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Un viejo pesquero que transportaba de forma hacinada a unos 177 migrantes desde Turquía hacia Italia naufragó cerca de la costa calabresa, dejando al menos 59 muertos, incluyendo 20 niños y un recién nacido. El barco chocó contra las rocas debido a las malas condiciones del mar y se partió en dos, arrojando a los migrantes al agua. Algunos lograron llegar nadando a la playa mientras que otros se ahogaron antes de que pudieran pedir ayuda. El naufragio
Un viejo pesquero que transportaba de forma hacinada a unos 177 migrantes desde Turquía hacia Italia naufragó cerca de la costa calabresa, dejando al menos 59 muertos, incluyendo 20 niños y un recién nacido. El barco chocó contra las rocas debido a las malas condiciones del mar y se partió en dos, arrojando a los migrantes al agua. Algunos lograron llegar nadando a la playa mientras que otros se ahogaron antes de que pudieran pedir ayuda. El naufragio
Un viejo pesquero que transportaba de forma hacinada a unos 177 migrantes desde Turquía hacia Italia naufragó cerca de la costa calabresa, dejando al menos 59 muertos, incluyendo 20 niños y un recién nacido. El barco chocó contra las rocas debido a las malas condiciones del mar y se partió en dos, arrojando a los migrantes al agua. Algunos lograron llegar nadando a la playa mientras que otros se ahogaron antes de que pudieran pedir ayuda. El naufragio
El viejo pesquero, un maltrecho artefacto de unos 20 metros de
eslora, zarpó desde el puerto de Esmirna, al este de Turquía. El
barco, en el que viajaban hacinadas unas 177 personas, navegó durante unos cuatro días sorteando la costa griega buscando la punta del sur de Italia a través del mar Jónico. La ruta es cada vez más frecuente en los viajes que ofertan los traficantes a migrantes que escapan de países asiáticos. Pero casi siempre se hace con veleros relativamente seguros y con mayor fortuna. Esta vez, cuando la embarcación ya estaba a 150 metros de la costa, un tremendo oleaje la mandó contra las rocas y la partió violentamente en dos. Los migrantes cayeron al mar. Algunos pudieron alcanzar nadando la orilla de la playa de Steccato di Cutro, una localidad turística calabresa, a 20 kilómetros de Crotona. Al menos otros 59 se ahogaron y sus cuerpos terminaron cubiertos con una manta sobre la arena o rescatados por la Guardia Costera. Murieron unos 20 niños, entre ellos al menos un recién nacido. El naufragio, uno de los más graves en la costa italiana, es otra mancha de sangre en el reiterado fracaso de Italia y la Unión Europea de crear una política migratoria común.
Las primeras hipótesis señalan que el barco topó con algún
arrecife y luego se fue contra las rocas. La información, difundida por la sección italiana de Médicos Sin Fronteras (MSF), descarta también, a partir de los testimonios de supervivientes, que hubiera alguna explosión, como se señaló al inicio. Luego, cuando el mar fue endureciéndose, los migrantes “no tuvieron tiempo de pedir ayuda” y no pudieron evitar que la embarcación se estrellase contra las rocas y se partiese en dos golpeada por la fuerza de las olas.