva insetiada en la mano ; los alta-
serial que protagonizó de Nick grima que derrama Natacha cuan- voces repiten constantemente las
Carter. Apariencias, so lo aparien- do Lemmy es golpeado por los tasas de radiactividad; beben agua
cias. Lemmy contra Alphaville esbirros de su padre; el encuentro mineral en spray y la frase de sa-
es inclasificable, sobre todo si la entre la pareja en una estancia os- lud o a los extranjeros es "gran ho-
consideramos como una película cura, con Lemmy iluminándola a nor a su ego" . Dimitrios no consi-
de ciencia-ficción romántica. ella e iluminando su propio rostro gue excitarse con la chica que le
Cuando Lemmy llega a su hotel con una pequeña linterna. proporcionan , que puede ser tam-

NOSFERATU 34-35 ll~l!f·····



bién seductora de tercera clase, la cadera. Los amantes se ex- son ha sobrevivido al acoso de
porque ésta no quiere hablar. aman, godardiana expresión. La Nosferatu, mientras que otro de
Aparece entonces Eléonor, Kari- fotografía grisacea de Jean Rabier los agentes infiltrados en Alphavi-
na, que viene del país de la Litera- absorbe poco a poco la escasa luz lle, Dick Tracy, ha perecido. Hen-
tura. Es una prostituta no especia- de los planos. La guerra y la ry Dickson es el trasunto godar-
lizada en desnudarse, sino que es muerte no se filman , pero palpitan diano de Harry Dickson, un de-
experta en excitar con el lenguaje obsesivamente detrás de cada en- tective británico creado por Jean
del amor sentimental ; por ello, en cuadre. Godard vuelve a construir Ray, pseudónimo de John Flan-
vez de practicar el sexo, le recita visualmente una ciudad futura sin ders y director en 1936 de la re-
a su cliente fragmentos de nove- retocar el París de 1962, demos- vista flamenca de cómics Bravo .
las románticas y le enseña pala- trándoles a Dwan o Ulmer allá Dick Tracy no engaña a nadie: es
bras de amor. Los personajes de donde fallaron en sus postreras el policía de mandíbula cuadrada
Anna Karina cambian determinan- películas baratas de ciencia-fic- e ideas reaccionarias dibujado por
temente de uno a otro film. Si en ción. Chester Gould.
Lemmy contra Alphaville la
acompañante no sabía nada de los Con la ciencia-ficción de Godard Llevar al cine las aventuras de
sentimientos y tenninaba leyendo nos hallamos ante un universo ci- Dickson ha sido siempre uno de
El capital del dolor, de Éluard, nematográfico con sus propias los grandes proyectos de Alain
en Anticipation la muchacha es reglas y signos, tomados de la Resnais, el más fantacientífico de
experta en el lenguaje romántico y realidad y transformados en una los directores franceses encuadra-
sólo al final descubre que la boca original iconografía (doméstica si dos de una manera u otra en la
puede servir para hablar y besarse se quiere, minima1ista, autogestio- Nouvelle Vague y el único sobre
a l mismo tiempo, algo que sabían nada) de la otra vertiente del gé- el que el cómic y el serial, dos
muy bien Ingrid Bergman y Cary nero, la que define mejor un esta- dinámicos géneros narrativos en
Grant en el inicio de Encadena- do de la mente que la visualiza- los que abundan la ciencia y la
dos (Notorious, 1946). ción de lo imposible. ficción, han ejercido una notable
influencia: de las historias del
Hubo una anterior ciudad futura mago Mandrake a las correrías de
de Godard, menos conocida, inte- Resnais y Marker: fantaciencia Fantomas, a quien Resnais dedicó
grada también en una película de y fotorromance en 1936 un primerizo e inacabado
episodios , Rogopag (Rogopag, cortometraje en 8 mm . No es de
1962). En su relato , El nuevo En Lemmy contra Alphaville, extrañar que en la obra del autor
mundo, una bomba atómica ha Akim Tamiroff encarna a Henry de Providence (Providenc e,
estallado cerca de París. Los per- Dickson, un agente de los Países 1976) hayan colaborado maes-
sonajes toman píldoras cada cier- Exteriores que se esconde en un tros del cómic como Jules Feiffer
to tiempo para prevenir los efec- feo hotelucho de serie negra, en el -fim1ante del guión de 1 Want to
tos de la radiación. Las mujeres que, por cierto, trabaja Christa Go Home (1989), centrada preci-
llevan siempre un cuchillo sujeto a Lang, viuda de Sam Fuller. Dick- samente en un viejo dibujante de
cómics americano-, Enki Bilal
-autor del cartel publicitario de Mi
tío de América (Mon ancle
d 'Amérique, 1979) y disei'íador de
los mesmerizantes decorados , fil-
mados con la técnica de los vi-
drios pintados, de La vie est un
roman (1983)- y Floc'h -un esti-
lista que recupera precisamente
las atmósferas de Jean Ray y Ed-
gar P. Jacobs, la influencia citada
de Chabrol en Dr. M, y que ha
realizado dibujos para Smoking/
No Smoking ( 1993) y On con-
nait la chanson ( On connait la
chanson, 1997)-. Tampoco es ex-
traño que Resnais ocupe un espa-
cio en esta revisión de la ciencia-
ficción europea, ya que casi todas
sus películas, traten o no sobre
La jetée

·····~~~·JNOSFERATU 34-35
1e amo, te amo

los laberintos de la memoria y la


imaginación, de Hiroshima mon
amour (Hiroshima mon amour,
1959) a La vie est un roman, de
El año pasado en Marienbad
(L 'année derniere a Marienbad,
1961) a L'amour á mort ( 1984),
de Providence a Mi tío de Amé-
rica , gozan de e lem entos de ca-
rácter fantástico que son atrapa-
dos de una realidad externa o se
expresan a través de un estado
menta l distinto en su percepción y
ordenación de los acontecimien -
tos que conforman el relato .

Pero es sin duda Te amo, te amo


(le t 'ailne. je t 'aime, 1968) la pe-
lícu la de Resnais más identifica- das al iniciarse el rodaje del film, tiempo , Marker planteó en el me-
ble, o encuadrable, en el género "hemos estado trabajando en el diometraj e La jetée (1962) la or-
de la ciencia-ficción, ya que su guión durante cinco años. Resnais denación de la materia intrínseca ·
apariencia es en este sentido más contactó conmigo en efecto hace del cine, de s u soporte mismo.
transparente, aunque su autor cinco ai1os, después de haber leí- Presentada como un fotorroman-
prefiriera desmarcarse del código do una de mis novelas. ivfe pidió ce, as um e las técnicas de un gé-
genérico: "Te amo, te amo no es si tenía una idea para una pelícu- nero v ilipend iado, la fotonovela,
un film de ciencia-ficción, o al la para él. Acostumbra a proce- para articular una hi storia de amor
menos no es ése el modo en el que der de esta manera. Contacta con a través del tiempo en un contex-
yo lo veo" (2). Su protagonista, la gente cuyas novelas le han in- to post-atómico. Tras el estallido
Cla ud e Ridder (C laude Rich), un teresado y les pregunta si no tie- de la T ercera Guerra Mundial , lo~
hombre que ha estado a punto de nen alguna idea nueva" (3). Stern- seres humano s sobreviven en tú-
suic idarse , acepta viajar e n un a berg clarifica un o de los métodos neles bajo tierra, en la red subte-
máquina del tiempo, pero debido a de trabajo ha bituales de Resnais, rránea de Chai llot, y enmascaran
un error de cálculo y una avería, que le convietie en un a suerte de sus ojos, casi sin rostro, como en
el orden cronológico de los acon- vampiro cinematográfico: deja Franju, con unas gafas oscuras.
tec imiento s quedará alterado y que los demás ideen , trabajen y El tiempo , la manera de recons-
cada uno de lo s episodios vividos desarrollen un tema, p ero él , aun- truirlo y recuperarlo , es la única
por C laude en su regreso a l pasa- que nunca haya estado acreditado arma p os ible para combatir la ra-
do adquirirá ahora una dimensión como ca-guionista, acecha, modi- diación que tarde o temprano aca-
distinta a la que tuvo realmente , fica , sugiere y siempre hace suya bará con todo el mundo . Un agu-
provocando como única sali da que la historia , o la memoria de la jero en el tiempo por el que pasar
el personaje vue lve a e nfren tarse misma. alimentos y medicamentos; espe-
con la muerte . Es decir, de nuevo ranzas. Un error en la ordenación
la memoria, descompuesta en mil U no de los cortos más presttgto- de la historia que permitiría acudir
retazos de una existencia que su - sos de Resnais, Les statues al pasado, o quizás al futuro, para
cumbe a repeticiones y alteracio- meurent aussi ( 1950-1953), fue remediar el presente.
nes de toda índole en el montaje ca-rea lizado con Chris Marker, y
definitivo -Resnais llegó a realizar otro menos conocido, Le mys- No estamos lejos de Te amo, te
un montaje con las sec uencias or- a~re de l'atelier quinze (1957), amo, solo que el cobay a del expe-
denadas cronológicamente-, en un contó co n la colaboración de rimento no es un suicida fustrado ,
relato de demoledora circularidad . Marker como guionista. Las tra- sino un "sujeto dotado de fuertes
Es cienc ia-ficción, pero es, ante yectorias de ambos cineastas son imágenes mentales", como dice el
todo, Resnais. Es género, aunque distintas , aunque ambos partici- texto de la película, porque la po -
la máquina del tiempo sea una es- pan de la memoria como nutritivo licía subterránea vigila inclu so sus
pecie de pera y no el artefacto de las ideas y Resnais siempre vio sueños. Un hombre con una fija-
wellsiano (por We lls) que filmó en Marker al prototipo del cineas- ción en una imagen del pasado,
Georges Pal, pero es estad o men- ta moderno, la vanguardia conse- un recuerdo de infancia duran te
tal. Según declaraciones del guio- cuente del cinematógrafo. Si Res- un domingo en el aeropuerto de
nista Jacques Sternberg aparecí - nais juega con la ordenación del Orly, allí donde Godard filmaría

NOSFERATU 34-351JEJ·····
-.
Anticipation. El hombre busca "cuando reconoció al hombre que 1966) es un film deudor de su
ese recuerdo y los científicos tra- él había seguido en el campo sub- época, por mucho que Truffaut
bajan sobre su memoria hurgando terráneo, comprendió que no se recurriera a Hitchcock a través de
en el agujero que es, finalmente, evadía del tiempo y que ese ins- la música de Bemard Hemnann o
una trampa. El protagonista re- tante que le había dado de verse citara a Welles con los créditos
cuerda a aquella mujer, Hélene niño, y que no había dejado de narrados en vez de rotulados so-
Chatelain, que ahora, cuando la obsesionar/e, era el de su propia bre la imagen, como en El cuarto
reencuentra en su viaje por el muerte". Memoria y premonición. mandamiento (The Magnificent
tiempo, le habla de un individuo El recuerdo de la propia muerte. Ambersons, 1942). La vocación
llamado Hitchcock. ¿No es La je- ¿Puede llegar más lejos la ciencia- atemporal de esta adaptación de la
tée, se ha escrito ya muchas ve- ficción que en esta película que conocida novela de Ray Bradbury
ces, como la historia de Scottie es, precisamente, la única obra de sobre una sociedad futura, en la
Ferguson , que modeló con sus ficción del documentalista Mar- que los bomberos se han conver-
manos y su mente el nuevo cuer- ker? Terry Gilliam lo intentó, tido en el cuerpo represor del Es-
po de su amada muerta? Recuer- pero ... tado que se dedica a quemar li-
da también al hombre que vio mo- bros y arrestar a los que los leen,
rir en el aeropuerto de Orly, aquel ya no trasciende. Su encanto, si
domingo antes de la guerra, aque- ¿Quemarían los bomberos lo tuvo en su día, se ha perdido
lla infancia a la que acude para "El cine según Hitchcock", de salvo en alguna imagen aislada, en
aliviar el sufrimiento de la historia. Truffaut? alguna idea cazada al vuelo. Ni si-
Y aquí se fragmenta el fotorro- quiera transmite la tensión inhe-
mance y las imágenes congeladas A diferencia de muchas otras rente en cualquier película que en-
de la fotografía se rompen en pe- películas de ciencia-ficción, frenta a un director intimista,
dazos de tragedia fílmica, porque Fahrenheit 451 (Fahrenheit 451, como Truffaut, con la mecánica
de una producción de elevado
coste; a un cineasta francés que
entonces apenas hablaba inglés
con un rodaje complejo en estu-
dios londinenses bajo la tutela
económica de un productor insta-
lado en Nueva York, Lewis Allen.

A Truffaut no le interesaba espe-


cialmente la ciencia-ficción, pero
acabó realizando una película
como Fahrenheit 451 , muestra
perfecta de la sci-fi culta, e inter-
viniendo como actor, ahora con
mayor dominio de la lengua in-
glesa, en el film de Spielberg
Encuentros en la tercera fase
(Clase Encounters of the Third
Kind, 1977), el reverso ideológico
a las películas de marcianos roda-
das en Hollywood en los 50, es
decir, otra muestra de ciencia-fic-
ción ética, lo que no quiere decir
que como espectáculo cinemato-
gráfico sea mejor que los filmes
de Byron Haskin (y Tim Burton).
Al director le atrajo la idea de la
tenencia y protección del libro
como razón suprema para la exis-
tencia en unos tiempos de oscu-
rantismo cultural, la relación má-
gica que se establece entre las ho-
jas encuadernadas y quien ha pa-
sado alguno de los mejores mo-

• • •IJI;[C.IINOSFERATU 34-35
Fahrenheit 451
mentos de su vida leyendo esas
páginas y soñando con otros
mundos. La 1i teratura tuvo en
Truffaut una influencia tan deter-
minante como el cine, al igual que
en Godard, y Fahrenheit 451 es
una especie de homenaje al uni-
verso de los libros en el sentido
más general del término, vehicula-
do a través de una narración cine-
matográfica sobre la intolerancia
y la barbarie.

Puede verse también como un re-


lato de conocimiento. Montag, el
aplicado bombero que encarna
Oskar Werner, el Jules de Jules y
Ji m (Jules et Jim, 1961 ), se rebe-
la calladamente contra la aséptica
sociedad que le rodea, representa-
da por su esposa Linda (Julie
Christie ), cuyo único aliciente en
la vida es tomar píldoras y ver
por televisión una especie de con-
curso doméstico e interactivo.
Espoleado por la relación fortuita
que entabla en el tren aéreo (4)
con la joven Clarisse (Julie Chris-
tie también), Montag empieza a
sentir curiosidad por aquello que
quema y se lleva a casa un ejem-
plar de David Copperfield. El
contacto físico con aque ll as pági-
nas prohibidas -Truffaut graba la
voz de Montag leyendo el capítulo
inicial y filma los dedos del prota-
gonista pasando por encima de las
palabras impresas con temor y Whitman. Los jueves descansan kespeare, Tackeray, Carroll, Cer-
delectación a la vez- despierta la para ensañarse los viernes con vantes, Genet, Cocteau, Flaubert,
conciencia dormida del bombero. Faulkner, los sábados con Scho- Melville, Nietzsche, Miller, Kafka,
La actitud de Montag contradice penhauer y los domingos con Salinger, De Sade, Defoe, Char-
el lema del sistema, reflejado en Sartre. Para el Montag de antes lotte Bréinte, Nabokov y Dos-
un comentario del capitán de de la revolución se trata de un tra- toievski se convietien en una so la
bomberos que encarna Cyril Cu- bajo como cualquier otro. Le mo- idea, la de la cultura y la aventura
sack: quien ha leído la Ética de lesta más el adocenamiento de su reprimidas, quemándose al uníso-
Aristóteles seguro que se cree su- esposa ante el televisor que la no como brujos en la hoguera
perior a quien no la ha leído, y destrucción periódica de libros; (curiosamente, no vemos arder
todo el mundo debe ser igual (un no en vano los bomberos descu- ningún libro de ciencia-ficción).
concepto más ambiguo de lo que bren, en la secuencia de la prime-
Truffaut podía pensar cuando fil- ra redada, un montón de libros No todo es literatura mayor. Tru-
mó esta escena). escond idos en el interior de un ffaut se detiene largo rato en un
aparato de televis ión, el artilugio volumen sobre Dalí, cuyas hojas
A 451 grados Fahrenheit empieza que vulgariza la cultura, aunque son movidas por el viento antes del
a arder el papel de los libros. Los ésa sea la óptica de Truffaut y incendio, y dedica un plano a un
bomberos no se aburren porque aún no la del personaje. El direc- libro español de jeroglíficos (me-
su cometido es variado. Los lunes tor dedica muchos planos a las nos mal que antes ha enfocado un
queman a Miller, los marte s a portadas de novelas ardiendo . ejemplar de El Quijote cervantino
Tolstoi y lo s miércoles a Walt Dickens, Turgenev, Twain, Sha- para cubrir la cuota de literatura

NOSFERATU 34-35 DD····


castellana). Truffaut no olvida al ro ... " (7). Al captar mejor de cierta desazón ver a esos hom-
cine, por supuesto, el pretérito y perfil la belleza de la actriz, es bres y mujeres convertidos en li-
el de los suyos. Arden la espléndi- decir, cuando ejecuta el papel pa- bros andantes, en representantes
da autobiografía de Chaplin; un sivo de Linda, y filmarla frontal- enfermizos de la perpetuación de
mítico ejemplar de Cahiers du Ci- mente cuando es la inquieta Cla- la cultura, caminando ante la cá-
néma, el de junio de 1960, con la risse, cuya indumentaria y pelo mara mientras en la banda de so-
portada de Jean Seberg en Al fi- corto la convierten en una mu- nido sólo se escucha el murmullo
nal de la escapada (A bout de chacha asexuada, Truffaut pro- de su aprendizaje, las frases sue l-
soujjle, 1959) (5); una novela de movió un simple pero efectivo tas de decenas de libros mezclán-
Paul Gégauff, el guionista preferi- debate entre belleza interior y ex- dose entre sí. Montag, que apren-
do de Chabrol; el libro Zazie dans terior. dió con Dickens, tiene un nuevo
le metro, de Raymond Queneau, destino en su vida: memorizar los
que adaptara Louis Malle; y una Aunque Fahrenheit 451 es una cuentos de misterio e imaginación
fotografía de Anna Karina en La obra envejecida, visualmente muy de Edgar Allan Poe, lo que no s
religiosa (Sazanne Simonin, la artificial en sus ralentís y en la lleva al escritor de Boston -que no
religieuse de Diderot, 1966), de descomposición de la imagen , practicó la estricta ciencia-fic-
Rivette según Diderot, que es la distante y glacial hasta cuando re- ción, aunque muchos de los mun-
última imagen de papel quemán- flota la emotividad perdida entre dos de ficción que describió ten-
dose después de la inmolación de sus protagonistas, la película de gan bastante de cientíticos- y su
la mujer que tenía en su casa una Truffaut tiene algunos buenos de- relación permanente con la
biblioteca secreta. Truffaut mues- talles. La forma en la que irrum- Nouvelle Vague.
tra una intolerancia menos futura: pen los vestigios del pasado en
la censura no quemó el negativo ese incie110 futuro, por ejemplo,
de La religiosa, pero impidió la visualizados en la indumentaria de Epílogo con Poe
difusión de la película. Julie los bomberos de paisano, más
Christie, a instancias de Truffaut, propia de un estudiante ruso de Más allá de que a Truffaut le gus-
firmó en el manifiesto que recla- principios de siglo, o en la manera te Poe y que la memorizaci ón de
maba el estreno del film de Rivet- que tienen de sa ludarse entre sus cuentos le resulte un buen fi-
te. ellos, digna de la guardia pretoria- nal para Fahrenheit 451, lo cier-
na . La manera con la que Truf- to es que la elección del autor de
A propósito de la actriz (6), Truf- faut nos hace intuir un acto antes El barril de amantillado está en
faut empleó con ella un recurso de que éste se produzca: Montag sintonía con las afinidades electi-
muy coherente con la dinámica de sale completamente pálido del vas del grueso de la nueva ola ha-
la película. Le ofreció el papel de cuartel y pasa por vez primera en cia el escritor noneamericano. Ya
Linda, pero Julie Christie prefería toda la película frente al buzón en en 1954, Rohmer realizó un corto
el más positivo de Clarisse. Al re- el que los delatores depositan la basado en Bérénice, cuento que
vés que Buñuel, que optó por dos fotografía y los datos de la gente Godard retomaría diez años des-
actrices distintas para el mismo sospechosa de leer libros; en el pués equiparando a su protagonis-
personaje en Ese oscuro objeto siguiente plano, Linda aparece en ta con el personaje de Anna Kari-
del deseo (1977), Truffaut deci- el encuadre, duda fugazmente y na en Banda aparte (Bande a
dió finalmente que una sola actriz deja caer una fotografía en el bu- part, 1964). El mismo Godard ha-
acometiera dos papeles diferentes zón; no llegamos a ver bien el ría leer un fragmento de otro rela-
en Fahrenheit 451. Christie, que rostro de la foto , pero sabemos to de Poe, El retrato oval, en Vi-
está mejor como esposa, un papel ya, por la correlación de los dos vir su vida ( Vivre sa vi e, 1962),
más difícil, que como instigadora planos, que es el de Montag. y Alexandre Astruc rodaría Le
del cambio en Montag, obligó a puits et le pendule ( 1963 ), ver-
una reinterpretación de la puesta El final de Fahrenheit 451 se de- s ión televisiva de El pozo y el
en escena que es de lo mejor del sarrolla en los dominios libres de péndulo interpretada por Maurice
film. Truffaut escribió en sus no- los llamados hombres-libro, aque- Ronet. Louis Malle y un cineasta
tas de rodaje: "En el papel de llos que se esconden en las afue- surgido con la Nouvelle Vague,
Linda la voy a filmar general- ras de la ciudad y dedican todo su aun qu e ajeno a su filosofía de
mente de perfil, y reservaré la tiempo a la memorización com- partida, Roger Vadim, serían los
cara para el papel de Clarisse. pleta de una novela; cuando se pm1icipantes franceses en Histo-
Sin duda tiene un perfil muy be- trata de un relato en dos tomos, rias extraordinarias (Tre passi
llo, como un dibujo de Cocteau; como Orgullo y prejuicio, de Jane nel delirio, 1968), un film de epi -
una nariz recta fantástica y un Austen, del cometido se encargan sodios con Poe como reclamo:
labio superior muy carnoso. In- dos hermanos geme los. Aunque la Vadim filtró a través de su esteti-
mensa boca, grande, de vampi- idea es hermosa, produce una cismo de salón el cuento Metzen-

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tanrenneu 4!:11

gerstein, procurando resaltar y


exaltar el erotismo de su esposa
de entonces, Jane Fonda, mien-
tras que Malle se atrevió con el
tema del doble con el perturbador
William Wi/son, interpretado por
Alain Delon y, precisamente, la
actriz que crearon Dios y Vadim,
Brigitte Bardot.

Co n poste rioridad a los hombres-


libro de Truffaut, los residuos de
la nueva ola volvieron a Poe en
for mato televisivo. Se trata de
una serie producida en 1980 por
varias compañías francesas y la
Corporación Mexicana de Radio
y Televisión: Astruc repitió en el NOTAS
medio y con el novelista realizan- l. Aunque rodado e n Eastmancolor, incidieron en una película d e s igno y
do La chute de la maison Usher, este epi sod io se exhibió en blanco y ne- pretensiones bien distintas , Petulia
su amigo Maurice Ronet dirigió gro a causa, al parecer, de una incom - (Petulia, 1968), de Richard Lester.
Ligeia y Chabrol se aventuró por p ren sible decisión del distribuidor. Pa-
una de las historias menos adap- radójicam e nte , esta alteración, que in- 7. Texto titulado "Juli e Christie, un mu-
cluye imágenes e n negativo, muestra chacho en minifald a", e inclui do en el
tadas del temario de Poe, Le
una mayor coherencia con los ot ro s fi 1- vo lumen recopilat o ri o de escritos de
systeme du docteur Goudron mes futuri stas de Godard. Truffaut Le plaisir des yeux. Éd iti ons
et du professeur Plume (8), Cahie rs du Cinéma. París, 1987. Tra-
cuya acción acontece en un viejo 2. Re sna is a Esteve Riambau, en La ducción a l castellano: El placer de la
castillo reciclado en asi lo para ciencia y la ficción. El cine de A la in Res- mirada. Pa id ós. B a rcel o na , 1999. Pág i-
dementes y dirigido por un doc- nais. Lerna. Barcelona, 1988. Página 55. na 202.
tor que utiliza una terapia deno-
3. Declaraciones d e Sternberg a Ray- 8. El relato , publicado en no viemb re de
minada sistema de la dulzura , que mond Rou sseau , en Cahiers du Ciné - 1845, se titula original mente The Sys-
abole todo castigo y represión ma", número 195. Noviembre de 1967. rhem of Dr. Tarr and Prof Ferh er. Así
sobre los enfermos y les deja a lo traduj o Julio Cortáza r (El sisrema del
su libre albedrío . Los tres episo- 4. El tre n que circul a por raíle s eleva- docror Tarr y el profesor Ferher) en su
dios reproducen bastante bien los dos, y de cuyo interior los viajeros des- antología de los cuentos de Poe realiza-
cienden mediante esca leras que bajan da en 1956 para las Ediciones de la Uni-
ambientes malsanos de Poe y
automáticamente de la panza de cada versidad de Puerto Rico, y revisada
trascienden los límites de la re- vaga n ha sta el suelo, es uno de los po- para Alian za Editori al en 1970. En su
creación televisiva -exceso de li- cos elem e ntos de deco rad o íuturista vers ión , Chabrol traduce lit era lmente
teralidad, decorados que se no- que , por decisión propia o por criterios los término s rarr (goudron: alquitrán ) y
tan, estatismo teatral de la cáma- de producción , Truffa ut emplea en la fe rher (plume: plum a), que hacen refe-
ra, zooms, interpretación rígida- película. Añadamos las pantallas de te- rencia a un hecho determinante e n e l re-
levisión de gran tamaño, denominadas lato , el de untar a una persona con al -
con algunas invenciones al mar-
en el film pantallas murales , y la pecu- quitrán y cubrirla de plumas.
gen del texto original -Astruc liaridad de poder subir a mano por el
convierte en una simple pesadilla tubo que los bomberos utilizan para
todo lo vivido por Allan/Pierre descender.
Clementi en la mansión de Rode-
rick y Madeleine Usher!Mathieu 5. Situándonos malévo lamente fuera del
film, en la cabeza de Truffaut, y recu-
Carriere y Fanny Ardant- y una
rriendo a una traición del subconsciente,
trabajada banda de sonido que esta imagen podría incluso ve rse como
promueve la inquietud: Astruc y la ruptura del director con su propio
Ronet utilizan durante todo el pasado, a tenor de las virulentas dife-
metraje el murmullo del viento rencias que empezaron a suscitarse
que traspasa las grieta s de las poco después entre é l y Godard.
viejas mansiones en las que
6. Se da la circunstancia de que apenas
transcurre la acción, producien- un ai'ío después de Fahrenheit 451 , Ju-
do el permanente desasosiego lie Christie, e l director de fotografía del
que los actores no logran comu- film , Nico las Roeg, y el asesor de pro-
mcar. ducción y vestuari o, Tony Walton , co-

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