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¿Cómo leer el Antiguo Testamento?
Jean Louis Ska
2. Actitudescontradictorias
nas razones para esperar que Dios renovaría las gestas de antañLr -\
restituiría a su pueblo la tierra anhelada. Por este motivo los isr:ie-
litas quisieron ofrecer una descripción ideal de la conquista' adoP
tando un estilo que, entre sus principales características, tiene la rt-
luntad de embellecer las cosas.
Hay varios indicios que conf,ttman que el relato ha intentado ide¿-
lizar el pasado. Josué es uno de los pocos héroes irreprensibles de l"
Biblia. Dios no le negó nunca su ayuda' Así, es él quien revela a Josue
la causa de la derrota ante Ay y la manera de descubrir al culpable
(Jos 7, 10- l5); es también él quien detiene el sol y la luna para permi-
tir al héroe obtener la victoria total contra los amorreos. El narrador
indica a este propósito que éste -;algo inaudito!- es el único caso en
toda la historia sagrada en que Dios obedeció a un hombre (Jos l0'
12-15; cf . u. 14¡.La conquista es total (Jos 11, 12-15.23 11, 16-20:
21,43-45) y Josué no sufre más que una derrota, que por 1o demás
pronto se superó (Jos 7, 2-5). El tiempo de Josué es una de las pocas
épo.ut en que Israel mostró una fidelidad inquebrantable a su propio
Dios (Jos 24,31;cf. Jue 2,1).Ellibro termina con una escena impre-
sionante en la que el pueblo, unánime, concluye una alianza con Josué
y promete servir sólo a YHWH. Esta éste realmente una edad de oro
en la historia de Israel y conviene leer todo el libro con este espíritu.
Pero, al lado de esta descripción ideal, el libro contiene otras
afirmaciones que van en sentido contrario. Esto se ve especialmen-
te en cuatro campos.
Todos estos ejemplos nos hacen concluir que los relatos del li-
bro de Josué están impregnados de una tensión entre la descripción
utópica del ideal y la realidad de los hechos. A su vez, el lector tie-
ne el deber de recorrer el mismo camino para descubrir el «sentido»
del libro que vive de esta tensión. Tiene que revivir el contraste per-
manente entre la promesa de Dios que no puede dejar de realizarse
y la incapacidad humana de poder corresponder totalmente a ella,
entre el hecho de que el país haya sido entregado totalmente por
Dios y que no haya sido conquistado completamente por Israel. De
este modo, verá que la confianza en Dios no excluye, sino clue más
bien estimula, el recurso a la inteligencia. Por un lado. aprenderá a
conocer la intransigencia de una ley que no conoce excepciones ni
tolera infracciones; por otro, presenciará concesiones necesarias y
aplicaciones inspiradas en el principio de la epikeia.
En último análisis. la lectura es un recorrido que no elimina nin-
gún elemento de esta polaridad dialéctica, un recorrido que tiene
más de un punto en común con la experiencia diaria de cada uno. El
libro de Josué nos enseña no sólo que Dios está presente en el ideal,
en la utopía y en la ley, sino que existe además un camino distinto
al de la resignación y que hay ciertos compromisos inevitables con
una realidad defraudante. Este camino no está trazado de antemano.
sino que seffaza etapa tras etapa. tal como lo hicieron Josué y el
pueblo de Israel. Y el último mensaje del libro es que la empresa no
sólo es posible, sino que se logró a pesar de todo.
todas: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,
16 / Mc 15,34; cf. Sal 22,1). Jesús no sólo defiende la causa de to-
dos los justos inocentes del Antiguo Testamento. sino que ocupa un
puesto entre ellos para hacer que venza su causa. La resurrección
.-omo tal no debe interpretarse como si Jesús se hubiera librado de la
-uerte de los inocentes acusados injustamente. É1 padeció su suerte
rasta el fondo, hasta la muerte; y conservó sus huellas -sus heridas-
-n su cuerpo glorioso. La resurrección se manifiesta en la muerte y
más allá de la muerte, no fuera de e1la. «¿No era preciso que el Me-
.ías sufriera todo esto para entrar en su gloria?», dirá el Resucitado
i los discípulos de Emaús (Lc 24,26). Esta frase tan conocida se
propone mostrar cómo la pasión era un paso obligado. El Nuevo
Testamento no hace caduca ni mucho menos la sabiduría de Job; al
--ontrario, pone de relieve cómo es éste el camino que conduce hacia
¡l misterio de Cristo crucificado y resucitado. La resurrección es
'rna promesa hecha a los justos que sufren y que, como Job, rechazan
it¡do consuelo fácil -como la recompensa de una felicidad futura-,
Jeseando a toda costa descubrir a Dios ¿r¿ su sufrimiento, no después
le é1. ni fuera de é1. Para descubrir esta verdad, el lector debe tomar
:n serio a Job y el campo de fuerzas opuestas que lo recoren.
Podríamos proseguir estas observaciones. Pero bastarán, al me-
nos así 1o esperamos, para devolver al Antiguo Testamento 1o que le
--orresponde invitar a la lectura de esas páginas que fotman parte de
:luestro patrimonio y de nuestra identidad. Los relatos del Antiguo
Testamento, sin embargo, nunca responden por completo a nuestras
lreguntas; nos ofrecen más bien pistas señaladas para partir en bus-
;a de esas respuestas; nunca ofrecen productos acabados, sino que
ronen en nuestras manos los instrumentos necesarios para forjar en
:l laboratorio de su lectura una experiencia de fe siempre nueva.