IESE

Universidad de Navarra
Barcelona-Madrid

0-100-028
CE-21
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CAFETERIA JARDIN - EJERCICIO

A finales del año 2001, el matrimonio Suárez, que hasta entonces trabajaba en dos
restaurantes distintos, decidió establecerse por cuenta propia. La casualidad hizo que muy
pronto encontraran lo que buscaban. Una nueva e importante superficie comercial, Sucosa,
iba a inaugurarse el 1 de enero del año 2002. Entre sus servicios figuraba la Cafetería Jardín,
cuyo arriendo Sucosa ofrecía de acuerdo con las condiciones que se resumen en el párrafo
siguiente.

El arrendatario debía comprar por su cuenta el equipo y mobiliario de la cafetería,

que lógicamente permanecía de su propiedad. Sucosa aportaba el local, la calefacción, la luz
y el agua, y el arrendatario pagaba mensualmente a Sucosa, en concepto de alquiler, un
porcentaje de los cobros ordinarios. El contrato de alquiler se renovaba indefinidamente,
salvo que una de las dos partes lo denunciara, avisando con un mínimo de tres meses de
antelación.

Sucosa había firmado un primer contrato con Emilio Ramírez a primeros de

diciembre de 2001, pero circunstancias familiares le obligaron a renunciar al proyecto. Era
amigo de los Súarez, lo que le llevó a proponerles negociar el traspaso de su contrato, con el
visto bueno de Sucosa, que ya se lo había concedido.

Ramírez expuso ampliamente su visión del futuro del negocio y, entre otras cosas,
les informó que había pagado el 15 de diciembre de 2001, por la compra e instalación del
equipo y del mobiliario, un total de 32.000 euros, aportando las facturas correspondientes.
Los Suárez comprobaron que equipo y mobiliario estaban ya en condiciones de prestar
servicio el día de la inauguración, 1 de enero de 2002.

Ejercicio de la División de Investigación del IESE.

Preparado por el profesor Fernando Pereira. Junio de 2000.

Copyright © 2000, IESE.

Prohibida la reproducción, total o parcial, sin autorización escrita del IESE.

Ultima edición: 16/7/01

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Los Suárez y Ramírez llegaron rápidamente a un acuerdo, que supuso el pago de

40.000 euros de los primeros al segundo, el 31 de diciembre de 2001. Por otra parte, y en esa
misma fecha, los Suárez transfirieron, de su cuenta bancaria personal, 1.200 euros a una
nueva cuenta abierta a nombre de Cafetería Jardín.

A los muy pocos días de trabajo, Suárez concluyó que precisaba una cocina de
mayor capacidad que la existente. Vendió ésta en 5.200 euros (su coste estaba contabilizado
en 4.400 euros, incluidos en el total de 32.000 mencionados anteriormente), comprando una
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nueva por la que pagó 6.800 euros y otros 600 euros suplementarios de instalación.

El 1 de julio, los Suárez firmaron un préstamo de 10.000 euros con una caja de ahorros,
que debían devolver en su totalidad dos años más tarde, a un 10% de interés anual. Los intereses
debían pagarse al finalizar cada uno de los dos años de duración del préstamo.

El 31 de diciembre del año 2002, los Suárez decidieron elaborar los estados
contables correspondientes al primer año de funcionamiento de su negocio. Para ello
recogieron la información que se cita a continuación.

De las cajas registradoras y talonarios de cheques, obtuvieron las siguientes cifras:

Cobros año 2002:

Clientes 82.000
Venta de la cocina 5.200
Préstamo 10.000
––––––
Total 97.200

Pagos año 2002:

Sueldos 8.000
Proveedores 44.000
Póliza de seguros, concertada el
30-6-2002 y válida durante un año 1.200
Alquiler de enero a noviembre 12.000
Nueva cocina 6.800
Instalación cocina nueva 600
Varios 300
Beneficios retirados («dividendos») 2.000
––––––
Total 74.900

El 31 de diciembre, los Suárez cuantificaron el coste de las existencias de primeras

materias en 800 euros. Comprobaron también que había dos facturas pendientes de pago: la
de la carne del mes de diciembre, 900 euros, y la del alquiler de diciembre, 1.800 euros.

Por otro lado, a finales del año 2002, los Suárez habían puesto a la venta lo que
llamaron talonarios de cupones. Cada talonario se vendía a 27 euros, y daba derecho a un
consumo de comidas por 30 euros a los precios que figuraban en la carta. Al 31 de diciembre se
habían vendido 150 talonarios, por un total de 4.050 euros (incluidos en los 82.000 indicados
anteriormente). En esa misma fecha se habían empleado para el pago de comidas el equivalente
a 110 talonarios, quedando por tanto 40 talonarios pendientes de utilización.