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No se trataba simplemente de salir a cazar; esta actividad contenía una serie de ritos,
conocimiento y estudio de los animales así como las más cuidadosas estrategias para lograr
regresar con la presa a casa.
En las vasijas mayas las escenas de cacería son bastante frecuentes. En efecto, para todos
los pueblos prehispánicos (los que ya existían en estas tierras antes de la llegada de los
europeos), la cacería era una actividad muy importante pues servía para obtener carne para
comer, animales para sacrificar en sus rituales, y como una forma de conseguir materiales
para elaborar objetos de uso diario o ritual, como huesos, plumas, colmillos de animales,
etc.
“Y así iban alegres, probando sus cerbatanas… sólo con el soplo derribaban a los pájaros
cuando les tiraban…En seguida hicieron un fuego los muchachos y pusieron a asar los
pájaros en el fuego”
“Hay muchas codornices a maravilla, y son algo mayores que las nuestras, y de singular
comer; vuelan poco y tómanlas los indios con perros, encaramadas en los árboles, con
lazos que les echan al pescuezo, y es muy gustosa caza”.
Las vasijas pintadas ilustran procesiones en las cuales se observan personajes con distintos
tipos de armas, especialmente palos y lanzas. Frecuentemente se ve que van tocando
trompetas de caracol (quizás para azuzar a los perros y asustar a las presas) y en otros casos
van cargando trampas como cestas, redes y lazos.
Por otro lado, en los platos y vasos prehispánicos el cazador no sólo aparece con una lanza
o palo, sino a veces hasta acompañado de un perro. Otra característica muy especial es el
uso de un sombrero de ala ancha. Este aparece frecuentemente como parte del atavío de los
cazadores.
Muchas son las especies animales que se cazaban para comer. En primer lugar estaban los
mamíferos como el venado, seguido del pecarí o coche de monte, el cabrito o huitzizil, los
monos, el armadillo, el tepezcuintle y la cotuza. Esos se capturaban con lanzas o con
trampas. Las trampas podían ser redes en el suelo que luego se cerraban y colgaban de los
árboles, o agujeros en el suelo con hojas encima. El transporte de las presas de gran tamaño
se hacía atándolas a algún palo y cargándolas a sus espaldas.
De todos, el venado es quizás el que tiene más apariciones en el arte maya y el que tiene la
mayor evidencia arqueológica de cacería para la época prehispánica. En varias vasijas
mayas se representan a los cazadores vistiendo pieles de venado o tocados con cabeza de
venado, aparentemente como parte del ritual de cacería. El uso de las astas del venado
como parte del “disfraz” era para atraer la presencia de las presas. La presencia de perros
destaca en esas escenas también (Gibbs, 2011).
Después de los mamíferos las presas más apetecibles eran las aves, especialmente las
gallináceas -como el faisán kambul, la cojolita y la chacha- así como variedad de aves
acuáticas. Para cazar patos y otras aves en las lagunas, los cronistas describían cómo los
cazadores se metían debajo de grandes calabazas secas (tecomates) que hacían flotar sobre
el agua y así se acercaban poco a poco hasta halarlos de las patas. También podían acercar
canastas.
Finalmente entre los reptiles eran muy apetecibles las iguanas y las tortugas, por destacar
las más buscadas. La variedad de animales del ecosistema acuático y marino costero se
capturaban con el uso de anzuelos, con redes y con canastas, a las cuales les colocaban
alguna carnada.
La cacería tiene una fuerte asociación a la cosmovisión y el ritual, pues desde la época
prehispánica hasta hoy se realizan ritos especiales para “pedir permiso” a las deidades para
cazar y para matar a la presa. En la antigüedad había fechas especiales para llevar a cabo
los ritos previos a la cacería por parte de los cazadores. Estas se hacían como parte de las
festividades organizadas en torno al calendario tzolkin (“la cuenta de los días”) de 260 días.
Entre otros propósitos, el Tzolkín se usaba para celebrar ceremonias religiosas, pronosticar
la llegada y duración del período de lluvias y determinar los períodos de cacería y pesca.
“En un día de este mes de Zac que el sacerdote señalaba, hacían los cazadores otra fiesta
como la del mes de Zip, la cual servía para aplacar en los dioses la ira que tenían contra
ellos y sus sementeras; y las hacían (también) por la sangre que derramaban en la caza,
porque tenían por cosa horrenda cualquier derramamiento de sangre si no era en sus
sacrificios”
Para los primeros años después de la Conquista, Fray Diego de Landa mencionaba que
existían varias deidades de la cacería y protectores de los venados que inducían a errar en el
tiro a los cazadores a menos que se les pidiera “permiso” para cazar. Esta “fiesta de los
cazadores” se celebraba el día 7 del mes Zip. El cronista Diego Durán, en una carta dirigida
a Felipe II de España, describe cómo durante un rito en Guatemala, se mataba a un venado
en la plaza del templo y luego de quitarle corazón, patas y cabeza, se danzaba con la piel
del animal (Paredes Maury, 1997).
Los mayas practicaban la agricultura de milpa. Milpa significa para cortar los bosques y incendiar
los troncos como fertilizante. Con esta técnica los mayas cultivaban una variedad de legumbres,
frutos, hierbas, y especias para comer. Unos ejemplos de estas legumbres son:
La técnica de milpa puede ser severo para la tierra y se usa mucha tierra para pocas personas. Sin
embargo, en la región de Tayasal (en el noreste de Guatemala moderna) la técnica era muy
productivo. Generalmente los milpas en esta región producían dos o tres cultivos cada año y la
tierra era fértil por una década. Los mayas también cuidaban los huertos de los arboles de frutas.
La vegetación silvestre eran muy importante en la dieta de los mayas. Recogían más que diez tipos
de hongo, las semillas del árbol de cacao, la savia del árbol de chicozapote, la papaya, el orégano,
la vainilla (que se llama t'isil), la malagueta y otras plantas para comer o usar en la comida. Los
mayas cosechaban la miel de las colmenas y eran usado como un edulcorante. Recogían los juevos
del pavo y juevos del iguana, los insectos, y los caracoles.
La caza, la pesca, y los animales domésicos:
Para pescar los mayas usaban el red o el anzuelo de hecho el hueso. Pescaban la pez y los mariscos
en los lagos y ríos de agua dulce en las tierras altas y también las tortugas en el mar de agua salada
La vida diaria:
Los mayas comían tres comidas al día. La comida principal era al mediodía y
comían comidas pequeñas de la mañana y la tarde. Aquí es un modelo para la
preparación del maíz en un día normal:
Los hombres y las mujeres maya no comían juntos. Los hombres comían primero y
las mujeres y niñas comían después de los hombres. Las tortillas del día anterior son
comidas para el desayuno, pero son tostado. El atole (una bebida caliente hecho de
zacan y agua y a veces edulcorante con miel) es tomado para el desayuno también.
Las nuevas tortillas no estaban lista hasta la comida principal del día. Para la comida prinicipal los
mayas comían tortillas, huevos, frijoles, un poco carne si era disponible, quizá unas verduras y
chocolate si la familia pudiera costearlo. La última comida del día consiste en tortillas, frijoles y
chocolate o atole.
Los Festivales:
Los Festivales de los mayas casi siempre tenían grandes festines como parte del ritual. En el mes
de Tzec los mayas tenían una festín para aumentar la cosecha de la miel y los que cuidaban las
colmenas traían miel para hacer vino. Un festival muy importante era celebrado en el mes de Xui
en honor de Kukulcán. Tenían una festín por 5 días en el templo de Kukulcán. La festín se llama
chic kaban. A veces la iguana reemplazaba el pavo para los festivales.