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SUPERINTENDENCIA DE BANCOS
SUPERINTENDENCIA DE BANCOS
Es entonces cuando surgen instituciones de crédito con las características de bancos comerciales,
bajo la supervisión y control de la Secretaría de Estado de Hacienda y Comercio, denominada
hoy Ministerio de Hacienda, la cual disponía de interventores nombrados por el Poder Ejecutivo
en cada banco para ejercer su control.
El año 1947 marcó la transformación del Sistema Financiero Dominicano con la creación de la
Unidad Monetaria Dominicana, el Banco Central y la Superintendencia de Bancos. Esta última,
bajo la Ley No. 1530 del 9 de octubre del 1947, que estableció que la aplicación y
administración del régimen legal de los bancos estará a cargo de la Superintendencia de Bancos,
bajo la dependencia de la Secretaria de Estado del Tesoro y Crédito Público, hoy Ministerio de
Hacienda creando así, los cimientos para la supervisión y regulación del Sistema Financiero
Dominicano.
En 1965 la Ley No. 1530, que dio origen a la Superintendencia de Bancos, fue modificada y
sustituida por la Ley No. 708, Ley General de Bancos, del 14 de abril del 1965. Posteriormente,
el 3 de febrero de 1967, mediante decreto del Poder Ejecutivo, se dictó el Reglamento No. 934,
“Reglamento Interior de la Superintendencia de Bancos”, en cuyo contenido se establecieron las
funciones del superintendente de Bancos y la organización general de la Superintendencia de
Bancos, así como la estructura organizativa formal.
BANCO CENTRAL
El banco central posee dos funciones muy importantes dentro del sistema económico de un país.
La primera economía es preservar el valor de la moneda y mantener la estabilidad de precios, y
para ello su principal herramienta es el manejo de las tasas de interés.1 Cuando se utilizaba
el patrón oro, el valor de los billetes emitidos por los bancos centrales estaba expresado en
términos del contenido de ese metal, o eventualmente de algún otro, que el banco trataba de
mantener en ciertos niveles a través del tiempo.
La segunda es mantener la estabilidad del sistema financiero, ya que el banco central es el banco
de los bancos, sus clientes no son personas comunes y corrientes o empresas particulares, así
como el Estado1 y los bancos estatales o privados existentes dentro del territorio de la nación a la
cual pertenece. El banco central toma los depósitos de sus clientes y los guarda en cuentas que
estos tienen en él. Con dichas cuentas los clientes realizan transacciones con otros bancos a
través de los sistemas de pagos y compensación2 (SNCE, TARGET2), al igual que un particular
en un banco comercial utiliza su cuenta para realizar transacciones con otro particular. A su vez,
el banco central también otorga préstamos a bancos con dificultades de liquidez,1 o incluso a
otros Estados.
Los bancos centrales se constituyen en