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1.

Teoría del consumidor

a. Utilidad total y marginal

El objetivo básico de la Microeconomía es la determinación de los precios relativos de las


mercancías y factores que se forman en los mercados. Para conocer cómo se forman los precios, la
Microeconomía se ocupa de los problemas relativos a las unidades primarias de decisión utilizando
el esquema de análisis basado en la oferta y la demanda.

El resultado de las decisiones que diariamente tomamos sobre la asignación de nuestro escaso
dinero y tiempo es lo que subyace a las curvas de demanda. En esta unidad ampliaremos el análisis
de la demanda y examinaremos los principios básicos de la elección y la conducta del consumidor.
Todos los días tomamos más de alguna decisión económica, ¿Almuerzo hamburguesa o algo light?,
Me voy en uber o tomo un taxi, estudio Economía y derecho.

Al estudiar la conducta de los consumidores lo que pretendemos es entender los principios que
orientan a los individuos cuando demandan bienes y servicios. Para explicar el comportamiento de
los consumidores podemos aceptar como punto de partida que los individuos tienden a elegir
aquellos bienes y servicios que valoran más, es decir, aquellos que les reportan una mayor utilidad
o satisfacción. En otras palabras, vamos a suponer que los individuos maximizan su utilidad, lo que
implica que eligen el conjunto de bienes de consumo que más prefieren. Entonces, la utilidad es el
sentimiento subjetivo de placer o satisfacción que una persona experimenta como consecuencia de
consumir un bien o un servicio.

En la actualidad, la utilidad se considera como un instrumento conceptual que las personas utilizan
para entender cómo los consumidores racionales distribuyen sus recursos entre los distintos bienes
y servicios de forma que logran maximizar su satisfacción.

Desde una perspectiva histórica, sin embargo, el concepto de utilidad empleado era el de utilidad
cardinal, esto es, el de utilidad como una magnitud medible. Para analizar las decisiones del
consumidor, empecemos por describir la relación que existe entre las cantidades consumidas de un
bien y la utilidad que proporcionan. Parece lógico suponer, y la experiencia así lo sugiere, que, a
medida que aumenta la cantidad consumida de un bien, digamos helado, aumenta la satisfacción o
utilidad total proporcionada por dicha cantidad. ¿Será cierto, entonces que, si comemos más de ese
bien, más somos felices? ¿Imagínese comer 5 hamburguesas seguidas?

Así, en el cuadro adjunto se observa que conforme aumenta la cantidad consumida, esto es, el
número de litros de helado consumidos a la semana aumenta la utilidad total.
Entonces, cuando aumenta la cantidad consumida de helado en un litro obtenemos un aumento de
utilidad total, que denominamos utilidad marginal.

Supongamos que, a medida que aumenta la cantidad consumida de un bien, el incremento de


utilidad total que proporciona la última unidad es cada vez menor. En términos gráficos esto se
refleja en dos hechos: por un lado, en que la curva de utilidad total, si bien crece, lo hace a un ritmo
decreciente y, por otro, en que la utilidad marginal es decreciente.

Aunque las preferencias de los individuos por la mayoría de los bienes parecen coherentes con el
principio de la utilidad marginal decreciente, puede ocurrir que, en ocasiones, esto no sea así. Por
ejemplo, en el caso de un coleccionista cabe esperar que al aumentar la cantidad de un determinado
bien aumente su utilidad marginal. Estos casos, sin embargo, se consideran como anormales.
Asimismo, cabe señalar que, si bien la utilidad marginal por lo general disminuye conforme se
incrementa el número de unidades consumidas, en determinadas circunstancias puede que con las
primeras unidades la utilidad marginal aumente. Así, por ejemplo, si se consume una cantidad de
una determinada fruta que se desconocía es probable que la segunda o tercera unidad produzcan
una mayor satisfacción que la primera, pero indiscutiblemente a partir de un cierto momento el
individuo empezará a sentirse saciado y la utilidad disminuirá.

En resumen, podemos decir que, una persona demanda un satisfactor determinado por la
satisfacción o utilidad que recibe al consumirlo. Hasta cierto punto, mientras más unidades de un
satisfactor consuma la persona por unidad de tiempo, mayor será la utilidad total que reciba. Aun
cuando la utilidad total aumente, la utilidad marginal o extra que se recibe al consumir cada unidad
adicional del satisfactor suele disminuir. En algún nivel de consumo, la utilidad total que recibe la
persona al consumir el satisfactor alcanza un máximo y la utilidad marginal es cero. Éste es el punto
de saturación. Unidades adicionales del satisfactor hacen que disminuya la utilidad total y la utilidad
marginal llegue a ser negativa debido a los problemas de almacenamiento o de eliminación de
sobrantes.

Ejemplo:

En las dos primeras columnas de la tabla se muestra la utilidad total hipotética (UT) de la persona
por el consumo de diferentes cantidades del satisfactor X por unidad de tiempo. (Aquí se supone
que la utilidad puede medirse en términos de una unidad ficticia denominada “útil”.) Observe
que, hasta cierto punto, si la persona consume más unidades de X por unidad de tiempo, la UTx
aumenta. En las columnas (1) y (3) de la tabla se muestra la utilidad marginal (UM) de esta persona
por el satisfactor X. Cada valor de la columna (3) se obtiene restando dos valores sucesivos de la
columna (2). Por ejemplo, si el consumo de X hecho por la persona va de cero unidades a una unidad,
la UTx va de cero útiles a 10 útiles, dando una UMx de 10 útiles. De modo semejante, si el consumo
de X hecho por la persona va de una unidad a dos unidades, la UTx sube de 10 a 18, dando una UMx
de 8. Observe que a medida que esta persona aumenta su consumo de X por unidad de tiempo, la
UMx disminuye.

Si se grafican los valores de la utilidad total y la utilidad marginal de la tabla 4.1 se obtienen las
curvas de la utilidad total y marginal de la figura anterior. Puesto que la utilidad marginal se ha
definido como el cambio de la utilidad total debido al cambio en el consumo en una unidad, en el
inciso b) de la fi gura cada valor de la UMx se ha registrado en el punto medio entre los dos niveles
de consumo. El punto de saturación (UMx = 0) se alcanza cuando la persona aumenta el consumo
de X de 5 a 6 unidades. La curva descendente de UMx ilustra la ley de la utilidad marginal
decreciente.

b. Equilibrio del consumidor


El objetivo de un consumidor racional es maximizar la utilidad total o la satisfacción derivada
del gasto de su ingreso personal. Este objetivo se alcanza y se dice que el consumidor está en
equilibrio, cuando gasta su ingreso personal de manera que la utilidad o satisfacción del último
quetzal gastado en los diferentes satisfactores es la misma. Es decir, encontrar el punto máximo en
donde el consumidor se sienta saciado y que su ultimo ingreso sea gastado óptimamente.

c. Preferencias y curvas de Indiferencia


En economía por simplicidad didáctica se pude efectuar graficas que sean fácil de entender,
entonces se puede dibujar un mapa de las preferencias de las personas. Un mapa de preferencias
se basa en la idea, bastante sugerente, de que las personas pueden clasificar todas las
combinaciones posibles de bienes.

Una curva de indiferencia es la línea que muestra combinaciones de bienes que le resultan
indiferentes a un consumidor. La curva de indiferencia nos indica que una persona es igual de feliz
cuando consume dos películas y seis paquetes de refrescos al mes, por ejemplo, que cualquier otro
punto a lo largo de la curva de indiferencia. Una curva de indiferencia muestra las diferentes
combinaciones del satisfactor X y el satisfactor Y que generan igual utilidad o satisfacción al
consumidor. Una curva de indiferencia superior muestra un mayor grado de satisfacción y una
inferior, menor satisfacción.

Ejemplo:
La tabla proporciona puntos de tres curvas de indiferencia distintas para un consumidor. Al graficar
estos puntos en un mismo sistema de ejes y uniéndolos con curvas lisas se obtienen las tres curvas
de indiferencia que se muestran

d. Tasa marginal de sustitución


La tasa marginal de sustitución (TMS) es la tasa a la que una persona renunciará al bien y (el bien
medido en el eje de las y) para obtener una unidad adicional del bien x (el bien medido en el eje de
las x) y, al mismo tiempo, permanecer indiferente (es decir, permanecer en la misma curva de
indiferencia). La magnitud de la pendiente de una curva de indiferencia mide la tasa marginal de
sustitución. Si la curva de indiferencia tiene una pendiente pronunciada, la tasa marginal de
sustitución es alta. La persona está dispuesta a renunciar a una gran cantidad del bien y para obtener
una unidad adicional del bien x que lo haga permanecer indiferente. Entre tanto, si la curva de
indiferencia es plana, la tasa marginal de sustitución es baja. La persona está dispuesta a renunciar
a una cantidad pequeña del bien y para obtener una unidad adicional del bien x que lo haga
permanecer indiferente.

e. Características de las curvas de indiferencia


Las curvas de indiferencia tienen tres características básicas: su pendiente es negativa, son convexas
con respecto al origen y no pueden intersecarse.

Debido a que se está tratando con bienes económicos (es decir, escasos), si la persona consume más
de X, debe consumir menos de Y para permanecer en el mismo nivel de satisfacción (es decir, en la
misma curva de indiferencia). Por tanto, la pendiente de una curva de indiferencia debe ser
negativa. También debe ser convexa con respecto al origen porque presenta una TMS decreciente.
Y por último, las curvas de indiferencia no pueden interceptarse, debido a que ya seria una nueva
curva de indiferencia superior.

f. Línea de restricción presupuestaria

La línea de restricción presupuestal muestra todas las diferentes combinaciones de los dos
satisfactores que un consumidor puede comprar dados su ingreso monetario y los precios de ambos
satisfactores.

Es como decir, cuanto puedo obtener de ciertos bienes optimizando mis ingresos que son
expresados por medio de la línea de restricción presupuestaria. Eso sí, puede desplazarse en base
al nivel de ingreso. Es como decir que todos queremos comprar un Ferrari, para los ricos es mas
alcanzable que para la mayoría de nosotros, por el simple hecho que si línea de restricción
presupuestaria es mayor que los demás.

Las elecciones de consumo están limitadas por el ingreso y los precios. Cada hogar cuenta con una
cantidad determinada de ingreso para gastar y no puede influir en los precios de los bienes y
servicios que adquiere. La línea de presupuesto de una familia establece los límites de sus elecciones
de consumo.
En la gráfica veamos la línea de presupuesto de cierto individuo. En la cual se tiene un ingreso de 30
dólares mensuales que puede gastar en dos bienes: películas y refrescos. El precio de una película
es de 6 dólares y el de los refrescos es de 3 dólares por paquete de seis latas. En la tabla se muestra
las diferentes combinaciones de películas y refrescos que se puede consumir. El renglón A indica
que puede comprar 10 paquetes de refrescos y no ver películas, una combinación de ambos bienes
que agota todo su ingreso mensual de 30 dólares. El renglón F indica que Alicia puede ver cinco
películas y no beber refrescos, otra combinación de ambos bienes que agota todo su ingreso
mensual.
La combinación de cada uno de los demás renglones de la tabla también agota por completo el
ingreso. (Observe que la combinación de cada reglón suma exactamente 30 dólares). Las cifras de
la tabla definen las posibilidades de consumo de Alicia. Dichas posibilidades de consumo se
representan en forma gráfica como los puntos A a F en la figura

g. Equilibrio del consumidor respecto a las curvas de indiferencias


En base a lo anterior, desearíamos llegar a la mayor curva de indiferencia porque esa nos produce
mayor placer, pero nos detiene la restricción presupuestaria. Entonces, un consumidor está en
equilibrio cuando, dadas las restricciones de su ingreso y de los precios, maximiza la utilidad o la
satisfacción total que obtiene de sus gastos. En otras palabras, un consumidor está en equilibrio
cuando, dada la línea de su presupuesto, alcanza la curva de indiferencia más alta posible.

Ejemplo

Si en un mismo sistema de ejes se grafican las curvas de indiferencia del consumidor y la línea de
restricción presupuestal, es posible determinar el punto de equilibrio del consumidor. Esto lo da el
punto E de la gráfica.

Al consumidor le gustaría alcanzar la curva de indiferencia III, pero no puede debido a las
restricciones de su ingreso limitado y de los precios. La persona puede realizar su consumo en el
punto N o en el punto R de la curva de indiferencia I pero, de hacerlo así, no maximiza la satisfacción
total de sus gastos. La curva de indiferencia II es la curva más alta que esta persona puede alcanzar
con la línea de restricción presupuestal. Para alcanzar el equilibrio, este consumidor debe gastar $5
de su ingreso para comprar 5 unidades de Y, y los $5 restantes para comprar 5 unidades de X.
Observe que el equilibrio ocurre donde la línea del presupuesto es tangente a una curva de
indiferencia. Así, en el punto E, la pendiente de la línea del presupuesto es igual a la pendiente de
la curva de indiferencia II.

h. Efecto de sustitución y de ingreso


¿A modo de ejemplo con dos bienes (dinero y tiempo) Que pasa si les dicen que se queden a trabajar
horas extras (para los que aplica)? La respuesta deberá de tomarse en cuenta debido al factor
tiempo, debido a solo tenemos 24 horas, y si asumimos que trabajamos 8 horas 16 horas son de no
trabajo (se le conoce como horas de ocio) entonces al trabajar horas extras disminuye mis horas de
ocio. En resumen, si yo estoy dispuesto a sacrificar mis horas de ocio, bienvenidos sean las horas
extras. Sin embargo, ¿qué pasa si nos sentimos cansadas y nos dicen que nos pagan lo que sea para
que nos quedemos trabajando más? ¿Lo aceptaríamos? Eso es el efecto sustitución y el efecto
ingreso.

• El efecto sustitución de un cambio en el precio de un bien es la variación en la cantidad


consumida de dicho bien como resultado de que el consumidor sustituye el bien que se ha
vuelto más caro en términos relativos por el bien que se ha vuelto más barato en términos
relativos
• El efecto renta de un cambio en el precio de un bien es la variación en la cantidad consumida
de dicho bien que resulta de la alteración en el poder de compra del consumidor debido al
cambio en el precio del bien.

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