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LA DATAH como doctrina esotérica pragmática para la lucha Real.

Por Karl Gottman

“No existen grandes victorias


sin grandes sacrificios”
K. Gottman

La tendencia justificada a reclamar o reivindicar el nacionalsocialismo como un


movimiento realista, naturalista, científico y de acción, goza de toda mi estima frente a un
pseudo-esoterismo NS, evasionista y estéril, muchas veces compuesto de tendencias
esenciales espurias de origen alógeno, francamente opuestas a nuestro Ideal. Nada me
parecía más despreciable que aquel ambiente oscuro de logias y organizaciones secretas u
ocultistas cuasi sectarias, cuasi masónicas, con numerosos símbolos y creencias extrañas,
alejadas de toda lucha real. Sin embargo esto lo digo yo, fundador de una Organización
Operativa e Iniciática de corte Esotérico, conocida como Alba Thule y arquitecto de la
Doctrina Alba Thule de los Arios Hiperbóreos (DATAH).

¿No me estaría entonces contradiciendo?. No. Y explicaré el porqué.


Nadie entre nosotros infravalora los éxitos sociales logrados en el Tercer Reich bajo la
implementación de medidas revolucionarias en todos los órdenes del saber. Sin embargo
es necesaria una explicación significativamente más profunda para hacerse una idea
completa de los alcances que tuvo la revolución nacionalsocialista en aspectos más sutiles,
menos visibles y sin embargo de importancia vital para el futuro. Tampoco se podrá negar
que las ideas revolucionarias con las que estaba impregnada la nueva Welstanschauung
nacionalsocialista, poseían en gran parte un correlato en las doctrinas e ideas de diversos
místicos y filósofos germanos pre-nazis. Afirmar lo contrario sería desconocerlos, y por lo
tanto se estaría evadiendo la realidad. Tampoco sería honesto negar que la SS poseyera
un cariz esotérico y aristocrático, y que numerosos proyectos emanaran directamente de
ideas plasmadas por místicos germanos como Guido von List y Lanz von Liebenfels.

Tales observaciones sembraban una previsión que me impedía alcanzar un total rechazo a
las cuestiones ocultistas. Pero a la hora de ir a las raíces de aquellas doctrinas de dichos
místicos, chocaba con la censura total del Sistema. Si el nacionalsocialismo estaba
prohibido dichas concepciones pre-nacionalsocialistas eran totalmente desconocidas o
eran inhallables. Un vacio tan sorprendente no podía ser casual. En el camino era fácil
encontrar por el contrario, toda clase de doctrinas ocultistas de las más descabelladas,
aromatizadas con dislates que hacían gala de gran erudición, pero se encontraban vacías
de un contenido autentico y filosóficamente ario. ¿Quién superaba las ideas surgidas de
dicha revolución?. El panorama “esotérico” occidental se hallaba, al igual que en el mundo
burgués, totalmente judaizado y esterilizado, esta vez con espejos de colores y grandes
fumatas opiáceas de degeneración. Inferí que la revolución NS había invadido todos los
aspectos del saber visible, y permitían dirigir bien a los novatos en nuestras concepciones
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frente a las Ilusiones visibles que el Sistema montaba para garantizar la opresión, pero no
veía que la revolución NS haya pasado por tales zonas oscuras, pues los aspectos
trascendentes en la doctrina NS se encontraban solo sugeridos y se requería de un espíritu
demasiado atento para descubrir, entre líneas, aquellos misterios esotéricos emanados
por la weltanschauung hitleriana, un gran puzle que podía ser resuelto con gran
abstracción por hombres virtuosos, que por cierto no veía tampoco por ningún lado.
Tal posición, la manera singular en como llegue al NS y mi clarividencia para ver lo que
otros no veían en aspectos sutiles de gran abstracción, me señalaban mi predestinación a
cumplir un gran papel, que no sería reconocido sino en siglos posteriores. Fue una
sorpresa grata encontrar ya en los comienzos de mi lucha, a numerosos seguidores
dispuestos a luchar a mi lado, reconociendo la virtud de las concepciones que traía. En
ningún momento luchaba yo por aquel presuroso reconocimiento, pues mi anonimato,
secretismo austeridad y ocultamiento iban en ese sentido, y después de todo toma la
lucha como el cumplimiento del deber, un deber cuyas acciones derivadas solo rendirían
cuentas ante el Destino.
A pesar de los recaudos encontré rápidamente la represión concertada de la judería,
mucho más despierta que antaño y celosa de su poder. Pero su accionar solo demuestra
hasta qué punto ven mi empresa como una amenaza vital a sus intereses. Pero han
llegado tarde, la revolución mundial de los arios es inevitable y con ella caerán para
siempre, y serán juzgados sin piedad por todos los males y dolores que han ocasionado a
la Humanidad aria, toda la tiranía mundial a la que nos tienen sometidos y el deseo
diabólico de exterminar nuestra raza. Los pueblos del mundo conocerán la verdad
ocultada por estos tiranos que oprimen al mundo tras bambalinas. Esas mismas
bambalinas serán voladas y quedarán desnudos frente a los inocentes que reclamarán
justicia. Los banqueros judíos y sus colaboradores serán despojados de sus riquezas mal
habidas y serán repartidas entre los Justos; los hombres mediáticos serán sometidos a los
mismos males, depravaciones, locuras y abominaciones que han vomitado sobre millones
de personas; los especuladores dejarán de estafar a los trabajadores y serán sometidos a
encontrarse con aquella vieja frase que supieron detestar “El trabajos os hará libres”.
Todo el infierno que ellos han traído a la Tierra será comprimido en un lugar y allí
perecerán con toda su basura en un fuego infernal. Las demás razas se irán a sus
continentes, y evitaremos así el exterminio de nuestra raza por el mestizaje y una vida
malsana en el insoportable mundo actual. El crimen desaparecerá, los vicios serán
suprimidos, la justicia social será restaurada y el Sol volverá a brillar sobre los Hijos de la
Luz, emancipados y Soberanos forjadores de un Destino propio.

El opio de las ideas judaizadas, que disuelven y esterilizan a los nuestros, presentes en
aquellas regiones esotéricas, místicas y religiosas serán suprimidas y sustituidas por una
doctrina pura e integral, capaz de brindar a nuestros hombres más comprometidos un
tercer ojo, dotado del poder de clarividencia providencial para destruir hasta las Ilusiones
sofísticas más complejas, y propiciando a los nuevos guerreros arios una fuerza interior
todopoderosa y autocrática.

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Si un gran número de secretos esotéricos, permitieron a Hitler alcanzar numerosas
victorias, pensé que diseminar tales misterios por nuestras filas alrededor del mundo,
dotarían al impulso ario-revolucionario de un poder inconmensurable que
matemáticamente garantizaría la victoria total. Si bien, cada hombre es único, la
posibilidad de tener un puñado de Superhombres en cada Estado Occidental, preparados
para una revolución visible, y coordinados bajo un Mega Plan que ya tenía científicamente
delineado, haría imposible una resistencia por parte de la judería. Tal visión iluminaba mi
camino, reconociendo que mi sacrificio sería vital para la victoria milenaria. El trabajo
creativo y formativo que tenía por delante era monumental. Era consciente ya, de la
suprema responsabilidad que recaería sobre mis espaldas.

Siempre fui contrario a todo aquello que, de una u otra manera, esteriliza los esfuerzos
revolucionarios. Y mi crítica hacia todos aquellos dislates esotéricos observados en
nuestro tiempo, era justamente esa, el evasionismo y escapismo de la lucha real y
pragmática. Mi reprobación no solo se dirige hacia la disminución o esterilización de las
acciones operativas, sino que también se dirige hacia los aspectos doctrinales y filosóficos
de dichas posturas pseudo-esotéricas ya sea NS, pseudo-tradiconalistas u ocultistas en
general. En su mayoría encontraba un deleznable sabor alógeno que chocaba en esencia
con nuestra diáfana cosmovisión NS. Fue allí donde intuí que el veneno del judaísmo
internacional y de diversas concepciones decadentes propiciadas por ellos, se habían
infiltrado sutilmente allí donde todo debería haber permanecido con la misma pureza
diáfana mostrada por el nacionalsocialismo y de aquellos grandes místicos racistas
germanos que profetizaban el advenimiento de un gran imperio ariosófico milenario, del
cual el III Reich fue su mayor manifestación práctica y real.
La SS, los Lebersborn, el ideal nórdico de pureza aria, los campos de concentración, la
eugenesia, el ideal heroico, el superhombre, los hombres-dioses, el Imperium, fueron
todas concepciones presentes en los mencionados místicos, que no fueron sino
verdaderos restauradores esotéricos de arquetipos ariya. Sus doctrinas, aunque esotéricas
y duras eran naturalistas y bien reales, tan así que fue posible poner en práctica muchas
ideas.

Auto-considerándome un filósofo innato, no pude evitar sentir una gran empatía con el
movimiento esotérico ariosófico pre-NS por considerarlo genuino en su voluntad, y en su
mayoría desprovisto de elementos doctrinales alógenos. Ante esa luz, y la voluntad
expresa de algunos líderes volkish de que no era posible hacer frente a la conspiración
judía sino era a través de organizaciones conspirativas análogas de carácter secreto, mi
modo de ver cambió. Pues reconocí en el carácter conspirativo un instrumento altamente
importante y pragmático en una lucha racial soterrada, cuyos coletazos visibles, luego el
mundo termina conociendo como “hechos de la historia”.

Mientras pensaba eso, el panorama en las filas neo-NS dejaba bastante que desear en
todo aspecto, formativo, anímico, moral, en compromiso etc.

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No dudaba en considerar como nociva la influencia de algunos escritores como Serrano y
Evola, que a pesar de poseer cualidades y conocimientos importantes, en su esencia
poseían ante mis ojos elementos negativos que nada tenían que ver con nuestra lucha, sin
contar con el pesimismo innato heredado de cierta gnosis extraña a nuestro ser y sentir.
Sería injusto aquí colocar en una misma bolsa a Miguel Serrano, un camarada leal aunque
poco pragmático, y un J. Evola un enemigo declarado de Hitler y el nacionalsocialismo.
El primero solo puede ser reprochado por nosotros los pragmáticos, como pesimista
ontológico, creador de diversos mitos que si bien permiten activar áreas del cerebro
adormecidas, y permiten descubrir algún que otro misterio, no brindan al fin y al cabo
ninguna utilidad práctica, ni tampoco otorgan una influencia espiritual elevada. Podríamos
si, considerar el valor poético de su prosa; pero como político, revolucionario, místico,
doctrinario no podemos sino hacerlo a un lado. Su voluntad parce haber sido genuina y
positiva, mas su obra posee pequeños, aunque cruciales, elementos perniciosos a nivel
doctrinario, dimanantes de dicha gnosis dualista mal superada. Finalmente, su valor en la
lucha real, es ínfimo.

Respecto a Evola, ya expresé todo mi parecer en variados y múltiples ensayos. Este


escritor, a pesar de recubrir su obra de algunos aspectos que coinciden con nuestra lucha,
(reconociendo que su pensamiento es más virtuoso que el de los intelectualoides
decadentes de nuestra época). Sin embargo en lo esencial no solo falla, sino que
demuestra ser el último zarpazo de un Sistema en decadencia, basado en una idea falsa de
“espíritu”, que como toda doctrina subversiva vuelve a atacar nuestra Vital doctrina racial
aria, ahora tergiversando su sentido y despreciando su esencia basada en lo biológico.
Evola podrá ser un elemento “revolucionario” para el burgués nacionalista o el ignorante,
pero es un cero a la izquierda en nuestra lucha restauradora, no aporta nada nuevo en
nuestro camino luminoso, sino que por el contrario confunde a los no-Iniciados,
propinándoles una base nefasta para la futura comprensión de nuestros secretos
esotéricos más profundos.

De esta manera veía el ambiente “esotérico” del cual se alimentaba cierto sector del
neonazismo, como fuertemente influenciado por concepciones alógenas, aun cuando se
afirma, por ignorancia o malicia, sostener el “mayor tradicionalismo”. Pero nosotros, los
que intuimos y vemos las esencias, no podemos sino señalar dicho panorama como un
grave problema a resolver. Tal fue la misión titánica que me autoencomendé.

La revolución aria fue concebida por una Idea surgida de la Sangre pura, en un círculo
esotérico, por más que su efectiva realización haya quedado en manos de Hitler un gran
sintetizador, autodidacta y aplicador pragmático; que en su lucha prescindió de un círculo
exógeno al partido, o logia paralela con una doctrina “supra-NS”.
Sería descabellado por otro lado negar la importancia, tanto del papel crucial de Hitler
como sintetizador e innovador, como la importancia de las ideas esotéricas que
prepararon el ambiente para la revolución. Tampoco se debe olvidar que el círculo de
Iniciados de Hitler existió efectivamente, y hay pruebas reales de ello, aunque debe
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aclararse que dicho círculo secreto, muy poco conocido por la gente, tenía más que nada
una función de carácter operativo y estratégico, similar al General de un ejército que
conoce los planes que desconoce el soldado raso. En dicho círculo, Hitler revelaba los
secretos de las leyes ocultas de la naturaleza y del pragmatismo absoluto que lo habían
llevado a numerosas victorias. A mis ojos esto también, no era sino un genuino esoterismo
de tipo pragmático, totalmente necesario para lograr el éxito en una revolución.

El panorama general se presentaba algo desolador en el presente, tras el desenlace


traumático de la Segunda Guerra. La creciente opresión de aquel mismo enemigo que
antaño fuera señalado por Hitler, sumando la gran confusión reinante; el escaso nivel de
conocimiento; formación defectuosa; efectividad y compromiso insuficientes por parte de
la camaradería, me llevaron a plantear, en virtud a la Justicia de la Causa, una solución
Integral y definitiva para los problemas de la arianidad inmersa en un mundo de
oscuridad.
No me conformaba con la derrota y tenía como meta, asegurar hacia futuro un camino
venturoso donde solo la victoria final sea posible. Desde lo más profundo supe que la
victoria total llegaría algún día, pero no por un milagro, sino por la acción concertada e
inteligente de un grupo de Iniciados Conspiradores, dispuestos a acoplarse a un Megaplan
cuya realización duraría siglos y cuyos elementos promotores cubrirían un amplio espectro
de actividades coordinadas. La conspiración esta vez sería calculada fríamente por mí a la
luz de diversos Conocimientos que había adquirido, avizorando que la lucha futura no
podía sino revestir un carácter especialmente amplio, abarcando numerosos frentes de
batalla, como el político, el religioso, económico, esotérico, cultural, mitológico etc. El
pensamiento alógeno y el judaico especialmente, deberían ser totalitariamente borrados
de la sociedad, por la revolución Integral que contemplé. El carácter de la revolución
futura no tiene parangón en la Historia Humana. El III Reich no fue sino el primer paso, el
bostezo de Odín que recién despierta de su largo sueño, la revolución futura será el golpe
a la tierra dado por Odín, aplastando el viejo orden.

Concebir una organización de carácter secreto e Iniciático, no solo posee un valor


pragmático, sino que reconocí diferentes virtudes que exceden el mero utilitarismo
surgido de la necesidad. Como ser, el aire a hermandad o clan racial, el espíritu
aristocrático, la disciplina, la autoridad absoluta del líder, la jerarquía, el misterio, la
misión secreta, el carácter de ser auto-reconocidos como verdaderos elegidos y
guardianes de un Saber Oculto.

El poder que puede lograr una organización secreta está demostrado en la realidad. Como
mínimo puede representar el papel de agente activo que prepara el ambiente para una
revolución. Su utilidad práctica era ante mis ojos el justificativo para desarrollar una Orden
de tal carácter. Queda por último destacar la necesidad de agruparse secretamente para
resguardar la ortodoxia y posibilitar el eje o la guía para la consecución de un Megaplan
que para ser comprendido requiere de una formación también gradual y jerárquica. Una
organización secreta permite escapar en cierta forma de la persecución y represión, por su
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carácter “invisible”. Mediante una organización secreta se puede evitar que el enemigo
tenga siempre ventajas al verlo y oírlo todo. El secreto en una guerra racial-esotérica, me
brindaría aquel elemento estratégico de la sorpresa.
Obre conforme en el sentido que lo consideraba lógico y necesario.

*Un poder oculto no puede ser vencido sino es a través de otro poder oculto
contrapuesto.

El poder de los servicios de Inteligencia de los países más serios, no emana sino de los
mismos atributos pragmáticos de una sociedad secreta. En lo único que difieren es en su
carácter secular, el presupuesto del que disponen y a quien sirve con su obrar.

Podemos ver que poseer una organización secreta y esotérica está sumamente justificado
para hacer valer los intereses de la estirpe, ya sea desde el punto de vista estratégico,
como pragmático y tradicional.

Ese sería el punto de partida, tras el cual me había auto-encomendado la monumental


tarea de restaurar, regenerar, y depurar todo el misticismo ario, para que éste, despojado
de todo elemento alógeno, y supersticioso, sirviese como sustento espiritual a la lucha
Real y material por la supervivencia (en primera instancia) y la Gloria (en segunda
instancia), donde el pragmatismo y el consecuencialismo de cada acción son
fundamentales para alcanzar la anhelada Victoria.

Debería quedar claro que el nuevo Esoterismo datahista no es un pasatiempo que aleja al
hombre de su meta de lucha real, sino todo lo contrario, es la preparación espiritual para
la Guerra Sagrada, es el fortalecimiento supra-moral, el Conocimiento de los secretos de la
naturaleza Oculta que permitirán lograr victorias en todo el campo de batalla mundial, es
la preparación para la transmutación interior de cada ario Iniciado, que aspira alcanzar al
Superhombre, y que hará posible la revolución total en el universo. La DATAH no es sino el
cumplimiento de un designio plasmado por la misma ariosofía y el mismo Adolf Hitler.

“la fuerza sin una base espiritual está destinada al fracaso” Adolf Hitler

Nuestra revolución recién comienza, y muchos hombres blancos NS han tirado ya la toalla,
bombardeados por la propaganda desmoralizadora del enemigo, rápidamente se ven
presa del pesimismo y el nihilismo y se imaginan que el III Reich fue la última posibilidad
que tenía nuestra raza para emanciparse.
Cuan confundidos están aquellos camaradas no-Iniciados!!. No imaginan que el III Reich
fue el primer paso, el programa piloto, aquel que dejaría plasmado el arquetipo áureo
para el futuro. Los Hijos del Sol necesitábamos comenzar la revolución en algún país, y ese
fue Alemania, con el Avatâra, Adolf Hitler.
Ahora el campo de batalla revolucionario será todo Occidente, y el mundo. Que sentirán
el poder absoluto del Superhombre Ario en la futura Revolución. Lo crucial no es saber si
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esto ocurrirá o no, sino cuándo será el momento óptimo que nos permita Irrumpir en el
escenario mundial
Para una Lucha Real es que formulé la Iniciación Real, diferenciándola lingüísticamente de
aquellas falsas “Iniciaciones” de supersticiosos y estériles conventículos místicos que
ofrece el Sistema de Opresión judaico.

Desde ahora es el deber de cada hermano y camarada, aclarar a los novatos sobre el paso
de estos nuevos vientos revolucionarios, que con voluntad indoblegable alcanzaremos la
victoria. Nadie podrá detener esta rueda que ha comenzado a rodar pendiente abajo.
Pues me he asegurado de dejar todo planeado para hacer de nuestra cruzada, una fuerza
Restauradora invulnerable.

Karl Gottman Comandante Gran Soberano de Thule

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