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Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades Del Tomate (Tapia)
Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades Del Tomate (Tapia)
PLAGAS Y
ENFERMEDADES DEL
CULTIVO DEL TOMATE
BAJO AGRICULTURA
PROTEGIDA
ARTURO TAPIA GONZÁLEZ
INGENIERO AGRÓNOMO FITOTECNISTA
TRABAJO DE FIN DE MASTER PARA ACCEDER AL TÍTULO DE
“MASTER EN PRODUCCIÓN HORTOFRUTÍCOLA “
DIRECTOR: Dr. P. J. CONCEPCION RODRIGUEZ MACIEL
15-12-2015
Arturo Tapia González 1
ÍNDICE
Pagina
Introducción……………………………………………………………………………………………………. 5
1.0 manejo Integrado de plagas y enfermedades………………………………………….. 6
1.1. Insectos -plaga e insectos – benéficos………………………………………….. 7
1.2. ¿Cómo se desarrollan?.............................................................................. 7
1.3. ¿Cómo se propagan?................................................................................. 8
2.0 Métodos para el manejo integrado de plagas y enfermedades…………………………. 8
2.1. Método de control preventivo, también llamado cultural…………………… 9
2.2. Método de control manual o mecánico………………………………………………… 9
2.3. Método de control físico………………………………………………………………………. 9
2.4. Método de control biológico………………………………………………………………… 9
2.5. Método de control etológico……………………………………………………………….. 10
2.6. Método de control químico………………………………………………………………….. 10
2.7. Control legal …………………………………………………………………………………………….. 10
3.0. Identificación y manejo de las plagas en el cultivo del tomate………………………….. 10
3.1. Mosquita blanca (Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci)………………. 10
3.1.1 Método preventivo y cultural…………………………………………………. 11
3.1.2. Control biológico…………………………………………………………………… 11
3.1.3. Control químico……………………………………………………………………. 12
3.2. Araña roja (Tetranychus urticae). ………………………………………………………… 12
3.2.1. Método preventivo y cultural……………………………………………….. 13
3.2.2 Control biológico……………………………………………………………………. 13
3.2.3. Control químico……………………………………………………………………. 13
3.3. Acaro del bronceado del tomate (Aculups licopersici) …………………………. 13
3.3.1 Método preventivo y cultural…………………………………………………. 14
3.3.2. Control biológico………………………………………………………………….. 14
3.3.3 Control químico…………………………………………………………………….. 14
3.4. Pulgones……………………………………………………………………………………………… 14
3.4.1. Método preventivo y cultural……………………………………………….. 15
3.4.2. Control biológico………………………………………………………………….. 15
3.4.3. Control químico……………………………………………………………………. 15
3.5. Paratrioza (Bactericera cockerelli) ………………………………………………………. 16
3.5.1. Método preventivo y cultural………………………………………………. 17
3.5.2. Control biológico………………………………………………………………….. 17
3.5.3. Control químico…………………………………………………………………… 17
3.6. Polilla del tomate Tuta absoluta, (Meyrick) ……………………………………….. 17
3.6.1. Método preventivo y cultural………………………………………………. 18
3.6.2. Control biológico…………………………………………………………………. 18
3.6.3. Control químico…………………………………………………………………… 18
3.7. Trips Frankliniella occidentalis (F. exigua) ………………………………………….. 18
3.7.1. Método preventivo y cultural………………………………………………. 19
3.7.2. Control biológico………………………………………………………………….. 20
3.7.3. Control químico…………………………………………………………………… 20
Introducción
En este contexto, los sistemas de producción hortícola en invernadero, también conocida como
horticultura protegida, constituyen una alternativa viable para enfrentar varios de los problemas
anteriormente citados.
La agricultura protegida, es definida como un sistema agrícola con técnicas de producción que
permiten modificar el ambiente en el que se desarrollan los cultivos, con el propósito de favorecer
su crecimiento y desarrollo, incrementar rendimientos y lograr cosechas en fechas donde los
cultivos convencionales (campo abierto) no pueden conseguirse (Bastida-Tapia y Ramírez- Arias,
2008; Sánchez Castillo, 2007).
En agricultura protegida además de invernaderos se incluye la malla sombra (casa sombra), las
cubiertas flotantes (también llamadas mantas térmicas, que son láminas de diferentes materiales
que se colocan sobre el cultivo tras la siembra o plantación, de tal modo que son soportadas por
este, elevándolas con su crecimiento) también los macro y micro túneles. Estas estructuras de
protección generalmente se acompañan de sistemas de riego localizado (ferti-riego), cultivo sin
En general, los invernaderos constituyen el 44% y la malla sombra 51% de la superficie total. Los
estados de Sinaloa, Baja California, Baja California Sur y Jalisco son quienes aportan el mayor
porcentaje de cultivo en invernadero de acuerdo a las siguientes cifras: Sinaloa (22%) Baja
California (14%) Baja California Sur (12%) y Jalisco (10%); aportando estas entidades más del 50%
de la producción total de cultivos protegidos (Perea, 2011).
Las principales especies cultivadas bajo este sistema son: hortalizas como tomate rojo (Solanum
lycopersicum), pimiento morrón (Capsicum annum), pepino (Cucumis sativus), y melón (Cucumis
melo); así como ornamentales: rosas (Rosa ssp.), gerbera (Gerbera jamesonni) y crisantemos
Chrysanthemun morifolium); existen también amplias perspectivas para el cultivo de plantas
medicinales y aromáticas (SAGARPA 2009).
Las plagas y enfermedades a campo abierto como en invernaderos pueden ser controladas
eficazmente aplicando la estrategia de manejo integrado (MIPE), este sistema es una alternativa
racional para disminuir la dependencia en el uso de insecticidas químicos. Se basa en las prácticas
culturales con orientación al control de plagas y enfermedades, la capacidad que tienen las propias
plantas para tolerar o resistir daños por plagas y enfermedades y la acción de los factores
naturales de mortalidad de la plaga o enfermedad, que ejercen sobre ellas los parasitoides,
depredadores y patógenos. Actualmente es la opción más apropiada para sustituir el uso
inadecuado de los insecticidas (SAGARPA).
Su objetivo es lograr un manejo de las plagas y enfermedades que sea eficaz, económico y con el
menor impacto ambiental. “Manejo significa control y no erradicación”.
Si bien se llama plaga a la presencia excesiva de insectos dañinos dentro del invernadero,
debemos señalar que no todo insecto se convierte en plaga. Existen también insectos-benéficos
que se alimentan de insectos-plaga, los que cumplen una labor positiva al ser manejados
correctamente. Así encontramos diferentes grupos como:
Lepidópteros: incluyen las polillas y mariposas los que casi en su totalidad son insectos plaga, en su
estado larvario es decir como gusanos, alimentándose de hojas, flores y frutos. En su estado
adulto las polillas se desplazan de noche mientras que las mariposas vuelan de día. Dentro de los
enemigos naturales podemos encontrar depredadores como: Chrysoperla carnea, Coccinella
septempunctata L. y Orius spp., algunos parásitos destacando dos especies de Icneumónidos
Hypusopter didimator (Thumb) y Sinophorus sp. y dentro de los patógenos una cepa de baculovirus
entomopatogenos que infecta larvas de S. exigua, todos eficaces en el control de lepidópteros
plaga.
Dípteros: conocidos como moscas, las que en un gran número de casos son controladores
biológicos o insectos-benéficos. Muchas familias de Dipteros tienen especies depredadoras entre
las más importantes destacan: Syrphidae, Cecidomyiidae y Chamaemyiidae.
Los Coleópteros o Escarabajos: los que en algunos casos son insecto-plaga como los picudos
(Anthonomus eugenii) y en otros como benéficos un ejemplo es la mariquita (Hipodamia
convergens). La mayoría de ellos viven en el suelo, debajo de los terrones y tienen hábitos
nocturnos.
Otros grupos de insectos son las avispitas, los pulgones, las abejas, los abejorros, las chinches, los
trips las crisopas las arañas etc. de los que algunos son plagas y otros benéficos.
Para el MIPE es importante conocer el ciclo de vida de cada insecto. Dado que cada uno completa
Consideremos también dentro del MIPE el entender correctamente que los desórdenes
fisiológicos causados por problemas internos o por el ataque de microorganismos patógenos,
como hongos, bacterias y virus producen enfermedades, y que sus daños pueden ser mayores
dado que a diferencia de los insectos, son invisibles pudiendo identificarlos cuando ya han atacado
y es posible ver los síntomas en las plantas.
Los hongos son los causantes de la mayoría de las enfermedades del tomate debido a que existe
una gran diversidad de especies; tienen gran capacidad de resistir en el tiempo, algunos se
protegen formando capsulas que les permiten sobrevivir en condiciones adversas esperando
condiciones favorables.
Por otro lado las bacterias son microorganismos mucho más pequeños que los hongos y atacan
igualmente el cultivo del tomate ocasionando grandes pérdidas económicas de no actuar a tiempo
para su prevención y control.
Finalmente los virus presentan la particularidad que cuando atacan al cultivo, no podrá ser curado.
Sin embargo, al igual que los insectos existen tanto hongos, bacterias y virus que se comportan
como benéficos y puedan utilizarse en el manejo de insectos o enfermedades pasando a ser así los
llamados controladores biológicos. Por tanto, es necesaria su correcta identificación para poder
elegir el método de control más adecuado.
Los hongos, bacterias y virus necesitan de algún organismo para desplazarse, en algunos casos son
las personas o los insectos y en otros el agua y el aire.
Específicamente los hongos se propagan en estado de espora y al igual que una semilla, si
prevalecen condiciones de temperatura y humedad favorables, germinan invadiendo las hojas,
raíces, tallo y frutos del cultivo.
Las bacterias se diseminan al salpicar el agua, con el viento, con humedad relativa alta a través de
heridas y también en el material propagativo como plántulas y semillas
Y los virus se transmiten por contacto directo, por acción de los insectos además de las semillas,
injertos y polen.
2.0. Métodos para el manejo integrado de plagas y enfermedades para cada uno de ellos
Junto con la evolución de la agricultura, a través del tiempo se han ido desarrollando y aplicando
diferentes métodos para enfrentar las plagas y enfermedades que atacan a los cultivos.
Es de los más económicos. Propone realizar las labores propias del cultivo de manera efectiva y
oportuna, para dificultar la aparición y supervivencia de plagas y enfermedades, es decir, acciones
como limpieza, desinfección, mantenimiento de estructuras, techos, ventanas etc. antes de
plantar. Durante el cultivo, el manejo apropiado de este, en deshojes, hilado, nutrición, cosecha y
otros de manera oportuna y eficaz. Un ejemplo es el tratar las estructuras y suelo antes de plantar,
o el uso de tapete sanitario para la desinfección del calzado o la eliminación de malas hiervas
antes del trasplante.
Consiste en recoger a mano insectos en su estado de huevo, larvas o adultos, así mismo retirar del
invernadero plantas enfermas o partes de algunas de ellas que estén afectadas por plagas o
enfermedades. Es el caso de la aparición del hongo B. cinérea el cual se facilita cuando se realizan
podas y deshojes (mal hechos y a destiempo) con desgarros y heridas, sumado a condiciones
climatológicas favorables para su desarrollo.
El que busca destruir la plaga usando medios como el calor y el agua, un ejemplo: dar tratamiento
de desinfección de la semilla de jitomate con la hidrotérmia (método que consiste en sumergir las
semillas en agua a una temperatura de 52 °C durante 30 minutos para control de cáncer
bacteriano) o antes de la plantación usar el calor generado por los invernaderos totalmente
cerrados por algún tiempo, para que la temperatura elevada controle ciertas plagas dentro del
invernadero.
Que enfrenta las plagas y enfermedades usando organismos vivos, sean estos insectos, hongos,
bacterias o virus. Se sustenta en el hecho de que muchas especies de organismos se alimentan o
completan su vida a costa de otros. Uno ejemplo lo constituye en el caso del escarabajo Stethorus
sp. que se alimenta de todos los estadios de araña roja (T. urticae) o el de Crysoperla carnea que
muestra un buen control de afidos.
Se basa en el estudio del comportamiento de las preferencias de cada plaga en sus diferentes
estados de desarrollo. En realidad constituye un enfoque que enriquece a los anteriores al
considerar las horas de desplazamiento del insecto, sus hábitos alimenticios, su preferencia a
Lo constituyen el conjunto de normas y reglamentos de alcance nacional, que regulan las épocas
de siembra y cosecha, el uso de semillas, el ingreso de determinados productos a zonas libres de
plagas entre otras prácticas, a fin de establecer periodos de campos limpios y cuidar la actividad
agrícola.
El MIPE, es un enfoque que busca conjugar las ventajas de los diferentes métodos de control antes
señalados de acuerdo a las condiciones específicas de cada caso o cultivo.
De igual forma, supera el concepto de erradicar o exterminar los insectos del campo. Propone
mantenerlos en un nivel que no ocasione daños. También privilegia las acciones de tipo
preventivo, y se sustenta en conocer profundamente, tanto el cultivo, la plaga o enfermedad, los
insectos benéficos y las condiciones ambientales que puedan favorecer o limitar el avance de la
plaga o enfermedad.
En agricultura protegida dicha aplicación supone una actitud abierta y flexible, para responder a
cada tipo de plaga o enfermedad ya que no existe formulas predeterminadas que se generalicen a
cualquier plaga o enfermedad.
Esta plaga es el problema más frecuente y de mayor importancia bajo invernadero y a campo
abierto, debido al daño directo hacia el cultivo y principalmente por la transmisión de virus.
Esta plaga chupadora forma colonias en el envés de las hojas. Se disemina principalmente por el
viento y por material vegetal; tiene un vuelo activo corto, rápido y a la altura de las plantas.
Además de chupar la savia, sobre sus secreciones se desarrolla fumagina que disminuye la
A T. vaporariorum, le favorece una humedad relativa de 75-80% y la temperatura tiene una gran
influencia en la velocidad con que el insecto se desarrolla. A temperaturas mayores de 30 °C hay
un grado alto de mortalidad de adultos (Castresana, 1986). Esta especie es más adaptada a
condiciones templadas. Un adulto puede vivir desde unos días, hasta un par de meses.
B. tabaci, está especie está más adaptada a climas cálidos o tropicales, su temperatura óptima es
alrededor de los 30 °C. En condiciones de baja humedad y temperatura < 9 °C, las larvas mueren y
la población disminuye bruscamente. Este insecto muestra metamorfosis completa modificada:
huevecillo, ninfa, pupa y adulto. En invernaderos el ciclo biológico dura de 15 a 20 días.
Los daños indirectos son causados al excretar melaza rica en azucares la cual origina el desarrollo
del hongo de la fumagina (Cladosporium sphaerosporum). Además, producen cera que reduce la
capacidad fotosintética de la planta y la respiración de las hojas, también sirve como transporte a
cierto tipo de ácaros. La gran importancia radica principalmente en que es vector de varios virus
(geminivirus) que pueden ser catastróficos para la producción en invernadero.
En los meses de mayor incidencia de la plaga es adecuado favorecer la ventilación y circulación del
aire, así como una densidad menor de planta por metro cuadrado para disminuir humedad,
temperatura y la formación de la fumagina. Eliminar malezas y plantas atacadas, uso de mallas
densas (10 x 15 hilos/cm²) y en buen estado, estricto control de apertura de puertas, utilizar
semilla y plántulas sanas (para evitar contaminación), realizar monitoreo periódicos (semanales) y
utilizar trampas pegajosas amarillas.
Mosquita blanca tiene una gran capacidad para generar resistencia a los insecticidas rápidamente;
Los enemigos naturales más importantes son los parasitoides: Encarsia Formosa, Eretmocerus
eremicus, Eretmocerus mundus, además los entomopatogenos: Verticillium lecanni, Paecilomyces
farinosus, P. fumosorosus, y Aschersonia aleyridis (Rivera et al., 2002). Existen depredadores como
las chinches de la familia Miridae como Macrolophus caliginosus, Dicyphus tamaninii, D. errans, y
Cyrtopeltis tenuis o Chrysoperla que también controlan a pulgones y trips.
Es conveniente usar este tipo de control únicamente cuando la presencia de mosca blanca supone
gravedad y no se ha podido controlar con las anteriores medidas, es preciso alternar el uso de
materias con diferentes formas de acción para evitar que se desarrolle resistencia. Entre los
ingredientes activos recomendados tenemos: abamectina, acetamiprid, bifentrina, buprofezin,
cyflutrin, deltametrina, fenpropatrin, flonicamid, oxamil, piriproxifen, spiromesifen, thiametoxam,
zeta cypermetrina, entre otros. También el uso de insecticidas de extractos vegetales como el
aceite vegetal de soya o de neem.
Es una de las especies plaga más importante en agricultura protegida, donde la temperatura es el
factor más importante en la taza de desarrollo. Su gran capacidad reproductiva las hace capaces
de destruir plantas muy rápidamente. Se desarrolla en el envés de la hoja causando
decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas. T. urticae, pasa por cinco estadios en su
desarrollo: huevecillo, larva, primer estadio ninfal (protoninfa), segundo estadio ninfal
(deotoninfa) y acaro adulto. Los daños casi siempre son visibles. Los cultivos abandonados de
solanáceas en temporada seca, son los principales medios para su reproducción y diseminación,
principalmente si se encuentran cerca de los invernaderos.
Completa su ciclo de vida de huevecillo a adulto en aproximadamente una semana. Los huevecillos
Los daños ocurren en el envés de las hojas maduras, peciolos, tallos y frutos. Los ácaros penetran
la epidermis y extraen la savia del envés de las hojas. El envés de las hojas se ve generalmente
recubierto de tejido sedoso por encima del cual se pueden observar las arañas (Jaramillo et al;
2007). Si el daño es severo, la planta no se desarrolla, queda enana y con apariencia raquítica. En
los frutos se presenta una especie de raspadura con cicatriz corchosa, ya que se alimenta de savia
mediante la introducción de su aparato bucal en forma de estilete.
Es importante tomar medidas preventivas y de control cuando se detecten los primeros ácaros.
Con antecedentes en cultivo anterior, tratar estructuras y suelo antes de plantar. Usar bata al
entrar al invernadero y limpiar el calzado en el tapete sanitario, muestrear con lupa el follaje,
eliminar malas hierbas y restos del cultivo. En el cultivo eliminar continuamente hojas amarillas,
viejas y senescentes y las primeras plantas atacadas, mantener humedad relativa alta y evitar las
fertilizaciones altas en nitrógeno.
El mayor depredador de la araña roja es el escarabajo Stethorus sp. se alimenta de todos los
estadios de estas arañas. También, destaca el acaro Amblyseius californicus y otros como
Phytoseiulus persimilis y Feltiella acarisuga.
Acaro de muy pequeño tamaño (no visible a simple vista), que provoca graves daños en tomate.
Produce un bronceado o herrumbre en el tallo primero y hojas después, que causa desecación de
las mismas. Aparece por focos y se dispersa con altas temperaturas y baja humedad. Inyecta saliva
y absorbe el contenido celular, produciendo una coloración verde aceitoso en hojas, frutos y tallos
y un plateado o bronceado cada vez más acentuado. Produce resquebrajado de los frutos. Con
ataques fuertes se produce perdidas de flores, caída de frutos y muerte de las plantas.
Es un ácaro especifico por lo que se recomienda eliminar restos del cultivo anterior, evitar
rebrotes del cultivo anterior, mantener limpios los sustratos o el suelo, limpiar malas hierbas de
cuatro a seis semanas antes de la plantación, utilizar plántulas limpias, controlar el ácaro en los
cultivos próximos al invernadero y evitar su dispersión en el invernadero al detectarlo
Los enemigos naturales son poco eficaces, los ácaros fitoseidos (ácaros depredadores de ácaros
tetraniquidos particularmente de araña roja) tienen dificultades para adaptarse al cultivo del
tomate, se han probado sueltas poco efectivas con Amblyseius andersoni, A. californicus, y A.
swirskii.
La pulverización de azufre dirigido a mojar bien los lugares ocupados por las poblaciones del ácaro
ejercen un buen control de esta plaga, además de los productos mencionados para controlar la
araña roja (Tetranynchus urticae), y otros como: avermectina, fenbutestán, tebufenpirad o
espiromesifen.
3.4. Pulgones
Los pulgones son insectos pequeños (entre 1.6 y 3.5 mm), pertenece al orden Hemíptera y a la
familia Aphididae. Esta familia de insectos cuenta con la mayor diversidad para la transmisión de
virus a cultivos agrícolas, tanto como el número de especies vectores (192) como por la cantidad
de virus transmitidos, cuyo número asciende a 275 (Nault, 1997); muy por encima de mosquitas
blancas, (Aleyrodidae), pulgones saltadores (Psyllidae) y chicharritas (Cicadellidae).
Este insecto chupador forma colonias en el reverso de las hojas. Los más comunes que atacan al
cultivo del jitomate: Myzus persicae, Aphis gossypii y Macrosiphum euphorbiae.
De acuerdo a las condiciones, los pulgones pueden recorrer dos ciclos de vida distintos; uno
completo y uno incompleto. El primero es exclusivo en campo abierto y el segundo se da bajo
invernadero, es el más común en todo el mundo. En el ciclo incompleto su reproducción es por
partenogénesis con hembras vivíparas (las crías efectúan su desarrollo embrionario dentro del
cuerpo de la madre y salen al exterior en el acto del parto) no fertilizadas que dan descendencia a
mas hembras con las mismas características.
El uso de mallas antiafidas en las aberturas de ventilación del invernadero, eliminación de restos
de cultivo y malas hierbas, utilización de trampas engomadas de color amarillo y en forma masiva
dentro del invernadero, así como trasplantes sanos. Además, eliminar las plantas enfermas y
quemarlas lejos del invernadero ayuda a eliminar condiciones adecuadas para su proliferación.
Para el manejo biológico de los afidios existes diferentes agentes de control, entre los principales
depredadores tenemos: Chrysoperla carnea, Chrisopa Formosa, Aphidoletes aphidimyza, Adalia
bipunctata; y, los parasitoides: Aphelinus abdominalis, Aphidius colemani y Aphidius ervi.
Los tratamientos deben dirigirse a las zonas donde se localizan los brotes del insecto con una
excelente cobertura. Ingredientes activos recomendados para su control son: bifentrina,
La paratrioza, pulgón saltador o salerillo es un insecto picador chupador de savia, que pertenece al
orden hemíptero, dentro de la familia Triozidae. Actualmente se presenta en casi todos los estados
del país, atacando cultivos de tomate, papa chile y tomatillo. Desde 1986 se reportó que en el
Bajío guanajuatense este insecto transmitía fitoplasmas en el cultivo del tomate y causaba la
enfermedad del “permanente del tomate” (Garzón et al, 2003). Pasa por los estados de huevecillo,
ninfa y adulto. Es considerada como el principal vector de fitoplasma en el cultivo del tomate y
otros. Succiona la savia de las células de la planta inyectando toxinas que pueden ser letales para
la planta antes de la floración. Transmite el permanente del tomate, fitoplasma que origina
pérdidas de 45% en rendimiento y calidad de la fruta. Su reproducción es sexual y en total el
periodo de desarrollo desde la cópula hasta el adulto es de 20 a 30 días, aproximadamente. La
reproducción de paratrioza está íntimamente ligada al hospedero, a la etapa fenológica y a las
condiciones ambientales. Las plantas atacadas por los fitoplasmas son altamente susceptibles al
ataque de otros organismos como hongos, bacterias y nematodos quienes con frecuencia son los
causantes de la muerte de la planta.
La paratrioza tiene mejor adaptación en climas templados con veranos poco extremosos, de
subhumedos a húmedos. Los primeros tres estadios ninfales prosperan mejor con temperaturas
de 20 a 29 °C y desde el cuarto estadio hasta adulto, prospera mejor a temperaturas de 16 a 26
°C. Una media de 23 °C es la temperatura óptima para su desarrollo (favorecido por noches frescas
y días cálidos), afectándole las condiciones secas y temperaturas extremas.
Figura 10. Bactericera cockerelli. Figura 11. Planta con daño, B. cockerelli p. morada.
Se diferencia de los pulgones adultos alados porque al ser perturbados brincan previo al vuelo.
Generalmente posan sobre los brotes y el borde de las hojas de la parte media de la planta, donde
oviposita y se alimenta. En horas frescas son poco activos.
Los daños directos son causados por las ninfas al alimentarse e inyectar toxinas, que pueden
incluso matar la planta si se establecen antes de la floración y sobre todo cuando no se realiza a
Los daños indirectos se refieren a la transmisión de fitoplasmas tanto por ninfas como adultos. En
los invernaderos de las regiones del centro de México es la principal enfermedad, y llega a
colapsar la producción cuando la transmisión se da en los primeros racimos florales.
Para tener éxito en el manejo de paratrioza tenemos que conjuntar diferentes tácticas de manejo,
teniendo en cuenta que en invernaderos el mejor método de control es el preventivo; el
monitoreo y muestreo, destruir restos del cultivo anterior y plantas hospederas dentro y fuera del
invernadero, revisar y reparar plásticos, ventilas y puertas para evitar entradas del insecto, uso de
plántulas sanas, el deshoje intensivo de plantas infectadas, trampeo masivos de color amarillo con
pegamento en la periferia y cualquier lugar posible dentro del invernadero.
El control biológico debe manejarse como una alternativa útil en el manejo de paratrioza, ya que
ayuda a mantener reguladas las poblaciones de la plaga. Depredadores como la catarinita
(Hippodamia convergens), el caimancito (Chrysoperla spp.) o la chinche ojona (Geocoris, sp).
Además los parasitoides como la avispita (Tamarixia triozae) y los hongos entomopatogenos
(Beauveria bassiana, Verticillium lecanii, Entomophtora virulenta, Metarhizium anisopliae y
Paecilomyces fumosoroseus) son usados con este fin.
Para este control es importante usar productos específicos para el estadio biológico en que se
encuentre el insecto (huevecillos, ninfas o adultos), y siempre con una cobertura total sobre la
planta. Algunos de los ingredientes activos recomendados son los siguientes: abamectina,
acetamiprid, bifentrina, buprofezin, fenpropatrin, flonicamid, imidacloprid, piriproxifen,
spiromesifen y thiametoxam.
Conocido también como minador del tomate o cogollero del tomate, es un minador originario de
Sudamérica en donde representa uno de los problemas fitosanitarios más importantes. En México,
se considera una plaga ausente pero de importancia debido al daño potencial que podría causar al
cultivo y comercialización para el mercado de exportación principalmente, en caso de presentarse
(Dirsa, 2010).
El estado larval es el más dañino afectando principalmente las hojas causando galerías que
producen deshidratación del tejido dañado, perfora los tallos y daña los brotes más tiernos, los
frutos también muestran daños desde el momento en que comienza el cuajado, nunca afecta los
frutos maduros.
La solarización del terreno (método eficaz para eliminar las crisálidas del suelo, una semana en el
mes de Mayo permite un 95% de control y dos semanas garantizan el 100%. Es una técnica de
desinfección de suelo que consiste en cubrir el suelo húmedo con plástico transparente durante
los meses más cálidos a fin de controlar plagas y enfermedades a través de las altas temperaturas
generadas mediante este sistema), la rotación de cultivos, la destrucción de plantas y partes
infestadas, material vegetal sano exento de plaga, el uso masivo de trampas cromotrópicas
amarillas y azules y el uso de bandejas con agua (6 a 8 litros) y jabón, cebadas con feromonas.
Los principales enemigos naturales son: Nesidiocoris tenuis y Trichogramma achaeae, y los
entomopatógenos Bacillus thuringiensis, Arzawai y Bacillus thuringiensis, Kurstaki.
Algunos de los ingredientes activos recomendados para su control son: etofenprox, indoxicarb,
metaflumizona, clorantraniliprol, flubendiamida, abamectina, ememectina, spinosad,
teflubenzuron y piretrinas.
Los trips son insectos alados muy pequeños, pertenecen al orden Thysanoptera; y todas las
Generalmente ponen los huevos en las flores, donde nacen las primeras larvas que se alimentan
picando los tejidos, para extraer los jugos celulares. La reproducción de F. occidentalis puede ser
tanto sexual como asexual. Las hembras no fecundadas dan descendencia masculina, mientras que
las fecundadas generan un tercio de machos y dos tercios de hembras, tienen varias generaciones
por año. Los trips se localizan principalmente en las partes altas de la planta, en los puntos de
crecimiento, yemas florales y flores. A primera hora de la mañana se hacen más activos y
abandonan sus refugios. Durante el día los adultos pueden verse entre las flores.
Las hembras insertan los huevecillos de forma aislada dentro de los tejidos vegetales. Duran
aproximadamente cuatro días en eclosionar. Al emerger las larvas inician su alimentación en el
lugar donde se realizó la puesta. El ciclo completo dura entre 20 a 25 días.
Producen principalmente dos tipos de daños: los directos, que al momento de picar los tejidos,
succionan el contenido de las células vegetales ocasionando que la zona afectada primero
adquiera un color plateado y posteriormente muera, además, la hembra al depositar sus
huevecillos en el interior de los tejidos vegetales, ocasiona heridas que permiten la entrada de
hongos y bacterias las que pueden ocasionar enfermedades; y, los daños indirectos al transmitir el
virus de la marchitez manchada del tomate (TSWV), cuyo daño puede provocar una significativa
pérdida de rendimiento hasta la destrucción total del cultivo.
El mejor control es el preventivo, evitar traer material contaminado, utilizar mallas de protección
Este, se dificulta en el cultivo del tomate debido a las características de la planta y a los hábitos de
los depredadores. En México lo enemigos naturales son algunos depredadores y hongos
entomopatógenos; aún no se encuentran parasitoides eficientes en su control. Entre los
depredadores encontramos a: Amblyseius cucumeris, A. degenerans y A. swirskii y algunas
especies de heterópteros (chinches) del genero orius como O. laevigatus, O. insidiosus y O.
majusculos.
Este medio de combate encuentra una gran dificultad en el control del insecto dado que los
huevecillos están insertados en el tejido vegetal. Las larvas se refugian en las flores, las ninfas en el
suelo y el adulto presenta una gran movilidad. Los insecticidas específicos más eficaces son:
abamectina, acetamiprid, bifentrina, clorpirirfos, dimetoato, benzoato de emamectina,
fenpropatrin, imidacloprid, indoxicarb, naled, permetrinas, piretrinas, spinosad, thiametoxam,
zeta cypermetrina.
Esta plaga es un miembro de la familia Noctuidae (palomillas nocturnas), que presenta una
metamorfosis completa (holometábolos), es decir, pasa por cuatro estados de desarrollo: huevo,
larva, pupa y adulto. La palomilla adulta mide 4 cm en expansión alar. El ciclo biológico de esta
plaga tiene una duración de 28 días en promedio.
La palomilla hembra deposita sus huevecillos de forma aislada. Al emerger de los huevecillos, las
Evitar el ingreso de la plaga por puertas, mallas y plásticos de ventanas o techos en mal estado.
Control de hierbas hospederas dentro y alrededor de los invernaderos, evitar cultivos de hortalizas
cerca o por fuera del cultivo, monitorear para detectar huevecillos o larvas pequeñas, y la captura
de palomillas con trampas de luz negra colocadas al centro y por encima del cultivo.
Depredadores con buenos resultados son los siguientes: Calosoma ssp. y Harpalus (Coleóptera:
carabidae), Chauliognathus Pennsyivanicus (Coleóptera: cantharidae), y Solenopsis invicta
(Himenóptera). Los parasitoides: Apanteles sp. Trichogramma e Ichneumonidae y los
entomopatogenos: Bacillus thuringiensis (Var. Arzawai, Kurstaki).
Los siguientes ingredientes activos son recomendados para el control de lepidópteros: piretrinas,
spinosad, indoxicarb, tebufenozide, methoxifenozide, benzoato de emamectina, clorfenapir,
piretroides, flubendiamida, clorantraniliprol.
Es considerada como plaga principal del tomate. El adulto es una mosca de tamaño pequeño, de
cuerpo blando, magníficos voladores con el cuerpo cubiertos de cerdas, su aparato bucal es
succionador. Presentan metamorfosis completa. Estas producen minas continuas en las hojas, las
que al aumentar la población pueden minar hojas enteras causando daño a la planta de manera
como si hubieran sido chamuscadas por el fuego y causando senescencia de hojas. Las hembras
introducen sus huevecillos en el haz de las hojas del tomate con su ovipositor puntiagudo para
extraer la savia y alimentarse, en alrededor de cada ocho picaduras, y en otras dos ovipositan los
huevecillos, estas picaduras causan una apariencia punteada y amarilla a las hojas, las cuales se
observan fácilmente. El ciclo biológico del minador de la hoja puede ser tan corto como 15 días,
estimándose un promedio de 21, dependiendo de la planta hospedera y la temperatura. Su
alimentación y ovoposición la inician al salir el sol alcanzando el máximo punto a media mañana y
el apareamiento puede ocurrir a cualquier hora del día (Mau y Martin, 1991; Pacheco, 1985; King
y Saunders, 1984).
Los daños ocasionados por larvas y hembras adultas ocasionan también estrés en las plantas,
perdida de humedad y quemaduras de los frutos por falta de follaje (Pacheco, 1985; Mau y Martin,
Figura 16. Liriomiza spp. adulto. Figura 17. Larvas dañando el follaje.
El uso de trampas adhesivas es una técnica para muestrear y reducir la incidencia de la plaga y el
manejo de tiras de plástico en color blanco untadas con una capa delgada de grasa automotriz
ayuda a la captura de grandes cantidades de minadores adultos. El deshoje de las partes
infestadas, la destrucción del cultivo anterior, el uso de placas amarillas, el mantener limpio tanto
dentro como fuera del invernadero de malas hierbas, y tener cuidado que las puertas del
invernadero no sean abiertas innecesariamente .
Un programa de manejo integrado de plagas que utiliza como principal táctica la conservación de
enemigos naturales, controla exitosamente las poblaciones de minador de las hojas (Johnson,
1987). Se realiza fundamentalmente, mediante los himenópteros Diglyphus isea y Dacnusa sibrica.
La depredación por chinches es perfectamente factible y los parasitoides de la familia Braconeida,
Chalcididae, Eulophidae y Pteromalidae.
Los tratamientos deben dirigirse a las zonas con galerías usando productos como: abamectina,
imidacloprid, cyromacina, clorpirirfos etc., en forma alterna para deducir riesgos de resistencia.
3.10. Nematodos:
Los nematodos son organismos que habitan los suelos y aguas de todo el mundo, vermiformes,
microscópicos y subterráneos que pican las raíces y succionan los jugos celulares. Son parásitos
que por su ataque provocan obstrucción de vasos y escasez de raíces que impiden la absorción de
agua y nutrientes, y las lesiones dan paso a virus y patógenos. Las plantas se vuelven débiles,
Constituyen una parte esencial del complejo de problemas radicales que afectan al cultivo del
tomate bajo cubierta. La mayoría de los miles de especies de nematodos son de vida libre y
cientos de especies se alimentan de plantas vivas causándoles una variedad de enfermedades.
Algunos son endoparásitos, otros son ectoparásitos. Son de tamaño microscópico y otros alcanzan
4 mm de longitud tienen forma de anguila y redondos en sección transversal, con cuerpo liso no
segmentado, sin patas u otros apéndices. Los nematodos parásitos cuentan con un estilete con el
que succionan el alimento de las plantas. Viven en espacios porosos que se interconectan y se
mueven a través de las películas de agua de las partículas del suelo (Ramírez, 2006).
Figura 18. Raíces afectadas por nematodos. Figura 19. Nematodo Fitopatógeno.
Las especies de mayor importancia económica son: Meloidogyne spp, Nacobbus aberrans,
Pratylenchus penetrans y Globodera rostochienensis.
La hembra incrustada en la raíz deposita los huevecillos en un saco denominado ooteca, donde se
realiza el desarrollo embrionario, atravesando varias fases hasta el segundo instar, la cual sufrirá
su primera muda antes de salir del huevecillo hacia el suelo que rodea la raíz, donde buscará
penetrar otra raíz para alimentarse y sufrir la segunda muda y pasar al tercer instar, en la cual se
van a diferenciar las hembras de los machos.
Para establecer control químico es necesario contar con los resultados de un análisis de suelo para
determinar qué cantidad de juveniles se encuentran por 100 g de suelo, dato que nos dará la
pauta a determinar con que producto químico y dosis para iniciar los tratamientos preventivos.
Los síntomas en ocasiones pueden confundirse con estrés por agua, exceso de sales en el bulbo de
humedad, problemas por fitotoxicidad, entre otras causas. Dentro de los invernaderos se pueden
encontrar manchones o plantas aisladas con marchitez o estrangulamiento de plantas a los pocos
días después del trasplante, muchas veces las plantas vienen infectadas desde el vivero.
Los patógenos comúnmente son transportados por el viento, maquinaria agrícola, agua de riego,
adheridos al calzado, etc. Cuando el trasplante no se realiza cuidadosamente y se ocasiona heridas
a la raíz, la entrada de patógenos por esta vía es altamente favorecida.
Evitar riegos excesivos y encharcamientos, usar semillas certificadas, desinfección del invernadero,
mantener limpios los reservorios de agua y el sistema de riego. No dejar terrones grandes antes de
acolchar el suelo ya que esto genera espacios huecos donde circula el aire muy caliente, lo que
provoca deshidratación en la planta recién plantada (efecto chimenea) y confundirla con damping
off. Mantener tapete sanitizante a la entrada del invernadero con sales cuaternarias o hipoclorito
de sodio que evite la entrada de otros patógenos. Evitar en lo posible la acumulación de sales en la
base del tallo a la hora del riego y para no ocasionar heridas que faciliten la entrada del patógeno.
Trichoderma harzianum, T. lignorum, T. viride o Gliocadium virens los que han mostrado buen
control de estos patógenos.
Antes de plantar, el uso de Metan sodio (33% de ingrediente activo) a una dosis de 30 L/1000 m²
para la desinfección de suelos o sustratos y la aplicación de algunos de los siguientes ingredientes
activos cuando esta ya establecido el cultivo: captan, dimetomorf, propamocarb, fosetil aluminio,
propamocarb+fosetil, mefenoxam y metalaxil-m.
La marchitez del tomate es causada por Fusarium oxysporum f. sp. lycopersici, es una de las
enfermedades más prevalecientes y destructivas de los cultivos intensivos. Se caracteriza por un
amarillamiento empezando por las hojas más viejas hasta extenderse por toda la planta. Mientras
que la pudrición de la corona y raíz, es causada por el hongo Fusarium oxysporum f. sp. Radicis
lycopersici, Jarvis y Schomaker. El cual puede dejar pérdidas de hasta el 50% debido a su presencia
tanto en invernadero como en campo.
Figura 21. Fusarium oxysporum F. sp. lycoperci. Figura 22. Cultivo afectado por F. oxysporum.
El hongo habita el suelo o sustrato como clamidospora o conidia, invade las raíces por heridas de
plagas del suelo o nematodos. Su micelio tapona los vasos de los tallos (cortes de coloración
oscura), las plantas se marchitan, empezando por abajo y mueren en dos a cuatro semanas. Los
ataques tempranos ocasionan secadera.
Tratamiento químico antes del trasplante, biofumigacion de cinco semanas en los meses más
cálidos. Se puede fumigar con metan sodio, metan potasio, vapan cloropicrina y otros productos.
Incorporar microorganismos biológicos efectivos después de la desinfección, adecuada
preparación del terreno, evitar riegos pesados y agua que no sea tratada o potabilizada, usar
variedades resistentes, utilizar plantas injertadas y evitar exceso de fertilización nitrogenada.
La aplicación de los hongos Trichoderma harzianum, T. lignorum y Gliocladium sp. Y las bacterias a
base de Bacillus stearothermophylus y Bacillus subtilis al sustrato de producción de plántula, raíz
de las plántulas próximas al trasplante y suelo, son efectivos para prevenir la enfermedad, el
querer controlar Fusarium, ya sea por métodos químicos o biológicos cuando ya están los
síntomas presentes es casi imposible.
Cuando se detectan los primeros síntomas se puede aplicar de forma preventiva al suelo o
sustrato los siguientes productos: captan, clorotalonil, mancozeb, quintozeno + thiram, zineb.
Es considerada la enfermedad más destructiva del tomate. El patógeno que la produce tiene la
capacidad de reproducirse y diseminarse rápida y abundantemente, es la típica enfermedad
causante de epifitas, cuyos daños potenciales pueden llegar a niveles catastróficos (Sánchez,
1991). Su rápida propagación requiere de control inmediato para evitar pérdidas. El viento
traslada los esporangios del hongo hasta las hojas, estos liberan zoosporas que cuando el tiempo
es húmedo y las noches frías, seguido por periodos calurosos causan la infección. Las lesiones
ocasionadas se ennegrecen y forman tizones que cubren toda la planta. El hongo inverna en restos
de cosecha del cultivo anterior.
La enfermedad ataca toda la parte aérea de la planta, cuando el daño es en el tallo este se
estrangula y muere. En el follaje los síntomas inician como zonas acuosas en los bordes de los
foliolos las cuales adquieren un color verde grisáceo como si le hubieran echado agua caliente a la
Figura 23. Phytophthora infestans. Figura 24. P. infestans daño total en el cultivo.
Las esporas del hongo pueden diseminarse a grandes distancias por el viento, la lluvia, maquinaria
agrícola y manejo del cultivo. En los invernaderos los salpiques de agua, las labores culturales, los
escurrimientos de canaletas, las aspersiones foliares, la polinización mecánica, rápidamente
diseminan la enfermedad. Ambientes húmedos y frescos prolongados (especialmente cuando se
alternan noches frescas con días cálidos), días nublados y lluviosos, favorecen el desarrollo de la
enfermedad. El tizón tardío es más importante en la época fría- húmeda que en la época cálida-
húmeda, pues las bajas temperaturas favorecen la formación de esporangio, y su germinación
magnifica el potencial de inoculo disponible.
Evitar fugas de agua o escurrimientos por canaleta, retirar plantas o partes afectadas por la
infección, sembrar variedades tolerantes, realizar podas a tiempo y uniformes, considerar siempre
el pronóstico del tiempo para tomar medidas oportunas, eliminar residuos de cosechas y plantas
hospedantes, rotación de cultivos, no excederse en fertilización nitrogenada, ya que una planta
vegetativa es siempre más vulnerable al ataque de cualquier patógeno.
Un buen programa de fungicidas preventivos así como curativos muy específicos, es esencial
cuando existen condiciones para el desarrollo de la enfermedad, a los primeros síntomas de esta,
Es una de las enfermedades más importantes en el cultivo del tomate, debido a que puede
afectarlo en cualquier etapa de desarrollo, y es capaz de infectar cualquier órgano aéreo de la
planta, desde la base del tallo, peciolo, hojas, flores y frutos (Jones, 2010). El hongo tiene una
distribución cosmopolita. Se presenta una vez que las condiciones de humedad y temperatura en
el invernadero son propicias para que los conidios germinen y se dispersen en el cultivo iniciando
la infección de cualquier órgano aéreo de la planta (25 y 30 °C y con una Humedad relativa
cercana al 75%).
Figura 25. Alternaría solani en hoja Figura 26. A. solani atacando el fruto
Los primeros síntomas inician en las hojas más viejas y consisten en pequeñas lesiones irregulares
color café oscuro en cuyo interior, se forman anillos concéntricos. Dichas lesiones son rodeadas de
un halo amarillo, pudiendo unirse, destruyendo el tejido foliar, que provoca una baja en la
producción y calidad del fruto. Cuando las lesiones envejecen se puede observar un polvillo negro
que corresponde a las fructificaciones del hongo. Alternaria solani inverna en residuos de cosecha
y en otras solanáceas; en forma de conidios, diseminándose rápidamente a través del aire y la
lluvia, la enfermedad también puede desarrollarse en climas áridos si existen periodos de rocío
frecuentes o riegos por aspersión. Cuando el daño es en plántula, se manifiesta como una
podredumbre negra del cuello, que progresa hacia el ápice hasta matarla. En los frutos aparecen
lesiones ovales o circulares oscuras y hundidas con anillos concéntricos generalmente en la base
del fruto o en los lados.
La aplicación preventiva de la bacteria Bacillus subtilis, que produce una serie de enzimas y
metabolitos los cuales evitan el desarrollo del patógeno sobre el cultivo.
Es un hongo fitopatógeno al cual la planta de tomate presenta una susceptibilidad media. Actúa
como parásito sobre las plantas vivas, y como saprofito sobre la materia en descomposición. Se
reproduce por esporas, que se transportan por el viento, agua, maquinaria o por el manejo del
cultivo. Ataca cualquier parte de la planta por encima del suelo, los daños empiezan en las hojas
viejas o por las heridas ocasionadas por deshojes, podas u otras propias del manejo del cultivo; en
los tallos produce lesiones elípticas de color café con anillos concéntricos que a menudo rodean y
acaban por marchitar toda la planta. En los frutos causa pudrición y lesiones grisáceas quedando
blandos, acuosos y oscuros hasta momificarlos, también ocasiona el síntoma denominado
“mancha fantasma”.
Sanear y eliminar los primeros brotes de infección para evitar diseminación al resto del cultivo. En
condiciones de alta HR y temperaturas frescas es conveniente que la densidad de plantación sea
baja de 2-2.5 plantas por m² (siendo lo usual de 2.8 por m²) La desinfección de semillas, la bio-
solarización, el manejo adecuado de la ventilación, la calefacción y el riego, las podas y deshojes al
ras del tallo sin producir desgarres ni tacones que sirvan al desarrollo del parasito, el controlar los
niveles de nitrógeno y retirar restos de cultivo anterior, son algunas formas de prevención.
Existen microorganismos como Trichoderma Koningii, Bacillus subtilis y Candida saitoanaque que
pueden actuar como antagonistas de B. cinérea, aplicados de manera preventiva, cuando se
tengan las condiciones favorables del hongo.
4.6. Verticilosis del tomate (Verticillium dahliae Kleb y Verticillum albo-atrum) Reinke y
Berthold.
Son dos organismos que causan verticilosis en tomate. Ambas especies presentan un lento
crecimiento en cultivo in vitro y normalmente su crecimiento es sobrepasado por el de hongos
saprofitos que crecen con mayor rapidez (Phronezny, 2001). Verticillium es uno de los patógenos
del suelo más destructivo y extendido en las zonas productoras de tomate. El síntoma más común
inicia con un marchitamiento de las hojas más viejas en el margen de un foliolo desarrollándose
Desinfección del suelo o sustrato, uso de semillas certificadas, en el trasplante cuidar de no dañar
las raíces, evitar excesos de humedad en sustratos, drenar el 25 al 30% en verano y en invierno un
10 o un 15%, en climas fríos utilizar calefacción (dado que prefiere el hogo climas fríos a
templados), en caso de plantas enfermas retirarlas y quemarlas fuera del invernadero. Usar
patrones o porta injertos con resistencia a Verticillium.
Desde antes del trasplante hasta el término del ciclo el uso de especies y cepas de Trichoderma
como antagonistas de hongos fitopatógenos ha dado buenos resultados. Así como Gliocadium
virens y bacterias benéficas como Bacillus subtilis. Se pueden utilizar vía drench, a través del
sistema de riego o por inmersión de charolas, procurando siempre colocar el producto en el área
radicular. También es conveniente tener control de nematodos, para evitar lesiones radiculares.
Es recomendable la desinfección del sustrato o suelo previo al trasplante con metan sodio (33%
de i. a.) a una dosis de 300 lt/ha también se menciona que muchas variedades son resistentes a la
raza 1, pero para la raza 2 no están disponibles, sin embargo los porta injertos de tomate con
resistencia a Verticillium pueden ser usados con algunos híbridos comerciales.
4.7. Cenicilla del tomate Leveillula taurica (Lév.) G. Arnaud en su fase sexual y Oidiopsis taurica
(E.S. Salmon) en su estado conidial o asexual (Paulus y Correll, 2001).
Comúnmente existe cierta confusión sobre el organismo causal de la cenicilla como Oídium u
Oídio. Para el cultivo del tomate, si se exceptúa la actual acción restringida del genero Erisiphe, la
especie causante de esta micosis es Leveillula taurica; cuya especie se comporta, como un parásito
netamente biotrofico u obligado (Nuez, 1999). Su primera aparición en México fue en el estado de
Sinaloa en el año 1980, causando severos daños al cultivo del tomate.
Sus síntomas más comunes son lesiones verde claro a amarillo intenso en el haz de las hojas, en
tanto por el envés se aprecia una ligera vellosidad blanquecina o cenicilla, que son los conidióforos
y conidios del hongo. Las lesiones provocadas pueden confundirse con Alternaría solani pudiendo
diferenciarla, porque en L. taurica produce micelio blanco en las manchas necrosadas, mientras
que en A. solani el micelio en oscuro.
Las lesiones pueden extenderse hasta unirse y deshidratar las hojas por completo, las hojas
fuertemente infestadas mueren, y en época de fructificación favorece el daño por golpe de sol, así
mismo. Ataca también los tallos y sépalos, y por lo general inicia el ataque en las hojas más viejas
las cuales son las más susceptibles en un inicio.
De manera preventiva el uso de la bacteria antagonista Bacillus subtilis, la cual actúa de manera
directa mediante metabolitos producidos por la misma bacteria que causan toxicidad al hongo.
Antes de los primeros síntomas y con condiciones favorables para su desarrollo se recomienda
aplicar azufre GD (gránulos dispersables) en mezcla con clorotalonil y después con cobre. Y al
detectar las primeras manchas se deben aplicar fungicidas sistémicos. Los siguientes son algunos
de los fungicidas autorizados para su control: clorotalonil, captan, folpet, oxicloruro de cobre,
azufre GD, azoxystrobin, miclobutanil, boscalid+pyraclostrobin, trifloxystrobin.
La mancha gris de la hoja fue descrita desde 1924 en los Estados Unidos, y en 1928 se había
extendido por todo el estado de la Florida causando una defoliación general. Afecta básicamente
al follaje, tallos y peciolos pero no a los frutos, con fuertes pérdidas de rendimiento y calidad de la
cosecha.
Los síntomas consisten en pequeñas manchas de dos a cuatro milímetros de color café, esparcidas
sobre la superficie del foliolo de forma circular a ovalada y ligeramente hundidas, que al
desarrollarse el centro se torna de color café grisáceo, lustroso y se cae, poniéndose las hojas
amarillas las cuales mueren y caen con facilidad.
Las conidias son trasportadas a largas distancias por el viento. Las esporas germinan de manera
muy rápida en presencia de una película de agua (como el rocio) y ambiente cálido (24-27 ° C) y el
micelio crece profusamente en el curso de una sola noche.
Uso de variedades tolerantes, eliminar residuos de cosecha del ciclo anterior, sanear o podar hojas
con síntomas de la enfermedad, evitar cultivos de tomates o chiles fuera del invernadero o en
áreas próximas.
El uso de microrganismos antagonistas para controlar Stemphylium solani como Bacillus subtilis,
Pseudomonas aeruginosa, Pseudomonas fluorescens y Serra plymuthica. Han demostrado tener
efectividad como lo menciona (Bult et al, 1999), al destacar que B. subtilis es conocido como
antagonista de muchos hongos patógenos vegetales. Este antagonismo es logrado a través de
diversos mecanismos que incluyen la competencia por nutrientes, la exclusión de sitios, la
colonización de la bacteria en el patógeno y/o la liberación de compuestos celulares durante el
crecimiento, en orden de eliminar o reducir los competidores en su medio ambiente inmediato.
La aspersión de productos químicos como: clorotalonil, dyrene, zineb, mancozeb, captan y folpet
son recomendados, siempre es mejor al inicio de los primeros síntomas o de manera preventiva.
El moho blanco (también conocido como podredumbre del tallo o podredumbre de la madera), es
un problema ocasional en tomate, siempre que existan condiciones frescas durante el desarrollo
del cultivo.
Los primeros síntomas en tomate aparecen cerca de la época de floración. La infección comienza
siempre en las zonas donde se acumula el agua, como las axilas de las hojas o en la unión de entre
los tallos. Posteriormente los tallos colonizados por el hongo, se ablandan y eventualmente
pueden morir grandes zonas de tejido invadido. Los tallos infectados se destiñen, quedando de
color gris y con la apariencia de huesos de animales secados al sol.
El hongo puede invadir la parte aérea de la planta ya sea tallos, hojas, ramas y frutos rápidamente;
en éstos se observa flacidez de tejidos y una pudrición blanda de aspecto húmedo y color claro,
sobre esta pudrición se nota el crecimiento micelial blanco algodonoso, que posterior y
Esta es una enfermedad de climas frescos y húmedos. Presenta mayor severidad con
temperaturas entre 15 y 21 °C, una HR alta y la presencia de agua libre, son factores que detonan
la enfermedad.
Esclerotina sclerotiorum es el agente causal de esta enfermedad. Los esclerocios son duros y de
forma variable. Son de color negro en el exterior y blanco en su interior, cada esclerocio produce
uno o varios apotecios.
Al inicio de la infección eliminar plantas y partes afectadas, el uso de semilla sana y limpia,
eliminar residuos de cosecha, evitar excesos de humedad y evitar plantaciones muy densas.
La inoculación del hongo Trichoderma Koningii en el suelo posibilita un adecuado control del
patógeno en el semillero, y Lactobacillus sp + Saccharomyces cerevisia
El uso de los siguientes ingredientes activos asperjados sobre las plantas: benomil, metiltiofanato,
carbendazim, procimidone e iprodone.
Clavibacter michiganensis subsp. Michiganensis (CMM), es una bacteria Gram (+) (Gitaitis, 2001),
de forma bacilar, perteneciente a la familia Firmicutes. Es aeróbica, no formadora de esporas y se
le conoce con diferentes nombres como "cancro o cáncer bacteriano" "ojo de pájaro" y
"marchitez bacteriana" entre otros, de acuerdo al daño que ocasiona tal patógeno. Se ha
convertido en una de las enfermedades más devastadoras del cultivo del tomate. El patógeno
normalmente se transmite por semillas. Con el uso de plántulas injertadas el riesgo de transmisión
se ha incrementado dado que el injerto requiere condiciones de temperatura y humedad relativa
iguales al patógeno para su desarrollo. En agricultura protegida las perdidas pueden ser totales.
Esta enfermedad del tomate es la más temida bajo agricultura protegida en todo el mundo.
La enfermedad es vascular y parenquimática, (ataca a los tejidos) y tiene una amplia gama de
síntomas dependiendo si es en campo abierto o invernadero los cuales pueden variar de acuerdo a
las prácticas culturales, la nutrición y edad de la planta, así como las condiciones climáticas. En un
determinado momento, sobretodo en la cosecha, las plantas se marchitan irreversiblemente,
empezando por las hojas, las que se observan con mayor claridad en horas con intenso calor, en
los frutos se presenta un síntoma conocido como “ojo de pájaro “que consiste en manchas oscuras
costrosas con un halo blanco intenso.
Las condiciones que favorecen el desarrollo de la enfermedad son: temperaturas del aire de 24-32
°C con humedades relativas del orden del 80-90%, intensidad luminosa relativamente baja y
plantas con fertilización excesivamente altas de nitrógeno.
El cáncer bacteriano es una de las enfermedades del tomate más difícil de controlar, las medidas
clave están dirigidas básicamente a la prevención. El tratamiento de la semilla (hidrótermico) que
consiste en sumergirla completamente en agua caliente a 52 °C, por un lapso de 30 minutos, o en
una solución de ácido acético al 0.6% durante 24 horas. El uso de plántulas libres del patógeno, la
biofumigación del suelo previo al trasplante, y durante el cultivo establecido revisarlo a diario
para detectar el primer síntoma del patógeno y tomar las medidas preventivas que es la forma
más efectiva de minimizar el impacto de su ataque. Eliminar plantas con indicios del problema por
CMM, y las que estén en contacto directo con las mismas, evitar el manejo de plantas con
humedad relativa alta o a punto de rocio y la rotación con cultivos no hospedantes por espacio de
tres años.
No existen aún productos que eliminen la bacteria que produce el cáncer bacteriano, pero algunos
productos son recomendables como preventivos: oxicloruro de cobre, mancozeb, hidróxido
cúprico, acibenzolar-s-metil, (inductor de resistencia). El que actúa como un activador de plantas
protegiéndolas contra el ataque de enfermedades como las bacteriosis en tomate y chiles. El
ingrediente es absorbido por las hojas y tallos, trasportándose en forma acropetala y
basidiopetala. La translocación sistémica en floema y xilema permite que los crecimientos nuevos
se activen. El ingrediente activo no mata hongos o bacterias pero activa la auto protección de la
planta (Syngenta México, 2013).
5.2. La peca bacteriana Pseudomona syringae pv. Tomate (Okabe) Young, Dye y Wilkie
Esta enfermedad es favorecida por temperaturas frescas de 18-24 ° C y humedad relativa alta con
más de 80%. Los síntomas que se forman en los foliolos presentan una coloración entre castaño
oscuro y negra. Estas lesiones carecen de halo en los estados iníciales de desarrollo pero dicho
halo se forma posteriormente. La lesión se extiende en toda la hoja pero es más notable en el
envés que en el haz, aunque ataca cualquier parte de la planta llegando a producir necrosis en
grandes extensiones del tejido, las lesiones son ovaladas a elongadas, en el fruto se forman
pequeñas manchas oscuras como gotas de chapopote y halo amarillo que rara vez son mayores a
1mm de diámetro.
La bacteria es transmitida por semilla y diseminada por salpique de las gotas de lluvia, los
utensilios de trabajo y los trasplantes, puede sobrevivir en residuos del cultivo hasta 30 semanas.
Trasplantes libre del inóculo, semillas certificadas, control de malezas dentro y fuera del
invernadero, rotación de cultivos con hospedantes no susceptibles, desinfección de sustratos
eliminar hojas enfermas y restos de cosecha. Evitar escurrimientos o goteras en las canaletas.
Las mezcla de cobre+mancozeb y zineb dan los mejores tratamientos preventivos, pero un buen
equilibrio y monitoreo de la nutrición y condiciones ambientales funcionan de manera favorable.
Los siguientes productos químicos son recomendados: mancozeb, hidróxido cúprico, oxicloruro de
cobre, sulfato de cobre pentahidratado, sulfato de estreptomicina.
Al igual que Xanthomonas esta bacteria se reproduce mediante el proceso asexual conocido como
fisión binaria. Produciendo una invaginación en la membrana que tiene como resultado dos
células bacterianas idénticas.
Este organismo sobrevive en el suelo durante periodos largos en ausencia de plantas huésped (Mc.
Carter, 2001). La bacteria penetra a la raíz por medio de heridas o de hendiduras naturales. Una
vez dentro comienza a reproducirse en los conductos xilematicos, provocando un aumento en la
viscosidad disminuyendo el flujo del xilema, hasta distribuirse por toda la planta. El desarrollo de
la enfermedad se ve favorecido con temperaturas altas de (30-35 °C como óptimo) y elevada
humedad relativa > de 70%.
Los siguientes productos son autorizados para su uso: mancozeb, hidróxido cúprico, acibenzolar-s-
metil, (inductor de resistencia) sulfato de cobre pentahidratado sulfato de estreptomicina (17%).
6.0. Identificación y manejo de enfermedades causadas por virus que atacan al tomate
La presencia de virus que afectan el tomate en México fue señalada desde el año de 1973, sin
embargo, para el ciclo agrícola 2005-2006 en el estado de Sinaloa se presentaron pérdidas por 300
millones de dólares por efecto del virus del rizado amarillo del tomate (TYLCV). Después en el año
Pertenece al grupo de los geminivirus y su vector es la mosquita blanca (Bemisia tabaci). Los
síntomas que presentan es: doblez hacia arriba de los foliolos (dando la apariencia de una
cuchara), y el chino o encrespado de los mismos. Las plantas infectadas muestran clorosis y,
puesto que siguen floreciendo, al final los frutos son pequeños y no comerciales. La transmisión es
muy eficiente por su vector la mosquita blanca, en cambio por semilla o mecánicamente no parece
transmitirse
Pertenece al grupo de los tospovirus y se le menciona en México desde 1989. Los síntomas se
caracterizan por un bronceado o hasta necrosis de los foliolos, combinados con un acorchamiento
circular del fruto. Su forma de transmisión es a través de los Trips por contacto no es eficiente y
por semilla es nula. Los trips adquieren el virus en los primeros estadios ninfales y no como adulto.
Se agrupa dentro de los virus tipo picornavirus (Taurina, et al; 2007). Los síntomas son: necrosis
apical y un manchado anular de los frutos del tomate, los cuales pierden por completo su valor
comercial. La forma de transmisión del TANV aún es desconocida, incluido su vector. Se cree
pudiera ser la mosquita blanca (Trialeurodes abutilonea y Bemisia tabaci).
Es de los primeros virus reportados en México aunque el tomate es menos infestado que el chile
pero en invernaderos es un grave problema potencial dado que su transmisión es por contacto.
Se conocen diversas bacterias no cultivables (BNC). Las más conocidas han sido llamadas
Fitoplasmas y más recientemente la conocida como Candidatus liberibacter la cual ocasiona el
permanente del tomate, descrito desde 1984 por Garzón-Tiznado.
Los síntomas del permanente varían en todas las variedades y condiciones de crecimiento de
tomate y chile. En tomate, es típico un enrollamiento de las hojas inferiores en forma de taco,
estas hojas se amarillean y hacen quebradizas, los foliolos apicales se ven cloróticos, con los
márgenes de color morado, las flores presentan necrosis ocasionando su aborto. Eventualmente,
hay una sobrebrotacion de yemas, en las ramas donde esto ocurre, la floración y polinización son
normales pero los frutos resultan no comerciales. La transmisión es especifica por el vector
Paratrioza, Bactericera cockerelli (Garzón. et al, 1986,2005 y 2009)
Usar mallas de calibres adecuados, cuidado extremo de la plántula (producción y manejo), estricta
vigilancia de puertas y colocar trampas pegajosas, establecer monitoreo constantes dentro y fuera
de los invernaderos de los diferentes vectores, establecer barreras con sorgo o maíz alrededor del
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Bibliografía de imágenes