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9930-Texto Del Artículo-21654-1-10-20181114
9930-Texto Del Artículo-21654-1-10-20181114
estudios
John W. O’Malley, SJ
Profesor de Historia y Teología en la Universidad de Georgetown
(Washington, DC)
E-mail: jwo9@georgetown.edu
John W. O’Malley
Pero había mucho más. Por pri- se alzaba a un nivel más alto de
mera vez en la historia los católi- generalización. Esta percepción
cos fueron exhortados a fomentar sirvió de lente para interpretar las
relaciones amistosas con cristia- decisiones particulares e integrar-
nos no católicos, e incluso a rezar las en un diseño más general.
con ellos. La Iglesia entabló diálo-
gos oficiales con otras iglesias y Pero surgió el problema de la ex-
revisó doctrinas que durante si- presión. En este contexto, ¿qué se
glos habían separado a católicos quería decir con «espíritu»? ¿No se
de protestantes y ortodoxos. Rom- trataba de un término ambiguo
piendo con una larga tradición, el susceptible de manipulación? ¡Tu
concilio afirmó el principio de li- «espíritu del Vaticano II» podría no
bertad religiosa y, al hacerlo, rea- ser mi «espíritu del Vaticano II»! La
firmó la fidelidad a la conciencia expresión se hizo sospechosa y en
como norma de decisiones mora- algunos círculos fue despectiva-
les. En la densa tiniebla que el Ho- mente rechazada como banal e in-
locausto había proyectado, el anti- sustancial, indigna del concilio:
semitismo recibió un categórico desfiguraba el verdadero significa-
repudio. do del concilio, que se encontraba
en sus afirmaciones específicas.
Aunque estos y otros cambios pa-
recidos fueron, sin duda, impor- Ciertamente no faltan problemas
tantes, no llegaron a reflejar indivi- con respecto a esta expresión, pero
dual o colectivamente, la prevalen- no por ello deberíamos abando-
te sensación de que, por encima narla. Después de todo, la distin-
de esas particularidades, en el con- ción entre espíritu y letra ocupa
cilio había ocurrido algo más, de lo un respetable puesto en la tradi-
cual esas decisiones concretas no ción cristiana. Basada aproxima-
pasaban de ser una manifestación. damente en la segunda carta a los
Es decir: que el concilio abarcaba Corintios, 3:6 («la letra mata, el es-
aquellas novedades al mismo tiem- píritu vivifica»), durante siglos
po que las trascendía. sirvió a teólogos y exegetas como
una categoría frecuente e indis-
Para dar expresión a ese impor- pensable en la interpretación de
tante elemento la gente empezó a textos. Es, además, una distinción
referirse «al espíritu del concilio». que con frecuencia hace su apari-
No pretendían insinuar que «el es- ción en la conversación ordinaria,
píritu» no armonizara con «la le- lo cual confiere una cierta validez
tra» de los documentos concilia- cognitiva. Me atrevo a decir que,
res, sino más bien que, el espíritu, de hecho, esta expresión (o su
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el Vaticano II. Fue la esencia del llevan al corazón del Vaticano II:
«espíritu del Vaticano II». «El gozo y la esperanza, la tristeza
y la angustia de los hombres de
Un mero cotejo del modelo sugeri- nuestro tiempo, sobre todo de los
do por este vocabulario con el mo- pobres y de todos los afligidos,
delo que se quería sustituir o equi- son también gozo y esperanza,
librar, transmite la importancia
tristeza y angustia de los discípu-
del vocabulario: de mandatos a in-
los de Cristo y no hay nada verda-
vitaciones; de leyes a ideales; de
deramente humano que no tenga
amenazas a persuasión; de obliga-
resonancia en su corazón» (n. 1).
ción a conciencia; de monólogo a
diálogo; de mandar a servir; de El concilio fue un acontecimiento
exclusión a integración; de hostili- rico y complejo en el que no es di-
dad a amistad; de sospecha a con- fícil quedarse en los árboles y per-
fianza; de competitividad a aso- der de vista el bosque. Si es impor-
ciación; de buscar faltas a aprecio; tante reflexionar sobre el cambio
y de modificación de la conducta a que operó el concilio con respecto
la interiorización. a ciertos particulares, es aún más
importante entender la nueva
Para la promoción de los valores
orientación que el concilio conci-
implícitos en este modelo, el conci-
bió para la Iglesia, y al hacerlo así,
lio no negaba la validez del con-
también para todos los católicos.
traste de valores. Ninguna institu-
A pesar del modo de expresarse
ción puede ser, por ejemplo, total-
que usaron ocasionalmente algu-
mente abierta. Más tarde o más
nos líderes del concilio, no hay du-
temprano se impone una decisión.
da de que todos sabían que el Vati-
Ninguna institución puede admitir
cano II, proclamado por sí mismo
a cualquiera sin correr el riesgo de
concilio pastoral, por esa misma
perder su identidad en el proceso.
razón era un concilio magisterial.
Ciertamente, ninguna institución,
El Vaticano II enseñó muchas co-
cuya única razón de ser es la pro-
sas pero pocas fueron tan impor-
clamación del mensaje evangélico,
tantes como el estilo de las relacio-
puede estar tan comprometida con
nes que prevalecería en la Iglesia.
la reconciliación que ponga en ries-
go su mensaje. Pero, ¿qué elemen- No «definió» tal enseñanza, pero
to es más constitutivo del mensaje la transmitió virtualmente en cada
que el amor al prójimo? una de las páginas a través de la
forma y el vocabulario que adop-
Las primeras palabras de Gaudium tó. Examinando la forma y el voca-
et spes encierran el mensaje y nos bulario, la «letra», llegamos al «es-
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