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Los huesos son órganos duros muy especializados formados por tejido conjuntivo duro y constituyen gran
porcentaje del esqueleto humano. Se encargan de proporcionar funciones tales como dar forma, soporte y protección
al cuerpo; así como es la base mecánica del movimiento y contribuye en la producción de células sanguíneas a partir
de sus células madre o mejor conocido como la hematopoyesis.
El cuerpo humano está compuesto de 206 huesos articulados entre sí y se encuentran distribuidos de la siguiente
manera: 14 huesos en la cara, 6 huesos en el oído (tres en cada oído), 8 huesos en el cráneo, 1 huesos hioides (único
hueso que no se articula con otro, se encuentra suspendido), 26 huesos en la columna vertebral, 25 en el tórax, 62 en
los miembros inferiores (31 en cada lado) y 64 en los miembros superiores (32 en cada lado).
Los huesos están constituidos por dos tipos componentes: orgánicos, que incluyen a los osteocitos (brindan sostén),
osteoclastos (descalcifican los huesos) y los osteoblastos (realizan la reconstrucción ósea) estas tres partes
constituyen aproximadamente el 33% de la constitución del hueso; y componentes inorgánicos, que incluyen
materiales sin vida como sales minerales que confieren dureza y rigidez a los huesos, representando un 67% de la
composición del hueso, como fibras de colágeno, fosfato y calcio.
Todos los huesos proceden del tejido conectivo embrionario denominado mesénquima, y se da por medio de dos
procesos totalmente diferentes:
Osificación intramembranosa (formación de hueso membranoso): se forman durante el período embrionario
los moldes de los huesos mesenquimatosos, y la osificación directa de la mesénquima se inicia en el
período fetal. (Moore, 2017, p. 95).
Osificación endocondral (formación de hueso cartilaginoso): a partir de la mesénquima se forman los
moldes de los huesos cartilaginosos durante el período fetal y el hueso reemplaza posteriormente a la
mayor parte del cartílago. (Moore, 2017, p. 95).
Los vasos sanguíneos más visibles que irrigan los huesos del cuerpo humano son las arterias nutricias, que surgen
como ramas independientes de arterias adyacentes extra periósticas y pasan oblicuamente a lo largo del hueso
compacto de la diáfisis de un hueso largo por medio de los forámenes nutricios. Se encargan de irrigar la médula
ósea, los huesos esponjosos y las porciones más profundas del hueso compacto, aunque el gran porcentaje de este se
nutre a partir de muchas ramas pequeñas de las arterias periósticas. Por lo tanto, se debe evitar la extirpación del
periostio porque produce la muerte del hueso. La sangre llega a los osteocitos en el hueso compacto por medio de
los sistemas de osteonas, que albergan pequeños vasos sanguíneos. Los extremos de los huesos reciben su irrigación
de arterias metafisarias y epifisarias, que se originan principalmente en las arterias que nutren las articulaciones. En
los miembros, estas arterias generalmente forman parte de un plexo arterial periarticular que rodea la articulación, lo
que garantiza el flujo sanguíneo distal a la articulación, sin importar la posición que es asumida por esta. Mediante
los forámenes nutricios las venas acompañan a las arterias a su paso. Muchas venas de gran calibre salen también a
través de agujeros cercanos a los extremos articulares de los huesos. Los huesos con médula ósea roja tienen una
gran número de venas gruesas. Los vasos linfáticos son también abundantes en el periostio. Los nervios acompañan
normalmente a los vasos sanguíneos óseos. El periostio está inervado por una gran cantidad de nervios sensitivos
portadores de fibras de la sensibilidad dolorosa. (Moore, 2017, p. 97 y 98).
Antes de proceder, es necesario el repaso de diversos términos relacionados al movimiento, así como los planos de
nuestro cuerpo como:
Plano sagital: va a lo largo del plano longitudinal del cuerpo, dividiéndolo en partes derecha e izquierda.
Plano frontal: se corta en un plano longitudinal que divide el cuerpo (o un órgano) en partes anterior y
posterior.
Plano transversal: es un corte que sigue un plano horizontal y divide con ello el cuerpo o el órgano en
partes superior e inferior.
Flexión: consiste en el movimiento que reduce el ángulo de la articulación y acerca dos huesos entre sí, se
realiza generalmente en el plano sagital.
Extensión: es un movimiento que aumenta el ángulo o la distancia entre dos huesos o partes del cuerpo.
Rotación: movimiento de un hueso alrededor de su eje longitudinal.
Abducción: consiste en mover una extremidad hacia fuera (generalmente en el plano frontal) desde la línea
o el plano medio del cuerpo.
Aducción: consiste en mover una extremidad hacia la línea media del cuerpo.
Circunducción: es una combinación de los movimientos de flexión, extensión, abducción y aducción típica
en las articulaciones de rótula como los hombros.
Otro elemento que conforma el esqueleto son las articulaciones, son conocidas como las uniones entre dos o más
huesos o partes rígidas del esqueleto. Estas tienden a presentar dos funciones usualmente que son: mantener los
huesos juntos firmemente y proporcionar movilidad al rígido esqueleto.
Según el tipo de material que une a los huesos o el modo en el que articulan con estos mismos, describen tres tipos
de articulaciones:
1. Articulaciones sinoviales: los huesos se unen por medio de una cápsula articular que comprende y engloba
una cavidad articular. Esta cavidad es un espacio que contiene una a cantidad pequeña de líquido sinovial
lubrificante, producido por la membrana sinovial.
2. Articulaciones fibrosas: los huesos se unen por medio de tejido fibroso. La amplitud de los movimientos
que se producen en este tipo de articulación depende totalmente de la longitud de las fibras que se
encargan de unir los huesos articulados.
3. Articulaciones cartilaginosas: los huesos se unen por medio de cartílago hialino o fibrocartílago.
Las articulaciones sinoviales son las más comunes y permiten que se den movimientos libres entre los huesos que
unen. Son conocidas como articulaciones de locomoción, típicas en casi todas las articulaciones de los miembros.
Suelen estar revestidos por ligamentos accesorios, que son externos a la articulación (extrínsecos) o constituyen un
engrosamiento de una parte de la cápsula articular (intrínsecos). (Moore, 2017, p. 105).
Los seis tipos principales de articulaciones sinoviales se clasifican según el tipo de movimientos que permiten y/o la
morfología de las superficies articulares:
1. Articulaciones planas: permiten movimientos de deslizamiento en el plano de las superficies articulares.
Son numerosas y generalmente de tamaño pequeño.
2. Articulaciones trocleares (gínglimos): se da como poleas, sólo permiten la flexión y la extensión. Se
localizan en el plano sagital del cuerpo humano.
3. Articulaciones en silla de montar: permiten la abducción y la aducción, así como la flexión y la extensión,
son consideradas articulaciones biaxiales ya que permiten movimientos en dos planos, sagital y frontal.
4. Articulaciones elipsoideas (condílea): permiten la flexión y la extensión, además de la abducción y la
aducción; por lo tanto, son también biaxiales.
5. Articulaciones esferoideas (enartrosis): son articulaciones multiaxiales que permiten los movimientos en
múltiples ejes y planos: flexión y extensión, abducción y aducción, rotación medial y lateral, y
circunducción.
6. Articulaciones en forma de pivote: permiten al hueso rotar entorno a un eje central.
Las articulaciones reciben su irrigación sanguínea de las arterias articulares que se originan en los vasos que
rodean la articulación y las mismas reciben una gran cantidad de inervaciones proporcionadas por los nervios
articulares; los cuales se encargan de transmitir impulsos sensitivos de la articulación permitiendo conocer los
movimientos y la posición de las partes del cuerpo. Las arterias generalmente se comunican para formar
diversas redes que garantizan lo que es la vascularización de la articulación en las diversas posiciones.
Figura 3. Los seis tipos de articulaciones
sinoviales. (Moore, 2017, p. 106).
Referencias bibliográficas
Moore, K., Dalley, A. y Agur, A. (2017). Anatomía con orientación clínica. 8va ed. L'Hospitalet de Llobregat:
Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins Health.
Guía MD. (Dirección). (2018). Sistema óseo y sus 206 huesos en 31 mins. [Vídeo] Youtube.