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Temario: Educación Tributaria AFIP - Administración Federal de Ingresos Públicos. El sentido social de los
tributos (Ciudanía y Democracia). Cultura Fiscal y Presupuesto público. Etapas en la elaboración del
presupuesto. El sistema tributario argentino. Características. Niveles del Estado. Obligación Tributaria.
Tributos. AFIP: Organismos que la componen y funciones. Capacidad Contributiva (Rentas, Patrimonio y
Consumo). Principios constitucionales en materia tributaria.
Entendemos que la tributación es el principal recurso económico para el sostenimiento del Estado: esto nos
conduce a la necesidad de comprender la correspondencia entre los derechos y las obligaciones cívicas, y la
interrelación de los intereses privados y los beneficios colectivos.
Consideramos que los tributos conforman la fuente principal de ingresos del erario público, ya que constituye
la modalidad más legítima y soberana de responder a las necesidades y demandas de la población.
Trabajar Educación Tributaria, es abordar sobre todo la dimensión social de los impuestos. A partir de la
reflexión sobre las valoraciones consensuadas en el ámbito de las sociedades democráticas, nos
proponemos recrear el espacio de lo público que, encarnado a veces en figuras desacreditadas, parece ajeno
a muchos ciudadanos. Recuperar el lugar de todos es trabajar el espacio vital común (el país, la sociedad) y
pensar en cómo se lo sostiene; es considerar a la “democracia como estilo de vida”.
La educación tributaria interrelaciona elementos políticos, económicos, jurídicos y técnicos necesarios para
fortalecer la democracia.
Primero y fundamental vale destacar que entendemos el concepto de ciudadanía íntimamente relacionado
con el de democracia. Tal es así, que ambos deberían contribuir a definirse mutuamente.
Señalamos que la ciudadanía responsable necesita, entre otras cosas, estar asentada en criterios de
convivencia que refuercen valores como la justicia, la solidaridad, la cooperación; a partir, no sólo del respeto
y el ejercicio de los derechos, sino también del cumplimiento de las obligaciones y compromisos que
asumimos como integrantes de una comunidad.
Las mayorías adherimos al concepto que en toda sociedad organizada, los ciudadanos debemos cumplir
determinadas pautas y normas para convivir. Pero así mismo se dan muchas situaciones en las cuales nos
cuesta hacer efectivo su cumplimiento en nuestra realidad cotidiana.
La democracia, como organización política que posibilita el desarrollo de esos valores, comprende los
principios básicos de la Constitución Nacional, especialmente la organización del Estado y sus funciones. Por
lo tanto, el análisis y la reflexión sobre los derechos y garantías constitucionales y las obligaciones que de
ellos se desprenden, son indispensables para comprender la relación entre valores y organización política.
Dentro de los temas que aborda la educación tributaria, los derechos de los ciudadanos y los deberes del
Estado ocupan un lugar significativo. Sin embargo, también propiciamos la reflexión acerca de los deberes
de los ciudadanos y las atribuciones del Estado como contrapartida que posibilita el balance necesario para
lograr la calidad de vida ciudadana.
El Estado democrático requiere de sus miembros el conocimiento y análisis racional de los sistemas de
normas vigentes, como pasos imprescindibles para la construcción de normas de convivencia actualizadas y
más justas. El sistema tributario es parte integrante de este conjunto de normas y, por lo tanto, perfectible.
El Estado es la institución creada por la sociedad para favorecer la organización y atención de los asuntos
comunes de los integrantes que la componen. La sociedad le asigna, en tanto Estado de derecho,
determinadas tareas, y para cumplir con la función pública que la comunidad le ha encomendado y asegurar
los derechos y garantías que la Constitución Nacional establece debe afrontar gastos.
Todos los países organizados cuentan con la contribución ciudadana, para dar funcionamiento a los bienes y
servicios generales, organizar administrativamente todos los niveles del Estado, garantizar la labor de los tres
poderes y entre tantas funciones preponderantes, asegurar la existencia misma del Estado Nación y el
progreso de sus ciudadanos.
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El pago de los impuestos, tasas y contribuciones es el precio de vivir en una sociedad organizada. La
recaudación de tributos es la fuente de financiamiento, por excelencia, de los derechos ciudadanos y un pilar
económico fundamental para el sostenimiento del Estado.
Es este un tema de ciudadanía que compromete los valores éticos y contribuye a la formación integral y al
conocimiento pleno de los valores y deberes que surgen del sistema tributario, las normas aduaneras y de la
seguridad social.
Es entonces que necesitamos repensar la importancia del financiamiento de lo público y a su vez el rol social e
irrenunciable que cumplen los organismos recaudadores, como la AFIP, para el sostenimiento del Estado y por
ende, garantizar los derechos de la ciudadanía.
Las normas tributarias forman parte del conjunto de reglas que debe cumplir un individuo adulto en una
cultura democrática. La conciencia tributaria es un indicador del modo en que se ha desarrollado una moral
ciudadana.
De ahí que el ejercicio de una ciudadanía responsable implica no sólo conocer y defender nuestros derechos
y velar por el cumplimiento de las funciones del Estado, sino también asumir nuestros compromisos y
obligaciones como ciudadanos, tal como lo señala la Constitución para ambos casos.
Es esperable que todo sujeto, al ejercer la ciudadanía, repruebe y actúe contra la evasión y que tenga una
postura crítica y participativa frente a los requerimientos del Estado. Es decir, tome conciencia de que los
efectos del incumplimiento son negativos para el conjunto de la sociedad.
Ahora bien, es importante reconocer también que aquel que tenga en su poder de decisión la utilización de
recursos públicos y los utilice de manera inapropiada, también está provocando este mismo perjuicio
colectivo.
Existe la percepción generalizada de que los recursos públicos se utilizan, en gran medida, para cuestiones
privadas. Al mismo tiempo que se desconoce la existencia de efectivos mecanismos de control ciudadano.
Estas son algunas de las causas por las cuales se incumple con ciertas normas sociales, tales como cuidar lo
público o pagar los impuestos.
El constitucionalista Carlos Nino afirma en su libro “Un país al margen de la ley” que cuando los argentinos
nos quejamos del país, nos debemos quejar de nosotros mismos, de nuestras cualidades individuales y
colectivas. La indiferencia hacia la cosa pública se manifiesta en el incumplimiento de las normas de
convivencia. En este sentido podemos encontrar ejemplos típicos a diario: despreciar el cuidado de las cosas
y espacios comunes, no pedir facturas en los comercios, cruzar por el medio de la calle, destrozar los
transportes públicos, etc.
El desarrollo de una cultura tributaria debe propender a formar ciudadanos que, a partir de reconocer como
necesarias las normas y leyes que regulan la vida en sociedad, comprendan e internalicen el sentido de las
obligaciones y los compromisos que ellas generan para la vida cotidiana.
Se recauda para gastar, y se gasta para ir cumpliendo los objetivos comunes de desarrollo económico y de
progreso social. Sin esta información, todo ese aparato legal y de gestión carecería de sentido para la
ciudadanía, ya que es conocido que se respeta lo que se comprende.
¿Qué es el presupuesto?
El Presupuesto Nacional es una ley anual que sanciona el Congreso, donde planifica los ingresos que recibirá
el Gobierno y cómo se aplicarán para satisfacer las necesidades de la población: seguridad social, educación,
salud, seguridad y justicia, entre otras.
Constituye uno de los mejores indicadores de cuáles son las metas y las prioridades del Estado.
El Presupuesto explica cómo se financia el funcionamiento de todo el Estado Nacional; es decir de los
Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. También contiene las transferencias que se realizan a los estados
provinciales y municipales, quienes a su vez confeccionan sus propios presupuestos.
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1- Formulación Presupuestaria
Mediante este proceso el Poder Ejecutivo Nacional fija las prioridades y políticas públicas a desarrollar en el
próximo año. Se estiman los recursos, las principales variables macroeconómicas y se calculan los gastos
necesarios para cumplir con las políticas y prioridades de gobierno. Esta etapa culmina el 15 de septiembre
cuando se envía el proyecto de Ley de Presupuesto al Congreso Nacional.
2 - Discusión y Aprobación
El Congreso Nacional recibe el proyecto de ley de presupuesto, lo discute, sugiere modificaciones al mismo y
finalmente aprueba la Ley de Presupuesto para el año siguiente.
La Cámara de Diputados resulta la iniciadora que recibe el proyecto de Ley, y luego de su media sanción
actúa el Senado (como cámara revisora). En dichas cámaras se trabaja en comisiones de presupuesto y
hacienda, a los fines de entender, discutir y procesar la información del proyecto de Ley de Presupuesto que
remite el Poder Ejecutivo.
3- Ejecución Presupuestaria
Al comenzar el año empieza a regir la Ley de Presupuesto. Los organismos públicos comienzan a ejecutar los
gastos previstos en la norma para su funcionamiento, en la medida que se perciben los recursos estimados
en la etapa de Formulación Presupuestaria.
4 - Seguimiento y Evaluación
Se realizan tanto durante la ejecución presupuestaria como en forma posterior. Una vez finalizado el año el
Poder Ejecutivo confecciona la Cuenta de Inversión, donde rinde cuentas al Congreso Nacional de los gastos
ejecutados, la producción realizada y los resultados alcanzados. Asimismo, de forma trimestral el Poder
Ejecutivo realiza el seguimiento físico-financiero del presupuesto y lo publica en internet.
El pago de jubilaciones, los planes sociales, la inversión en salud y educación, las políticas de seguridad y
defensa, subsidios al transporte y a la energía, los programas de trabajo, planes productivos y de
agroindustria. Todos esos conceptos, y muchos otros, forman parte del Presupuesto Nacional 2021. Para
saber a qué se destinan los fondos públicos, te invitamos a que visites el siguiente link:
https://www.economia.gob.ar/onp/presupuesto_ciudadano/seccion6.php
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El sistema tributario argentino - Características
Organización jurídica
Según lo establece la Constitución Nacional, la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa, republicana y federal. Existen tres niveles de gobierno: nacional, provincial y municipal. La
atribución de competencias entre ellos surge de una regla de distribución genérica contenida en la
Constitución Nacional, por la cual, las Provincias conservan todo el poder no delegado a la Nación.
La Constitución Nacional establece la coparticipación federal de los impuestos, entre la Nación, las
Provincias y la Ciudad de Buenos Aires (en atención a los servicios, funciones y competencias que cada uno
de ellos asuman).
En cuanto a estos tributos, el artículo 2 de la Ley de Coparticipación indica todos los impuestos
nacionales existentes o a crearse, con las siguientes excepciones:
b) Aquellos cuya distribución, entre la Nación y las provincias, esté prevista o se prevea en otros
sistemas o regímenes especiales de coparticipación;
También señala que se consideran integrantes de la masa distribuible, el producido de los impuestos,
existentes o a crearse, que graven la transferencia o el consumo de combustibles.
Una de las funciones públicas esenciales del Estado consiste en satisfacer las necesidades públicas; es
decir, atender todos aquellos intereses y requerimientos comunes fundamentales de la sociedad
jurídicamente organizada.
El cumplimiento de las “funciones públicas” son elementos esenciales del Estado, por lo que resultan
de su competencia exclusiva, y son de naturaleza indelegable; no pueden ser transferidas a los particulares
para su cumplimiento. Entre ellas, podemos mencionar la defensa nacional, la educación, la seguridad
interior, la justicia, etc.
Para cumplir con sus funciones, el Estado debe llevar a cabo una actividad económica y financiera, que
consiste en producir bienes y servicios que logren el máximo bienestar de los individuos, y la obtención de
recursos o medios monetarios para llevar a cabo dicha producción.
Las actividades que realiza el Estado para satisfacer una necesidad pública se denominan servicios
públicos y la producción de bienes materiales o inmateriales resultantes se denomina bienes públicos.
La erogación que el Estado realiza para estos fines se denomina Gasto Público, y la obtención del
poder de compra necesario para que pueda efectuar sus gastos, Recursos Públicos.
De tal manera, con el objeto de cubrir los gastos emergentes de esas necesidades públicas, el estado
precisa de medios económicos, los cuales obtiene de distintas maneras. Estos medios económicos que
tienen como finalidad el cubrir los gastos públicos, son conocidos como recursos públicos o ingresos
públicos. Podríamos decir que estos últimos están constituidos por todos los ingresos que obtenga el Estado,
ya sea como titular de dominio o como beneficiario de la confianza pública mediante el ejercicio de su poder
de imperio. Así aparecen las tres grandes ramas: recursos patrimoniales, empréstitos y tributos.
En relación con los impuestos hay un concepto que es muy importante, el de “obligación tributaria”.
el Estado y
los ciudadanos.
o nacional,
o provincial y
o municipal.
A los ciudadanos en relación con los tributos vamos a denominarlos “contribuyentes”. ¿Y los
contribuyentes cómo pueden categorizarse? ¿En qué dos grandes grupos?
o personas humanas o
o empresas.
Esta relación faculta al Estado a exigir del ciudadano el cumplimiento de obligaciones. Existen dos tipos
de obligaciones, de dar y de hacer:
Pagar tasas,
(o sea, de pagar)
Pagar contribuciones especiales.
- Cumplir con los requisitos formales fijados por AFIP (Por ejemplo: el
régimen de facturación).
El Estado obtiene distintos recursos que utiliza para satisfacer las necesidades públicas: educación, salud,
seguridad, justicia, defensa exterior, acción social y para sostener los lugares públicos: parques, plazas,
escuelas, bibliotecas, museos, etc.
Los tributos son entradas de dinero que obtiene el Estado y se utilizan para el financiamiento de los
gastos públicos.
TRIBUTOS
exigidas mediante una ley (por el principio de legalidad que está expresado en
nuestra Constitución Nacional: no hay tributo que no se origine en una ley),
Definición de en virtud del poder de coacción que posee el Estado, inherente al gobernar, que
tributos es la facultad del Estado de exigir contribuciones a las personas que se hallan en su
jurisdicción (llamado también “Poder tributario”, “Potestad tributaria” o “Poder de
imperio”, etc).
Sirven para cubrir los gastos que demanda la satisfacción de necesidades públicas
Sabemos que los bienes y servicios públicos, más allá de algunas falencias, son de todos y para todos los
ciudadanos. Pero muchas veces nos resultan ajenos y nos cuesta reconocer el valor que éstos tienen para
brindar bienestar a la sociedad, sobre todo a los que más lo necesitan.
Una manera de reflexionar sobre su importancia es pensar que no siempre existieron los bienes y
servicios públicos con los que contamos hoy. La educación pública es un claro ejemplo en este sentido.
Otro aspecto que queremos destacar es el del aporte de los ciudadanos al sostenimiento de lo público a
través de los impuestos.
3. ¿Qué es la AFIP?
Actualmente, los tributos son los principales recursos “públicos”. Sirven para sostener las necesidades
comunes a todos.
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AFIP
Organismos que la
componen Dirección General Dirección General de Dirección General
Impositiva Aduanas de Recursos de la
Seguridad Social
La capacidad contributiva es una de las teorías más aceptadas acerca del porqué pagar los impuestos y
sobre quiénes deben pagarlos.
A la pregunta de cuánto es lo que cada sujeto debe pagar de impuestos, esta teoría indica que cada
ciudadano pagará tributos en relación a su poder económico. Esto en función a tres parámetros o
indicadores:
Patrimonio
Renta
Gasto (o consumo)
La teoría de la capacidad contributiva establece:
Impuesto a
…más Entonces, por ejemplo, si el patrimonio de una persona
los Bienes
tienen Patrimonio supera los $ 6.000.000, sobre el excedente de este monto
Personales
deberá tributar un impuesto que surge de la aplicación de una
tabla con alícuotas progresivas que van desde el 0,5% hasta el
1,75%, para los bienes situados en Argentina.
Tanto para los bienes situados en el país como para los bienes
situados en el exterior, se aplican tablas con alícuotas
crecientes. Según se va incrementando el monto total al que
asciende el patrimonio, resulta mayor el porcentaje del
tributo a pagar.
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admite la ley – tributaban a una tasa fija.
Esa tasa fue variando con el tiempo, en los últimos años fue
primero del 35% y más tarde del 30%.
La “potestad tributaria” es la facultad jurídica del Estado de exigir contribuciones con respecto a las
personas o bienes que se hallan en su jurisdicción. Se considera que la potestad tributaria deriva del
“poder de imperio” que tiene el Estado, y que lo ejerce en el ámbito de su jurisdicción por medio de los
tres poderes que forman su gobierno:
o el legislativo,
o el ejecutivo y
o el judicial.
La potestad o poder tributario no es absoluta y total, sino que tiene “limitaciones de orden política y
constitucional” que derivan de la forma de organización política propia de cada estado y del
encuadramiento dentro de los lineamientos que la Constitución Nacional fija.
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Cuando hablamos de tributos la gente desconoce que este tema está plasmado en nuestra Constitución
Nacional, como así también en cada una de las Constituciones Provinciales.
Es muy importante aclarar que existe un principio tributario, el de legalidad, que establece que “no hay
tributo sin ley”. En consecuencia, podemos decir que todo tributo surge de una ley y el que no lo paga
está violando la ley.
Nuestra Constitución Nacional fija en materia tributaria algunos principios, que son las características
que deben cumplir los tributos:
Generalidad: Los tributos deben abarcar las distintas formas de exteriorizar la capacidad
contributiva. Deben abarcar íntegramente a las distintas personas y a los diferentes bienes.
Equidad: También llamado principio de justicia. Sintetiza a todos los demás principios
tributarios.
ACTIVIDADES SUGERIDAS PARA EL MÓDULO N ° 1
ACTIVIDAD N ° 1
Consigna: Leer la noticia que se transcribe a continuación, para luego debatir y reflexionar, a la luz de los
temas abordados en el módulo 1, las distintas acciones que contribuyen a mejorar los recursos del Estado.
¿Se te ocurren algunos ejemplos?
6 de abril de 2022
Proyectan la creación de una red de traductores del Estado
La AFIP fue sede de la primera reunión de un grupo de traductoras y traductores del Estado que apunta a
crear una red en el ámbito de la Administración Pública Nacional con el objetivo de optimizar recursos
económicos y ahorrar tiempos de trabajo.
Participaron del encuentro el equipo de traductores de la AFIP, profesionales del Ministerio de Economía, de
la Unidad de Información Financiera (UIF), de la Comisión Nacional de Valores (CNV), de la Superintendencia
de Seguros de la Nación (SSN) y del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
En este primer encuentro, las y los traductores acordaron analizar como posibles objetivos de trabajos los
siguientes lineamientos:
- Unificar criterios de terminologías.
- Colaborar en traducciones de nuevos documentos.
- Mantener el intercambio de normativa ya traducida.
La creación de la red de traductoras y traductores de la Administración Pública Nacionales impulsada por la
AFIP continuará con reuniones de trabajo abiertas a otros organismos del Estado Nacional que se irán
sumando a la iniciativa.
ACTIVIDAD N º 2
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ACTIVIDAD N ° 3
Consigna: Leer el siguiente monólogo de Tato Bores que describía la crítica situación de la economía
argentina durante la década de 1990 ¿Qué valores ciudadanos te parece que se ponen en juego en este
monólogo? ¿Cómo lo relacionarías con la Cultura Tributaria de un país?
¡No señor! dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. La culpa de todo la
tienen los evasores.
¡Mentiras! dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50 por ciento también
en negro. La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.
¡Falso! dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. La culpa de todo la tiene
la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.
¡Pero, por favor...! dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las
escuelas públicas. La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.
¡Calumnias! dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete días. La culpa de todo la tienen los
corruptos que no tienen moral.
¡Se equivoca! dijo un corrupto mientras vendía a cien dolares un libro que se llamaba "Haga su propio curro"
pero que, en realidad, sólo contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace
aumentar el gasto público.
¡No es cierto! dijo un empleado público mientas con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero. La
culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.
¡Eso es pura maldad! dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. La culpa
de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.
¡Patrañas! dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos
viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.
La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.
¡Error! dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con
menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
¡Infamia! dijo un padre mientras trataba de recordar cuántos hijos tenía exactamente. La culpa de todo la
tienen los ladrones que no nos dejan vivir.
¡Me ofenden! dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del
tren. La culpa de todo la tienen los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.
¡Minga! dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. La culpa de todo la tiene la Justicia
que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.
¡Desacato! dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a
la noche, volvería a descoser.
La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la
patria.
¡Negativo! dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin
de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.
¡Ustedes están del coco! dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad
había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.
¡Embusteros! dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada
mejor que una buena guerra mundial.
La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y
negocios propios.
La culpa de todo la tiene Montoto.
¡Cobardes! dijo Montoto que de esto también sabía un montón. La culpa de todo la tiene la gente como vos
por escribir boludeces.
Yo se quien tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro! El Otro siempre tiene la culpa!
¡Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro.
Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pegar alguna solicitada, y/o concurrir a
algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por
ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos
dejar de pensar:
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