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Tema 1.....................................................................................................................................................3
Objetivo...................................................................................................................................................4
Introducción............................................................................................................................................4
Subtema 1: Las preferencias y la utilidad...........................................................................................4
Subtema 2: Aplicación para diversos tipos de funciones de utilidad.............................................15
Subtema 3: Comparación de resultados entre funciones de utilidad, poniendo énfasis en las
preferencias del consumidor...............................................................................................................21
PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN DE LA UNIDAD.............................................................................22
MATERIAL COMPLEMENTARIO...........................................................................................................23
REFERENCIAS.......................................................................................................................................23
Tema 1
Objetivo
Introducir las bases teóricas y aplicar la herramienta cuantitativa para maximizar una función de
utilidad sujeta a una restricción presupuestaria.
Introducción
En este apartado se realizará una introducción sobre cómo toman decisiones los consumidores a
partir de sus preferencias de consumo. En lo posterior, se planteará formalmente el problema al que
se enfrentan y las restricciones que tienen cuando desean demandar bienes en el mercado. De esta
forma, se encontrarán las demandas óptimas de consumo tanto marshallianas como compensadas.
No obstante, desde la óptica de Nicholson (2011) a más de este componente, también hay que tomar
en cuenta a las restricciones que tienen los consumidores - presupuestaria más que todo - pues el
cómo asignan su renta o riqueza en la compra de distintos bienes - con el objetivo de alcanzar el mayor
grado de satisfacción posible - también interfiere finalmente en la elección del consumidor.
De esta forma, Nicholson (2011) sugiere que las preferencias y las restricciones determinan la cantidad
demandada del consumidor, es decir, la cesta (o canasta) de bienes que maximiza su bienestar dentro
del conjunto de opciones posibles.
Siguiendo a los manuales tradicionales de la Microeconomía, una forma de iniciar el análisis de las
elecciones de los individuos es especificando un conjunto de axiomas que caracterizan la conducta
racional. En este sentido, se describirá a continuación las propiedades que deben de cumplir la relación
de preferencias por parte del consumidor, siguiendo a Nicholson (2011):
1. Las preferencias son completas: si A y B son dos situaciones cualesquiera, el individuo siempre
puede especificar exactamente una de las tres posibilidades siguientes:
Prefiere A que B
Prefiere B que A
A y B son igual de atractivas
Por lo tanto, se asume que la indecisión no paraliza a los individuos, pues estos comprenden totalmente
y pueden decidir la conveniencia de consumir dos opciones cualesquiera dentro de una cesta de bienes.
2. Las preferencias son transitivas: Si un individuo indica que prefiere A que B, y que prefiere B
que C, esto implica que debe declarar que prefiere A que C. Este supuesto sugiere que las
elecciones de un individuo son internamente coherentes y consistentes.
3. Las preferencias son continuas: si una persona afirma que prefiere A que B, también debe
preferir las situaciones debidamente parecidas que A y B. Este supuesto es necesario si se
desea analizar las respuestas de los individuos a las alteraciones relativamente pequeñas de la
renta y los precios.
La función de utilidad
Este autor considera que las situaciones más deseables reportan más utilidad que las menos deseables.
Es decir, si un individuo prefiere la situación A que la B, se establece que la utilidad asignada a la
opción A, indicada por U(A), es superior a la utilidad asignada a la B, U(B).
De esta forma, nace el concepto de utilidad que supone, según Nicholson (2011) que las preferencias
de los individuos se representan por medio de una función de utilidad de la forma:
U( X 1 , X 2 … , X n ¿
De esta forma, una función de utilidad de tipo U 1 puede representarse gráficamente sobre la base de la
combinación de dos tipos de bienes – por citar un caso – X e Y. Así, en la gráfica 1, se puede ilustrar las
distintas combinaciones de bienes X 1 , Y 1 así como X 2 , Y 2 que le ofrecen al consumidor el mismo nivel
A esta curva U 1 ,se le denomina curva de indiferencia y su pendiente representa la relación a la que el
individuo está dispuesto a intercambiar X por Y, y disfrutar del mismo bienestar. Esta pendiente (o en
otros términos, la negativa de la pendiente) se denomina Relación Marginal de Sustitución (RMS) 1 y se
define formalmente de la siguiente manera:
RMS=
−dY
dX |U =U 1
Al igual que en el caso de la gráfica 1, en el caso de la gráfica 2, existe una curva de indiferencia que
pasa por cada punto del plano X-Y. Cada una de estas curvas – ilustradas en un mapa de curvas de
indiferencia - indican las combinaciones de X e Y que reportan un determinado nivel de satisfacción al
individuo. Los movimientos en dirección noreste indican desplazamientos a niveles de satisfacción más
altos y que por consiguiente son los más deseados.
Gráfica 2: Mapa de curvas de indiferencia
En base a los antecedentes revisados previamente, pasamos ahora a definir de manera formal, la
composición de un función de utilidad:
Utilidad= U( X 1 , X 2 , … , X n ¿ (1)
Donde , ,…, son las cantidades consumidas de cada uno de los “n” bienes X. Así, si
X1 X2 Xn
la intención es profundizar sobre que sucede con el nivel de bienestar (o utilidad) de los individuos a
medida que se demandan diversos tipos de bienes ( X 1 , X 2 ,…, X n ¿ , pasaremos a estudiar el concepto
de utilidad marginal.
En este sentido, por utilidad marginal del bien X n, entendemos la función:
∂U (2)
Utilidad marginal de X n= UM X n=
∂ Xn
Es decir, que la utilidad marginal de X n sugiere el cambio que existe en la utilidad por cada unidad
Para desarrollar el concepto de RMS, veamos que ocurre si sólo se altera el novel de
dos bienes, X e Y, de tal forma que el individuo sea indiferente. Lo anterior sugiere que la
variación del nivel de utilidad debe permanecer constante dados los consumos que se realicen
en ambos bienes o lo que es lo mismo, plantear el supuesto de dU=0.
∂U ∂U
d X+ d Y =0
∂X ∂Y
O en otros términos:
UM X d X + UM Y dY =0
UM X d X =−UM Y dY
Despejando las diferenciales totales para dejarlas en función de las utilidades marginales, tendríamos:
UM X −dY
=
UM Y dX
Por consiguiente, aplicando la definición de RMS vista en los párrafos previos, se obtiene:
∂U
| UM X UM X ∂ X (5)
−dY
RMS= ; con RMS= y =
dX U =Constante UM Y UM Y ∂U
∂Y
Utilidad= U (X,Y)= X α Y β
Se denomina función de utilidad Cobb Douglas en honor a dos investigadores que utilizaron una función
de este tipo para estudiar minuciosamente las relaciones de producción en la economía de Estados
Unidos.
En términos generales los términos α y β (dos constantes positivas) indican la importancia de relativa
que tienen los bienes de consumo para el individuo. Dado que la función de utilidad es única, salvo se
le aplique una transformación monótona, se sugiere plantear el supuesto de que α + β=1.
Utilidad= U (X,Y)= αX + βY
Donde α y β son dos constantes positivas. Dado que la RMS es constante (e igual a α / β ) a lo largo de
toda la curva de indiferencia, el concepto de relación marginal decreciente no es válido en este caso.
En este caso α y β son parámetros positivos. El operador “min” significa que la utilidad está dada por el
menor de los dos términos entre corchetes. En términos generales, no habrá un exceso de ninguno de
los dos bienes si:
αX =βY
Y α
=
X β
δ δ
X Y
Utilidad= U (X,Y)= +
δ δ
Donde δ ≠ 0 y
Utilidad= U (X,Y)= lnX + lnY
De esta forma, todas las funciones de utilidad mostradas previamente se exponen de manera gráfica a
continuación:
Gráfica 2: tipos de funciones de utilidad
Principios de optimización
Hasta ahora hemos revisado cómo se comportan las preferencias que tiene el consumidor para
demandar bienes en el mercado y la conformación de estas preferencias representadas gráficamente
por intermedio de una función de utilidad compuesta de cestas de consumo.
La restricción presupuestaria
Supongamos que una persona tiene I dólares para repartir entre el bien X y el Y. Si P x es el precio del
P x X + PY Y ≤ I
Es decir, no es posible gastar más de I en los dos bienes en cuestión. Esta restricción presupuestaria se
muestra gráficamente en la figura 3.
A más de este componente se incluye también la restricción presupuestaria que posee el individuo y el
problema de maximización se resolvería en un punto como el C, dado que en ese punto se obtiene el
mayor nivel de utilidad posible y se gasta todo el ingreso o renta para consumo.
Para el caso de los niveles de utilidad U 1 , y U 3 no son puntos óptimos dado que en U 1 aún se puede
consumir más contemplando el ingreso disponible, mientras que en U 3 es un punto inalcanzable dada
la restricción presupuestaria.
Por lo tanto, solo en el puno C, donde la pendiente de la curva de indiferencia (con nivel de utilidad
U 2 ¿ es tangente a la pendiente de la restricción presupuestaria, se resuelve el problema de
maximización del consumidor y se puede obtener las demandas de consumo óptimas que le otorgan al
individuo el máximo nivel de bienestar posible.
Cuando hay “n” bienes entre los que elegir, el objetivo del individuo es maximizar la utilidad de estos
“n” bienes:
Utilidad: Utilidad= U( X 1 , X 2 , … , X n ¿
O en otros términos:
I- P1 X 1- P2 X 2−…−Pn X n=0
Utilizando las más convencionales técnicas de para la maximización de una función de utilidad sujeta a
una restricción presupuestaria por el método de multiplicadores de Lagrange, formulamos el
Lagrangiano:
∂L ∂U
= - λ P1=0
∂ X1 ∂ X1
∂L ∂U
= - λ Pn =0
∂ Xn ∂ Xn
∂L
= I- P1 X 1- P2 X 2−…−Pn X n=0
∂λ
De las condiciones de primer orden representadas por las ecuaciones previas podemos
destacar la regla de maximización para poder resolver el problema del consumidor, asumiendo
dos bienes cualesquiera, X i y X j tenemos que:
∂U ∂U
Si - λ Pi =0 tendríamos que λ=
∂ Xi ∂ X i Pi
∂U ∂U
De igual forma, si - λ P j=0 tendríamos que λ=
∂ Xj ∂ X j Pj
Si igualamos los multiplicadores monetarios λ para cada uno de los bienes obtendríamos
∂U ∂U
=
∂ X i Pi ∂ X j P j
O en otros términos:
∂U
∂ Xi Pi
=
∂U Pj
∂Xj
Ecuación que describe la regla de maximización vista en los párrafos previos en la ecuación 6. Es decir,
que el consumidor encuentra sus demandas óptimas de consumo cuando la pendiente de la curva de
indiferencia es igual a la pendiente de la restricción presupuestaria. A partir de esta interpretación se
puede calcular las cestas óptimas de consumo, que de aquí en más se llamarán demandas
Marshallianas, las cuales estarán en función de la renta y los precios relativos.
El dual del problema de maximización del gasto del individuo es alcanzar un determinado nivel de
utilidad U 2 con el menor gasto posible. Un nivel de gasto E1 tal como consta en la gráfica 5, no
permite alcanzar U 2 , mientras que E3 da más poder al gasto que el estrictamente necesario. No
¿ ¿
obstante, con el gasto E2 , el individuo puede alcanzar U 2 consumiendo X e Y .
De esta forma, para encontrar la demandas compensadas que caracterizan la minimización del gasto
por parte del individuo habría que especificar a la función objetivo como el gasto, sujeta a una
restricción que será el nivel de utilidad:
E (gasto) = P1 X 1+ P2 X 2 +…+ Pn X n
Sujeto a:
Utilidad= U =( X 1 , X 2 , … , X n ¿
L=P1 X 1+ P2 X 2 + λ(U - X 1 , X 2 , … , X n)
Demandas Marshallianas
Maximización de utilidad para el caso de una función Cobb Douglas
Función de utilidad: U =X 0.7 Y 0.3
∂L (1)
=0.7 X −0.3 Y 0.3−λPx=0
∂X
∂L −0.7 0.7
(2)
=0.3Y X −λPy=0
∂Y
(3)
∂L
=I −PxX −PyY
∂λ
λ=λ de 1 y 2, tenemos:
Siendo consistentes con lo expuesto por Nicholson (2011) esta expresión representa la regla de
maximización del consumidor, debido a que del lado izquierdo se encuentra la operacionalización de las
utilidades marginales sobre cada uno de los bienes consumidos y del lado derecho los precios relativos.
Es decir, se está igualando la pendiente de la curva de indiferencia del consumidor con la pendiente de
su restricción presupuestaria.
0.7 Y Px
=
0.3 X Py
0.3 Px
Y= X
0.7 Py
0.7 Py
X= Y
0.3 Px
Paso 6: se introduce estos dos resultados, de forma parcial en la ecuación 3 igualada a cero:
∂L
=I −PxX −PyY
∂λ
I −PxX−PyY =0
I −Px
[ 0.7 Py
0.3 Px ]
Y − PyY =¿0 I −PxX −Py
[ 0.3 Px
0.7 Py ]
X =0
La interpretación que se desprende de estas demandas es que a medida que aumenta la renta de un
individuo, manteniendo todo lo demás constate, la demanda de cada bien aumenta. Por el contrario,
cuando aumentan los precios de los bienes – considerando que estos se encuentran en el denominador
– la demanda de cada bien cae. Estos resultados son coincidentes con lo que sugieren los principales
manuales de la microeconomía y se ha comprobado en base a la herramienta cuantitativa lo que de
forma teórica asume el consenso de los analistas.
Por último, con ambas demandas óptimas de consumo, se puede calcular el máximo nivel de bienestar
asociado, de la siguiente forma:
I M
=X
1.43 Px
Demanda Marshalliana del bien Y
I M
=Y
3.33 Py
Función de utilidad:
0.7 0.3
U =X Y
Al introducir las demandas en la función de utilidad obtenemos la función de utilidad óptima o también
conocida como función de utilidad indirecta “V” para diferenciarla de la función de utilidad convencional
“U”:
( )( )
0.7 0.3
I I
U=
1.43 Px 3.33 Py
I
U=
( 1.43 Px ) (3.33 Py )0.3
0.7
I
U=V= 1.84 ( Px )0.7 (Py )0.3
∂L
=X −2−λPx=0 (1)
∂X
∂L −2
=Y −λPy=0
∂Y (2)
∂L
=I −PxX −PyY (3)
∂λ
λ=λ de 1 y 2, tenemos:
X−2 Y −2
=
Px Py
Paso 4: ubicar los precios relativos de un lado de la ecuación y las cantidades demandadas del otro.
Tomar en consideración que para dejar libre a las cantidades X e Y, hay que elevar el lado izquierdo y
el lado derecho a la ½.
( ) ( )
−2 1 1
X 2 Px
= 2
Y −2 Py
−1 0.5
X Px
−1
= 0.5
Y Py
Por último se invierte el orden de las variables X e Y para dejarlas con exponente positivo.
0.5
Y Px
=
X Py 0.5
Siendo consistentes con lo expuesto por Nicholson (2011) esta expresión representa la regla de
maximización del consumidor, debido a que del lado izquierdo se encuentra la operacionalización de las
utilidades marginales sobre cada uno de los bienes consumidos y del lado derecho los precios relativos.
Es decir, se está igualando la pendiente de la curva de indiferencia del consumidor con la pendiente de
su restricción presupuestaria.
Y Px0.5
=
X Py 0.5
0.5 0.5
Px Py
Y = 0.5 X ; X = 0.5 Y
Py Px
Paso 6: se introduce estos dos resultados, de forma parcial en la ecuación 3 igualada a cero:
∂L
=I −PxX −PyY
∂λ
I −PxX−PyY =0
[ ] [ ]
0.5 0.5
Px py
I −PxX−Py 0.5
X =0 I −Px 0.5
−PyY =0
Py px
I −PxX 1+
[ Py 0.5
Px 0.5
=0
] I −PyY
[ PX 0.5
PY 0.5
+1 =0
]
I M I M
=X =Y
[ ] [ ]
0.5 0.5
Py Px
Px 1+ Py +1
Px 0.5 Py 0.5
De esta forma, se ha encontrado las demandas óptimas de consumo para una función CES. La
interpretación de estas demandas no se aleja de los resultados evidenciados para la Cobb
Douglas, pues la renta o ingresos sigue teniendo una relación directamente proporcional con
la cantidad demanda – manteniendo lo demás constante - por encontrarse en el numerador.
La única diferencia es que ahora no solo depende del precio del bien que se está consumiendo
sino que también depende del bien sustituto.
x=4 y
x
y=
4
Paso : se introduce estos dos resultados, de forma parcial en la restricción presupuestaria igualada a
cero.
I −PxX−PyY =0
I −PxX−Py
[] x
4
=0 I −P X ( 4 y )−PyY =0
I −PxX−0.25 P y X I −Y ( 4 Px + Py ) =0
I −x [ Px+ 0.25 Py ] =0
M I I M
X = ¿Y
Px+0.25 py 4 P x+ P Y
Demandas Compensadas
Px
De 1 λ=
0.7 X −0.3 Y 0.3
Py
De 2 λ= −0.7 0.7
0.3Y X
λ=λ de 1 y 2, tenemos:
Px Py
−0.3 0.3
=
0.7 X Y 0.3 Y −0.7 X 0.7
Paso 4: ubicar los precios relativos de un lado de la ecuación y las cantidades demandadas del otro.
−0.3 0.3
Px 0.7 X Y
=
Py 0.3 Y −0.7 X 0.7
Px 0.7 Y
=
Py 0.3 X
0.3 Px
Y= X
0.7 Py
0.7 Py
X= Y
0.3 Px
∂L 0.7 0.3
=U −X Y =0
∂λ
Como se ha podido apreciar a lo largo del compendio, la diferencia entre una demanda
Marshalliana y una Compensada radica en la forma de especificación del problema al que se
enfrenta un consumidor, mientras en la primera se busca maximizar la utilidad sujeta a una
restricción presupuestaria, en el segundo caso lo que se busca es minimizar el gasto de la
persona para con un menor ingreso mantener constante el nivel de bienestar o utilidad.
Para las demandas Compensadas, se usa la función de gasto para que con el mínimo costo
posible el bienestar o función de utilidad no se vea afectado. Es por ello que estas demandas
dependen de una función de utilidad (fija) y los precios relativos.
A. La restricción presupuestaria
B. La curva de indiferencia
C. La función de consumo
D. La función de gasto
MATERIAL COMPLEMENTARIO
Los siguientes recursos complementarios son sugerencias para que se pueda ampliar la
información sobre el tema trabajado, como parte de su proceso de aprendizaje autónomo:
REFERENCIAS