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Reunida la comunidad puede entonarse un canto apropiado al tiempo (En este caso será el
“Caminaré”).
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LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
El lector va al ambón y lee la primera lectura (Del libro del profeta Joel 2,12-18) que todos
escuchan sentados.
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Salmo
Segunda lectura
El lector va al ambón y lee la segunda lectura (De la segunda carta del apóstol san Pablo a los
corintios 5, 20-6, 2) que todos escuchan sentados.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5,
20 -- 6, 2
Hermanos:
Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si
Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de
Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro
pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la
justificación de Dios.
Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto
la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te
escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad,
ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Para indicar el fin de la lectura el lector dice:
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Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto antes del Evangelio.
Reflexión
Imposición de la ceniza.
El ministro impone la ceniza a todos los presentes que se acerquen a él, empezando por los
servidores y lectores, y dice a cada uno:
Arrepiéntete y cree en el Evangelio.
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Mientras tanto se canta “Tuyo soy”.
Terminada la imposición de la ceniza, el ministro se lava las manos y continúa con la oración
universal.
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Oración de los fieles
Por todos los pueblos del mundo: para que vivan en paz,
alcancen el necesario desarrollo, y nuestros días sean de gracia
y salvación.
Roguemos al Señor. R.
RITO DE LA COMUNIÓN
Magníficat:
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Después el ministro, de pie, inicia la oración dominical con estas palabras:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de
reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos
como el Señor nos ha enseñado: Padrenuestro.
Luego invita a los fieles con estas o parecidas palabras:
Como hijos de Dios, dense ahora un signo de comunión
fraterna.
Habiendo terminado el saludo de la paz, el ministro hace genuflexión, toma la hostia y,
sosteniéndola un poco elevada sobre el copón, la muestra al pueblo diciendo:
Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un poco la hostia, la
muestra a cada uno y dice:
El cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén
Y comulga.
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Oremos
Que nos auxilien, Señor, los sacramentos que recibimos, para
que nuestro ayuno sea de tu agrado y nos aproveche como
remedio saludable .
Por Jesucristo, nuestro Señor.
RITO DE CONCLUSIÓN
El ministro invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:
El Señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, nos bendiga y guarde
El pueblo responde:
Amén.
Luego el ministro despide al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
Glorifiquen al Señor con su vida.
Pueden ir en paz.
El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.
Después el ministro, hecha la debida reverencia, se retira.
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