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“Liderazgo cristiano eficaz”

En “Revitalizando el liderazgo”, el volumen uno de esta serie, consideré tres imágenes


Bíblicas del liderazgo: el siervo, el pastor y el mayordomo. También existen otras tres
fuentes principales del liderazgo cristiano eficaz:

Instruido: especializado, desarrollado, realizado (con la colaboración de la gracia de Dios).

Con discernimiento: buscando la dirección de Dios, con un espíritu basado en la oración


de fe.

Merecido: honesto e integro, auténtico y legítimo, competente y confiable, con visión y


entusiasmo.

El liderazgo cristiano es instruido


Cuando Dios lo llama al liderazgo, también le entrega Su don: el poder para liderar. Las
escrituras de Pablo no mencionan al liderazgo entre los dones del Espíritu Santo. En
Romanos 12:8 escribe, “el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el
que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”. En 1 Corintios 12:28,
Pablo habla de “aquellos a quienes se les ha dado el poder para dirigir” (Good News
Bible). De manera similar, la Nueva Biblia Inglesa habla de “aquellos que tienen el poder
para guiar”.

Aunque algunas traducciones llaman a este don “administración”, el nombre griego


subyacente significa literalmente “los que hacen que otros puedan trabajar juntos” (The
living Bible). La literatura griega usó el término de manera metafórica para describir el
arte de gobernar: el estadista que “guía la nave del Estado”. En las escrituras de Pablo, la
nave en cuestión es la Iglesia (el pueblo de Dios) y el líder debe asegurar que la nave se
mantenga dentro del curso. Pero el don de liderazgo potencial dado por Dios, debe ser
entrenado y desarrollado, para poder ser utilizado de manera eficaz.

Se dice que, mientras los líderes potenciales nacen, los líderes eficaces se desarrollan y se
hacen (o más bien se desarrollan y se hacen a sí mismos), con la gracia de Dios a través del
esfuerzo personal, el estudio y el entrenamiento. Llegar a ser un líder eficaz involucra la
responsabilidad personal. El esfuerzo que usted haga, es su respuesta hacia Dios. ¡Piense
en eso!

La palabra educación deriva del verbo latino “educere”, que significa sacar a la luz, es
decir, desarrollar los talentos potenciales y latentes. Las instituciones de entrenamiento de
liderazgo cristiano, ayudan a sacar y desarrollar los talentos dados por Dios,
permitiéndole llegar a ser lo que Él pensó que sería: un líder cristiano eficaz.

El liderazgo cristiano tiene discernimiento


Un líder cristiano que encabeza una Iglesia, congregación religiosa u organización, tiene
que poner la misión, las metas y el liderazgo para el cuerpo, de acuerdo al propósito de
Dios y animar y motivar a otros para que contribuyan a su realización.

Por consiguiente, en un espíritu de Fe, humildad y oración, debe discernir las metas de
Dios y la dirección para las personas, sin dejarse confundir por sus ideas personales. El
liderazgo cristiano eficaz y un espíritu de Fe y oración, están estrechamente relacionados.
Las personas necesitan ver a un líder cristiano como a una persona de Fe y oración.

El liderazgo de servicio no es débil. Habiendo fijado las metas a largo plazo, el líder
cristiano debe ser firme, sin vacilación o duda. Pero mientras es firme, deberá considerar
las diferentes opiniones. No buscará aplastar o destruir a aquellos que se oponen a él. No
dudará en confrontarlos, pero con amor y cuidado. La Biblia dice, “a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios
4:12).

El liderazgo cristiano es pastoral y servicial. El liderazgo pastoral se enfoca en las personas


que debe cuidar, además de las actividades que debe realizar. Hay diferencias notables
entre los líderes siervos o pastores y los ejecutivos de alto rendimiento. El líder siervo o
pastor, no puede pisotear a las personas, aún por causa del Reino de Dios.

Aunque el liderazgo cristiano implique el ejercicio de la autoridad, nunca podrá ser


autoritario. Desgraciadamente, es fácil confundir ambos términos. Peter Wagner ha
señalado que las diferencias entre el liderazgo y la dominación dependen del “enfoque del
poder”. Cuando los líderes cristianos comprenden que son pastores que reciben su
autoridad del Señor, el Pastor Principal, entienden al liderazgo por medio del ejercicio de
la autoridad. Cuando ven el poder localizado en su propia personalidad, practicaran un
liderazgo autoritario.

En “La fuerza en el liderazgo de servicio”, Paul Cedar hace una comparación interesante
entre el liderazgo que viene de Dios y el que viene del orgullo personal:

“El orgullo nos dice que vayamos solos, Dios nos dice que vayamos con Él. El orgullo nos
dice que sigamos nuestros instintos, Dios nos dice que lo sigamos. El orgullo nos dice que
utilicemos el conocimiento humano y los enfoques racionales, Dios nos dice que lo
reconozcamos. El orgullo nos dice que lo “falsifiquemos”, Dios nos dice que permitamos
que la verdad nos haga libres. El orgullo nos dice que nunca debemos parecer débiles o
indecisos, Dios nos dice que Su fuerza se perfecciona en nuestra debilidad. El orgullo nos
dice que mantengamos a las personas enfocadas en nosotros mismos, ¡Dios nos dice que
invitemos a las personas a seguirnos, con sus ojos puestos en Jesús!” (Paul A. Cedar. "La
fortaleza en el liderazgo de servicio". Waco, TX, Word, 1987, pág. 150).

La autoridad de los líderes cristianos se manifiesta a través de su amor y su ejemplo. Hace


muchos años, John Stott hizo un comentario incisivo. Dijo que la autoridad por medio de
la cual el líder cristiano lidera, no es el poder sino el amor, no es la fuerza sino el ejemplo,
no es la coerción sino la persuasión por medio de la razón.

Los líderes serviciales y pastorales tienen el poder, pero este sólo está seguro en las manos
de aquellos que son lo suficientemente humildes y amantes, como para servir y cuidar de
los demás.

Los líderes cristianos disciernen la voluntad de Dios y lideran en humildad y oración.


Debido a este enfoque, se cuidan de usar el poder y la autoridad que Dios les ha dado para
su auto-promoción o blandirlo como una vara para amenazar y subyugar a otros. El líder
cristiano maneja una autoridad delegada. Él es finalmente responsable ante la verdadera
fuente del poder, el Señor.

El liderazgo cristiano es merecido


La prueba real del liderazgo son los seguidores. Son quienes finalmente determinan si una
persona debe ser y será reconocida como líder. El liderazgo está en el ojo del seguidor.
¿Qué esperan los seguidores de sus líderes? Simplemente porque un individuo tenga un
título, posición o autoridad jurídica, no significa que las personas lo seguirán
automáticamente. Cada persona en una posición de liderazgo es observada y probada
entre tres a cinco años. Durante ese período, las personas determinarán si verdaderamente
es el tipo de líder que quieren. Los estudios han demostrado que a menudo se requiere ese
tiempo para demostrar un liderazgo genuino.

¿Cuales son los rasgos personales o las características que los seguidores buscan y admiran
en los líderes? Ellos esperan que los líderes sean:

a. Honrados y confiables.
b. Genuinos y auténticos.
c. Competentes y seguros.
d. Visionarios y proactivos.
e. Positivos y entusiastas.

a. Honrados y confiables
Hoy más que nunca, la honestidad e integridad son esenciales para el liderazgo. Los
seguidores buscan líderes dignos de su confianza (con principios, éticos y verdaderos).
¿Cómo evalúan los seguidores las características subjetivas, como la honestidad y la
fidelidad? Por la conducta de sus líderes. La credibilidad se basa principalmente en la
consistencia entre las palabras y los hechos. Si los líderes hacen lo que dicen, si se llevan a
cabo los acuerdos y se mantienen las promesas, éstos sirven como indicadores que señalan
que el líder es una persona de honestidad e integridad y es, por consiguiente, confiable.
Pero las decepciones, encubrimientos y falsas promesas, indican deshonestidad y falta de
integridad.

b. Genuinos y auténticos
La legitimidad y autenticidad son vitales en un líder cristiano. Él es un siervo, un pastor y
un mayordomo, las tres imágenes Bíblicas del liderazgo cristiano. Los seguidores quieren
saber si el líder verdaderamente es:

1) Una persona con un corazón y una actitud servicial o si está allí para ser servido, donde
el honor, el reconocimiento, el prestigio, la riqueza y el poder lo significan todo. Las
personas llegan a creer en los líderes y a verlos como dignos de confianza, cuando tienen
los mejores intereses de sus seguidores en sus corazones. No estarán dispuestos a seguir a
los líderes que sólo se interesaron en su propio bienestar, en sus propias agendas o en su
propio progreso.

2) Un pastor que atiende a las preocupaciones y necesidades de otros, con sus mejores
intereses en su corazón, siendo verdaderamente compasivo. Entiende los sufrimientos de
su gente y está listo para sufrir con ellos. Las situaciones que se levantan continuamente,
prueban la credibilidad de un líder. Su valor inspira a otros para que hagan los sacrificios
que sean necesarios. Sólo aquellos que han sentido el dolor de la pérdida y anhelan su
realización, pueden inspirar de verdad.
3) Un mayordomo es responsable y se ocupa responsablemente de los recursos que son
confiados bajo su cuidado.

c. Competentes y seguros
Los seguidores quieren que las personas que ocupan puestos de liderazgo, desplieguen
capacidad de liderazgo y confianza en sus habilidades. El liderazgo no es una posición
sino una relación recíproca entre aquellos que deciden liderar y los que escogen seguir. Los
líderes ganan respeto cuando son experimentados en las relaciones humanas y
competentes en sus deberes.

Comunican eficazmente, escuchando activamente, con verdadero interés y estableciendo


asociaciones íntimas, construidas sobre la franqueza y el cuidado. Los líderes deben ser
transparentes y genuinos al escuchar a otros, compartiendo sus ideas y manifestando sus
sentimientos. Las relaciones son edificadas mostrando una consistencia entre las
declaraciones y las acciones.

Los líderes deben confiar en sí mismos para ganar la confianza de otros. El inseguro es
fuerte y jactancioso. Sienten el impulso de impresionar a otros. El seguro de sí mismo no
siente tal necesidad porque sus habilidades y fuerzas provienen de Dios. La verdadera
confianza es la convicción que un soberano y afectuoso Dios está en control de nuestros
destinos y nos da la competencia para lograr lo que Él planeó.

Los líderes despliegan la habilidad de prever el futuro, con un sentido claro de propósito y
dirección y un plan estratégico para realizar la visión. Esa visión es la fuerza magnética
que establece el curso del compás para toda la organización. El líder debe articular la
visión con tal claridad que las personas puedan ver por si mismas, cómo se verá, se sentirá
y parecerá la organización cuando llegue a sus metas en tres a cinco años.

d. Visionarios y proactivos
Los seguidores esperan que los líderes sean positivos y entusiastas sobre el futuro. ¿De que
otra forma el líder podría edificar la confianza en la validez de su visión, misión y metas a
largo plazo? El entusiasmo manifiesta el compromiso de un líder con el sueño y lo
comunica a las personas para que a su vez entusiasmen a otros. Como dice el refrán,
“Nadie puede encender un fuego con un fósforo mojado”. Si un líder no despliega pasión
y entusiasmo, ¿por qué deberían hacerlo los demás?

e. Positivos y entusiastas
Los líderes positivos y entusiastas, mantienen viva la esperanza. Entonces su optimismo
lidera el camino para alcanzar las metas y logros desafiantes. Las personas con elevadas
esperanzas, también son grandes realizadores. Tienen aspiraciones más elevadas y buenos
niveles de desempeño.
Sin embargo, los líderes serviciales y pastorales, no presionan a los seguidores renuentes.
Por el contrario:

• Estimulan a otros con su entusiasmo.


• Inspiran a otros con su dedicación.
• Provocan el pensamiento crítico, escuchando y compartiendo con otros.
• Animan y apoyan a otros, ayudándolos a superarse en el cumplimiento del propósito
de Dios en sus vidas y ministerios.
• Presentan la visión, misión y los valores de manera constante y consistente para
asegurar que todos se mantengan en la huella.

Esto no refleja el ejercicio del poder sobre otros, sino el fortalecimiento de los demás. Todas
las características anteriores del liderazgo, conforman su factor de credibilidad, la manera
en que son percibidos por los seguidores.

Cuando los seguidores perciben al liderazgo de una organización con una elevada
credibilidad, tendrán más probabilidades de:

• Tener un sentido de pertenencia.


• Identificarse con la visión, misión y los valores de la organización.
• Estar orgullosos de decirles a otros que son parte de la organización.

Los líderes deben ser diligentes en cuidar su credibilidad, porque sin ella no se puede
liderar. Reconstruir la credibilidad perdida es una tarea ardua. Deberá practicar a diario:

• La alimentación de las relaciones con las personas.


• Demostrarles que se preocupa de verdad y está allí para servir.
• Actuar consciente y consistentemente, porque las acciones hablan más fuerte que las
palabras. Nunca se olvide que el liderazgo sólo existe en los ojos de los
seguidores.

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