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Ficha de Análisis

INTEGRANTES
● Camilo Andrés Garnica Gómez - 0603595
● María Camila Herrera Cruz – 0603532

Identificación de sentencia:
Sentencia C - 418 de 2002
Expediente D-3786
Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 122 (parcial) de la Ley 685 de 2001
Actor: Juan Manuel Urueta Rojas
● ALVARO TAFUR GALVIS – Magistrado Ponente
● JAIME ARAUJO RENTERIA - Magistrado
● MANUEL JOSE CEPEDA ESPINOSA - Magistrado
● JAIME CORDOBA TRIVIÑO - Magistrado
● RODRIGO ESCOBAR GIL - Magistrado
● ALFREDO BELTRÁN SIERRA - Magistrado
● EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT - Magistrado
● ALVARO TAFUR GALVIS – Magistrado
● CLARA INES VARGAS HERNANDEZ - Magistrada

Breve descripción de los antecedentes:


En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, el ciudadano Juan Manuel Urueta
Rojas solicitó el artículo 122 de la Ley N° 685 de 2001 “para promulgar la ley de minería y
dictar otras disposiciones”.
El juez de instrucción, mediante auto de 13 de noviembre de 2001, reconoció el
requerimiento de remisión y ordenó cotizar los criterios imputados en la Secretaría General
de la Empresa. En la misma sentencia, ordenó enviar copias de la demanda al procurador
general del estado y notificar al presidente de la república, al presidente del congreso, al
secretario de Gobernación, a los ministros de justicia y del derecho, minería y energía, y la
Facultad de Derecho de Columbia del inicio del proceso.
Una vez concluido el proceso constitucional y legal de constitucionalidad, la Corte
Constitucional continuará fallando sobre las pretensiones correspondientes.
Identificación de los argumentos de las partes:
• Ministerio de Minas y Energía. Defiende la constitucionalidad del artículo
demandado y solicitar que se declare su constitucionalidad con fundamento en las
consideraciones que menciona.
La apoderada del ministerio concluye que el propósito del legislador al incluir el
Capítulo XIV del Código de Minas y la aplicación de esas normas por la autoridad
minera, constituyen una garantía para las comunidades indígenas en cuyo territorio
se pueda llevar a cabo la explotación de recursos naturales y, en consecuencia, se
encuentran dentro del marco constitucional previsto sobre la materia.

• Intervención de Ministerio del Interior. advierte que se deberá tener en cuenta que
la norma demandada y analizada, vista con el contenido del Decreto 710 de
1990, deberá ser reglamentada en el trámite para la constitución de la zona
minera, bien sea de oficio o a petición de la misma comunidad.

• Academia Colombiana de Jurisprudencia. Inicia su exposición refiriéndose a lo


que denomina «el contexto normativo constitucional de protección a los indígenas»
el cual, asegura, se extiende al ámbito político y territorial, así como encuentra
respaldo internacional en convenios que imprimen un carácter proteccionista a los
derechos de las minorías, tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos ratificado por la Ley 74 de 1968 y, aún más específico, el Convenio 169 de
la OIT ratificado por la Ley 21 de 1991. En cuanto a los territorios indígenas, hace
referencia a un proyecto de ley orgánica de ordenamiento territorial que se encuentra
en curso en el Congreso de la República, y formula comentarios que considera «útiles
respecto de lo dispuesto por la Ley 685 de 2001, cuyo artículo 122 es
demandado, pues en su artículo 123 señala qué se entiende como territorio y
comunidades indígenas, estableciendo así que son ´... la áreas poseídas en forma
regular y permanente por una comunidad, parcialidad o grupo indígena de
conformidad con lo dispuesto en la Ley 21 de 1991 y demás leyes que la modifiquen
amplíen o sustituyan´. » Hechas estas consideraciones preliminares, advierte que el
artículo acusado reitera los conceptos constitucionales y legales que se han venido
desarrollando para la protección y reivindicación de los derechos de las minorías
indígenas desde la Constitución de 1991.
Así mismo, considera que el propósito de garantizar la participación y el derecho de
consulta a los indígenas se hace evidente en el artículo 127 del Código de Minas.
Resumen Consideraciones de la Corte:
• El creer que la administración por si sola indique las zonas dignas de protección
especial en el desarrollo de explotación minera podría vulnerar de manera
incorregible las formas de vida de los pueblos indígenas, en Territorio, cultura, social
y económico.
• Los derechos de estas minorías étnicas, en concordancia con la administración, las
zonas dentro de los territorios deben revertir la calidad de las zonas mineras que están
plasmados en el derecho especial minero, bajando el territorio indígena vulnerable.
• Se afecta el precepto de pluralidad pues no se tiene en cuenta la diversidad de criterios
que pueden existir entre la administración y los indígenas al momento de delimitar
las zonas mineras de que trata la ley.
• No se cumple la finalidad constitucional de las normas que afectan las poblaciones
indígenas, y las normas especiales dentro de la jurisdicción de cada territorio indígena
• Vulnera la libertad, económicas, sociales territoriales, religiosas y de lenguaje.
• Constituye un derecho constitucional de naturaleza colectiva, señala que a ese
mecanismo debe acudir cualquier autoridad administrativa, cada vez que adelante
una actuación cuyos destinatarios sean las comunidades indígenas.
• Solicita a la Corte que teniendo en cuenta los artículos 1, 79, 80 y 330 de la
Constitución señale de manera expresa los límites de la norma con el fin de evitar
que las autoridades realicen interpretaciones diversas sobre ella, contrariando los
principios constitucionales sobre protección y participación de las comunidades
indígenas.
Análisis personal:
• Las normas expuestas en esta sentencia son superiores a el interés particular y más
de las explotaciones mineras, El estado debe proteger a toda costa las minorías y
poblaciones indígenas, en su territorio, religión, lenguaje y normas especiales
internas.
• La explotación y exploración de minería, debe ser ejercida de manera responsable sin
dañar o dejar un detrimento natural o social.
• Las comunidades indígenas y los ciudadanos que sean afectados deben ser los
primeros en dar su punto de vista y sus recomendaciones con respecto a la
explotación de recursos del suelo al ser ellos los principales afectados y mucho mas
no poder sacar una remuneración para que subsane los daños y perjuicios que se
lleguen a generar a las comunidades y al medio ambiente.

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