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SAKURA

Elaine Vilar Madruga

Editorial Desbordes
Colección Diosas de la Ira
SAKURA
© Elaine Vilar Madruga
evilarmadruga@gmail.com
© Editorial Desbordes, 2016
editorialdesbordes@gmail.com
Colección Diosas de la Ira
Registro de Propiedad Intelectual Nº A-264713
ISBN: 978-956-362-530-1
Director: Alexis Donoso González
Edición: Gonzalo Geraldo Peláez
Diseño: Salvador Troncoso Curivil
Sakura
Elaine Vilar Madruga
A mis maestros, cada vez. Y siempre.
A Elena: la flor breve del sakura.
A mamá, lo siempre irreversible.
Sakura

8
I
HEROICA DEL TIEMPO

“… no juzguéis a los dioses, joven;


guardan secretos dolorosos.”
Las moscas, Jean Paul Sartre
Sakura

El Mundo

este es el dominio formidable de la espera.

ni siquiera las aguas


pudieron detener la inconsistencia
abrevar el diluvio de las bestias fatigadas
entre multitudes sin ojos.

qué simple parece andar entre ciegos,


el escándalo atado en cada advertencia
mientras el mundo suspira,
muere en mí,
tiene el preludio de los que mienten
con la elocuencia de los bosques.

la carcoma
subasta lo poco que me queda de la fe
(lo poco que me queda de todo)
la marea del impulso
que brega hacia otras costas:
el Mundo respira,
es un monstruo enorme que respira
entre mis dientes.

10
El Nuevo Mundo

mis trompas de Falopio son dos mástiles cansados de tantas


cosas.
más allá de la tierra, no encuentran nada.
ni el eco, ni la risa, ni los círculos de fuego, ni la bandera rota.
ni cobre.
ni alambre.
ni hielo.

ellas no saben que yo he preferido romperlas a mordidas,


escavar, trozar, partirlas como íntimas parábolas o alaridos.
las desangré como nervios, como cables pelados.
mis trompas de Falopio: un ladrido doble por la muerte.
sufren y se quiebran como nudos.

algún día las veré bordadas en una bandera.


alzándose por encima de esta isla.
por encima de esta ciudad.
alzándose por encima de todo
catedrales de hierro y esperma.

Elaine Vilar Madruga


11
Sakura

Eleusis

“Dios habla a cada uno tan solo antes de hacerle…”


Rainer María Rilke

en Sión
conocí
la paciencia desnuda sin ojos
todo en ella sobraba.

los héroes subían por las laderas


con sus cráneos de hueso
con sus manos de hueso.
apacibles bestias
que subían
más hermosas que dios
indiferentes a eso que no pude darles
ni siquiera
quedándome
abajo.

12
Hybris

hasta la catástrofe prescinde de mi cuerpo.

el esquife de la noche encuentra motivos


en el asombro de los reyes
las antorchas son ojos de luz que iluminan apariencias.
el incesto de mis padres sobre mi cuna
parece el tercer ojo de un monstruo
que juega entre los lienzos.

el eje del mundo nace entre mis senos.


el eje del mundo muere entre mis piernas.
el eje del mundo
-las columnas que sostienen veintiocho realidades-
es mi palabra.

soy la reina y la mendiga


aquellas que murieron ahorcadas como árboles.
soy la reina
espíritu de Sodoma
que lanzó la tinta sobre el aguijón del asombro.
soy la mendiga
la mano arponeada por la apariencia
que se esconde tras los muros.

la necesidad de los árboles buscó entre mis ojos


a aquellas
que masacraron tantos rebaños de corderos
y se untaron de sangre la cabeza
y parieron al alfa y al omega,
el ombligo que se desova
entre las aberturas de dos mundos:

Elaine Vilar Madruga


13
Sakura


la luna sangrienta del Tigre
el laberinto
los belfos de dios
el primer hombre.

todo eso que dejé sobre el espejo.

14
Intemporal

“Ángel lleno de belleza, ¿conoces las arrugas,


y el miedo de envejecer…?”
Reversibilidad, Charles Baudelaire

en el mar desnuda entre tanta gente


mi juventud se hizo pedazos
como una bola de estambre

II

no pude contar mis años.


los árboles habían enterrado todo.

III

siempre quise saber cuántas arrugas


cicatrices
lazos
tenía mi alma.

IV

dejé pasar las décadas


mi útero era una carretera
de norte a sur cruzada por animales/ hombres/ polvo.

mi útero como una carretera


después de la lluvia de los años.

Elaine Vilar Madruga


15
Sakura

vi nacer el diluvio
y luego el arca
y más tarde la paloma
la raíz dura del agua.

VI

debajo
más aún
se esconde lo innombrable,
la costilla podrida del tiempo.

VII

el tiempo escupe mi semejanza


labra el axis
quiebra
aquello que pude esconder entre las manos
guardo los años y con ellos tejo
el tapiz de un nombre.

IX

hace mucho que olvidé


sobre el polvo quedan mis huesos
apenas disueltos en pedazos
dicen que queda la corteza.

16
Pterodáctilo

he cambiado de un tono al otro


adscritas las eme mayúsculas o minúsculas
según cada caso
entre mis muslos.

melodías viejas
sacadas del fondo.

las partituras de animales salvajes devoran


los rastros de la prehistoria.

tan fácil como dibujar con tinta indeleble


los motivos las corcheas las fusas los silencios
las claves de sol fa y do
las redondas las blancas
el pentagrama extendiéndose sobre mí como el carbono.

tan fácil como enjaular a Dios


como devorar a Dios.

condenarlo a ser un pterodáctilo


que vuela por encima del mundo
un pájaro demasiado grande para los siglos por venir

atemporalidad y escarnio
de las melodías viejas que desaparecen
atemporalidad y escarnio
de las melodías viejas que desaparecen.

Elaine Vilar Madruga


17
Sakura

Hamlet´s Speech

“Hay preguntas que ni tú podrías


responder
ni yo
ni Dios.

Tal vez ya ni hay preguntas.”


Carmen Hernández Peña

no. no sabes que al escribir no me desnudo al menos


no muestro una parte de mí tal y como se supone que se
muestre el teatro es mímesis de lo vivo pero yo solo soy
la sombra no creo en la desnudez qué cosa tan ab-
surda pisar las tripas de los perros en la calle soñando con
inmortalidades tan viejas qué asco pensar en dios por
las mañanas frente al café y el huevo qué mentira tan
grande escribir en el papel soy la sombra de Shakespeare
no sabes que al escribir no me desnudo al menos
no por completo
guardo un trazo de vergüenza mi decadencia de raíz.
a veces no recuerdo siquiera que el teatro es mímesis de lo
vivo
sueño con árboles y espero ver las ramas im-
posibles
no lo sabes pero al escribir guardo la desnudez de la
sombra
apenas escorzos de dios.

18
Aquello que pudo pasar antes de que Troya hiciera pum

Príamo el primero de su nombre exhibió una barriga


ondulante una barriga universo sobre los muros de Troya.
tenía los ojos de un tigre un feto escondido una sarna per-
sistente.
Troya lo observaba ir y venir con aquel bamboleo mientras
Príamo

escupía
vomitaba
el cáncer de la espera.
alguien le dijo date la vuelta
sus hijos estaban allí tan sonrientes

Paris Héctor Casandra.


Paris dijo oh my god a burning star mientras extendía los
dedos hasta el cielo.
Héctor dijo stupid boy that is only ashes el escudo no le
permitió expresar los verbos con claridad.
Casandra más hábil que los dos anteriores sonrió enigmática.
Príamo pensó en la noche en su barriga de vieja preñada en
el animal ensangrentado que traía adentro y dijo sin demasi-
ado asombro vamos a dormir esta guerra durará demasiado
tiempo.
abajo entre la yerba de Troya nacían los tendones de Aquiles
la mueca de Ulises los pactos de uno y otro lado
las apuestas de los dioses.
Príamo indolente de todo aquello pujó empujó la car-
ga del vientre desnudo y parió al caballo de madera
un carro redondo.

Elaine Vilar Madruga


19
Sakura

Mientras veo la caída de Pompeya

el Vesubio masturbándose encima de la cerámica


el cadáver encogido de un niño
las manos al cielo
las cinco partes de la noche
el cielo dividido
la máscara el hombre
que guardaba una caja de cera en mi útero
el Vesubio sentencioso
las ocho versiones de
I know what you did the last summer
la resurrección de los monstruos.

soy
una puta
de babilonia.

esa de las falsas promesas


de las falsas profecías
la puta con tetas de silicona
vagina plástica sueño made in taiwan

mujer
tan muerta como dios frente a la boca de la ceniza
que cae.

hoy como ayer


veo la caída de Pompeya
mientras el sol me raja la garganta.

20
Midas no escuches, caza

una garra de oro se asemeja a un libro.

Midas la aorta de Midas que baila entre


los árboles
troncos de sal troncos de selva troncos de nuca dorada.

Midas
qué sabes del luto ni de ver morir a otros en el
flanco de un esqueleto solitario
abrazar los huesos las joyas engarzadas en
silencio
qué sabes de la marcha hacia playas demasia-
do perdidas
qué sabes de las agujas.

con tus manos has quebrado aquello que yo nunca


tuve.

Midas no crees en la apatía o en el silencio de las


fieras no crees en el suplicio de los cascos al chocar
contra el oro en las vitrinas no crees en el bosque
dorado en silencio hasta la muerte
Midas no sabes del establo donde mil aurigas se
reflejan en espejos

-hay cosas que ni siquiera supones.


una garra se asemeja al vidrio.
no sufras.

pocos saben Midas que es en vano mendigar


por el polvo por esas cosas calladas bajo las garras
de los años.
aférrate no pierdas el paso todos alguna vez

Elaine Vilar Madruga


21
Sakura

perdemos el paso desnudamos los ovarios de los


dioses.

acaso no sabes del peligro y del silencio oculto entre


barrotes de palabras.

cierra la mano Midas contrae al universo


lanza la maldición del oro.
estás a tiempo
todavía a tiempo como pocos
los ijares de los años quieren guardar estatuas

Midas cierra la mano no escuches


caza.

22
Vergüenza

alguien me vistió Marat no fue tu mano.


dormías envuelto en agua y sangre
el rojo se bamboleaba en tu cabeza.
alguien me vistió y yo veía en él toda la eternidad,
encajado mi nombre entre verdades que mis dientes no
masticaban.
encajado tu nombre
en el sueño.

estaba lista para cazar la ráfaga la pólvora


quebrar al mundo en la sencillez de los rieles
deteriorar los ruidos.

alguien me vistió Marat no fue tu mano.

no veas la traición como el cuchillo enredado entre las


venas del agua
algo hay en él de perdurable aquello que llamo
tierra.

pero Marat si ahora duermes envuelto en una


bandera y un dibujo
¿soy yo la puta/ la culpable/ la bruja que tendió una
membrana de hielo?

no lo he aplastado todo.

alguien me vistió Marat se parecía a ti mas no


eras tú
tenía tus mismos dobleces la intimidad ante las
cosas iguales alaridos.
a él también quise silenciarlo.

Elaine Vilar Madruga


23
Sakura

prefiero la soledad del agua


al marfil de la videncia.

yo la puta Charlotte la bruja Corday la traidora la


cabeza asesina
con un tajo profundo grabé mi nombre
durante solo un segundo

tú hubieras preferido una pedrada.

alguien me vistió
tenía demasiado...
ojos en la boca...
muerte.
no fue tu mano.

24
II
INSIDE

“Me acerco
Y no veo ninguna ventana.”
¿Y mi cuerpo?, Lezama Lima

“... y me sentí tan sola,


tan sola con mi pelo, con mis manos,
con tantas cosas mías fui tan sola
que entré a buscarme hasta mi desamparo,
hasta el húmedo fondo de las dudas.”
Ada Elba Pérez

Elaine Vilar Madruga


25
Sakura

Aguja

no quería ver la tela de araña la nata de la araña


hecha de tela que engullía mis retinas como una x o
un cero mis ovarios parecían círculos concéntricos
mis ovarios parecían soles mis ovarios eran los ojos
de dios cuando incubaba la tela de la araña donde me
senté a masticar el tiempo.
por mis trompas aún deambula la herida espacio
donde una araña teje la rueda eterna.

26
Croatoan/ explication/ inside me

A los siete días en que soñé con mi muerte blanca.


A la cuenta fallida de los años.

Croatoan
una mancha en la pared.

quién sabe en qué año


un hombre dejó grabado en el árbol esta palabra.

Croatoan.

yo vestida de azul en el centro de todo.

Croatoan.

algo se trababa en mis costillas.


mis ojos fueron
un respiro entre dos mares
las galerías del silencio
una palabra.

Croatoan.

la reina de bastos jugaba con mi frente


mis hermanos no buscaban nada hermoso
se habían aburrido de las cosas bellas
querían escupir Croatoan vivir Croatoan
respirar así
en pocas sílabas.
me habían sumergido en una tina cubierta de tiempo
y yo tragaba el agua las pastillas
con el gusto de un animal.

Elaine Vilar Madruga


27
Sakura

mis hermanos odiaban las palabras hermosas las esdrú-


julas
por eso escribieron Croatoan

me dejaron sumergirme
como una perra abandonada.

algún día alguien encontrará el baño el agua la tina las


pastillas
un reguero blanco de tiempo
habré entonces desaparecido.

en la pared la mancha explicará todo


el bosque muerto.

28
Ariádnicas II

un hilo rojo extendido sobre el bosque


el silencio
algo demasiado tanto
el silencio
un hilo extendido entre dos cuerpos a ocho millas a
diez segundos

engendrando eternidades.
se enreda en la desnudez de la selva.

por qué sangra entre nosotros:


preguntas.

II

nadie ha mirado al árbol ni a eso que crece en la copa


más alta
y que casi toca la mano de dios.

III

era la sangre aquella que sí sabía todo. lo dicho y lo no


dicho. lo esperado.
se erguía como un río sin cauce como la crecida de un
río sin cauce que se come a los hombres un segundo y
luego los vomita en algún sitio
sin nombres definidos.

Elaine Vilar Madruga


29
Sakura

IV

cómo encontrar en mí la flor roja del agua.

30
Trocitos

ayer jugábamos a
yo te desnudo/ tú me desnudas.

qué manera tan absurda de perder el tiempo los años


las cabezas.
debajo de nosotros el mundo era un ruido de cláxones y
vómito

el mundo era hermoso


una ventana entre las ráfagas.

al caer en un agujero negro me dijiste


he encontrado la materia con que fue hecha la primera
mujer
no eva sino la primera
objeto muy deteriorado por el paso de los eones
su sabor a pólvora
es un umbral a las cosas ajenas.

éramos tan amigos entonces


y jugábamos a desnudarnos
tú primero/ yo después
el juego era un asunto proverbial
como si alguien se quitara un poco de su nombre o
cambiara de cráneo.

qué no supiste entonces.


la objetividad del tiempo es un asunto indemostrable
como las leyes heráldicas o la cabeza de una tortuga.

demasiado viento
demasiado.

Elaine Vilar Madruga


31
Sakura

y el desnudo del lirio sobre el fango


aserrando la eternidad en dos pedazos.

32
Todos querían tomarse una foto conmigo

abrí la boca del fango y miré adentro


raíles un tren de tierra mojada
encima de él estaba mi madre tenía solo dos días de
nacida y todo el tiempo del mundo
en uno de sus pulmones inflamados mi abuela la
llevaba entre los brazos mi abuelo era el maquinista
del tren un negro portentoso que arrojaba agua y
carbón en la boca de la muerte
mi padre era un fantasma un manchón en las paredes
una huella de agua un renacuajo
que murmuraba palabras imposibles

todos querían tomarse una foto conmigo

dijeron baja no quise tendría que abandonar


mi refugio caluroso justo en la boca del fango para
marchar junto a las sombras.
ellos insistieron mi abuelo negro manejaba
cada vez más rápido aquel tren-universo tren-tiempo
tren-familia mi abuela le cambiaba los pañales a
mi madre mi madre lloriqueaba como solo saben
hacerlo las niñas de dos días el tren pitaba azul y
rojo por todos lados ellos querían verme allí abajo
junto a mi padre en la mancha de la pared

querían la foto

mi abuelo intentó agarrarme una pierna para arran-


carme las palabras
mi abuela intentó cogerme del pelo
quitarme el
tiempo

Elaine Vilar Madruga


33
Sakura

mi madre lloró junto a mi médula


mi padre-pared-fantasma decía adiós con las manos
llenas de hollín

yo cerré la boca del fango y me quedé sola.

34
Que no olvides

A mi hermana Wendy

que no olvides la secreta esclavitud de la mandrágora


en el pecho del cabalista como una flor de incógnitas.

que no olvides la caja de hierro donde ocultaste al tigre


empapado en
barro y en miseria
sombra.

que no olvides estoy


gritando palabras
eso que no quiero dejar del otro lado.

hoy estoy en el jardín japonés de mis abuelos frente


a las manos extrañas
y es todo igual
la forma/ el espacio/ el
tiempo/ el juego.

que no olvides
la lentitud de los barcos en ciudades de madera
empedrados barcos de adoquines
empedrados barcos sin piernas
que están aquí como tantos.

que no olvides el grito la jauría.

estoy desnuda entre los dedos de los árboles


hecha vidrio entre los dedos de los árboles y ellos
dentro de mí como saetas de hojas y de limo y de verde
lubricación de savia.

Elaine Vilar Madruga


35
Sakura

que no olvides el grito,


digo siempre
lo que arde.

36
Yo quería ser Shihiro

mi nombre bordado en la nada


un color turbio
el tramo del puente destruido en una avenida cubierta
de polvo.

allí encontré a los muertos


a la tortuga
a mis abuelos mis hijos mi perra.
encontré mi nombre
el lazo azul de la jauría que me uncía a los nidos.

yo era mi nombre.

mi cabeza unía al norte más allá del río con el sur.


el río se llevaba las palabras con una mueca inocente
se escondía entre las cosas.
sobre las aguas corrió el último tren entre pitazos
con mi nombre enredado en los raíles
como casi todo lo perdido.

Elaine Vilar Madruga


37
Sakura

Miyazaki in memoriam

esas cosas que amaba parecen haber envejecido.

mi casa rueda por el mundo


luciérnaga violada en la tumba del todo.

esas cosas que amaba sin dudas han envejecido


hasta mi amor envejece
cubierto por el moho de los sueños.

mi casa rueda por el mundo y yo ruedo tras ella


y los míos ruedan tras mis pasos
y detrás
casi invisible
rueda mi clan
sus despojos
lo que queda.

38
The artist is present

A Jaime Gómez Triana

soy
marina
abramović

mi madre me escupe las pestañas


cada mañana finge amarme
y me hunde su aorta de metal
yo finjo darme bofetadas frente al espejo
me tatúo la sangre
me crucifico sobre un óvalo
y vomito espuma rabia noche
soy un carnaval
de pequeñas marinas abramovic
desnudando en el MoMA
sus coronas de hierro
visto mi traje de ceros
mientras mi madre me escupe
maldice su ovario izquierdo
aquel que me incubó como un mendigo
va dándome bofetadas
quiere que esté viva
pero yo he renunciado a todo.

soy
marina abramović

Elaine Vilar Madruga


39
Sakura

pronto voy a parir al universo


las cosas bellas y las sucias
la putrefacción las cucharas de plástico
el asterisco parís la vía láctea
los establos los aurigas el cáncer de seno
la quimio
el hilo de oro las válvulas rotas munch
mi jaula
a mi madre no le importa
ella prefiere escupirme
decir vive
yo que he renunciado a tantas cosas.

vendo mi soledad como un performance.


degollo al tiempo
he llegado a ser 0 10 veces 0 1000 veces 0
y no me canso.

sobre una silla de madera del MoMA


estoy pariendo mi inocencia.

40
III
SAKURA

“Soy el viento que alienta sobre el mar…”


Canción del Bardo Avemergin

Elaine Vilar Madruga


41
Sakura

Una isla hecha de huesos

estar parada encima de los huesos de una isla


-una isla
hecha de huesos-
y buscar la carcoma el adagio el sonido lógico de lo
carnavalesco
eso que desaparece conmigo.

enlutar la mano que me dio de comer


oscilar a veces.

yo, y mis recuerdos de los nudos


yo, y mis bronquios, y el aguacero antiguo
que guardo en las botellas de mis padres
yo, y la inercia
yo, y el movimiento
y la estrella, y el ancla, lo que se hunde en mí.

hierven indigencias como moluscos


estar en todo en cada pedazo
y ver la calma de lo que es apenas
un anzuelo.

estar aquí y en cada parte


en el estrépito
es mi oficio quedarme en los jirones
abrazando esta página esta última línea de los versos.
ver que los demás se van sin la oposición a la palabra
que las calcomanías de los años son bandadas que
buscan asilo.

42
quedarme así atrozmente terminar la línea
dibujar el punto
finalizar la estrofa
quedarme
demasiados infinitivos para una
sola página.

Elaine Vilar Madruga


43
Sakura

Escudo de todas las cabezas

no son mis manos las que hablan


es el cansancio.

estoy parada encima de una fuente


sin nada más para cubrirme
que los pliegues de la noche
la huella
el hambre del pájaro dormido.

eso
todo eso
no son mis manos
ni la hoja filosa del aleph
óleo de las caras siempre iguales
trinidad de rostros
devorándome.

solo aquí llora la reina


y la noche
y el tigre
y yo

siempre desnudos.

44
Una leona muerta come y copula

“Y, como jóvenes leones, perseguíamos


a la Muerte de pelambre negra.”
Manifiesto del Futurismo, F.T. Marinetti.

los jóvenes leones persiguen a la muerte.


vienen sin tiempo
pierden
las debilidades entre los escombros.

yacen los siglos entre las codicias de las ballenas


que enmudecen
bajo el agua.

las fieras toman el polo opuesto que descompone


todo instante.
están desnudas
y escritas en las debilidades de la roca
se articulan en mi sangre
leones que persiguen a la muerte
desmelenada.

Elaine Vilar Madruga


45
Sakura

Timeline

a Lars von Triers

mi inocencia fue cayéndose a pedazos


la gente pasaba a mi lado y se llevaba un poco entre las
manos
flechas incrédulas que me arrancaban todo
mi inocencia era de polvo
estaba sucia de tantos años guardarla
la culpa llegó entre escupidas
trazos redondos que dormían en mi vientre
como el lienzo de argonautas
mi inocencia era solo el asombro de los rostros
que se hacían pedazos
algo venía cayéndose hace mucho
el tuétano del tiempo
perdido
mil veces perdido
avasallándome.

46
Flamboyán

atravesada por los pistilos


de la flor naranja de la muerte
espero la caída del árbol
el hacha
el sonido del fin.

el mundo arde
suda y tiembla
cuando llega el huracán
el trote de los vientos
la mano decapitadora.

caen
una a una
las flores/las hojas/la esperanza.
bajo el flamboyán
también mi cabeza

el otoño.

Elaine Vilar Madruga


47
Sakura

Ágora III

A mi abuelo, que todavía suspira estas palabras.

dividir mi ciudad en tres pedazos como quien rasga la carne,


la cicatriz,
lo muerto.

mi ciudad envuelta en los jirones de lo que algún día pudo


ser
de lo que todavía podrá ser
de lo que imagino.

ciudad-globo de nieve
ciudad-mapa
ciudad-postal que se vende entre las manos
ajenas
otros pasan con la transparencia encajada en los colmillos
los llaman héroes o víctimas o simple gente del pueblo
que intentan vivir como yo bajo las persianas de esta ciudad
sobre tantas cosas que recuerdo.

mi infancia mi silencio mi primer perro arrollado por un


auto
en una avenida sin nombre.

ciudad que sangra en las protestas y desfiles


ciudad-bandera roja
ciudad-luz
sombra.

48
A veces pensaba desnudarme

me ahogaba bajo tu bandera como un animal sin bron-


quios el agua penetraba cada milímetro
el agua mercenaria
el agua alarido
el agua mástil.

a veces pensaba desnudarme.

mi espera era un perro ensangrentado con las patas amar-


radas a un puente que se hundía
mi espera un coágulo de sangre
mi espera era una espada
rota en dos trozos
como un iceberg
o
el canal de Suez.

mi espera
esa línea angosta que dividía los mundos.

todavía me ahoga bajo su bandera.

a veces pensaba desnudarme


mientras
la vía láctea menstrúa una nata de estrellas
y
sus banderas me ponen a coser el tiempo,
silencioso.

Elaine Vilar Madruga


49
Sakura

Frida Kahlo se me parecía

frida kahlo se me parecía


era la gemela olvidada
en los montones de polvo de mis tazas
tenía más que yo y a veces menos
como los sueños que se atropellan
por salir de los baúles
frida kahlo se me parecía
le gustaba inyectarse los ojos
que me miraban desde un espejo
preguntándome si era ella
- si no era ella -
y qué hacía usando su copa dislocada
frida kahlo se me parecía
incluso parpadeaba como yo
- agotada, inconclusa, amante -
solía mirar a diego con mis ojos ensangrentados
le preguntaba por mi cuerpo
por las penetraciones de mar
por la fiebre que no cede al primer embate.
hablaba con diego de mis manuscritos de polvo
del polvo de mis tazas
de las tazas azules verdes rojas
- le gustaba inyectarse de color -
hasta que diego le escupía la mentira
frida kahlo era igual a mí
yo tampoco caminaba
me sentaba a horcajadas en las nubes
para contemplar la noche
y los niños muertos que gritan
en las calles muertas e innombrables
cantaba a la luz de los dientes del ocaso
pintaba ouijas y mares que no ceden y penetran

50
sobre el vientre madre de la tierra
yo vine a buscar la muerte
en los mismos tranvías donde ella halló la vida
pero solo me respondieron las bofetadas
los cántaros el desprecio
que hoy acuno por el mundo
frida kahlo se parecía a mí como un espejo.
mi cara, mi boca, mi destreza, mi lamento
mis escamas
mis aletas
mis agallas
mi nombre
mis monos
mis ataques de deudas
frida kahlo era igual a mí hasta en el miedo
en la marea
en los alientos de
medianoche
frida kahlo era igual a mí
por eso le mordí los ojos

Elaine Vilar Madruga


51
Sakura

Tigre, Tigre

“Tiger, Tiger, burning bright


In the forest of the night:
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?”
William Blake

mi tiempo es insignificante
tengo las botas heridas
la decadencia perversa del salitre
aferrándose
a la desnudez descalza de mis dioses
en tableros de carbón y de costumbre
suelo buscar lo que no es mío
aquello que no me devuelve
la línea anunciada por el fuego
el instante del tiempo
en que vine a destejer mi pena
con una ruta anónima
esta hambre desgarrada
me lava con sus reproches
la honda anuncia la piedra
el abrigo del tedio cubre mis llagas
mientras otros no alzan su nombre
esta perversidad mía viene seguro con las aguas
se erosiona con la arena
busca la ignorancia de las hambres
fiera que no soy fiera que finjo
fiera que convierto en parte mía
un cuarto de mí la doceava porción de mi seno la mitad
aferrada a lo que soy

52
II

irónico el vacío que no queda en la mordida de mi madre


asomadas en el espejo
las dos bailamos
con la cabeza sumergida en tinta
nadie sabe cuál reflejo es el de ella/ cuál el mío.
ni mi madre ni yo lo conocemos
hemos olvidado las derrotas
el ABC de las derrotas en que anclamos el tiempo
mi madre y yo fingimos ser raras
casi intangibles
todo forma parte del todo
sangramos extrañas

III

el nido de mi hambre me guillotina


ya cayó mi cabeza
luego caerán mis manos y mis piernas
al cabo de un rato
me cortarán completa
en trozos como espejos
llevarán mi cuerpo a cada entrada de ciudad
para espantar a las moscas de la noche
soy una colmena
la resignación me confunde
soy ingenua una planta de manos espléndidas
soy la brutalidad del refugio
en que vine a destrozar mi audacia
pero sin manos/ sin piernas/ sin cuerpo
-sin cabeza-
no puedo hacer más
que abrir los ojos

Elaine Vilar Madruga


53
Sakura

y ver
los hombres pasan por las calles
se tragan mi cuerpo y observan
la guillotina está también en sus miradas
dios me busca desde los ojos de los hombres
y humedece cada una de mis decadencias
mis pedazos
la mitad de mi declive
audacia inagotable
aferrada a las ubres del tiempo

IV

tragué toda la leche que el abismo ponía en mi boca


me daba miedo mirar hacia abajo
me daba miedo tragar
pero lo hice todo
hice lo que me pidieron
la mano de dios estaba en mi barbilla
mi perra tenía cuatro años tres meses y dieciséis horas
de nacida
mi madre tenía cada pedazo del tiempo agarrado a los
pulmones
no podía respirar
yo había perdido la cuenta pero me sentía vieja
infinitamente vieja
como un naufragio

contábamos los pedazos


uno dos y tres
cada vez que recogíamos un trozo de agua
el Tigre nos miraba
desde la oscura clarividencia de los traidores

54
el Tigre nos miraba
yo sentía miedo
era el tiempo ese en que todos podemos tener miedo
llevaba la soga aferrada entre las manos
y el Tigre abría su garganta de oro
la terrible simetría de su canto
Tigre Tigre Tigre/ Tiger Tiger Tiger
dónde ocultas la remota verdad del nombre
dónde ocultas mi nombre
dónde me ocultas
dónde pusiste mi cabeza.

Elaine Vilar Madruga


55
Sakura

Argos

el agua el polvo el barro


todo es lo mismo
la raíz el árbol la paciencia
la muerte la distancia el diente de perro
la orilla el puente el cuerpo
la mano la lengua la vagina dentada
el miedo la oscuridad
tanto
enumerar palabras fobias solicitudes de viaje
encima del mundo observo la isla desdibujada en el mapa
el agua el polvo el barro
tristeza de ver pasar todo bajo mi cuerpo
como un dibujo sin formas ni final
la maldita suerte de la nave
mi isla argos hundida hasta el fondo
mi isla
argos
mi isla
la barca inabordable el vino amargo y la paciencia
argos
que aún flotas entre tablas y naufragios
desnuda entre tantos cuerpos
que no entendieron no escucharon no responden
aún después de todo

56
Atrida

sodomizo al tiempo su cuerpo redondo entre mis brazos


recordándome que no existen profundidades más allá
estar enterrada en la arena acostada entre las líneas
dividida
mi eternidad ha probado su peso en las espaldas
carga dura entre mis cosas y el silencio

II

hoy me han servido al mundo en un plato hon-


do probé al mundo y su sabor era agrio y muerte
polvo y vidrio.
hoy me han servido al mundo en un plato hondo
tan profundo que apenas podía ver hasta dónde y cuán-
do y por qué existía quiero comerlo pero no me atrevo
a mil pies del altura es como masticar las manos de dios
y de la hýbris a mil pies de altura prefiero cerrar los
ojos contenerme
no es aún la hora de masticarlo de probar las hebras
es mejor esperar las moscas

III

a alguien le preocupa que escuche aquello que no quiero


me obligan en la copa de los árboles alguien me espe-
ra el desconocido con su rostro más hermoso que los
nombres pero no puedo verlo

no quiero escuchar
me obligan

Elaine Vilar Madruga


57
Sakura

IV

he cazado lo que nadie más supo los jirones del bosque


se abrían como llagas
un profeta anda entre los pies del tiempo vuela vuela
vuela el toro tinto en sangre.

respirar el aire después del aire paradoja


respirar el aire después del aire en la cárcel del aire que se
acaba

VI

estás una vez y otra y una más y ya no tardo en


definir los pormenores
en la orilla del río se inclinan
en la orilla del río beben hacen las tiendas comen
en la orilla del río tiemblan danzan mueren
en la orilla del río todos.
del otro lado está el pájaro la garra

VII

corazón máquina lo profundo en el verbo


la palabra piedra palabra piedra selva piedra
coraje
mi corazón máquina pedazos que no pude guardar en
lo desnudo

58
VIII

piensa mujer en las costumbres de la estepa las bárbaras


manías del otoño
hoy la primavera ha abierto una zanja roja
brecha de venas por donde fluye el mundo agonizante

Elaine Vilar Madruga


59
Sakura

Rimbaud es una amapola de hierro


“…Fluyen circularmente hacia el este, /
Hacia los pilares del bosque…”
Marina, Arthur Rimbaud

rimbaud susurra en mis oídos el nombre de este poema


dicta
me manda poner orden en las tildes
el reflejo de oro en las sílabas
no quiere que encuentre la palabra
susurra
aúlla
quiere apoderarse de mi cuerpo
yo trato de escapar inútilmente
rimbaud me encuentra cada vez que intento buscar un
refugio
conoce de mí el eco la huella
rimbaud es una amapola de hierro
el bulbo rojo
el trino
atrapa mi nombre entre sus dedos y lo exprime como un
insecto
quiere cantar
se duerme
abre la jaula y me susurra el verso
yo corro sobre el bosque
con mis manos de niebla

60
Sakura

cada vez que amanezco deprimida tengo ganas de comer


mi corazón no simplemente como otros suelen comer
sus corazones ante la imposibilidad de conocer las cosas
sencillas del kósmos la naturaleza o el tiempo sino a
mi manera de un modo distinto masticar prim-
ero las válvulas luego la masa informe de carne y solo
después las arterias sentir el pum pum de los lati-
dos contra mis encías un golpe de tinta roja los grumos
de sangre y el pum pum insoportable de vez en cuando
admito que es cierto muchos saben comer su corazón con
tenedores de plata con artilugios mecánicos sacados de las
películas de ciencia ficción pero yo lo hago como una cuestión
de orden estético como un cuadro prerrafaelista o un verso
de verlaine nadie entiende por qué mi corazón es el
escogido entre tantas cosas tan o más vitales yo respondo
no sé mis depresiones son anónimas películas de ciencia fic-
ción un cuadro de rosetti mi corazón es un verso simbolista
mi corazón rojo sin nombre
un ruido desnudo
mi corazón la máquina

Elaine Vilar Madruga


61
Sakura

62
Índice

I Heroica del Tiempo

El Mundo 10
El Nuevo Mundo 11
Eleusis 12
Hybris 13
Intemporal 15
Pterodáctilo 17
Hamlet’s Speech 18
Aquello que pudo pasar... 19
Mientras veo la caída de Pompeya 20
Midas no escuches, caza 21
Vergüenza 23

II Inside

Aguja 26
Croatan/Explication/Inside me 28
Ariádnicas II 29
Trocitos 31
Todos querían tomarse una foto conmigo 33
Que no olvides 35
Yo quería ser Shihiro 37
Miyasaki in memorian 38
The artist is present 39

III Sakura

Una isla hecha de huesos 42


Escudo de todas las cabezas 44
Una leona muerta come y copula 45
Timeline 46
Flamboyán 47

Elaine Vilar Madruga


63
Sakura

Ágora III 48
A veces pensaba desnudarme 49
Frida Khalo se me parecía 50
Tigre, Tigre 52
Argos 56
Atrida 57
Rimbaud es una amapola de hierro 60
Sakura 61

64

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