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Universidad Nacional de Colombia

Literatura Española de los Siglos de Oro


Daniel Orlando Caballero Ubaque
Ángela Tatiana Calderón Sanchez  

1.     Por qué se ha considerado El Lazarillo como el comienzo de la mayor revolución literaria


desde la Grecia clásica

2.     ¿Qué significa arrimarse a los buenos?

3.     ¿El Lazarillo puede etiquetarse como una Bildungsroman? Si es una novela de


educación, ¿qué es lo que aprende el personaje principal?, ¿cómo es su proceso de
aprendizaje?, ¿qué aprende con cada uno de sus amos?

Aquí un par de entradas bibliográficas indispensables para el desarrollo del taller.

Lazarillo de Tormes, ed. de Francisco Rico, Madrid: Editorial Cátedra, varias ediciones.

Francisco Rico, Problemas del Lazarillo, en línea en http://www.cervantesvirtual.com/obra-


visor-din/problemas-del-lazarillo--0/html/

Francisco Rico, La novela picaresca y el punto de vista, Barcelona: Seix Barral, 1973

1.  

De este modoEl Lazarillo se ha considerado como la mayor revolución literaria desde la


Grecia clásica por dos aspectos: es el inicio del género picaresco y el preludio de la
novela realista. 

 Inicios del género picaresco:

se trata sin duda de la primera novela picaresca, género que imitará el punto de vista
establecido por el autor anónimo y el tipo humano prefigurado allí y desarrollado por
Alemán

En España el género extraía la sustancia moral, social y religiosa del contraste


cotidiano entre dos estamentos, el de los nobles y el de los siervos. Durante el siglo
XVII comienza a vulgarizarse y degradarse la hidalguía y personajes, como don
Quijote o el hidalgo pobre que se hace servir por el Lazarillo de Tormes, son
ilustraciones de este fenómeno en la literatura española, encontrando también su
correlato reflejado por el género teatral del entremés. El Lazarillo de Tormes (1554) es
el comienzo de una crítica de los valores dominantes de la honra y de la hipocresía
que hallará su culminación y configuración canónica con la Primera parte de Guzmán
de Alfarache (1599), de Mateo Alemán.
Las características de este género son las siguientes:
 El protagonista es un pícaro, de muy bajo rango social o estamento y
descendiente de padres sin honor o abiertamente marginados o
delincuentes. Perfilándose como un antihéroe, resulta un antípoda al ideal
caballeresco. Su aspiración es mejorar su condición social, pero para ello
recurre a su astucia y a procedimientos ilegítimos como el engaño y la
estafa.

Vive al margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad de
su época y su libertad es su gran bien, pero también posee una frecuente mala
conciencia que, por ejemplo en Guzmán de Alfarache, se extiende a lo largo de
páginas y más páginas de consideraciones éticas, morales y religiosas.

 Estructura de falsa autobiografía. La novela de humor está narrada en


primera persona como si el protagonista, un pecador arrepentido y
antihéroe, fuera el autor y narrara sus propias aventuras con la intención de
moralizar, empezando por su genealogía, antagónica a lo que se supone es
la estirpe de un caballero. El pícaro aparece en la novela desde una doble
perspectiva: como autor y como actor. Como autor se sitúa en un tiempo
presente que mira hacia su pasado y narra una acción cuyo desenlace
conoce de antemano.
 Determinismo: aunque el pícaro intenta mejorar de condición social, fracasa
siempre y nunca dejará de ser un pícaro. Por eso, la estructura de la novela
picaresca es normalmente abierta. Las aventuras que se narran podrían
continuarse indefinidamente, porque no hay evolución posible que cambie
dicha historia. Este paradigma, al que apela Lázaro para justificar sus
propios errores y ganarse la simpatía del lector en La vida de Lazarillo de
Tormes, fue contestada por Mateo Alemán, Francisco de Quevedo, Miguel
de Cervantes y otros autores de narraciones picarescas en años
posteriores, puesto que contravenía la doctrina católica del libre albedrío
tan importante en la contrarreforma. (Ver el artículo de Boruchoff abajo)1
 Ideología moralizante y pesimista. Cada novela picaresca está narrada
desde una perspectiva final de desengaño; vendría a ser un gran «ejemplo»
de conducta aberrante que, sistemáticamente, resulta castigada. La
picaresca está muy influida por la retórica sacra de la época, basada en
muchos casos, en la predicación de «ejemplos», en los que se narra la
conducta descarriada de un individuo que, finalmente, es castigado o se
arrepiente.
 Intención satírica y estructura itinerante. La sociedad es criticada en todas
sus capas, a través de las cuales deambula el protagonista en una
estructura itinerante en la que se pone al servicio cada vez de un elemento
representativo de cada una. De ese modo el pícaro asiste como espectador
privilegiado a la hipocresía que representa cada uno de sus poderosos
dueños, a los que critica desde su condición de desheredado porque no
dan ejemplo de lo que deben ser.
 Realismo, incluso naturalismo al describir algunos de los aspectos más
desagradables de la realidad, que nunca se presentará como idealizada
sino como burla o desengaño.
PG 55(23)- 56 (24)

 la verdad sospechosa(ficción/realidad):

En principio el libro podría ser  efectivamente la autobiografía de un pregonero castellano.


En las peripecias que refiere quizá quepa descubrir una o varias gotas de hipérbole o
deformación (las memorias auténticas no suelen ser exactas), pero nada que cualquier
lector de la época no pudiera haber visto, oído o vivido en el ambito de las experiencias
comunes y triviales. Los lugares mencionados, con toda precision, las costumbres, los
personajes eran familiares a todos los españoles de 1550 y pico. Incluso el lenguaje en el
qye esta escrito tampoco se sale perceptiblemente de las fronteras que cabria fijar un
sujeto sin estudios conocidos, pero más listo que el hambre y formado junto a hombres de
Iglesia y sus otros amos astutos.

No hay inconveniente en clasificar al Lazarillo de Tormes de “realista”, siempre y cuando


reparemos en que a propósito de nuestro libro el adjetivo no vale igual que aplicado a una
obra 300 o 400 años posterior. En primera instancia el Lazarillo es realista porque
pretende pasar por real: porque se nos ofrece como de veras escrito por un pregonero
vecino de Toledo. Solo en segunda instancia conviene usar el adjetivo en el sentido que el
siglo XIX nos legó como punto de referencia inevitable: ‘verosimil’, de acuerdo con una
probabilidad estadística, medica por la frecuencia y “verificable” segun los raseros que
todos aceptan en la vida diaria; e incluso tanto más verosimil y verificable  cuanto más
cerca de las clases bajas , tradicionalmente excluisdas de la literatura con aspiraciones de
arte.

P. 47-48-49-64-65-77-80-83-85-97-99-122

P. 125-126-127

Pg 28(10), 34-35(13)-38(15)-44(18)-46(19)- 58 (25)

Así, provisionalmente, el contexto nos dicta una primera hipótesis cuya validez
debemos ir contrastando en el texto: el autor del Lazarillo aspiraba a hacer al lector
víctima de una superchería.(engaño)

Entiendo que el autor del Lazarillo se propuso precisamente ese objetivo: presentar la
novela -cuando menos, presentarla- como si se tratara de la obra auténtica de un
auténtico Lázaro de Tormes. No simplemente un relato verosímil, insisto, sino
verdadero. No realista: real.

recurría al excipiente neutro de la prosa, prestaba a Lázaro un género o vehículo de


comunicación habitual en la vida diaria, prescindía de las marcas específicas de la
literatura... No podía esperar que el libro, de suyo, fuera recibido como ficticio y
forzaba los indicios de historicidad. En breve: el autor no divulgaba una ficción, sino
una falsificación.

La «willing suspension of disbelief» se producía únicamente -cuando se producía- si los


signos de artificio y con ellos las razones para la incredulidad estaban resaltados con
toda ostentación.
En cambio, los visos de realidad del Lazarillo infringían las condiciones habituales de la
ficción.

Los anales de la tipografía y los inventarios de manuscritos nos certifican que ni el público
ni las gentes de letras se interesaban por una prosa de ficción puntualmente atenida a los
criterios de la probabilidad, la experiencia y el sentido común: a los mismos criterios de
veracidad, en definitiva, que todos utilizaban al margen de la lectura y la creación
literaria.

La realidad que el hombre medieval quería ver representada en los libros no era la violenta
y temerosa que experimentaba   —165→   en carne propia, sino aquella que no veía
pero en la que creía ardientemente ... La vida real era falsa; la ficción, cierta»

La ocurrencia genial, el inmenso hallazgo del Lazarillo, está en haber urdido un largo relato
en prosa que debía ser leído a la vez como ficción y de acuerdo con una sostenida
exigencia de verosimilitud, de realismo.

La carta de Lázaro imponía una inicial presunción de historicidad, forzaba al poco a dudar
de ella y continuaba luego con irrebatibles apariencias de autenticidad.

Y bastaban ese minuto de engaño, la perplejidad inmediata y la porfiada verosimilitud de


cuanto venía después -hasta el desenlace- para fijar la preceptiva de un género nuevo y
revolucionario, del género emblemático -casi hasta ayer- de la modernidad literaria.

Porque el Lazarillo no es todavía la novela -es una broma, un juego-, pero ocupa ya el lugar
de la novela: un espacio reconocido como ficticio al que sin embargo se aplican las
leyes de la realidad más familiar. La novela realista clásica, en efecto, consagra la
misma convención de lectura -la ficción de no ser una ficc-ión, sino una tranche de vie-
que el Lazarillo había propuesto, conseguido y además, en un soberano cambio de
tercio, enseñado a valorar.

 imaginar desde dentro un personaje de la bajeza   —167→   social, la catadura y el entorno


de Lázaro era una operación que no tenía cabida ni en la preceptiva del humanismo ni
en las modalidades narrativas de tradición medieval.

 el Lazarillo invierte diametralmente la dirección realista de obras maestras como el


Decamerón o La Celestina: no camina hacia la realidad guiado por la literatura, sino
anda hacia la literatura con el impulso de la realidad.

l incógnito del Lazarillo no habría escrito algo entonces tan extraordinario como un relato
de imaginación sujeto sistemáticamente a los patrones que luego se llamaron
«realistas», si en una medida considerable no se hubiera propuesto publicar una
falsificación, un apócrifo.

 El móvil, opino, fue el deseo de encarnar una paradoja o, mejor, una serie de paradojas,
pues la ocurrencia de individualizar a un tipo como Lázaro y dar «entera noticia» de él
iba unida al experimento de inventar como principios y vehículos de la ficción los
mismos principios y vehículos de la realidad cotidiana.

Porque ahí, cuando ya es evidente que la narración se cierra porque Lázaro ha cumplido el
encargo del corresponsal que «escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso»,
solo ahí, y no antes, se hace claro de una vez por todas que el libro es un embeleco.

una vez averiguado que el «puerto» no pasaba de un ruin empleo de pregonero y «el caso»
era un bochornoso 'caso de honra', no quedaba sitio para la duda. Ni el «oficio real»
justificaba que el protagonista contara su vida como demostración de «cuánta virtud sea
saber los hombres subir, siendo bajos» -según había proclamado-, ni hacia 1550 era
concebible que ningún marido divulgara que le ponían el gorro con un arcipreste. La
historia de Lázaro, definitivamente, era un embuste, una patraña.

Desde luego, no podía aceptarse como real que un pregonero toledano publicara una larga
carta autobiográfica para acabar contando que se había casado con la barragana de un
cura.

género epistolar 

Pero las cartas eran de suyo una variedad expresiva reservada para la narración de
hechos reales, y el embozo de carta, por tanto, garantizaba al Lazarillo una inicial
presunción de veracidad.

Pg 65-67-69-76-

Pg 17 (4) - 18 (5) - 19 (5) - 20 (6) - 22 (7)

Epistolas APOCRIFAS

Se denomina así un conjunto de documentos con forma asumida del género epistolar,
aunque en realidad en muchos casos se asemejan más a la novela o a otros géneros,
cuya autoría se situaba bajo el nombre de uno o varios apóstoles con la finalidad de
legitimar y extender su uso

protagonista de baja clase, crítica y humanización de la institución religiosa

todos reciben sus estados de Dios; no tienen n i el derecho n i la posibilidad de cambiar de


estado. 

sujetos a los que uno se podría cruza a diferencia de Amadis y sus cien mil hijos jeje tambien
tuvo varios encuentros sexuales

La irrupción de gentecillas como los padres o los amos de Lázaro en un relato en prosa
constituía una novedad absoluta y los lectores de la época, en el pronto, no podían
presumir que se las habían con una ficción.

Pg. 118-
Pg. 57 (24)

la literatura de imaginación desconocía los temas y los modos propios del Lazarillo

2.  Ascenso social (que se conecta con el final). Relación servicial.

todos reciben sus estados de Dios; no tienen n i el derecho n i la posibilidad de cambiar de


estado. 

Querer subir en el mundo es rebelarse contra la voluntad divina, es pecar.

al equiparar la moral con el mejoramiento material, Lázaro llama virtud a un pecado. En la


esfera de la moral, la narración es iconoclasta.

  Entre los dos extremos del libro el autor se esfuerza por dar a la palabra buen o un sentido
especial, aplicable únicamente al mundo del picaro, mundo trastrocado, vuelto al revés

lo bueno en el Lazarill o es lo seguro, lo que conviene al bienestar del que lucha contra la
adversa Fortuna.

Para llegar a ser bueno hay que saber valerse por sí mismo. 

El provecho para él es el manantial de toda moral, incluso de la honra. 

para Lázaro, la moral consiste primero en no dejarse mori r de hambre y, sólo después de
cumplido este fin primario, en medrar

Lázaro ha subido en la escala social, pero no de acuerdo con ninguno de los conceptos
tradicionales que negarían o afirmarían su derecho a tal ascenso: "la persona es el único
criterio eficaz de verdad. Los principios más discantados, los arquetipos de conducta que
proponen los tiempos, se afirman y se niegan con idéntica facilidad. No hay valores: hay
vidas, y lo que sirve para una tal vez es inútil para otra. Esa parece ser la lección de
Lázaro" (pg. 50)

Pg.126 (abajo)

Pg 31 (11)

3.  Joven inexperto que con un mentor aprende a defenderse y moverse por el mundo. Joven
que busca mejorar socialmente. Educación negativa: su educación no a acorde con los
códigos caballeresco (honor, virtud), está llena de comportamiento ruines (la
supervivencia, ser avispa). El mentor no busca enseñarle, busca sacar provecho,el
aprende a través de la observación, experiencia y aplicación.

al equiparar la moral con el mejoramiento material, Lázaro llama virtud a un pecado. En la


esfera de la moral, la narración es iconoclasta. 

Pero muy lógico es suponer que la moral de Lázaro, que trastorna no sólo la virtud cristiana
sino también la honra profana, es un punto de vista teórico, y el libro todo un ensayo por
investigar las consecuencias sociales y personales de una moral pervertida
Los personajes del Laza - rill o presentan conscientemente y a sabiendas un aspecto que
contradice su íntimo ser. Y lo hacen por engañar a los demás con fines innobles -la s más
de las veces por pecar, porque no tienen más remedio que pecar.

L o que distingue a Lázaro de sus amos es su honradez inicial. Si su moral está trastornada
es que responde a las exigencias íntimas de su ser, a sus necesidades más bien físicas
que espirituales. Subordina el honor al hambre, lo bueno a lo provechoso. Pero es
esencialmente u n muchacho honrado: hay plena coherencia en él entre la apariencia y la
realidad. Sólo al final, cuando llega a la cumbre de la prosperidad a él asequible, aprende
a ser hipócrita, a conformarse con la mentira del Arcipreste, llamando "honrada" , de
dientes afuera, una situación que su corazón reconoce como deshonrosa. L a novela nos
enseña la corrupción moral de u n muchacho fundamentalmente bueno. 

Su integridad, su honradez (esencial si no formal) quedan desmoronadas por la fuerza de la


hipocresía universal. Partiendo de una moral condicionada por el instinto de perseverar en
su existir (moral de orden inferior a la religiosa sin duda, pero, dadas las circunstancias de
su vida, admirable en cierto sentido), el autor la va sustituyendo por una inmoralidad
corriente, que es la hipocresía. Lázaro es egoísta sólo dentro de límites bien marcados:
no quiere morirse de hambre. Fuera de estos límites es capaz de acciones altruistas. Sus
amos están entregados todos a la satisfacción desenfrenada de sus veleidades
personales, sin pensar en las consecuencias que habrán de sufrir sus prójimos. E l
egoísmo desbordante de los amos acabará por contagiar a Lázaro. 

La novela picaresca de Lazarillo de tormes cuenta como Lázaro va aprendiendo a


vivir a medida que va pasando de amo en amo y va aprendiendo las cosas de la
vida a través de las experiencias vividas.
Lázaro aprende de cada uno de sus amos lo bueno pero también lo malo y
aprende a subsistir y valerse por el solo. Lazarillo tuvo un proceso educativo largo,
y las experiencias vividas con cada uno de sus amos contribuyen a que se forme
como hombre y como persona.

Los amos que tiene son: Pg 36-37(14)

• Ciego: Pérdida de la ingenuidad y lucha por la vida.Pg: 27(9)-28   El ciego le


enseñaba las cosas a Lázaro a través de los golpes.
• Clérigo (6 meses): 
• Escudero: Lo inútil y falaz de la honra al uso
• Fraile:
• Buldero: callar y quedarse al margen cuando conviene , el silencio del
provecho propio  Pg.118-
• Pintor de panderos:
• Capellán:
• Alguacil:
• Arcipreste:

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