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• Es la causa eficiente del matrimonio. Interesa a ambas partes, como ministros (en
el concepto occidental) o como sujetos del matrimonio. Sin el intercambio del
consenso no tiene lugar el sacramento (cf. CCC 1626; CIC 1057§1). «Por tanto,
entre bautizados, no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por eso
EL CONSENTIMIENTO
Yo, Juan, te quiero a ti, María, como esposa, y me entrego a ti, y prometo serte fiel, en
las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
Yo, María, te quiero a ti, Juan, como esposo, y me entrego a ti, y prometo serte fiel, en
las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
Existen también otras dos fórmulas que expresan mediante un diálogo, una entre los
contrayentes y otra donde éstos responden a las preguntas del sacerdote, expresando el
mismo consentimiento.
En muchas iglesias católicas orientales, y en las iglesias
ortodoxas y antiguas del oriente, la bendición impartida
por el sacerdote durante la coronación de los esposos
La forma sacramental del
constituye la forma. De todos modos, el consenso
matrimonio conduce a la idea
recíproco de las partes constituye la base necesaria para
de la forma canónica del
que el sacerdote dé la bendición. En lo referente a esta
mismo sacramento, celebrado
coronación, San Juan Crisóstomo comentó: «Las coronas
por las partes en presencia del
son colocadas sobre la cabeza de los esposos como
ministro de la Iglesia y de dos
símbolo de su victoria, porque han llegado al puerto del
testigos; la Iglesia tiene el
matrimonio, sin ser conquistados por la lujuria». Para el
poder de determinar esta
esposo, el sacerdote dice: «El siervo de Dios, Demetrio,
forma. Por lo tanto, la forma
recibe como corona a la sierva de Dios Anastasia, en el
canónica y la litúrgica están
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Para la
enlazadas.
esposa, el sacerdote dice: «La sierva de Dios, Anastasia,
recibe como corona al siervo de Dios Demetrio, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».
MINISTROS
RITO LATINO
Antes del Concilio de Trento, se permitían los matrimonios clandestinos, que eran
celebrados por la misma pareja, sin la presencia de una comunidad de la Iglesia y, por
lo tanto, sin la asistencia del sacerdote. Esto terminó con el Decreto Tametsi del
Concilio de Trento que declaró válidos los matrimonios clandestinos del pasado, pero
fueron deplorados y prohibidos en adelante: si alguien los contrayera sin un sacerdote y
dos testigos, lo haría inválidamente.
Trento no definió nunca la materia y la forma del matrimonio, ni quién era el ministro.
En algunas partes de Europa, el Decreto Tametsi no fue promulgado y, por ello, en estas
regiones, la expresión del consentimiento matrimonial estaba gobernada sólo por la ley
natural. A menudo la vida común de marido y mujer después del noviazgo fue vista
como suficiente para comunicar el consentimiento matrimonial. Al fin, en 1907, bajo
San Pío X, «la obligación de contraer matrimonio según la forma canónica fue
extendida a toda la Iglesia».
La mayoría de los teólogos de rito latino El ritual romano de 1614, empleado hasta la
creían que los esposos eran los ministros del renovación de la liturgia después del Concilio
sacramento del matrimonio. El teólogo Vaticano II, subrayó el papel del sacerdote en
dominico Melchor Cano (s. XVI) pensó que el la celebración del matrimonio. Después que
contrato matrimonial era la materia del la pareja expresaba su consentimiento, el
sacramento, mientras que la forma era la celebrante pronunciaba las palabras: «Yo los
bendición dada por el sacerdote. Su enfoque uno en matrimonio en el nombre del Padre, y
era defectuoso, porque separaba el contrato del Hijo y del Espíritu Santo». No obstante
del sacramento del matrimonio. esto, como lo formuló el Papa Pío XII, el
En el siglo XVII, algunos teólogos galicanos y concepto occidental era que las partes
josefinistas, que deseaban reforzar el rol del contrayentes del matrimonio se
Estado en relación al matrimonio, administraban la gracia el uno a la otra. Esto
propusieron que el signo externo del está reiterado en el Catecismo: «Según la
matrimonio se encontraría en la bendición tradición latina, los esposos, como ministros
sacerdotal. Para estos teólogos, el contrato de la gracia de Cristo, manifestando su
matrimonial era un mero requisito para el consentimiento ante la Iglesia, se confieren
sacramento, y por eso podía ser relegado a mutuamente el sacramento del matrimonio»
las autoridades estatales. (CCC 1623).
«Si no hay alguien que sea competente
conforme al derecho para asistir al
matrimonio, o no se puede acudir a él sin
grave dificultad, quienes pretenden
contraer verdadero matrimonio pueden
En peligro de muerte se puede celebrar el
hacerlo válida y lícitamente estando
matrimonio con la presencia sólo de los
presentes sólo los testigos:
testigos que no son clérigos, bajo las
siguientes condiciones:
1. en peligro de muerte;
2. fuera de peligro de muerte, con tal de
que se prevea prudentemente que esa
situación va a prolongarse durante un
mes».
CIC 1116
o San Ignacio de Antioquía: el matrimonio debería ser contraído con el
consentimiento del obispo y debería tener lugar sólo en su presencia.
o San Ambrosio: el matrimonio debería haber sido santificado por
medio del velo y de la bendición sacerdotal.
o De aquí se desprende que en la tradición de las iglesias orientales, los
sacerdotes, obispos o presbíteros, son testigos del recíproco
RITOS ORIENTALES