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Las conocidas como "piedras del hambre" son rocas en el lecho de los ríos que
solo son visibles cuando los niveles del agua son extremadamente bajos.
Esculpidos en ellas, antiguos pueblos dejaron mensajes sobre las catástrofes
desencadenadas por la falta de agua y recordatorios de las dificultades sufridas
durante las sequías. Las inscripciones se remontan a décadas y siglos atrás
La inscripción más antigua encontrada en la cuenca del río Elba data de 1616 y
está en alemán. Su traducción es "Si me ves, llora".
Una de las localidades en dejar al descubierto más piedras es Děčín, una ciudad
al norte de la República Checa, donde confluyen los ríos Elba y Ploučnice y muy
cerca de la frontera con Alemania.
El río Elba nace en la República Checa y fluye a través de Alemania hacia el Mar
del Norte. En su caudal asoman hasta una docena de estas piedras, recordando
a la población local un período duro en el pasado. Otra piedra del hambre se
exhibe en el museo de la ciudad de Schönebeck, una antigua lápida que yacía
en una dársena del puerto y en la que se tallaron niveles de agua particularmente
bajos. En 1904 el agua bajó hasta los 47 cm y la visibilidad de esta
piedra indicaba a los barcos que el caudal no era suficiente para navegar.
Además de las piedras, en el cauce del río se han encontrado varias bombas de
la Segunda Guerra Mundial sin explotar. La mayoría de las "piedras del hambre"
se encuentran en el río Elba, aunque también han aparecido en el Rin, el Mosel,
el Mündesee o el Weser.
Plasma las consecuencias del fenómeno. 2pts
Radiografía de la sequía en Europa: afectadas 340 millones de personas y un 47%
del territorio. Un 17% del continente estaría en nivel alto de riesgo. La Comisión
Europea, que ha calificado de "crítica" la situación, demanda medidas
extraordinarias de gestión del agua y la energía en los países afectados.
La sequía está afectando a gran parte del continente europeo, una situación
propiciada por el que ha sido uno de los inviernos más secos y la falta de
precipitaciones. Según los últimos datos del Observatorio Europeo de la Sequía
(EDO, en sus siglas en inglés), un 47% del territorio se encontraría en esta
situación y un 17% estaría en nivel alto de riesgo. En esta línea, la Comisión
Europea ha calificado de «crítica» una situación que requiere de «la adopción de
medidas extraordinarias de gestión del agua y la energía en los países afectados».
Esto se ha visto agravado ante el déficit de lluvias durante el invierno y primavera
y las olas de calor de este verano. «La circulación de los ríos en varios países se
ve gravemente afectada y los volúmenes de agua almacenados también se
agotan», detalla la Comisión Europea a través de una nota de prensa. «Ante la
falta de precipitaciones, la cantidad de agua en el suelo se ha reducido
significativamente, lo que ha provocado un estrés en la vegetación». En este
sentido, según la Comisión Europea, las zonas más afectadas serían las tierras de
la llanura Padana de Italia, el sur, centro y oeste de Francia, el centro de
Alemania, el este de Hungría, Portugal y el norte de España.
Las consecuencias son las previstas: los niveles de embalses y ríos han caído a
mínimos históricos, la sequía más grave de Europa en 500 años, según apuntan
algunos científicos. La escasez de agua está creando una situación crítica
afectando a hogares, fábricas, agricultores y mercancías en todo el continente.
Una zona importante de Europa sufrió, durante estas semanas, temperaturas
sumamente elevadas, las cuales acrecentaron la sequía y generaron incendios
forestales, que hicieron encender las alertas sanitarias y llamaron a pensar
medidas frente al cambio climático.
COSECHAS PERJUDICADAS Y FALTA DE ENERGÍA
Las cosechas en el verano se vieron perjudicadas, debido a que, el rendimiento
del maíz en grano de este año se ubicará un 16% por debajo de la media de los
cinco años pasados y los de la soja y el girasol disminuirán un 15% y un 12%
respectivamente.
Por otra parte, la producción de energía hidroeléctrica se vio afectada, impactando
en otros productores de energía a raíz de la falta de agua para alimentar los
sistemas de refrigeración.
El informe del Observatorio Europeo explicó que si bien las lluvias a mitad de
agosto pueden haber alivianado las condiciones, en ciertos casos se hicieron
presentes en forma de tormentas eléctricas por lo que provocaron mayores daños.
El indicador de sequía, que utiliza el observatorio, toma como base las mediciones
de las precipitaciones, la humedad del suelo y la parte de radiación solar que
absorben las plantas para la fotosíntesis.
Muestra imágenes de las afectaciones. 2pts.