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1 la adquisición de material bélico.

El diseño mil'
,. ~•-- sar de moda dcmasta
..,e en • · do pronto porque el aspectoatar . no
que Pª ·po fonna parte de su eficacia bélica.
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tu• ...,,,mento mtaganano muy e 1caz. E..«.tc hecho d,·,·a


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'¡ ,ntnU matur.1mente e aspecto e as annas reales, contribuye a
, "~ ;r1as y a hacer que resultc_n menos amenazadoras de lo u
i dt5' Este d-rrl-dito
~""'... se hace
f extensivo
•, d al poder de los ci'ércitos, esas q e
1 ~- del orden" cuya unca~n es e naturaleza fundamentalmente
, -~~- (El mismo razonamiento aparece en las continuas referen-
,I los precios absurdamente ~ajos del "dólar ajustado" -una colo-
'; ªtanetaria por dccc~as de m!lloncs, et~._..) Para comprender mejor
\ nía PoportUrúsima cue~taón del di.sc,,o m1htar" en una sociedad don-
\ estala ¡ma~en tiene pnorid~d sobre la palabra escritJ, consideremos
de producción •~~rteamencana,. Top G1m. La pelíc.lJla t5 una autén-
exhibición nuhtar en mar y aire, un espectacular anuncio publici-
i :C, del f-14 de geometría variable, aparato capaz de acaparar el
\1 rc2do internacional (o que fue capaz hasta que el bombanicro
, ~ - . par.adójico ob!eto, empezó a hacerle la competencia).
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1 volV21IlOS a la pehcula de Camcron, la secuela casi homónima
(aunque diferente de ella hasta el punto de resultar casi una cuica-
i, ron) de Alien, la producción de 1978 donde Ridley Scon prima el
~; amterio a costa del diseño del adversario. La nave espacial /\'ostromo
de la película de Scott tenía ya caracteñsticas de los buques de gue-
' rra, tanques y bombarderos de la Segunda Guerra Mundial: Roger
Christian recuerda que "Scott nos puso Teléfono rojo: \ olamos hacia
.
:~ Jfa.scú y nos dijo: 'lo que quiero, entendedlo bien, no es un B-52 flo-
•l tando en el espacio, sino su aspecto militar'". Alíens, sin embargo,
:i presenta un nuevo "actor" o, más exactamente, un ·doble": el ·carga-
:: dor", especie de traje carretilla elevadora hulllJ.noide en el que Ripley
:: muestra su "capacidad" en primer lugar a los IllJ.rines IllJ.chisus y más
l tarde a la madre de todos los alienígenas con quien libra la batalla fi-
:J nal. Además, el banal androide de servicio BL.;;hop - "Prefiero el tér-
•' mino 'persona artificial'", afirma éste rotundamente- este cargador
" robótico cuyo operador aparece en los títulos de crédito es un objeto
e ejemplar: es a la vez un "traje", una máquina que multiplica la fuerza
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de su huésped, y un verdadero actor -el primer efecto especial auto-
,! ~r. un realce mecánico de los gestos, movimientos y habilidades
# interpretativas de la heroína.
La reaparición del cargador al final de Aliens sorprende más por
e~ hecho de desvelar un nuevo tipo de tecnología militar, el pseudo
I ciberorganismo, que por constituir la culminación del modo en que
¡ Presenta la película el material militar convencional. Por otro lado, en
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