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Revista de cine
(Donostia Kultura)
Título:
LOS MUNDOS FUTUROS DE LA NOUVELLE VAGUE
Autor/es:
Quim Casas
Citar como:
Quim Casas (2001). LOS MUNDOS FUTUROS DE LA NOUVELLE VAGUE.
Nosferatu. Revista de cine. (34).
Documento descargado de:
http://hdl.handle.net/10251/41209
Copyright:
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las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de la Universitat Politècnica de
València.
Entidades colaboradoras:
Lemmy contra Alphaville
os mun os uuros
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\'ahi::. etulehenengo hegimtuan bere hwúemko
planteumenduetutd'l ncz/úko WTllll dagocn jenerou dimdietL
a ciencia-ficción, en su
Yourelle lágue-ko únegileek hrúnhutelanjormlu ::.iluzlen ::.ientú sentido más popular en
.Fk-..,ú)(fren hideuk. Bale::. ere Codurd, 7h(/foul, Resnais ela Chris términos cinematográfi-
cos y literarios, es decir,
Jlorkcr-ek oll(/oko hrwek be:::.ulrzko.JÍ:nemmko izenbum lwitz
Verne, Wells, Matheson , Lang,
garmnt::.ilsu elo mil1koak utú Úlu.::.ten; Alplwl'ille, Fahrenheil Cameron Menzies, George Pal,
-J;) 1, Je t 'aime. je t'aime edo La jetée, esate buleroko. Jack Arnold, Godzilla, Clarke ,
Kubrick, el robot Robby o el as-
tronauta Klaatu, y el estilo inicial
de la Nouvelle Vague resultan,
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Jean-Luc Godard rodando una diabólico doctor Kha , que era Doniol- Valcroze, uno de lo s fun-
película sobre cualquier nove la de como el doctor No pero con los dadores de Cahiers du Cinéma ,
Wells mientras empuja la silla de rasgos de Akim Tamiroff, y por en torno a un científico, Jean-Pie-
ruedas en la que su operador, un espía con apodo de tigre que rre Aumont, que transplanta su
Raoul Coutard, realiza con la cá- amaba la carne fresca o se perfu- cerebro a un joven, Mathieu Ca-
mara un travelling hacia un pérfi - maba con dinamita, cuyas corre- rriere, con esquizofrénicos resul-
do marciano? ¿O a Claude Cha- rías cual James Bond francófono tados . Y poner en su justo sitio
brol ambientando en una ciudad le llevaban de Barcelona a la Gua- upa especie de di vertimento-ho-
de provincias una trama en torno yana Francesa enfrentándose con menaje-pastiche realizado por
a vai nas vegetales que se apode- un grupo de hombres-rana pop. Chabrol en el centenario del naci-
ran de la conciencia de la clase miento de Fritz Lang, Dr. M (Dr.
burguesa? ¿O a Eric Rohmer ha- Aunque cuatro son los directores M, 1990), influenciado tanto por
ciendo con sus cuentos mora les que han encarado de forma más el doctor Mabuse como por la na-
el retrato de otros mundos por directa el género, Godard , Truf- rrativa del serial folletinesco, la
explorar? faut, Alain Resnais y Chris Mar- iconografía de la ciencia-ficción
ker, la Nouvelle Vague es un mo- de serie B y el cómic de Edgar P.
Sólo en principio y en teoría, por- vimiento, una escuela, quizás un Jacobs La marca amarilla: su ac-
que en la práctica, aquell os fulgu- género en sí mismo, que gustó de ción acontece en un Berlín desfi-
rantes miembros de la nueva ola transitar por los espacios fantásti- gurado, en el que el doctor M
podían y se atrevían con cualquier cos en más ocasiones de las que siembra el pánico motivando una
género, reinventándolo. Godard lo el espectador no muy familiariza- epidemia de suicidios que divide
demostró con el mu sical y la serie do con aquella época del cine aún más los dos antiguos bloques
negra. Franyois Truffaut con el francés podría suponer. No se de la ciudad.
thriller. Jacques Rivette con el trata de viajar hasta el afio 40.000,
fantástico más esquivo. Demy escenario del cómic de ciencia-
con el cine cantado. Georges ficción erótica Barbarella, torpe- Las anticipaciones de Godard
Franju, al que podríamos conside- deado por Roger Vadim, sino de
rar uno de los patriarcas de aque- dejarse deslizar por los peculiares Lemmy Caution, agente 003 de
lla generación, hizo espléndidas laberintos mentales que sólo sabe los Países Exteriores, que se hace
recreaciones del serial clásico , trazar Rivette, entre Borges, Hen- pasar por el corresponsal del pe-
como Judex (Judex, 1963). Hasta ry James y Lewis Carroll, con riódico de informacion s Figaro-
Chabrol realizó tres películas de Céline y Julie van en barco Pravda, tiene 45 ai'íos , aunque no
acción paródica a caballo entre las (Céline et Julie vont en bateau, está seguro del todo. Conduce un
coproducciones europeas y el es- 1974). También rescatar del olvi- Ford Galaxy y le gustan el oro y
píritu de la serie B, protagoniza- do El hombre del cerebro tras- las mujeres, pero sabe que só lo la
das por una señorita llamada Ma- plantado (L 'homme au cerveau poesía separa la noche de la luz.
rie Chantal que se las tenía con el greffé, 1972), rodado por Jacques Al iniciarse la aventura cinemato-
gráfica más insólita del detective
creado por Peter Cheyney, Lem-
my contra Alphaville (Aiphavi-
lle, 1965), el protagonista llega a
Alphaville, la ciudad del silencio y
la lógica, como rezan lo s cárteles
de entrada, capital de otra galaxia.
Godard necesita pocos e lementos
para crear una iconogr afía de
ciencia-ficción; de la carencia de
medios hace estilo y tiene que re-
solver menos engorros que Truf-
faut en su película sob re los bom-
beros quema-libros de Ray Brad-
bury , planteada como una pro-
ducción de ciencia-ficción comme
il faut.
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Lemmy contra Alphaville
del encuadre ocupado por el me-
tro exter ior en movimiento, del
que vemos las luces interiores
más que los vagones, Godard nos
introduce en un universo futuris -
ta. Los semáforos marcan los se-
gundos que faltan para pasar a
través de números iluminados.
Los personajes se telecomunican.
Para decir no mueven afirmativa-
mente la cabeza, y al revés. La
gente que obra "ilógicamente" es
ejecutada públicamente en una
piscina y, tras cada muerte, un
grupo de nadadoras se arrojan al
agua y realizan para los presentes
un número acuático. La ciudad
está dirigida por Alpha 60, una
calculadora con 14.000 millones
de centros nerviosos que se co-
munica con los mortales median-
te una voz cavernosa. Las perso-
nas se han vuelto esclavas de las
probabilidades y llevan un núme-
ro impreso en el cuello. La geo-
grafía de la ciudad es tan glac ial
como los nombres de sus calles
y edificios: Instituto Semántico,
Parque Matemático, Avenida de
Radiaciones Luminosas o Minis-
terio de la Disuasión , que es la
forma de llamar a la comisaría
central de la policía. Las biblias
de los hoteles son en Alphaville
diccionarios de los que cada se-
mana desaparecen varias pala- en Alphaville, es invitado a pasar Anticipation ( 1), el episodio que
bras malditas. Raoul Coutard di- el control de habitantes y después Godard realizó para el film colec-
fumina los contornos y Godard una chica, seductora de tercera tivo El oficio más viejo del
tiene li sta su Metrópolis. Rein- clase seg ún su currícu lo, le mundo (Le plus vieux métier du
ventar el cine. Reinventar los gé- acompai'ía a la habitación y se monde, 1967), es una prolonga-
neros. Reinventar el espacio. desnuda para bañarse con él. ción de la extraña aventura de
Después aparece Natacha (Anna Lemmy en Alphaville, rodado esta
Lemmy Ca ution llega a Alphaville Karina), la hija de Nosferatu, vez en el Hilton Hotel del aero-
dispuesto a atrapar al profesor cuyo oficio es atender desconoci- puetio de Orly. Su protagoni sta,
Leonard Nosferatu , un mad doc- dos. Lemmy le habla del amor, Dimitrios (Jacques Charrier), está
tor expulsado en 1964 de los Paí- sentimiento que ella desconoce y en tránsito procedente de la Ga-
ses Exteriores y vendido ahora al que transpirará a partir de ese laxia 4 y habl a despacio porque en
poder de Alpha 60 . Eddie Cons- momento provocando aislados su mundo el tiempo pasa más len-
tantine interpreta al agente secreto momentos de belleza ("filmar be- to. Los individuos cruzan la adua-
como en cualquiera de sus otras llamente las cosas bellas", decía na enseí'íando una placa identifica-
películas sobre el personaje o el Godard) en un mundo frío: la lá- tiva insetiada en la mano ; los alta-
serial que protagonizó de Nick grima que derrama Natacha cuan- voces repiten constantemente las
Carter. Apariencias, so lo aparien- do Lemmy es golpeado por los tasas de radiactividad; beben agua
cias. Lemmy contra Alphaville esbirros de su padre; el encuentro mineral en spray y la frase de sa-
es inclasificable, sobre todo si la entre la pareja en una estancia os- lud o a los extranjeros es "gran ho-
consideramos como una película cura, con Lemmy iluminándola a nor a su ego" . Dimitrios no consi-
de ciencia-ficción romántica. ella e iluminando su propio rostro gue excitarse con la chica que le
Cuando Lemmy llega a su hotel con una pequeña linterna. proporcionan , que puede ser tam-
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1e amo, te amo
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-.
Anticipation. El hombre busca "cuando reconoció al hombre que 1966) es un film deudor de su
ese recuerdo y los científicos tra- él había seguido en el campo sub- época, por mucho que Truffaut
bajan sobre su memoria hurgando terráneo, comprendió que no se recurriera a Hitchcock a través de
en el agujero que es, finalmente, evadía del tiempo y que ese ins- la música de Bemard Hemnann o
una trampa. El protagonista re- tante que le había dado de verse citara a Welles con los créditos
cuerda a aquella mujer, Hélene niño, y que no había dejado de narrados en vez de rotulados so-
Chatelain, que ahora, cuando la obsesionar/e, era el de su propia bre la imagen, como en El cuarto
reencuentra en su viaje por el muerte". Memoria y premonición. mandamiento (The Magnificent
tiempo, le habla de un individuo El recuerdo de la propia muerte. Ambersons, 1942). La vocación
llamado Hitchcock. ¿No es La je- ¿Puede llegar más lejos la ciencia- atemporal de esta adaptación de la
tée, se ha escrito ya muchas ve- ficción que en esta película que conocida novela de Ray Bradbury
ces, como la historia de Scottie es, precisamente, la única obra de sobre una sociedad futura, en la
Ferguson , que modeló con sus ficción del documentalista Mar- que los bomberos se han conver-
manos y su mente el nuevo cuer- ker? Terry Gilliam lo intentó, tido en el cuerpo represor del Es-
po de su amada muerta? Recuer- pero ... tado que se dedica a quemar li-
da también al hombre que vio mo- bros y arrestar a los que los leen,
rir en el aeropuerto de Orly, aquel ya no trasciende. Su encanto, si
domingo antes de la guerra, aque- ¿Quemarían los bomberos lo tuvo en su día, se ha perdido
lla infancia a la que acude para "El cine según Hitchcock", de salvo en alguna imagen aislada, en
aliviar el sufrimiento de la historia. Truffaut? alguna idea cazada al vuelo. Ni si-
Y aquí se fragmenta el fotorro- quiera transmite la tensión inhe-
mance y las imágenes congeladas A diferencia de muchas otras rente en cualquier película que en-
de la fotografía se rompen en pe- películas de ciencia-ficción, frenta a un director intimista,
dazos de tragedia fílmica, porque Fahrenheit 451 (Fahrenheit 451, como Truffaut, con la mecánica
de una producción de elevado
coste; a un cineasta francés que
entonces apenas hablaba inglés
con un rodaje complejo en estu-
dios londinenses bajo la tutela
económica de un productor insta-
lado en Nueva York, Lewis Allen.
• • •IJI;[C.IINOSFERATU 34-35
Fahrenheit 451
mentos de su vida leyendo esas
páginas y soñando con otros
mundos. La 1i teratura tuvo en
Truffaut una influencia tan deter-
minante como el cine, al igual que
en Godard, y Fahrenheit 451 es
una especie de homenaje al uni-
verso de los libros en el sentido
más general del término, vehicula-
do a través de una narración cine-
matográfica sobre la intolerancia
y la barbarie.
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tanrenneu 4!:11
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