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SALA CONSTITUCIONAL
Magistrada Ponente: LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

Expediente N° 05-0772

           
Mediante Oficio N° 297-05 del 7 de abril de 2005, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Anzoátegui, remitió a esta Sala Constitucional, el expediente contentivo de la acción de
amparo constitucional ejercida por la ciudadana ANA ISABEL MAITA, titular de la cédula de identidad
N° 9.821.887, asistida por la abogada Isabel Cristina Castillo, inscrita en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo el N° 63.128, contra la decisión dictada el 11 de octubre de 2004, por el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio de dicho Circuito Judicial Penal, por la
violación de sus derechos constitucionales a la defensa y al debido proceso, derivada de la incompetencia
de dicho Juez. 

Tal remisión se efectuó en virtud de la consulta de ley prevista en el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, a la cual se encuentra sometido el
fallo dictado el 29 de marzo de 2005 por la referida Corte de Apelaciones, que declaró con lugar el
amparo ejercido. 

En virtud de la reconstitución de la Sala y elegida su nueva Directiva, esta Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia quedó integrada de la siguiente manera:
Magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, Presidenta; Magistrado Jesús Eduardo Cabrera
Romero, Vicepresidente y los Magistrados Pedro Rafael Rondón Haaz, Luis Velázquez Alvaray,
Francisco Antonio Carrasquero López, Marcos Tulio Dugarte Padrón y Arcadio de Jesús
Delgado Rosales.

El 20 de abril de 2005, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la Magistrada Luisa Estella
Morales Lamuño, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.

ANTECEDENTES

El 10 de enero de 2005, la ciudadana Ana Isabel Maita, asistida por la abogada Isabel Cristina
Castillo, interpuso ante la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos del Circuito Judicial Penal
de Barcelona, Estado Anzoátegui, la presente acción de amparo constitucional, contra el fallo dictado el
11 de octubre de 2004, por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui. 

El 17 de enero de 2005, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Anzoátegui, ordenó la corrección de la solicitud presentada. 
El 9 de febrero de 2005, la accionante presentó escrito correspondiente a la corrección solicitada. 

El 10 de febrero de 2005, la referida Corte de Apelaciones admitió la acción de amparo


constitucional, acordando librar boletas de notificación a la parte accionada y a la representación del
Ministerio Público. 

El 15 de marzo de 2005, se celebró la audiencia constitucional, dejándose constancia de la


presencia de la parte accionante y, de la no comparecencia de la parte accionada, del tercero interesado ni
de la representación fiscal, a pesar de haber sido notificados. En esa oportunidad se dictó el dispositivo
del fallo, declarándose con lugar la acción de amparo constitucional ejercida.

El 29 de marzo de 2005, se publicó el texto íntegro del fallo.

El 7 de abril de 2005, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui,
en la oportunidad legal correspondiente, remitió a esta Sala Constitucional el expediente contentivo de la
presente acción de amparo constitucional, en virtud de la consulta prevista en el artículo 35 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.

II

DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL

El 10 de enero de 2005, la ciudadana Ana Isabel Maita, debidamente asistida, interpuso la


presente acción de amparo constitucional con fundamento en los siguientes argumentos de hecho y de
derecho: 

Que “(…) incurre en un error de derecho el Tribunal de Juicio N° 01 del Circuito Judicial


Penal del Estado Anzoátegui, extensión El Tigre, en su decisión fechada 11 de octubre de 2004
(…)” pues a su decir “(…) de acuerdo con lo plasmado en la doctrina vinculante establecida por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (…) y lo preceptuado por el legislador patrio adjetivo
en el último aparte del artículo 196 del COPP (sic), cuando una solicitud de nulidad es denegada
mediante un fallo interlocutorio que no le ponga fin al proceso, legalmente no es procedente interponer
el Recurso de Apelación (…)” (Subrayado de la accionante).

Que “(…) incurre en otro error de derecho el nombrado Tribunal de Primera Instancia (…)


pues la inhibición es la abstención voluntaria del funcionario en el conocimiento de la causa, la cual
forma parte de su conciencia (…), y si bien es cierto (…) no se encuentra sujeto a declararla a solicitud
de parte (…), no es menos verídico que si éstos pretenden la inhabilitación del juez para conocer (…),
disponen de mecanismos que el ordenamiento le otorga (…) y debido a ello la conducta de la Jueza en
relación al hecho de haber decidido y luego proceder a inhibirse, no debió ser censurable
(…)” (Subrayado de la accionante). 

Que “(…) una vez propuesta la inhibición (sic) o recusación (…), el conocimiento de la causa
pasará de forma inmediata al conocimiento de otro Tribunal de la misma categoría, y en su defecto, a
quien deba suplirlo conforme a la ley, y es sólo cuando el juez inhibido o recusado actúa (…), a pesar
de estar legalmente impedido, es que su conducta pudiera ser censurada y sancionada, y no es
precisamente el tribunal cuya decisión se objeta a través de la presente demanda de amparo
constitucional, el competente en razón de la materia para así hacerlo, como en efecto sucedió
(…)” (Subrayado de la accionante). 

Que “(…) nos encontramos frente a la ‘presunta’ violación del debido proceso y del derecho de
defensa (…), y siendo más precisa, para la data 11-10-04, en el Juzgado Primero de Primera Instancia
en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui (…), al dictarse una decisión
donde se subvirtió el orden procesal y no se garantizó la tutela judicial efectiva, y ello sucedió así, no
sólo en el (sic) dicho fallo interlocutorio sin fuerza de definitiva, sino con las actuaciones cumplidas
subsiguientemente; y debido a todo ello, es por lo que con el debido acatamiento y muy respetuosamente
ocurro por ante su competente y digna autoridad a demandar el correspondiente Amparo Constitucional,
a fin de que luego de admitida la presente pretensión, de agotado el juicio correspondiente cumpliendo
con el debido proceso, se dicte la sentencia mediante la cual se restituyan los principios constitucionales
denunciados como violados. En ese mismo orden de ideas y visto que en el caso de autos, está próximo a
celebrarse (el martes 11-01-05) la Audiencia Oral, para debatir sobre la admisión de la proposición de
pruebas realizada por la parte acusada, y que fuera el resultado de la decisión contra la cual se acciona
(…), pido se ordene la paralización del recurso del proceso que como asunto principal (…) se ventila
actualmente por ante el Juzgado Primero de Primera Instancia en Función de Juicio del Circuito
Judicial Penal del Estado Anzoátegui-Extensión El Tigre (…)”. 

III

DEL FALLO CONSULTADO 

El 29 de marzo de 2005, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Anzoátegui, declaró con lugar la presente acción de amparo constitucional, en base a lo siguiente:

“(…) Como principio general del derecho, es harto sabido que las decisiones judiciales no
pueden ser revocadas, ni modificadas por el mismo Tribunal que las dictó o por un tribunal de
igual categoría, salvo que se trate de autos de mero trámite o de sustanciación, en los cuales es
plausible la aplicación del instituto conocido como contrario imperio, a través del ejercicio del
recurso de revocación previsto en el artículo 444 del Código Orgánico Procesal Penal o en su
defecto mediante la aplicación de la rectificación contenida en el artículo 443 eiusdem, a los
autos o sentencias, pero con la condición sine qua non que no influya sobre la parte dispositiva
del fallo, vale decir, está destinada a la corrección de errores materiales contenidas en ellos.

Así las cosas, conviene a los efectos de la seguridad jurídica analizar la naturaleza jurídica de la
decisión asumida por el Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Juicio N° 02 del
Circuito Judicial Penal del Estando Anzoátegui, Extensión El Tigre, que declarara sin lugar la
solicitud de la defensa de incorporar adicionalmente como pruebas las resultas de diligencias de
investigación que corren insertas al expediente; la cual fuera posteriormente anulada a solicitud
de la defensa del Imputado por el Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Juicio N° 01,
con el argumento que la juez una vez, producida la decisión, se inhibe por mantener lazos de
amistad con la víctima.

(…) Ahora bien, la decisión mediante la cual se negó la incorporación adicional de pruebas,
como en el caso subiudice debe hacerse mediante auto fundado, tal como lo establece el artículo
173 en comento, puesto que esta es una decisión que si bien no atañe al fondo de la causa, sí
influye sobre él; toda vez que en la incorporación y consecuente resultado de los medios de
prueba se encuentra básicamente el futuro de la decisión definitiva de la causa, amén de que
atañe directamente al derecho de las partes de proponer cuanto medio de prueba sea pertinente
y legal para hacer valer su derecho, de manera que a juicio de quien aquí decide, no es válido
concebir que esa decisión es un auto de mero trámite, que permita su anulación por el mismo u
otro tribunal de la misma categoría; antes, debe decidirse sobre el mismo por auto fundado,
donde el juzgador está en la obligación de manifestarle a las partes concreta y claramente
porque (sic) la acuerda o por el contrario porque (sic) la niega, lo cual traspasa los límites de lo
que puede ser resuelto por la vía de anulación de autos de Tribunales de la misma instancia,
puesto que evidentemente no se trata de actos de mera sustanciación, sino por el contrario, es
una decisión capaz de afectar los derechos de las partes involucradas en el proceso.

(…) Al revisar la norma prevista en el artículo 195 del Código Orgánico Procesal Penal,
conseguimos que si bien las nulidades absolutas pueden declararse en cualquier estado y grado
de la causa a petición de parte o de oficio, ello en modo alguno implica que un tribunal de la
misma categoría o instancia pueda revisar y anular las decisiones producidas por su homólogo,
puesto que esto es violatorio a la estructura organizativa del sistema de justicia que prevé que la
misma se administre en dos (2) instancias, a fin de asegurar a las partes una tutela judicial
efectiva (…).

(…) si bien la norma procesal no señala expresamente que la nulidad deba ser resuelta por un
tribunal superior, la misma debe ser llevada a la instancia superior quien decretará la nulidad
mediante cualquiera de los trámites procesales de impugnación que establece la ley, léase,
apelación, amparo constitucional, casación, etc., lógicamente cuando la nulidad solicitada
recaiga sobre alguna actuación judicial, reflejando así como el juez natural para conocer sobre
las denuncias de nulidades recaídas sobre decisiones judiciales es el superior jerárquico
correspondiente, so pena de nulidad de la decisión que revise la primitiva, por violación además
del derecho a ser juzgado por los jueces naturales (…).

Ahora bien, en conclusión se establece que la Juez de Primera Instancia en lo Penal en


Funciones de Juicio N° 01 del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, Extensión El
Tigre, cuando revisión (sic) y anuló el auto emanado del Tribunal de Juicio N° 02 de este mismo
Circuito Judicial Penal, actúo fuera de su competencia, toda vez que a quien correspondía en
todo caso conocer sobre la pretendida nulidad, es a esta Corte de Apelaciones, como superior
jerárquico, atendida la estructura organizativa del Poder Judicial (…), lo cual afecta de nulidad
absoluta la decisión impugnada, emanada del susodicho Tribunal de Juicio N° 01, pues la misma
fue tomada en contravención a las formas y condiciones establecidas en la (…) normativa
constitucional, en perfecta armonía con los artículos 531 del Código Orgánico Procesal Penal e
inciso D, del numeral 1 del artículo 69 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
consecuencialmente, no se impartió tutela judicial efectiva (…).

En conclusión (…) en el presente caso se pone de manifiesto el derecho que asiste al justiciable
de obtener reparación por error judicial, establecido en el numeral 8 del artículo 49
Constitucional, toda vez que el referido derecho está consagrado como parte de la garantía al
debido proceso.

En este sentido, lo correcto y ajustado a derecho es a tenor del artículo 4 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales en concordancia con el artículo 49
numeral 8 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, declarar con lugar la
acción de amparo constitucional incoada contra la decisión de fecha 11 de octubre de 2004
emitida por el Tribunal de Juicio N° 01 del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, en
razón de que fue tomada por un juez actuando fuera de su competencia, ya que anuló una
decisión producida por otro Tribunal de la misma instancia, lo cual es contrario a la lógica, a la
estructura organizativa del poder judicial y en definitiva al principio de la doble instancia;
consecuencialmente, se anula la decisión accionada y todos los actos procesales subsiguientes
que se relacionen con la misma, es decir, convocatoria a audiencia para admitir las pruebas
complementarias ofertadas por el defensor del imputado y la admisión de las mismas en caso de
haberse producido, ya que sobre ello versó la decisión anulada (…).

Por otra parte, se le recuerda a la ciudadana Miriam Aguirre Arcia, el deber moral y legal que
tiene el juez de inhibirse cuando conozca la existencia de una causa legal que comprometa su
imparcialidad, ya que su inhibición no se debió a una causa sobrevenida a la decisión adoptada,
sino que la impulsó su amistad con la víctima, quien tiene la condición de tal desde el momento
de iniciarse la investigación y que nació desde su llegada a la ciudad de El Tigre del Estado
Anzoátegui.

Conviene hacer extensivo el recordatorio a la víctima, puesto que las partes tienen la obligación
de litigar con probidad y buena fe, de conformidad con lo previsto en el artículo 102 del Código
Orgánico Procesal Penal, el cual está dirigido a todas las partes que participan en el proceso,
puesto que la misma razón que tuvo la juez para inhibirse, la tuvo la víctima para recusarla,
habida cuenta que la amistad que existe entre ustedes no le da garantía de un juez imparcial, por
ende a ninguna de las dos (juez-víctima) le está dado el derecho de burlar la buena fe de los
otros litigantes ni la transparencia de la justicia (…)”.

  

IV

DE LA COMPETENCIA

En primer lugar, debe esta Alzada pronunciarse sobre la competencia para conocer de la presente
consulta, y al respecto observa que en virtud de lo dispuesto en la sentencia de esta Sala Nº 1 del 20 de
enero de 2000, caso: “Emery Mata Millán”, la cual resulta aplicable conforme a lo dispuesto en la
Disposición Derogatoria, Transitoria y Final, letra b) de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
de la República Bolivariana de Venezuela, y a tenor de lo establecido en el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, resulta necesario reiterar que le
corresponde a esta Sala Constitucional conocer las apelaciones y consultas de las sentencias provenientes
de los Juzgados o Tribunales Superiores de la República -salvo los Contencioso Administrativos-, las
Cortes de lo Contencioso Administrativo, y las Cortes de Apelaciones en lo Penal, en tanto su
conocimiento no estuviere atribuido a otro Tribunal, cuando ellos conozcan la acción de amparo en
primera instancia.

 
En el presente caso, se somete al conocimiento de la Sala la consulta de una sentencia
emanada de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, que
conoció de una acción de amparo constitucional interpuesta contra un Juzgado de Primera
Instancia en Función de Juicio de ese mismo Circuito Judicial, motivo por el cual, esta Sala,
congruente con el fallo mencionado ut supra, se declara competente para resolver la presente
consulta, y así se decide. 
V

MOTIVACIÓN

Visto lo anterior, pasa esta Sala a decidir la presente consulta, y al respecto observa lo siguiente:

En este sentido, advierte esta Sala que a decir de la accionante la presente acción de amparo
constitucional es ejercida contra la decisión dictada el 11 de octubre de 2004, por el Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, por
la violación de sus derechos constitucionales a la defensa y al debido proceso, consagrados en la
Carta Magna, pues a su decir, dicho Juzgado era incompetente para conocer de la solicitud de nulidad
propuesta que concluyó con la referida decisión. 

Ahora bien, se observa que las violaciones denunciadas tuvieron lugar en el proceso penal que se
le sigue al ciudadano Pedro Miguel Medina Maita, por la comisión del delito de homicidio intencional y
lesiones graves, adelantado por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Penal en Función de
Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui.

Ello así, en el marco de dicho proceso, la representación judicial del referido ciudadano solicitó la
incorporación como pruebas de las resultas de las diligencias de investigación, así como la promoción de
declaraciones testificales, experticias y declaraciones de expertos.

Así las cosas, el 30 de abril de 2004, el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Penal en
Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, dictó auto razonado donde negó la
solicitud presentada, decisión de la cual -a decir de la parte solicitante-, fue notificada el 12 de mayo de
2004; sin embargo, el 10 de mayo de 2004, la Juez de dicho despacho ya había suscrito acta de inhibición,
de conformidad con lo establecido en el artículo 86 ordinal 4° del Código Orgánico Procesal Penal
(amistad manifiesta).

Vista tal inhibición, se remitieron las actuaciones al Juzgado Primero de Primera Instancia en lo
Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui.

Luego, la representación judicial del ciudadano Pedro Miguel Medina Maita, solicitó la nulidad
del auto del 30 de abril de 2004, alegando que fue vulnerado su derecho a la defensa toda vez que vista la
inhibición de la jueza, el expediente fue remitido sin que hubiera vencido el lapso para interponer
apelación, aunado al hecho de que la causal de inhibición invocada debió verificarse antes de haberse
dictado el referido auto, lo cual lo hace nulo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 191 del
Código Orgánico Procesal Penal.

Ahora bien, de esta solicitud de nulidad del referido auto dictado el 30 de abril de 2004, conoció
el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio de dicho Circuito Judicial, el
cual el 11 de octubre de 2004, dictó decisión declarando “La nulidad absoluta de la decisión de
fecha 30-04-04 (…), mediante la cual se declaró SIN LUGAR la solicitud de la defensa de incorporar
adicionalmente como pruebas de las resultas de diligencias de investigación que obran en el expediente,
ello por cuanto posterior a esta decisión emitió decisión por medio de la cual se INHIBIÓ de seguir
conociendo de la causa, pues existía entre ellas y familiares del hoy occiso FRANKLIN RAMÓN
MAITA lazos de amistad, lo que constituye una causa persistente a la decisión que se
declara NULA (…). Acuerda fijar para el día 29-10-04 (…), la celebración de una audiencia oral a los
fines de debatir sobre la admisión de la proposición de pruebas realizadas por la parte acusada en este
proceso (…)”.

Ello así, advierte esta Sala que contra la referida decisión del 11 de octubre de 2004, dictada por
el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del
Estado Anzoátegui, la ciudadana Ana Isabel Maita, en su carácter de víctima, interpuso la presente acción
de amparo constitucional, pues a su decir “(…) una vez propuesta la inhibición o recusación (…), el
conocimiento de la causa pasará de forma inmediata al conocimiento de otro Tribunal de la misma
categoría, y en su defecto, a quien deba suplirlo conforme a la ley, y es solo cuando el juez inhibido o
recusado actúa (…), a pesar de estar legalmente impedido, es que su conducta pudiera ser censurada y
sancionada, y no es precisamente el tribunal cuya decisión se objeta a través de la presente demanda de
amparo constitucional, el competente en razón de la materia para así hacerlo, como en efecto sucedió
(…)”. 

En este sentido, el a quo consideró que “(…) la Juez de Primera Instancia en lo Penal en


Funciones de Juicio N° 01 del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, Extensión El Tigre, cuando
revisión (sic) y anuló el auto emanado del Tribunal de Juicio N° 02 de este mismo Circuito Judicial
Penal, actúo fuera de su competencia, toda vez que a quien correspondía en todo caso conocer sobre la
pretendida nulidad, es a esta Corte de Apelaciones, como superior jerárquico, atendida la estructura
organizativa del poder judicial (…), lo cual afecta de nulidad absoluta la decisión impugnada (…)”.

De manera que se advierte, que en el presente caso estamos en presencia de un amparo contra
decisión judicial, previsto en el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, disposición según la cual, dicho amparo procede cuando el juez ha actuado “fuera de su
competencia”, de manera que “lesione un derecho constitucional”.

Respecto a tales requisitos, esta Sala en sentencia N° 1.019 del 11 de agosto de 2000
(caso: “Nardo Antonio Zamora”), estableció lo siguiente:

“Del análisis del artículo transcrito, y buscando salvaguardar la integridad de la cosa juzgada
y, por tanto, la seguridad jurídica, la jurisprudencia patria ha señalado que para que proceda la
acción de amparo contra actos jurisdiccionales deben concurrir las siguientes circunstancias:
(i) que el juez del cual (sic) emanó el acto presuntamente lesivo haya incurrido en una grave
usurpación de funciones o abuso de poder (incompetencia sustancial); aunado a ello, (ii) que tal
proceder ocasione la violación de un derecho constitucional (acto inconstitucional), lo que
implica que no es recurrible por amparo aquella decisión que simplemente desfavorece a un
determinado sujeto procesal; y, finalmente, como requisito adicional (iii) que se hayan agotado
todos los mecanismos procesales existentes, o que los mismos resulten inidóneos para restituir o
salvaguardar el derecho lesionado o amenazado”.

Ahora bien, se observa que la accionante alega que resultaron vulnerados sus derechos
constitucionales a la defensa y al debido proceso, pues la decisión judicial contra la cual interpone la
presente acción de amparo, no garantizó la tutela judicial efectiva y subvirtió el orden procesal, ya que
quien debió conocer fue el superior jerárquico.

Así las cosas, advierte esta Sala que el artículo 195 del Código Orgánico Procesal Penal, dispone
lo siguiente:

“Cuando no sea posible sanear un acto, ni se trate de casos de convalidación, el juez deberá
declarar su nulidad por auto razonado o señalará expresamente la nulidad en la resolución
respectiva, de oficio o a petición de parte. El auto que acuerde la nulidad deberá individualizar
plenamente el acto viciado u omitido, determinará concreta y específicamente, cuáles son los
actos anteriores o contemporáneos a los que la nulidad se extiende por su conexión con el acto
anulado, cuáles derechos y garantías del interesado afecta, cómo los afecta, y, siendo posible,
ordenará que se ratifiquen, rectifiquen o renueven.

En todo caso, no procederá tal declaratoria por defectos insustanciales en la forma. En


consecuencia, sólo podrán anularse las actuaciones fiscales o diligencias judiciales del
procedimiento que ocasionaren a los intervinientes un perjuicio reparable únicamente con la
declaratoria de nulidad.

Existe perjuicio cuando la inobservancia de las formas procesales atenta contra las
posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en el procedimiento.
El Juez procurará sanear el acto antes de declarar la nulidad de las actuaciones”.

 
En este sentido, se observa de la referida norma que la misma no señala que la nulidad propuesta
deba ser conocida por el superior jerárquico de aquél que realizó la actuación cuya nulidad se solicita,
resultando oportuno citar al respecto, la sentencia N° 1.238 del 28 de septiembre de 2000 (caso: “Jairo
José Gómez Gámez”) dictada por la Sala de Casación Penal de este Máximo Tribunal, en la cual se señala
lo siguiente:

“(…) El Código Orgánico Procesal Penal en su Libro Primero, Título VI, Capítulo II referente a
las nulidades, señala que éstas las puede decretar el juez de oficio o a petición del interesado y
no señala que esta petición de nulidad deba ser resuelta por un tribunal superior al de aquel juez
a quien se solicita.

En el presente caso el Juzgado Séptimo de Primera Instancia para el Régimen Procesal


Transitorio del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana,
no debió declinar su competencia ante la solicitud de nulidad planteada por el Defensor
Definitivo del ciudadano imputado (…), ya que es el tribunal ante el cual se hace la solicitud el
que debe decretarla o no a través de un auto o resolución motivado.

En razón de lo expuesto, esta Sala de Casación Penal considera que el Juzgado Séptimo de
Primera Instancia para el Régimen Procesal Transitorio del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, sí es el competente para conocer
de la solicitud de nulidad interpuesta por el Defensor Definitivo del imputado (…)”.

De manera tal que, el criterio sostenido por esta Sala y por la Sala de Casación Penal, Sala natural
en materia penal, es que el Juez llamado a conocer de una solicitud de nulidad es el de la instancia, sin
tener que pasar al superior jerárquico para ser resuelta (Vid. Sentencia N° 281 del 12 de agosto de 2004,
caso: “Ciro José Navas”).

Ello así, se desprende que el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de
Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, al conocer la nulidad planteada contra el auto
dictado el 30 de abril de 2004 por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Penal en Función de
Juicio de dicho Circuito Penal, actuó en el marco de su competencia, en observancia de la normativa
penal adjetiva y del criterio aplicable en materia de nulidades, por lo que esta Sala difiere de las
consideraciones realizadas por el a quo al respecto. 

Por otra parte, esta Sala observa la irregularidad cometida por el Juez Segundo de Primera
Instancia en lo Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, en relación
a inhibirse posteriormente a la toma de una decisión susceptible de afectar los derechos de las partes,
advirtiéndose al respecto que en el caso de que un Juez conozca de la existencia de una causa legal que
comprometa su imparcialidad, debe inhibirse de su conocimiento, más aún cuando la misma no se deba a
una causal sobrevenida, como ocurrió en el presente caso, donde la causal invocada es la contenida en el
artículo 86 numeral 4 del Código Orgánico Procesal Penal, relativa a la amistad manifiesta con una de las
partes.

Al respecto, se estima conveniente recalcar que en virtud del artículo 87 de la ley penal
adjetiva “Los funcionarios a quienes sean aplicables cualesquiera de las causales señaladas en el
artículo anterior deberán inhibirse del conocimiento del asunto sin esperar a que se les recuse (…)”; por
tanto, verificada en el presente caso una causal de inhibición (amistad manifiesta), en aras de la garantía
al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, el Juez Segundo de Primera Instancia en lo Penal en
Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, debió separarse inmediatamente del
conocimiento de la causa y abstenerse de realizar algún tipo pronunciamiento, más aún cuando el mismo
puede tener un efecto concluyente en el fondo de la causa, capaz de afectar los derechos de las partes,
referido en el presente caso a la solicitud de incorporación adicional de pruebas.

Ello así, esta Sala advierte que de la decisión dictada el 11 de octubre de 2004 por el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Anzoátegui, mediante la cual declaró nulo el auto dictado el 30 de abril de 2004 por el Juez Segundo de
Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio de dicho Circuito Judicial, no se desprende violación
constitucional alguna, toda vez que la accionante pudo ejercer en el proceso penal sus derechos y realizar
sus actuaciones, aunado a que el referido Juzgado actuó dentro de los límites de su competencia y con
apego a la normativa penal adjetiva, en aras de la protección de las garantías y derechos reconocidos por
el texto constitucional a las partes, por lo que resulta forzoso revocar la decisión dictada el 29 de marzo
de 2005, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, que declaró con
lugar la acción de amparo constitucional ejercida y, en consecuencia, declararla improcedente. Así se
decide.
 

VI
DECISIÓN

Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la
Ley, REVOCA el fallo dictado el 29 de marzo de 2005, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Anzoátegui, que declaró con lugar la acción de amparo constitucional ejercida por la
ciudadana ANA ISABEL MAITA, titular de la cédula de identidad N° 9.821.887, asistida por la abogada
Isabel Cristina Castillo, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 63.128, contra
la decisión dictada el 11 de octubre de 2004, por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Penal en
Función de Juicio de dicho Circuito Judicial Penal. En consecuencia, se declara IMPROCEDENTE el
presente amparo, en los términos expuestos. 

Se ORDENA la remisión de copia certificada de la presente decisión a la Inspectoría General de


Tribunales, para que determine si existe responsabilidad disciplinaria respecto de la actuación de la Juez
Segunda de Primera Instancia en lo Penal en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Anzoátegui.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al Tribunal de origen. Déjese copia de la presente


decisión.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, en Caracas, a los 18 días del mes de julio  de dos mil cinco (2005). Años: 195º de la
Independencia y 146º de la Federación.

             La Presidenta de la Sala,

 LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO


                             Ponente

El Vicepresidente,
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
 
Los Magistrados,
 
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ 
LUIS VELÁZQUEZ ALVARAY 
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN 
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
 
 
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

Exp. Nº 05-0772

LEML/b

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