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Machado no tomó las armas para luchar contra la opresión y el autoritarismo, la insensibilidad

de los ricos y poderosos, pero supo, mejor que cualquier otro escritor de su tiempo, revelar las
particularidades que los hacía salir de sus escondites ideológicos.

En Memórias Póstumas de Brás Cubas, la "volubilidade narrativa" expone locuazmente la


ambigüedad ideológica y moral de los propietarios, a diferencia de las primeras novelas, lo que
le confiere un estatuto de momento excepcional y revelador en la progresión crítica de su
obra.

La novedad radica en el narrador, humorística y agresivamente arbitrario, que funciona como


un principio formal, sujetando a los personajes, la convención literaria y el lector. Al principio,
la obligación de respetar el lector, la verosimilitud, la continuidad de espacio y tiempo, luego,
da lugar a las transgresiones con que se deleita el narrador machadiano, "que também
contracenam no espaço abstrato e supranacional das regras de convívio, onde estAo em jogo
as questes universais do homem civilizado (por oposiçáo ás brasileiras)" (idem, p. 18). Este
narrador sofisticado y libre, dueño de sus medios y tradición, reitera "em pensamento e
conduta os atrasos de nossa formaço social, em vez de os superar" (op. cit., p. 31).

A modo de cierre, se pude afirmar que Machado de Asís inaugura una escritura
moderna e innovadora en el escenario brasileño de fines del siglo XIX. Por un
lado, reutiliza el concepto de verosimilitud en su obra, adjudicándole una nueva
función de la narrativa realista, cuyo objetivo es lograr un efecto mimético de lo
real, que suponía como el camino más corto para llegar al fondo del cuadro
social. Por otro lado, analizaba tímida, pero detenidamente la involución del
brasileño, en un país que aún carecía de una identidad nacional, que aún
luchaba contra las ataduras coloniales y buscaba proyección a través de las
incipientes relaciones internacionales. En este sentido, el poeta y escritor, no
tomó las armas para luchar contra la opresión y el autoritarismo, la
insensibilidad de los ricos y poderosos, pero supo, mejor que cualquier otro
escritor de su tiempo, revelar las particularidades que los hacía salir de sus
escondites ideológicos. Y es en este juego novedoso de complicidad
narrador /lector, un poco humorística pero arbitraria, mediante la cual se
propone antes que ilusionar al lector con el progreso de una sociedad atrasada,
lo que se observa es la reproducción del atraso, lo más claro posible.

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