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Estatuto Societario PYMES

TEMA 13. DISOLUCIÓN, LIQUIDACIÓN Y EXTINCIÓN DE LAS SOCIEDADES DE CAPITAL


13.1. LA DISOLUCIÓN DE LAS SOCIEDADES
A. LA DISOLUCIÓN POR ACUERDO DE LA JUNTA GENERAL
Una sociedad puede disolverse en cualquier momento por acuerdo de la junta general adoptado con los quórum y
mayorías requeridos para la modificación de estatutos
B. LA DISOLUCIÓN DE PLENO DERECHO
La disolución opera de pleno derecho en una serie de supuestos: Cuando la sociedad haya previsto en sus estatutos un
plazo o término de duración
- La disolución se produce de forma automática, incluso frente a terceros y sin necesidad de ningún acuerdo
- Esta forma de disolución puede evitarse por los socios prorrogando la vida de la sociedad por medio de un
acuerdo de modificación del término estatutario inscrito en el Registro Mercantil antes de su vencimiento
Cuando la sociedad se vea legalmente obligada a reducir su capital por debajo del mínimo legal
- La sociedad queda disuelta de pleno derecho si en el plazo de 1 año no inscribe el correspondiente acuerdo de
transformación, disolución o aumento de capital igual o superior al mínimo legal
- Se admite así que las sociedades puedan incumplir de manera transitoria el deber de mantenimiento del capital
mínimo
Cuando se abre la fase de liquidación en el supuesto de que la sociedad haya sido declarada en concurso de acreedores
- Con carácter general, la declaración de concurso no constituye por sí sola un motivo de disolución que opere de
manera automática o que obligue a la sociedad a adoptar el acuerdo de disolución
- Esta disolución no coloca a la sociedad en el estado ordinario de liquidación societaria, sino que se sujeta al
régimen de la Ley Concursal
C. LA DISOLUCIÓN POR CONCURRENCIA DE CAUSA LEGÍTIMA
LAS CAUSAS DE DISOLUCIÓN
Así como las anteriores formas de disolución se vinculan a la concurrencia de un único acto, existen otras formas de
disolución por concurrencia de una causa legítima de disolución y de un acuerdo social o decisión judicial que la constate
Estas causas de disolución pueden ser legales o estatutarias.
Causas legales:
- Cese en el ejercicio de la actividad que constituya el objeto social: se entiende que concurre esta situación tras
un periodo de inactividad de 1 año
- Conclusión de la empresa que constituya el objeto social: opera cuando la sociedad se haya constituido para
desarrollar una actividad o negocio determinado
- Imposibilidad manifiesta de conseguir el fin social por cualquier motivo
- Paralización de los órganos sociales de modo que resulte imposible su funcionamiento
• En realidad, esta causa se reduce a la paralización de la junta general ya que la eventual inactividad del órgano
de administración siempre podría ser paliada mediante el nombramiento de nuevos administradores
- Pérdidas graves que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad de la cifra del capital
social, salvo que ésta se aumente o se reduzca en la medida suficiente
• Para constatar la concurrencia de esta causa no es preciso esperar al cierre del ejercicio social o a la
formulación o aprobación de las cuentas anuales: la causa concurre en el momento en que los administradores
conozcan (o hubieran debido conocer) la existencia del referido desequilibrio patrimonial
• En todo caso, la sociedad siempre puede evitar la disolución removiendo la situación de desbalance

- Reducción del capital por debajo del mínimo legal cuando no sea consecuencia de una ley
• Esta causa apenas tiene operatividad práctica, ya que los requisitos formales que tienen que cumplir los
acuerdos de reducción de capital (control de legalidad tanto del notario como del registrador) hacen poco
probable la consumación de este supuesto
- Causas estatutarias:
• Al margen de las causas legales que no pueden ser excluidas en sede estatutaria, los socios pueden incorporar a
los estatutos otras causas distintas
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• Esta habilitación estatutaria está limitada por el respeto a los llamados “principios configuradores” del tipo
social de que se trate (por ejemplo, causas estatutarias de disolución vinculadas a circunstancias personales de
los socios, como su fallecimiento)
• Además, se excluye la posibilidad de prever como causa estatutaria de disolución la denuncia por cualquiera de
los socios o por un determinado porcentaje del capital social
RÉGIMEN JURÍDICO
La concurrencia de una causa (legal o estatutaria) de disolución no opera de forma automática: debe ser constatada por
la junta general o, en su defecto, por el juez
Cuando concurre una de esas causas, la ley establece un sistema para que la sociedad no se mantenga indefinidamente
en esa situación, basado en tres elementos básicos:
- Celebración de una junta general que acuerde la disolución o remoción de la causa
• Los administradores deben convocar la junta en un plazo de 2 meses desde la concurrencia de cualquier causa
legal o estatutaria, y cualquier socio puede requerir a los administradores para que la convoquen
• La disolución puede acordarse con los quórum y mayorías exigidos para los acuerdos ordinarios, o los
cualificados establecidos en los estatutos
• La junta no está obligada a acordar la disolución, sino que puede adoptar los acuerdos necesarios para eliminar
o remover la causa que la provoque
- Posibilidad de acordar la disolución judicialmente cuando la junta no lo haga
• Si la junta no adopta el acuerdo de disolución o un acuerdo que remueva la causa de disolución, la disolución
puede ser declarada judicialmente
• Para ello, se atribuye a cualquier interesado la legitimación para solicitar la disolución judicial de la sociedad en
caso de falta de convocatoria de la junta solicitada, de imposibilidad de alcanzar un acuerdo o de adopción de
una decisión contraria a la disolución
• Los administradores no solo están facultados para instar la disolución judicial, sino que están obligados a hacerlo
en un plazo de 2 meses cuando el acuerdo de la junta sea contrario a la disolución o cuando el acuerdo no
pudiera ser logrado
- Responsabilidad solidaria por las deudas sociales de los administradores que incumplan cualquiera de los
deberes legales que se les imponen a estos efectos
• No se trata de un supuesto de responsabilidad por daños, sino de una sanción civil por el hecho de incumplir sus
deberes
• La responsabilidad nace por el simple incumplimiento de estas obligaciones legales
• La sanción se impone a todos los que integren el órgano de administración en el momento en que la junta debió
ser convocada o la disolución judicial instada, salvo a los que prueben que el incumplimiento del deber no les es
imputable
D. EFECTOS DE LA DISOLUCIÓN
Cualquiera que sea el modo en que se produzca la disolución, el principal efecto es la apertura del período de liquidación
La sociedad disuelta sigue subsistiendo y mantiene su personalidad jurídica
Durante la liquidación se producen cambios de orden interno:
- La actividad social se suspende, para dejar paso a una actividad puramente liquidatoria
- Los administradores son sustituidos por los liquidadores
- Se mantiene el régimen de la contabilidad social: si la liquidación se prolonga por un plazo superior al previsto
para la aprobación de las cuentas, los liquidadores quedan obligados a presentar dentro de los 6 primeros meses
del ejercicio las cuentas de la sociedad junto con un informe sobre el estado de la liquidación
El derecho de los socios a participar en las ganancias sociales se sustituye por el derecho a participar en el patrimonio
resultante de la liquidación
E. LA REACTIVACIÓN DE LA SOCIEDAD DISUELTA
Dado que la sociedad disuelta subsiste durante el periodo de liquidación, es posible que decida revocar la disolución y
retornar a la vida activa para continuar con el ejercicio de las actividades propias de su objeto social
Las condiciones de validez de esta posible reactivación no son comunes para todos los supuestos de disolución
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- No cabe que una sociedad salga del estado de liquidación para reanudar su actividad en caso de disolución de
pleno derecho: esta forma de disolución produce sus efectos automáticamente y al margen de la voluntad de la
sociedad
- En el resto de formas de disolución, la posible reactivación debe cumplir varios requisitos:
• Desaparición de la causa de disolución: si la sociedad se disuelve por acuerdo de la junta, la causa de disolución
cesará si el acuerdo se revoca válidamente por otro posterior; y si la disolución deriva de la concurrencia de una
causa legal o estatutaria, la reactivación exigirá que previamente desaparezca o se elimine dicha causa
• La posibilidad de acordar la reactivación queda sujeta a un límite temporal: solo se permite mientras no haya
comenzado el pago de la cuota de liquidación a los socios
• Se exige que el patrimonio contable de la sociedad que se reactiva no sea inferior al capital social, con el fin de
garantizar la integridad patrimonial de éste en el momento en que la sociedad se reactiva
La cuestión más importante que suscita la reactivación es la relativa a la tutela de los socios disconformes y de los
acreedores sociales:
- La ley reconoce expresamente el derecho de separación a los socios que no hayan votado a favor del acuerdo,
con el fin de que sus expectativas de obtener la cuota de liquidación no se vean frustradas por una reactivación
acordada sin su consentimiento
- También se protege a los acreedores sociales con el derecho a oponerse al acuerdo de reactivación en las
mismas condiciones que en los supuestos de reducción de capital

13.2. LA LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES


A. CONCEPTO Y GENERALIDADES
La liquidación de la sociedad disuelta comprende la realización de las operaciones necesarias para satisfacer
íntegramente a los acreedores sociales y, en su caso, repartir el patrimonio resultante entre los socios
Es un estado que se inicia con la disolución y que acaba con la inscripción en el Registro Mercantil de la extinción de la
sociedad
Las sociedades disueltas deben incluir en su denominación la expresión “en liquidación”
B. ÓRGANOS SOCIALES DURANTE LA LIQUIDACIÓN
LA FIGURA Y LAS FUNCIONES DE LOS LIQUIDADORES
Los liquidadores son el órgano de gestión y de representación de la sociedad disuelta y ocupan una posición jurídica
semejante a la de los administradores durante el periodo de vida activa de la sociedad
Al margen de las diferencias que puedan existir entre ambos por causa de la distinta situación de las sociedades que
gestionan, dada la similitud de sus respectivas funciones, la ley extiende el régimen legal de los administradores a los
liquidadores en todo lo que no se encuentre expresamente previsto y no sea incompatible con su naturaleza
En particular, el órgano de liquidación podrá adoptar las distintas formas de organización que se permiten para el
órgano de administración
La designación del cargo de liquidador puede estar regulada en los estatutos: se puede prever una designación nominal
o establecer las condiciones subjetivas que deben reunir
A falta de previsión estatutaria, la regla es que su nombramiento corresponde a la junta
A su vez, a falta de nombramiento por los estatutos o la junta, se prevé con carácter supletorio la conversión automática
en liquidadores de quienes fueran administradores al tiempo de la disolución
Además, es posible solicitar la convocatoria judicial de junta para el nombramiento de liquidadores si el órgano de
liquidación queda inoperativo por cualquier motivo, e incluso solicitar la designación por el juez cuando no sea realizada
por la junta
Salvo que los estatutos dispongan otra cosa, el nombramiento de liquidador se hace por tiempo indefinido y dura hasta
la extinción de la sociedad
El hecho de que los liquidadores ocupen un cargo de estricta confianza permite que puedan ser separados o destituidos
en cualquier momento por la junta general, sin necesidad de que concurra ninguna causa concreta y aunque la
separación no figure en el orden del día
Además, la ley prevé una causa específica de cese de liquidadores para evitar que la liquidación pueda prolongarse
durante un periodo de tiempo excesivo
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- Cuando transcurran 3 años desde la apertura de la liquidación, se faculta a cualquier socio o persona con interés
legítimo para solicitar del juez la separación de los liquidadores, quien deberá acordar el cese cuando estime que
no existen motivos que justifiquen la dilación y proceder al nombramiento de nuevos liquidadores
En lo relativo a las modalidades de atribución del poder de representación y para agilizar la realización de las
operaciones de liquidación, la regla es que se atribuye individualmente a cada liquidador con independencia de cuál sea
la estructura adoptada por el órgano, salvo disposición en contrario en los estatutos
En la SA, es posible que la labor de los liquidadores sea objeto de fiscalización por parte de interventores, cuyo
nombramiento puede realizarse por el juez a instancia de accionistas que representen más de un 5 % del capital
LA JUNTA GENERAL
Una vez terminadas las operaciones de liquidación, los liquidadores están obligados a redactar un balance final, un
informe completo sobre dichas operaciones y un proyecto de división del haber social entre los socios, que deben
someter a la junta general
- El balance final de liquidación no constituye un verdadero balance, sino un cierre contable que deberá reflejar
con exactitud y claridad el estado patrimonial de la sociedad tras la realización de las operaciones de liquidación
- El informe completo de los liquidadores sobre las operaciones que hayan realizado busca ofrecer a los socios
una rendición de cuentas y una explicación detallada de la gestión realizada
- El proyecto de división del activo extrae las consecuencias que se derivan del balance para realizar la división del
patrimonio remanente
Dada la importancia del acuerdo de junta que apruebe estos documentos y, con ellos, la liquidación realizada, los socios
disconformes pueden impugnarlo

C. LAS OPERACIONES Y EL PROCEDIMIENTO DE LA LIQUIDACIÓN


Las operaciones de liquidación comprenden tanto las actuaciones orientadas a la conservación del patrimonio como las
de carácter dispositivo para la posterior distribución del haber sobrante a los socios, una vez saldadas todas las
relaciones jurídicas pendientes, consistentes básicamente en:
- Conservación del patrimonio y llevanza de la contabilidad
• Los liquidadores reciben los bienes sociales con la finalidad de repartirlos entre los socios una vez satisfechos los
acreedores sociales: su primera obligación es velar por la integridad y conservación del patrimonio social
• Como complemento a esta labor conservativa, se encuentra la obligación de llevar la contabilidad, que se
concreta en la obligación de confeccionar un inventario y un balance inicial de la sociedad al tiempo de
comenzar la liquidación
• El inventario pretende establecer la relación de todos los bienes confiados a los liquidadores y el balance debe
reflejar la situación económica de la sociedad al inicio del periodo liquidatorio
- Conclusión de operaciones pendientes y realización de las nuevas que sean necesarias para la liquidación
• Los liquidadores deben concluir las operaciones iniciadas y no terminadas al tiempo de disolverse la sociedad: la
entrada en liquidación no interrumpe ni afecta la ejecución y desarrollo de los contratos en curso
• Se puede concertar operaciones nuevas cuando sean necesarias para la liquidación (en sentido amplio)
- Cobro de los créditos y pago de las deudas
• Con el fin de formar el patrimonio que será objeto de distribución entre los socios, los liquidadores deben
proceder al cobro de los créditos y al pago de las deudas de la sociedad
- Enajenación de los bienes sociales
• Todos los bienes integrantes del patrimonio social deben ser enajenados con el fin de convertirlos en numerario
y permitir la posterior labor de división del haber social
• La enajenación no constituye propiamente una obligación, ya que es posible que todo o parte del patrimonio
social sea objeto de división en especie entre los socios
- Comparecencia en juicio y concertación de transacciones y arbitrajes
Una vez extinguidas las relaciones jurídicas con terceros, la sociedad puede proceder a la división del patrimonio
resultante entre los socios
- El principal presupuesto para acordar este reparto consiste en la satisfacción previa a todos los acreedores
- Además, es necesario que haya transcurrido el término de impugnación del balance final, con el fin de garantizar
la firmeza jurídica del acuerdo aprobatorio de la junta
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La fijación de la cuota de liquidación correspondiente a cada socio debe hacerse en proporción a su respectiva
participación en el capital
- Esta regla es dispositiva, porque es posible que existan acciones o participaciones que tengan derecho a una
mayor cuota de liquidación o una preferencia para ser reembolsadas con anterioridad a otras
Aunque en principio la cuota se conciba como el derecho a una suma de dinero, debe admitirse la posibilidad de realizar
una división en especie
- Esta posibilidad se condiciona legalmente al acuerdo unánime de todos los socios, al margen de que los
estatutos puedan reconocer el derecho de los socios a obtener en liquidación la restitución de las aportaciones
no dinerarias que hayan podido realizar o la entrega de cualquier otro bien social
D. LA EXTINCIÓN DE LA SOCIEDAD. ACTIVO Y PASIVO SOBREVENIDOS
Una vez satisfecha la cuota de liquidación a los socios, los liquidadores deben otorgar la escritura pública de extinción de
la sociedad
La escritura de liquidación debe inscribirse en el Registro Mercantil y deben depositarse también los libros y
documentación de la sociedad
Con la cancelación de los asientos registrales se produce la extinción de la sociedad, sin que sea posible una posterior
reapertura de la liquidación, ni siquiera en los casos en que la extinción no haya ido precedida de una liquidación real de
la totalidad de las relaciones jurídicas mantenidas por la sociedad
Una vez cancelada la sociedad, es posible que existan activos y pasivos sobrevenidos cuando aparezcan bienes no
repartidos o deudas que hayan quedado sin satisfacer, pero ni siquiera en estos casos se permite la reapertura de la
liquidación: el legislador ha dispuesto otras medidas que salvaguardan la consolidación de la liquidación y extinción de la
sociedad.
Cuando aparezcan bienes que no hayan sido objeto de reparto, los liquidadores deberán adjudicar a los antiguos socios
la cuota adicional que les corresponda
En el caso de pasivos sobrevenidos, se prevé la responsabilidad frente a los acreedores de los antiguos socios hasta el
límite de la cantidad que hubieran recibido como cuota de liquidación, sin que se obligue por tanto a solicitar la
anulación de las operaciones de liquidación
Adicionalmente, los acreedores podrían ejercitar también una acción de responsabilidad por daños contra los
liquidadores, sobre la base de que la existencia de pasivos sobrevenidos podría ser indicativa de una negligencia en el
ejercicio de sus funciones.

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