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INMUNOLOGÍA Clase 5 de Microbiología

INMUNIDAD EN LAS INFECCIONES


Inmunidad frente a las bacterias
Inmunidad frente a los hongos
Inmunidad frente a los virus
Inmunidad frente a los parásitos

INMUNIZACIONES. VACUNAS
Inmunización activa y pasiva

INMUNODEFICIENCIAS
Inmunodeficiencias primarias
Inmunodeficiencias secundarias
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LOS MICROORGANISMOS

La interacción entre el sistema inmunitario y los microorganismos


infecciosos es una relación dinámica que se establece entre los
mecanismos del hospedador dirigidos a eliminar la infección y las
estrategias microbianas diseñadas para permitir la supervivencia
ante estos potentes mecanismos de defensa.

Distintos tipos de microbios estimulan diferentes tipos de respuestas


inmunitarias y han desarrollado mecanismos peculiares para evitar
la inmunidad.

En algunas infecciones, la respuesta inmunitaria es la causa de


lesiones en los tejidos y de enfermedad.
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LAS BACTERIAS EXTRACELULARES

LA INMUNIDAD INNATA contra las bacterias extracelulares está


mediada por fagocitos y por el sistema del complemento [vía
alternativa (LPS-C3) y vía de las lectinas (MBL-manosa)].

Por tanto, los principales mecanismos de la inmunidad innata


frente a las bacterias son:
La activación del complemento: por la unión de peptidoglucanos y
LPS a C3 (vía alternativa) o por unión de la manosa presente en la
superficie de algunas bacterias a la MBL (vía de las lectinas).
Resultado: opsonización-fagocitosis, inflamación, lisis (MAC).
La activación de fagocitos e inflamación: los fagocitos usan varios
receptores (PRR, para manosa, basurero, para Fc, para el
complemento) para reconocer a las bacterias. Los fagocitos y DC
secretan citocinas (IL-1, IL-6, TNF) que inducen la inflamación.
La principal RESPUESTA INMUNITARIA ADAPTATIVA contra las
bacterias extracelulares consta de anticuerpos específicos que
opsonizan las bacterias para su fagocitosis y activan el sistema del
complemento (vía clásica).
Además, los anticuerpos específicos neutralizan la infección y pueden
neutralizar las toxinas producidas por estas bacterias.
Los anticuerpos pueden reconocer tanto proteínas como polisacáridos.
Los antígenos proteínicos de las bacterias extracelulares (presentados
por las APC con MHC II) también activan los linfocitos T CD4+
cooperadores, que producen citocinas capaces de:
a) Inducir la inflamación local, b) Aumentar las actividades
fagocíticas y microbicidas de neutrófilos y macrófagos, c) Estimular
la producción de anticuerpos.
LAS RESPUESTAS
INMUNITARIAS ADAPTATIVAS
a los m.o extracelulares, como
las bacterias, y a sus toxinas
consisten en:
A) la producción de
anticuerpos
B) la activación de los
linfocitos Th CD4+.
Los anticuerpos neutralizan y
eliminan los microorganismos y
las toxinas mediante varios
mecanismos.
Los linfocitos T cooperadores
sintetizan citocinas que
estimulan las respuestas de
linfocitos B, la activación de los
macrófagos y la inflamación.
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LAS BACTERIAS INTRACELULARES

La Inmunidad Innata contra las bacterias intracelulares está


mediada en gran parte por los fagocitos (neutrófilos y macrófagos) y
los linfocitos citolíticos naturales (NK).

Sin embargo, las bacterias intracelulares pueden sobrevivir y


replicarse en el interior de las células del hospedador, incluidos los
fagocitos, ya que han elaborado mecanismos que les permiten resistir
la degradación intracelular.

Las bacterias intracelulares también activan los linfocitos NK,


estimulando la expresión de ligandos activadores de los linfocitos
NK en las células infectadas y la síntesis de citocinas (IL-12 e IL-
15) inductoras de linfocitos NK por parte de macrófagos y DC.
Funciones de los linfocitos NK:
A) Los linfocitos NK reconocen
ligandos en las células
infectadas o en las que sufren
algún otro tipo de estrés y
matan a las células del
hospedador. De esta forma, los
linfocitos NK eliminan
reservorios de infección, así
como células disfuncionales.
B) Los linfocitos NK responden a
la IL-12 producida por los
macrófagos y secretan IFN- ,
que activa los macrófagos para
que maten microbios
fagocitados.
La Inmunidad Adaptativa frente a las bacterias intracelulares es,
principalmente, de tipo celular y consiste en:

La activación de los macrófagos por los linfocitos T CD4+ y


La eliminación de las células infectadas por los CTL CD8+.
La respuesta anatomopatológica característica a la infección por
bacterias intracelulares es la inflamación granulomatosa
(hipersensibilidad de tipo IV (retardado) mediada por linfocitos
T, ej. tuberculosis).
Esto ocurre debido a que las bacterias intracelulares pueden
persistir durante periodos largos y causan una activación crónica
del linfocito T y del macrófago, dando lugar a la formación de
granulomas alrededor de los microbios.
INMUNIDADES INNATA Y ADAPTATIVA FRENTE A BACTERIAS INTRACELULARES

La respuesta inmunitaria
innata a las bacterias
intracelulares consta de
fagocitos y linfocitos NK, en
cuyas interacciones intervienen
citocinas (IL-12 e IFN-
La respuesta adaptativa típica
frente a estos microorganismos
es la inmunidad celular, en la
que los linfocitos T activan
los fagocitos para que
destruyan a los microbios.
La inmunidad innata puede
controlar el crecimiento
bacteriano, pero, para eliminar
las bacterias, se necesita el
concurso de la inmunidad
adaptativa.
Cooperación de los linfocitos T CD4+ y
CD8+ en la defensa contra bacterias
intracelulares.

Las bacterias son fagocitadas por los


macrófagos y pueden sobrevivir en los
fagosomas y escapar hacia el
citoplasma. Los linfocitos T CD4+
responden a los antígenos peptídicos
derivados de las bacterias y asociados
al MHC II. Estos linfocitos T sintetizan
IFN- y expresan ligando de CD40,
que activa los macrófagos para que
destruyan los microbios presentes en
los fagosomas.
Los linfocitos T CD8+ responden a
los péptidos derivados de los antígenos
citosólicos y unidos a MHC I, y
eliminan a las células infectadas.
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LOS HONGOS

Los diferentes hongos que infectan al ser humano pueden vivir en los
tejidos extracelulares o en el interior de los fagocitos.
LA INMUNIDAD INNATA frente a los hongos está mediada por los
Neutrófilos, Macrófagos y Células Linfocíticas Innatas (ILC).
LA INMUNIDAD ADAPTATIVA está mediada por respuestas de tipo
Celular linfocitos T CD4+ y CD8+ (principalmente en hongos
intracelulares) y Humoral (anticuerpos) en hongos extracelulares.
Los fagocitos y un sistema inmunitario competente eliminan
generalmente los hongos con facilidad, por lo que las infecciones
micóticas diseminadas afectan, casi siempre, a las personas
inmunodeprimidas.
El deterioro de la inmunidad es el factor predisponente más importante
de las micosis con relevancia clínica.
Papel de la inmunidad innata y de los linfocitos
Th17 (Inmunidad adaptativa) en la defensa frente a
la infección micótica.
Las células dendríticas y los macrófagos
reconocen glucanos micóticos y liberan citocinas
que estimulan a las ILC3 residentes en los tejidos
para que liberen citocinas, sobre todo IL-17, que
recluta neutrófilos e induce la producción de
péptidos antimicrobianos que protegen frente a la
infección.
Las células dendríticas también estimulan la
diferenciación de linfocitos T CD4+ vírgenes
específicos frente a antígenos micóticos en
linfocitos Th17 en los ganglios linfáticos que
drenan la zona. El GM-CSF producido por las ILC (y
quizás los linfocitos Th17) puede contribuir al
reclutamiento de neutrófilos.

CLR: receptor lectina tipo C


TLR: receptor tipo toll.
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LOS VIRUS

Las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas frente a los virus


pretenden bloquear la infección y eliminar las células infectadas.

LA INMUNIDAD INNATA frente a los virus está mediada por interferones


tipo 1 (IFN-1) y linfocitos NK.
La principal forma que tiene el sistema innato de bloquear las
infecciones víricas es induciendo la expresión de IFN-1, cuya acción más
importante es inhibir la replicación vírica.
Los IFN-1 son una flia de citocinas que median la respuesta inmunitaria
innata temprana en las infecciones víricas.
Los IFN-1 son producidos por las DC, los fagocitos mononucleares y
otras células en respuesta a la infección vírica. Los estímulos más
potentes de la síntesis de IFN-1 son los ácidos nucleicos víricos.
Los IFN-1 también promueven la diferenciación de los linfocitos T
vírgenes en linfocitos Th1 cooperadores, aumentan la citotoxicidad
de los linfocitos NK y de los CTL CD8+. Aumentando las inmunidades
innatas y adaptativas contra los virus.
Además los IFN-1 aumentan la expresión de MHC I en las células
infectadas por virus, facilitando que dichas células sean reconocidas y
lisadas por los CTL CD8+.
Todas las células nucleadas expresan un receptor para INF-1. Este
receptor envía señales que desencadenan en los siguientes efectos:

Inhibición de la síntesis de proteínas víricas.


Degradación del ARN vírico.
Inhibición de la expresión de genes víricos y de ensamblaje del
virión.
Producción y algunas funciones del IFN-1
Los linfocitos NK matan células infectadas por virus y son un
mecanismo importante de inmunidad contra los virus al principio de
la infección, antes de que se desarrollen las respuestas inmunitarias
adaptativas.
La expresión de MHC clase I se suspende a menudo en las células
infectadas por virus como un mecanismo de escape de los CTL.
Esto posibilita que los linfocitos NK maten a las células infectadas
porque la falta de MHC clase I libera a los linfocitos NK de un estado
normal de inhibición.
La infección vírica también puede estimular la expresión de ligandos
activadores de los linfocitos NK en las células infectadas.
Funciones de receptores activadores e inhibidores de los linfocitos NK
LA INMUNIDAD ADAPTATIVA contra las infecciones víricas está
mediada por anticuerpos, que bloquean la unión y entrada del virus en
las células del hospedador, y por los CTL, que eliminan la infección,
matando a las células infectadas.
Los anticuerpos neutralizantes protegen contra la entrada de los
virus en las células durante las primeras fases de la infección y, más
tarde, cuando los virus salen de las células infectadas destruidas.
El principal mecanismo de defensa contra la infección vírica es la
destrucción de las células infectadas por los CTL. Estos pueden
contribuir a la lesión hística incluso aunque los virus infecciosos no
sean peligrosos en sí mismos.
Los virus evitan las respuestas inmunitarias gracias a la variación
antigénica, la inhibición de la presentación de antígenos y la síntesis
de moléculas inmunosupresoras.
Respuestas inmunitarias innatas y
adaptativas contra los virus

A) Cinética de las respuestas


inmunitarias innata y adaptativa
frente a la infección vírica.
B) Los mecanismos por los que las
inmunidades innata y adaptativa
impiden y erradican las infecciones
víricas. La inmunidad innata está
mediada por IFN tipo I, que evitan
la infección, y linfocitos NK, que
eliminan las células infectadas. La
inmunidad adaptativa está
mediada por anticuerpos y CTL,
que también bloquean la infección
y matan a las células infectadas,
respectivamente.
RESPUESTA INMUNE FRENTE A LOS PARÁSITOS

Los parásitos como los protozoos y helmintos, producen infecciones


crónicas y persistentes, porque la inmunidad innata contra ellos es
débil y los parásitos han desarrollado a lo largo de su evolución
múltiples mecanismos para evitar la inmunidad específica y resistirse
a ella.
Los protozoos que viven en el interior de las células del hospedador
son destruidos por la inmunidad celular.
Mientras que los helmintos son eliminados por los anticuerpos IgE y
los eosinófilos, así como por otros leucocitos.
Los parásitos evitan el sistema inmunitario modificando sus
antígenos durante su residencia en los hospedadores vertebrados,
adquiriendo resistencia a los mecanismos efectores de la inmunidad y
enmascarando y desprendiéndose de sus antígenos de superficie.
LA RESPUESTA INMUNITARIA INNATA más importante frente a los
protozoos es la Fagocitosis, pero muchos parásitos pueden resistir
este mecanismo e incluso replicarse en el interior de los macrófagos.
Los eosinófilos contribuyen a la respuesta innata frente a los
helmintos al liberar el contenido de sus gránulos que destruyen las
cubiertas de los gusanos.
Los fagocitos también pueden atacar a los helmintos y secretar
sustancias microbicidas para matarlos. Sin embargo, muchos
helmintos tienen cubiertas gruesas que los hacen resistentes a los
mecanismos citocídicos de los neutrófilos y macrófagos, y son
demasiado grandes para ser ingeridos por estos fagocitos.
Algunos parásitos pueden activar la vía alternativa del complemento,
aunque los parásitos que se recuperan de hospedadores infectados
parecen adquirir resistencia a la lisis producida por el complemento.
IMNUNIDAD ADAPTATIVA: El principal mecanismo de defensa
contra los protozoos que viven en el interior de los macrófagos es
la inmunidad celular, en especial la activación de macrófagos por
las citocinas secretadas por los linfocitos Th1.

La defensa de muchas infecciones helmínticas está mediada por la


activación de los linfocitos Th2, lo que da lugar a la producción de
anticuerpos IgE y a la activación de los eosinófilos.
Funciones de los linfocitos Th2

Los linfocitos T CD4+ que se diferencian


en linfocitos Th2 secretan IL-4, IL-5 e IL-
13.

La IL-4 actúa sobre los linfocitos B para


estimular la producción de anticuerpos
IgE que se unen a los mastocitos.

La IL-5 activa a los eosinófilos, una


respuesta que es importante para la
defensa contra las infecciones por los
helmintos.

La IL-4 y la IL-13 participan en la


inmunidad de las barreras mucosas.
IFN-1

NK
Inflamación granulomatosa

Mecanismos de formación del


granuloma. Las citocinas participan en
la generación de linfocitos Th1, la
activación de los macrófagos y el
reclutamiento de los leucocitos. Las
reacciones prolongadas de este tipo
conducen a la formación de
granulomas.
APC: célula presentadora de antígeno.
INMUNIZACIONES

VACUNAS
Vacuna

Una vacuna es un preparado de antígeno microbiano,


combinado a menudo con adyuvantes, que se administra
a los sujetos para inducir una inmunidad protectora
contra las infecciones microbianas.

El antígeno puede estar en forma de:


Microorganismos vivos pero sin virulencia (atenuados).
Microorganismos muertos (inactivados).
Componentes macromoleculares purificados de un
microorganismo.
Plásmidos que contienen ADN que codifica un antígeno
microbiano.
Importancia del desarrollo de las vacunas

La implementación de la vacunación efectiva contra la


Viruela por Edward Jenner en 1796, llevó al nacimiento
de la Inmunología como ciencia.

La importancia de la inmunización profiláctica contra las


enfermedades infecciosas se demuestra por el hecho de
que los programas mundiales de vacunación han llevado
a la erradicación completa o casi completa de muchas
enfermedades infecciosas.
Eficacia de las vacunas para algunas enfermedades infecciosas frecuentes

(EE.UU.) (EE.UU.)
Vacunación

El principio fundamental de la vacunación es administrar


una forma muerta o atenuada de un microorganismo
infeccioso o un componente de un microbio, que no
cause enfermedad pero desencadene una respuesta
inmunitaria que proporcione protección contra la
infección por el microbio patógeno vivo.
El éxito de la vacunación en la erradicación de las
enfermedades infecciosas depende de varias propiedades de los
microbios. Las vacunas son más eficaces si el microorganismo
infeccioso:
No establece una latencia.
No produce variación antigénica o es escasa.
No interfiere con la respuesta inmunitaria del hospedador.

Es difícil vacunar eficazmente contra microbios como el VIH, que


establece una infección latente y es muy variable.

Las vacunas son más eficaces contra las infecciones que se


limitan a hospedadores humanos y no tienen reservorios
animales.
La mayoría de las vacunas que se utilizan en la actualidad
actúan induciendo la inmunidad humoral.

Los anticuerpos son el único mecanismo inmunitario


que evita las infecciones, al neutralizar y eliminar a los
microbios antes de que establezcan su punto de apoyo en el
hospedador.

Las mejores vacunas son aquellas que estimulan el


desarrollo de células plasmáticas de vida larga que
producen anticuerpos de afinidad alta y linfocitos B
memoria.
Inmunidad Activa y Pasiva

La inmunidad protectora frente a un microorganismo


puede ser proporcionada por:

La respuesta inmunitaria del hospedador frente


al microbio (Inmunidad Activa).

La transferencia de anticuerpos que defienden


frente al microbio (Inmunidad Pasiva).
Inmunidad Activa

La forma de inmunidad que se despierta (o activa) por la


exposición a un antígeno extraño se denomina
INMUNIDAD ACTIVA, porque la persona inmunizada
cumple una función activa en la respuesta al antígeno.
La inmunización activa se produce cuando se estimula la
respuesta inmunitaria debido a la exposición a un
inmunógeno, como la exposición a un microorganismo
infeccioso (Inmunización Natural) o la exposición a
microbios o sus antígenos por medio de Vacunas.
Inmunidad Activa

En la inmunidad activa se observa que tras una


posterior exposición al microorganismo virulento, se
activa una respuesta inmunitaria secundaria que
es más rápida y eficaz y protege al sujeto.
Inmunidad Pasiva

Es la forma de inmunidad frente a un antígeno que se


establece en un sujeto mediante la transferencia de
anticuerpos o linfocitos desde otro sujeto que es inmune a
ese antígeno.
El receptor de tal transferencia puede hacerse inmune al
antígeno sin haberse expuesto ni respondido anteriormente
a él.
La inyección de anticuerpos purificados, suero que contiene
anticuerpos o células inmunitarias, que proporciona una
protección temporal rápida o tratamiento a una persona
se denomina Inmunización Pasiva.
Inmunidad Pasiva

Ejemplos de inmunidad pasiva:

El paso de anticuerpos maternos a través de la


placenta al feto, que permite a los recién nacidos
combatir las infecciones antes de adquirir la capacidad
para producirlos por sí mismos.
La transferencia de sueros humanos que contienen
anticuerpos específicos frente a ciertas toxinas
microbianas o venenos de serpiente a un sujeto que
no estaba inmunizado.
La inmunización pasiva es un método útil para aportar
resistencia con rapidez, sin tener que esperar al desarrollo
de una respuesta inmunitaria activa.
La inmunización pasiva contra las toxinas bacterianas
mediante la administración de anticuerpos procedentes
de animales inmunizados es un tratamiento capaz de
salvarle la vida a una persona con una infección mortal en
potencia, como la rabia y las mordeduras de serpientes.
A los pacientes con alguna inmunodeficiencia génica se les
inmuniza de forma pasiva transfiriéndoles mezclas de
anticuerpos procedentes de donantes sanos.
La inmunización pasiva puede utilizarse para:

1) Evitar la enfermedad después de una exposición


conocida. Ej: pinchazo con aguja contaminada con
sangre con VHB.
2) Reducir los síntomas de una enfermedad activa.
3) Proteger a sujetos inmunodeficientes.
4) Bloquear la acción de toxinas bacterianas o venenos y
evitar las enfermedades que causan (es decir, como
tratamiento).
Administación de
suero a sujeto
sin infectar
Vacunas de microorganismos vivos atenuados

Algunas de las primeras (primera generación) vacunas y las más


eficaces estaban compuestas por microorganismos intactos a
los que se trataba de modo que se atenuaran o murieran para
que no pudieran causar ninguna enfermedad pero sí retengan
su inmunogenicidad.

La ventaja de las vacunas atenuadas es que desencadenan


todas las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas
(humoral y celular) de la misma forma que lo haría el
microorganismo patógeno, por lo que constituyen el medio
ideal de inducir una inmunidad protectora.
Las vacunas vivas atenuadas se preparan con
microorganismos que tienen una escasa capacidad para
provocar enfermedad (avirulentos o atenuados) pero que
inducen de forma eficiente las respuestas inmunitarias en
el hospedador (innata, humoral, celular, memoria).

La inmunidad adquirida por estas vacunas suele


persistir de por vida (en el caso de las vacunas víricas).
Las vacunas de bacterias atenuadas utilizadas en la
actualidad inducen una protección limitada y son eficaces
solo durante períodos cortos. Ej: BCG (Bacilo de Calmette
Guérin) bacteria viva atenuada de Mycobacterium bovis;
vacuna de Salmonella typhi.

Las vacunas víricas vivas atenuadas suelen ser más


eficaces. Ej: la poliomielitis (Sabin), el sarampión (triple
viral), la fiebre amarilla, varicela.
Las vacunas con virus vivos pueden estar compuestas
por:
Mutantes menos virulentos (atenuados) del virus
natural. Ej: polio, sarampión, etc.
Virus que afectan a otras especies que comparten
determinantes antigénicos. Ej: virus vaccinia para la
viruela, rotavirus (mezcla de virus de humanos y
bovinos).
Virus modificados con ingeniería genética que
carecen de virulencia. Ej: VHB, VPH que utilizan
proteínas de unión HBsAg y proteína L
respectivamente.
Los virus se atenúan cultivándolos en huevos embrionados o
células de cultivos celulares a T° que no son fisiológicas (25-34°C)
y alejados de las presiones selectivas de la respuesta inmunitaria del
hospedador.
Estas condiciones seleccionan o permiten el crecimiento de cepas de
virus (mutantes) que:
1) Son menos virulentos porque crecen mal a 37°C (cepas sensibles
a la T° como la vacuna contra el sarampión y cepas adaptadas al
frío como la vacuna contra la gripe).
2) Que no se replican bien en células humanas (mutante de tipo de
hospedador).
3) Que no pueden escaparse del control inmunitario o
4) Que pueden replicarse en un lugar benigno pero que no se
diseminan ni replican en el tejido diana. Ej: vacuna contra la
poliomielitis se replica en el tubo digestivo pero no alcanza las
neuronas.
Las vacunas víricas inducen, a menudo, una inmunidad
específica duradera, de forma que la inmunización de los
niños es suficiente para conseguir protección durante
toda la vida.

La principal preocupación sobre las vacunas víricas o


bacterianas atenuadas es la seguridad.

La vacuna de la poliomielitis oral con virus vivos


atenuados ha erradicado prácticamente la enfermedad,
pero en casos infrecuentes el virus de la vacuna se
reactiva y produce una poliomielitis paralítica.
Principales problemas de las vacunas de
microorganismos vivos:

El virus de la vacuna puede aún ser peligroso para


personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas, que
no tienen los recursos inmunitarios para resolver incluso
una infección por un virus debilitado.

La vacuna puede revertir a una forma vírica virulenta.

Los virus cultivados en huevos de pollo pueden producir


reacciones alérgicas en huéspedes alérgicos.

Hay que mantener la viabilidad del microorganismo.


Vacunas de microorganismos inactivados (muertos)

Las vacunas de microorganismos inactivados emplean una gran


cantidad de antígeno para conseguir una respuesta de anticuerpos
protectora pero sin riesgo de infección.
Las vacunas inactivadas se pueden obtener mediante:
La inactivación química (ej: formol) o térmica de las bacterias,
las toxinas bacterianas o los virus.
La purificación o síntesis de los componentes o las subunidades
de los microorganismos infecciosos.
Estas vacunas suelen generar respuestas de anticuerpos pero las
respuestas de inmunidad celular son limitadas.
Suelen administrarse con un adyuvante para reforzar su
inmunogenicidad.
Un ejemplo de vacuna inactivada es la de la gripe. El virus
de la gripe cultivado en huevos de pollo se usa en 2 tipos
de vacunas:
1) La vacuna más frecuente es la inactivada trivalente,
que se administra por vía intramuscular.
Cada año se seleccionan 3 de las cepas del virus de la
gripe más frecuentes y se incorporan a esta vacuna.
2) Un segundo tipo de vacuna de la gripe contiene las
mismas 3 cepas, pero la vacuna se hace con virus
vivos atenuados y se usa en forma de pulverizador
nasal.
Otros ejemplos de vacunas inactivadas: VHA, Rabia.
Existen 3 tipos principales de vacunas con
bacterias inactivadas:

1) Toxoides (toxinas inactivadas).


2) Bacterias inactivadas (muertas).
3) Componentes de la superficie de las bacterias
(como subunidades de la cápsula o de proteínas),
llamadas también vacunas subunitarias
(macromoléculas purificadas).
Ventajas y desventajas de las vacunas de virus vivos e inactivados (muertos)

(otras vacunas)
Vacunas subunitarias (macromoléculas purificadas)

Las vacunas de segunda generación se produjeron para eliminar las


preocupaciones en torno a la seguridad asociadas a los microbios
atenuados.

Estas vacunas de subunidades están compuestas por antígenos


purificados procedentes de microorganismos o por toxinas
inactivadas, y suelen administrarse con un adyuvante.

Un uso eficaz de los antígenos purificados como vacunas es la


prevención de las enfermedades causadas por las toxinas
bacterianas.
Es posible eliminar la peligrosidad de las toxinas sin que pierdan su
capacidad inmunógena, y estos toxoides estimulan unas respuestas
intensas de anticuerpos.

La difteria y el tétanos son dos enfermedades cuyas consecuencias


posiblemente mortales se han controlado en gran medida gracias a la
vacunación de los niños con preparados de toxoides.

Las vacunas de antígenos polisacáridos bacterianos se utilizan


contra los neumococos y Haemophilus influenzae. Como los
polisacáridos son antígenos independientes de T, tienden a
desencadenar respuestas de anticuerpos de afinidad baja y son poco
inmunógenas en los lactantes (que no desarrollan respuestas fuertes
de anticuerpos independientes del linfocito T).
Vacunas conjugadas

Pueden generarse respuestas de anticuerpos de


afinidad alta contra antígenos polisacáridos
incluso en lactantes, acoplando los polisacáridos a
las proteínas para formar vacunas conjugadas.

Estas vacunas activan a los linfocitos T


cooperadores, que no se producirían con vacunas de
polisacáridos simples.
Vacunas conjugadas de polisacáridos
capsulares:

Los polisacáridos capsulares son poco


inmunógenos, no inducen la colaboración
de los linfocitos T y sólo inducen IgM sin
memoria.
Los polisacáridos de la cápsula conjugados
con una proteína (p. ej., toxoide de la
difteria) se unen a la IgM contra el
polisacárido de la superficie del linfocito B;
este complejo se interioriza, se procesa y a
continuación se presenta un péptido unido
al MHC II a los linfocitos T CD4.
Los linfocitos T se activan, producen
citocinas e inducen el cambio de clase de
las inmunoglobulinas para generar el
anticuerpo contra el polisacárido Las vacunas usadas en la actualidad
específico. frente a H. influenzae, el neumococo y
Los linfocitos B se pueden activar, el meningococo son vacunas
sintetizar IgG y aparecerán linfocitos conjugadas.
memoria.
Vacunas de antígenos sintéticos

Uno de los objetivos de la investigación actual sobre vacunas es identificar


los antígenos o epítopos microbianos con mayor capacidad inmunógena,
sintetizarlos en el laboratorio y emplear estos antígenos sintéticos como
vacunas.
Es posible deducir las secuencias proteínicas de los antígenos microbianos
y preparar grandes cantidades de proteínas mediante la tecnología del
ADN recombinante. Las vacunas realizadas con antígenos derivados de
ADN recombinante se utilizan ahora para el virus de la hepatitis B y el
virus del papiloma humano (VPH).
En el caso de la vacuna del VPH más utilizada, que se obtuvo para evitar
cánceres causados por virus, las proteínas víricas recombinantes de las
cuatro cepas (VPH 6, 11, 16 y 18) se producen en levaduras y se combinan
con un adyuvante. Los VPH 6 y 11 son causas frecuentes de verrugas y los
VPH 16 y 18 son las cepas de VPH más ligadas al cáncer de cuello uterino.
Vacunas víricas vivas con virus recombinantes

Un método reciente para obtener vacunas es introducir genes que


codifican antígenos microbianos en virus no citopáticos e infectar a
los sujetos con este virus.
Por consiguiente, el virus actúa como una fuente de antígenos para el
sujeto en que se inocula.
La gran ventaja de los vectores víricos es que, como otros virus vivos,
desencadenan unas respuestas inmunitarias completas, incluidas
respuestas intensas de los CTL.
Esta técnica se ha utilizado, sobre todo, con vectores como el virus
vaccinia y de manera más reciente el virus de la viruela del canario,
que no son patogénicos en seres humanos.
La inoculación de estos virus biotecnológicos en muchas especies
animales induce una inmunidad tanto humoral como celular frente al
antígeno producido por el gen extraño.
Un posible problema de los virus recombinantes es que pueden
infectar células del hospedador y que, aunque no sean patógenos,
pueden producir antígenos que estimulen respuestas de los CTL, con
la destrucción de las células del hospedador infectadas.
Estos aspectos y otros relacionados con la seguridad han limitado el
uso generalizado de vectores víricos para la administración de las
vacunas.
Vacunas de ADN

Es uno de los métodos de vacunación más recientes, consiste en la


inoculación de un plásmido que contiene ADN que codifica un
antígeno proteínico, esto da lugar a respuestas inmunitarias
humorales y celulares.
Es probable que los plásmidos penetren en las APC, como las células
dendríticas, transcriban y traduzcan el ADN a proteínas
inmunógenas, y que sean éstas las que desencadenen respuestas
específicas.
Los plásmidos bacterianos son ricos en nucleótidos CG no metilados
y son reconocidos por el TLR9 situado en las células dendríticas y en
otras células, por lo que provocan una respuesta inmunitaria innata
que potencia la inmunidad adaptativa.
Por tanto, las vacunas con ADN plasmídico podrían ser eficaces
incluso aunque se administraran sin coadyuvantes.

La posibilidad de almacenar el ADN sin refrigeración para su uso de


campo también hace que esta técnica resulte muy prometedora.

Sin embargo, las vacunas de ADN no han sido tan eficaces como se
esperaba en los ensayos clínicos, sobre todo porque la primera
generación de estas vacunas no produjo cantidades adecuadas del
inmunógeno.

Actualmente se están realizando estudios con nuevos vectores para


vacunas de ADN.
Papel de los adyuvantes

Adyuvante: Sustancia diferente del antígeno que


potencia la activación del linfocito T y B al promover,
sobre todo, la acumulación y activación de células
presentadoras de antígenos (APC) en el lugar de exposición
al antígeno. Los adyuvantes estimulan la expresión de
coestimuladores y citocinas estimuladoras del linfocito T por
las APC, y así pueden prolongar la expresión de complejos
péptido-MHC en la superficie de la APC.

Es una sustancia incorporada al antígeno o inyectada


simultáneamente con este, que potencia la respuesta
inmunitaria.
Las vacunas con microorganismos muertos (inactivados)
y en especial los productos purificados requieren con
frecuencia un adyuvante (del latín adjuvare, ayudar).
Los adyuvantes usados más frecuentemente son las sales
de alumino (hidróxido de Al o fosfato de Al).
Muchas vacunas proteínicas se precipitan en alumbre para
formar partículas y promover su captación por las DC y los
macrófagos.
Otros adyuvantes por ejemplo pueden estimular a los
receptores tipo Toll (TLR) en las APC.
El MF59 (escualeno microfluidificado en una emulsión de
aceite y agua) y MPL (monofosforil lípido A) son adyuvantes
usados en vacunas nuevas.
Tipos de vacunas y ejemplos
Vacunas antibacterianas
Vacunas frente a virus
INMUNODEFICIENCIAS
INMUNODEFICIENCIAS

Las enfermedades por inmunodeficiencias se deben a


defectos congénitos o adquiridos de linfocitos, fagocitos
y otros mediadores de las inmunidades innata y
adaptativa.

Estas enfermedades se asocian a una mayor predisposición


a la infección, cuya naturaleza y gravedad dependen del
componente del sistema inmunitario que sea anómalo y del
grado de la anomalía.

Los pacientes con inmunodeficiencias (principalmente de


linfocitos T) también son proclives a ciertos tipos de cáncer.
Inmunodeficiencia congénita o primaria

Defecto génico en el que se hereda una deficiencia de


los sistemas inmunitarios innatos o adaptativos, causado
por mutaciones hereditarias de los genes que codifican
componentes del sistema inmunitario innato o de genes
necesarios para el desarrollo y la activación del linfocito.

La inmunodeficiencia congénita se manifiesta con


frecuencia al inicio de la lactancia y la infancia, pero a
veces provoca manifestaciones clínicas en fases más
avanzadas de la vida.
Inmunodeficiencia congénita o primaria

Los trastornos de la inmunidad innata son:


Los defectos de la actividad microbicida de los fagocitos,
ej., enfermedad granulomatosa crónica o el síndrome de
Chédiak-Higashi.
Los defectos en la migración y adhesión del leucocito, ej:
deficiencia de la adhesión del leucocito.
Los defectos en las señales del TLR (receptores de tipo toll)
Los defectos en el sistema de complemento.
Deficiencias del linfocito NK.
Inmunodeficiencias congénitas de la inmunidad innata
Trastornos de la inmunidad adaptativa

Inmunodeficiencias combinadas graves (IDCG):


Son los defectos en el desarrollo del linfocito que afectan a
los linfocitos T y B (no se desarrollan o no funcionan
adecuadamente), y, por tanto, se reducen la inmunidad
humoral y la inmunidad celular.
Se deben a señales defectuosas de las citocinas, un
metabolismo anómalo de las purinas, una recombinación
V(D) J defectuosa y mutaciones que afectan a la maduración
del linfocito T.
Los niños con IDCG tienen habitualmente infecciones durante
el primer año de vida y sucumben a estas infecciones, a no
ser que se trate la inmunodeficiencia. La IDCG tiene varias
causas génicas diferentes.
Inmunodeficiencias combinadas graves
Inmunodeficiencias de anticuerpos:

Son las enfermedades causadas por una maduración o


activación defectuosa del linfocito B y defectos en la
colaboración entre los linfocitos T y B (Ej: síndrome de
hipergammaglobulinemia M ligado al cromosoma X).
Inmunodeficiencias de anticuerpos
Inmunodeficiencias del linfocito T:

Son enfermedades en las que es defectuosa la expresión de


moléculas del MHC, hay trastornos de las señales del
linfocito T y enfermedades raras que afectan a las funciones
de los CTL y de los linfocitos NK.
Inmunodeficiencias del linfocito T
El tratamiento de las inmunodeficiencias congénitas
consiste en transfusiones de anticuerpos, trasplante de
célula troncal o la restitución de enzimas.

La genoterapia podrá ofrecer mejores tratamientos en el


futuro.
Inmunodeficiencia adquirida o secundaria

Es una deficiencia del sistema inmunitario que se adquiere


después del nacimiento, habitualmente debido a una
infección (ej: SIDA), y que no se relaciona con ningún
defecto génico.

Las inmunodeficiencias adquiridas no son hereditarias, se


deben a infecciones, malnutrición, cáncer diseminado y
tratamientos inmunosupresores para el rechazo del
trasplante o las enfermedades autoinmunes.
Inmunodeficiencias adquiridas
El SIDA es una inmunodeficiencia grave causada por la
infección del VIH.

Este retrovirus infecta a los linfocitos T CD4+, los macrófagos


y las células dendríticas, y causa una disfunción progresiva del
sistema inmunitario.

La mayor parte de la inmunodeficiencia en el SIDA puede


atribuirse a la pérdida de linfocitos T CD4+.
El VIH entra en las células al unirse a la molécula CD4 y un
correceptor de la familia de receptores de quimiocinas.

Tras la entrada en la célula, el genoma vírico se transcribe de


forma inversa en ADN y se incorpora en el genoma celular. La
transcripción de genes del virus y la reproducción vírica se
estimulan por señales que activan normalmente la célula
hospedadora.

La producción del virus se acompaña de la muerte de las


células infectadas.
Mecanismo de entrada del VIH en una célula
La fase aguda de la infección se caracteriza por la muerte de
los linfocitos T memoria CD4+ en los tejidos mucosos y la
diseminación del virus a los ganglios linfáticos.

En la fase latente posterior, hay una replicación vírica


reducida en los tejidos linfáticos y una pérdida lenta y
progresiva de linfocitos T.

En la fase crónica los ganglios linfáticos y el bazo son los


lugares de replicación del HIV y de destrucción celular
continuas.
Manifestaciones clínicas de la infección por el HIV
La pérdida de linfocitos T CD4+ inducida por el VIH da lugar a
una mayor propensión a la infección por varios microorganismos
oportunistas. Además, los pacientes infectados por el VIH tienen
una mayor incidencia de tumores, particularmente de sarcoma
de Kaposi y de linfomas de linfocitos B asociados al VEB, y de
encefalopatía. La incidencia de estas complicaciones se ha
reducido mucho con el tratamiento antirretroviral.
El VIH tiene una elevada frecuencia de mutaciones, lo que
permite al virus evadirse de las respuestas inmunitarias del
hospedador y hacerse resistente a los tratamientos
farmacológicos.

La variabilidad génica también supone un problema para el


diseño de una vacuna eficaz contra el VIH.

La infección por el VIH puede tratarse con una combinación de


inhibidores de las enzimas víricas.

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