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alejandrodawid@gmail.com
setenta, o al menos en las obras vinculadas con el movimiento hippie, hay un tópico que
aparece recurrentemente: el viaje. Habría que distinguir dos tipos de viaje: por un lado,
el viaje literal, viaje por el espacio, realizado a través de un medio de transporte como
un auto, una moto o un bus; por otro lado, el viaje por la mente, metafórico, inducido
por el consumo de drogas. Para analizar estas dos formas del viaje trabajaremos con
algunos films, principalmente Easy Rider (Dennis Hopper, 1969) y The Trip (Roger
Corman, 1967). También tomaremos las letras de una serie de canciones de gran
importancia en el período psicodélico, algunas de las cuales –no todas– forman parte de
Una de las mayores influencias de los beats sobre los hippies tiene que ver, justamente,
con la afición por los viajes y por el consumo de drogas. “La generación [beat], dice Jeff
Nutall, centró su vida alrededor de una tribu nómada que viajaba entre Berkeley,
más adelante que “en la costa Oeste, los beats hacían todo lo que han hecho las
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(1979: 109). Daniel Samoilovich, por su parte, señala que los beatniks eran “viajeros
incansables” que buscaban alejarse del american way of life y encontrar, en las drogas y
en las religiones orientales (Oriente, otra obsesión de los hippies, como lo muestran
algunas canciones de The Beatles o The Incredible String Band), “las razones y el
Improvisación
Estos viajes, en sintonía con la música preferida de los beats, el jazz, suele tomar
1970) hay dos escenas de viaje, una en avión y una en auto, con música de The Grateful
Dead y Pink Floyd respectivamente, probablemente las dos bandas de rock que más y
tome el ómnibus a Nueva York, su padre le dice “You never know what’s gonna happen
between here and there”. Wyatt, en Easy Rider, antes de comenzar el viaje se saca el
Para viajar, entonces, se sale del tiempo y de la cultura. Antes de partir, antes de
consumir la droga, debe producirse un despojo, hay que viajar liviano y sin
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preocupaciones: “Nevermind, shut up and take it”, le dice Billy, el otro viajero de Easy
Rider, a las prostitutas antes de tomar LSD. En The Trip, antes de darle el ácido a Paul,
su guía John le aconseja, citando la canción “Tomorrow Never Knows” de The Beatles:
“Turn off your mind, relax and flota downstream”. Los nombres de los personajes,
mismo leyendo estos versos, adaptados de un libro de Timothy Leary sobre el Libro
Tibetano de los Muertos, para escucharlos y usarlos como guía durante sus propios
viajes de ácido. Estas instrucciones de viaje, sin embargo, son más bien anti-
instrucciones. En lugar de estar atento para no perderse, hay que relajarse y dejarse
llevar.
Identidad
En estos films, tanto el viaje por el espacio como el viaje inducido por la droga,
modifican la identidad del viajero. Como afirma Nutall, “el efecto del LSD es la
las formas que toma esta relación es la idea del viaje como viaje de ida. Una vez que
Claude, el protagonista de Hair, llega a Nueva York, se encuentra en Central Park con
un grupo de hippies. Jeannie, una de las chicas del grupo, le pregunta de dónde viene, y
una vez que él le contesta que es de Oklahoma, ella dice “I know how it feels. I used to
come from Kansas”. Su viaje a Nueva York, entonces, ha producido una alteración en
su identidad, una ruptura entre ella y su lugar de origen: ya no hay vuelta a Kansas,
porque ella ya no es de ahí. Se ha vuelto un lugar común afirmar que después del primer
viaje de ácido uno no es el mismo, no hay vuelta atrás. Paul, en un momento de su viaje,
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dice que nunca va a volver. De esto habla la canción “Day Tripper” de The Beatles,
Otro punto en el que el viaje se relaciona con la identidad tiene que ver con la
percepción. Así como luego de un viaje uno ve las cosas de otra manera, el viaje de las
drogas también produce un cambio en el modo de percibir. Cuando Wyatt (Easy Rider)
decide guardar lo que queda de un cigarrillo de marihuana para el día siguiente, dice que
les dará “a whole new way of looking at the day”. Barenblit y Lubchansky apuntan a
esto mismo cuando afirman que “los fumadores notan liviandad, un sentimiento de
poder y distorsión del tiempo y del espacio” (1971: 245). El viaje produce una
percepción extrañada. “Wasn’t Born to Follow” de The Byrds, una de las canciones de
Easy Rider, suena durante una secuencia de viaje, y describe una percepción alucinada
del paisaje:
auditiva extrañada. En otra canción de The Byrds, “Eight Miles High”, también se
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Un último ejemplo es “The Trip”, del escocés Donovan. Más allá de lo directo del
título, la letra es interesante ya que implica un desplazamiento hacia Los Ángeles, uno
de los centros del movimiento hippie. En medio de la lluvia de colores del Sunset, este
Sin embargo, el viaje puede también aclarar la percepción, en lugar de volverla extraña.
En The Trip, Paul toma ácido con la esperanza de que le aclare los pensamientos en
relación con su divorcio: “I really think that I’ll find out something about myself”. En
identidad.
los efectos del LSD, que “han producido –frente a la incapacidad del individuo de
lo que se conoce habitualmente como un «mal viaje», pero no siempre es así” (1971:
245). En el caso de que sea así, el sujeto drogado puede sentir que muere o que está
muerto. De esta manara, en The Trip, Paul dice “I’m dead”. Una de las prostitutas en
Easy Rider dice: “I’m dying! I’m going to die. I’m dead”. Según una famosa anécdota,
durante un viaje de ácido que compartieron The Beatles con miembros de The Byrds y
con Peter Fonda, actor tanto de Easy Rider como de The Trip, el actor dijo que sabía lo
que era estar muerto. A partir de esto Lennon escribió “She Said She Said”. En la ya
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Experiencia
mientras vemos a Ringo comprar los boletos para el viaje, una voz en off dice “We
guarantee him the trip of a lifetime, and that’s just what he gets: the incredible magical
aparece así como una experiencia placentera para aquel que la vive –a pesar de que,
espectador en esa experiencia que atraviesan los personajes. Así, en Easy Rider, en los
momentos en los que Wyatt y Billy salen a la ruta, varias tomas del paisaje filmadas con
experiencia. Leonard Quart y Albert Auster señalan que el viaje es mejorado por el uso
excitante que el film hace del paisaje, el espacio, la luz, el movimiento y el sonido
rock contemporáneos). Del mismo modo, en Magical Mystery Tour las tomas en
viaje psicodélico.
Esto se vuelve clarísimo en el comienzo de The Trip. Un texto y una voz que
reimplantación del sentido estético visual de los que lo utilizan” (1979: 197). En la
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mente drogada se produce entonces una estética particular, una “estética de lo
tomar la droga, Paul se pone una máscara que le cubre los ojos y en esa oscuridad
por la banda de sonido de The Electric Flag. Albert Hoffman, luego de descubrir el
LSD en 1938, escribió: “Es particularmente notable el hecho de que todos los
Una vez más, The Beatles lo habían dicho: “listen to the color of your dreams”.
entre una estética musical y una visual. La psicodelia, sin ir más lejos, alude a lo
realizar en 1966 espectáculos en vivo en los que la innovación en los efectos de luz
era tan importante como la música. En los acid-tests llevados a cabo por Ken Kesey
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ambiental de funciones de luz y proyecciones de colores salvajes y de transparencias sobre
las paredes. A esta experiencia, según comenta Samoilovich, se le dio el nombre de viajes.
canciones de la época, el uso de música de las grandes bandas del momento en los
(The Beatles, The Who, Led Zeppelín), contribuyen a esta idea de la unión entre lo
sonoro y lo visual. Viajar en los sesenta –viajar por la ruta, viajar por la mente– es
Bibliografía
Quart, Leonard y Albert Auster. American Film and Society since 1945. Wesport
(Connecticut): Praeger, 1999.